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El concilio de Nicea: una esperanza y una amenaza.

    Para entender el hecho cristiano, además de tener un buen conocimiento del Nuevo Testamento, hay que conocer historia de la Iglesia y especialmente la historia de los concilios y la formación de los dogmas. En este martes invitamos a todos los visitantes de ATRIO comentar lo que representó el primer Concilio, el de Nicea. Nos lo facilita Héctor de esta forma novelada y sugerente. Hoy presentamos la primera de dos escenas: las expectativas. Se se puede completar este guión con los enlaces que ha puesto la redacción a artículos de Wikipedia o con otro materiales.


18 de MAYO 325 A.D.

La línea luminosa del horizonte sobre las aguas tranquilas del lago Ascani parecía una costura que unía las aguas de la tierra con el cielo. Cornelio y Troas se volvieron para contemplar el encanto de aquel precioso amanecer. El sol subía silencioso por detrás de la colina de Nicea tiñendo aquella línea de variados colores.
─ Mira, la tierra es redonda, pero nadie se lo cree, ─dijo Troas. ─ Fíjate  en esa línea en el horizonte, no es una recta, es una curva, lo veo. La tierra redonda como la luna y el sol, ¿es la tierra redonda… y  se mueve alrededor del sol?

─¿Te parece poco lo que se traen entre manos los obispos estos días, es que nos hemos vuelto locos? Tendrán que pasar muchos siglos para que la tierra sea redonda. Seguiremos viviendo en una tierra plana ─interrumpió Cornelio.

─ A eso voy: Seguimos viviendo y creyendo lo que queremos. Nos asusta Constantino y la debilidad del imperio, las persecuciones de Diocleciano con más muertos que muchas guerras sangrientas: sin darnos cuenta sólo pensamos en algo que nos pueda traer paz y tranquilidad.  ¿Qué  pasaría si descubriéramos un día que la tierra es redonda? ¿Habría que matar a todos los que no se lo creyeran?. ¿Qué pasaría si en los días del Concilio  llegáramos a la conclusión de que el Nazareno no era el Hijo de Dios sino un hombre como nosotros? ¿Habría que matar a todos los que son felices adorando al Cristo como Dios?

─ Te veo pesimista Troas ¿piensas que el Concilio va a imponer el Credo de Eusebio de Cesarea? Dicen que Osio ha pedido establecer que los diáconos y los presbíteros una vez ordenados ya no podrán casarse. ¿Tú le ves a eso algún sentido? Van a formar de ellos una clase privilegiada, superior a nosotros los laicos, que solo seremos un apéndice de la iglesia. La iglesia serán ellos solos, los hombres, excluyendo a las mujeres por supuesto: ‘la iglesia enseña, la iglesia manda, la iglesia no se equivoca’

─ Ni hablar. Los obispos que van llegando estos días son en su mayoría arrianos. No podrán permitir que se dé un paso atrás. Por otra parte el Obispo de Nicomedia, que hará la defensa del arrianismo, es muy inteligente y dejará claro que aquí la verdadera herejía es la de un Dios hecho hombre y sólo para dar autoridad a unos cuantos hombres. Eso es lo que tiene que cambiar.

─Exacto, ─prosiguió Troas─, la única secta que se ha separado de la verdad del Nazareno es la que se arrimó a las filosofías griegas de Sócrates y Platón,  y a sus seguidores, Juan y Pablo: las ideas eternas y espirituales, el Logos opuesto a  la realidad sensible y corrupta:  el dualismo del pecado, la condenación,  la salvación, el sexo, la segregación:  hombre y mujer, amo y esclavos, ricos y pobres, todo eso quedará enterrado aquí en Nicea como restos de un pasado incierto.  Ahora sí, para los que quieran seguir viviendo de buena fe en ese mundo donde se encuentran a gusto,  el arrianismo va a ser  una intolerable herejía. Tenemos que aprender a convivir con cada uno, respetarles  y nunca condenar a nadie: ‘Yo tampoco te condeno’, nos enseñó el Nazareno.

Los dos amigos bajaron en silencio absortos en sus pensamientos. Faltaban dos días para el comienzo del Concilio y Cornelio se preparaba para recibir a varios asistentes  que se  hospedarían en  su casa.

Los niños salían por todas partes  para ver llegar a los invitados.  Correteando por la empinada carretera se divertían como si fuera una fiesta. Unos caballos que subían cuesta  arriba espoleados por sus jinetes no lograron interrumpir sus juegos: “¡Buscamos a Cornelio!”.

─Sigan hacia la colina, aquella es su casa.

El Obispo de Cesarea llegó sin más compañía que dos presbíteros que cabalgaban con él.
─ Bienvenido a Nicea, Eusebio. Descansa, tómate algo y únete a nosotros. Te estábamos esperando.

─Por lo que dicen  va a ser un Sínodo sin el Obispo de Roma ─apuntó el recién llegado─, pero va a ser el mayor Sínodo de la Iglesia. Se sabe que Constantino ha invitado a 800 Obispos de occidente y 1000 de oriente. Él va a ser la mayor fuerza para lograr un consenso. Hay “obispos” de la iglesia que aplauden la persecución, tortura y muerte de otros cristianos, como remedio contra la herejía. Un espíritu de venganza carnal se ha adueñado de sus almas. Una intolerancia fiera, egoísta y violenta. Sólo la adherencia al verdadero credo puede acabar con estas afrentas”.

─ Eso es horrible, ─contestó Cornelio.─ Dicen que tú tendrás que presidir,  Eusebio. Osio está aún en camino y nadie sabe cuándo llegará. Parece que el Emperador le ha invitado personalmente. El Obispo de Córdoba fue quien más influyó en su conversión al cristianismo, según dicen.

─Constantino se convirtió bajo la influencia de su madre, Elena, que encontró en Jerusalén los palos de la cruz de Cristo y los llevó a Roma entregándolos al Papa Silvestre.  El Emperador, mandó pintar el símbolo de la cruz en el escudo de todos sus soldados y en la batalla del Puente Milvio, derrotó a Majencio.  El admira a la iglesia: sabe que ninguno de sus súbditos paganos daría su vida por creencia alguna. Según él esta es la religión que puede salvar el imperio y atraer a los nuevos pueblos del norte de África destruyendo su paganismo. Quiere organizar a la Iglesia como un ejército con generales, los obispos, obedientes al Obispo de Roma.

─ Sí claro, ─respondió Cornelio─ : “in hoc signo vinces”. Con el mismo signo se ha impuesto Constantino al Papa Silvestre. Silvestre no para de enriquecerse con los beneficios del Emperador, que le acaba de regalar uno de sus palacios.  Constantino le habrá ordenado que se quedara en Roma para ser él quien ganara aquí  una  batalla más, la batalla contra Arrio. Si fuera así, esa batalla cambiaría el rumbo de la historia y de la civilización. Las generaciones venideras seguirían reducidas al silencio por las decisiones nefastas de Nicea. Aparecerán más ‘Constantinos’ que usarán a la Iglesia y a Jesucristo para justificar sus atrocidades, todo en nombre de Dios. Es una pena que nosotros los laicos no tengamos ni voz ni voto en todo esto. La iglesia nos ha convertido en una casta.

Eusebio de Cesarea respondió escuetamente:

─ Arrio es quien debería presentarse ante el Concilio y exponer sus doctrinas. Yo traigo el Credo de  Palestina para que lo firmen los Obispos. La presencia de Constantino  será decisiva para lograr la unidad. La garantía de la unidad en la iglesia empieza por la obediencia a ciega a los obispos y al papa.

La postura del Obispo de Cesarea fue seguida de un sordo silencio. ¿Cómo era posible que un hombre tan culto  y conocido por  su pasado arriano se pusiera ahora más cerca de Constantino que de la tradición del Nazareno.

Se oyeron más caballos que llegaban. Un joven fuerte, visiblemente cansado por las molestias de un largo viaje, entró en el recinto.

─ Mis saludos a todos los presentes y en particular al señor Cornelio a quien el Obispo de Córdoba envía esta carta.  Soy Teodosio y me siento feliz de estar aquí con vosotros

─ Gracias. Teodosio, bienvenido a Nicea. Espero que nos traigas buenas noticias del Obispo de Córdoba. Ve a descansar y mañana  podremos saludar también al Obispo de Nicomedia que se unirá a nosotros.

119 comentarios

  • olga Larrazabal (Chile)

    Felix:  Acabo de mirar en el diccionario y ver que en América comulgamos con ruedas de carreta, y en España de Molino 

  • olga Larrazabal (Chile)

    Felix, una aclaración.  Yo comulgo con ruedas de carreta, no de molino, por dos razones:  1.- Porque en el hermoso idioma castellano, el antiguo dicho habla de “comulgar con ruedas de carreta” cuando aceptamos las verdades que otro nos entrega sin reflexión y es lo que generalmente hacemos.  No tiene nada que ver con la comunión del pan de los cristianos. 2.-  Porque Jesús le endosó las piedras de molino a los pedófilos , y yo no soy de ese gremio. “Ay de aquel que escandalizare a uno de estos niños, más le valdría atarse una piedra de molino al cuello y arrojarse al mar”  Que dadas las costumbres griegas y romanas de aquella época el “escándalo” de la inocencia de un niño puede referirse a ese tipo de costumbres.
    Ahora me alegra mucho que tu fe esté cimentada en creencias que has reflexionada en profundidad y que son fruto de tu dicernimiento , tu información y tu reflexión.  Yo reconozco que hay muchas cosas en las que creo, pero no las podría probar.

  • Héctor

    Hola, X. Gundín. A ver si esto te vale:
    Engendrado, no creado, implica que la segunda persona de la Trinidad es Hijo y es Dios, procede del Padre, engendrado eternamente por el Pdre,  tiene la misma naturaleza que el Padre, no es otro Dios, sino una persona distinta del Padre. No hay politeismo. 

    Donde el Concilio se contradice penosamente es en la frase anterior según  la cual todo lo que existe, visible e invisible ha sido creado. Esto implica que Jesús fue creado porque es alguien visible. Por lo tanto Jesús no puede ser Dios, eterno, no creado.

    Este es el agumento de Arrio. No es que fuera creado solo como hombre  y no como Dios ya que la naturaleza humana va unida a una persona humana :  habría en el dos personas distintas. Los evangelios contradicen todo este tinglado.

    Un abrazo Héctor

  • Iñigo

    Fico antes de referirte a mi comentario sería mejor que lo releas con más calma y menos apasionamiento, te lo digo con todo respeto. A lo largo de este largo post, y en algunos comentarios, se percibe una especial sensibilidad al abordar un tema, como el que nos ocupa, que siempre deriva reiteradamente hacia las mismas cuestiones, que brotan quizá esporádicamente, y que no dejan fluidez el diálogo. Esto supone actuar de hecho como a los que se consideran sus antagonistas, al calificar de herejía todo pensamiento que se mueva fuera de sus coordenadas. Lo que piense o “crea” cada persona, el seguimiento que haga de una determinada doctrina o de una ideología, etc, es algo que está dentro de su libertad de elección, es fruto de su madurez y de su discernimiento personal, siempre que se haga desde el respeto y la tolerancia. El disenso no tiene por qué convertirse en algo que nos incomode, en una agresión hacia nuestras tesis, por qué si es  así estas no estarán bien cimentadas. Cada uno desde su jesuología o su cristología puede creer en Jesús en cuanto realidad definitiva o no de “salvación”,  que puede dar sentido a su vida. Si partimos de que el interlocutor acepta esto, se tratará siempre de un diálogo fluido entre cristianos o  no cristianos.

  • Carmen (Almendralejo)

    Pues sí Javier R.S los dogmas son los conctratos blindados de la empresa de la religión católica.

  • Fico Sánchez Peral

    Pues no has dado ni una en el clavo, Iñigo, porque no hay en mí la más remota intención de ofender a nadie ni de menospreciar las creencias de nadie. Ah, y no te cachondees de mi inteligencia que, por modesta que sea, procuro sacarle todo el partido que puedo. ¿Recuerdas aquello de sacar fruto de los talentos? Pues eso intento, dentro de mis limitaciones, que no son pocas. Quizá sólo tenga un talentito, pero no pienso enterrarlo detrás o debajo de la sotana de nadie y estoy empeñado en llegar a la meta con dos o más.
     
    Y es cierto, Iñigo, que nuestra experiencia influye, y hasta podría llegar a deformar la visión de lo que pretendemos analizar, y para evitarlo están la inteligencia, el realismo, la veracidad, la objetividad, la ecuanimidad, el sentido común, la integridad personal, la honestidad intelectual, el enriquecimiento en el contraste de pareceres, etc., etc…; pero de ahí a decir –como dices para descalificarme- que: «Nuestra historia personal tiene tanto peso, es tan mediática, que es imposible que nos deje reflexionar libremente» me parece que va mucho trecho y es mucho decir. Eso será la tuya, ¿no? A mí la mía no me manipula tanto; quizá antes cuando era católico sumiso… Pero ahora ya no le dejo, ¡vale!
     
    Según eso estás negando sentido a toda posibilidad de diálogo, pues todos estaríamos contaminados a priori. Y ese –supongo- debe ser el criterio normal en la Iglesia, pues es lo que en ella se hace y se recomienda hacer: no hablar con los de fuera del pensamiento oficial; no leer más que los autores autorizados y con “nihil obstat”, y excluir o favorecer la exclusión de todo el que no siga estas normas, pues no debemos correr el riesgo de que pongan en duda los cimientos de nuestra “fe”.
     
