El conocido teólogo Juan José Tamayo acaba de publicar un nuevo libro titulado Otra teología posible en Ed. Herder. Este encabezamiento no es el anuncio al uso de un libro, e incluso de un libro más, no es éste el caso.
Tamayo ha dedicado la mayor parte de su vida a estudiar teología cristiana, sin bien con el paso de los años se ha ido abriendo a otras realidades religiosas, otras espiritualidades y siempre, sin perder de vista el sentido ético dentro y fuera de las religiones.
Su inconformismo intelectual y su rebeldía ante lo establecido como sinónimo de inmovilismo, le ha puesto siempre en punto de mira de la ortodoxia tradicional católica, mientras ha sido muy bien recibido por sectores de base o laicos o incluso de otras religiones.
Hace casi 30 años que le conozco y he podido seguir su evolución constante hacia una racionalización del hecho religioso. Su punto de partida es el interrogante de porqué las religiones se empeñan tanto en responder a preguntas que a la sociedad actual no le interesan ni les preocupan. El desarrollo de esta inquietud, como es lógico, supone cuestionar la ortodoxia inamovible que mantiene la Jerarquía católica. La consecuencia derivada de esta actitud ha sido el conflicto continuo con dicha jerarquía, cada vez más agudizada, hasta el punto de que últimamente le han impedido hablar en cualquier lugar propiedad de la Iglesia o de órdenes religiosas.
Esto supone que la jerarquía, utilizando la estrategia del avestruz, prefiere no saber de otras realidades por si sus seguridades se tambalean.
En este nuevo libro, Tamayo lo que propone es el marco sociocultural en el que la teología tendría que realizarse para poder sintonizar con las inquietudes y anhelos de nuestra sociedad, para que no sea un cuerpo extraño, e incluso incómodo a tan amplios sectores sociales en todos los continentes.
El autor centra su análisis en tres aspectos concretos: el pluralismo religioso, la interculturalidad y el feminismo. Cada apartado mencionado está exhaustivamente documentado, estudiado y analizado. Si algo tiene Tamayo es su capacidad de retener y asimilar todo lo que lee, que es muchísimo. La documentación aportada a cada tema es enciclopédica. Lo que nos indica que sus propuestas no son ocurrencias individuales.
A partir de su ingente conocimiento sobre lo que escribe, él hace su muy enriquecedora aportación sobre la que construye un libro de 406 páginas, de doce capítulos en los que el lector sentirá la sensación de que se le abren puertas y ventanas por donde entra aire fresco y regenerador de ideas que nos sitúan en una realidad más acorde con nuestro tiempo y que las religiones deberían tomar como referencia. Lo contrario es lo que produce el divorcio que estamos constatando cada día entre una sociedad dinámica e innovadora, y una religión instalada en otra época que nada tiene que ver con la de hoy y a la que nada le dice.
Estoy siguiendo este hilo y lo que voy a decir vale aquí, y en el de “otra teología es posible y necesaria”. Aprentemente, si renegamos de la teología neoescolástica, la voy a llamar así, por escolar, formal, idealista y dogmática, ¡incluso toda teología, pero cada caso es distinto, como se verá!, parece que podemos ir directos al Evangelio y verlo brillar nítido y concreto. Y sí, tiene su verdad esto, pero tomemos el sencíllisimo, “amarás a tu projimo como a ti mismo” y “como yo os he amado”; la primera pegunta es ¿por qué tengo que amar yo a mi prójimo?, y sigo, y ¿si no me conviene, y si me hizo daño, y si es contrario a mi idea nacional, o religiosa, o eclesial?, … Podemos imaginar mil supuestos. Lo que quiero decir con esto es que la teología, en sus versiones liberadoras y populares, (también tiene sus peligros formalistas), y tiene su complicación, pero es necesaria para “pensarnos y ser honestos con la realidad”.
Por eso las teologías de liberación han añadido que la praxis liberadora, la que asume la realidad, es interior a la experiencia del que hace teología, y no sólo consecuencia; intentando así asumir el mundo de los pobres y dejarse conducir por sus preguntas y experiencias. Evidentemente, el mundo no es perfecto y sólo lo asumimos críticamente. ¡Viva la dialéctica! Ahora podíamos seguir pensado en ”asunción crítica desde qué criterios y por qué”. Y otro dirá que desde el ser humano más débil, y otro seguirá diciendo que por qué…
O sea, que renunciar a la teología, entre los creyentes, lo único que nos permite es ir directamente a la filosofía, y comprobar que las complicaciones teóricas son parecidas. ¡Cuidado, el teólogo y el cristiano no renuncian a la filosofía, sino que recorren el camino de la fe y de la razón, queriendo ver su coherencia y convergencia. Si renuncian, o toman el atajo de la fe para imponer interpretaciones a la razón, falsean los dos caminos!
Ahora bien, la filosofía no tiene una sola respuesta sobre el ser humano y la vida, y sobre su actuar, no tiene una sola respuesta sobre qué es obrar humanamente. Por eso hay que seguir reflexionando y viendo qué es amarse, qué es respetarse, ¡aquí y ahora!, qué es ser justos, qué es la paz, qué son los DD.HH., qué sentido tiene al hablar de las víctimas, y si lo tiene al hablar de los verdugos y explotadores, …
Y al comienzo de todo, la pregunta de apertura, y que ya he mentado, ¿por qué tengo que ser bueno, justo, solidario y pacífico, si tengo más poder que otros y no los temo? Tenemos un sentido común humano para resolver esto, pero no podemos dejar de reconocer que estas cuestiones tienen que tener alguna respuesta razonable y compartida, pues, si no, el edificio antropológico y moral está construido sobre arena. A poco que vengan mal dadas las cosas, o nos traicionen los amigos, o nos llueva la riqueza fácil, o nos irriten los enemigos, o nos quedemos en minoría moral, … ya no sabré perserverar éticamente ”de pie”, ni contar a otros por qué.
Cuando las teologías de la liberarión, y las filosofías de la liberación, dicen que el primer reto moral de la vida es “libera al empobrecido”, la pregunta siguiente es “por qué”. Y la respuesta de que Jesús lo hizo y lo dijo, vale lo que vale ésta otra: y eso, por qué importa, quién es él para tomarlo por referencia; si si sólo me vale para mí y porque yo lo digo, ¿no es demasiado subjetivo? Y ¿no terminó en la cruz? Y ¿por qué tengo que atender a un crucificado? Y, ¿por qué tengo darle valor a su práctica samaritana? … Y vuelta al comienzo, y ¿por qué tengo que respetar a todos los otros y siempre, en sus DD.HH? ¿Por un convenio, por qué me conviene? Y ¿si puedo más que ellos, o lo me lo quiero jugar todo, hasta la vida por dominarlos?
No podemos evitar el pensamiento teológico, los creyentes, y filosófico, todos. Sí podemos exigirnos rigor y humanidad. Y podemos decir que no todos nos vamos a dedicar a estas cuestiones con la misma intensidad, eso es cierto, pero están ahí y son irrenunciables. Por eso hay teología y hay filosofía. Paz y bien.
Querida, Ana, no pude entrar antes para entrar como tú te mereces, y es contestándote a lo que tú sabes que quiero y pienso…
Los “grandes teólogos” viven a remolque de lo que las persona “no doctas” necesitamos, y partiendo que supuestamente ellos llegaron antes a la encrucijada del camino en cuestión, sobran libros y tesis sobre D*s, en definitiva lo que se llama la teología, porque nadie sabe más de D*s que la persona misma que necesita y aspira a saber donde está ella en ese proyecto de vida que solamente pasa por Ser Feliz y coherente con las perspectivas que cada persona tiene en esa misma búsqueda… Lo demás creo que sobra casi todo, por no decir todo.
Por supuesto que aquí estamos hablando y escupiendo muchas veces de lo que decirnos, sentimos y necesitamos (Yo la primera y la peor)… Pero eso es precisamente lo que más hace vivo a este portal, lo que cada uno individualmente aporta como persona que cree no cree etc.
