Quiero saludar este año, el 2012 de nuestro calendario solar gregoriano, cuya primera luna ya ha menguado. Ponga cada uno la cifra que corresponda en su propio calendario, sea lunar o solilunar, judío o musulmán, chino o hindú, inca o maya. Y haya empezado ya o esté aún por empezar, que nunca se sabe. Quiero saludarlo desde mi fe.
Este año, la ONU lo ha declarado Año Internacional de la Energía Sostenible para Todos y también Año Internacional del Cooperativismo. ¡Ojalá sea ambas cosas, que son la misma! Y no pase en este 2012 lo que en el 2011, que fue declarado por la misma ONU Año Internacional de los Bosques, pero siguieron cayendo los bosques y siguió faltándonos el aire, y acabó el año con una ley propuesta por el gobierno brasileño que, en caso de aprobarse, hará que se reduzca más aun la selva del Amazonas, pulmón principal de la tierra y de la vida que respira. Todos los vivientes respiran el mismo oxígeno, les mueve la misma energía, forman juntos el mismo cuerpo vivo y cooperante. El planeta entero es, sin saberlo, un organismo viviente en cooperación. Nosotros, los humanos, que nos gloriamos de saberlo, somos en este momento la gran amenaza de ese cuerpo viviente y único. ¿Seremos precisamente nosotros quienes rompamos ese misterioso tejido cooperativo de la vida? Traicionaríamos a nuestra conciencia y a toda la Tierra.
Mi fe dice: “Traicionaríamos a Dios”. Sí, sé que abuso de esta palabra sagrada: “Dios”, que tanto utilizamos en vano, que tan en vano utilizamos. Pero es mi manera de decir el Misterio supremo y más íntimo. Es mi fe. ¿Qué es la fe? Es mirar la Realidad como bella, agradecerla como buena, compadecerla como sufriente, escucharla como llamada, confesarla como promesa, acogerla como gracia. Traicionando la vida, traicionamos a Dios, pues “Dios” es esa chispa, ese calor, esa pasión, ese espíritu, esa voluntad que habita en todo, también en aquello que llamamos materia inerte. “Dios” es la llama que late en el color y el sonido, la melodía y la danza. “Dios” es la energía que sostiene y anima todo: el átomo y el árbol, la palabra y la mirada. “Dios” es el corazón de cuanto es, hecho de cooperación y cuidado, de respeto y libertad. “Dios” es la fe del creyente. “Dios” es también su empeño, incluso su lucha. El empeño del creyente brota del consuelo, su lucha emana de la paz.
El papa Benedicto XVI ha anunciado justamente que este año, allá por octubre, se abrirá en la Iglesia el “Año de la fe”. Me gusta este nombre: “Año Internacional de la Fe”. Sí, pero que sea una fe que abra, no una fe que cierre. Que sea para abrir fronteras y puertas, para abrir los corazones a la confianza que transforma, para sostener juntos la energía de la vida, para cooperar en la lucha de la paz verdadera. Todo depende, una vez más, de lo que el papa entienda cuando dice “fe”. Visto lo visto, y leída su declaración, me temo que quiera abrir el Año de la Fe para seguir cerrando puertas y erigiendo fronteras. Ya no sería el año de la fe. ¡Qué pena!
La cosa es que, en el Motu Propio que anuncia el Año de la Fe, Benedicto XVI afirma que quiere “dar un renovado impulso a la misión de la Iglesia de conducir a los hombres fuera del desierto en el que se encuentran con frecuencia”. Es decir, el desierto son los otros. En el desierto vagan sedientos todos los que no están en la Iglesia, incluidos los católicos que no se someten a la jerarquía vaticana, y han de ser tomados paternalmente de la mano y reconducidos al único redil donde hay vida y verdad. Como si la Iglesia no caminara en el desierto con todos los demás. Como si ella no necesitara dejarse tomar de la mano por los “otros” y dejarse reconducir humildemente a las aguas que no le pertenecen. Como si ella, la Iglesia, y de modo particular la jerarquía, no fuera responsable del inmenso desierto, sin bosques verdes ni aguas frescas, que se extiende dentro y fuera de ella. Como si su primera misión no fuera dejarse evangelizar por los hombres y las mujeres de hoy y buscar junto con ellos verdor y frescura, espíritu de vida, Energía sostenible para todos.