    O sea, fomentar la política de compartimentos estancos de siempre, para que no haya trasvase de información que haga peligrar el pensamiento oficial.
     
    Sólo os falta poner en la puerta la figurita del mono que se tapa los ojos, los oídos y la boca con el letrero que dice: ¡No ver, no oír, no hablar!, no sea que nos contaminemos con alguna impureza de los que piensan diferente. Cada uno incomunicado en su geto privado y sin mezclarse: los fieles en el suyo del templo, usándolo a modo de preservativo ideológico, el cual no puede traspasar, para entrar en él, el pensamiento de los infieles de afuera, ni, en sentido contrario, salir fuera de él el de los fieles de dentro. Y los infieles fuera de él, en el suyo externo, y nada de compartir fluidos mentales, no sea que corriésemos el riesgo de que algo pudiera convencernos y eso conllevara algún tipo de compromiso, ¿vale?
     
    Yo tengo familia del Opus y eso es lo que suelen hacer: no leen, no hablan y no escuchan nada de fuera de la lista autorizada; no vaya a ser que su hermano –¡el acechador malicioso!- les contamine alguna duda diabólica.
     
    Y no se diga que lo del Opus es un ejemplo extremo, aunque quizá pueda serlo, pero es que mi experiencia (que no me mediatiza tanto como, al parecer, a ti la tuya), ha sido esa en todos –insisto: en TODOS- los grupos en los que he participado durante cerca de treinta años. Mientras eres dócil, eres magnífico y te quieren a rabiar, pero el día que creces y manifiestas un modo de pensar diferente al oficial, entonces eres un peligro de contagio y se te excluye, pues, según tu criterio a cualquiera que piense diferente se le aplica lo de los prejuicios: «…con quien parte de unos planteamientos basados en unos determinados prejuicios el diálogo es imposible…» y lo normal en ese caso es excluirle pues, entre que su experiencia le hace imposible reflexionar libremente y además le sobrecarga de prejuicios, es inútil dialogar con él. Y hala, cada uno a su gueto privado.
     

    Pues, macho, te has cubierto de gloria con esos argumentos. Más valía que la Iglesia en general y la gente que piensa como tú, en particular, os preocuparais de verdad de esas personas con creencias tan buenas como las de cualquiera y a las que supongo y deseo sean mucho más inteligentes que yo (para lo cual –te lo pongo fácil- no te creas que hace falta gran cosa) y les abrierais las puertas de la iglesia en el más amplio sentido: las de la universalidad de Jesús (sí, la de Jesús, que es la verdaderamente universal, ya que la Vaticana sólo es católica –¡vaya contradicción!), las del pensamiento libre que les ayude a descubrirse a sí mismos y a Dios en lo más hondo de sí; y así demostraríais valorarlos más a ellos que a las creencias doctrinales que les tienen amordazados y que tanto decís defender -¡qué ironía!- en su nombre.
     
    Y piensa que si se sienten ofendidas, no creo que pueda ser por un menosprecio ni por unos juicios de valor que –como ya he dicho antes- nosotros no hacemos de sus personas, sino por la manipulación que la gente como tú hace de nuestras opiniones, a fin de que interpreten como crítica personal y como ofensa, lo que sólo es crítica de una actitud sumisa fomentada intencionadamente por el magisterio eclesiástico, para evitar que hagan la autocrítica adulta, de la Doctrina de la Iglesia y de sí mismos, que debieran ser capaces de hacer por ellos solitos, y que si no la hacen, es esa carencia real –y no lo que opinemos otros sobre ella- la que les señala y les pone en evidencia como inmaduros. Lo que pasa es que a algunos –para no mojarse- les viene muy bien descalificar al mensajero, para así eludir su compromiso personal con la Iglesia, con los otros y con ellos mismos.

     
    Es una pena que, como siempre, en lugar de hablar de lo esencial del cristianismo haya que discutir de religión. El título del este hilo era: “El concilio de Nicea: una esperanza y una amenaza”, y XXI siglos después seguimos igual: unos, empeñados en abrir puertas a la esperanza y, otros, empeñados en cerrarlas, al convertir su miedo a confiar en los demás, en amenaza que los priva de su principal bien: la libertad de pensamiento. Pero claro, la culpa siempre es nuestra, porque traumatizamos a los pobrecitos fieles con la rudeza de nuestra confianza en ellos, que siempre acaban hallando a algún alma caritativa que, cual gallinita clueca, los arrope bajo sus caritativas alas.
     
    ¡Anda ya, Iñigo, anda ya! ¡Queréis confiar ya de una puñetera vez en la gente; y dejar  que pase en privado, entre ellas y Dios, lo que tenga que pasar!

  • Javier Renobales Scheifler

    Íñigo,
     
    Para montar en una avioneta pilotada se necesita creer en la profesionalidad del piloto; pero no hablamos de eso, sino de seguir a Jesús.
     
    ¿Qué creencias dices tú que se necesitan para seguir a Jesús, es decir, para embarcarse en esta vida humana tratando de conseguir la felicidad –salvación- en la misma siguiendo a Jesús?
     
    A mí me basta con confiar en que Jesús acertaba cuando nos ‘mandaba’ amar al prójimo como Jesús nos amó y como a nosotros mismos. Realizar su mensaje de salvación por el amor es trabajar en traer el reino del amor, el reino de Dios (que es amor, no creencias)
     
    Ni siquiera necesitaría creer en Dios, pues me basta con creer en el amor humano (que es Dios –para el creyente, claro-  según afirma el teólogo sacerdote católico Castillo –y creo que tiene toda la razón-) Me basta pues con creer en Jesús, en que en esto no se equivocó –en otras cosas sí, como buen humano que fue, pero en esto no, creo yo que no-.
     
    Es decir, para seguir a Jesús me basta con creer en Jesús, como para montar en avioneta me basta con creer en la profesionalidad del piloto.
     
    No necesito creer que resucitó, ni que era Dios, ni que fundó la ICR, ni que instituyó el papado romano, ni que interviene enviando sus gracias santificantes a quienes comulgan y van a misa, ni que instituyó la confesión, ni la eucaristía, ni los demás sacramentos, ni que elige al Papa, ni que gobierna la ICR, ni lo de la llamada redención, ni la virginidad de su madre, ni que ésta es madre de Dios… etc., etc, etc.
     
    Todo eso bien podría quedar en un plano meramente voluntario de creencias, para quien se lo quiera creer, sin más, sin necesidad de obstaculizar el seguimiento de Jesús a quienes no traguen semejantes creencias.
     
    Pues Jesús no incluyó en su mensaje de salvación por el amor nada de esas creencias.

     Carmen (Almendralejo): seguirán exigiendo las creencia dogmáticas de que  Jesús era Dios y de todos los demás dogmas: pues se le acaba el negocio a la ICR si dejan ‘optativa’ la dogmática creencia de Nicea 325.

    Necesitan el pensamiento mágico a tope, para que el papa y Rouco digan cuál es la voluntad de Dios y cual no, para que sigan así engañando a la gente llamando voluntad y ley de Dios a lo que no es sino la voluntad y ley de ellos.

  • Javier Renobales Scheifler

    Íñigo,
     
    Creo que no se necesitan creencias obligatorias para seguir a Jesús; no se necesita creer que fue Dios (Nicea 325) o ni siquiera que resucitó (lo cual yo creo que sí hizo, como todos los que han muerto).

    Lo que se necesitan para seguir a Jesús son obras de amor, eso sí parece esencial para realizar el mensaje del amor: creer en Jesús es realizar el mensaje del amor (lo cual puede hacer igual de bien o mejor que un creyente, un ateo); no es creer la mera afirmación verbal de la creencia.
     
    En cuanto a noticia histórica del personaje Jesús histórico, su existencia parece hoy admitida por la generalidad de los historiadores, confesionales o no, sin necesidad de ninguna fe.

    La única fuente de la historicidad de la existencia de Jesús no son los evangelios. Para algunos expertos los evangelios no llegan a ser históricos.

    José Montserrat por ejemplo, del que ya comentamos tú y yo hace días si mal no recuerdo, señala varias fuentes históricas sobre la existencia de Jesús: Pablo, Flavio Josefo, Tácito… Y señala a este respecto en el link que señalo más abajo:
     
    “En resumen: he partido siempre del principio de que los evangelios y los Hechos no son escritos históricos, sino legendarios, a partir de los cuales, por medio de criterios de historicidad, puede establecerse la posibilidad, la plausibilidad y, más raramente, la probabilidad de ciertos hechos; pero nunca pasarán por esto a ser “hechos históricos”.
    Habría, pues, tres clases de noticias acerca de Jesús, clasificadas de acuerdo con sus grados de certeza:
     
    1.     Noticias ciertas. Son las que provienen de documentos auténticamente históricos (Pablo, Flavio Josefo, Tácito…).
     
    2.     Noticias muy probables. Son las que provienen de los evangelios por medio de criterios de historicidad rigurosamente utilizados.
     
    3.     Noticias simplemente probables. Son las que provienen de los evangelios por medio de criterios de historicidad poco rigurosos.
     
    Una narración histórica acerca de Jesús puede confeccionarse utilizando las noticias de las dos primeras clases. Pero la denominación de “noticia histórica” está reservada a las de la primera clase. Al referirse a las noticias de la segunda clase, el historiador laico crítico tiene que usar expresiones que recuerden de algún modo que se trata de un dato de procedencia bastarda, es decir, extraído de un documento legendario. Con las noticias de la tercera clase no se puede configurar una narración histórica acerca de Jesús, sino tan sólo hagiográfica o literaria.
     
    http://bit.ly/wKsnCf
     
    Es interesante leer el post del link, y los comentarios
     
    Creo que el mensaje de Jesús, de salvación por el amor, es noticia muy probable, del número dos de los grados de certeza que dice Montserrat
     
    Creo que no son noticias históricas por ejemplo, ni el nacimiento virginal, ni la transfiguración, ni la resurrección, ni la divinidad de Jesús (cristo de la fe), las cuales son sólo una mera cuestión de fe.
     
    Prefiero los expertos no confesionales, porque los confesionales están obligados por la fe que dices a creer los dogmas, y muchos de ellos dependen, en sus puestos de trabajo, de la jerarquía de la ICR.
     
    La ICR puede, y lo ha hecho en muchos casos, retirarles del puesto de trabajo o la licencia para enseñar, como a la exprofesora de catolicismo del post del día pasado, si se salen de lo que manda el magisterio, o como le hizo Ratzinger a Hans Küng hace ya muchos años y nunca ha sido rehabilitado. Lo mismo le pasó a José María Castillo, y a tantísimos otros.

  • Iñigo

    Javier ¿no existen creencias obligatorias constitucionales y politicas, que se articulan en reglas dirigidas a la sociedad para establecer vínculos de convivencia armónica, las cuales están provistas de sanción?.

  • Carmen (Almendralejo)

    Si vemos a un Jesús humano que lucha por las personas desheredada de la tierra.

    Un Jesus sufriente que se compadece

    Un Jesús que trateas los caminos.

    Un Jesús que habla con Autoridad (evangelio de hoy) y pone en entredicho a los escribas y fariseos.

    Un Jesús que come con públicanos, prostitutas, con mujeres cananeas, con samaritas.

    Un Jesús que no queda legado ni órden, ni leyes…

    Un Jesús que dice que su madre y hermanos es quien escucha y hace la voluntad de D*S…

    Ese Jesus qie acaba herido, abucheado, apaleado, con sus carnes rotas, con sus vergüenzas ante el populacho por medio de los juicios del Sanedrin-Vaticano, las leyes civies-Poncio Pilatos y que entre ambos lo matan para ellos proseguir con sus fechorias…

    Este Hombre es un Humano que supo vivir con la Ley de D*s, y la Justicia de D*S sin la divinización de los hombres-

    Cuando los hombres aprenden a sacar rendimiento al ídolo lo resucitan, y lo divinizan para que sus dioses crezcan a la par que ellos rentabilizan sus fechorias.

    ¿Quien necesita un Jesús entronado?

    ¿Un dios menoscabado? ensangrentado con la muerte de uno de su creación?

    Son aquellos que hacen una cultura, de la muerte, bajo el paradigma de la resurrección, de un reinado en otra vida para conformar a las pobres gente de la tierra.

    Ese es el tinglado de toda esta disputa, no hay má que envolver de divinidad a Jesús para a la par hacernos nosostros mismo con esta divinidad, porque somos sus herederos en la tierra.

    Me parece mentira que se siga con esto en el siglo XXI,

  • Iñigo

    Javier, por lo tanto, manifiestas un acto de fe, de fe en tus creencias. No es el amor también, al que tanto te refieres, un acto de fe. y no es es la fuerza de la fe la que ante hechos irrealizables es capaz inexplicablemente de curar enfermedades de superar el desengaño de la vida, la oscuridad y la sin razón de la historia personal.
    Javier vivimos constantemente haciendo actos de fe en nuestra vida diaria. Confiamos en lo que no vemos y eso lo hacemos cada día y en cada momento. La fe cristiana no es un sentimiento, creemos porque nos fiamos de Dios y de su Palabra.