Aciertas en que Juan Tamayo es de los teólogos que menos me gustan al leerlos y sabes por qué te lo comento. Cuando le leído unos de sus libros o artículos compruebo que me aporta nada o casi nada que ya no hubiese leído antes y con años de diferencia.
Con respecto a la mujer tuve el gusto de decírselo a la suya propia, que él hubiese podido hacer no ahora, ¡claro! Sino hace muchas décadas bastante más de lo que ahora con las Teólogas sí tenemos… Y que sigo pensando que tampoco por ser mujer estén o te aporte “la Verdad” absoluta de D*S. Pero sí que gusta que ese SMS tenga la tonalidad y sensibilidad que en sus mayorías los hombres no tienen ¿…?
Y quiero decirte que este pensamientos no es solo mi parecer sino que muchas mujeres teólogas, mayores que él, de su tiempo y más jovencitas se quejan del machismo de los progres teólogos y entre el que más está Juanjo, porque una cosa es predicar y otra dar trigo, que echen una mano a quienes empiezan o simplemente cuando ve abierto un filón y aprovechando que el Pisuerga pasa por Valladolid me apunto y el nombre vende por sí solo. Y esto vale hasta para los medios de comunicación ídem de ídem
¡No lo dudes!
No sigo porque tampoco es ni quiero hacer una guerra contra la persona de Juanjo, lo que pienso lo pienso de otros muchos que también están en la brecha y aprovechando muy bien el tirón, pero también los hay que siempre están en su línea y escribe sobre esa misma uno, dos… Sin ver tanto aquello del Pissssssssuerga.
No quiero enfadarte ni tampoco que lo tomes como algo contra tú persona querida Ana, comprendo que tú quieras a Juanjo, y que le tangas cariño si lo has rozado como bien dices, cosa que me alegra por ti.
Pero tú me gustas más cuando dices lo que sientes, sobre teología, o sobre lo que necesitas como toda persona de D*s, o D*s necesita de ti, que también es verdad como templo, aunque no sea Santo Sanctórum este.
Me alegra que sigan escribiendo libros… Pero ahora los presupuesto están para dar de comer a la familia propia y no ajena. Creo que también aquí se debería hacer aquello que tanto decía Jesús ¡Dales vosotr*s de Comer! Y no solo el estómago come. En estos la Teología no avanza como en tantas cosas, creen que los sermones son los que nos alimentan aunque en muchas ocasiones lo que nos cortan son las pobres digestiones.
No quiero acabar sin decir que más que otra “Teología es posible” sería más correcto decir que…¡ HAY OTRO MUNDO POSIBLE! SIN TEOLOGIA QUE SIGA HABLANDO DE QUIEN NADA SE SABE.
Los arquetipos y paradigmas que esclavizaban a la persona ni están dentro de la realeza, ni terrenal ni divina.
Resumiendo de lo que dijo, no dijo Jesús… Y que actuó con poca teología sino que dijo lo que él sintió en el río Jordán, ser hijo de…
Hoy nosotras también decimos somos hijas con o igual de. ¡Más para qué!
Aunque sigo viendo que siempre siguimos como “el Burr* en la noría de las Normas” ¡La ICAR dentro o fuera! pero poco nos movemos en definitiva
Juanel Tú no hablas de verdad y menos de verdad absoluta revelada, pero los guardianes de la teología, la Jerarquía eclesiástica, sí lo hacen, y además con toda rotundidad.
Y respecto a tu pregunta de porqué el referente teológico debe ser el Evangelio, pienso que la respuesta es tan obvia que hasta resulta redundante. Es cierto que Jesús, como decía Pepe Blanco en otro hilo, no estaba pensando en un mundo global desde una país pequeñajo (decía él), pero la ventaja del Evangelio es que destila valores que son universales y que hay que contextualizarlos socialmente de forma continuada. También es cierto que, como tú dices, la teología debería ( tú dices “está”) estar sostenida por la comunidad de cada momento, pero quizá olvidas que en el momento actual quien sostiene la teología es la jerarquía, es decir la ausencia de conciencia comunitaria. Una sociedad antidemocrática como la Iglesia, impide la participación de la base, del Pueblo desde distintos organismo como lo hacen la sociedades democráticas. Por tanto, no es cierto que sea la comunidad la que sostiene la teología, a pesar de las reivindicaciones constantes que se hacen desde “abajo” hacia esa cúspide tan alejaaaaaada de, e inasequible a la base. Ellos hablan siempre de la voluntad de Dios al que ellos interpretan y traducen de forma exclusiva.
Por eso la tradición es válida en la medida en que su defensa de los valores evangélicos nos sirven a cada época. Pero cuando la tradición es fruto de un contexto concreto para servir a ese contexto, y se quiere trasponer a otro contexto, queda invalidada automáticamente. Por otra parte, no creo haber dicho nunca que hay que eliminar la tradición por el hecho de serlo. Lo que sí afirmo es que la tradición debe seguir, y para ello, la iglesia actual debe generar lo que en tiempos posteriores será Tradición. Y en este momento veo dos problemas, en la Iglesia católica: uno, la teología actual debe de ser como la de siempre, y dos, y consecuencia de la anterior, la teología ha dicho ya su última palabra.
Lo que intentan hacer teólogos como Tamayo y, especialmente la teólogas, es seguir caminando, seguir vivificando la teología para que no perezca por inanición. Pero, como la jerarquía desde su prepotencia, rechaza esta opción, está actuando de forma irresponsable cerrando el paso a este trabajo que tantas personas honestas que aman el Evangelio y se impidiéndole su interpretación actualizada a la sociedad actual. Si la teología no le dice nada a nuestra sociedad, ¿para qué la queramos?
Por otra parte la ciencias sociales actualmente están en un nivel como nunca lo han estado, y no se puede despreciar lo importante que son para la exégesis y hermenéutica de los estudios bíblicos. Y los teólogos (a las teólogas ni siquiera se les presta atención) despreciados o condenados hacen uso de estas herramientas tan indispensables para poder hacer teología en el momento actual.
Hemos visto como el Papa en sus encíclica ni menciona el CV. II, no digamos que cite a teólogos como Meyer, Crossan, o Theissen, y otros muchísimos intelectuales de la teología, y ello marca la pauta desde donde quiere el Papa que se haga teología, o mejor dicho, desde donde no se haga.
Gracias Rodrigo por decirme que entiendes lo que apunté, la diferencia entre la teología que se hace poniendo todo el cuidado en respetar la tradición de la IC con la que rompe con ella. La valoración que hago al respecto, Héctor, no es de “condena” a las “otras” teologías, todo lo contrario, sino simplemente que A MÍ no me sirven, no es lo que busco. Debo admitir, Rodrigo, que tienes razón, ciertamente las teologías que más me interesan son no sólo marginales sino marginadas por la jerarquía vaticana. Pero a pesar de su marginación, entroncan con la tradición de la IC y la inquisición rebusca el modo de quitárselas de encima sin lograrlo, pues algunas de sus tesis ponen en peligro la autoridad vaticana, su credibilidad por contradicción entre Jesús y la práctica de la Iglesia jerárquica, y en definitiva su poder.
Ana, yo no hablo de Verdad y menos de Verdad Absoluta “revelada” directamente por Dios, ni tampoco de autoridad. Tu dices que basta el Evangelio como criterio de autoridad, no está mal es un buen criterio, aunque yo te preguntaría por qué. Yo entiendo que el Evangelio está sostenido por la comunidad de fieles de hoy (seguidores de Jesús, pertenezcan o no a la IC) y de aquellas que desde el s.IV en adelante le dieron el valor de “canon” de doctrina, dejando fuera del mismo escritos con similar antigüedad que los que forman parte del NT. Por otro lado, corrígeme si me equivoco, me parece que eliminas todo el esfuerzo teológico realizado durante siglos en la IC ¿quizás por inútil para nuestro contexto actual?
Héctor, no busco una teología cerrada con una “imagen” de Dios definida y concretada por ciertos hombres revestidos de autoridad, nunca mujeres, que la imponen a sus sumisos e incultos fieles. Dios es ante todo para mí Misterio inefable, lo Otro incognoscible, por tanto sin imágenes, ni ideas cerradas, ni seguridades de ningún tipo. Nadie tiene la VERDAD sobre Dios y para mí sólo hay una excepción: Jesús de Nazaret, y da la casualidad que nadie más puede ser Jesús. En consecuencia mi posición de planteamiento teológico está muy distante del punto de partida de Santiago, que se asegura desde un principio filosófico-metafísico la “Verdad” sobre Dios.
