Siendo seguidores de Jesús de Nazaret y conociendo lo que sobre él y su familia se lee en los evangelios, no deja de sorprendernos que un año más el arzobispado de Madrid vaya a celebrar “una misa llamada de la familia” presentándole como ejemplo. María, José, Jesús y esos “hermanos y hermanas” suyos, de los que hablan los textos bíblicos, muestran un modelo de unión y de convivencia muy distinto al que en dicho acto será definido como “sagrado”.
Los dichos y los hechos del propio Jesús, cuando llama “madre” y “hermanos” y “hermanas” suyos a gentes que biológicamente no lo son, también distan mucho de constituir una defensa y un elogio encendido del modelo familiar que el próximo día treinta de diciembre en la plaza de Colón será presentado como reflejo de lo que Dios quiere. Es un modelo, además, que no fue ni ha sido el primero ni el único que la misma Iglesia católica ha propuesto a lo largo de su historia como el que mejor se ajusta a los planes divinos.
Pese a ello, en estos momentos en que millones de españoles, de forma generosa y elogiable, buscan el modo de evitar o de paliar los daños que a sus seres queridos les está causando la profunda crisis económica que nos aqueja, el arzobispo de Madrid y los movimientos apostólicos que le alientan y secundan se disponen de nuevo a celebrar, bajo la apariencia de una ceremonia religiosa, un juicio público y condenatorio contra todos aquellos que, por diferentes circunstancias, han creado y tratan de sacar adelante lo mejor posible un tipo de familia que en su composición y en su modo de funcionamiento no responde al modelo de un hombre y una mujer casados según las actuales disposiciones canónicas de la Iglesia católica y gestionando su afectividad y la gestación y crianza de los niños conforme a la normativa moral que ella presenta como la única querida y enseñada por Dios.
Creemos que sería más acorde con el estilo de Jesús descubrir y resaltar el mucho, y sincero, y entregado amor que también reina en la mayor parte de esos otros hogares, además de en algunos de los que se ajustan al modelo que la actual jerarquía defiende. Él lo descubrió y resaltó en la mujer que le lavó los pies, a la que unos fariseos despreciaban por considerar que era una pecadora. Aún a riesgo de ser criticado por ello, les dijo que ella les precedería en el reino de los cielos. A nuestro parecer, los católicos en ese asunto también podríamos y deberíamos hacer algo semejante, además de ofrecer nuestra ayuda a las familias, de un tipo u otro, que atraviesan momentos difíciles.
Madrid, diciembre de 2011
Ana Rodrigo,
El gran problema de los jerarcas dirigentes de la ICR es más con la democracia (humanidad, justicia) mucho más que con el sexo, aunque también con el sexo. En ambos temas van muy desviados, en mi modesta opinión.
La jerarquía católica representa, como mucho, a los que se consideren representados por ella, pero no a más, por católicos que sean. Si tú Ana te consideras representada por la jerarquía (Raztinger, Rouco, etc. …) es porque quieres aceptarlos como legítima autoridad y dejarte representar por quienes ni has elegido para que te representen, ni has tenido la más mínima posibilidad de influir en su elección, no por otra cosa.
NO me dirás que rezando al Espíritu Santo has participado en su elección ¿no? No te creo capaz de semejante pensamiento mágico.
En principio, la jerarquía representa a los que han elegido a esa jerarquía, a cada uno de esos jerarcas, o sea al papa en definitiva, que los elige a dedo.
Las cosas son lo que son, no lo que los jerarcas digan que son, ni lo que su código de derecho canónico diga que son, pues su código es tan antidemocrático como ellos. La verdad no coincide con el código canónico.
Es una confusión interesada de las palabras. Iglesia somos todos, dicen los católicos. Los jerarcas dicen: sí, bueno, como súbditos todos ellos, pero nosotros representamos a la ICR, ergo representamos a todos los católicos.
¿Es esto la verdad? ¿es así? No, no es verdad, no es así. Los jerarcas dirigentes no dicen la verdad, como viene siendo habitual.
