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La ética es más determinante que las creencias

Si se lee con atención el relato del juicio final (Mt 25, 31-46), lo que importa, lo que interesa, lo que Dios tendrá en cuenta, en el juicio último y definitivo de la humanidad, no será la fe, ni la religiosidad, ni la piedad, sino solamente una cosa: el comportamiento que cada cual tuvo con sus semejantes, especialmente con los que peor lo pasan en la vida, o sea, los que pasan hambre, los enfermos, los necesitados, los extranjeros, los que están en la cárcel. Los que se portaron así en este mundo, ésos serán los aprobados por Dios, sin aludir siquiera a si tenían o no tenían creencias religiosas, si era personas piadosas y practicantes, y otras cosas parecidas.

Según cuentan los evangelios, Jesús dio a entender, con frecuencia, que esto es lo que a él le importaba. En este sentido, es elocuente el relato de la curación del criado de un centurión romano (Mt 8, 5-13; Lc 7, 2-10; Jn 4, 43-54). Aquel militar, como todos los militares del Imperio, tenía que hace un juramento de fidelidad al Emperador, al que se consideraba como Dios (“ipse deus”). Por tanto, aquel centurión no tenía las mismas creencias que los israelitas. No tenía las verdaderas creencias, pero tenía una conducta ejemplar, al preocuparse tanto por remediar el sufrimiento de un criado. Y por eso, Jesús dijo: “Os aseguro que en ningún israelita he visto tanta fe” (Mt 8, 10; Lc 7, 9). ¿Qué fe tenía aquel militar pagano? Nosotros diríamos: “una fe equivocada”. Y sin embargo, a juicio de Jesús, por más equivocado que uno ande en la fe, si es buena persona de verdad, eso es más determinante, ante Dios, que todas las creencias, por más ortodoxas que sean. Y si no, ¿cómo se explica que, en la parábola del buen samaritano (Lc 10, 30-37), precisamente el modelo que pone Jesús es el del hereje samaritano, en contraste con el sacerdote y el levita, que eran los modelos de la ortodoxia observante?

No estoy sacando las cosas de quicio. Las “creencias religiosas” dividen a la gente y enfrentan a los creyentes. Por las creencias, se ha perseguido, se ha torturado, se han organizado guerras, se ha matado a los infieles y ahora se ofende y se insulta a quienes no coinciden con las creencias que yo tengo. O sea, por las creencias se hace trizas la ética y se desprecia a los pecadores. Y es que, en definitiva, las creencias son, con frecuencia, el argumento que justifica y legitima la violencia. Por el contrario, la rectitud ética y la bondad con misericordia, eso es lo que nos une, los que rompe los fanatismos y acaba con los integrismos fundamentalistas, que tanto daño nos hacen y generan tanto sufrimiento.

Termino con una pregunta importante en este momento: ¿se puede asegurar que los pueblos más creyentes y observantes son exactamente los pueblos en los que hay menos corrupción, más honradez en el trabajo, más honestidad a la hora de hacer la declaración de la renta, más generosidad en los patronos y más laboriosidad en los trabajadores? Que cada cual veamos, en nuestras conciencias, qué respuesta le damos a esta pregunta inquietante y molesta.

[Publicado en el blog del autor Teología sin censuras ]

143 comentarios

  • Javier Renobales Scheifler

    ¿No ves Pepe Blanco, la humanidad de Jesús cuando se define a sí mismo como la vida?
     
    Sólo podía estar refiriéndose a la vida humana, a su vida humana, es decir, a su humanidad.
     
    La doctrina tradicional de la ICR, empeñada en divinizar a Jesús porque necesita arrogarse poderes divinos -de lo contrario se le acaba el negocio-,  ha condenado y condena a quien niegue la divinidad de Jesús (herejía arriana, lo llaman, como bien sabes).
     
    Sabemos que durante muchos siglos la religión que el Emperador puso como oficial de su Imperio Romano, el cristianismo, perseguía y asesinaba a las demás religiones y a los que consideraba herejes.
     
    Cuando Francisco de Asís predicaba el amor humano y la pobreza tuvo buen cuidado de hacerlo al amparo de una regla aprobada por el poderoso papa Inocencio III porque, sin ese label que lo sometía oficialmente al papa, a Francisco lo habrían asesinado en seguida por hereje, como hacían en aquellas épocas con los cátaros, o con los sagalelianos o dulcinistas, brujas y demás llamados sectarios, a quienes calificaban en seguida de herejes si se separaban los más mínimo del poder de la doctrina oficial.
     
    Tantos siglos de abusos realizados entonces y hoy por catolicismo oficial nos llevan todavía a pensar que Jesús se definía a sí mismo como una vida sobrenatural o como una verdad absoluta o como el único camino posible para llegar a esa verdad o a esa vida.
     
    Pero no era eso lo que pensaba Jesús, pues él nunca se sospechó, ni se dijo divino, y cuando murió dejado de la mano de Dios se sorprendió mucho de que Dios le abandonara (lo que evidencia que no era Dios, que no era divino).
     
    Divinizar a Jesús es falsearlo, es deshumanizarlo. Ahora tratamos de arreglarlo humanizando a Dios. Pero lo importante no es Dios, lo importante es la humanidad de Jesús (su mensaje de amor es pura humanidad), humanidad que es la misma que la nuestra, lo que la hace más importante todavía para nosotros. Lo que es verdad es nuestra humanidad; Dios hoy por hoy es imaginario en nuestras vidas humanas, en las que lo importante somos nosotros y el prójimo, no Dios.
     
    Cuando muramos, ya veremos, si es que hay Dios. Pero nuestros problemas e intereses hoy no son qué pasará cuando muramos, pues eso no depende de nosotros, ni nos afecta en nada hoy.

    Los que creemos en Dios, confiamos absolutamente en él: lo que haga entonces, sea lo que sea, bien hecho estará. Y si nos hemos equivocado, entonces ni nos enteraremos, pues una vez muertos, será la nada probablemente.

  • Asun

    El amor que no conoce diferencias  y se vuelca en todo y todos por igual, no nace del libro o papel escrito,  aunque desde  él pueda conocerlo racionalmente. Tampoco nace del corazón del hombre, aunque es en éste, en un no-lugar, donde se hace posible la  conexión  a una apertura, a un despliegue inagotable de recepción, a medida que su egocentrismo va  muriendo “achatándose su ego intermitentemente”, dejándose hacer, hasta que el Amor recibido que fluye constantemente solo es y se hace real entregándose a través suyo, sin apropiación ni búsqueda de mérito personal alguno.
     
    Vislumbramos en Jesús gran humanidad al contar maravillosamente sobre el Amor, el Reino de Dios, y en su vida el amor incondicional que él mismo experimenta y padece, con incomprensión al juicio de los demás, en la vida práctica junto a los hombres, niños y mujeres de su tiempo. Su ética, sobra decirlo,  es la compasión, la solidaridad que no discrimina y segrega. Por lo que no es ética propiamente dicha, como nosotros la entendemos. Su ética no se queda circunscrita en leyes ni en derechos, tampoco en tratados  sobre ética, pues  se quedan en el plano de lo conceptual, no pasando de las buenas intenciones y voluntades, que por cierto un buen ejemplo de ello lo tenemos con los tan anhelados  DDHH, que por más que los citemos, no garantizan que la compasión como praxis de vida  sea conocida, sida y vivida.
     
    Por tanto, la ética, sin más, puede reducirse a un idealismo más del hombre que  no sale del campo de las excelencias de la mente, resistiéndose a la transformación y  cambio profundos, a creer y confiar en lo que él mismo es y son los demás, al estilo de  Jesús y de tantos otros seres humanos que caen en la cuenta, lo ven, lo conocen y lo son en sus vidas. No esperando a que otros lo sean, ni comparándose con ellos.  La compasión no conoce adeptos, más amigos o menos enemigos, pues es tal la apertura y entrega al otro, sin fronteras ni barreras, que en su fluir, da un salto cualitativo de expansión más allá o acá de  creencias, méritos o éticas escritas de lo correcto por establecido.

  • ana rodrigo

    Pepe Blanco, presiento que utilizas más retórica propia que argumentos en contra. Creo que estamos bastante de acuerdo en lo fundamental.
     
    Yo no he hablado de mística, si bien considero que sería una vertiente más de la espiritualidad. Tanto la espiritualidad como la mística son inherentes a los seres racionales, si bien algunos de éstos viven más como irracionales, es decir no la desarrollan, como tú apuntas. Al igual que alguien con alguna deficiencia física desarrolla capacidades que todos tenemos pero que no las desarrollamos porque no nos hacen falta. Y da igual que la espiritualidad sea derivada de, o consecuencia de o paralela a…, están ahí en los seres racionales.
     
    Respecto a nuestros antepasados como fundamento, a ti como arquitecto no hace falta que te diga que los edificios no se sostienen en el aire, siempre hay unos cimientos del tipo que sean, y la especie humana ha ido apoyándose en los materiales que otros han dejado ya colocados. De hecho hay logros que, según mi criterio han llegado muy tarde, como puede ser la Declaración Universal de los DDHH, la lucha feminista, la democracia, etc. etc. Pero nada de esto bajó de los cielos por arte de birli birloque.
     
    En cuanto a los temas espirituales, es cierto que se nos transmiten las experiencias, da igual quién las haya escrito, después vienen los estudios varios, entre ellos la exégesis para limpiar los envoltorios y acercarnos lo más posible al original. Ah, y los libros no son un fetiche, son el vehículo de transmisión.
     
    Te pongo un ejemplo personal. Cuando me dijeron que una de mis hijas era sorda, se me vino el mundo abajo. Una doctora me dijo que había personas sordas que hablaban y que habían podido estudiar. Cuando mi ánimo decaía, me decía a mí misma, si otras personas sordas lo han conseguido ¿por qué mi hija no?. La experiencia de otros no fue la mía, me ayudó a conseguir la mía. Mi hija habla perfectamente y pudo estudiar su carrera universitaria. Y me pregunto ¿por qué en el campo de la ética y de la espiritualidad no pueden valernos las experiencias ajenas? Cierto, a posteriori, la experiencia será nuestra  será intransferible como tal, pero puede servir a alguien como referencia.
     
    Y finalmente, y haciendo referencia a lo que dice Vicedo, otra cuestión es hablar de la fe en Dios, la trascendencia, y todas esas cuestiones que no veo sean pertinentes en este post. Yo me centro más en la ética y cómo o por dónde llegamos a ella y hasta dónde podemos llegar.

  • oscar varela

    Hola Héctor!

    Estimo valedero el Comentario de
    Félix García Moriyón  04-Diciembre-2011 – 8:03 am
    – “Si entendemos las creencias en el sentido que las entendía Ortega y Gasset, como convicciones profundas en las que se está, evidentemente que tienen mucha importancia, pues en ellas se basa la ética que cada uno intenta llevar a la práctica.
    Si las entendemos en el sentido religioso, y más en concreto en el sentido de la fe de la doctrina tradicional, también son importantes y las alusiones a la importancia de la fe son abundantes en los cuatro evangelios y en las cartas, especialmente de San Pablo.”-

    Sólo cabría precisar que para Ortega el sentido religioso es la seriedad de la vida (praxis o ética).

    Convendría repasar el libro más intrincado de Ortega “La idea de principio en Leibniz y la evolución de la teoría deductiva” (OCT8) 
    ················
    Acerca de la moda anti-religiosa:

    – “ … por más equivocado que uno ande en la fe, si es buena persona de verdad…“-

    es una frase con bastante “buena Prensa”, e.d. “común”, ¿no?

