Qué foto más bonita. Espectacular. Y, además, parece de verdad (quiero decir que otras muchas fotos de las que publicáis en Atrio, parecen composiciones muy elaboradas, o bien están tomadas desde puntos de vista muy forzados, poco naturales. Pero esta, no.
Hoy el tiempo no coexiste,
ni se alineará:
con mis promesa,
ni con tus vacios.
Irremediable el destino
pasó de largo, otro día más
sin agasajar mi calle
se dejó precipitado
en aquel desalojo de tu vereda
en mi camino.
innecesariamente el silencio
escupió sobre la tarde
además de los sitiales
de la charlas,
del canto maestros de los
jilguero sobre nuestras risas
confidente,
del sol en otoño abalconado
sobre nuestras cabelleras…
irreparablemente, maldigo
el rumbo ni buscando ni requerido
de mis maldita proezas,
la ruindad de los juicios…
los perdidos y desaprovechados
versos que no encuentran
tu dolor y mi dolor
entre sus letras.
Innecesariamente los jilgueros
Cantan pero no escuchan
de las risas tus rimas,
ni de mis lágrimas
las odas porque nunca olvidé
tu nombre,
tu color favorito, tu calle
y mi calle, mi puerte…
¡Tu puerta!
Los fuertes acogen, apoyan, respaldan a los pequeños para que puedan crecer.
¡Preciosa imagen!
mª pilar
que bonito es el otoño de la vida…a pesar de que las hojas van cayendo…sigue teniendo gran belleza
Qué foto más bonita. Espectacular. Y, además, parece de verdad (quiero decir que otras muchas fotos de las que publicáis en Atrio, parecen composiciones muy elaboradas, o bien están tomadas desde puntos de vista muy forzados, poco naturales. Pero esta, no.
IRREMEDIABLEMENTE
Hoy el tiempo no coexiste,
ni se alineará:
con mis promesa,
ni con tus vacios.
Irremediable el destino
pasó de largo, otro día más
sin agasajar mi calle
se dejó precipitado
en aquel desalojo de tu vereda
en mi camino.
innecesariamente el silencio
escupió sobre la tarde
además de los sitiales
de la charlas,
del canto maestros de los
jilguero sobre nuestras risas
confidente,
del sol en otoño abalconado
sobre nuestras cabelleras…
irreparablemente, maldigo
el rumbo ni buscando ni requerido
de mis maldita proezas,
la ruindad de los juicios…
los perdidos y desaprovechados
versos que no encuentran
tu dolor y mi dolor
entre sus letras.
Innecesariamente los jilgueros
Cantan pero no escuchan
de las risas tus rimas,
ni de mis lágrimas
las odas porque nunca olvidé
tu nombre,
tu color favorito, tu calle
y mi calle, mi puerte…
¡Tu puerta!