Con su serenidad y autenticidad habituales, Iñaki nos hace reflexionar en este escrito sobre la aparente contradicción entre verdad del valor de la austeridad cuando uno la elige y la práctica y la cruel hipocresía cuando uno la impone a los demás, para reducir el déficit. Siempre son bienvenidos y tienen preferencia los artículos que para la columna central nos escriben los comentaristas habituales.
Cualquier catástrofe humanitaria despierta en nosotros un instantáneo impulso de solidaridad. Gobiernos y organizaciones benéficas reaccionan con rapidez, poniendo los primeros parches a dramas que hieren nuestra sensibilidad. Nunca se acaban de arreglar la multiplicidad de problemas, pero algo siempre queda. Por ejemplo, esos puñados de personas excepcionales que siguen siempre al pie del cañón, haciendo cuanto está en sus humildes manos. Pues bien, los cinco millones de parados en el Estado español parecen no llegar a la categoría de catástrofe nacional. Y lo digo porque no aprecio, ni en las clases más o menos acomodadas, ni en sus representantes políticos, la atención solidaria que requiere el caso. La tendencia es más bien a pensar que la tal cifra es una exageración. Repetirán una y otra vez que hay mucho listillo camuflado en la economía sumergida. Que la picaresca a la hora de cobrar todo tipo de ayudas es infinita. Que…. Resumiendo, que para ellos el drama social no es para tanto. Vistas así las cosas, no me sorprende una de sus insistentes recomendaciones: el personal haría bien en ir preparándose para aguantar, sin rechistar, cuantos recortes le echen encima.
Dándole vueltas a este callejón sin aparente salida, cae en mis manos un comentario periodístico sobre un sesudo estudio de la Universidad de Chicago, del que se hace eco la conocida revista Forbes. En él se nos dice algo así como que…”casi todas las profesiones consideradas más gratificantes, es decir, las que proporcionan más felicidad a quien las ejerce, comparten dos características: poca remuneración económica y entrega a los demás”. ¿Podemos deducir de semejante afirmación, que las profesiones que te permiten ganar mucho dinero, acaban haciéndote un desgraciado? ¡Menuda bomba!. Estaríamos ante un descubrimiento espectacular capaz de resolver de un plumazo todos nuestros enrevesados problemas económico-sociales. Bastaría con convencer a los ricos de la felicidad que puede proporcionarles el ganar menos y ser más solidarios. De lograrlo, sería esto algo así como el milagro de la solidaridad.
Suena tan bonito que inevitablemente surgen preguntas: ¿Estaremos ante una sutil fórmula de manipulación pensada para adormecer la indignación colectiva? ¿Será la nueva religión “opio del pueblo”, inventada por los ricos para hacernos creer que de pobre se vive mejor? ¿Se trata únicamente de una verdad estadística más, a contrastar con nuestra propia experiencia vital?.¿Cabe pensar que la solidaridad, además de ser la más inmediata fuerza de choque contra el desempleo, por ejemplo, puede convertirse en un pequeño manantial de felicidad? ¿Qué tal si nos atrevemos a retratarnos con nuestra propia respuesta?
Personalmente me atrae la receta “ganar menos y ayudar más, para ser más feliz”. No es nada nuevo, aunque en estos tiempos parece situarnos ante un cambio de paradigma. ¿Cuantas veces hemos repetido eso de “la avaricia rompe el saco”, ”el dinero no da la felicidad”, etcétera, sin hacerle demasiado caso? Y sin embargo, nadie nos garantiza que siendo más ricos vamos a ser más felices. Y menos a quienes, por estar catalogados como clase media europea, ya somos la envidia de media humanidad. Con el tiempo he llegado a convencerme de la imposibilidad de alcanzar, la siempre escurridiza felicidad, subiendo más escalones. El problema es que cambiar de rumbo e intentar bajar peldaños es de lo más complicado. Tal como estamos atrapados en nuestro propio entorno social, hace falta mucho valor y mano izquierda para ir haciéndolo sin brusquedad, es decir, sin violentar la convivencia familiar y social.