    [Yo diría: Si es buena persona de verdad, no anda equivocado en la fe.]

    El Sr. Castillo no parece tener una asentada claridad;
    nos participa de su enredo (que es el de la moda)
    ················
    – “Os aseguro que en ningún israelita he visto tanta fe”-
    Acá Jesús dice que la fe “equivocada” es la del Israelita,
    no la del Centurión

    ¿Por qué enredar confundiendo, entonces, con:
    “¿Qué fe tenía aquel militar pagano? Nosotros diríamos: “una fe equivocada”.-
    ··············
    Te digo, Héctor lo que yo noto.
    Y como no le veo nada verdaderamente nuevo a estos planteos de Castillo,
    me pregunto ¿para qué el dale que dale, que termina manteniendo la confusión superficial?

    Para mí, que no han absorbido y superado el estadio idealista.

    ¿Qué le voy a hacer? ¿Seguir todavía? Tal vez – Oscar.

  • Héctor

    La ética es más determinante  que las creencias. Castillo no dice que la ética determina las creencias o que las creencias determinan la fe. La clave de su pensamiento  la pone en  qué es importante para Jesús: Las creencias o las buenas relaciones con los demás

    Oscar dice en su primera salida:  “Estos planteamientos tan de moda siguen estando de moda por la cómoda superficialidad”. Me da la impresión que en ese momento no había leído aún todo el texto de Castillo. Yo no veo por ninguna parte la ‘queja antireligiosa’ a la que Oscar alude.  Castillo no ataca a nadie descortésmente ni quiere ponerse de moda, pues ninguna falta le hace: sólo propone una reflexión, que a muchos nos  parece muy acertada.

    Oscar parece tener miedo a que reaparezcan las tendencias filosóficas del pasado occidental inventando la ética como la ciencia de la conducta humana con su causa fundamental: la educación: Víctor Hugo diría “La  verdad es alimento como el trigo. Educa a la sociedad y las cárceles serán innecesarias”.
    Yo propongo si quizás se podrían soldar conjuntamente creencias y ética de forma que la una no fuera  posible sin la otra. Pienso que las dos cosas son partes de la dialéctica humana ¿Cómo fue el paso del animal sólo sentiente al hombre sentiente y pensante?. Lo primero fue el sentir el frio, el cansancio, el hambre, el miedo, la necesidad de protección y sobre todo la seguridad de la manada frente al aislamiento. La “praxis” de levantarse del suelo y ponerse de pié  modificaba estructuralmente el organismo y surgía lentamente  la inteligencia pero esta debería seguir siendo sentiente. Vivo en la realidad, vivo en mi mundo, lo siento, hago y siento mi realidad, hago y siento mi fe desde la praxis. Aquí si estamos de acuerdo Oscar. Cómo dice Salvador Santos la fe está en los pies y en las manos.

    Creo que en la separación del  sentir y el penar, de la conducta y de la fé  estaría la raíz de muchos errores. Se exagera el papel de la inteligencia que por sí sola llegaría decir que la realidad entera es lo que “yo pienso: pienso luego existo”. Hay creencias que definen la realidad sin más. ¿Qué diferencia hay entre mucho de lo que llamamos fe y meras especulaciones teóricas que no se conforman con la realidad?
    Saludos Héctor

  • pepe blanco

    Hola Ana
     
    Antes que nada, permíteme que suscriba estas palabras tuyas: “Las personas adultas buscamos nuestro camino por diferentes veredas, y, siempre que nos conduzcan a nuestro objetivo, todas son válidas, sin prioridades ni complejos de superioridad, ni tampoco de inferioridad.”
     
    – Personalmente, me inclino a pensar que la espiritualidad, entendida como mística, más que una capacidad derivada de la razón (en el sentido causa efecto) es una capacidad simultánea a ella. Incluso se podría postular que es la razón la que deriva de la mística. Dejémoslo en que son simultáneas, “paralelas”. Precisamente para tratar de expresar eso, alguna vez me he referido al ser humano como homo sapiens misticus.
     
    – Congruentemente, pienso que la espiritualidad más que conseguirla, pues ya la tenemos, la desarrollamos, como igualmente desarrollamos la razón. Ahora bien, donde sí veo un problema es en el método para desarrollarla.
     
    – En particular, a tu pregunta indirecta “Y lo mismo que las ciencias tienen personas ilustres a las que ponen como cimiento de sus experimentos, no sé dónde está el problema cuando esto se traspone a vivencias de carácter ético o espiritual”, mi respuesta es la siguiente.
     
    – Los científicos no ponen a otros científicos como cimiento de sus propios experimentos, sino los resultados o las hipótesis que otros científicos han aportado previamente. La diferencia es importante. El que Einstein fuera una buena o una mala persona, no le atañe a ningún otro científico en el ejercicio de sus investigaciones. Se limitará a comprobar o refutar las teorías de Einstein.
     
    – Se pueden transmitir culturalmente los conocimientos adquiridos a través de la razón, pero no se puede transmitir culturalmente la razón misma, la capacidad racional, salvo que se descubriesen sucesos epigenéticos relativos a esto que, hasta donde yo sé, no es el caso. La capacidad racional se transmite exclusivamente a través de los genes. Pienso que lo mismo sucede con la capacidad mística de los seres humanos.
     
    – La cuestión de si la transmisión cultural de las verbalizaciones que personas del pasado hicieron de su particular experiencia mística puede ayudar a los demás a desarrollar su propia capacidad mística, de manera análoga a lo que sucede con los resultados de la ciencia en el desarrollo de la razón, personalmente no lo veo nada claro. Me inclino a pensar que no. Es más, pienso que esa transmisión cultural de antiguas verbalizaciones de la espiritualidad, suele entorpecer más de lo que suele ayudar.
     
    – ¿Será una casualidad que algunos de esos personajes tan famosos, admirados y “seguidos” por muchas personas, como Jesús, Buda (me parece, no estoy seguro) o incluso, si me permites que lo incluya en el mismo grupo, el mismo Sócrates, personas que parecen haber alcanzado altas cotas en el desarrollo de su espiritualidad, no escribieron nada, sino que todo lo que se sabe de ellos es por escritos de terceras personas que recogieron lo que supuestamente dijeron?
     

  • pepe blanco

    Hola Javier
     
    Estoy de acuerdo contigo en que las creencias, la ética, el amor, y tantas otras cosas, salen de nosotros, de nuestra dotación genética adecuadamente manifestada.
     
    Lo que no veo tan claro (tal vez influenciado por la tradición) es que Jesús se refiriera a su humanidad, al definirse a sí mismo como el camino, la verdad y la vida, si es que esas palabras de verdad fueron pronunciadas por él.
     
    Dices cosas agradables sobre el amor humano que, en mi opinión, no dejan de ser metáforas bonitas ¿Pero qué es el amor humano?
     
    ¿Y por qué dices que “buscamos a Jesús en las personas, en nosotros mismos,…”? ¿Qué significa eso? ¿No sería preferible buscar a Fulanito en Fulanito, en vez de buscarlo en Menganito? Si alguna vez me buscas, querido Javier, no me gustaría que me encontraras en… (bueno, no voy a poner nombres).

  • M.Luisa

    Leyéndoos y sin dejar de tener presente   el titular del artículo  haré una  reflexión partiendo de dos expresiones  enunciadas  aquí.
     
    “La Buena Noticia” y  “cualidades humanas profundas”
     
    Así de entrada, atendiendo al titular “La ética es más determinante  que las creencias” lo primero que se observa en esta presentación  es una oposición entre “La Buena Noticia” y lo que se ha venido en llamar el “bien metafísico”. Lo primero nos remite  en dónde basar  una ética, una  praxis, es decir,   se parte  desde lo elemental, desde  la noticia,    lo segundo en cambio  nos remite a  una creencia, es decir, parece envolver   una complicación.   Pero en rigor no hay tal  oposición porque el bien metafísico no existe. En este caso  sólo podemos hablar  de  Buena Noticia porque ésta sí se nos ha dado en la praxis, constituye hechos reales.
     
    Si la creencia  ha atentado o mejor ha  atontado nuestras cualidades dividiéndonos,  la finalidad de la Buena Noticia, dada humanamente, habría que llevarnos  a descubrirlas en su unidad por lo que,   al darnos cuenta de ello sería lo que  posibilitaría  el restablecimiento de aquella unidad perdida.  Sólo en unidad  es posible profundizar en las cualidades humanas. Por eso yo no suelo hablar de separación sino de alejamiento. Si fuera separación nos veríamos perdidos, no habría retorno. En cambio,   el alejamiento nos  presenta en  su otra cara,  el acercamiento en  una  vuelta atrás hacia  la búsqueda de la verdad.  Sin embargo,  para ello no nos cabe sino retroceder yendo desde la  explicación, complicación  (creencia) a la comprensión de aquella realidad  a la que apunta la Buena Noticia.
     
    Con todo,  sin embargo, hay que decir  que  la comprensión  es un  momento estructural de nuestro conocimiento pero  ulterior al de la impresión,  de la cual,  retrocediendo en  la búsqueda  será de la  que, por elemental,  habremos de partir.
     
    Ahora bien,  precisamente por eso  por ser  elemental  la filosofía tanto antigua como moderna  no ha reparado en ella y  desde sus orígenes  calificó a las impresiones como afección,  así consideradas se vio que se  oponían   a los pensamientos, es decir, al de un inteligir sin páthos, el inteligir sería  entonces por tanto impasible.
     
    Sin embargo, esto no es así, la impresión no es mera afección, no es mero páthos del sentiente sino que esta afección tiene constitutivamente el carácter de hacernos presente aquello que impresiona. Es el momento de alteridad. Impresión es por tanto la presentación de algo otro en afección. Pero no quedándose  en ella porque dada estructuralmente la  alteridad,  la mera afección nos es del todo insuficiente. En la afección,   que no afecto, pues en él ya hay sentimiento, lo  otro, todavía  no nos muestra su independencia de contenido,  es decir, la formalidad del se suyo, posibilitada justo  por  la alteridad. Me irrita, perdona Oscar, que no se vea  con anterioridad, cuando se habla de  la sociedad alternativa, y precisamente para que tal cosa  se produzca,  que no se vea, digo   la prioridad de  alternativa incursa  en lo individual.
     
    En definitiva, la impresión notificante consiste en presentarme  algo en afección que noto como algo “otro” pero que contrariamente a como se usó la nota   en filosofía como signo indicador de conocimiento  aquí  desde la originalidad de un pensamiento cuántico  postmoderno no designa sino lo que está gnoto por oposición a lo que está ignoto suprimiendo, eso sí,  toda referencia al conocer. Todavía ahí no hay conocimiento. El orto del conocimiento, si se ha entendido lo expuesto está en el carácter alternativo de la realidad que  envuelve el contenido   trascendiéndolo.

  • Fico Sánchez Peral

    Apreciada Ana. No es obsesión, aunque mi reiteración, dada la falta de respuesta, haga que lo parezca.
     
    Es mi personal forma de sentirme co-responsable, sintiéndome de izquierdas, por no haber sabido hacer lo suficiente para iluminar la ceguera colectiva de la izquierda que apoyaba y consentía todo al PSOE, y por evitar el daño que el Zapaterismo ha hecho al país: a las personas del país. Y es también mi forma de colaborar con un análisis realista (no placébico) de nuestros errores (los que han hecho tanto daño a tanta gente que nos apoyaba) a que en la nueva etapa que nos toca vivir, no persistamos en los mismos: la tardía y mala gestión que ha llevado al país a la ruina por tener más interés por proteger al partido que al estado y sus ciudadanos, llevando a millones de personas al paro y a la pobreza; y provocando el profundo desprestigio de una ideología, tan llamada a defender los derechos de los más desfavorecidos, que hasta ella llega a decir de sí misma ser más cristiana que otras por tener esa finalidad como prioritaria… (¡!).
     