Saludos cordiales
Una falsedad más, Santiago
“Precisamente lo que nos envidian nuestros “hermanos separados” de otras denominaciones es que nuestra iglesia puede aclarar una verdad que en un principio parecia nebulosa, ellos no tienen ese privilegio”
No conozco a ninguna persona perteneciente a las iglesias reformadas que “envidie” el desarrollo dogmático de la Iglesia Católica. De hecho, tanto en las iglesias reformadas como en las iglesias ortodoxas (aunque por diferentes razones) se considera la doctrina del “desarrollo orgánico del dogma”) como una desviación.
Una falsedad más, Santiago
“La creencia de que la Virgen Maria habia sido asunta a los cielos -en cuerpo y alma- ya existia como verdad desde los primeros siglos de la iglesia”
Cualquiera que conozca la teología de las Iglesias que preservaron la tradición apostólica (tanto ortodoxas como precalcedónicas) sabe que este es uno de los puntos en que Roma se separó de la fe primitiva. La única Iglesia que tiene este dogma es la Iglesia latina.
El insigne vasco Iñigo de Loyola, profundo psicólogo y perspicaz teólogo, empieza su famoso libro de los Ejercicios Espirituales afirmando que el Principio y Fundamento de nuestra vida en esta tierra solamente reside en Dios. Se deduce que la base de la teologia ignaciana es ese Ser necesario que fundamenta esencialmente al Universo y todo lo que reside en el… Y ya que nosotros “recibimos” el ser, se deduce que EL que nos lo dio tiene que tenerlo en SI mismo y en grado superior, ya que si no lo tiene en si mismo, lo habría recibido, y seria igual a nosotros, puras criaturas…puesto que nadie puede dar algo que no posee, pero EL lo posee PER SE, en EL mismo…Por lo tanto, carece de sentido coherente toda teología que prescinda de un Dios que no implique la idea de un ser personal..por eso, podrá llamarse teología a un ateismo disfrazado -aunque parezca extraño- o a un panteísmo abierto o al monismo de la sustancia. Sin embargo, no estariamos esencialmente hablando ya del mismo tema, ni en el “mismo idioma”…
Ahora bien, toda la Revelación llega a su punto “maximo” en Cristo…como el centro adonde viene a alinearse toda la Verdad del Padre..Asi pues toda la teologia cristológica y trinitaria esta basada en Cristo y en sus fuentes principales que es la Escritura y la Sagrada Tradicion…Las definiciones dogmaticas no son un producto nuevo inventado por un grupo de falsificadores, empeñados en deformar la verdad a traves de los siglos…sino simplemente la VERDAD está contenida ya explicita e implicitamente en las fuentes cristianas que provienen del mismo Jesus…La creencia de que la Virgen Maria habia sido asunta a los cielos -en cuerpo y alma- ya existia como verdad desde los primeros siglos de la iglesia…solamente que Pio XII lo definió en 1950…¿es que dijo Pio XII algo nuevo en 1950? Obviamente, no, sino que fue solamente fue una confirmacion de la fe de la iglesia Y asi con todos los demas “temidos” dogmas…La iglesia no “crea” , ni puede crear, verdades nuevas..esto sería algo imposible, un absurdo…Precisamente lo que nos envidian nuestros “hermanos separados” de otras denominaciones es que nuestra iglesia puede aclarar una verdad que en un principio parecia nebulosa, ellos no tienen ese privilegio…Solamente el carisma dado por Cristo expresamente a la iglesia puede reafirmarnos en la verdad..y este magisterio se ha perpetuado en la iglesia -a pesar de sus profundas crisis internas y externas- hasta el dia de hoy..La realidad y la humanidad de la teologia cristiana residen solamente en Cristo, y su legado para nosotros es la iglesia que viene de los Apostoles…los unicos TESTIGOS PRESENCIALES que recibieron el mandato de Cristo de “enseñar” a todas las gentes, todo lo que EL habia mandado…proclamando y aclarando la verdad de la fe en orden a la salvacion querida por el Padre desde siempre…y hasta la “consumación de los siglos”…Por supuesto pudo creer o no…Eso pertenece al don especifico de mi libertad…Tengo el poder de decidir…Y porque la FE es objeto de salvación, es por eso que Cristo siempre repetía “tu fe te ha salvado, vete en paz”….un saludo cordial a todos mis amigos de Atrio….de Santaigo Hernández
Hola Juanel
Gracias por tu respuesta. Creo que te entiendo un poco mejor ahora.
Ahora, consideras que las teologías de “Pagola, A.Puig, González Faus, Casaldáliga, Sobrino,. …. etc.” son mayoritarías en la Iglesia Católica? porque tu pedías no sólo que fueran hechas dentro de la Iglesia Católica, sino además que no fueran marginales.
En mi opinión, esos autores pertenecen a una corriente no sólo marginal, sino marginada, en el conjunto de la teología que se hace dentro de la Iglesia Católica.
Y no lo digo para minimizarles ni descalificarles. Al contrario, me parece una verdadera lástima que exista este proceso de marginalización contra ellos.
González Faus y Sobrino, junto con Comblin y Codina, son de mis teólogos varones favoritos en la teología católica. Prefiero aún más a autoras teólogas, que han sufrido un proceso de marginalización aún peor.
De todas formas, entiendo un poco mejor tu postura. Estoy de acuerdo contigo en que hay una diferencia de grado importante entre la teología que pretende mantener los dogmas tradicionales, presentándolos de manera moderna (tal como proponía Juan XXIII) y la teología que pretende liberarse completamente de los dogmas tradicionales. Reconozco la diferencia; no me pronuncio sobre si una de ellas es mejor o no que la otra.
En términos de conocerlas, a mi me interesan las dos. En términos de criticarlas, me siento igualmente libre de cuestionarlas a las dos.
Saludos
Aquí, en Granada, se ha creado una cátedra de teología en la Universidad pública, y que por vericuetos burocráticos que no vienen al caso, ha conseguido quedársela la Facultad de Teología.
El martes pasado tuvo lugar el primer acto en un local de la Universidad de Granada. Estaban invitados dos sacerdotes para contraponer criterios sobre el libro del Papa Ratzinger. El resultado, según mi criterio, fue un desastre. El más progresista apenas puso objeciones al libro, y el cura muy joven, previsiblemente debería haber defendido el libro, llevaba escrito un rollazo impresionante (que leyó con la melodía de un sermón) sobre sus conocimientos teológicos que nada tenían que ver con el libro del Papa, lo que llevaba implícito que no iba a haber contraste de criterios, que no lo hubo.
Cuando terminaron sus respectivas exposiciones, yo les dije que yo había asistido a una universidad laica, aconfensional y pública (pagada con nuestros impuestos) y que en el mejor de los casos me daba la impresión de estar en una facultad de teología católica, y en el peor de los casos, en una misa dominical. El pasmo del público fue de órdago.
Les dije que había echado en falta sentido crítico. (Aparte de otra pregunta para ellos bastante impertinente). El cura joven, (del que yo podía ser su abuela), me contestó con premura y altanería, que “una cosa era sentido crítico y otra cosa era criticar, y que quizá era eso lo que yo había echado en falta”. No le contesté que yo ya sabía la diferencia entre una cosa y otra, y que sí sabía lo que había dicho, para no armar más escándalo, pero este curita, joven, guapo y prepotente, pensaba que yo era su feligresa indocumentada y analfabeta, a la que tenía que instruir.
Después tuve la ocasión de decirle al rector de la Facultad de teología que tuviesen en cuenta no menospreciar la cultura del público y su madurez, que no asistimos a una universidad a escuchar sermones.
Esta anécdota es muy elocuente de la prepotencia del clero y del menosprecio de los y las creyentes. Lo mismo suelen hacer con teólogos y teólogas que no adoptan una sumisión a quienes dicen tener la primera y la última palabra y afirman la inexistencia de otras voces.