  • Iñigo

    Javier, ¿ no se necesitan creencias para seguir a Jesús?, ¿ pues dime sino tienes una “creencia” en Jesús cuando afirmas esto y manifiestas que el suyo es un mensaje de amor?. Tú crees en un Jesús humano, otros en un Jesús divino, cuál es la diferencia, ni uno ni otro son demostrables históricamente, sólo a través de los evangelios, que tu cuestionas,  podemos  aproximarnos a la vida y al mensaje de Jesús, y aún así con todas las reservas porque más que ofrecernos un conocimiento histórico de Jesús, sirven para provocar la fe en él. Entonces recurriremos a otros métodos analíticos pero partiendo de la misma base que nos lleva siempre a  fundamentar nuestro conocimiento a través de la fe.
    No puedes cuestionar al que tiene una creencia indemostrable cuando tú tienes otra también indemostrable. Criticas lo que tú practicas.

  • Javier Renobales Scheifler

    En cuanto a la libertad de creencias de los católicos (dogma obligatorio de Nicea, por ejemplo), creo que sucede parecido pro ejemplo a la libertad para pagar impuestos.
     
    Pagamos los impuestos libremente, sí, eso nos decimos, no tiene que venir la policía a casa para que paguemos; pero dudo que pagáramos lo mismo si no hubiera una ley coercitiva que nos obliga a pagar; encontraríamos mil razones para pagar menos, o incluso nada.
     
    Ahí están los dogmas de Nicea 325 y las penas del código de derecho canónico, las excomuniones, y las del catecismo (fuera de la ICR no hay salvación, del pecado mortal sólo se puede obtener el perdón de Dios mediante la confesión con el cura ministro ‘de Dios’ … etc.) Incluso la obediencia al monarca/dictador papa es obligatoria …
     
    Cuando un católico dice que él cree libremente lo que quiere creer, me recuerda a cuando un cura católico dice que el celibato obligatorio que le imponen él lo asume libremente, como lo asumiría si no se lo impusieran.
     
    Resulta que el cura no ha estado nunca en esa situación: que no le impusieran el celibato, queriendo ser cura. Por lo tanto mal puede saber lo que hubiera decidido sin esa imposición tan inhumana y abusiva: porque nunca ha estado en esa crucial situación de ser cura y decidir libremente si se enamora y se casa o no.
     
    La libertad de creencias (de la libertad de conciencia …) sólo se tiene si no hay creencias obligatorias en la comunidad de la que formo parte. Si hay creencias obligatorias, hay coerción, mayor o menor, pero coerción.
     
    Ahora bien, Jesús impuso creencias obligatorias? Yo creo que su mandamiento es de amor, no de creencias. Los católicos no deberían obligar a creer el credo católico; puestos a obligar a algo, sería a hacer obras de amor, que es lo que hacía Jesús.
     
    Íñigo, conozco muchas personas católicas con las me llevo muy bien. Estamos diciendo que para seguir a Jesús no se necesitan creencias, sino obras de amor, pues su mensaje es de amor, no de creencias y menos aún obligatorias.

  • Iñigo

    Félix estoy de acuerdo contigo en que, como afirma Kant, el ser humano posee la capacidad de distinguir entre el bien y el mal moral, y que una acción moral adecuada  es cuando se hace uso de esa capacidad para hacer el bien. Es bien cierto su teoría que : “la fenomenología está regida por la necesidad, mientras que el mundo de la razón práctica esta regido por la libertad, que llegar al bien supremo supone la santidad perfecta conformidad entre la voluntad y la ley moral, lo que sólo es posible suponiendo la inmortalidad del alma. Que lograr el bien supremo requiere también llegar a la felicidad adecuada a la moralidad y para ello tenemos que postular la existencia de Dios como realidad en la que el bien supremo se cumple”.

    Un saludo muy cordial.

  • Iñigo

    Se dice que sabio no es aquél que lo sabe todo y enseña, sino quien aprende y pone atención. No Fico los años no nos dan sabiduría, sí nos pueden dar experiencia pero la experiencia sirve de poco si no asimilamos el conocimiento, sin duda que todos podemos desarrollar una serie de ideas pero es el conocimiento es el que puede darnos un cierto grado de madurez, lo decisivo no es la edad sino el esfuerzo continuo por llevar una vida ejemplar, bien es cierto que la experiencia puede ayudar a alcanzar una mayor profundidad.

    Nuestras experiencias mediatizan nuestra visión sobre lo que queremos analizar, no nos dejan ser imparciales. Nuestra historia personal tiene tanto peso, es tan mediática, que es imposible que nos deje reflexionar libremente. Las dudas de un converso pueden contestarse y debatirse, de ese diálogo puede haber un enriquecimiento mutuo. Pero con quien parte de unos planteamientos basados en unos determinados prejuicios el diálogo es imposible. Racionalizarlo todo, el uso y abuso de parámetros exclusivamente racionalista para entenderlo todo y para censurar a quien no está de acuerdo con sus tesis, olvidando que hay otras sabidurías y otras formas más enriquecedoras de ver la vida y nuestra existencia. Javier puedes denunciar todo lo que ves mal, todo lo que te moleste de la ICR, pero no olvides que detrás hay personas con unas creencias tan dignas como la tuyas, tan inteligentes como Fico, y que se pueden sertir ofendidas no por  tus críticas   sí por los juicios de valor que utilizas para menospreciar y desvalorar sus creencias.

  • Javier Renobales Scheifler

    Félix, claro que no hablo para molestar, sino tratando de usar los términos correctos.
     
    Súbditos.- Son los papas los que os llaman súbitos a los católicos, en vuestro código de derecho canónico que te es de aplicación como católico, y vuestro catecismo de 1992. Imagino que tiene que ver con el concepto de Reino (pretensión de que la ICR es el Reino de Dios, o algo así) en el que el monarca absoluto es la cúspide con todos los poderes en su mano.
     
    Por si el código no lo tienes a mano, copio algunos de sus puntos en los que os conceptúa como súbditos
    87    § 1. El Obispo diocesano, siempre que, a su juicio, ello redunde en bien espiritual de los fieles, puede dispensar a éstos de las leyes disciplinares tanto universales como particulares promulgadas para su territorio o para sus súbditos por la autoridad suprema de la Iglesia; pero no de las leyes procesales o penales, ni de aquellas cuya dispensa se reserva especialmente a la Sede Apostólica o a otra autoridad.
    885 § 1.    El Obispo diocesano tiene la obligación de procurar que se administre el sacramento de la confirmación a sus súbditos que lo pidan debida y razonablemente.
    886 § 1.    Dentro de su diócesis, el Obispo administra legítimamente el sacramento de la confirmación también a aquellos fieles que no son súbditos suyos, a no ser que obste una prohibición expresa de su Ordinario propio.
     § 2.    Para administrar lícitamente la confirmación en una diócesis ajena, un Obispo necesita licencia del Obispo diocesano, al menos razonablemente presunta, a no ser que se trate de sus propios súbditos.
    1077  § 1.    Puede el Ordinario del lugar prohibir en un caso particular el matrimonio a sus propios súbditos dondequiera que residan y a todos los que de hecho moren dentro de su territorio, pero sólo temporalmente, por causa grave y mientras ésta dure.
    1109  El Ordinario del lugar y el párroco, a no ser que por sentencia o por decreto estuvieran excomulgados, o en entredicho, o suspendidos del oficio, o declarados tales, en virtud del oficio asisten válidamente en su territorio a los matrimonios no sólo de los súbditos, sino también de los que no son súbditos, con tal de que uno de ellos sea de rito latino.
    1373  Quien suscita públicamente la aversión o el odio de los súbditos contra la Sede Apostólica o el Ordinario, con el motivo de algún acto de potestad o de ministerio eclesiástico, o induce a los súbditos a desobedecerlos, debe ser castigado con entredicho o con otras penas justas.
    El catecismo también os llama súbditos, a los católicos, si no lo entiendo mal, en sus números 559 y 896, que no copio porque imagino que el catecismo sí lo tienes a mano, aunque no sea en la mesilla de cabecera.
     
    Dictadura.- Aplicado este término a la estructura de la ICR, me parece adecuado conforme al diccionario, pues el papa (característica de los dictadores) reúne en su mano todos los poderes, según el código de derecho canónico. Y en la práctica.
    Lo mismo es llamarlo monarquía absoluta, que también es una dictadura, aunque en ella la sucesión del monarca es por la sangre, y en la dictadura católica lo es por el dedo papal que nombra unos cuantos cardenales para que elijan entre ellos al siguiente papa.
     
    Lo cual desgraciadamente asegura endogámicamente el conservadurismo feroz en la ICR. Algo injusto, sin duda, pero que no va a cambiar, lleva así demasiados siglos ya. Intención de cambiarlo tendréis muchos católicos (y no católicos), pero eso no cambia.
     
    Por eso decimos algunos que ese papado, ni su Estado Vaticano, no son evangélicos.
     
    Lo demás que dices, católicos que me dan a mí sopas con onda en todos todísimos los aspectos de la vida real o imaginaria, también en madurez religiosa y humana, etc, etc. los hay sin duda alguna a millones y millones y millones; no les llego a la altura del betún de sus zapatos. Seguro que tú eres uno de ellos.
     
    Tú hablas desde dentro de la ICR, y yo desde fuera; como estuve dentro y llevo ya unos años fuera, te aseguro que no se ve lo mismo desde fuera, sino bastante diferente; no se ven lo mismo dos observadores situados en diferentes observatorios o puntos de vista. Es por ello enriquecedor dialogar.

    En cuanto a la otra vida (cielo/infierno) me parece pretencioso imaginar a quién resucitará Dios y qué destino y vida les/nos atribuirá. Creo que nadie tiene ni repajolera idea de lo que hará Dios (si es que existe Dios, bien entendido) Hace años ya que no me preocupa en absoluto el asunto, pues si hay Dios, confío plenamente y por lo tanto acepto como lo mejor para todos lo que sea que haga, ahí me mande a mí el infierno eterno ese que dice vuestro papa que existe … por voluntad de Dios, que él se arroga conocerla (y yo me río de su absurda arrogancia).

    Mira lo que dice el 1373 de vuestro código que he copiado más arriba: pues yo digo que no le reconozcáis legitimidad, ya que ha sido puesto de papa medinte un artificio papal dictatorial, (la caterva de cardenales puestos a dedo por el papa), excluyendo la intervención del pueblo de Dios, incluso de la comunidad de católicos.

    Insisto, no le obezcáis, súbditos del papa. (creo que según ese código canónico yo estoy excomulgado -por lo menos-, por haberme salido de la ICR; pero las penas del código canónico no tienen nada que ver con Jesús ni con Dios, sólo con los hombres que se han apoderado de la ICR, así que no tengo nada de qué preopcuparme, por ahí tampoco)

  • Fico Sánchez Peral

    Efectivamente, Félix G. M., creo que ahí está, para ambos, la clave del problema: en la comprensión de por qué pueden darse en personas bien formadas esas contradicciones en lo religioso. Es difícil entenderse, además, por las limitaciones de expresión que todos tenemos, y con las que, involuntariamente, se hiere cuando se usan palabras como inmadurez y otras parecidas, por las que te pido disculpas y ruego captes su sentido y no su apariencia. Digamos mejor ¿atasco?, referido a lo religioso.
     
    Todos hemos pasado por ahí y lo hemos intentado todo, desde el diálogo con la jerarquía religiosa y sus próximos y hasta el enfrentamiento (tres veces he sido expulsado), y hasta les hemos visto y hemos convivido y compartido con ellos buena parte del camino, hasta verles crecer como doctores en teología; tres de los cuales hoy son obispos. Por eso sé, por experiencia, lo que se siente y se sufre en esa fase de atasco. Y pasé también por la etapa de impotencia en la que, por no arriesgarme a contagiar mis dudas a otros, más jóvenes y quizá más vulnerables por estar menos preparados, y por no romper la continuidad de un grupo que, mal que bien, cumplía una primera función, muy pobre pero útil, de despertar el hambre de crecer; uno permanece demasiado tiempo en su personal atasco, a la vez que, involuntariamente, colabora también a prolongar el de los demás. Situación que la jerarquía conoce bien, y por cuya solución, no sólo no hace nada, sino que, puesto que no sabe resolverla la aprovecha; y hoy son aquellos tres obispos amigos, los que colaboran, entre otros, a mantener vivo el atasco generalizado de la iglesia.
     
    El problema no es que de todo esto se deduzcan (porque no soy yo –sino la realidad- el que define lo que es infantil o inmaduro) calificativos que resulten ofensivos o hirientes para el atascado (frenado, ralentizado, o llámale como quieras sin ánimo de ofender), sino que el interesado, en lugar de captar lo que deba captar y reaccionar en consecuencia, impedido por el sentido de obediencia a la institución y la malentendida fidelidad a una doctrina y no a Jesús y su mensaje, aproveche lo aparentemente hiriente del calificativo como afrenta personal con la que justificar la descalificación de todo el razonamiento, y como pretexto para no reaccionar.
     
    Eso me recuerda (y lo siento porque volverá a parecer ofensivo) la etapa de adolescencia de mis cuatro hijos: ese era siempre su argumento cuando les llamaba a ser responsables de su propio crecimiento, a no estancarse en la infancia y esforzarse para crecer: “¿Me estás llamando infantil? –decían- ¡Pues que sepas que en lugar de motivarme me ofendes!”. (Sin  comentarios).
     