    Es la contundencia de tantos y tan graves errores la que –si se quiere ser realista y no caer en hipocresía o en una cierta esquizofrenia- plantea la situación en términos tan fuertes; y no yo, que me limito a señalarlos. ¿De qué calibre no sería la ceguera previa que nos llevó a ellos, que ahora, y a pesar de todo lo que evidencia la bofetada que nos acaba de dar el electorado, nos resulta tan traumático asumir la realidad, que no nos atrevemos ni a abrir los ojos para mirarla? Vale, estoy de acuerdo: seguramente yo no soy el mejor psicólogo para plantear y sanear el trauma, pero créeme al menos cuando te lo digo como parte del colectivo enfermo.
     
    Muy cerca de mi casa hay una oficina del INEM, y te aseguro que resulta muy difícil pasar por delante de las colas de parados preguntándose qué hemos hecho tan mal y, sobre todo, ¡qué estamos dispuestos a rectificar para remediar el daño que hemos causado! Me gustaría ver si algunos se atrevían a exponer y sostener allí sus comprensivos argumentos “de guante blanco” con el Zapaterismo.
     
    Lamento ser tan duro en la exposición del tema, pero ni a la cola del paro va nadie a untarles vaselina y paños calientes para hacerles más digerible su situación, ni yo creo que deba ponerla en Atrio, ante quienes parecen tener más interés en ser benévolos y considerados consigo mismos en el traumático reconocimiento de la realidad, y con el partido causante del mal, que con las víctimas que lo padecen. Sí, ya sé que suena muy fuerte y que habría que hacer muchas matizaciones. Pero, ¿tú crees que sería eso en lo primero que pensarían los de la cola del paro, crees que prestarían atención y entenderían nuestras matizaciones? Yo creo que ellos serían mucho más duros que yo.
     
    Por eso sigo planteando el tema en los mismos términos: en los que yo creo que nos lo plantearían los de la cola del paro, y por eso, y aunque el nuevo gobierno no sea de “los míos”, creo que lo que urge, lo que es prioritario, es darles una oportunidad (y no a nuestra ideología, que ya desperdició la suya por estar más pendiente de sí misma que de la gente) de intentar llevar algún alivio a los que más sufren.
     
    Es demasiado grave, serio y urgente, como para andarse con pañitos calientes con quienes piensan más en cuestionar al nuevo gobierno, que en colaborar a desatascar el carro que ellos mismos atascaron.
     
    Y si mis términos no te/os parecen los adecuados, pero el tema si te/os parece importante, ¿por qué no lo planteáis de forma más adecuada pero realista?
     
    Saludos. Fico.

  • Fico Sánchez Peral

    Antonio V.
     
    No debería ser necesario personalizar las cosas, y reeditar antiguas polémicas para poder comprenderlas con ojos de hoy; sobre todo cuando se habla de situaciones que se han dado a la vista de todos, aunque quizá por entonces el pensamiento uniforme las considerara normales y por eso algunos no las percibieran de forma tan llamativa y grave como otros.
     
    Pero, por si te sirve de ejemplo, la primera vez que tuve la osadía de criticar a Zapatero, cuando por aquí (me refiero a los intervinientes en Atrio) se le comprendía, se le disculpaba y hasta se le aplaudía cuando ignoraba o negaba la crisis (que entonces sí parecía haber un pensamiento único en esto), y juraba que nunca daría un paso atrás en derechos sociales, para acabar –¡como primera medida!- rebajando el sueldo a los funcionarios y congelando las pensiones. Tan poquito acostumbrados estábamos por entonces en Atrio a la autocrítica política (o tan sucedánea resultaba), que yo fui tan gravemente insultado y escarnecido por hacerlo, que hasta el moderador tuvo que intervenir para pedir mesura al insultante. Es más, una vez hecho, hasta el moderador (lo digo como  representativo de la línea normal de opinión del Atrio de entonces) tuvo conmigo un cruce de opiniones: comprensivo él con “el pobre Zapatero” por verse obligado a hacer recortes, y crítico yo, pues entendía que los verdaderos pobres eran los que la incompetencia de Zapatero enviaba al paro a diario.
     
     Y no deseo personalizar el problema en el moderador de Atrio, a quien aprecio y respeto, porque sería irreal, además de injusto; pero creo que es mejor “utilizarle” a él, antes que reeditar viejas polémicas con otros. A fin de cuentas se trataría de entender mi visión de Atrio por lo que pueda tener de utilidad y no de renovar viejas discusiones. Te pido disculpas Antonio Duato, por esta utilización, que espero comprendas.
     
    Para mí lo descrito es una muestra de lo que es no aplicar la misma claridad ética de lo religioso a lo político. Y cuando uno ve que, pese a algunos intentos por airear el tema, el tema no sólo no se toca, sino que, concluidas las elecciones y enviados a la oposición por la ciudadanía (algo habrá hecho mal la izquierda para merecerlo y en algo tendremos que cambiar ¿no?), la actitud de Atrio parece querer seguir siendo la misma que antes y hasta se proponen temas de debate de análisis políticos y económicos en los que, bien parte del contenido del propio artículo o bien las opiniones de algunos intervinientes, parecen querer fomentar y hasta profundizar en la misma negación de la evidencia de antes, llegando algunos hasta a proponer movilizaciones para intentar derribar al nuevo gobierno antes de que se consolide, e incluso antes de que tome posesión del cargo, como si eso fuera lo más democrático del mundo mundial; para mí –y respeto a quienes no deban darse por concernidos- eso es hipocresía.
     
    Puede, como me dice Ana, que yo no haya sabido presentar el tema de forma adecuada (nunca he pretendido el simplismo que me adjudicas, lo de el “Zapaterismo-malo” es experiencia real, y lo de que “lo que viene sea bueno” está por ver; yo sólo me he referido a lo que viene, como la mayoría suficiente menos mala posible que había a mano. Pero lo que sí creo es que la llamada leal oposición, como mínimo, nos obliga a dejarles gobernar en paz los primeros cien días; y luego ya veremos lo que merece su acción de gobierno); o puede, como me temo yo, que haya algo de hipocresía, de reconocimiento implícito de culpabilidad (lo cual ya sería algo), en el hecho de no querer tratarlo. No lo sé, y lamento no haber sabido presentarlo mejor, sobre todo porque no tengo tanto interés en la crítica política en sí, como –puesto que el tema y el tiempo pasaban por ella- en usarla como oportunidad para resaltar la necesidad de universalidad tanto en lo religioso como en lo político. Pero en cualquier caso, y, sin ánimo de querer parecer acusador, si hubiera querido que la reflexión sobre si la ética es, o no, más determinante que las creencias, no se quedara sólo en el terreno de la ajeno religioso, sino que alcanzara también al de lo político propio de la izquierda. Aunque me temo que eso nos va a costar muuuuuuuuuuucho tiempo y esfuerzo.

  • Antonio Vicedo

    En toda la trama de argumentaciones y referencias al Jesús histórico que se vierten en los comentarios aclaratoria y críticos del tema, se hace referencia al testimonio de Jesús  con su ser y hacer humanos y a los libros que nos conservan noticia sobre el mismo, cualquiera sea la valoración histórica que les demos, siempre respetando la distancia que de ellos nos separa, desde el S. XXI  al S. I.
    Pero me extraña bastante, y no por la actitud de fe positiva o negativa sobre lo que de Divinidad se acepta en Jesús, cosa lógica, si la fe la consideramos trascendiendo la ciencia y como tal acto de libertad responsable, sino por las motivaciones en las que muchos creyentes nos apoyamos concretadas en los testimonios de entrega vital de aquellas generaciones progresivas de TESTIGOS o MARTÍRES  que fueron trasmitiendo, no desde la ventaja ni los privilegios vitales, sino desde el riesgo de la vida misma, pues parece que no entra en valoración el coste pagado generosamente y sin contrapartidas violentas de las terribles persecuciones imperiales.
    Parece que nos obsesiona, ante la proyección hasta Jesús y su discipulado primigenio y sucesivo hasta el S.IV, lo que  de implicación eclesial  con el Poder empezó con el maridaje Emperador, Sabios y Entendidos  con Jerarcas Episcopales y Papas
    El fenómeno social de la expansión cristiana por el Imperio a tan alto precio, no se si esta suficientemente valorado en ese empalmar nuestras afinidades o exclusiones con las actitudes de generosidad testimonial hasta la muerte de aquellas gentes sencillas que formaban las redes de comunidades de quienes intentaban AMAR y AMARSE, como testimonialmente se transmitían que Jesús nos había amado hasta la muerte y muerte de cruz.
    En alguna base de VERDAD apoyarían sus convicciones,cuando tal calidad de LIBERTAD alcanzaban y vivenciaban, probándola hasta DAR SUS VIDAS, sin defensas, ni venganzas.

  • ana rodrigo

    Querido Pepe Blanco, comienzo por tus interrogantes: “¿de dónde salen las creencias, la ética y el amor? ¿De un libro escrito hace dos mil años? ¿Es eso creíble?” Y te contesto con una expresión de Mariá Corbí que a mi me convenció y que llama “la cualidad humana profunda”. La espiritualidad, que yo la defino como esa facultad que los seres humanos tenemos derivada de nuestra racionalidad y que activa toda una serie de capacidades que, a su vez, nos ayudan a realizarnos como personas en todas estas capacidades, digo que esta cualidad  humana profunda la podemos conseguir, como ya he dicho, por distintos y variados caminos. Y, como somos seres relacionales y sociales, siempre hemos necesitado de referentes, personas ejemplares que nos han demostrado que se puede llegar a altísimas cuotas de humanidad, y ya desde nuestra infancia lo hacemos con nuestros padres y la gente que nos quiere. Nadie vive aislado de la historia y de los y las demás. Unos nos apoyamos en otros y vamos levantando el edificio de un mundo justo y fraternal. Por muy imperfectas que son las religiones, cada una nos ha conservado y transmitido el patrimonio espiritual de nuestros antepasados. Obligación nuestra es purificar esa tradición.
     
    Al igual que la física actual o la química o la medicina actuales no son una estrella caída del cielo antesdeayer, sino el resultado de muchos esfuerzos, de muchas personas, de muchos fracasos y de muchos aciertos, todo ello recogido en escritos, en libros, sí en libros; sin la escritura la humanidad no hubiese avanzado apenas nada, lo mismo que ocurrió en los miles y miles de años de la llamada Prehistoria.
     
     La ética universal la llevamos dentro y la vamos desarrollando generación tras generación, ayudados por personas especiales que se ofertan gratuitamente para quien las quiera tomar como ejemplo. Y lo mismo que las ciencias tienen personas ilustres a las que ponen como cimiento de sus experimentos, no sé dónde está el problema cuando esto se traspone a vivencias de carácter ético o espiritual. Y esto lo conocemos a través de la escritura, de ciertos libros, claro. El libro es el vehículo, no la sabiduría.
     
    Es mi humilde opinión. Las personas adultas buscamos nuestro camino por diferentes veredas, y, siempre que nos conduzcan a nuestro objetivo, todas son válidas, sin prioridades ni complejos de superioridad, ni tampoco de inferioridad. Pero sí de todo el respeto del mundo hacia las opciones de los demás.

  • Javier Renobales Scheifler

    Las creencias por las que preguntas salen de nuestra humanidad, Pepe Blanco, las creamos nosotros mismos, la especie humana, los animales humanos.
     