Si a nivel particular nos movemos a paso de tortuga, a nivel colectivo ni os cuento. A nuestras autoridades públicas se les oye hablar de solidaridad, pero no van más allá de pequeñas ayudas y subsidios que más parecen una limosna. Jamás les oirás una palabra relacionada con la necesidad de un cambio en su agotado modelo de crecimiento neoliberal. ¿La millonada de parados no es suficiente como para poder hablar abiertamente de otras fórmulas a la hora de enfrentarnos a la crisis actual?. Me llama la atención, por ejemplo, el recelo a propuestas como las de un modelo “decrecentista” que pudiera llevarnos hacia un territorio de transición. Y sin embargo, los retos ante los que nos sitúa el no obsesionarnos con el crecer y crecer, no son inabordables. Copio algunos de ellos: mantener la actividad en la cercanía; fomentar la autonomía energética; reducir la movilidad obligada; fomentar el sector primario para reducir la dependencia alimentaria; relocalizar en la comarca las necesidades equipamentales de la vida cotidiana; proteger los recursos naturales y reducir la huella ecológica; diferenciar entre necesidades y lujos; etcétera. Como se ve, hay muchas cosas que hacer, sin limitarse a recortar indiscriminadamente. Me parecen bien los recortes a los excesos de las clases acomodadas. No tanto los que atropellan la solidaridad y dejan en el desamparo a personas realmente necesitadas.
Esta tarde el presidente de la CEOE ha pedido al futuro gobierno la creación de mini-contratos con sueldos inferiores al salario mínimo para empleos de “escasa consideración”, es decir la vuelta a la esclavitud. También la eliminación de empleos públicos y el despido de funcionarios públicos, es decir la privatización del sector público a su máxima expresión: sanidad, seguridad, economía etc…. El objetivo también es presentar a los funcionarios como enemigos pero ésto sólo lleva a precarizar más al sector privado.
Lo que olvida este señor…. es que entre sus filas hay un número infinito de empresarios defraudadores a la hacienda pública, que se enriquecen de forma ilegal y que se aprovechan además de las subvenciones de sus amigos políticos: presidentes, ministros, diputados, senadores, y ese largo etc….. que también encabeza las altas instancias del Estado español, todo ellos con altas retribuciones, incluso en forma de pensión vitalicia, a cuenta de las maltrechas arcas del estado. El verdadero problema de este país son precisamente estos sujetos, gente corrupta, malversadora, explotadora y de pésima formación humana e intelectual a los que sí habría que despedir.
No podemos olvidar que el actual sistema económico solo genera desigualdad, hace a los ricos cada vez más ricos y sume a los pobres en la miseria. Es decir que ante cualquier cataclismo económico el sistema siempre favorece y protege a los ricos y poderosos, que curiosamente son los responsables de ese cataclismo, los inocentes, el pueblo ese que sufren las restricciones y los recortes. En materia de derechos humanos todos somos iguales, y no podemos quedarnos tranquilos mientras existan diferencias o privilegios entre las personas, y el egoísmo prime por encima de la solidaridad.
Quiero reivindicar los comentarios de Gabriel Sanchez, que en otros hilos, manifestó unas opiniones sobre las pasadas elecciones en España y sobre el futuro que nos espera, que yo entiendo muy acertado y hecho con la mejor intención. Sólo tenemos que leer la prensa y comprobar cómo se están movilizando y posesionando la derecha económica española: imposiciones empresariales, captación de capitales y de empresas publicas, adquisición de medios de comunicación, que serían poco favorables al futuro gobierno, por aquellos que sí lo son, y todo esto antes de que el PP ocupe oficialmente el poder, aunque de hecho ya lo tiene, un inmenso poder en ayuntamientos, y comunidades al que hay que añadir el del Estado, que sí, se lo han entregado los ciudadanos, muchos de ellos desesperados.
Debemos estar vigilantes y unirnos a movimientos como el 15M y otros que deberán de surgir para controlar ese excesivo poder que ahora tienen los poderosos en España y en el todo Europa.
Los recortes dentro del marco de la Justicia Humana solo tienen sentiso en función de una mayor y eficaz SOLIDARIDAD HUMANA.
En no siendo para esto , se convierten en manipulaciones injustas e hipócritas, complicidades reales de un sistema que quiere potenciar al que tiene a costa del que necesita,
Yo no soy experto en economía. Creo que muchas cosas se podrían haber hecho de otra manera, y haberle plantado más cara ante las imposiciones que venían de Bruselas. Me remito a los artículos frecuentes que han aparecido en Redes Cristianas y en Le Monde Diplomatic. Pero de lo que estoy seguro y constato diariamente, es en la gran corrupción que reina en la clase política y en laciudadaní en general. Los unos porque tienen sueldos de escándalo, incluso dos, tres o más; y los de más abajo, porque el que no engaña o roba más, es porque no puede. Pensemos en tantos profesionales que no rinden en su trabajo como debieran: funcionarios de todo tipo, operarios chapuceros que si te descuidas te engañan miserablemente. Hace falta una regeneración ética en todos. No esperar que todo lo resuelva el Papá Estado, que también tiene su obligación, pero que todos tenemos que arrimar el hombro. Conozco gente del anterior gobierno que es corrupta, y si los que estánviniendo también lo son, hay que denunciarlos también.