    El problema es que, tal y como la jerarquía ejerce su magisterio, cuanto más “fiel” es el creyente adulto, más atrapado y atascado queda en la red de la fidelidad a una doctrina atascante. Ese es el círculo vicioso. Se ha sustituido la fe en Jesús, y por el en Dios, y suplantado por una doctrina que, en lugar de herramienta de iniciación a trascender (y no a atascar), ha acabado siendo objeto de fe como fin en sí misma, en la que el creyente acaba encerrado y sin salida. Esa irrealizabilidad del anhelo de trascendencia impreso en el alma humana, atascado en el callejón sin salida de la fidelidad a un objeto de fe equivocado: la doctrina católica en sí misma y no en Jesús, es la fuente de esas contradicciones atascantes; y la solución es, la misma que se aplicó Jesús a sí mismo cuando tuvo el mismo problema con la jerarquía religiosa de su tiempo: tener clara su misión y entregarse a ella, aunque para ello tuviera que enfrentarse y presintiera que acabaría costándole la vida.
     
    Ese inseguro salto en el vacío (el mismo que dio Jesús) es lo único que puede sacarnos del atasco; y será un mal signo, un mal indicio del camino por el que vamos, si en lugar de aprovechar las ocasiones de reflexión y de diálogo que nos inquietan, procuramos evitarlas para aquietarnos en la seguridad del camino ya trillado y conocido. Sí, ya sé que los criterios humanos suelen ser los contrarios, pero ¿qué se le va a hacer? No parece que Jesús buscara dar seguridades cuando dijo lo de “…sin túnica de repuesto, sin sandalias, sin bastón…”, sino alentar el salto en el vacío: la confianza y la fe en él.
     
    Saludos cordiales.

  • Iñigo

    La verdad es que este post está muy animado y participativo,  le doy la enhorabuena a Hector por su excelente idea, pues sobre un tema han salido ramificaciones muy interesantes.
     
    Evidentemente nadie puede convencerse a sí mismo, ni les pueden convencer, de algo que no cree. Creyentes y no creyentes definen  su posición y se comprometen por ella. La totalidad de los testimonios que cuestionan la creencia religiosa del  proceden del rechazo ante, lo que ellos interpretan, un especulación no fundamentada  y arbitraria. La interpretación es a posteriori, después de una experiencia sin éxito. Sus críticas las fundamentan con una interpretación política de las religiones institucionalizadas que, en opinión suya, no conformes con controlar las creencias y costumbres se resisten a perder su cuota de poder. No conformes con esta visión institucionalizada, consideran que, a nivel general, los que siguen perteneciendo a una iglesia mantienen visiones esotéricas románticas, sólo admitidas por mentes despistadas e infantiles. Yo respeto sus opiniones y coincido en algunas de sus críticas, pero creo que se quedan en cuestiones estructurales y que no tiene fundamentación en cuanto al núcleo central que radica no únicamente en lo sociológico ni en lo científico. Sociológicamente: hay ejemplos muy negativos en la Iglesia, que sirven de argumentación para justificar el rechazo a la misma, pero también hay cientos de miles de ejemplos positivos que inspiran a millones de personas que ve en ellos Evangelios vivos dignos de ser imitados: científicamente: hay que reconocer que el conocimiento humano discurre desde la precariedad y no puede dilucidar que alternativa es verdadera, el desarrollo científico no puede explicar el origen de que átomos minúsculos se agrupan, forman moléculas, tejido, órganos, sistemas, e individuos inteligentes, no tiene ni lenguaje, ni capacidad para explicar el universo cuya verdad y naturaleza última es enigmática, dejando abiertas diversas hipótesis metafísicas. En nuestra limitación sólo  partimos de la experiencia humana, desconocemos cuál es la explicación primera y final del universo. Ni creencia ni increencia son evidentes porque tampoco lo es la fundamentación metafísica de lo real.

    Cada persona, como siempre a pasado, creerá lo que quiere creer y vera lo que quiera ver. El cristiano creen por la Fe, que les une en su origen y destino, partícipes de la vida divina en Cristo, llamados a ser hijos en el Hijo, porque con la Fe empieza y se desarrolla la comunidad de los creyentes.

    En un próximo comentario desarrollaré, partiendo de la histórica como historiador, las conclusiones que se derivan del Concilio de Nicea. Este fin de semana es muy movido para mi por una celebración familiar relacionada con el cumpleaños de la única hermana que me queda y que vive aquí en Bilbao y por la que solemos prolongar más nuestra estancia. Por este motivo  no tengo tiempo de comentar, como quisiera,  todo lo interesante que se está planteando en este post.
     

  • Félix García Moriyón

    Gracias por las respuestas, pero creo que contribuyen a ratificar mis dudas respecto al sentido del diálogo desde estos supuestos.
    Olga, yo no comulgo con ruedas de molino y desde luego no sé si tú lo haces, pero yo nunca te lo he dicho, y tampoco te he pisado nunca el callo, creo. Si te lo he pisado, sinceramente te pido perdón.
    Javier, vuelvo a insistir, yo no soy súbdito de la ICR ni ésta es una dictadura que esté “jodiendo” a la gente, ni la Humanae Vitae es “criminal”, aunque posiblemente esté equivocada en algunas cuestiones importantes; sólo soy un miembro de una comunidad eclesial que se llama Iglesia Católica (puedes añadir Apostólica y Romana), en la que también hay autocrítica y deseo de hacer las cosas mejor, siguiendo mejor a Jesús. Tampoco estoy en una etapa infantil de mi desarrollo necesitado de magia y mitos, que busca tranquilidad obedeciendo lo que dicen los obispos, sino persona que intenta ser madura, responsable y que escucha con respeto y reconocimiento a los obispos y a muchas otras “autoridades”. Y a quienes no piensan como yo, que sin duda tienen también su parte de verdad.
    Fico, entiendo que te resulte incomprensible que personas con formación reduzcan la fe a obediencia a una doctrina impuesta que justifica lo injustificable. Tampoco me considero una persona inmadura en lo religioso, atascada en una etapa infantil del desarrollo o evolución personal. Quizá si no definieras de ese modo a quienes somos católicos, podrías descubrir que incluso entre nosotros los católicos hay infinidad de personas maduras, personal y religiosamente, que tienen dudas, que no siempre están satisfechas con lo que dicen y hacen sus obispos o con lo que hacemos y decimos los católicos. Y entonces, planteado de otra manera el problema, a lo mejor, comprenderías mejor.
    Doy por supuesto que todo lo que decís, como señala Fico, lo decís sin ánimo de ofender, con muy buena intención (entre otras, posiblemente sacarme de esta etapa infantil en la que me encuentro) y por eso respondo, si bien ya dice el refrán español que el camino del infierno está empedrado de buenas intenciones. Pero estoy igualmente convencido de que poco me queda por hablar con personas que piensan así de mí y de mis creencias y convicciones profundas. Lo mejor es que guarde silencio y no perturbe vuestras reflexiones en busca de un nuevo suelo firme sobre el que seguir creciendo. A diferencia de Pepe Sala, y en comunión con la interpretación que en la actualidad hace mi Iglesia Católica de la escatología, sigo pensando que el amor misericordioso de Dios llega a todos, incluso a Carrero Blanco y Fraga Iribarne (¿quién soy yo para condenar no sólo algunas o muchas de las cosas que hicieron, sino para condenarles también como personas?), incluso a mí y Pepe Sala, como fue ofrecido por Jesús  a prostitutas y leprosos, a escribas y samaritanos, a centuriones y recaudadores de impuestos, a ladrones y pecadores. Y eso me tener fe en que en el Reino de los Cielos, cuya existencia tengo puesta mi esperanza, estaremos casi todos o todos por obra de la caridad de Dios y de la nuestra, y no saldré corriendo hacia el infierno para librarme de las malas compañías.

  • Javier Renobales Scheifler

    (me equivoqué con el contador de word; en el catecismo, palabras con ‘obed’ hay como un centenar; y con ‘oblig’ otro centenar.
    La palabra Dios aparece más de 2.800 veces.)

  • Javier Renobales Scheifler

    El credo niceano es poder, Olga.
     

    La pretendida divinidad de Jesús se inventó para dar poder a la comunidad; y se consiguió. Creer en el mensaje de un asesinado como un perro es muy difícil.

    Se inventaron un ‘plan de Dios’ para convertir a Jesús asesinado, perdedor a los ojos mundanos, en vencedor. Así tuvieron que convertirlo en Dios, el cristo de la fe, no el histórico, que nunca se sintió Dios porque no lo era.

    Es más fácil creer en un Dios/hombre. Para eso se divinizaban, a sí mismos y por sus delegados los faraones, y los emperadores como los romanos. En realidad así los creyentes en lo que creen es en el poder, y lo temen, con lo cual obedecen mejor (en el catecismo de Wojtyla/Ratzinger se repiten miles de palabras derivadas de ‘obedecer u obediencia’ y tantas o más veces aparece  la palabra Dios.)

    Desde Romanos 13, 1-2, Pablo de Tarso –judío ciudadano romano– se dejó seducir por el poder romano que asesinó a Jesús. Es por temor al poder, no por revelación divina.

    El poder romano sedujo así a los dirigentes del cristianismo desde poco después de que ese poder asesinara a Jesús; esto se oficializa en la alianza de poderes de Nicea 325.

    El cristianismo puso su cuartel general de su Estado Mayor en Roma, atraído por el poder de Roma. Y ahí sigue, gracias también Nicea 325, que no es más que una consecuencia de ello.

    Por eso la ICR se hace llamar romana: porque el cristianismo se adaptó al Imperio Romano desde el principio, o casi desde el principio, desde antes de los evangelios. El cristianismo se configuró/institucionalizó bajo el Imperio Romano, y fue copiando/influenciándose de él.

    Pero Jesús era judío y anti Imperio Romano, anti invasión de los romanos del territorio del ‘pueblo elegido por Dios’ Israel.

    A pesar de ello el cristianismo en seguida fue romano, no judío. Se desviaron pronto de Jesús histórico: así que en los evangelios es tan difícil encontrar al Jesús de verdad, el histórico.

    El divino emperador romano, cuya inventada divinidad no tenía otra finalidad que la de darle poder a él y, a través de él, a su comunidad (lo mismo sucedía con los faraones y con los emperadores nipones, entre otros), ve el poder que ha ido adquiriendo la comunidad cristiana bajo el Imperio Romano, y se los asocia en Nicea 325 guiado por el poder de ambos, buscando incrementar ambos su poder.

    Constantino usó mágicamente la cruz cuando no era cristiano –‘con este signo, vencerás’- pintándola en los escudos de sus soldados, o cosas por el estilo (dijo que había tenido alguna visión … lo mismo que dijo Pablo ‘camino de Damasco’, también visionario). Constantino supo aprovechar el poder del pensamiento mágico religioso de su época.

    Divinizar personas es una cuestión de poder, no de amor, no de fe en Jesús ni en Dios, sino de fe en el poder humano que sabe aprovecharse del pensamiento mágico y de la necesidad de seguridad de muchos humanos que la encuentran así.

    Creo que hay que tenerlo en cuenta para buscar/seguir a Jesús.
     

  • olga Larrazabal (Chile)

    Javier, me da la impresión que las diferencias entre creyentes ortodoxos, por ponerle un nombre, y creyentes “dudantes” “alternativos y “no creyentes” en la vida real tiene más que ver con cual de los dos bandos tiene más poder en la sociedad civil en términos políticos y económicos.  En otras palabras estamos hablando de poder, no del credo niceano.  Lamentable, pero hasta las contiendas religiosas tienen un trasfondo mundano.  En Chile como las Iglesias Evangélicas son votantes significativos, ya desde el tiempo de la dictadura, las autoridades asisten a ceremonias evangélicas para el aniversario patrio, y tenemos una nueva fiesta donde no se trabaja y es el Día de las Iglesia Evangélicas o Protestantes, digamos que es el homenaje a Lutero.  Y ese es un logro reciente por presión de estas denominaciones.  No se como andará  la exención al pago de impuestos a la propiedad por los Templos Protestantes,  y otras denominaciones, pero yo creo que se están igualando a la ICR.   Y todos los congresistas están de acuerdo por el poder que representan.

  • X. Gundín

    A falta de otras pruebas tengo que creer que tanto el convocante, Constantino como los convocados tuvieron la mejor intención de poner un poco de orden en la grillera que parece era el cristianismo de la época.
    También admito que los derrotados, disciplinados y, en caso de necesidad, pasados por las brasas tenian igualmente la mejor intención pero….perdieron, los pobres…..
    Y puedo coincidir en que -evangélica pero no imperialmente visto- tal vez fuese mejor dejar la grillera como estaba, que ya se cansarían de discutir y quemarse mutuamente.
    Y no discuto que fuese por inspiración divina -que no tiene por que excluir, sinó que puede fundamentar, el cáculo político- que Constantino virase chaqueta y finalmente se inclinase a favor.
    Y comprendo que en Nicea no se pudiese acabar tanto trabajo como había y tuvieran que completar unos años más tarde en Constantinopla y aún hoy sigan y sigan…
    Y mientras continuan, ¿alguien podría poner en lenguaje actual el credo niceno-constantinopolitano, sintésis de esos concilios?. ¿Qué quiere decir, en lenguaje actual….
    -…nacido…antes de todos los siglos…?
    -…engendrado, no creado…?,
    -…cual es la naturaleza del Padre?,
    -…resucitó fisicamente, si?,
    -…y vendrá de nuevo fisicamente, si?,
    -…resurrección de los muertos?.
    No digo enunciar, que eso ya está hecho, sinó explicar de modo que lo entienda una persona actual.
    Lo de resucitar me hace ilusión…
     

  • Remedios

    Los cambios siempre vienen de abajo. Lo que ocurre es que alguien no cambia por mucho que se le diga, tiene que verlo el por sus propios ojos, de esto sabía mucho Jesús cuando en el evangelio del ciego despues de mezclar barro con saliva y ponerselo en los ojos le pregunta ¿ves algo? El ciego le responde veo árboles que parecen hombres. Jesús no trata de corregir su visión, ni le dice que está equivocado, lo que quiere es que vea por sí mismo. Y precisamente a esto, a ver por uno mismo, es lo que más teme la Iglesia.
    No se por qué pero creo que Fico al igual que Javi habeis vivído lo religioso con pasión y cuando caisteis en la cuenta de la realidad os sentisteis que os habían estafado.
    Ésta es tambien mi experiencia. Porque yo buscaba, y por pura casualidad los libros que caían en mis manos resultaban ser casi todos de teólogos silenciados por la Iglesia. Casi que esto fue una respuesta a la pregunta que yo me hacía ¿no habrá nadie que se atreva a cuestionar nada?
    Cuando escuchaba las homilías me decía ¿realmente se creeran ellos lo que dicen?
    Hay un libro de Willigis Jäger “En busca del sentido de la vida” (tambien es un benedictino exclaustrado) que da respuestas a mucho de lo que aquí se ha planteado.