    De nuestra humanidad sale la ética y el amor, no de ninguna tabla innata grabada o impresa como un ‘derecho natural’ en un alma imaginaria por un Dios imaginario (en el que yo creo porque quiero creer, porque me da la gana de creer, me da la gana de optar por creer en lugar de optar por lo contrario, aunque podría hacerlo libremente).
     
    Jesús lo percibió cuando se definió a sí mismo como el camino, la verdad y la vida: se refería a su humanidad, que es la nuestra. Por eso (entiendo yo) el teólogo Castillo autor del post que comentamos dice que el amor humano es Dios.
     
    Dios es, hoy por hoy, imaginario: pero el amor humano no, el amor humano es la verdad, de las mejores partes de la verdad, es el camino, es la vida, nuestra vida. Es Dios, para muchos de los creyentes.
     
    Buscamos a Jesús en las personas, en nosotros mismos, en la intimidad y el amor de nuestras personas queridas, en el sufrimiento que atisbamos del prójimo escarnecido, en el mundo loco, injusto y enfermo que hemos hecho.
     
    Jesús histórico es difícil de percibir con lo que nos ha llegado de evangelios, de escritos del siglo I sobre Jesús. Pero percibimos, a través de lo poco que ha quedado de evangelios, la humanidad de Jesús, (no la divinidad con la que quisieron revestirle algunos, que falsea a Jesús pues éste era una persona humana, no un Dios) percibimos la humanidad de la persona humana de Jesús, humanidad que es como la nuestra.
     
    Jesús era como nosotros; también nosotros reclamamos amor, no creencias, no fe, sino obras de amor. Lo mismo que Jesús.
     
    Las creencias, y la ética y el amor que dices, poco o nada salen de unos libros que se escribieron por desconocidos (a los cuales ha santificado para hacer más creíbles esos libros que llamamos evangelios) hace casi dos mil años, y que aún intentan los interesados hacer creer a los crédulos que son ‘palabra de Dios’.
     
    No lo son, los evangelios no son palabra de Dios, pues Dios no interviene en nuestras vidas, y menos escribiendo o inspirando libros.

  • pepe blanco

    (Perdón, a ver si a la tercera va la vencida, y consigo dejar el comentario tal como lo quiero dejar…)

    Ana, Javier, Oscar:

    No me resulta fácil hablar de todo esto. Por eso prefiero las aproximaciones tangenciales, los circunloquios, los rodeos. Tampoco creáis que me estoy yendo del tema del artículo, al menos tal como yo lo entiendo. Lo único que pasa es que me estoy aproximando desde los alrededores.

    Dices, Ana: “la fe […], [es] una convicción profunda de que conocer a Jesús y programar mi vida conforme a los principios éticos y espirituales del evangelio, me resulta válido”.

    Y tú, Javier, vienes a decir lo mismo: “Jesús […] fue un hombre admirable, digno de ser seguido.”

    Oscar sugiere algo completamente distinto: “La Buena Noticia (el Evangelio) eres Tú,
    cada cual y su mundo: su vida.”

    Me siento muy en sintonía con la declaración de principios de Oscar, más que con las de Ana y Javier.

    Según lo veo, el problema de fondo es profundo y difícil. Un planteamiento posible podría ser el siguiente ¿de dónde salen las creencias, la ética y el amor? ¿De un libro escrito hace dos mil años? ¿Es eso creíble?

  • pepe blanco

    Ana, Javier, Oscar:

    No me resulta fácil hablar de todo esto. Por eso prefiero las aproximaciones tangenciales, los circunloquios, los rodeos. Tampoco creáis que me estoy yendo del tema del artículo, al menos tal como yo lo entiendo. Lo único que pasa es que me estoy aproximando desde los alrededores.

    Dices, Ana: “la fe […], [es] una convicción profunda de que conocer a Jesús y programar mi vida conforme a los principios éticos y espirituales del evangelio, me resulta válido”.

    Y tú, Javier, vienes a decir lo mismo: “Jesús […] fue un hombre admirable, digno de ser seguido.”

    Oscar sugiere algo completamente distinto: “La Buena Noticia (el Evangelio) eres Tú,
    cada cual y su mundo: su vida.”

    Me siento muy en sintonía con la declaración de principios de Oscar, más que con las de Ana y Javier.

    Según lo veo, el problema de fondo es profundo y difícil. Un planteamiento posible podría ser el siguiente ¿de dónde salen las creencias, la ética y el amor? ¿De un libro escrito hace dos mil años? ¿Es eso creíble?

  • pepe blanco

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    Ana, Javier, Oscar:
     
    No me resulta fácil hablar de todo esto. Por eso prefiero las aproximaciones tangenciales, los circunloquios, los rodeos. Tampoco creáis que me estoy yendo del tema del artículo, al menos tal como yo lo entiendo. Lo único que pasa es que me estoy aproximando desde los alrededores.
     
    Dices, Ana: “la fe […], [es] una convicción profunda de que conocer a Jesús y programar mi vida conforme a los principios éticos y espirituales del evangelio, me resulta válido”
     
    Y tú, Javier, vienes a decir lo mismo: “Jesús […] fue un hombre admirable, digno de ser seguido.”
     
    Oscar sugiere algo completamente distinto: La Buena Noticia (el Evangelio) eres Tú,
    cada cual y su mundo: su vida.”

    Me siento muy en sintonía con la declaración de principios de Oscar, más que con las de Ana y Javier.

    Según lo veo, el problema de fondo es profundo y difícil. Un planteamiento posible podría ser el siguiente ¿de dónde salen las creencias, la ética y el amor? ¿De un libro escrito hace dos mil años? ¿Es eso creíble?

  • Iñaki S:S,

    Apreciado Javier, tu diálogo con Pepe Blanco me ha parecido magnífico y no sería capaz de quitar o añadir una simple coma. Diría que a ratos ha llegado a emocionarme. Soy uno mas de los que hemos puesto en cuarentena a la ICR, pero que seguimos atrapados por el Jesús histórico. Para mi lo mas creible de su mensaje es lo que nunca ha dicho, que yo sepa, ningún otro personaje de la historia. Por ejemplo, eso de perdonar a los enemigos, poner la otra mejilla, al que te quita la capa darle además no sé que, etc. Es el amor llevado a tal extremo que nos hace sentirnos avergonzados a quienes, XXI siglos después y en plena  era posmoderna, seguimos dando vueltas y mas vueltas alrededor de estos temas, sin ser capaces de practicar semejante ética. ¿ Será por eso que no acabamos de encontrar el camino hacia el Reino?.
    Refiriéndose a  este Jesús histórico, un buen amigo dice que le atrae de este personaje su dedicación exclusiva a ser generoso y volcarse con los demás. Según él, la humanidad no tiene otra salida que la de compartir y que por cualquier otro camino vamos a la ruina.  Probablemente ha habido mas profetas con parecidas mensajes, pero ninguno da tanta  guerra.

  • Antonio Duato

    Oscar:

    Sólo decirte que seguramente el Javier a que te refieres es Javier Renobales, del que habla Pepe (aún no sé de quién le defiende). Como moderador y administrador de ATRIO, aunque JAVIER prefiere el anonimato, tengo que decirte que es una de las personas que más ha aportado económicamente a ATRIO (y a otras muchas personas y causas necesitadas) y creo recordar que alguna vez hizo referencia al hecho que cuentas. Perdona si no te lo agradecí a ti, a quien ATRIO tiene tantísimas cosas, de más valor, que agradecer.

    Y vamos adelante, te confieses o no. Incluso en el tenis. Afición y tenistas nos disteis un gran ejemplo ayer en Sevilla. Y estoy seguro que a la quinta, el año próximo, os llegará la ensaladera famosa, que bien merecida la tenéis.

  • pepe sala

    No es cuestión de ética, Oscar, es cuestión de REALIDADES. ( sean, o no, éticas)
     
    Y como y0 pinto muy mal, solo y exclusivamente acostumbro a contar ( escribir) las realidades que conozco.
     
    También conozco un poco las escrituras bíblicas ( menos que las ” escrituras” mundanas de lo que yo entiendo por el pueblo) y me viene muy bien para el caso aquello de:
    ” que tu mano derecha no se entere de lo que hace tu mano izquierda”.
     
    Y en el caso que ha surgido respecto de alguien que conozco y reconozco como persona de mucha ética social, puedo asegurar que la escritura bíblica se cumple a rajatabla. ( y estoy seguro de que alguien de por aquí lo podría corrovorar y espero que no lo haga para no poner en un aprieto a quien no desea colocarse en tal aprieto.)
     
    Ya sólo queda establecer un ORDEN DE PRIORIDADES en los actos que cada cual considere y seguro de que todos-as entenderemos la libertad de cada cual a la hora de apoyar las causas que considere prioritarias. ( considerando los parámetros que cada cual considere.)
     
    Me imagino a Javier cuando lea nuestros comentarios. Te aseguro que no le gustarán y también te informo de que algunos -AS  le hemos tenido que aconsejar ( reñir) por motivos de su exajerado desprendimiento.
     
    Lo cual pongo en conocimiento para animar a otros-as a seguir el ejemplo de Javier Renovales Cheifler. Otro gallo cantaría en nuestra sociedad si hubiera muchas personas como él.
     
    ( Me debes una cerbeza, Javitxu… jejeje)

  • ana rodrigo

    Estimado Fico, no acabo de entender tu obsesión, casi provocación, para que sigamos nosotros la campaña electoral en atrio.
     
    Tus argumentos son correctos partiendo de la tesis de la que partes, el zapaterismo ha sido el causante de todos los males pasados y también de los venideros. Muy respetable tu tesis. Yo no voy a entrar al trapo, y no me gustaría que, por ello, se me juzgase como una hipócrita, sencillamente porque no hay pensamiento único ni en este tema ni casi en ningún otro.
     
    Te contesto para que veas que te leemos, yo te leo, y que tus palabras no caen en el vacío, pero es que la realidad no es tan simple y, sobre todo, me parece un poco atrevido calificar de hipócritas a toda aquella persona que no se manifiesta contra el zapaterismo, en cuyo caso sería los siete millones de votantes del PSOE, y ¿no crees que son muchos millones de hipócritas? ¿No se te ocurre pensar que la realidad es bastante más poliédrica que el simplismo del zapaterismo-malo, lo que viene-bueno?. ¿Te has preguntado porqué nadie entra en el debate tal como lo planteas?
     
    Un saludo cordial, y ahora mismo (no sé si cambiaré de opinión), no voy a hablar de este tema en estos términos.

  • oscar varela

    Hola!

    No sé si lo que voy a hacer es muy ético.
    Si no lo fuere; que sea para mi deshonra.
    ………….
    Pepe Sala pinta a un Javier Renobales:
    – “Tienen su patrimonio, tienen su vida desahogada, tienen su propio estatus social envidiable; pero NO ABUSAN  ni presumen de ello.”-
    ………….
    No estoy seguro de recordar bien,
    pero hace unos dos añitos -más o menos-
    que tal vez Javier (repito que no recuerdo si era él)
    me hubo ofrecido algún dinerillo
    en razón de un favor que yo le habría hecho
    de mandarle algún texto -o algo así- que le interesba.

    Yo no tengo necesidad de dinero (no me falta ni me sobra),
    pero pensaba que a Atrio.org sí.

    En aquella oportunidad le dije que si quería
    podía hacerlo llegar anonimamente a Atrio.org

    Si aquello fue realizado, no lo sé.

    Pero aceptando mi falta de ética
    y si el referido Javier fuera aquél,
    le solicitaría que repare en el recuadrito
    -ahora de rojo-
    situado en la esquina superior izquierda de esta misma página que está leyendo.