Pienso, nada más.
Veo lo inútil que resulta criticar la situación sazonada con la ilusión de que otros hagan lo que nos toca hacer a nosotros,.
Querida Ana: Gracias por intentarlo, porque sé que te cuesta.
Mira, yo no sé si lo que llamas mono-tema es mi obsesión, o la tuya, o la de todos…, o simplemente es la complicada (poliédrica) realidad que nos ha tocado vivir en manos de unos políticos mediocres y con una muy deteriorada idea de lo que es la ética política. Yo intentaba hablar, partiendo de la realidad política causante de nuestros males por acción u omisión, de la solidaridad que en momento tan complicado hace falta; para lo cual considero imprescindible tener un sentido muy claro de lo que es la ética política.
Un sentido de Estado y causa común en situación de emergencia, similar al que Adolfo Suárez supo transmitir al país al inicio de la transición y que, con las limitaciones propias de aquel momento, nos puso en marcha para salir del atasco. Y tenlo claro, como imagino que deben tenerlo muy claro Rajoi y los suyos; el gobierno entrante es un “gobierno bonzo”, un gobierno destinado a quemarse en el intento, pues el agujero es de tal magnitud (y lo que les falta por descubrir) que para salir de él van a tener que quemarse políticamente en vivo; como se quemó en su día Adolfo Suárez. ¿Recuerdas el discurso de: “…se nos pide reparar las tuberías, pero sin cortar el agua; reparar la instalación eléctrica, pero sin cortar la luz…”? Pues eso mismo: cosas imposibles, es lo que se le pide al próximo gobierno y por eso acabará tan quemado como el primero. Y como lo saben y se entregan (y ya veremos cómo lo hacen), cargando con el desastre que les han dejado; de momento lo mínimo que se les debe es: respeto y cien días de margen (a Zapatero se le dejó mejor herencia, se le dio más margen y se le exigió mucho menos).
Ah, y déjame anticiparte algo para aclarar posiciones. Yo nunca he dicho ser del PSOE, sino de centro-izquierda con tendencia a caer algo más a la izquierda. Posición independiente desde la que me permito hacer un análisis político crítico, sin contemplaciones; puesto que ni le debo militancia a nadie, ni tan siquiera agradecimiento (es su misión y yo pago mis impuestos para merecerla y retribuírsela), más que a la esporádica buena gestión de quien la hiciere. Y al que sea inepto, corrupto, o maree la perdiz a su personal conveniencia, ¡le zurro, a degüello, aunque fuera mi mismo padre! ¿Vale?
Dicho lo cual (es que si contesto a todo lo que me preguntas esto se haría eterno), te diré que yo no tengo respuesta a todo lo que preguntas, si la tuviera sería el “gurú mundial de la economía”, pero si hay razones y causas que explican cómo se llega donde nunca se debió llegar y al momento de hacerse tus preguntas incontestables. No sé si el transitar por otros caminos hubiera evitado del todo la crisis, seguramente no, pero sí nos hubiera puesto en otra posición algo menos desfavorable, desde donde las preguntas fueran menos imposibles, más defendibles. Me refiero –sería mucho más largo, pero por abreviar- al tiempo en que lo importante era “el talante” y se perdía un tiempo precioso (casi dos años) en ignorar o negar la crisis; o, saltando de golpe (¡hop!) a un paso más allá de ella, se decía ver ya los “brotes verdes”…
Eso, querida Ana, sólo eran engañosas maniobras de distracción de quien ni sabe, ni quiere, ni se atreve a hacer lo que debe hacer, porque le importa más (sí, ya sé que me repito, pero la realidad es la que es, y yo no estoy dispuesto a manipularla sólo para no disgustar a la izquierda) el interés electoral de su partido y de su gente, que el del país y la suya. Si hubiera tenido un sentido ético de la política, eso le hubiera debido llevar a tomar las decisiones que el cambio de paradigma político-económico le imponía, y que al final no tendrá más remedio que tomar otro, y a quemarse en el intento por salvar al país (y no al partido y los suyos). Y después de eso, ya llegará el momento en que otro nuevo sátrapa se aproveche de la oportunidad que deje el que se queme en el intento por sacarnos del abismo. Que eso sí que se le da bien a la izquierda: después de Suárez vino la corrupción del Felipismo, y después de Aznar vino la ineptitud y otro saquito de corrupción del Zapaterismo. ¡Y van dos veces que lo evidencian! ¡Y vamos a por la tercera!