  • Javier Renobales Scheifler

    Es natural que cada persona tenga las creencias que son habituales en la cultura de la sociedad en la que vive, pues la religión es parte de la cultura.
     
    Pero hay un denominador común generalizado: la humanización, avanzar en ser cada vez más humanos. El mensaje del amor es básico para madurar en cada mayor humanización. Ese es el mensaje de Jesús.
     
    El mensaje del amor está en la base de las religiones, aunque esté frecuentemente enterrado por el poder de los que se apoderan de las Iglesias, por el montón de doctrinas y dogmas que inventan para dominar a las personas. Jesús es universal, su mensaje es básico en las religiones, aunque no se le llame mensaje de Jesús.
     
    En lugar de hacer una Iglesia romana, tan impregnada del Imperio Romano, con un papado en un Estado Vaticano que parece una institución imperial, lo que hay que hacer es evangelizar, que significa es extender el mensaje del amor, que es el mensaje de Jesús, no extender el catolicismo con todos sus dogmas y jerarcas.
     
    La primacía del obispo de Roma surgió del hecho de ser Roma la capital del Imperio, no de Jesús, como dejó bien claro el link que nos puso Olga, del obispo Strossmayer.

    http://www.piensachile.com/secciones/analisis/8621-sobre-la-infalibilidad-pontificia-
     
    Católico significa universal; para hacer cuanto más universal el mensaje de Jesús hay que desincrustarlo de lo que no es el mensaje, de lo que sólo es institución de poder. Como el Estado Vaticano, el papado con todos los poderes en su sola mano, la jerarquía no elegida por la comunidad y por lo tanto no legítima …etc.

     
    Desgraciadamente no se van a dejar. Olga dice que no se pague de los impuestos de todos el sostenimiento de la ICR, y tiene toda la razón. Pero no se van a dejar Olga, pues el poder corrompe, y el poder absoluto corrompe absolutamente (Lord Acton, mediados del S.XIX)
     
    La actitud sí es infantil, Fico, pro desgracia, porque es acomodada.
     
    Cuando se ha institucionalizado en el centro de la religión una misa en la que las personas se meten Dios por la boca y terminan la ceremonia recibiendo la bendición de Dios y un ministro, supuestamente ‘de Dios’ –en realidad es ministro del jerarca que lo ha nombrado- les dice que pueden ir en paz y por ello dan gracias a Dios, y así en todas las misas, se ha institucionalizado el acomodo religioso.
     
    Así ya no hay evolución posible de las creencias ni de las necesidades religiosas. Ya creen que poseen a Dios y tienen a quien llaman su representante (de Dios) en la Tierra.
     
    Así no es necesario encontrar a Dios en el prójimo hambriento, porque ya les han hecho creer que se lo han comido, lo digieren y lo cagan (a las cosas por su nombre), y para el día siguiente lo tienen bien seguro en el sagrario y en la que llaman ‘casa de Dios’ que no es más que la casa de la ICR, propiedad de la ICR, a mantener y restaurar con dinero del Estado a ser posible.
     
    Lo peor es que no van a cambiar: tienen demasiado poder. Nunca se van a bajar de Nicea 325, ya tienen lo que llaman la ‘palabra de Dios’ por sus infalibles Escrituras.
     
    La divinidad que necesitó el emperador romano para hacer del catolicismo la religión oficial del Imperio Romano fue y sigue, y seguirá, siendo la base del poder de la ICR.

  • Fico Sánchez Peral

    Está bien esto de que vaya saliendo cual es el origen de las creencias de cada cual, pero si os fijáis, aun no ha aparecido nadie diciendo que es un converso, un recién convertido procedente de la increencia o de otra religión. Lo cual significa que la mayoría, si no todas/os (y el que no lo sea que levante la mano, si quiere…), somos gente nacida en un contexto católico-cristiano que, bien porque se ha estancado en las creencias recibidas, bien porque ha evolucionado desde ellas, o bien porque las ha abandonado o cambiado por otras, por infumables; hemos ido derivando hacia distintas posiciones, desde las que nos reunimos en Atrio para reflexionar sobre todo ello, lo pasado, lo presente y nuestra inquietud por la previsión de su posible evolución futura.
     
    Y desde esa amalgama de experiencias diversas, pero con esa base común, nos debatimos por poner un nuevo suelo firme bajo nuestros pies, ya que el que recibimos en su día –las creencias religiosas- o eran de una pobreza que mata, o se agotaron o rompieron, porque se les exigió que dieran más de lo que podían dar, o fueron usadas para lo que no servían y se disolvieron. Por eso la persona adulta se revuelve y discute y vuelve a discutir sobre las mismas cosas una y otra vez, en el inútil intento de restaurar, de reparar el juguete roto, y dar tierra firme al vacío, al abismo abierto bajo sus pies al desinflársele el mito religioso por usar la religión para lo que no sirve, al suplantar la fe en Jesús por el culto a sí misma. (Y eso agravado por la convivencia con personas en distintos niveles de evolución, algunas de las cuales consideran ofensiva la forma de evolución o no evolución de las otras…).
     
    Sin darse cuenta de que “el juguete” no va a volver a funcionar, porque incluso aunque lográramos repararlo, él no va a querer volver a jugar más con el, porque, aunque –como Peter Pan- se niegue a reconocerlo, ha crecido: es un adulto, y los adultos, salvo que asuman como estado normal la esquizofrenia, no basan su vida en un juego, un globo desinflado: la “fe” en la religión en sí misma.
     
    Y, perdonad, porque no quiero ofender a nadie calificando esta actitud como infantil. Pero hemos de reconocer que el sistema autoritario de la Iglesia Católica, más urgido en los primeros momentos por construir una religión que por seguir el mensaje de Jesús; ha dado, desde siempre, a su magisterio, una dinámica didáctica de parvulario (y en ella se ha estancado), basada más en la obediencia, los dogmas, la infalibilidad y todo eso que ya se ha debatido tanto………, que en la fe en el mensaje de Jesús y su seguimiento.
     
    Todo eso es la parte pobre –la paja- de nuestra tradición. Cumplió su función en su momento, pero ahora está obsoleta, y ahora habrá que rescatar la parte buena, la consistente y duradera, la que sí sirve como suelo sólido: ¡el cristianismo!
     
    Por eso estoy más cerca de los planteamientos realistas cristianos de Javier; o de los de Olga cuando aglutina algo común a todos cuando dice: «… Dios encarnado en la consciencia sentiente de toda la humanidad nos deja buscar caminos, y para eso necesitamos libertad, reflexión, información. Jesús tuvo una intuición enorme de cual era el camino más correcto, el del amor sin condiciones, el del ojo misericordioso.  Por eso dice Yo soy el Camino, porque es mensajero y mensaje.»
     
    Yo creo, Félix, que sí hay muchas cosas de las que podemos hablar y compartir; pero con el único requisito de que no tratemos lo coyuntural, contingente y accesorio, como si fuera esencial.
     
    El origen de mis creencias es el común de todos, pero el origen de mi decisión de trascenderlas, cambiarlas o incluso prescindir de ellas y permanecer en el abismo si fuera preciso (y te aseguro que no es fácil),  –ya lo he contado demasiadas veces-, procede de una larga experiencia de cercanía con la muerte durante más de quince años por problemas de salud. Situaciones, como dice Olga, en las que si logras no suicidarte, ya no admites más sucedáneos ni placebos (al menos conscientemente) en tu vida. Prefiero, ¡mil veces!, mi insegura intuición de Dios (¡pero mía!!!), para la que el Jesús humano es mensajero y camino, que la “segura” certeza infalible -pero placébica- de los dogmas.
     
    El “problema” es el problema normal de adaptación que se da en toda sociedad: la convivencia simultánea, el contraste y discusión, entre personas en distintos momentos de evolución; y lo pongo entrecomillado, porque eso -y en toda familia sucede, evoluciona y pasa…- no debiera ser problema; lo que sucede es que en la iglesia se ve agravado por un magisterio eclesiástico que ha creado en su seno personas en estados de evolución llenos de contradicciones, cuando coincide en ellas una formación adulta en lo personal y lo profesional, pero inmadura (adolescente o juvenil) en lo religioso. Y repito que no quiero ofender a nadie, pero es que si no, no es comprensible que personas con una formación importante, y a veces hasta erudita incluso en lo religioso, tengan que recurrir a llamar “fe” a lo que sólo es creencia en unas creencias (y por ahí hemos pasado muchos), y a la obediencia a una doctrina que consideran parte de su “fe”, para justificar lo injustificable. ¿No sería más razonable aprender a distinguir entre fe y creencias?
     
    Yo, que partí de ella, e incluso aun me alimento en parte de ella, ya no me someto a la autoridad de la ICR, pero sí me siento en tradición con quienes –desde cualquier estado de evolución en cualquier religión o fuera de ellas- persiguen honesta y consecuentemente su intuición de Dios. Por eso últimamente tiendo (aunque no siempre lo hago) a meterme –a perder tiempo y energías- cada vez menos en discusiones técnicas religiosas, e ir más a lo esencial; que en las tradiciones católica y cristiana debiera centrarse en el mensaje de amor por el que Jesús de Nazaret dio su vida, y que si ha llegado hasta nosotros con la intensidad con que lo ha hecho, no ha sido sólo gracias a las doctrinas papales y sus dogmas (quizá más bien a pesar-de), sino a la autenticidad silenciosa de quienes lo han vivido entregados a ser sus discípulos, desprovistos (…sin dinero en las alforjas, sin túnica de repuesto, sin sandalias, sin bastón…) de toda seguridad eclesiástica (e incluso perseguidos o asesinados por ella) y doctrinal.
     
    Al final uno va aprendiendo a entender, que cuanto menos respaldado por la iglesia y más inseguro se siente, más tiene la sensación de que avanza en la buena dirección: en la insegura dirección y el inseguro camino de Jesús.
     
    Y lo dejo aquí, que ya me he extendido demasiado.
    Gracias a todos.

  • olga Larrazabal (Chile)

    Hola Felix, te encuentro toda la razón.  Yo creo en mis ruedas de carreta y tú en las tuyas.  OK Ahora conversemos sobre que queremos para el futuro, como podemos organizar una amistad, en que respetándonos nuestras creencias íntimas tu puedas honrar tus creencias y yo las mías sin pisarnos los callos, sin que yo te diga a ti lo que tienes que hacer ni tu a mí, sin que el dinero de nuestros impuestos vaya a parar a la organización de tus creencias y no de las mías, ni tus creencias invadan las leyes que nos rigen a ambos y las instituciones me pisen los callos y yo me tenga que aguantar.  Tenemos entonces que crear una convivencia civil que nos satisfaga a los dos, y cuando nos juntemos a comer, como amigos, olvidarnos de nuestras creencias, para disfrutar de la vida. ¿Por ahí va la cosa?

  • Javier Renobales Scheifler

    La mitología, el pensamiento mágico, fueron necesarios en una etapa más infantil de la Humanidad, para que ésta avanzara confiada en lo divino.

    Pero ya hemos madurado lo suficiente como para confiar en nosotros mismos; hoy el pensamiento mágico religioso es un obstáculo para la responsabiliad de las personas, que confían en que los jerarcas les digan cuál es la voluntad de Dios.

    A nadie Dios le sopla cuál es su voluntad; lo que el papa dice no es más que la voluntad del papa, lo que a él y su ultrconservadora manera de ver el mundo conviene.

     Por ejemplo que las mujeres no puedan ser curas/jeracas, y que los curas no puedan ‘tener/ser tenidos’ por mujer, y que las mujeres no puedan tomar anticonceptivos (la criminal Humanae Vitae facilita embarazos no deseados y consiguientes abortos …)

    Hoy no necesitamos a Dios para hacer y seguir una ética humana, civil, no religiosa, no colgándola de un imaginario Dios.

    Hoy Nicea 325 está obsoleto, es un obstáculo que muchos ya superaron hace tiempo.

  • Javier Renobales Scheifler

    Íñigo dice:
     
    “Si aceptamos que la palabra de Dios es infalible, también tenemos que aceptar que las doctrinas derivadas de la misma, aunque tengan un componente humano, también la tienen (la infalibilidad)”
     
    Cuál es la palabra de Dios, Íñigo, ¿la de Nicea 325? ¿La de los evangelios? No, pues ambas son obras de los hombres.
     