Para ser representado por el representante (los jerarcas con Susan a la cabeza en este caso) hay que haber participado en su elección: es este un principio de mínima democracia, es decir, de mínima humanidad, de mínima justicia.
Y sin humanidad y justicia no hay cristianismo, no hay Iglesia de Jesús.
Pienso que el gran problema que tienen los dirigentes de la Iglesia es con el sexo, no con el amor. Porque, si aceptan como moral una familia compuesta por un viudo y sus hijos e hijas, o una en la que los abuelos son los que conforman la familia, y en cambio condenan la familia compuesta por dos hombres o dos mujeres, o por un padre o una madre soltera /o, está claro que ponen todo el empeño de la moral en el sexo.
Lo que es difícil de asumir es que pongan como ejemplo a la familia de Jesús, que según, la doctrina generalizada en la Iglesia: la madre fue virgen, el padre no tuvo nada que ver con el hijo ni con la madre, y el hijo fue extrañamente engendrado. ¿quién puede imitar a semejante tipo de familia?.
Y si lo que quieren resaltar de esta familia es el amor, pues mucho tendríamos que aprender de esas “otras” familias desechadas como inmorales por la jerarquía. Pienso que estos hombres (todos hombres), privados por su legislación de la experiencia del sexo, les lleva a una situación anómala que la proyectan con estas lecciones de moral que nada tienen que ver con la ley natural a la que ellos sacralizan desde su perpectiva moral. Están en su derecho, pero, como acabo de escribir en otro post, la jeraquía representa a toda la iglesia, no sólo a sus criterios personales e individuales.
Eso de lacongelación de los salarios mínimos más bajos y la bajada de sueldo de los funcionarios, estaría bien si los políticos hicieran lo mismo con sus sueldos.
Las ocho horas del trabajo de unas persona son para todos iguales. Pero los sueldos de esas mismas ocho horas sólo suben para los salarios grandes y bajan para los salarios más bajos.
¿Eso es justo o solamente lo hacen los gobiernos de ultraderecha ?
Hombre Pepe Blanco, intentemos entender a estos solitarios sexuales que dirigen la ICR.
Ellos no pueden tener como modelo una familia en la que los miembros de la pareja tengan relaciones sexuales, porque ellos no las tienen.
En esa elección de modelo de familia Sagrada Familia, es determinante el celibato obligatorio, tan inhumano, que padecen curas y obispos.
Celibato que además es tan importante para mantener el control de curas y obispos por sus jefes, y para no tener que pensar en mantener económicamente (el negocio siempre es determinante) a las familias normales que tendrían curas y obispos, si éstos tuvieran pareja y descendencia natural.
Entonces se inventan que la virgen (huy perdón, que no era virgen), quiero decir, la madre de Dios (huy perdón, que tampoco era madre de Dios, sino de Jesús), mejor dicho María, no tenía relaciones sexuales con José, porque ellos (curas y obispos) tampoco las pueden tener por el celibato que les imponen.
Y además, como quieren ponerse a sí mismos por las nubes, esa continencia sexual obligatoria, la quieren presentar como algo muy bueno, mucho mejor que tener relaciones sexuales, aunque se mantengan entre personas que se aman como pareja.
Así ellos se ponen por la nubes, mientras dejan para la clase de tropa (así la llamaba su santo Escrivá, creo recordar) lo de casarse y tener hijos; lo hacen así, digo yo, porque casarse y tener hijos es un compromiso de aúpa, y por eso ellos se dedican ‘a las más elevadas obligaciones’ que tiene que ver directamente con ‘la divinidad’, y a dar gloria a Dios (tan necesitado de ella lo creen), y a adorar a Dios y esas cosas.
Así que su modelo es ese invento, tan anormal humanamente hablando, que es la llamada Sagrada Familia, y lo imponen como si fuera lo mejor porque, siendo una dictadura absoluta y férrea la estructura eclesial de la que viven esos dirigentes eclesiales, nadie desde dentro puede contradecirles (además de que dentro todos tienen que aceptar sin chistar que el magisterio de esos jerarcas es infalible).