Este el el problema de la teología católica oficial, que gira sobre sí misma de manera indefinida sin dar un paso hacia delante.
Juanel, hasta ahora, y aún en muchas personas, se catalogan determinadas teologías desde la perspectiva de la autoridad jerárquica que es la que manda, ordena, decide, siempre desde la cúspide de la pirámide. Esto era comprensible en sociedades medievales que fue la época en la que se gestó este tipo de Iglesia piramidal.
Pero el tiempo pasa, la sociedad evoluciona, mientras la Iglesia sigue anclada en aquellas estructuras anacrónicas. La sociedad actual no comprende que uno o unos pocos hombres (nunca mujeres) se autoconsideren los voceros de Dios. En la sociedad actual, además de rechazar esa prepotencia de alguien, pide participación, además de que en una sociedad madura también hay personas muy maduras, que estudian y que saben, en ocasiones, mucho más que el mismísimo Papa, no digamos que muchísimos obispos, tan mediocres algunos de ellos. El ser clérigo no da carta de sabiduría a todo el que lo sea, y muchos curas en sus homilías dicen auténticas tonterías, pero nadie les recrimina puesto que parece que hayan recibido la ciencia infusa el día de su ordenación y la masa de fieles asistentes a la misa dominical salen como entran, “lo ha dicho el cura”, pero da igual, la gente ni les hace caso, pero tampoco les planta cara.
La teología es una ciencia, y saben teología quienes investigan y quienes estudian. Y estas personas, hombres o mujeres, clérigos o laicos, si hacen teología desde el Evangelio, pienso que éste debe ser el criterio de catolicidad. La sumisión acéfala de la plebe es cosa de otro tiempo. Y si la teología toma como punto de contraste a la jerarquía en vez de al Evangelio, algo grave falla.
En una sociedad inmadura le viene muy bien que alguien le diga la voluntad y el pensamiento de dios, así se ahorra el trabajo de tener que pensar. Pero las cosas ahora ya no funcionan así, y la gente ni quiere ser sumisa ni suele ser tonta cuando reivindica su libertad para estudiar teología desde la honestidad y desde la defensa de los valores del evangelio. Ésta debe ser la prueba, ¿Evangelio? ¿Jerarquía? ¿Seguimos considerando al Pueblo de Dios como menores de edad incapaces de estudiar, investigar y pensar?
Cualquier teología que se cierra sobre si misma porque se siente de-terminante y de-finitiva termina consigo misma. La teología que se basa en “la canonización” de dogmas y conceptos que llevan al fanatismo, sólo busca el bien propio y no el bien de los otros. Juanel condena cualquier teología que se haga fuera de la Iglesia y Rodrigo Olvera le advierte que una teología distinta dentro de la iglesia es una contradicción.
La teología del “homo sapiens”, que acababa de de estrenar la facultad de comparar objetos y formar conceptos muy elementales, debía ser algo muy rudimentario: le sobrecogía el misterio de la muerte, de la procreación, del más allá. Debió ser un sentimiento que poco a poco se iba moldeando a través de ritos fúnebres y conceptos muy básicos. Sólo nos quedan rastros muy ambiguos y montones de teorías de los antropólogos.
Aquella teología elemental aparece ya como un sistema ideológico en el libro del Éxodo 31, 18). El gran deseo de los israelitas en el desierto era tener un dios con rostro, con imagen propia, como los demás pueblos. Le pidieron a Aarón que les hiciera un becerro de oro al que pudieran tocar, adorar y que les acompañara en su penoso viaje por el desierto.
Bajó Moisés del Monte Sinaí y el pueblo empezó a entender que otra teología era posible y que otro dios era posible.
Los tiempos cambian y las teologías se fueron sucediendo en busca de nuevas imágenes de dios. Las mayores contradicciones aparecen cuando el dios que va a dar autoridad al sistema ideológico es creado por el sistema mismo. La teología propone un dios que a su vez da garantía absoluta a esa teología mediante una supuesta revelación. Al dios que se revela a un grupo determinado de personas y aprueba un número determinado de libros sagrados revelados nadie lo ha visto.
Cuando decimos que otra teología es posible, que otra religión es posible y que otro Dios es posible solo se está afirmando que todas estas ideologías deben estar supeditadas a la realidad. Deben sentirse humildes ante la realidad y ponerse al servicio de las personas para ayudarnos a ir descubriendo lo que es y lo que somos para cambiar entre todos este mundo que tolera el hambre de la mayoría para asegurar el bienestar de unos pocos. No es que el mundo de hoy necesite para el cambio ninguna Teología sino al revés.
El punto de partida debe ser otro mundo posible. Las ideas, los valores y las instituciones que hace constituyen este mundo tienen que cambiar y a la nueva teología le toca sumarse a ese cambio. Como decía JM Castillo la ética determina las creencias y no al revés.
Abrazos para todos Héctor
Igual Jesús y quienes por las Comunidades de Juan, no se preocupaban aún mucho, ni poco, de la ICAR.
Pero sí dejaron esto claro: “-En esto conocerán que sois discípulos míos, en que OS AMAIS UNOS A OTROS.”
!Qué clara tesis práctica de Teología!
Rodrigo, hablo por ejemplo de la teología de Pagola, A.Puig, González Faus, Casaldáliga, Sobrino,. …. etc., que ponen máximo cuidado en dejar los dogmas tal y como en la teología católica se entienden. Ciertamente tiran de ella poniéndola en tensión con los problemas actuales partiendo del hombre y la mujer de hoy, pero ninguno tira por tierra los dogmas de la ICAR, por ejemplo de la trinidad o la divinidad de Jesús. Cuando se lee lo que la moderna inquisición les opone a sus teologías con cierta frecuencia, se ve que son puntos específicos sobre todo la falta de claridad en la afirmación de la divinidad de Jesús, al presentarlo según ellos demasiado “humano”. La reacción de estos teólogos no es la ruptura con la ICAR, sino volver a replantear las cosas para decir lo mismo sin que la inquisición tenga nada que decir al respecto. Y esto puede hacerse sin recurrir al silencio.
Sin embargo, teólogos como Tamayo. Küng, Haight,….. rompen con la teología católica y hacen otra teología. Está bien, sus propuestas son interesantes y las leo con avidez, abren nuevas perspectivas, pero al perder la conexión con la ICAR los católicos nos quedamos sin esa teología y también los de fuera que esperan oír “EN” la ICAR una voz que se exprese de modo actualizado y comprensible.
Saludos cordiales
Hola!
¿Por dónde andará Juanjo en esa “otra” teología, no?
Tortilla española de por medio y compartida
(rociada con tintillo)
en un bodegón de Asunción del Paraguay
me contaba su especialización en “Teología de la Liberación”
¿Por dónde andará ahora con esta “otra” teología, no?
··············
La teología de la liberación
ha sido des-teologizada
el que la teologise
y la vuelva a des-teologizar
¡Gran des-teologizador será!
·············
¿Por cual de estos versos traba-lenguas
andará Juanjo, no?
¡Vamos todavía! – Oscar.
Juanel
Puedes citar una teología que reuna al mismo tiempo
a) el poner en el centro y como condición de su ser y hacer la liberación humana; y
b) ser hecha dentro de la Iglesia Católica sin ser marginal en ella?
Digo, para saber de qué hablas.
Saludos
A mí la teología que más me interesa no es la marginal y menos la que se hace fuera de la ICAR. Esto no significa para mí que no tengan validez o que no sirvan para lo esencial, liberar al hombre y la mujer de sus esclavitudes personales o colectivas, porque la liberación humana es en mi opinión centro y condición de toda la teología que me interesa. Pero cuando una teología que comienza su proceso de desarrollo dentro de la teología católica y para continuarla se ve forzada a dejar de serlo, será muy interesante y abrirá perspectivas humanizadoras nuevas, pero pierde en mi opinión uno de sus objetivos de partida: renovar, actualizar, inculturalizar…. la teología católica. Y es que la renovación de la teología católica en mi opinión, es la que necesitan tantos dentro de la ICAR como muchos de fuera de ella y no simplemente otras teologías. Y yo creo que esto puede hacerse.