Esa es la visión, bastante maniquea, del mundo y de la Iglesia que tiene este papa desde mucho antes de ser papa. En su homilía del pasado día 6, fiesta de la Epifanía, fiesta de la luz universal, volvió a la carga. “El mundo –dijo–, con todos sus recursos, no es capaz de dar a la humanidad la luz para orientar sus caminos. Lo comprobamos también en nuestros días: la civilización occidental parece haber perdido la orientación, navega sin rumbo. Pero la Iglesia, gracias a la Palabra de Dios, ve a través de estas nieblas”. Está claro: fuera de la Iglesia reinan las tinieblas. Los mayores males del mundo son la increencia, el relativismo y el pluralismo religioso. Por eso el mundo naufraga, va a la deriva. Y solo la Iglesia, es decir, solo aquellos que creen lo que enseña la jerarquía –al fin y al cabo el papa–, conoce la luz y el rumbo seguro.
Eso no sería celebrar el Año de la Fe como Jesús lo haría. Una vez, en Nazaret, su pueblo, dijo en la Sinagoga: “He sido enviado a anunciar una buena noticia, a curar enfermos y liberar prisioneros. Queda abierto el Año de la gracia”. ¿Qué otra cosa sino eso puede ser el Año de la Fe para quienes se reclaman de Jesús de Nazaret? La fe de Jesús no era creer en dogmas, que todavía no había. La fe de Jesús no era someterse a una jerarquía, que no solamente no existía aún, sino que él dijo alto y claro que nunca debía existir. La fe de Jesús era un sentimiento vital profundo de que Dios es eterna Ternura en acción, que la Gracia es la Realidad primera de todo cuanto es, que en todo momento somos amados tal como somos, que siempre puede haber consuelo y curación, y que nosotros, en Dios, podemos hacer que todo ese mundo nuevo sea ya en este mundo. Él lo hizo.
Eso mismo sería hoy el Año de la Fe que Jesús proclamaría: la fe inquebrantable de Dios en el mundo, y nuestra fe en nosotros mismos y nuestro futuro común, por quebradiza que sea. La Buena Noticia de que nada es fatídico: ni que los Derechos Humanos sean sustituidos por los derechos del mercado, ni que Europa sucumba a los dictados de la especulación, ni que los Bancos nombren a los ministros de economía y sigan prestando a los Estados al 6% el dinero que reciben de los Estados al 1%, ni que aumenten los pobres cuando crece la economía, ni que 30 millones de personas mueran de hambre al año mientras cada día se invierten 4.000 millones de dólares en armas y gastos militares, ni que mueran los bosques, ni que 20 toneladas de peces aparezcan muertos cualquier día como el pasado 3 de enero en una playa de Noruega o que miles de pájaros perezcan como perecieron en Arkansas (EEUU) el mismo día. La Buena Noticia de que podemos construir granito a granito una auténtica democracia basada en la justicia fraterna y universal, desde la plaza de Tahrir hasta la Plaza del Sol y Wall Street.
Ese sería el Año de la fe de Jesús: el Año de la Gracia en acción.
(Publicado en el diario DEIA)
Para orar
EN EXODO
La vida sobre ruedas o a caballo,
yendo y viniendo de misión cumplida,
árbol entre los árboles me callo
y oigo como se acerca Tú Venida.
Cuanto menos Te encuentro, más Te hallo,
libres los dos de nombre y de medida.
Dueño del miedo que Te doy vasallo,
vivo de la esperanza de Tú vida.
Al acecho del Reino diferente,
voy amando las cosas y la gente,
ciudadano de todo y extranjero.
Y me llama Tu paz como un abismo
mientras cruzo las sombras, guerrillero
del Mundo, de la Iglesia y de mí mismo.
(Pedro Casaldáliga)
Gustavo Montesinos Saa
El día viernes falleció en la ciudad de Ambato Gustavo, quien compartía en ésta página su pensamiento, Gustavo Montesinos Saa, fue catedrático de la Universidad Católica de Ambato y un activista cristiano en la formación de juventudes.
Paz en su Tumba.