    Les confieso que no me voy a confesar.

    Y ¡Vamos todavía! – Oscar.

  • Javier Renobales Scheifler

    Claro Pepe Blanco,
     
    Jesús no es el no va más, nadie lo es; fue un hombre admirable, digno de ser seguido, pero al que no hay que mitificar, so pena de falsearlo; y no es el único a quien se puede seguir.

    En otras culturas hay otras personas a quienes seguir, como es natural, propio del pluralismo de la Humanidad. 

    Lo que digo es que el mensaje de amor de Jesús vale lo mismo para todos, ateos o creyentes, occidentales u orientales, de cualquier condición y en cualquier lugar, de cualquier ideología, de cualquier sexo y orientación sexual, fecundos o estériles, más sanos o no tan sanos o enfermos, legales o criminales, levantados o caídos, queridos o abominados, ‘bien’ situados o marginales como se situó de hecho el propio Jesús, ricos o pobres, de cualquier o de ninguna religión … etc., el mensaje de amor de Jesús vale para todos lo mismo y Jesús lo dirigió a todas las personas, lo pretendió para todas las personas.
     
    El intento de monopolización de Jesús por parte de la ICR es un burdo robo y es un timo, una estafa (se puede ver en ‘La fe y la estafa’ editorial Quilombo, del sacerdote católico Enrique de Castro, de la parroquia de Entrevías (San Carlos Borromeo) de Madrid.
     
    Jesús no tuvo una condición moral superior; tuvo una condición moral de persona humana, como la tuya y la mía y la de tantos. Y no fue sino una parte de la verdad: nadie somos toda la verdad. Cuando Jesús dijo ‘Yo soy el camino la verdad y la vida’, no pretendió decir que es el único camino, la única verdad y la única vida. Se refería que a que su humanidad, nuestra humanidad, es el camino, la verdad y la vida.
     
    Los católicos, por interés malsano de su negocio, han pretendido monopolizar a Jesús para su ICR, han pretendido apropiarse del mensaje de Jesús: pero con eso no hacen sino ponerle límites a Jesús injustamente, lo cercenan, y dificultan a muchas personas, que no se tragan la ICR y sus dogmas, poder creer en el mensaje de Jesús y realizarlo, lo cual era la causa de Jesús.
     
    El mensaje de Jesús, que consiste en amar al prójimo como a uno mismo y como Jesús nos amó, es muy adecuado y muy bueno para buscar la plenitud que dices, Pepe Blanco. Y es tan válido para los cristianos como para los musulmanes, judíos y las personas de cualquier religión y condición.

  • pepe sala

    Con la venia…
     
    Por la presente comparezco y, como mejor resulte digo:
     
    1º: Amigo Javier Renovales, me duele tener que atacarte también, pero estás en una gran confusión argumantal: EL REY DE LOS ESPAÑOLES NO HA JURADO NUNCA LA CONSTUTICION ESPAÑOLA. ( es obvio, puesto que cometería perjurio al haber jurado los Principios del Glorios Movimiento y éstos son absolutamenye contrarios a la Constitución.)
     
    2º: Dicho ésto paso a intentar apoyar al casi único “ricachón” que vivió de puta madre durante el franquismo y ha llegado a entender que no se puede seguir defendiendo el franquismo ( desde diferentes posturas: silencios cómplices, equidistancias convenientes, acoso a quienes denunciamos las barbaridades del franquismo, etc, etc, etc.)
     
    Me atrevo a decir, y digo, que el amigo Javier Renovales ( y algunos de su familiares directos también conocidos por ATRIO) son de las poquísimas personas que he conocido  en España ( lo acotaría a Euzkadi) que no siguen subidos de alguna manera en su jodida PREPOTENCIA conseguida en los ” buenos tiempos”. Tienes su patrimonio, tienen su vida desahogada, tienen su propio estatus social envidiable; pero NO ABUSAN  ni presumen de ello.
     
    No es extraño, por lo tanto, que el amigo Javier Renovales ( y sus adláteres) siga siendo atacado por ” propios y extraños” cuando osa expresar lo que tanto daño le ha hecho: SU EXPERIENCIA RELIGIOSA JUVENIL.
     
    Mejor te callas, jodido Javier, y mejor dejamos tranquilas las conciencias de tanto-A  equidistante y negacionista de la realidad. Y cuando sientas necesiad de mandar a tomar por el culo a unos-AS cuantos, ya sabes donde tienes un amigo rojo, ateo y sinvergüenza…
     
    Deja los “mediosdías”; sigue habiendo días enteros.

  • Antonio Vicedo

    Fico, podrías ser mas concreto bajando a la realidad y aclarar lo que hay de implícito en este tu párrafo:
    Resulta muy hipócrita tener tan clara la distinción entre creencias y ética en lo religioso, y no aplicarla con la misma claridad y exigencia a lo político.”
    ¿A quien, o a quienes endosas eso de muy hipócrita? Porque por aquí por ATRIO parece que no se anda con componendas con  lo de no aplicar la misma claridad y exigencia en lo político.
    Harías un gran favor, si nos descubrieras pistas para rastrear a esos hipócritas que teniendo tan clara una cosa, practican, o practicamos, otra.

  • oscar varela

    Hola!

    Está bien lo que nos plantea Pepe Blanco:
    Hay “otros caminos propuestos“.
    ¿Cuántos?
    …………..
    Yo entiendo que el “La Buena Noticia”
    coincide con la de Antonio Machado:

    “Se hace camino al andar”

    y el ANDAR es el de cada cual en el mundo.

    Por lo tanto:
    La Buena Noticia (el Evangelio) eres Tú,
    cada cual y su mundo: su vida
    .

    Jesús la de Jesús
    Oscar la de Oscar
    Pepe la de Pepe
    Sócrates la de Sócrates

    ¿Habrá algo de esto?
    ¿No es acaso lo que intentamos?

    ¡amos todavía! – Oscar.

  • ana rodrigo

    Yo pienso, querido Pepe Blanco, que el anhelo de realización  personal en sus diferentes dimensiones y aspectos, tiene diversos caminos, y cada cual elegimos el que nos parece mejor para cada cual. Yo personalmente no desprecio ningún otro, pero, por las circunstancias culturales y sociales en las que nací y crecí, conozco mejor y he estudiado y analizado el cristianismo jesuánico,  me ha parecido que colma mis perspectivas, y por él he optado libremente. No tengo más que decir. Y, como es una cuestión muy personal, yo doy razón de mi opción, y cada cual que la dé de la suya si así lo cree pertinente.
     
    El resto de historias que cuenta Javier sobre los tiberios de turno, me traen al pairo. Para mí la fe no es un seguimiento de personajes y personajillos intermediarios, sino una convicción profunda de que conocer a Jesús y programar mi vida conforme a los principios éticos y espirituales del evangelio, me resulta válido. Otras personas optarán por otros caminos areligiosos, o de otras religiones, o de la razón ética innata al ser humano, y yo lo veo tan válido como el que yo he elegido. No hay que complicarse más la vida y respetar a todo el mundo.

  • Fico Sánchez Peral

    Es curioso ver el descaro con el que los hombres, a lo largo de la historia, ignoramos nuestras responsabilidades directas, por el simple método de considerarlas –por la cara- como si fueran ajenas. Y lo mismo da si hablamos de lo sagrado que de lo profano y de lo próximo que de lo lejano; que como tengamos interés en ignorarlo: ¡lo ignoramos, y en paces! Que para eso la jeta siempre ha sido jeta, y nada más que jeta.
     
    Lo digo por la facilidad –la soltura- con la que la historia ha considerado como ajenas, tanto la hipocresía del poder político representado por Pilatos, lavándose las manos de toda responsabilidad (claro, como los romanos eran extranjeros…) como la hipocresía de la jerarquía religiosa judía (para los católicos, escindidos de ella, también extranjeros…). Y por esa regla de tres la jerarquía religiosa católica ha podido permitirse alegremente su personal hipocresía y dedicarse a dogmatizarnos y todo lo demás que ya hemos comentado tantas veces, porque las responsabilidades a analizar siempre eran ajenas, ya fueran judías o gentiles, o en la actualidad civiles o políticas, pero nunca suyas; y por eso nosotros nos consideramos legitimados para darle caña al mono vaticano, y con razón.
     
    Pero lo curioso –decía al principio- es que entonces usemos nuestra crítica a la evidente hipocresía de la Iglesia institucional, para sentirnos justificados y dispensados de realizar la verdadera autocrítica de nuestra personal hipocresía política (quiero decir la de la política de izquierdas, que es la verdaderamente nuestra, y no la de la derechas).
     
    Por eso creo que es tan oportuno el planteamiento de este post: “La ética es más determinante que las creencias”, pero no sólo para aplicarlo a los planteamientos religiosos o políticos ajenos, sino a los propios (y no siempre a los de los extranjeros de derechas…). Resulta muy llamativo -para mi escandaloso- ver cómo, después de que el Zapaterismo haya arruinado al país con su incompetencia para gestionar la crisis, y su traidor interés prioritario en salvar al partido y a su gente antes que al país y la suya, hasta hundirnos en una sima de deuda pública y corrupciones que serán causa de los dichosos recortes que tendrá que aplicar el próximo gobierno para intentar reflotarnos; y ver, a la vez, cómo desde la izquierda ya se empieza a jalear y precalentar la calle para boicotear la política del nuevo gobierno. Sí, sí, los mismos que callaban con los desastres de Zapatero, ya están calentando motores para boicotear a Rajoi, que ni siquiera ha empezado a gobernar.
     
    Estas son las vigas en el ojo político propio que creo que deberíamos someter a análisis y autocrítica; y no las ajenas del Vaticano o la derecha.
     
    La evidencia de la hipocresía y la ineficacia política del Zapaterismo, ha hecho que los ciudadanos nos pongan en la oposición ¡para hacer leal oposición en interés del país!, y no en el interés del partido, que es lo único que –¡otra vez!- perseguirían las movilizaciones. ¿Vamos a seguir cometiendo el mismo error: seguir criticando sólo a la derecha y no corregir nunca nuestra hipocresía, que nos ha llevado a la oposición? ¿Vamos a continuar con la idolatría del partido y sus creencias, o la ética debería depurarlas para reconducirlas hacia una práctica eficaz en beneficio real de los intereses de las personas?
     
    Resulta muy hipócrita tener tan clara la distinción entre creencias y ética en lo religioso, y no aplicarla con la misma claridad y exigencia a lo político.
     
    Es como si, camuflados y justificados por la crítica religiosa, nos sintiéramos dispensados de realizar la política y, tras la negligencia de apoyar a quien ha hundido al país, nuestra idolatría política nos exigiera que boicoteáramos a quien la ciudadanía ha nombrado legítimamente para intentar reflotarlo, pues, caiga quien caiga, nuestras creencias ideológicas y el partido son lo primero; y el país y su gente queda subordinado a ellas y no al revés.
     
    De ser así, es evidente que las creencias seguirían siendo más determinantes que la ética, y la política seguiría avanzando en su proceso de degeneración. ¿Cuándo diremos ¡basta!, y empezaremos a invertir la tendencia, subordinando las creencias a la ética y las ideologías y el partido al interés real de las personas?

  • oscar varela

    Hola!

    El Centurión replica a Jesús con su creencia
    o su “tesis de convencido“: Mando y Praxis (“digo ve y va”)

    No valen más que como distingos esos entre “fe y creencia”.