    ¿Lo que dijo Jesús que dicen los evangelios que dijo Jesús? Tampoco, pues la verdad que sabemos es que Jesús fue un hombre. Algunos imaginan que es Dios pero eso no sabemos que fuera verdad, por el contrario sí sabemos que era un hombre, Jesús histórico, el que existió.  Por eso hubo de ser parido por una mujer, única forma de ser un hombre (el mito de Adán hecho de barro y un soplido divino no es más que un mito, no es real, nunca hubo tal soplido sobre barro y ¡ale hop! Empezó a moverse y respirar Adán)
     
    Jesús nunca dijo que era Dios.
     
    Los evangelistas lo divinizaron, pues convenía a las comunidades para las que escribieron esos evangelios. Nicea 325 lo divinizó más aún, pues convenía al emperador romano, que también era divino.
     
     Los evangelios los escribieron unos hombres (que no sabemos quienes fueron, no les conocemos, aunque los confesionales necesitan que fueran los apóstoles que nos dicen que Jesús dijo que sí era Dios …)  Sigue siendo obra de los hombres todo eso, la pescadilla que se muerde la cola, no palabra de Dios

    Nicea 325 es esencial para el catolicismo romano, para sus mundanos intereses.

     Pero se puede seguir a Jesús sin necesidad de divinizarlo: y así es más asequible a más personas, lo cual es precísamente lo que importa,y  no el poder vaticano, qeu sustenta a quien se dice representatne de Dios en la Tierra

    Semejante pretensión tira de espaldas a demasiadas personas de buena voluntad. Es un obstáculo para llevar a Jesús/su mensaje de amor por el m undo.

    el papado romano es un obstáculo para la unión de los cristianos.

  • M.Luisa

    Me asomo un momentito  en ese fructífero  hilo  para  que al igual que  Javier, a quien presumo de conocer  bien,   decirle a Iñigo que celebro su  regreso  y decirte, amigo,   que  cuánto dije de ti  sinceramente lo sentía.  Sólo añadir   que a mi   también  me ha emocionado    conocer tu historia   testimonial  de  una vida tan enriquecedora.
     
    De momento sólo  era decir  esto, os iré leyendo a todos  poco a poco porque la cosa promete.
     
    Gracias a todos

  • Javier Renobales Scheifler

    Félix
     
    Jesús nos enseño el padrenuestro, no el credo.
    Tradiciones y dogmas son el pasado. Lo pasado, pasado. Agua pasada no mueve molino. No hay que olvidar el pasado, pero hay que construir el futuro en entera libertad, y aprendiendo de los errores del pasado.
     
    El mandamiento/mensaje de Jesús consiste en amar, no en creer.
     
    El catecismo de Wojtyla (que él tituló ‘de la Iglesia Católica’) fue impuesto, como todo en la ICR, que es una dictadura –la conjunción de todos los poderes en una sola mano, la del dictador, según define el diccionario, creo recordar-.
     
    Miremos juntos al futuro, como bien dices. Como amigos. Por querer a mis amigos, me olvidé de mis creencias, decía Olga el otro día.
     
    Nicea 325 hoy es el requetepasado, con todo y sus dogmas fundamentales del catolicismo. Que no nos obstaculice la dogmática católica, tan exagerada, tan válida para unos pocos: el mundo es muchísimo más amplio que esas cortas miras de Nicea 325 nacidas por el interés de un poderoso emperador que inspiró el papado católico como lo conocemos hoy.

    Lo siento si molesto a los católicos, también a mi me jode vuestro ‘fuera de la ICR no hay salvación’ que dice vuestro catecismo vigente (desde el siglo III o IV creo, de Tertuliano o así, no recuerdo ahora). Y la Dominus Iesus de Wjotyla/Ratzinger.

    ¿Por qué llamáis ‘La Iglesia’ a lo que no es sino la ICR o la ICAR, o la IC?

    Pues porque hay en ello un ansia de ser la única.

    Sí ya sé, muchos no lo decís con esa intención: pero se trata de ningunear a las demás Iglesias, con esa doctrina excluyente fundamentalista.

    Un poco de autocrítica nos viene bien a todos.

    Voy a salto de mata, pero seguiré leyéndoos luego

  • Félix García Moriyón

    Poco tengo que añadir a lo que ya ha dicho Íñigo sobre las creencias y los dogmas. Creo, Javier que o bien me explico mal o lo entiendes mal, o ambas cosas. Ya dije que los dogmas tienen una historia y que la interpretación de los mismos va variando según sea la importancia que tengan. Por eso me centraba en el Credo. De todos modos, no creo que tenga mucho sentido seguir indagando en esa línea.
    Y sobre todo no tiene sentido porque el diálogo exige cierto nivel de respeto personal. Si tú consideras que la celebración eucarística, central para todo católico y para todos los cristianos, aunque con diferentes interpretaciones sobre todo de la presencia de Jesús en la hostia, es «un esperpento de ceremonia de culto a lo que imaginan divino», ¿de qué quieres que hable con alguien que considera que algo central en mi vida es un esperpento? Mucho me recuerdas a Pío IX cuando hablaba del socialismo llamándolo «pestífero».
    Y lo mismo digo respecto al comentario de Olga. ¿De verdad piensas que yo, y quienes están cerca de lo que yo digo en esta lista, «comulgo con piedras de molino»? Porque si es eso lo que piensas, ¿de qué quieres que hablemos, una vez que has cuestionado radicalmente mi capacidad de mantener ideas de manera consciente, reflexiva y adulta? ¿De verdad crees que los que exponemos y compartimos unas creencias, si quieres unos dogmas, intentamos imponer nada a nadie? Porque si lo crees, ¿de qué sirve hablar con alguien como yo que expone públicamente aquello en lo que cree, mis dogmas si prefieres llamarlo así?
    Ya lo he dicho en el comentario anterior: ¿por qué no miramos juntos al futuro, mejor todavía a los graves problemas que asolan a los seres humanos aquí y ahora y buscamos puntos de encuentros para trabajar juntos por la paz y la justicia? ¿Por qué hay que estar una y otra vez sacando a relucir el memorial de agravios, supuestos o reales, echándoselo en cara a quienes no comparten nuestras ideas? ¿Convertimos esto en una terapia de grupo en la que nos pasamos apelando una vez tras otras en un bucle sin fin a la Inquisición o al nacionalcatolicismo, a los mártires católicos de la cruzada, a aquellos que a lo largo de la historia padecieron martirio por su fe y os sus obras de caridad o a los casi 200 millones de cristianos que en el mundo actual padecen persecución?
    Dos pequeñas aclaraciones: aunque en la sociedad individualista del capitalismo líquido de consumo nos encanta poner nombres, te recuerdo Javier que es impropio decir que el actual catecismo de la Iglesia Católica es el catecismo Wojtyla/Ratzinger, aunque se elaborara bajo su pontificado y por petición suya.
    Íñigo, como bien sabes, Kant elabora una bella prueba a favor de la existencia de Dios, como postulado de la razón práctica, partiendo de la existencia del mal y la injusticia en el mundo. Dios garantiza la validez de la ley moral en nuestros corazones y la exigencia de que exista un Reino de los fines en el que no sólo seamos dignos de la felicidad, sino que la disfrutemos.

  • Javier Renobales Scheifler

    ¿Más ejemplos, además de SanWojtyla? La guerra civil esapñola, la dictadura católica franquista …

    El tema es áspera y profundamente político (incluso militar …)

    Por eso mataron a Jesús (no para que su sangre perdonara nuestros pecados …)

    No hablamos de pájaro y flores, al hablar de Nicea 325, ni lo hacían entonces: Jesús es política y revolución, porque es amor humano.

  • Javier Renobales Scheifler

    Este es mi cuerpo, ésta es mi sangre’ dijo al parecer Jesús mostrando los alimentos básicos de entonces, que constituyen la base física del cuerpo humano, de su necesaria restauración, de su alimento imprescindible para la vida humana.
     
    Haced esto: partid y compartid el pan, compartid los alimentos, compartid los bienes materiales y espirituales (el amor humano) necesarios para la vida. Haced esto como yo lo he hecho.
     
    Por el contrario, por haber divinizado a Jesús, los dirigentes eclesiales han organizado un esperpento en el que se comen el cuerpo y sangre que dicen de Dios, y que esa ingesta les da gracia divina para salvarse.
     
    Es ‘coger’ el rábano por más arriba de lo verde, un esperpento. Ello tiene el efecto inconsciente o conscientemente pretendido: se elude así lo que Jesús pretendió al compartir el pan y al vino: que compartamos los bienes necesarios para vivir con dignidad humana con los 7.000 millones de personas hermanas que tenemos ahora en el planeta, sin olvidar las generaciones futuras, que tendrán que vivir como nosotros de y en este planeta.
     
    El cuerpo de Jesús se pudrió en la tierra, como es ley de la evolución de la vida terrena (ley divina, para los que quermos creer que la evolución la creó Dios). Pero la vida continúa, Jesús lo sabía y les dio a sus cercanos un último mandato/recomendación: compartid los bienes con los demás. Compartíos con los demás, lo que sois, lo mejor de lo que sois. Palabra de hombre.
     
    Es esto algo muy comunista, que ha sido rechazado por el egoísmo humano, enterrando ese mandato/recomendación de Jesús en un esperpento de ceremonia de culto a lo que imaginan divino.

    Así catolicismo es anticomunismo. Ejemplo: SanWojtyla.

    ¿exagerado, Santiago? Ya, ya: mirá no más lo exagerado y absurdo que es tratar de convertir mágicamente el pan y el vino en cuerpo y sangre de Jesús (ayudados por Nicea 325, que hizo dogma la imaginaria divinidad -tal y como la imaginaron- de Jesús). 
    La paja y la viga, Santiago.

  • Javier Renobales Scheifler

    Bien Íñigo, siento que aciertas al quedarte
     
    No podemos demostrar que Dios existe, ni que no. Decidimos libremente optar por creer (imaginar) una o la otra, pero sin olvidar que la verdad pueden ser ambas. Nuestra razón humana no es tan potente como para resolverlo, al menos hoy por hoy. Y es lo único que tenemos, nuestros medios humanos.

    No hagamos trampa inventándonos mágicamente medios divinos, revelaciones divinas, palabras de Dios, leyes impresas ‘por Dios’ en la naturaleza humana ‘así creada por Dios’…

    Sarrionaindía, dice más abajo 24-Enero-2012 – 11:53 am “El tema de la humanidad o de la divinidad de Jesús no se resuelve con afirmaciones como tampoco se resuelve la rotundez o la planicie de la tierra mirando al horizante. Es como tratar de  resolver si una bola de hierro es redonda o dura; el problema surge de presuponer que la dureza excluye la redondez o, al contrario, que la redondez excluye la dureza.
    La solución cristiana consiste en afirmar que todos los humanos somos divinos por ser creaturas (hijos) de Dios. La dificultad de la solvencia estriba en no saber definir taxativamente qué entendemos por «humano» y qué por «divino»

     
    El Jesús histórico, humano 100%, fue asesinado como un perro sedicioso político entre otros crucificados sediciosos políticos, probablemente apresados formando parte de un grupo armado que se oponía a la invasión militar romana del territorio del ‘pueblo elegido por Dios’ considerado sagrado por los judíos.
     
    La ‘solución’ humana fue resucitar al humano, imaginar que la película acababa bien, ganando los buenos, imaginando a un ángel que ante el sepulcro vacío les dijo: ‘buscáis a Jesús, el crucificado. Resucitó; no está aquí.
     
    Los átomos y células del cuerpo de Jesús se pudrieron, el soporte físico de Jesús se pudrió, volvió a la tierra de la que surgió la vida, también la de Jesús.
     
    Pero lo que fueron sus relaciones de amor humano y samaritano, perviveporque lo hcemos pervivir; lo mismo que nuestras relaciones de amor humano.

    Buscad a Jesús en Galilea, imaginan que dijo el ángel: o sea en nuestras personas hermanas, en nuestro corazón y en el mundo humano -tan inhumano como lo tenemos hecho-, en los sueños y penas humanos de cada día (la idea se la leo a José Arregi)
     
    Cuanto más humano más divino, decía Juan Luis Herrero del Pozo en este foro. Y tenía/tiene toda la razón.
     
    No sabemos lo que es lo divino, pero sí experimentamos lo único que podemos experimentar: lo que somos, lo que es humano, esforzándonos en hacerlo más humano cada vez.
     
    No empecemos el camino por la imaginaria meta final que no conocemos, lo divino. Ni metamos la meta en mitad del recorrido, pues la meta está al final, si lo hay.
     
    Hagamos el camino con las piedras humanas que conocemos, que es lo único que tenemos; hasta donde lleguemos, sabiendo que no vamos a llegar al final en esta vida, imaginando si queremos que habrá un final divino en una ‘otra vida’, si eso nos estimula (como la zanahoria al burro que algunos tenemos dentro).
     
    Pero aquí y ahora, todo es humano y sólo humano. Esta es la verdad, hoy por hoy, la que podemos alcanzar con los medios que tenemos.
     
    Creyendo a la vez, los que nos da la gana de creer en lo divino (FE), que cuanto más humano más divino, y que algún ‘día’ llegaremos a lo divino, al que hoy por hoy sólo podemos experimentar experimentado el amor humano.
     