Eso sí, claro; mientras tanto podemos seguir discutiendo del sexo de los ángeles de izquierdas que –seguro- es más puro que el de los de derechas…
El tema del post proponía hablar de Solidaridad y yo lo he ligado –me parecía imprescindible en el momento actual- con el sentido ético de la política. ¿Qué puede haber más solidario que una buena política? Lo que pasa es que, prima más en las ideologías el sentido de militancia, el mantenella y no enmendalla aunque nos hundamos (total, sólo son cinco milloncejos de nada de parados, que si a Europa no le importan ¡a mi sí!), que el sentido ético de exigirle a la ideología propia que cumpla sus finalidades, ¡o la someto a revisión y a la transformación que haga falta! Yo, como soy independiente y no me ata nada a ninguna ideología, puedo hacerlo y puedo cambiarla cuando haga falta. ¿Tú puedes?
Me habría gustado poder afinar esto un poco más, pero me tengo que ir que llego tarde. Ya seguiremos si te parece bien.
Saludos cordiales. Fico.
Las necesidades del ser humano, como las de cualquier otro ser son limitadas y su satisfacción conlleva un sentido funcional que va, desde poder cumplir holgadamente el proceso realizador del propio ser que suele tener, en origén, mínimo de realidad y mucho de capacidad y en el final o plenitud, máximo de realidad y, solo lo indispensable para su conservación, mínimo de capacidad.
De estos datos reales se desprende que el la etapa de la infancia y adolescencia las necesidades de coger y retener son mayores y el equilibrio entre necesidad y remedio no es tan fácil de lograr y por ello se convierte en principio regulador natural el egocentrismo casi totalmente centrípeto.
A medida que nuestro ser se va realizando, sobre todo físicamente, la relatividad de las necesidades condicionan la percepción de los medios remedio de las mismas, hasta el punto que salirse de la proporción necesaria de convierte en malestar o atentado contra la salud tanto física, como psicológica.
Es por eso que la verdad del bien estar que se concreta en bien ser consiste en tener las necesidades holgadamente cubiertas siendo las sobras un inconveniente o inutilidad para el poseedor de ellas, tanto si las asume abusando, como si se inutilizan y pierden en su in-utilidad.
De aquí que la POBREZA (Necesidades personales cubiertas) sea el estado de vida ajustada, fácil y feliz) En él es cuando en realidad se tienen las cosas necesarias en el profundo sentido del término, porque como remedios de las necesidades, se convierten en el propio ser, es decir se tienen sustantívamente; y lo que así no de puede poseer, en la práctica se convierten en poseedoras de nuestro ser; son las cosas sobrantes las dueñas de quien se cree su poseedor, con lo que se convierten en carga sin proporcionar fuerza vital. Provocan desequilibrio y dificultas que es real infelicidad.
Por eso tanto es inhumana la MISERIA porque es estado de carencia para superar las necesidades, como la RIQUEZA u OPULENCIA por lo que supone de ser carga, sin ofrecer fuerza vital.
Y, si esto podemos decirlo del plano individual, igualmente y en mayor medida lo podemos referir al plano social.
Cuando alguien traspasa el nivel de esa holgada pobreza de satisfacción y ajuste y sigue ejerciendo dominio sobre lo que le sobra, normalmente lo hará, porque asi funciona la Naturaleza, a costa de que otros se queden con las necesidades y sin los medios de superarlas, lo que redundará en desequilibrio social, fuente de tensiones, violencias y carencia de facilidad (felicidad) de vida compartida y de ajuste en la finalidad de los bienes que no sirven y se pierden,
Puede que esto, como parece a simple vista, resultaría arriesgado y dificil de alcanzar, dada la estructuración relacional que en la Humanidad nos hemos dado,pero en realidad, todo sería más facilmente alcanzable, si culturalmente se nos valorara el estado holgado de pobreza individual (algo que se practica con los hijos en la infancia teniendo las necesidades y no los caprichos cubiertas y todos por igual) y lo extendiéramos a lo social.