Saludos cordiales
Fico,
Tú dices que ves a Jesús mirando compasivo y triste a la ICR, situado Jesús fuera de la ICAR, como añorándola … ¡Qué imaginación! ¿De dónde te sacas eso?
¿Quién asesinó a Jesús? Los militares invasores romanos, por sedicioso político, azuzados por los sacerdotes judíos, de la Iglesia judía, de la que Jesús era miembro fiel.
Jesús sabía que le iban a matar las autoridades religiosas y militares que dominaban al pueblo judío. No tenía un pelo de tonto, de modo que lo sabía, y por eso andaba escondiéndose. Y no se equivocó: lo asesinaron, pronto y con facilidad, un asesinato legal inapelable, una ejecución legal (los romanos había hecho leyes para que esa ejecución fuera legal, como las hace cualquier dictadura, cualquier ‘pax’ impuesta por la fuerza de las armas).
¿De dónde te sacar pues que Jesús añoraba, no ya a la Iglesia judía que le asesinó, sino a la ICR que ni siquiera imaginó?, ¿De dónde te sacas que la miraba compasivo y triste … a la Iglesia judía o a la ICR, la cual ICR aún no existía ni en la imaginación de nadie?
No, no estoy de acuerdo contigo: Jesús miraba compasivo y triste a las víctimas sufrientes de esa Iglesia y de esas autoridades militares romanas y religiosas judías, pero no a ninguna Iglesia.
A Jesús le importaban las personas, no las Iglesias.
He dicho que, ya que la teología existe, que sea la mejor y sólo puede ser la mejor si ayudara a otro mundo mejor, que en esta tarea nadie sobra.
Quizá si me leyeras de otra manera, verías que decimos lo mismo de manera distinta. Y como sé por experiencia que los diálogos contigo pueden ser eternos termino esta cuestión aquí.
Un saludo cordial.
Ana
Tampoco acepto esto “es necesaria otra teología para colaborar en otro mundo posible” hay mucha gente que colabora ya en otro mundo posible y no ha necesitado de ninguna teología
Podría aceptar que la frase fuera: “si la teología quiere colaborar a otro mundo, es necesaria que sea diferente”. Pero ese es un problema de la teología, no del mundo.
Verás, es que por más que se anuncie como una teología otra, sigue poniéndose a sí misma en el centro.
Saludos
Gracias, Héctor, tú siempre tan amable.
He leido el exhaustivo y ampliado comentario de Pikaza ,y llego a la conclusión de que quien conoce a Juanjo en su honestidad, en su capacidad y su incesante trabajo en aportar aquello que él siempre intuye, estudia y deduce, antes que los demás la mayoría de las veces, coincidimos en la valoración de su obra.
Y precisamente por ir de punta de lanza abriendo brecha, por eso ha sido tan incomprendido por mucha gente y tan perseguido por los guardianes de la ortodoxia dogmática.
Lo que dice Rodrigo Olvera me parece muy cierto: no es necesaria la teología, ni la que hay, ni otra mucho mejor y siempre mejorando; lo cual entiendo equivale a decir que no es necesario Dios, para vivir humanamente lo mejor de lo mejor posible, como si Dios no existiera.
Nuestra vida necesita de nuestra razón, de nuestro humanismo, de la ética civil, no de Dios, el cual ya ha sido demasiado manipulado por los ‘hombres de las religiones’ (no sé si meter también a ‘mujeres de las religiones’, porque parece que esencialmente las religiones son sobre todo cosa de hombres, al menos las que se ven por aquí cerca en España, sobre todo en sus dirigentes).
Necesitamos al prójimo, eso sí, a tope, para poder vivir como personas (lo cual hemos de agradecer al prójimo, no a Dios, que no necesita ni que le necesitemos, ni que le agradezcamos nada, ni que le adoremos, ni cosas así, de creación puramente humana para fines humanos).
No necesitamos a Dios ni siquiera en el momento de la muerte.
Después de la muerte, Dios dirá, si lo hay (yo creo que lo hay, pero si no lo hay), nadie sabe lo que pueda haber después de la muerte, si es que hay algo; en cualquier caso, la vida habrá sido, y seguirá siendo para muchos, maravillosa: se trata de que lo sea para cuantos más).
El verdadero problema que tenemos que coger por los cuernos es el prójimo, no Dios; el prójimo, tanto como nosotros mismos.
Coger los problemas del prójimo por los cuernos es muy difícil y complicado y muy duro: por eso hablamos tanto de Dios, para desviarnos del verdadero problema, y para tratar de manipular a Dios, poniéndolo de nuestra parte en lo que mejor nos convenga en cada momento.
Rodrigo, quizá tengas razón de que otro mundo puede ser posible sin teología alguna, aunque la historia es tozuda y en ella siempre ha estado la religión con su teología correspondiente. De cualquier forma en ningún sitio se ha afirmado que para que para que otro mundo sea posible es necesaria otra teología, sino que es necesaria otra teología para colaborar en otro mundo posible.
Y si damos por hecho que la teología existe y que no está al día, podríamos concluir que si se pide otra, lo lógico es que no sea una cualquiera, sino válida para la misión que tiene o se le atribuye a la teología en la sociedad y en el mundo, y si se busca lo mejor, también podríamos concluir que eso es necesario, cualquier cosa mejorable, es necesaria aunque sólo sea la mejora. Quizá parezca un juego de palabras, pero creo que con bastante lógica.
perdón, debe decir; bien se puede construir el mundo sin teología sin teología alguna
Yo creo que otra teología es posible y es preferible a la actual, pero no que sea necesaria. Bien se puede construir el mundo si teología alguna
Pregunta falsamente ingenua
¿Es necesaria cualquier tipo de teología, aunque sea “otra”?
Hola Ana, gracias por esa presentación que nos has hecho del libro de Tamayo. X.Pikaza que conoce a Tamayo también desde hace muchos años coincide enteramente contigo. Por si te interesa te envío la cita en el Blog “Periodista Digital”: http://blogs.periodistadigital.com/xpikaza.php/2011/11/28/tamayo-otra-religion-es-posible
No quiero repetir lo que dice Xavier para que Carmen no nos riña. Estoy de acuerdo contigo en que cualquier esfuerzo que se haga para ir entendiendo mejor la realidad de nuestra vida es siempre bueno. El leer tu texto y el suyo ha despertado dentro de mí un montón de cosas. Como tú admiro a Juan José desde hace mucho tiempo por su mirada penetrante que nos ayuda a adentrarnos en los grandes problemas de nuestro mundo.
La Globalización fue dogmatizada por mucho como salvación de los países pobres ya que por fin podrían participar en la riqueza del mundo de los ricos. Hace unos 20 años me vi sumergido en la recuperación de un país rico del tercer mundo que se vio hundido en la más horrorosa pobreza cuando el Banco Mundial propuso su plan: los recortes económicos y sociales impuestos a la gente crearían riqueza para exportar sus nacientes industrias. Ni hablar. Zimbabue se convirtió en una víctima más de la globalización. Mugabe cayó en la trampa sumergiendo a su gente en la más rotunda pobreza. No sabía que la globalización era algo que había sido generado ya con el mercantilismo que comenzó con los imperialismos de Europa en el siglo XVI.
El argumento de Tamayo es innegable: Otra religión es posible, otro mundo es posible.
Posible sólo si se mantienen a raya los fundamentalismos en todos los órdenes. Ninguna definición que se haga determinante puede ser válida. Ni los dogmas, ni los planteamientos económicos que se presentan como tablas de salvación: Ideas, valores e instituciones del pasado ya no nos valen en el mundo de hoy. A todos nos toca seguir buscando. El punto de partida será siempre la realidad en que vivimos, el mundo de los pobres.
Gracias, Tamayo, gracias Ana. gracias a todos, Héctor
Javier Renobales S.
El en relato de Dostoiewski, Jesús (como en su día hiciera con Caifás y cía.) no cruza una sola palabra con el Gran Inquisidor. Le escucha, le mira profunda y compasivamente a lo ojos, se levanta le besa y se marcha (el autor lo salva de la cruz).