A mi me parece que se emparentan mucho, la afirmación del Papa…(este inutil servidor la hubiera hecho incluso más abierta)…a la Iglesia y a todos los hombres de Buena Voluntad…si tenemos como misión, el salir del desierto que es la humanidad en este momento…, decìa que se emparentan a lo del año de la energia sostenible y el año del cooperativismo, dos cuestiones que para la supervivencia de la especie misma seran vitales…
Yo al desierto le pondría nombre…sistema, capitalismo neoliberal, como quieran, necesitamos crear un año en donde la solidaridad, la cooperatición y el respeto por nuestros hermanos y la naturaleza nos saquen de un desierto en donde se produce el doble de alimentos que la humanidad necesita y existen miles de millones de seres humanos con hambre…si que es una misión y un desafio…y para este modesto servidor, un mandato de Fe…de los que creen…y de los que no creen…que vale la pena luchar por un mundo mejor, que los cristianos es el lugar donde Dios Reina…Un abrazo Gabriel
Excelente el tema que nos propone José Arregui.
No quier comentar nada del artículo, que de paso es excelente, me permito compartir en ese mismo tono que , hoy por hoy hay temas que se vienen comentando a menudo como son los de la fe, Dios y la religión. Temas que muchas personas aprecian es referente a lo sagrado, a lo cultural, en definitiva lo religioso. La filosofía trata de la religión desde la vertiente praxiológica. Recuerdo que el termino sagrado no necesariamente tiene que ver con la teología, hay cosas sagradas que no tienen nada que ver con lo religioso, por ejemplo una perla preciosa es sagrada porque estuvo ligada a una persona como puede ser un ser querido. En definitiva podríamos afirmar que no todo lo sagrado es religioso, pero todo lo religioso está dentro del concepto de lo sagrado. En todo caso, lo que queremos indicar es que este siglo actual se viene caracterizándose por la importancia que la gente viene dando a los estudios relacionados con la religión, la cultura y me atrevería a decir que el ser religioso es sinónimo de progreso.
El motivo de mi afirmación al decir que lo religioso es símbolo de progreso, es porque, al existir un vacío ideológico y existencial, y al permitírsele al ser humano todo, absolutamente todo, es la oportunidad para que la religión o mejor dicho Dios, entre por la puerta amplia y sin restricción alguna. De otra parte en cualquier circulo social, quien no habla de Dios o de aspectos relacionados con la religión o las religiones, podría pasa por retrogrado, falto de educación .
Pienso que este tiempo -antesala del carnaval-, es propicio para valorar el pensamiento del escritor Miguel Delibes cuando en la obra el Hereje, se afirma que por más que se esforzaba para hacerse entender, el hereje abrió la boca para decir religión y todos comprendieron ese lenguaje. Hoy por hoy el único lenguaje para hacerse entender es el lenguaje religioso, en otras palabras el lenguaje del amor, del alma, de la caridad y de la paz. No les hablo de la paz que supuestamente el mundo la da sino la de aquel que murió en una cruz por ti y por mí.
La fe como la cultura y el progreso debe llevarnos a Dios. El agradecimiento proviene de nuestro corazón. Hemos de volver a las fuentes de la salvación. Santa Teresa decía: “en los pucheros está Dios”. En todo está Dios. No queremos con esto llegar al panteísmo, pero si a redimensionar nuestra vida sobre una base firme que es el campo religioso. San Francisco de Asís nos invita a cantarle a Dios a través de la naturaleza. Llamemos al hermano sol y a la hermana luna para que nos acompañen en este tiempo hermoso que con acercan al “conviertete y cree en el Evangelio“.
Saludos
Gustavo Montesinos Saá.
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Dios ha hecho tan bien las cosas que si somos de él hemos de llegar a Él. Santa Teresa nos guía en el camino “nada te turbe, nada te espante…sólo Dios basta”.
Sobre lo que dice Carmen, prejuicios, dogmas y estrecheces corpóreas, mentes del terruño, son algunas afirmaciones diga quien las diga, pero si Dios es Universal es una Verdad constante e inmutable, es expresión del universo múltiple no tiene ni idioma, ni sexo, ni pueblo especifico, ni raza, ni preferidos, y mucho menos pertenece a alguien…es nuestro Espíritu el que está hecho a imagen y semejanza de Dios, y es la espiritualidad la que nos libera de todo dogma y muestra la verdadera faz de Dios.