    Acá -y en buena filosofía- son radicalmente lo mismo
    (creencia-fe-convicción-confianza-katalepsia-universal común)

    Jesús adhiere a esta tesis práctica del Centurión:
    – “No he hallado tanta fe …” (Lc.8,10)

    Y, aunque Mc. no tiene este relato,
    sin embargo lo tiene colgado del frantispicio en su presentación de Jesús:
    – ” … crean en la Buena Noticia (de la Sociedad Alternativa)”- (Mc. 1,15)

    ¡Vamos todavía! – Oscar.

  • pepe blanco

    Hola Javier Renobales,

    Más allá de las interpretaciones diversas sobre Jesús y lo cristiano a lo largo de la historia y en el momento actual, y admitiendo -que tal vez sea mucho admitir- que todos los cristianistas, cristianos y jesuánicos admitís algo de verdadero en el mensaje y en las obras de Jesús, lo que planteo es que esa “verdad” sobre Jesús que tal vez todos admitís -y que quizás se podría resumir en otorgarle una condición moral superior- no tiene por qué ser la única verdad posible. Es decir, que tal vez haya otras condiciones morales superiores, en el sentido de que sean más eficaces en la búsqueda de la plenitud por parte de los seres humanos.

  • pepe blanco

    Querida Ana,

    Leo tu comentario, releo el mío y creo que tienes razón, que no me expresé bien. Lo intento de nuevo.

    Lo que quería expresar, en esencia, es mi sensación al leer lo que decís muchos cristianos: parece que admitís, abierta o tácitamente, que sin vuestro conocimiento de Jesús no podríais ser buenas personas, ni llegar a la plenitud espiritual.

    Más aún, parece que creéis que el camino cristiano (o alguno de los varios caminos que se proponen desde el ámbito del cristianismo) es el único posible que conduce a la plenitud: Él –y solamente él- es el camino, la verdad y la vida.

    Y con esto enlazo con el último párrafo. Al hablar del secuestro de lo humano por Jesús, me refiero a que el camino personal hacia la plenitud, no tiene por qué ser, exclusivamente, el que parece haber marcado Jesús, quien, por desconocimiento o por desacuerdo o por lo que fuera, obvió por completo otros caminos propuestos, incluso con anterioridad a él. Por ejemplo, el camino socrático: otro camino, otra verdad, otra vida.

    Un abrazo

  • M.Luisa

    La ética es más determinante  que las creencias.
     
    Esta afirmación parece responder convencidamente  a un proceso  experiencial en donde de partida  eran   las creencias las que determinaban una ética. Pero esto  según el relato del centurión  con su conducta ejemplar   no parece que sea así,  pues  su  proceder  no deriva de ninguna creencia y sin embargo actúa éticamente  a los ojos de  Jesús.
     
    A ello, Jesús, se refiere    en términos de fe  y lo contrasta con la poca que de ella ha visto  en los israelitas creyentes. Dejando a un lado ahora las creencias  me pregunto ¿Qué es lo común entre el israelita y el centurión?   lo común  entre ellos evidentemente  es lo humano, y   el centurión  en su praxis patentiza  lo real de su humanidad mientras que aquel  lo real de lo humano  lo somete  primero  a  irrealidad.
     
    Lo intocable  por tanto en  esta  cuestión es la fe   a  la que alude Jesús  y como  la fe   es un carácter de la realidad humana, esto   lo prueba el hecho de que    el centurión  se  realiza humanamente en la praxis,  hecho constatado por Jesús,  de ahí que  el creyente  como he dicho al principio    haya  de pasar por la experiencia,  por  la praxis como determinación   de la ética.
     
    Con todo,   no es que al final de  este proceso  logre esfumarse  aquella creencia sino que lo que sucede por   la experiencia misma  es que,  como ésta consiste en probación  física,   lo probado en ella  es lo real de lo figurado  en la creencia, ésta   entonces ya no consiste en creer por creer sino  que  la creencia  es restituida    en fe, en confianza probada, en definitiva en cualidad que  iguala al centurión, al creyente  y al hereje.

  • Javier Renobales Scheifler

    Pepe Blanco,
     
    Creo que Jesús no se planteó, ni se imaginó de ninguna forma, todo lo que iba a ser manipulado después.
     
    Figúrate, hoy un Jefe de Estado va por ahí diciendo (y sus seguidores se lo corean, y dicen que le creen, -por eso que imaginan de la llamada acción del Espíritu que dicen que sopla por ahí- ) que él es el representante de Jesús y por lo tanto es el representante de Dios en el planeta Tierra (del resto del universo todavía no dice nada, creo), e incluso añade que Dios le ha elegido Jefe de Estado (de carcajada, en mi modesta opinión).
     
    En cuanto al Jesús histórico creo que no se pueda hablar con toda seguridad nada o casi nada; Jesús, que fue un hombre que nunca se creyó Dios porque nunca lo fue, creía que Dios intervendría para traer el Reino –que fue la causa de Jesús-.
     
    De ahí que el evangelista tuviera que incluir esas palabras ¡Padre! ¿por qué me has abandonado? instantes antes de morir Jesús, convencido ya Jesús de que no sobreviviría a la tortura a que le sometió la Iglesia judía y el Imperio del divino emperador a los que se enfrentó por su mensaje de amor.
     
    Jesús no quiso secuestrar a nadie en ningún sentido: sólo dijo que la solución de los humanos está en el amor, y por tratar de ponerlo en práctica en un pueblo oprimido por los poderosos (militares  y eclesiásticos) lo mataron éstos.
     
    Luego, como Jesús no dejó nada escrito –pues un mensaje tan sencillo no requiere ser escrito, sino ser vivido- fue manipulado por intereses varios, incluso hasta el punto de ser divinizado (como se divinizaron los emperadores romanos y los faraones, el emperador japonés también era divino de alguna forma creo entender, y otros …) para manipular también a Dios, y fue monopolizado para predicar la Iglesia bajo pretexto de predicar el mensaje de Jesús, o a Jesús mismo, pero convertido en Cristo de la fe.

  • Javier Renobales Scheifler

    Está muy bien eso de no juzgar, que dice Félix, pero no es esa la doctrina tradicional de la ICR, pues condena constantemente desde hace siglos a quienes están fuera de la ICR, con su estúpida pretensión de que ‘fuera de la ICR no hay salvación’. Para predicar suprimir acritud, Iñaki SS, bien estaría empezar por suprimir éste maltrato a los de fuera de la ICR, que mantiene el catolicismo.
     
    Lo de buena católica, Ana, lo deduzco de que te tengo por buena en lo que haces; y como eres católica, presumo que eres buena católica, incluso de ir a misa.
     
    No sé dónde ves pupurris; decía que el juramento por imperativo legal que hizo el centurión romano lo hizo por su profesión, lo mismo que los hace el rey, ora  al franquismo católico de Franco (cuando imperaba éste) que le hizo Jefe de Estado, o a la llamada democracia de la constitución española, que mantiene (por algo será) al mismo Jefe de Estado -no sujeto a elecciones- que nos puso Franco.
     
    De lo que se trata con esos juramentos es de ser rey; y siendo rey ha pasado a conseguir una gran fortuna de millones de euros que antes no tenía, lo cual en la ética católica está admitido como bueno (esa ética que excomulga-condena a las que abortan, no a los que se forran),  mientras el número de pobres aumenta y el abismo entre ricos y pobres aumenta también. Una llamada democracia asociada con el catolicismo.
     
    Distingues amiga Ana entre creer y manifestar públicamente las creencias; y preguntas quién prohíbe a nadie tener las creencias que quiera. Sabes que no es ético creer una cosa y decir otra; sabes que la misa católica, en la que hay que recitar el credo católico, es obligatoria para los católicos, bajo pena. Ahí tienes un buen ejemplo de quién prohíbe creer libremente: el que obliga a recitar el credo.
     
    Apreciado Iñaki: el pasaje más de mi gusto es ‘ama a tu prójimo como a ´ti mismo y como yo os he amado’. Ese es para mí el mensaje de Jesús. Eso se aplica a todas las personas de la Humanidad: ¿a qué viene entonces construir un catolicismo y una ICR (y luchar por mantenerla y mejorarla) cuyo patrimonio, de inmenso y secreto que es, nos es desconocido más allá de lo que vemos?
     
    Viene, a mi modesto modo de ver, a que es un buen negocio para los que se han apoderado de él y lo manejan. Pero no se suele considerar a la ICR como negocio, aunque lo es y funciona como tal. Nada que ver con Jesús. Lo siento si te parece agresivo, Iñaki.

  • Antonio Vicedo

    Ya se que el citar el Evangelio tiene sentido para contrastar coherencia entre lo que de él se deduce y la teoría y sobre todo la práctica vital de quien se manifiesta cristiano. Respecto de quienes no se presentan como tales, estas citas solo cobran valor por la convergencia con lo que se llama valores humanos.
    Si el amor puede ser considerado real, ha de quedar concretado en una actitud y comportamiento personal práctico de entrega propia para el bien ajeno. Así considerado, no sostiene el ser entendido como creencia, sino como ética-
    La correlación de estos dos textos evangélicos, incidiendo sobre los valores humanos individuales y sociales, ofrecen clarividencia sobre como valorar humanamente la religión.
    (Ju. XIII,35) – “ En esto conocerán que sois discípulos míos, en que os amáis unos a otros.”
    (Mt. XXV..) “ Os lo aseguro: Cada vez que lo hicisteis (dejasteis de hacerlo) con un hermano mío de esos más humildes, lo hicisteis (dejasteis de hacerlo) conmigo.”
    Las creencias y aún la fe, si en algo se distingue de ellas, podrán ser las que sean, o aún no ser ni creencias, pero lo que concreta el humanismo personalista base para una auténtica y concreta religiosidad, o para una realización personalista y social humana es la ética del amor

  • ana rodrigo

    Errata: donde dice segadores, debe decir seguidores.

  • ana rodrigo

    Querido Pepe Blanco, con lo bien que se te entiende todo lo que dices, y yo, en el caso de tu último comentario casi no me he enterado de nada.
     
    Lo que mejor he entiendido es el último párrafo y te voy a dar mi opinión. Yo no creo que a Jesús se le pasase por la cabeza deshumanizar a quien lo tomase como referente vital. Y, si alguien se deshumaniza en nombre de Jesús, creo que no debe ser Jesús el Galileo al que se refiera.
     
    Lo que nos transmiten los evangelios, tras varios filtros de tradición oral, escrita o transposición a otros contextos sociales, o interpretaciones varias, o traduciéndolos mal a otros idiomas, es decir, a pesar de un sin fin de veredas por donde ha transitado, del Evangelio se puede sacar algo fiable referente a su vida y a su mensaje. Y un personaje tan estudiado por amigos y por enemigos, quizá el que más a lo largo de los siglos, los valores que se deducen de lo que Jesús vivió y transmitió, siguen vigentes y son válidos para segadores suyo o no, porque son valores universales.
     
    Lo que ocurre es que la lectura litera, es decir el desconocimiento de la exégesis mínima y necesaria, ha llevado a los fundamentalismos que, con el paso del tiempo ha supuesto un corrosivo de lo fundamental, y, aunque parezca una contradicción, ha sido la misma religión-institución-iglesia la que más ha ocultado el auténtico rostro de Jesús.

  • Fico Sánchez Peral

    ¿La ética es más determinante que las creencias?
     