    Bueno, Dios es amor, dicen. Desarrollemos pues el amor … humano, que es el único que tenemos.

  • Iñigo

    Por lo tanto vemos que el componente más determinante es una fe que inevitablemente se base en la creencia sin evidencias, la credibilidad que le damos a nuestra experiencia personal y a la colectiva derivada esta última de la tradición. Evidentemente únicamente podemos entender la religión desde este ángulo, aceptando la frase “La religión empieza donde la ciencia acaba, y si es difícil demostrar que Dios existe, tanto o más difícil es demostrar que no existe”. En este aspecto la mayor objeción que puede hacerse a la existencia de Dios es desde el punto de vista moral, no así desde el científico. No es admisible tanta desigualdad y desgracia en el mundo. Me parece una buena definición la de Ortega cuando según las circunstancias y el temperamento de cada persona utilizamos nuestra mitad animal o nuestra otra mitad espiritual.

  • Iñigo

    El tema de la infalibilidad es complejo. Si aceptamos que la palabra de Dios es infalible, también tenemos que aceptar que las doctrinas derivadas de la misma, aunque tengan un componente humano, también la tienen. Al hablar de que la palabra de Dios es infalible nos referimos a la primacía de las “Sagradas Escrituras” como texto de referencia, Dios habla a los profetas y se da a conocer a través de Jesucristo y esto es lo que las hace infalibles. De la interpretación de esa palabra, de esa Revelación, deriva por institución divina la primacía de Pedro y de sus sucesores y de los Apostolorum Sucesores, y su consiguiente infalibilidad.

  • Iñigo

    Después de pensarlo con calma, creo que hay más motivos para quedarme en Atrio que para abandonarlo. Me siento agradecido por los comentarios tan cercanos y como los de Félix, Honorio y Gabriel y tan inmerecidamente elogiosos como los de M.Luisa. También hay un testimonio en este post que me ha traído recuerdos de experiencias similares y que me ha emocionado y es el de Cristina. Relataré con brevedad una experiencia parecida a la de los antepasados de Cristina de la que fui protagonista. Allá por 1928, mi padre, un pastor que apenas sabía hablar en castellano decidió emigrar como lo habían hecho sus tíos años atrás, pues en casa había mucha necesidad y autentica hambruna. Pasamos a Francia toda la familia, los dos padres y cuatro hijos, trabajó un año en el pastoreo, y por fin cogimos un barco con rumbo a lo desconocido, con dos años recuerdo al barco no como un medio de transporte sino cono un lugar en donde vivía, y es debido a lo larga que fue la travesía con sus paradas, toda una aventura. Llagamos a un país inmenso, Australia, y nos acogieron nuestros familiares y la comunidad vasca,  tengo ese sentimiento y el recuerdo que comenta Cristina, éramos una comunidad con una forma de vivir la vida, con una cultura y con unas tradiciones en torno, también, a la religión católica, las fiestas patronales, las primeras comuniones, las bodas, los bautizos, la Navidad, eran momentos de fiesta y de celebración, nuestros referentes eran los grandes santos de nuestra tierra, recuerdo a mi padre y a mi madre rezando a diario, y no se como tenían tiempo porque se pasaban el día trabajando, no tendrían cultura pero me dieron un ejemplo de vida extraordinario. Gracias a ellos sus hijos llegamos a tener esa cultura y esa formación de la que carecían. Podría comentar mi experiencia en el colegio, en la catequesis parroquial a la que acudíamos, la convivencia con los anglosajones  y la tristeza de ver humillados a los aborígenes, como no hablé castellano en condiciones hasta que por los años cincuenta fui a estudiar a Alemania, donde me quedé, me casé y vivo, aunque a temporadas vengo a Bilbao pues la tierra me tira mucho, pero a mi mujer le tira la suya  y tenemos razones de peso en Alemania cinco hijos y seis nietos, perdón por la batallita de abuelo.

    En conclusión que efectivamente teníamos unas referencias culturales unidas a la tierra y a las tradiciones, estas últimas fundamentas en las creencias. En nuestros genes llevábamos la condición de vascos y de católicos, teníamos un idioma, una religión y un origen. Quizá aquellas gentes que emigraron no habían conocido otra cosa, fruto del aislamiento con respecto a España, pues ni se habían relacionado ni les habían dejado relacionarse, quizá la religión y el idioma era una forma de defenderse del exterior. Lo que nos narra Cristina, lo que yo he vivido y los ejemplos de otros pueblos como el de Jesús nos puede hacer reflexionar de que  no estamos solos y que pertenecemos a una determinada familia o grupo en donde pesa la historia, las tradiciones y dentro de estas las creencias ocupan un lugar fundamental.

    Volviendo al tema que nos propone Hector, el título lo dice todo. Nicea es la esperanza ecuménica de encuentro de diferentes formas de entender y de vivir el cristianismo, en regiones dispares con idiomas y culturas distintas, también la esperanza de poder vivir la fe sin miedo a ser perseguido, de  establecer la paz religiosa y construir la unidad de la Iglesia cristiana. Nicea también es la amenaza que  entraña el desencuentro por el miedo a ser convencido por el discurso del otro, por la imposición de ideas, por los intereses políticos del imperio. Los debates sobre la definión de la consustancialidad del Hijo con el Padre debieron de ser muy intensos y apasionados como lo serían posteriormente, en los siguientes concilios, la Santísima Trinidad, el Misterio de Cristo y el problema de la Gracia, entre otros. Es evidente que la definición del dogma católico se llevó a cabo en medio de recias batallas teológicas que produjeron escisiones cuyos grupos fueron considerados heréticos. Este tema da para mucho.

    Uu saludo muy cordial.

  • olga Larrazabal (Chile)

    La verdad es que quien quiere comulgar con ruedas de carreta, lo hace alegremente.  Tiene que caerse del caballo o verse enfrentado a una de esas situaciones de vida en que hay que llegar al fondo para poder salir de ellas sin suicidarse, para revisar  creencias y opiniones y buscar versiones más sanas de la vida.  Jesús era sano.  Seguramente se saltó un montón de preceptos dogmáticos, no se lavó las manos cuando debía y se dejó tocar por mujeres, y cosechó espigas el sábado porque tenía hambre, pero dejó muy claro que no se es puro por lo que te entra en la boca sino por lo que te sale de ella en forma de palabra.  Es decir en forma de relación con el prójimo. ¿ Y no es una falta de respeto al prójimo imponerle dogmas en su relación con la divinidad, que es privada?   ¿No es falta de respeto a las mujeres divinizar la virginidad de nadie?  Un hecho físico intrascendente que tiene más relación con la propiedad privada de una esclava, con el ego de algún varón que con la  valía de una mujer? ¿No es una arrogancia espantosa creer que la única manera que el Creador del Universo puede manifestar su sabiduría en los humanos es a través de una forzada encarnación física?  La sabiduría del Universo, si es reflejo de la del Creador, inyectó en la materia sus leyes de funcionamiento y evolución.  Dios encarnado en la materia nos da la gravedad, las leyes de la química y la termodinámica sin tener que recurrir a ninguna fábula. Dios encarnado  en la materia nos da la belleza de la flor y de la multiplicidad.Dios encarnado en la consciencia sentiente de toda la humanidad nos deja buscar caminos, y para eso necesitamos libertad, reflexión, información. Jesús tuvo una intuición enorme de cual era el camino más correcto, el del amor sin condiciones, el del ojo misericordioso.  Por eso dice Yo soy el Camino, porque es mensajero y mensaje.

  • pepe sala

    1º:  El DOGMA de la Asunción también es dogma aprobado con el requisito de ” infali…éso”. Además del del la Inmaculada Concepción. Ya van dos y hay bastantes más de mayor importancia.)
     
    2º: No se olvide otra fórmula de imponer creencias INAPELABLES ( aunque no se les llame inaflibles) Me refiero a la famosa fórmula mal escrita y pronunciada en la mayoría de los casos:
    http://www.vatican.va/holy_father/benedict_xvi/motu_proprio/index_sp.htm
     

  • olga Larrazabal (Chile)

    Entre mis curiosidades me encontré un artículo en que se hace las referencias históricas correspondientes al modo como se dasarrolló ese Concilio que garantiza la infalibilidad del Papa, supongo que en materias de fe y doctrina solamente, otras versiones dicen que en materia de dogma y moral y cuando habla Ex cathedra y ni pensar en otros temas y en otras situaciones. Es interesante como el Obispo Strossmayer, uno de los grandes eruditos en Historia de la Iglesia del siglo 19, se refirió a este hecho.
    http://www.piensachile.com/secciones/analisis/8621-sobre-la-infalibilidad-pontificia

  • Javier Renobales Scheifler

    Pedí a Félix me dijera un libro que recoja (enumerándolas o exponiéndolas) todas las doctrinas católicas consideradas infalibles y, si no le entiendo mal, me dice que en una sola ocasión (sin contar el propio dogma de la infalibilidad de 1870, claro): la Inmaculada.
     
    Claro, así parece que no tendría ninguna utilidad hacer el libro que pido, y que por eso tal libro no existe.
     
    Pero como honestamente destaca Fico, la realidad práctica católica es muy otra, probablemente por lo que dice el catecismo de Wojtyla/Ratzinger, vigente:

    “2035 El grado supremo de la participación en la autoridad de Cristo está asegurado por el carisma de la infalibilidad. Esta se extiende
    1.     a todo el depósito de la revelación divina; se extiende
    2.     también a todos los elementos de doctrina, comprendida la moral, sin los cuales las verdades salvíficas de la fe no pueden ser salvaguardadas, expuestas u observadas
    Bueno, con todo el depósito de la fe, más todos los elementos de doctrina y moral sin los que las verdades salvíficas (¿cuáles y cuántas son estas verdades?) de la fe no pueden ser
    §  Savaguardadas
    §  Expuestas
    §  U observadas
     
    Con todo este material que los papas enseñan que es infalible, ya ¿se podrían escribir un libro, Félix? Título: doctrina infalible del Magisterio de la ICR.

    No está escrito, porque los católicos no lo necesitan, habría que pensar. Así quizá les parezca que todo el catecismo es infalible, lo que ahorraría muchas explicaciones.
     
    Porque lo que es infalible no se discute, tonto sería quien lo discutiera, si lo ha dicho Dios, el cual también es infalible.
     
    Pero vamos a Nicea 325: parece claro que el nº 2035 del catecismo católico cuelga directamente del mismísimo Cristo.
     
    Y claro, si se quiere hacer creer a los súbditos de la ICR que todo eso destacado en negrita puntos 1. y 2.  más arriba es infalible, necesariamente hay que bajarlo desde Dios, pues Jesús meramente humano no es infalible, porque ‘sólo’ es humano.
     
    Bueno, la solución es fácil: se convierte a Jesús en Dios, es decir, se le diviniza, y ya tenemos el poder de Dios a disposición de los que divinizan a Jesús en Nicea 325.

    El divino emperador Constantino no tenía un pelo de tonto: se aprovechó de los dirigentes del cristianismo todo lo que le dio la gana, y estos le dejaron, se vendieron al poder de Constantino, a cambio de parte de su poder.
     
    Necesariamente el dogma de Nicea tiene que ser infalible también y ¿de dónde sacamos esta infalibilidad en el año 325?
     
    La solución es fácil también: de la infalibilidad de la Escrituras (ahí viene muy bien -es imprescindible- repetir millones de veces que las Escrituras son palabra de Dios, pues una mentira tan repetida se convierte en verdad, dicen, creo que desde la sabiduría popular). 
     
    Y ¿de dónde se saca que las Escrituras son palabra de Dios? Aquí el blindaje es doble: se saca de que ‘se dice’ que las inspiró Dios, pues son palabra de Dios, y de que contienen lo que dijo Jesús según unos testigos ‘totalmente fiables’ pues con sus propios oídos ‘se lo oyeron decir’ a Jesús .

    Y, como Jesús es Dios (doble, perdón triple blindaje: de DiosPadre/ES y de DiosHijo, o sea de la Trinidad en pleno) la infalibilidad no deja así resquicio a la más mínima duda razonable.
     
    Esto es constante y obviamente la pescadilla que se muerde la cola; pero eso no es obstáculo para una fe potente. Se rocía con una buena dosis de esa FE, y adelante.
     
    Por si acaso se envuelve en eso del carisma que dice Santiago, y el producto queda listo para enviar a la red de distribuidores y repartidores para consumo de los evangelizados.
     
    La ICR (sus dueños) necesita tener una potente (e infalible, valga la redundancia) línea directa con el imaginario mundo sobrenatural divino, infalible por definición, porque sin revelación divina infalible no pueden fundamentar nada de esto.
     
    Claro, Ratzinger le prohibió enseñar a Hans Küng en cuanto éste empezó a mostrar que la infalibilidad católica es cosa de hombres, no de Dios: porque sin la infalibilidad a la ICR se le acaba el negocio, se le acaba el depósito de la fe, la gallina de los huevos de oro. Por eso les obsesiona la infaliblidad.
     
    Yo creo que en el S. XXI hace mucho que estamos preparados para fundamentar la fe, no en Nicea 325, ni en la imaginaria palabra de Dios, sino en el amor humano (que el teólogo católico sacerdote Castillo dice que es Dios) y en Jesús humano, el histórico, cuyo mensaje de salvación es de amor humano y de nada más.

  • olga Larrazabal (Chile)

    Nada Fico, nada, es que soy croqueta y casquivana….