Este año entran solo los ETER*S, Y L*S HOM*S…?
Pongamos fin a la homofobia y discriminación sexual de la iglesia católica. – Actuable
Si la homofobia y la discriminación sexual están penadas por ley, ¿por qué la iglesia católica puede hacer públicamente declaraciones homófobas? Firma en contra
Firma esta petición para crear juntos la ley que impida a curas, obispos, religiosos, e incluso al Papa, hacer declaraciones tan homófobas como las siguientes:
El Papa en el mensaje de Navidad de 2011 dijo “El matrimonio homosexual socava el porvenir mismo de la humanidad”.
El Papa dijo en Portugal hace un año que los matrimonios entre personas del mismo sexo son opuestos al “bien común” y defendió que la familia está “basada en el matrimonio indisoluble entre un hombre y una mujer”. Dos años antes dijo que salvar a la humanidad de las conductas homosexuales o transexuales era igual de importante que evitar la destrucción de las selvas.
El cardenal de Santo Domingo, Nicolás de Jesús López Rodríguez, sobre el matrimonio gay: “Este es un plan macabro para exterminar a la humanidad… me opondré hasta la muerte al matrimonio gay” (30-09-2010).
“El SIDA es un acto de justicia… jugar con la naturaleza del amor conduce a catástrofes así”, el arzobispo de Bruselas, Andre-Joseph Leonard (14-10-2010).
“Muchos psicólogos y psiquiatras han demostrado, y me han dicho recientemente, que hay relación entre homosexualidad y pedofilia. Esto es verdad. Este es el problema”, cardenal Tarcisio Bertone (12-04-2010).
Desde 1973, la OMS (Organización Mundial para la Salud) y la comunidad científica internacional considera que la homosexualidad no es una enfermedad.
En España se penaliza la discriminación y el maltrato a las personas por tener una orientación sexual concreta. Según el artículo 14 de la Constitución Española, creada en 1978, “Los españoles son iguales ante la ley, sin que pueda prevalecer discriminación alguna por razón de nacimiento, raza, sexo, religión, opinión o cualquier otra condición o circunstancia personal o social”. Dicho esto, se entiende que en España nadie puede discriminar a nadie por su sexualidad.
Sin embargo, la Iglesia Católica no se siente aludida por la ley y se permite constantemente el lujo de hacer apologia de la homofobia, discursos en contra de las uniones homosexuales, y alarmar a la sociedad diciendo que el matrimonio entre personas del mismo sexo es un grave peligro para la humanidad.
Estos discursos no son inocentes, porque crean opinión pública entre los seguidores de la iglesia y son fuente de conflictos sociales, de prejuicios, de intolerancia, y desigualdad legal y de derechos.
No dejemos que la iglesia siga haciendo este tipo de declaraciones, porque la homosexualidad no es una enfermedad, ni una perversión, ni el origen de divorcio, ni una amenza para la familia.
Firmemos para impedir legalmente que curas, obispos, e incluso el Papa, sigan haciendo declaraciones contra la comunidad homosexual mundial
Coincido con Iñigo en que es importante esa llamada a celebrar un año de la Fe y que es algo que nos hace falta a los católicos. Algo ya dije sobre este tema en un comentario sobre el artículo «El catecismo como museo» y no voy a insistir en ello. Y comparto con el Papa y con José Arregi que vivimos en un mundo duro, por lo que la metáfora de las tinieblas no es desafortunada, aunque sigo siendo optimista y veo otros signos más positivos. Es más, la descripción que hace Arregi en su último párrafo es realmente tenebrosa y apocalíptica. No entiendo eso sí, que en la misma enumeración se ponga, casi al mismo nivel, la muerte de millones de personas, innumerables bosques, toneladas de peces y miles de pájaros. Ni Benedicto XVI ni Arregi (en este sentido muy próximos) ven un mundo cargado de alegrías y esperanzas, como lo veía el Vaticano II en la Constitución Gaudium et Spes, sino más bien un mundo cargado de malos presagios, codicia e insolidaridad.