Dónde sitúa Dostoiewski a Jesús parece claro: fuera de ¿no? Pero le mira compasivo (¿cómo añorándolo, como atrayéndolo? Eso lo intuyo yo). Le besa y se marcha.
Mi expresión sobre el hallazgo de más luz en los márgenes de la iglesia que dentro de ella, no era más que la expresión espontánea de un recuerdo personal: mi sorpresa de antaño, cuando por fin encontré valor para cruzar los márgenes de la ortodoxia en la que vivía atrapado y empecé a descubrir mucha más luz en los márgenes que dentro y, progresivamente, mucha más fuera que dentro. Y hagamos –por no herir- la salvedad de que exista la posibilidad de que haya quienes dentro también puedan encontrarla; pero sólo por eso: por no herir susceptibilidades, pues en mi opinión y experiencia personal, todo lo discutibles que se quiera pero son las mías, dentro es mucho más difícil (si no imposible), precisamente por el maltrato deliberado a que la teología oficial somete al pobre creyente buscador de Dios en ella o con ella. ¡Lo tiene crudísimo!
Yo a Jesús lo veo, como Dostoiewski, fuera de la ICAR, pero mirando compasivo y triste hacia ella, como añorándola. El Gran Inquisidor acaba revelando a Jesús haber tomado partido por el Gran Espíritu Tentador y trabajar abiertamente para él… La ICAR aun no ha tenido el valor de reconocerse, al menos a sí misma (aunque en lo oculto lo sabe, lo sospecha; y en privado, algunos, algo reconocen), que su torpe acción va en la misma dirección que la del Inquisidor.
¡Pues claro que otra teología es posible!, y además imprescindible. Y ya está en marcha, pero siempre se verá obstaculizada por la ICAR; por eso es necesario que la apoyemos leyéndola para ayudarla a depurarse en sus tanteos y aproximaciones.
A estas alturas de la película, no pertenecer a la ICAR ya no me produce ni frío ni calor; al contrario, cuanto más inseguro me siento al alejarme de ella, más me da la sensación de que esa inseguridad es signo de que voy en la buena dirección. Se parecería, creo yo, a la inseguridad que Jesús debió sentir a medida que, al optar por los más pobres, se alejaba de la ortodoxia de su tiempo y presentía su final a manos de ella. Eso sí; como Jesús: la miro con compasión y añoranza. También yo quisiera –y en el intento andamos- acercarme a los márgenes de la “iglesia” de Jesús. ¡Ojala!
Querido Óscar, me pides casi imposibles, y algo ya te dije el otro día, pero en este caso te voy a contestar de una manera muy de perogullo, y me vas a perdonar. Cuando habla de “otra” teología, el autor está proponiendo una teología diferente a la que hay en este momento, es decir se trata de un nuevo paradigma para lo que no sirve el ignorarlo. Claro alguien dirá “eso es imposible” los dogmas son dogmas y eso es inamovible. Pues una de las afirmaciones que hace el autor es proponer que la teología deje de ser dogmática para humanizarse, etizarse y que las religiones se democraticen desde la base, y que lo hagan desde la perspectiva de género por lo escandaloso que resulta tener apartadas las mujeres.
Pero yo diría que la columna vertebral del libro gira en torno una teología liberadora y cuyo sujeto de la misma debe ser siempre las víctimas de este mundo. Tamayo siempre cita la frase, de cuyo autor no recuerdo su nombre, y que viene a decir “los teólogos son unos señores que piensan hasta la extenuación acerca de las respuestas a preguntas que nadie se hace” (no es literal al cien por cien la letra pero sí el contenido). ¿Acaso la gente de la calle se pregunta por la Sma. Trinidad, la concepción virginal de Jesús o la concepción inmaculada de María, la infalibilidad del Papa, etc. etc.? Pues en eso ha estado entretenida la teología tradicionalmente. Y, como de cada dogma definido, salían varias herejías, pues, hala! Trifulca tras trifulca discutiendo sobre el sexo de los ángeles. Los jóvenes de hoy se parten de la risa con este tipo de teología. Y, por supuesto, a los y las oprimidas de nada le sirven esta elucubraciones mentales.
“La teología no se mueve en el horizonte de la razón pura, sino en el de la razón práctica, y se reconstruye a través de los procesos históricos a partir de los nuevos sujetos: mujeres marginadas, etnias y razas sojuzgadas, culturas anegadas, religiones sofocadas,, pueblos, países y continentes enteros anegados por el huracán del neoliberalismo” (pág. 140).
“Una teología para Otro Mundo Posible …se centra en el recuerdo subversivo de las víctimas en busca de su rehabilitación y considera que la obediencia a los que sufren es el elemento constitutivo de la conciencia moral” (pág. 141).
Tiene un apartado muy interesante, y para mí muy bonito, sobre cómo la teología ha convertido los símbolos en dogmas “eliminando la polisemia de aquellos para imponer el significado único” (pág.145). Tamayo ha estudiado en profundidad la riqueza del símbolo y la importancia que tiene éste en todo el lenguaje bíblico.
En fin , querido Óscar, sería muy prolijo el poder responder más exhaustivamente a tu pregunta, y confío en que quizá esto te pueda dar alguna pista sobre el “otra”
Hola otra vez!
Una de las claves -si no la principal, aunque así lo creo-
estaría en el sentido y contenido que Juanjo le haya otorgado a ese “otra“.
¿Podés, ana, darnos una idea?
Gracias y ¡Vamos todavía, que no falta tanto! – Oscar.
Hola!
¿Qué se requiere para que un libro sea LIBRO?
2 Cosas:
1ª) que tenga PROBLEMA
2ª) que tenga ESTILO
* Si no tiene Problema es sólo PAPEL ESCRITO
* Si no tiene Estilo es sólo un BORRADOR.
··············
¿Es esto suficiente?
Sí pero todavía no.
Para que un LIBRO se constituya
es necesario que encuentre su LECTOR.
(J.L.Borges)
¡Vamos todavía! – Oscar.
Ana, completamente de acuerdo con esto que tan claramente afirmas (“Creo que lo que hay que valorar es qué tipo de teología se hace y ver si realmente la reflexión teológica nos sirve”), pero como observarás, he omitido lo de los fundadores de las religiones y no porque minusvaloro sus aportaciones históricas, sino porque las relativizo desde aquello de Jesús a la Samaritana: “-Ni aquí, ni allí en Jerusalén; lo que el Padre quiere ya es adoradores en espíritu y VERDAD”, Y aquello : “-No es la Humanidad para el Sábado, sino este para aquella.”
Igualmente, como creo puedes suponer, valoro los libros, pero en la medida en que su contenido valore a la Humanidad como humana.
Porque tendíamos que plantearnos esto desde un análisis cultural que abarque la totalidad de la Humanidad y sobre todo, de la proporción de víctimas humanas por actividad o pasividad del contenido cultural de los millones de libros que se han publicado y publican.
Y mira que en cualquier familia, incluso muchísimas que jamás vieron un libro, se ha valorado y practicado eso de la práctica hermandad igualitaria que se sustenta en la igual filiación.
Me extraña lo que dices, Vicedo, pues por esa regla de tres, callémonos todos, incluso en atrio y, diría más, dejemos de leer libros sobre teología. Creo que lo que hay que valorar es qué tipo de teología se hace y ver si realmente la reflexión teológica nos sirve para los fines que pretenden los fundadores de las religiones o desvían el objetivo para hacer teoría vacua al margen de la realidad y de los valores que liberan a las víctimas de este mundo del sufrimiento.
Me estoy llevando varias sorpresas en este post.
Yo creo que es necesario hacer teología de forma distinta, incorporar otras formas de pensamiento en la reflexión teológica contemporánea y plural, estar más atentos a la realidad que nos rodea y a las personas que sienten y padecen, pero para capitalizar este tipo de teología inculturada, será preciso tener una mínima sensibilidad social, espiritual y pastoral. No podemos esperar demasiado de una teología oficialista que olvida a la persona real y camina por la senda de un espiritualismo confuso y dogmatizado.