Pensemos p.e. a qué nos conduciría poner proporción de realidad y verdad en lo que atañe a la falsamente llamada Renta por Cabeza en nuestras economías, incluso de los paises de menor riqueza.
¿No estarían o están disponibles los medios para que quienes tienen esas cabezas pudieran disponer de lo que necesita su holgada pobreza y sobraría patrimonio para que esa holgura cubriera posibles riesgos de necesidades imprevistas en cualquier punto de la tierra?
¿Donde quedarían la miseria y el paro; los analfabetismos y los arsenales; los inútiles y amenazantes lujos y derroches consumistas y productivistas?
¿Qué es utópico? De la respuesta dependen la LIBERTAD y la FELICIDAD.
Fico, pienso que más que estés con el piñón fijo, lo debes tener atascado porque siempre repites los mismo. Voy a intentar ayudarte a ese desatasque a ver si abres el abnico a otro tipo de argumentos.
Si, según afirmas con tanta insistencia, Zapatero es el causante de todos los males del mundo mundial, si lo ha hecho tan rematadamente mal, y si esta mono-idea la tienes tan clara, ¿podrías decirnos qué debió hacer Zapatero para evitar la catástrofe? ¿Meter la tijera a diestro y siniestro para cumplir los objetivos del déficit? ¿Alguna otra idea? En la UE no hablan del paro en nuestro país, sino del déficit, los parados le importan poco.
¿De verdad crees que Rajoy lo hubiese hecho estupendamente bien?
El otro día me negabas el simplismo de zapaterismo-malo, lo que viene-bueno. Con tu último comentario veo que te descubres. Ya hablas, como si de una visión se tratase, de la deslealtad de la oposición en el futuro, al mismo tiempo que el pobre gobierno nuevo va a tener que lidiar con la herencia que ha recibido.
No sé si te has parado a analizar el tipo de oposición que ha hecho el PP. Porque hasta hace cuatro días Rajoy siempre cacareaba urbi et orbi lo mal que lo estaba haciendo España, ahora dice que España ha hecho sus deberes. Hasta hace cuatro días decía que el gobierno socialista era el único responsable, ahora dice que el gobierno no puede él solo sacar a España de la crisis. Y de éstas veremos unas cuantas.
¿Nunca te has planteado si ha habido otros factores exteriores a España contra los que ni todos los rajoys del mundo hubieran podido hacer mucha cosa más? Si Rajoy ya está a disposición de la Merkel en lo que al déficit y recortes se refiere, ¿en qué quedamos?, ¿en que aquí manda Merkel, los mercados y las agencias de calificación, o Rajoy? Será que Zapatero anda suelto en forma de fantasma por los despachos de la UE?
¿Te has preguntado si la principal industria de España, la construcción, la comenzó Zapatero, o más bien emprendió la gran carrera el Sr. Aznar y continuó mientras hubo demanda? ¿Te has preguntado qué parte de responsabilidad han tenido los bancos dando hipotecas basura a manos llenas?
Como ves yo tengo más preguntas que respuestas, y espero que me des alguna que otra respuesta.
Y, ¡ojo! no estoy defendiendo ni justificando lo que haya hecho mal el PSOE? Y también te digo algo que otra persona te dijo hace unos días “menos mal que eres de la casa (más o menos)”
Tengo una cosa clara, me he alegrado que el PSOE haya perdido las elecciones, no me alegra nada que las haya ganado el PP. ¿Y? ¡Yo qué sé! Que el PSOE y PP hubiesen hecho una piña en beneficio del país, en vez de que el PP haya estado tirando a degüello, por ejemplo.