    Pues sí, claro. Las creencias son –en mi modesto entender- los conocimientos, los rudimentos primeros de iniciación a una determinada materia; los que nos darían acceso a la culminación de sus fines si los desarrolláramos y los pusiéramos en práctica. ¡Y si no, no! Pues tan distinto es conocer las reglas del futbol, de saber jugar al futbol, como distintos son los sueldos de un futbolista principiante y los de un Leo Messi y un Cristiano Ronaldo. Las creencias serían los rudimentos teóricos de iniciación, y la ética sería la mejor técnica experimentada en la práctica. ¿No? (Sé que no es una definición muy depurada pero me parece que por ahí debería ir la cosa, ¿no?) Por eso los ejemplos del centurión romano y los del buen samaritano en contraste con el sacerdote y el levita lo dejan tan claro: es la puesta en práctica lo que importa, y no el mero conocimiento teórico de las mejores reglas.
     
     
    Entiendo que en el contexto cultural que compartimos J. Mª Castillo y los Atrieros que le leemos, refiramos el tema planteado a la religión católica y al cristianismo, pero, además de -como siempre- distinguir lo que es la actuación de la institución jerárquica (en la que no deseo perder más tiempo) de la de los creyentes, e incluso en el caso de estos, distinguir también la de “los llamados fieles”, es decir, la de quienes consideran que la obediencia al magisterio de la iglesia es parte esencial de su fe y la de quienes (por exclusión: “los infieles” ¿no?) consideran que en la suya lo esencial es la enseñanza de Jesús de Nazaret.
     
    Creo que estas distinciones son necesarias para entender, al menos grosso modo, que la institución jerárquica y sus fieles se refieren más a creencias y a religión como compendio de reglas morales por las que regirse, cuya consecuencia querría ser la fe, pero que en la práctica en la mayoría de los casos se atasca y se queda en la iniciación, en meros moralismo y religiosidad, como pretendidos medios de asegurar su salvación eterna (¡!). Mientras que en los seguidores de Jesús su esencia, no prefijada de antemano por ellos mismos, ni condicionada por doctrina de construcción humana alguna, es vivir abiertos a que ésta se vaya configurando en la medida en que sean fieles y se entreguen a Su llamada (y no a la del magisterio de la jerarquía eclesiástica, que no es lo mismo). Lo cual, en mi opinión, más que a cumplimiento de reglas establecidas para alcanzar seguridades presentes o futuras, apunta justo a lo contrario, a asumir la inseguridad de vivir en el seguimiento de Jesús (sin dinero en las alforjas, sin túnica de repuesto, sin sandalias, ni bastón…) y en el descubrimiento de uno mismo, construyendo y depurando a diario nuestra relación con los demás (amor al prójimo), con la necesaria actitud ética que dé crecimiento y cumplimiento a nuestra humanidad en vías de asemejarse a la de Jesús.  
     
    Y no pretendo menospreciar a nadie, ni afirmar que en el seno de la Iglesia Católica no se pueda crecer o alcanzar la fe, pero sí entiendo que es muy difícil por el autoritarismo atrofiante que su jerarquía practica. Mientras que en la Iglesia de la diáspora, libres del obstáculo de estar atados a magisterios de construcción humana, y centrados en estar abiertos tanto al misterio divino como al humano que somos, y a buscar, profundizar y descubrir el de Jesús; todo es posible. Y, mi personal experiencia (sólo es eso: la mía) es que se crece más y en menos tiempo.
     
    Lo cual no quiere decir que estemos libres de errores de muy variadas especies.
     
    Por eso me gustaría no encerrar la pregunta: ¿La ética es más determinante que las creencias?, sólo al ámbito religioso, pues la misma –o peor- carencia de universalidad cristiana hay en el ámbito religioso que, por ejemplo, en el de las ideologías políticas. ¿O acaso no acabamos de presenciar un descomunal y  descarado espectáculo de demagogias, descalificaciones y engaños electoralistas, por vía de maximizada paja política en ojo ajeno y de ceguera selectiva para la minimizada viga del propio?
     
    No quisiera, para acreditarlo, tener que recurrir otra vez a enumerar las consabidas listas de corrupciones políticas ya conocidas (y ya sabéis que yo -para depurarlas- suelo criticar las nuestras, o sea: las de la izquierda), pero se trataría al menos ahora (como debiera ser siempre) de subordinar las creencias de nuestras ideologías políticas a la consecución de los fines que propugnan y de no anteponerlas, como fin en sí mismas, y como si el partido político fuera un ídolo al que tuviéramos que ofrecer en sacrificio la exclusión de los infieles que mantienen un pensamiento, una religión política, diferente a la nuestra. Sería bueno que en lo político intentáramos buscar y favorecer el mismo universalismo que en lo religioso.
     
    Es sabido que eso, precisamente eso, el enfrentarse a los poderes religioso y político de su tiempo por universalizar la defensa de los derechos de los más desfavorecidos, ya fuera prostituta, leproso, ciego, centurión, recaudador de impuestos, de izquierdas, de centro o de derechas (eso último lo añado yo), fue lo que a Jesús le costó la vida. Y no creo que a nadie de Atrio nos vaya a pasar lo mismo por intentarlo en el propio Atrio, pero no estaría mal que intentáramos avanzar en esa dirección. ¿No?
     
    Las creencias políticas debieran ser sólo los rudimentos teóricos de iniciación para alcanzar unos fines sociales, y la ética debería ser la encargada de depurarlas para que llegaran a desarrollar la mejor técnica experimentada para alcanzarlos en la práctica.
     
    Y si no habrá que replantearlas y depurarlas ¿no?
    Saludos cordiales. Fico.

  • Gabriel Sánchez

    Pd…Pero muchos que cayeron eran católicos, como ven nada se puede dar como un reglainmutable…Gabriel

  • Gabriel Sánchez

    Como el obrero y compañero Pepe Sala, me ha enseñado, voy a contar una historia alusiva, había una vez un maestro de escuela, tan conmovido con la pobreza de muchos lugares del interior del país, que lucho y construyo un programa para escuela rurales, pero llego a la conclusión que el periodismo y la acción política eran necesario, escribo en el mítico Semanario Marcha de Uruguay y fue uno de los Independientes fundadores del Frente Amplio, en la dictadura se nego a ir al exilio, porque cumplía un rol importante, el de sacar gente amenazada y buscada por la dictadura del país…hace poco encontramos sus restos en el batallón catorce, después de casi 35 años…la tenacidad de la cátedra de de antropología forence de la UNIVERSIDAD PUBLICA, incluyendo a sus estudiantes que a pico y pala levantaron el concreto de una cancha de Basquebol, que le habían puesto encima, y desmontaron  1.7o mts de tierra, allí encontraron, atados con alambre la manos y los pies, torturado (era un viejo de 69 años con dos aneurismas) y lo remataron con un tiro en la Nuca…En su carta a
     
    ” CARTA DE JULIO CASTRO A CARLOS QUIJANO, EN MEXICO:

    “querido hermano:
    …………………………
    Recibí tu carta del 26/6…lamento tu enfermedad y el estado de ánimo que refleja. Yo, que pasé por dos derrames cerebrales, comprendo bien lo que es estar enfermo.
    Pero no desesperes….Piensa que yo, por ejemplo, me duermo todas las noches sin saber si al amanecer me despertará el reloj o la policía. Y eso ya desde hace seis meses. Y así lo pasamos muchos aquí.
    Yo no voy (al exilio), porque todavía soy útil para ayudar alguna gente. Pero te aseguro que, por cierto, no es grato vivir aquí. Tu salida de Buenos Aires, fue providencial. En medio de la angustia y el dolor por los amigos perdidos, el hecho de tú estar ahí, nos daba un alivio. Todavía, no lo olvides, alguno de los dioses -si es que hay-te protegen.
    Tratamos de no perder la cabeza; de mantener la serenidad y de, dentro de las extremas limitaciones en que vivimos y de la constante amenaza pendiente, ser útiles y servir. Como me gustaría leer tus editoriales!”
    Como ven el maestro Julio Castro, murió en su ley, dando vida a tantos que la muerte perseguía…como ven por su carta no parece muy creyente…Y sin embargo, estoy seguro que el que dio la orden de asesinarlo, era de misa diaria…Gabriel

  • pepe blanco

    Al leer algunos textos y comentarios, uno llega a tener la sensación de que si sus autores no hubieran tenido noticia de lo que otros dicen que más o menos dijo Jesús ni de lo que se dice que hizo -más o menos-, serían unos inconcientes y unas irresponsables. Serían alguna clase de humanoides insatisfechos, o de homínidas incompletas, anímicamente desestructurados ellos y desestructuradas ellas. En el peor de los casos, unos ladrones y unas ladronas, unos asesinos convictos y unas asesinas confesas. En fin, algo horrible.
    Y me pregunto si alguna vez Jesús se planteó secuestrar hasta ese punto la humanidad de los humanos y de las humanas. Desconozco la respuesta. Me gustaría creer que no, pero no lo veo claro, lo siento.

  • Iñaki S:S,

    Apreciado Javier, (mi familiaridad se debe a la amistad con tu tío Jesús R.V.), hay que ver como se te calienta el teclado del ordenador al escribir tus comentarios. Menos mal que Ana tiene muy buena esgrima y sabe defenderse con habilidad. Me da la impresión que el pasaje evangélico mas de tu gusto es el de Jesús con el látigo, echando del templo a unos corruptos mercaderes, identificables quizá con la jerarquía de la ICR siglo XXI. Seguro que en el fondo tienes gran parte de razón y es una pena que tus argumentos se vean debilitados por la aspereza de tus formas.  Personalmente estóy tan preocupado por mi incapacidad de llenar mis vacías manos, que me aferro a otros textos: Padre, perdónales porque no saben lo que hacen; la oveja perdida; la otra mejilla,…..  Hay que denunciar la situación; pero sin acritud y con espíritu construtivo. ¿Le llamamos amor?.

  • ana rodrigo

    Javier, ¡vaya pupurri que te preparas!
     
    No sé quién te ha dicho que yo sea buena católica, ni sé de dónde sacas que yo esté en comunión con la jerarquía.
     
    Yo he dicho muchas veces que tengo como referente vital la vida y el mensaje de Jesús, y eso posibilita que me considere cristiana. A partir de ahí, eres libre de adjudicarme lo que quieras, pero me da la impresión de que vas a desbarrar bastante a juzgar por el lío que te sueles montar con una mezcla de obispos, papas, reyes, francos y demás tiberios con los que yo y muchísima gente cristiana más nada tenemos que ver.
     
    Sobre la cita que pones de lo que escribí te pregunto ¿quién prohíbe pensar a nadie lo que quiera y tener sus creencias? Otra cuestión será si quiere manifestarlas y se las acepte o no alguna institución. Creo que tú mismo te has confesado públicamente como cristiano, y no por eso me hace pensar que crees muchas de la “verdades” que hasta ahora se han tenido como creencias cristianas.
     
    A mi me parece muy bien que estés orgulloso de tu militancia no católica o lo que tú quieras militar, pero pienso que cuando se escribe sobre los y las demás hay que hacerlo sin consideraciones del tipo “esto mejor porque yo lo soy”, o quienes no sean o piensen como yo, hala!, a las tinieblas exteriores. Mi criterio suele ser (no sé si siempre lo consigo) defender o criticar sistemas de pensamiento, instituciones, ideologías o cosas por el estilo, pero sin denigrar a sus componentes. La persona, esté donde esté, piense como piense, crea lo que crea, siempre debe ser respetada por su intrínseca dignidad y libertad.
     
    Que tengas un buen domingo.