Joxe Migel
Pascual,coincido con esto tuyo ( “.¿Por qué hay que hablar tanto para explicar cuestiones muy simples? “) y he llegado a convencerme de que por ahí anda la explicación y justificación de que no nos dejara nada escrito Jesús. ¿Para qué más “logia” del “Teo” al que solo podemos intentar llegar por un acto libre de fe, si lo queremos admitir como realidad, pues ni ojo vio, ni oido oyó?
Jesús , desde su vivencia humana, nos lo presenta como PADRE NUESTRO ¿No bastan estas dos palabras para resumir y aclarar TODA LA TEOLOGÍA?
¿Se puede decir algo más claro sobre nuestra humana relación individual y general con Él, que considerarnos hij*s suyos?
¿Y la palabra NUESTRO intimamente relacionada con NOSOTROS LOS SERES HUMANOS, no deja claro y siempre actualizado el como deben estructurarse las relaciones personales a nivel de HUMANIDAD?
¿Para qué más tratados teóricos de Teologia, si lo que hemos de hacer es practicar lo que estos dos conceptos y palabas encierran y exponen con tanta claridad?
· Querida Carmen, no estoy de acuerdo con lo que dices. Juanjo has sido uno de mis maestros durante casi treinta, y mucho de lo que yo sé en este momento se lo debo a él y se lo agradezco.
·
· Yo respeto el que a ti no te guste éste teólogo o cualquier otra persona que nos transmite su saber, pero de eso a decir que vive del cuento hay bastante trecho. Es un trabajador e investigador infatigable y sus libros son el resultado de este trabajo así como de su capacidad de abrir brecha en el inmovilismo teológico, que creo es uno de sus principales méritos. Claro que esto le ha costado y le cuesta muchísimos disgustos que supongo no los buscará por puro masoquismo. Por eso me sorprende el que digas que todo lo que dice está desfasado, mientras que yo siempre le he valorado su atrevimiento o valentía en sus intuiciones sobre aquello que no todo el mundo se atreve a decir.
·
· También respeto lo que dices de que hace años que no aporta nada, pero estoy en desacuerdo total. Quizá no responda a tus expectativas, pero es posible que responda a las de muchísima gente. Y ya sabes que son nuestras expectativas las que nos llevan a una u otra valoración de la obra de los demás.
En fin, Carmen, somos libres de tener nuestra propia opinión y de exponerla. Es lo que tú has hecho y yo respeto, aunque me parezca injusto lo que dices.
Por cierto he visto que nuestro amable y competente atriero José Ignacio Calleja ha publicado “Los olvidos sociales del cristianismo” (PPC), que pienso comprar y agradecer su trabajo y su colaboración a que este mundo funcione un poco mejor con nuestro granito de arena, cada cual allí donde pueda.
Quizás es que seguimos dando como el burro en la noria vueltas y vueltas en vez de romper ese yugo que nos esclaviza, con libros, con historias, con mentiras, con los € que cuesta escuchar, y decir a personajes que en realidad… Todo y cuanto se dice está más que desfasado.
¿Por qué? por los cimientos fueron de madera con termitas… murió el pilar y quedarón las termitas.
Ana, creo que cuanto tú como mujer y persona puedes aportar mucho más de lo que dice el libro de Tamayo o como se llamen quienes viven de este cuento a cuento de otros.
Llevan años sin aportar nada, sino moviendose por las corrientes de quienes movemos agua ¿No os dais cuenta?
Bueno soy tonta
todo comprendido, Oscar
y gracias por la amabilidad
JAQUE MATE A LA DOCTRINA JUDAIZANTE DE LA IGLESIA. El análisis racional de los elementos que integran la triada pre-teológica judeo cristiana, nos permite: ___criticar objetivamente el profetismo judío y la cristología de San Pablo que estructuran la doctrina judaizante de la Iglesia; visualizar nítidamente que el profetismo judío es opuesto a las enseñanzas de Cristo; visualizar la omisión capital que cometió Pablo en sus epístolas al mutilar al cristianismo de la doctrina más importante para la humanidad. Desechando la prueba viviente de la trascendencia humana patente en Cristo, que se alcanza practicando las virtudes opuestas a nuestros defectos hasta adquirir el perfil de humanidad perfecta (cero defectos). Disciplina que nos da acceso a los contenidos meta concientes, y potencialidades del espíritu__ Y la urgente necesidad de formular un cristianismo laico enmarcado en la doctrina y la teoría de la trascendencia humana (sustentada por filósofos y místicos, y su veracidad comprobada por la trascendencia humana de Cristo); a fin de afrontar con éxito: “el ateismo, el islamismo, el judaísmo, el nihilismo, la nueva Era y la modernidad”, que amenazan con sofocar al cristianismo. http://es.scribd.com/doc/73946749/Jaque-Mate-a-La-Doctrina-Judaizante-de-La-Iglesia
Juan XXIII y el Concilio Vaticano II interpretarán los “signos de los tiempos” en dos sentidos diferentes, que no siempre se distinguen bien. La relación entre estos dos sentidos sigue siendo indefinida. Los “signos de los tiempos” hacen referencia en primer lugar a acontecimientos y situaciones de la sociedad occidental contemporánea, es decir, a los cambios operados en la sociedad. En segundo lugar, se encuentra la referencia bíblica de Mt. 16,4, analizada más arriba, y que hace referencia a los signos escatológicos, o signos de la presencia del reino de Dios en este mundo. Es decir, por un lado se conciben los signos, como acontecimientos sociales o procesos históricos de la realidad espacio – temporal, producto de las decisiones realizadas por el protagonismo del hombre. Por otro lado, la expresión bíblica los concibe como signos “escatológicos” que puestos en boca de Jesús, reflejan la teología empleada de las primeras comunidades para hablar de la presencia del reino de Dios.
http://www.monografias.com/trabajos62/signos-tiempos-gaudium-spes/signos-tiempos-gaudium-spes2.shtml#xexpres
El acumular…aunque millones se mueran de hambre, es un signo de los tiempos…que nos muestra la realidad historica, el compartir y luchar para que todos los hombres puedan “tomar segun sus necesidades y nadie se considere dueño…es un ¨Signo de los Tiempos en el sentido usado por las primeras comunidades, presencia del Reino…Gabriel
Ana, nunca diré que la Teología es una simpleza, no. Pretendo decir que si tanta letra, y muchas veces alambicada, puede llegar a tantísima gente sencilla y sedienta de trascendencia como hay en este bello pero perro mundo. Nada más, Ana. Pero con todo y con eso doy gracias al Padre de que exintan personas con tan buenos sentimientos como los tuyos, y tantos que los vierten en las páginas de Atrio. Tú me perdonas.
Disculpá MARIANA!
Me expresé pal carajo!
Quise decir lo mismo que vos pensás.
“lo que nos vendieron” fue ese lavado de cerebro
que yankilandia nos vendió (y sigue intentando):
“El Comunismo es el Cuco”, es decir “unos chanchos” o porquería..
¿se entiende lo que quiero decir?
Gracias por ser tan suave con mi error.
¿Vamos todavía? – Oscar.
Pascual, me hace gracia el que digas que la teología es algo tan simple. Si lo reduces a si dios existe o no, pues tendrás razón, pero creo que la cuestión no es ésta. De cualquier forma, el autor del libro hace más hincapié en contexto que en el texto de las religiones, de las que se puede decir muchas cosas pero no que no existen y que no hay que prestarle mucha atención.
Te pongo un ejemplo de un texto del libro, echando una mano también a Óscar en su pregunta inicial. En el apartado que el autor titula NUEVOS CLIMAS SOCIOCULTURALES enumera algunos aspectos nuevos en esta nueva era de la humanidad y son los siguientes:
-La globalización y dice “ la globalización no es una descripción objetiva de la realidad sino una construcción ideológica del neoliberalismo al servicio del mercado”
-El despertar violento del imperialismo, y dice el autor, que “encarna la síntesis de todos los fundamentalismos: el político, el económico, el social, el religioso”
-Resultado de la globalización neoliberal tenemos la pobreza estructural en que vive la humanidad actual.
-“El feminismo que cuestiona en su raíz el carácter androcéntrico de las estructuras mentales y la actual organización patriarcal de las instituciones sociales, políticas y económicas.”