PD. Me ha costado tanto esfuerzo escribir esto, que no sé si seré capaz de mantener un diálogo o debate sobre el tema. Ya veré. He dicho…
Estimado, sin querer entrar el polémicas, hoy tuve un día muy duro, digo que existe un nosotros los de abajo que nos van a pisotear la cabeza, perdón, nos van a hacer gozar de una acentuada austeridad…lease hambre…el nosotros de arriba pa seguir acumulando riqueza, que ellos llaman renta y que en realidad es la comida de nuestras familias que se va a su bolsillos vueltos monedas y lo que dice la Educación Cristiana…que Jesús quiere…sólo la puede decir él… “.[24]Pero, ¡ay de vosotros, los ricos!, porque ya recibís vuestro consuelo.[25]¡Ay de vosotros, los que ahora estáis saciados!, porque pasaréis hambre. ¡Ay de los que ahora reís!, porque lloraréis y haréis duelo.[26]¡Ay de vosotros cuando todos hablen bien de vosotros! Del mismo modo trataron sus padres a los falsos profetas.” Lc 6,24-26
Con cariño para todos Gabriel
Es dramático, sí. Estamos ante las consecuencias de haber sido arrollados por una crisis internacional, de tal magnitud, que colapsó la capacidad de decisión del gobierno local, que prefirió parapetarse tras la propaganda de una política de subsidios que le “asegurara” el voto de estómagos cautivos, y que, sin acertar ni atreverse a tomar otras medidas que mitigaran la crisis, nos ha hundido en una deuda pública casi impagable, que nos deja atados, durante generaciones, en manos de los acreedores. Pero, eso sí, claro: ellos con su riñoncito bien cubierto, que para eso eran el Gobierno.
Y, en esas, se produce un cambio de gobierno, al que tocará adoptar las medidas que el anterior ni supo, ni se atrevió, ni quiso tomar, por protegerse, por miedo al coste electoral que podría suponerle, y que ahora, desde la oposición, se prepara a boicotear, pues, al igual que antes no actuaba (y el país que se jodiera) por miedo al desgaste electoral propio, ahora –paradójicamente- está dispuesto a “movilizarse” por miedo al hipotético éxito del nuevo gobierno (y el país que se siga aguantando). Curioso, ¿no?
Y -así de revueltas las cosas- nos sigue diciendo Iñaki: «…para ellos el drama social no es para tanto…, no me sorprende una de sus insistentes recomendaciones: el personal haría bien en ir preparándose para aguantar, sin rechistar, cuantos recortes le echen encima.» Y uno se dice: Después de la insensatez egoísta y suicida del gobierno anterior, nos han dejado tan atados de pies y manos, que no nos queda más posibilidad razonable que la de agarrarnos al único salvavidas que hay (y eso, si es que algún resentido no nos lo pincha…).
Pero nos sigue diciendo Iñaki: « El problema es que cambiar de rumbo… es de lo más complicado. Tal como estamos atrapados…, hace falta mucho valor y mano izquierda para ir haciéndolo sin brusquedad… sin violentar la convivencia social.» Y estoy de acuerdo, pero si la nueva oposición cumple con la deslealtad que ya nos anuncia y a que nos invita, va a ser más difícil aun, si no imposible. (Y el país que se siga jodiendo, que a ellos les sigue importando más incitar a la militancia a hacer ruido en beneficio de Su Partido, que favorecer la estabilidad que genere creación de empleo para la gente que ellos han enviado al paro).
Por eso no es de extrañar que a todos nos llame la atención, como dice el artículo: «… el recelo a propuestas como las de un modelo “decrecentista” que pudiera llevarnos hacia un territorio de transición… sin limitarse a recortar indiscriminadamente.» Territorio de transición imprescindible y que todos deseamos sea fructífero, si es que le dejan crecer y madurar en paz (sin violentar la convivencia social).
Pero claro, para eso haría falta un sentido de la SOLIDARIDAD, que debería empezar por un sentido de Estado y un sentido ético de la política, que no sé si todos estamos dispuestos a exigir a los nuestros. ¿Seremos capaces de anteponer la solidaridad a la ideología política? O, dicho a la inversa: ¿seremos capaces de subordinar la ideología política a solidaridad?
Saludos. Fico.
Hola!
El Artículo empieza así:
-“Cualquier catástrofe humanitaria despierta en nosotros un instantáneo impulso de solidaridad.”-
Pregunto:
¿Quién ese ese “nosotros“?
Me parece que el Autor ha frecuentado poco los ámbitos
Productivos
Comerciales
Bancarios
Funancieros
En esos ámbitos cuanto más altos, más
las catástrofes disparan otros impulsos:
los negocios lucrativos.
Baste con señalar el terremoto de Haití.
Me parece ¿no?
La educación cristiana ha deshumanizado al ser humano en su primitiva y fundamento radical:
¡ALERTA!
¿lo digo en latín del evangelio?:
“¡Estote parati!”
que no se traduce por ¡estate parado!,
sino por ¡Guarda Pablo!
¡Vamos todavía! – Oscar.