  • Félix García Moriyón

    Si entendemos las creencias en el sentido que las entendía Ortega y Gasset, como convicciones profundas en las que se está, evidentemente que tienen mucha importancia, pues en ellas se basa la ética que cada uno intenta llevar a la práctica.
    Si las entendemos en el sentido religioso, y más en concreto en el sentido de la fe de la doctrina tradicional, también son importantes y las alusiones a la importancia de la fe son abundantes en los cuatro evangelios y en las cartas, especialmente de San Pablo.
    Por otra parte, también en el Antiguo y el Nuevo Testamento, y en la doctrina de la Iglesia, en especial en la Católica, siempre ha sido fundamental la práctica: amar al prójimo siempre fue un mandamiento igual al primero, amar a Dios, y nunca se ha concebido el uno sin el otro. Un bello ejemplo son las tradicionales obras de misericordia que yo aprendía de pequeño. Y el sacramento de la confesión pide a los católicos que repasen con seriedad si realmente han amado al prójimo, incluyendo no sólo la comisión de actos egoístas o en contra de la caridad, sino también los llamados pecados de omisión, esto es, lo que no hicimos cuando teníamos que haber hecho. Es aplicar a nuestra vida la enseñanza de la parábola del buen Samaritano.
    En este sentido, José María Castillo está de acuerdo con la doctrina oficial de la Iglesia Católica. Y hace muy bien en insistir en eso, y creo que debemos insistir constantemente en ello, pues desgraciadamente la práctica de los cristianos y de los católicos, incluida su jerarquía pero no especialmente la jerarquía, suele estar por desgracia lejos de ese ideal. Excepto algunos casos que nos sirven de ejemplo. Ayer celebraba la Iglesia Católica la figura de Francisco  Javier y ese es un buen ejemplo de entrega al prójimo. Por eso se celebraba su festividad.
    Y por cierto, la práctica de los no creyentes también se aleja con mucha frecuencia de esa exigencia de amor al prójimo a quien vemos. No puedo, ni quiero, ni creo que tenga ningún sentido comparar quienes cumplen más, creyentes o no creyentes. Lo que puede es seguir exigiéndome a mi mismo intentar ser más coherente con esa elevada exigencia. Y después se lo debo exigir sobre todo a la Iglesia Católica a la que pertenezco. Respecto a los demás, como dijo Jesús, yo no estoy en el mundo para juzgar, sino para echar una mano.

  • Javier Renobales Scheifler

    Querido Ana,
     
    Introduces a la Iglesia en el tema; Castillo en su post no ha hablado de Iglesia, sólo de religión.
     
    Los jerarcas católicos están ‘en comunión’ (comulgantes) con sus papas (para eso éstos los han nombrado a dedo, a los jerarcas) y los católicos se dicen ‘en comunión’ (imagino que tú también, como buena católica) con sus jerarcas.
     
    Castillo nos recuerda que el militar romano había hecho juramento de fidelidad al emperador divino, el divino Tiberio en tiempos de Jesús (luego divinizado por algunos de sus sedicentes seguidores para que pudiera ser más que el Emperador, e impusieron a hierro y fuego esta creencia, matando a los que consideraban herejes).

    Bueno, son juramentos por profesión; el rey de España juró fidelidad al franquismo tan católico del caudillo de España ‘por la gracia de Dios’, y luego sin renegar del franquismo juró fidelidad a la constitución española, y ahí sigue de rey, tan católico él. Ser católico y la profesión de rey van juntos en España.
     
    Castillo nos recuerda que lo que importaba a Jesús no era la religión o creencias de cada uno; por lo tanto menos aún le importaba si cada persona formaba parte o no de alguna Iglesia, lo que lleva a la idea de que a Iglesia no era lo que importaba a Jesús.
     
    El empeño en defender y mejorar la ICR no es la causa de Jesús (quien no luchó por ninguna Iglesia)  no tiene nada que ver con la causa de Jesús, no tiene que ver con el seguimiento a Jesús. La causa de Jesús son las personas para amarlas, no la ICR ni ninguna Iglesia. Jesús hoy no sería católico, en mi modesta opinión.
     
    En la Iglesia de la que hablas, Ana, no es cierto que ‘cada cual es libre de creer o de dejar de creer lo que quiera’.
     
    Jesús permitía que cada persona creyera lo que mejor le pareciera, pero eso no lo permite la ICR ni nada parecido, porque tiene que servir a su negocio (otra cosa es que un eficaz lavado de cerebro desde recién nacidos haga a muchos bautizados creer que es compatible esa libertad de creencias con ser católicos).

  • ana rodrigo

    Estimado Javier, tras tu largo retiro de atrio, veo que has vuelto con las mismas de siempre. Yo soy seguidora de Jesús y no me considero ni sumisa a la jerarquía, ni una de los “comulgantes” que mantiene la religión en lo que de negativo tiene. Lucho contra una religión que no se parece al proyecto de Jesús, pero yo no me corresponsabilizo de lo que hagan otros.
     
    Tampoco creo que la Iglesia sea la causante de todos los males del mundo.  A la religión le toca la cuota que le toca, pero la cuestión es más compleja que afirmar que “Hoy por hoy el catolicismo imperante mantiene al pueblo sufriente clavado en la cruz,”como tú dices,
     
     
    Y finalmente, respecto a las creencias de si Jesús es Dios o no, o si alguien se siente salvado, o cosas semejantes, pienso que cada cual es libre de creer o de dejar de creer lo que quiera. Pienso que atacar a la persona, ad hominem, en este terreno es un poco delicado. Cada persona somos un mundo, y cada cual vive conforme a su propia concepción del mundo. Otra cosa es analizar o criticar sistemas o estructuras sociales según nuestro criterio, pero no hace falta denigrar a sus componentes de forma generalizada, en cuyo caso entraríamos en la violencia que criticamos, es decir, insultamos a quien no piense como yo. Si estamos rechazando el que las creencias de las religiones ha producido y sigue produciendo violencia, no podemos aplicar el mismo veneno a la interacción personal.
     
    Un saludo cordial desde la discrepancia.

  • Javier Renobales Scheifler

    ¿Los directivos de las religiones, dices Ana Rodrigo, ahí está la madre del cordero, ahí está acaso el quid de la cuestión?
     
    No lo creo así. Sois los creyentes en cada religión, los llamados fieles, los baluartes de las mismas.
     
    Sin ‘comulgantes’, la religión católica que asola España no tendría nada que hacer. Son los comulgantes, la gran mayoría mujeres, los que en España bautizan sumisos a los hijos, los que reclaman sumisos la enseñanza de la religión (católica por supuesto), asegurando así en España la buena salud del imponente negocio católico.
     
    Los católicos trabajan con sus creencias por la buena salud de su ICR, del negocio eclesial católico. La religión en España, como ya lo fuera en tiempos de Jesús en Palestina y en el Imperio en general, es de hecho por encima de todo un buen negocio para el poder establecido.
     
    Y lo es también para quienes a cambio de, o gracias a, su religiosidad, se creen ‘salvados por la Gracia de Dios’ (pensamiento mágico donde los haya).
     
    El Dios de Jesús está encarnado en toda la Humanidad sufriente, en el pueblo crucificado, como expresa la tan reiterada en este foro cita de Mt 25, 31 a 46 que dice Castillo.
     
    Jesús nunca fue Dios y por eso nunca se creyó ni se dijo a sí mismo Dios, como en cambio hiciera para sí el emperador romano (o antes el faraón egipcio), por ejemplo, y los que vivían de los poderosos divinos emperadores o faraones.
     
    La metáfora de Dios encarnado (John Hick) no sólo en Jesús, sino en el pueblo crucificado (Jon Sobrino, TL) al cual nunca hacemos bajar de la cruz en la que lo mantenemos clavado (y aumentando), es sólo una metáfora, considerada herética por el catolicismo, porque el catolicismo romano, negando la verdad,  mantiene que es Jesús, y sólo Jesús, quien está clavado en la cruz, nada menos que por voluntad de Dios (aberración repugnante vomitiva donde las haya) para el perdón de los pecados de TODOS –redención-.
     
    Hoy por hoy el catolicismo imperante mantiene al pueblo sufriente clavado en la cruz, y así seguirá, pues el catolicismo tiene muchos siglos de experiencia, sabe muy bien como hacerlo y seguirlo haciendo, y no va a cambiar.
     
    Jesús dejó de lado la religión judía porque antepuso a ella su amor al prójimo: y por eso lo mataron, y no para redimirnos de nuestros pecados.
     
    Si hay Dios, eso sólo nos afectará cuando muramos pues, en esta vida de animales humanos que somos, Dios no interviene absolutamente para nada, tampoco en los sacramentos católicos.
     
    En esta vida de animales humanos que somos la religión, que es mantenida por los fieles que se someten sumisamente a los directivos que dices, de hecho nos distrae del amor al prójimo, amor que es el mensaje de Jesús, no la religión.

    Saludos cordiales

  • oscar varela

    Hola!

    Estos planteamienos tan de moda
    siguen estando de moda
    por la cómoda superficialidad.

    1.- Toda la “filosofía” (invento occidental)
    brota de un esfuerzo educativo
    en pro de la buena PRAXIS del ser humano en el mundo.

    Y eso es la ÉTICA.
    …………….
    Por otro lado, en este mismo Atrio.org
    alguien tuvo la clarividencia de enseñarnos
    que la FE es una PRAXIS
    (que se VE y se puede FILMAR)
    ……………..
    ¿Qué beneficio trae el seguir
    con la moda de la QUEJA
    anti-religiosa?

    NINGUNO.

    Sólo parece mostrar una falta de imaginación creadora.

    Tal vez ¿no?

    ¡Vamos todavía! – Oscar.

  • sarrionandia

    Religión equivale a “banco de creencias” donde depositamos nuestras esperanzas hasta que llega la bancarrota.

  • ana rodrigo

    Pues, poco hay que añadir, queda todo muy clarito.

    A título personal, cada cual nos podemos aplicar lo obvio.

    En cuanto a las religiones, serán sus directivos, es decir su clero (todas las religiones lo tienen), los que deberían hacer más encuentros tipo los de Asís, pero con más mujeres y más laicos. Los intermediarios de Dios somos todas, todos y cualquiera, y las religiones no tienen porqué ser dirigidas sólo por aquellos que se autoproclaman como los únicos capaces de dirigir las religiones. Ya sé que es un sueño, pero habrá que soñar en que otra religión es posible y necesaria, y luchar para que así sea.
     
    En el libro que acaba de salir de JM. Castillo, “La religión de Jesús”, publicado en la Ed. Desclée de Brouwer, comentando los evangelios de la liturgia de cada día, y refiriéndose al de mañana dice: “ El evangelio de Jesús es el relato y el mensaje que nos explica a Jesús….La vida de Jesús, sus convicciones, sus hábitos, sus costumbres, etc…Este camino no empieza en el templo, sino en el desierto. No es el camino de lo religioso, sino de lo laico. No es el camino de los sacerdotes, sino de los profetas. No es el camino de las dignidades y privilegios, sino el camino de las sospechas y de las amenazas. No es el camino de las normas, sino el camino de la libertad. Ni siquiera es el camino de los ascetas y de la soledad, sino el camino de la normalidad y la convivencia”

    Quizá sería necesario normalizar la religión como un compromiso con la vida tal cual, sin escapismos espiritualistas y ajenos a las necesidades de la sociedad actual, e incluso rechazados por la misma.
     

  • pepe sala

    Buena pregunta…
     
    Quizás sea interesante reflexionar sobre éste artículo escrito hace algún tiempo:
    http://www.elpais.com/articulo/opinion/religion/enemiga/civilizacion/elpepiopi/20090301elpepiopi_12/Tes
     
    Mi opinión personal ya es sobradamente conocida:
     
    las religiones son el mayor estorbo para una convivencia entre diferentes. Y a las pruebas me remito ( incluidas las pruebas más cercanas en el propio ATRIO donde nos expresamos cuando podemos.)