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La luz suave con que nos ilumina la vida de Abelino

Lo mismo que ATRIO ha commemorado la marcha definitiva de vidas que han sido un don para todos, como la de Julio Lois, es digno y justo que recordemos al uruguayo Abelino que fue alma del cristianismo de base en su país. El anciano del barrio Genaro Virgilio Abelino decía de aí mimo: “soy de familia pobre, entonces estoy en un entorno barrial que es propio mío, como en mi niñez y mi adolescencia”.

Pensaba esta mañana sentarme a escribir sobre Guatemala y  sobre la muerte de una persona que se transformo en un símbolo de la lucha por la libración de América Latina, Don Salvador Allende , sin embargo debo sentarme con una enorme acción de gracias en el corazón…para hablar de un amigo… por haber compartido parte de nuestra vidas con  un hermano…de un querido compañero de tiempos duros…

Así como  Julio Lois significo dentro y fuera de  España, para muchos una historia de lucha compartida, de jugarse una y mil veces por las cosas en las que uno cree. Un maestro…que nos acercaba más con su vida y sus enseñanzas a las del único y gran Maestro, que es Jesús de Nazareth…Así para muchos de nosotros  Genaro Avelino…El querido Abelino…integró  el laicado que formó parte de una militancia en la Arquidiócesis de Montevideo,   comprometida con su  pueblo (porque era parte del pueblo) sobre el que cayó el peso de  la dictadura, un pueblo que encontró en la Iglesia (creyentes o no) un lugar acogedor de puertas abiertas,  en la que se generaron  espacios, donde todos los uruguayos pudieran salvaguardar los valores de libertad, pluralismo,  de resistir a la oscuridad que arrasaba los valores de convivencia democráticos, de no ceder  a las opresión y porque no muchas veces de encontrarse o reencontrarse con  Fe, vivida en pequeñas comunidades y comunidades eclesiales de base, a pesar de la dura vigilancia y de las constantes amenazas de la dictatura,  siempre se encontraron en esta Iglesia, creativa y valiente…ámbitos, para salvaguardar a los perseguidos y para crear espacios para todos …En ese día a día de nuestra  pastoral de conjunto, en donde los organismos de participación y corresponsabilidad, se transformaron en lugares que desde nuestra mirada…hacía aquellos  de los años, siento- pienso y creo como verdaderos ámbitos la vivencia conciliar…  En donde se analizaba la realidad en jornadas zonales y parroquiales,  se buscaba la voluntad de Dios y la forma de comprometernos en la transformación de esa realidad,   y también en donde se juntaba comestibles para los presos políticos, en donde se auspiciaban e impulsaba instancias de defensa de los derechos humanos, sin olvidar, el compromiso con los pequeños y los pobres, Abelino, fue un laico y protagonista de esa Iglesia presidida por un excepcional obispo como fue Mons. Parteli…. Tiempos de una generación de  laicos, religiosos y curas comprometidos hasta el hueso con el seguimiento de Jesús de Nazareth, con el Evangelio, con el Concilio y por consiguiente con  libertad y la democracia, fue un espacio plural, en donde creyentes y no creyentes, tenían un lugar en la mesa…Allí el querido Abelino, fue animador, protagonista, impulsor de esta pastoral, apegada a comprometerse con la realidad y su transformación, profundamente solidaria, profundamente conmovida, abierta y plural…

Voy a pegar unas palabras, de un reportaje que se le hizo en un boletín parroquial…que más adelante, aclarare en que marco fue que se le hicieron, pero que pinta entero, lo que fue y sigue siendo las cercanías de Dios…el Querido el entrañable Genaro Virgilio Abelino…

“…Porque estoy dispuesto a servir donde el Señor lo disponga, donde el Señor me indique que yo puedo, porque siempre digo que soy una persona limitada, porque a muchas situaciones no puedo llegar por mi falta de cultura… “Pensé en una vida matrimonial, me casé con Nelly, tuve familia. Mi mamá, doña Filomena, era muy creyente, muy católica. Ella se quedó viuda, con 7 hijos. Nos mandaba a una legua y media (Allá en la campaña de Cerro Largo) para ir al catecismo. Para nosotros era una  fiesta todos los domingos. Por toda la tarde, unas 3 o 4 horas, se daba el catecismo, en el medio hacíamos un recreo, nos daban un boniato asado y una taza de leche y jugábamos los juegos de la época. Del Evangelio que nos enseñaban, recuerdo sobre todo el tema de la hermandad. El canto “Juntos como hermanos”.