Y si les contradicen desde fuera, les da absolutamente igual, pues dicen que fuera de su ICR no hay salvación. Y dicen que los de fuera no tienen lo que llaman FE; falta de FE que evidenciaría el error craso y absoluto de las críticas de los de fuera, como la tuya y la mía (que nosotros tengamos fe en otras cosas, les da igual: la única fe que vale es la suya).
Claro que no siendo padres, dado que no tienen hijos, para engañar mejor se hacen llamar padres, espiritualmente hablando dicen, aunque lo prohíbe el Nuevo Testamento. Pero ellos dicen ser, con SantoPadreSuSantidad a la cabeza, los únicos que pueden interpretar válidamente el Nuevo Testamento, o sea la palabra de Dios.
Son padres como el falso san José que nos pintan, al cual san José le roban la paternidad real biológica de Jesús.
Así que a callar, si no vamos a decir lo que ellos quieran que digamos.
Tienen todo atado y muy bien atado. Llevan muchos siglos así, y así seguirán siglos futuros también.
Ese tinglado no va a cambiar, por desgracia.
Lo hacen por puro amor a Dios, claro, el cual les recompensa por ejemplo con esos grandes éxitos de multitudes que les aclaman ante los medios, como la JMJCatólicas, los viajes de Wojtyla y Ratzinger, y la misa esta del post.
Me alegra saber que no todos los componentes de la iglesia piensan igual, creo que el amor y el respeto deberían primar sobre todo lo demás. ¿No es una familia legítima la compuesta por unos abuelos que crían a su nieto sea cual sea la circunstancia que les ha llevado a ello? Y ¿un padre viudo con sus hijos? ¿qué ocurriría si ese padre viudo conviviera con su propia madre (abuela) y le ayudara a criar a esos niños, no serían una famila?
Me eduqué en un colegio de monjas pero me siento absolutamente distante de la iglesia católica, no me entra en la cabeza que unos señores que viven en El Vaticano (ostentación y obscenidad absolutas), tan apartados de la vida del común de los mortales, que desconocen la vida conyugal y familiar puedan dictar normas de conducta y sembrar la semilla del odio y del rechazo.
Que pesados.
Ya estan otra vez diciendo que defienden las familias los curas y los obispos que tienen absolutamente prohibido formar una, ni tradicional ni no tradicional: ninguna.
Si quieren defender la familia tradicional que se casen todos y empiecen a tener hijos. Tienen una geta…
La pobre gentinha que les hace caso no se merece tantas mentiras; tanto enganho, tanta desconsideracion.
Desde luego, menudo panorama de familia.
Casados jovencissimos. María asumiendo desde su juventud, que su hijo seria excepcional, aun a pesar de su humildad y pobreza. José aguantando de por vida, el ser padre putativo, cuando fue en realidad padre natural y biológico; y por todas estas cualidades y la asistencia del Espíritu Santo, vino Jesús al mundo.
Se vieron fuera de casa, para traer al “peke” al mundo. Sin un duro en los bolsillos. Luego amenazas y persecuciones. Un exilio duradero. A José los evangelistas lo fulminaron de inmediato, pues no interesaba exponerlo como papá. María aguantando todo lo habido y por haber. Perseguidos jurídicamente por la clase sacerdotal de entonces. Jesús, matado para alivio de aquella clase sacerdotal.
¡¡¡ MENUDO EJEMPLO DE FAMILIA !!!
¡¡¡ QUIEN QUIERA QUE SE APUNTE !!!
Y resulta que ahora, 2011, nuevamente otra clase sacerdotal de idénticas características, los exponen como familia modélica, única y tradicional en contrapunto de otras familias ya existentes. ¿Acepción de familias? ¿Conveniencias? Trabajar y defender la familia, no es manifestarse los sábados por la tarde, dijo Rubalcaba.
¿El Espíritu Santo, no asiste a mis amigas Mª Ló, Eli y su hija?
Pero, ¿que clase de evangelio leen estos Men in Black?
No he querido ser irreverente.
Felices fiestas desde Andalucía.