-“Una creciente conciencia ecológica que cuestiona el modelo científico-técnico de desarrollo de la modernidad, antropocéntrico y depredador de la naturaleza.
-“El pluralismo cultural que declara el fin del etnocentrismo y se opone al choque de las civilizaciones”
-“El pluralismo religioso…que implica el diálogo interreligioso como alternativa a los conflictos entre religiones”
-“La revolución biogenética” que resuelve muchos problemas pero plantea muchos interrogantes.
-“Vivimos inmersos en la cultura de los Derechos humanos, una cultura que bien puede considerarse universal”
-Y finalmente, el autor pone como asignatura pendiente del cristianismo y en especial en la teología, la sexualidad que, con frecuencia adopta una actitud represiva frente al cuerpo.
Esto es sólo una muestra de la complejidad del contexto social en que nos movemos desde hace medio siglo, mientras las religiones siguen ancladas en épocas muy anteriores y en cuestiones, como dice Olga, absurdas, cuando no tontas e insustanciales.
Acerca del comentario del Sr. Oscar Varela:
“Los Rusos no son solo la porquería comunista que nos vendieron”
El cuidado de las palabras
De los Rusos vino un gran sueño y una Revolución,
un pueblo entero, con sus ideólogos, mártires y traidores
Como cada proceso en la historia
También el cristianismo, en el sentido que intuyo quiere expresar Oscar, tiene y tuvo una inocultable “porquería”
pero jamás lo expresaría de ese modo por respeto a los que dieron su vida por ese sueño, y la siguen dando.
Ojalá por mi tierra llegue el libro de Tamayo y sus claras reflexiones. Por el momento solo se me ocurre una reflexión: El mensaje de Jesús le dio en la madre a la casta sacerdotal, a los ricos y poderosos, a los abusadores de niños y mujeres, es decir a los que tienen poder y viven a costillas de las energías y los miedos de otros. Y por eso lo crucificaron y su mensajes quedó encriptado y reinterpretado de modo de reforzar todo lo que él quiso cambiar. Las religiones se han dedicado entonces e evadir las preguntas pertinentes y a dedicarse a metafísicas absurdas, porque ese es el negocio de la religión y de las iglesias, mantener al público ocupado en tonteras, pequeñas idolatrías, moralinas, que les dan poder y dinero para vivir bien y seguir abusando de los débiles. Por supuesto que hay personas que entran a la institución con la mejor de las intenciones, y terminan crucificados por los dirigentes. Y si no pregúntenle a los Mártires del Salvador. Y los otros se sienten absueltos con el hecho de confesarse periódicamente, pero nunca reivindicar a los que ofendieron, seguir una serie de ritos fáciles y esto permite llevar una vida muy cómoda, pues evita reflexionar. Y los que reflexionan, o se van o terminan en algún tipo de pira, y son una molestia para el grueso de los creyentes cómodos.
“… en los márgenes de la iglesia, que dentro de ella”, dice Fico, mostrando que coloca a Tamayo en los márgenes y a la ortodoxia oficial ¿en el centro? de la ICR.
Me pregunto donde colocarías a Jesús, Fico, si en los márgenes, o totalmente fuera, o en el centro de la Iglesia … de Jesús, que es la que me importa, no la ICR.
Ya me gustaría a mí llegar a estar algún día al menos en el borde exterior de los márgenes de la Iglesia de Jesús. De la ICR, mejor sigo fuera, me encuentro mucho mejor.
Probablemente también Jesús hoy quedaría muy en los márgenes o totalmente fuera de la ICR (donde dice la doctrina de la ICR, tan caritativa ella, que no hay salvación, ya les vale)
406 páginas es demasiado. ¿Por qué hay que hablar tanto para explicar cuestiones muy simples? Solamente el título desarrolla toda la temática; las razones sobran cuando pretenden desmontar la sinrazón. Pero ¿es que existe Dios nuestro Padre? En “El silencio de Buda”, que también es otro tocho, Pánikkar desmonta todo el tinglado. Y la cuestión no es el tinglado de las sinrazones sino el imperio de los integrismos, y pretender que el hombre de hoy se trague amablemente las ruedas de molinos, como se hace desde diferentes enfoques cristianos, y como ya se las tragan millones de “piadosos” musulmanes.- NO, n. La táctica sería la de pocas palabritas e ir directamente al grano.-Y hoy me he pasado. Pido perdón.
He detectado un error en el texto del post, donde dice “sin perder de vida el sentido”, debe decir, “sin perder de vista el sentido” [Ya corregido. Atrio]
Querido Óscar, contestar a tu pregunta supondría volcar, aquí las más de 400 páginas del libro.
Lo que sí considero importante es nuestra reflexión personal acerca de si es posible seguir haciendo teología al margen de una sociedad en la que se convive con otras creencias y culturas, o en el menosprecio de otras religiones, o negando por omisión el que más de la mitad de la población somos mujeres y que las mujeres actuales ya pedimos ser sujetos y no objeto de teologías trasnochadas.
Pienso que son motivos más que suficientes para plantearnos y empujar en la medida que podamos hacia una teología menos dogmática y más adecuada a la madurez de los y las creyentes en particular, y de la sociedad en general.
Hola!
Bien por el sondeo de Fico.
Los Rusos no sólo son la porquería comunista que nos vendieron.
Un Tolstoy es otro manumental religioso.
Y más excelente aun esta resención del Libro de Tamayo
que nos hace Ana. Gracias.
Tamayo tiene algo de “monumental”,
aunque se lo pueda y suela ver andariego,
no creo que nada ni nadie podrá aplastarlo.
Me queda una pregunta en lo dicho por ana:
– “El autor centra su análisis en tres aspectos concretos:
* el pluralismo religioso,
* la interculturalidad
* y el feminismo.”-
Una duda que -sin duda- M.Luisa intentará sacarnos de ella:
¿Cómo es eso de “aspectos”
que sean “concretos“?
¡Vamos todavía! – Oscar.
Anoche me dormí releyendo “La leyenda del gran inquisidor”, fragmento de la novela “Los hermanos Karamazov” de Dostoiewski, publicada en 1880, en donde uno de los hermanos le cuenta al otro un cuento escrito por él sobre su visión de la iglesia; visión que no sabes Ana, lo actual que sigue siendo.
-Vamos a ver si no lo estropeo.
En él, Jesús reaparece, allá por el siglo XV, tras un Auto de Fe celebrado en Sevilla, en el que se ha quemado en la hoguera a cien herejes, y el gran inquisidor lo encarcela y lo interroga (¡como no podía ser de otro modo!). Interrogatorio que versa sobre las tres tentaciones que Jesús sufre en el desierto y que, convenientemente retorcidas, hacen a Jesús culpable –a ojos del Inquisidor- de las debilidades de los hombres y de su miedo a la libertad. Culpabilidad por la que el Inquisidor condena a Jesús a ser quemado con otros herejes al día siguiente… Y condición humana que pone a tan débiles hombrecillos en manos de la iglesia, a la que “no le queda más remedio” que reprimirlos para fortalecerlos y bla, bla, bla… Al final el Inquisidor –la iglesia- justifica y defiende sus razones para haber tomado abiertamente partido por el gran espíritu tentador, para el que la iglesia trabaja desde entonces y a lo que Jesús no responde ni palabra. Se levanta, le mira a los ojos, lo besa sin más, y se marcha…
No me extraña que Tamallo tenga que escribir lo que escribe, seguimos igual. La lástima es que, tal y por donde va la iglesia, dentro de otros cien años estaremos en las mismas. Eso sí claro, los Ratzinguer, los Rouco, los Iceta, siguen en sus trece, no teniendo más remedio que reprimir a “débiles hombrecillos como Tamallo, Queiruga, Hans Küng…”, a quienes no llevan a la hoguera porque ahora está mal visto, que si no, no sé, no sé si se salvarían, no…
Algunos hemos encontrado mucha más luz en los márgenes de la iglesia que dentro de ella. ¡Y cuánta gracias a personas como Tamallo!
Pues hala, buscaremos el libro de Tamallo.