No creo que la única causa de estas tinieblas sean el relativismo y la pérdida de la dimensión religiosa (otros prefieren llamarla dimensión espiritual), pero sí que creo que son causas importantes. Y no me extraña nada que la Iglesia conceda especial relevancia a esa crisis religiosa puesto que la buena noticia que da sentido a su existencia y a su labor en este mundo es precisamente el anuncio religioso del Reino de Dios.
Cuando de fe en Jesús se trata, como vivencia de seguimiento, ya en aquellas comunidades evangélicamente orientadas, tenían claro el asunto poniendo en boca de Jesús esta referencia: “Si no os da por creer lo que os digo, ¿por que no me creéis al ver como vivo y lo que hago?”
Bien haríamos todos en poner nuestra fe en lo que Jesús hacía, acomodando nuestras vivencia a su humano modélico de proceder; y sobre todo sería de gran impacto social que, quienes se presentan como enviados con la misma misión con la que él recibió del Padre, antes de hablar tanto, comprobasen, si pueden apelar a que se confíe en ellos por como viven y lo que hacen.
¿Porque:” si la sal no sala y la luz queda bajo diversos celemines”, qué va a ser eso del año de la fe, si la fe sólo tiene soporte real en tanto vivencia personal?
coincido con el Papa cuando afirma que este tiempo busca “dar un renovado impulso a la misión de toda la Iglesia, para conducir a los hombres lejos del desierto en el cual muy a menudo se encuentran en sus vidas a la amistad con Cristo que nos da su vida plenamente”. Comenzará el 11 de octubre de 2012 y se extenderá hasta el 24 de noviembre de 2013, que se celebra con motivo de una fecha muy especial el 50º aniversario de la apertura del Concilio Vaticano II, que sirva de reflexión y de renovación en todos los campos, en donde no está exento el mismo papa y el sentido de su papado.
Este jodido Joxema…
Me has recordado al vasco ( creo que era de Arrasate) que entró a la taberna y se encontró con el típico buscalíos de taberna.
Se cansó de aguantar al ” voceras” de taberna y se enf4eentó a él.
— Bueno- decía el ” voceras”- no te pongas así, hombre. Todo se puede arreglar con diálogo.
— Y para qué coño queremos diálogo, si podemos arreglarlo a hostias…
Salu2, pues.
Fe es responder al Amor con amor. La fe es una vivencia personal a la que no le afectan las consideraciones propias o ajenas. Tiene fe el que crea convivencia en lugar de desacuerdos (cosa que abunda en los comentarios, los desacuerdos,,digo)
Proclamar un año de la fe, deja al descubierto que hay otros años que no son de fe…
Y sobre todo, esta Fe ¿De por y para quien y sobre quienes?
Resulta curioso que tengamos años de la juventud, año de la oración, año del sacerdote, años del laicado…años, años, años y llevemos tantos siglos apartando a D*s de las personas, en nombre de unas instituciones
Apreciado José Arregui, dice usted que el papa afirmó que:
“dar un renovado impulso a la misión de la Iglesia de conducir a los hombres fuera del desierto en el que se encuentran con frecuencia”
Y yo me pregunto, ¿se está mejor fuera o dentro del desierto? Porque sabemos que el desierto es un lugar lleno de contrastes. Es un lugar que hay que respetar, no tomar a la ligera, pues su aparente aridez, igualmente esconde miles de secretos y de silencios, entre los cuales; por ejemplo podemos encontrarnos a nosotros mismos, y podemos encontrar el susurro del que nos trasciende.
Soy completamente escéptico con los mensajes salidos de los pasillos Vaticanos, pues creo que todos se fundamentan en una aparente objetividad evangelica, que no es tal. Mi percepción de Jesús, la del papa y la de un niño en el tercer mundo, puede que no concuerden en el mismo Jesús. Quizás parecido.
En definitiva, gracias padre Arregui por sus palabras siempre educadoras. Sobre la situación de desierto, permitame un proverbio arabe:
“ATA TU CAMELLO, LUEGO CONFIA EN DIOS” Abrazos, chao.
p.d. os robo este escrito de Arregui para el Cartujo con licencia propia.