  • h.cadarso

    Tendré que leerme con calma todos vuestros sabios comentarios a lo de Nicea. Pero me apresuro a saludar a Cristina W. y a darle mi bienvenida a Atrio.
    Es una suerte contar con una perspectiva y un enfoque de los temas entre religiosos y laicales o civiles o agnósticos que aquí tratamos desde la religiosidad y la cultura norteamericana. Justamente nos faltaba ese ángulo de visión. Por favor, quédate entre nosotros, Cristina!
    Podrás comprobar que entre españoles, y mucho más si les sumamos a los vascos, cualquier debate-diálogo (mucho más debate que diálogo) se pone enseguida al rojo vivo. Deben ser restos de cuando se quemaba vivos a los herejes…Peersonas como tú ayudan a superar esa etapa que debíamos habeer dejado atrás en 1936, pero ya ves…
    No te negaré que tu país es un gran país, pero en estos momentos nos está fallando en cuestiones muy graves. Lo cual no me impide intentar comprenderlo y valorar las muchas cosas y muchas personas buenas que se cuentan entre vosotros.

  • pepe sala

    Gracias, Jabitxu, por pretender mi salvación de ateo recaltrizante. Pero tu buena intención choca con mis propios gustos y convencimientos:
     
    Yo no quiero la salvación si ello conlleva pasarme toda la eternidad en compañía de ciertos personajes. Si Franco, Balaguer, Fraga Iribarne, Carrero Blanco y montones de etcs están el cielo ( salvados), yo me voy directamente al infierno POR GUSTO PROPIO. Lucharé con San Pedro que se ponga por delante si intenta hacerme convivir una ” salvación” con tipos de la calaña de los nombrados y millones de ellos más, ( mejor no interesarse por ciertas biografías del santoral católico… son como para “ponerse a mear y no echar ni gota”, y a pesar de ello,  ahí siguen dando trabajo a las beatas que limpian sus calvas de madera, bronce y mármol.)
     
    Dicho lo cual y entrando a las grandes preocupaciones de Cristina W, me imagino que tendrá las mismas consideraciones cuando las cosas funcionan al revés de lo que ella considera tan injusto. Así pues, no estaría mal que considerase el MAL-trato que la ICAR ( y otras religiones) acostumbra a tener con ateos, herejes, brujas a mogollón, ISLAMISTAS, comunistas, etc, etc. No pacece que la ICAR, ni sus allegados, tengan la delicadeza de dirigirse exclusivamente a Estalin, Bin Ladem, Tepes el empalador y personajes concretos que todos-as conocemos. Al contrario , tiran con perdigón lobero a todo lo que se menea fuera de las directrices religiosas CATOLICAS. ( aborto, homosexualidad, comunismo…)
     
    Y sobre los EE UU de América, trampoco estaría mal detenerse un poquito en reflexionar sobre la forma de actuar del IMPERIALISMO YANKI. Como prueba más concerta tenemos la de IRAK y, cómo no, el trato que los EE:UU de América impone al mundo entero respecto a sus vecinos de CUBA.
     
    Por lo cual, y por darle un pequeño toque de humor a mis miserables reflexiones, contaré un chascarillo popular que viene muy bien al caso : ( según creo y con la venia,)
     
    El sacristán al cura párroco:
    — Padre cura, que dicen por ahí que todos lo hijos del pueblo son suyos…
     
    — Aún ni la mitad, hijo, ni la mitad. La gente es muy exagerada.
     
    Pues éso

  • Javier Renobales Scheifler

    Olga (y Héctor),
     
    No es mi frase, por el mero hecho de que la haya dicho/escrito yo; ha salido esa frase como las demás: del diálogo en el foro; sin él no habría salido, como tantas otras ideas que llegan a ser frases escritas. Es, como tanto de Atrio, algo colectivo.
     
    Y nada de grande (soy un poco retaco); mira no más cómo me cabreé con el bueno de Héctor, que es un pedazo de pan. Me pilló con la guardia baja lo de refugiarme en la familia y descontrolé el sentimiento animal. Me arrepentí en seguida.
     
    Te pido perdón Héctor. Retiro lo que dije.
     
    Saludos cordiales
     
     
    P.D. No tengo tiempo de leer más, en otro momento quizá.

  • Fico Sánchez Peral

    Ami me da envidia (sana envidia) Cristina W., cuando te veo hablar, sin prejuicios ni complejos, del origen de tus creencias. Da gusto (repito: y un poquito de sana envidia) cuando desde países “jóvenes”, y en el sentido que hablamos USA lo es, se puede hablar de esas cosas sin la carga y el desgaste de siglos de errores históricos de las tradiciones propias. Por eso, permíteme decir que, desde países “viejos” y tras haber tenido que hacer la autocrítica y dolernos, del desprestigio que sobre nuestras tradiciones han causado cosas –solo por citar alguna significativa- como la inquisición, la colonización y evangelización de América…, estamos (o al menos yo estoy) aprendiendo a separar el grano de la paja y hasta de la cizaña, y a rescatar lo que de valioso hubo en esas tradiciones. El daño fue mucho y cuesta recuperarlas, pero en ello estamos, pues si no se siente uno como desarraigado, trasterrado y no replantado en ninguna parte en la que volver a arraigar; claro que uno nunca está seguro de la limpieza de sus anhelos, pues, si “…el hijo del hombre no tuvo donde reclinar la cabeza…”, no sé de qué pueda quejarme yo…
     
    Por eso a mi me gusta sentir que, pese a los errores históricos propios de los estados evolutivos de la raza humana, (y cada momento histórico tenemos los nuestros…), y en particular los de la Iglesia, formamos parte del mismo proyecto humano, y humanizante, que iniciaron hace siglos nuestros antecesores, con muchas más dificultades y menos medios que nosotros, que somos tan relistos y juzgamos (yo el primero) tan duramente su pasado.
     
    Creo, pese a todo, que algo muy valioso hubo en algunos de ellos, quizá pocos, pero muy vitales, y por lo que merece la pena sentirse orgulloso de ser sus herederos. Y si hablamos en el terreno de lo cristiano, y pese a todo lo que sabemos de la historia eclesiástica, también es justo reconocer y agradecer el testimonio de fidelidad al mensaje de Jesús, de esos seres desconocidos, aislados y muy poco visibles (no fueron Papas, ni obispos, ni oficialmente santos), que con la autenticidad de su vivencia cristiana silenciosa, fueron fermento de fe, e hicieron posible que –pese a todo- el mensaje de Jesús: un “fracasado”, un marginado social, crucificado ignominiosamente por los suyos, se haya transmitido de unos a otros y haya llegado hasta hoy con la intensidad con que ha llegado.
     
    De esa tradición es de la que me gustaría ser partícipe y de la que quisiera llegar a ser digno, por haber sido capaz de transmitir a nuestros herederos, un fermento vital de fe en Jesús, de igual autenticidad e intensidad que el que nuestros antecesores, por pocos y discretos que fueran, nos legaron a nosotros.
     
    Buenos días.

  • Fico Sánchez Peral

    Santiago y Felix se dirigen a Javier en el delicado tema de la infalibilidad; y digo “delicado”, no porque la jerarquía lo haya tratado precisamente con delicadeza, sino por todo lo contrario, pues, aun siendo cierto que son excepcionales las veces que oficialmente hace uso de ella, son sin embargo habituales las que oficiosamente abusa de ella. Y digo “oficiosamente”, porque en la jerarquía se ha desarrollado la rara (e hipócrita) habilidad, de saber jugar a hacer las cosas haciendo parecer que no se hacen; con lo cual, sin padecer el descrédito de un uso abusivo expreso de la  infalibilidad, ha habido muchas cosas que, de facto, los fieles acataban por bondadosa (y excesivamente crédula, y hasta servil, añadiría yo) docilidad a la autoridad.
     
    Me refiero al abuso de esa sumisa docilidad, fomentada expresamente con ese fin por la jerarquía religiosa, que tanto se aplaudía desde todos los ámbitos eclesiales, y a la que se sigue apelando en el presente, hasta el extremo de que, tan conscientes eran de que fomentaban ellos mimos tal abuso oficioso, y de la necesidad de hacer algo en descargo propio, que en ambientes vaticanos se llegó a acuñar el término “ex fenestra”, para distinguir lo que los fieles acataban de más por aparente “espontánea” iniciativa propia (que como digo: ni es espontánea ni propia, sino deliberadamente inducida) tras las alocuciones papales realizadas, tras el rezo del Angelus, desde el balcón, la ventana vaticana (de ahí lo de “ex fenestra”) que habitualmente lo hacía; y así distinguirlo de lo manifestado oficial y excepcionalmente como “ex cátedra”.
     
    Pero esto, seamos serios, no es mas que un juego retórico, pues quienes hacían tan ladina distinción, la hacían, precisamente, porque eran conscientes de su necesidad de camuflar un abuso creado e interesadamente mantenido por ellos mismos. Tanto es así, que desde ambientes menos sacros, y para contrarrestar tan cínica estratagema eclesial, opusieron a los “ex cátedra” y “ex fenestra” el término de nuevo cuño: ¡“ex letrina”! Con lo cual, y como siempre, por no rectificar un error a tiempo, al final todo acaba salpicado de mi…..da y desacreditado.
     
    Y este es el juego, señores, seamos honestos.
     
    Y, ya puestos, tengamos en cuenta que la infalibilidad se aprueba en el Concilio Vaticano-I en1869; y, por cierto, con la aprobación unánime de todo el episcopado español (curioso ¿no…?). Y qué pasa con todo lo anterior que no se declaró desde el blindaje de la infalibilidad, ¿ya no vale, o el blindaje era retroactivo? Si tan claro se tenía el concepto de la infalibilidad, no como declaración en apoyo de la credibilidad de algo considerado dudoso o incluso inaceptable, sino como constatación de algo ya aceptado de forma unánime en la Iglesia, habría sido innecesario enunciarlo como dogma; pero si se convoca un concilio con la intención de declararlo como dogma, es, descaradamente, porque se sienten en falso y necesitan blindarse de futuras aberraciones. Y los abusos que vengan después, no son más que la consecuencia lógica de semejante aberración. Uno más de los secretos a voces de la jerarquía eclesiástica.
     
    Y luego se preguntan, se sorprenden y hasta niegan, que los errores doctrinales hayan perjudicado y hasta tapado la figura y el mensaje de Jesús. En qué quedamos, ¿la Iglesia está al servicio de la fe en Jesús, y por él en Dios, o la Iglesia usa a Jesús al servicio de la fe en su doctrina (su: de ella, de la iglesia)?
     
    Pues estamos apañaos…

  • Fico Sánchez Peral

    ¡Ojito, Olga, no me “traiciones” con Javier, que me pongo celoso, eh!

  • Cristina W.

    Buenos días:

    Retomo mi exposición de ayer, con brevedad, no por ganas sino por falta de tiempo. Anoche comentada mi experiencia y el origen de mis creencias, que están unidas casi genéticamente a la tradición de un pueblo que siempre a luchado por defender sus derechos, por defender su tierra y su Fe cuando un país invasor les colonizó imponiendo una nueva sociedad basada en sus colonos y les coartaban las libertades religiosas y políticas, además de eliminar los derechos civiles de cualquiera que no apoyara a la Iglesia oficial, la Anglicana. La identidad de ese pueblo, del que procedo, se entiende desde su Fe católica, una forma de interpretar la vida, de entender el valor de la tierra, de respeto y de confraternidad. Este sentimiento de pertenencia a una Iglesia nace espontáneo, al menos en mí, cuando veo o leo algo relacionado con la Iglesia internamente me sale una emoción y un sentimiento porque me siento partícipe de esa gran familia. Algo parecido sucede con mi país, los EEUU, esta temporada que estoy fuera, cuando veo un paisano o oigo noticias tengo un sentimiento muy especia y me emociono. Quisiera expresarme mejor pero con los años, a pesar  de visitar de vez en cuando España, voy perdiendo vocabulario.

    Cuando se critica, posiblemente con mucha razón, a la Iglesia o al país al que pertenezco, sucede lo mismo, yo soy católica y soy estadounidense, no puedo ser indiferente, en ambos hay personas que forman parte de esas identidades religiosa y nacional. Perdón por unir las dos identidades, pero creo que son descriptivas. Evidentemente hay motivos para la critica y para censurar la actitud de personas y de forma de gobernar, y somos los que formamos parte de esas identidades los primeros en solucionar esas malas actitudes y esas erradas políticas. Pero todo no es negativo, en colectivos tan grandes hay muchos aspectos positivos, para mi la mayoría. Los valores cristianos son los que han hecho un mundo mejor, más justo. Hay personas a la largo de la historia que han dado una riqueza inmensa al mundo con su pensamiento, su investigación y con el ejemplo de su vida, motivadas por su Fe. Igualmente, y no quiero parecer pedante, pero un país tan extenso como el mío, aún con una historia muy corta, ha dado a la humanidad ejemplos, en todos los campos, dignos de mención y que han servido como ejemplo al mundo. Claro es cierto que en colectivos tan grandes hay personas que difieren en muchas cuestiones, los hay radicalmente opuestos, los mas conservadores y los más progresistas tienen cabida dentro pero les une su identidad común.

    En un comentario posterior responderé a Javier y a Fico. Intentaré exponer qué opino, como católica del papel de la mujer en la Iglesia, del Papa y la organización eclesiástica, de la doctrina y el magisterio de la iglesia, siempre desde mi particular punto de vista.

    Que tenga un buen día.

    Cristina W.