Todavía hoy en mi ministerio, el mensaje principal es la hermandad y el compartir. Yo siempre digo que lo poquito que se, lo he aprendido con la gente, especialmente los humildes, los pobres. Me encanta trabajar con los pobres, conversar y dialogar con ellos, y visitarlos. Encuentro una riqueza impresionante en ese entorno de la sociedad, gente que muchas veces no se tiene en cuenta… por distintas situaciones, por estar alejados de la Iglesia…

Ese compartir con esta gente, es precioso… Yo era un simple obrero, durante 45 años de mecánica y metalúrgica. Me abrí a los demás porque vivo en un barrio pobre, y soy de familia pobre, entonces estaba en un entorno barrial que es propio mío, como en mi niñez y mi adolescencia… (Fragmentos de la entrevista que el boletín “La gruta”, de la Gruta de Lourdes Santuario Nacional,  Boletín Nº  382 le hiciera previo a su ordenación presbiteral)…

(Pregunta) Haz sido llamado a un nuevo servicio en la viña del Señor, en las horas de la tarde ¿qué opinan tus familiares y amigos?

Respuesta: Están muy contentos, preguntando por la invitación, quieren estar presentes. Algunos, que viven lejos (en el exterior) me dicen que no pueden venir, pero que igualmente estarán presentes. También desde el cielo me acompañarán: mi mamá, doña Filomena, seguramente me estará escuchando y me dirá lo que tantas veces me repitió: “pórtate bien”. También mi hija Anita y mi esposa Nelly. Ella era muy creyente, fue ella la que me hizo volver a la Iglesia todos los domingos…

De maneras que en muchos aspectos son poco trasmisibles, que tienen que ver con la piel, con lo sentimientos…con una historia compartida, el querido negro Abelino…nos hace palpable, en su humildad, en su entrega, en su compromiso, en su mentalidad pastoral de conjunto…en su defensa de las pequeñas comunidades…En la alegría, la humildad, el consuelo y el acompañamiento solidario que siempre   encontrábamos  con él, la presencia de Dios en nuestras vidas…Y ese sabor a Iglesia renovada, que todas sus cosas, aún rezar el rosario en las casas más pobres del barrio, su presencia desplegaba…Porque fue obrero, Esposo, padre, laico, diacono y prebistero…sin cambiar un ápice, su forma entrañable, generosa y llena de alegría que tenia de tratar a todos los demás, especialmente a los más pobres…Porque cada cosa que hacia la llevaba en la sangre de una manera…que sólo los pequeñitos tocados por el dedo de Dios lo hacen, no dejo de ser el Esposo que amo siempre a su Esposa fallecida, no dejo de ser siempre el padre que sufrió lo indecible con la enfermedad y muerte de su hija, no dejo de ser el obrero metalúrgico que fue por 45 años, oficio del que se jubilo…siendo laico, ordenándose posteriormente de diacono y finalmente de Presbítero…Siendo todas esas cosas a la vez…se transformó para nosotros además de un hermano entrañable, con el que siempre se contaba, con el signo de una Iglesia  reformada, no para ser más eficiente…sino para ser más tierna…con el mismo gesto tierno con que Jesús tuvo para los otros…

5 comentarios

  • Mateo

    Gracias por el recuerdo y cálido testimonio, hoy justamente mientras preparaba el próximo programa en Radio María dedicado a las CEB leía en Umbrales el testimonio de Abelino y mientras recopilaba material aparece este testimonio tuyo. No creo en las coincidencias creo en que cada acto de bondad y amor al próximo esta el Señor entretejiendo historias. Abrazo desde Uruguay. P. Mateo

  • mª pilar garcía

    ¡Gracias gabriel por este hermosos testimonio!
    Un abrazo entrañable.
    mª pilar

  • Hola Gabriel, al amanecer muy temprano lei con emoción el testimonio que das  de Abelino. Nos recuerda que los grandes no están todos en los palacios o envueltos de importantes vestidos y funciones institucionales. La humildad y sencillez andando juntas en medio de un pueblo que vive de solidaridad y de compartir nos llaman de nuevo a la verdadera vida. Muy bonito y a la vez una verdadera fuente de vida pura.
    Gracias Gabriel

  • Gabriel Sánchez

    Un gran abrazo…Josefina…Gabriel

  • Josefina

    Hola Gabriel, te conozco por tu   participación en Atrio, hoy  me has emocionado mucho con el testimonio de tu amigo Abelino a quien tampoco conocía.
    Sí conocía a Monseñor Parteli y a los grupos y  de comunidades de base a los que pertenecía. Fué una época muy hermosa y fecunda para mí en Montevideo.
    Trabajé en un colegio muy Pobre, entre Agraciada y Tapes “los pobres enseñan mucho”
    Yo que nací pobre, aqquí en España, soy de la “raza pobre”, un orgullo por otra parte.
    Gracias Gabriel pues has hecho vibrar a mi corazón con el recuerdo  de aquella época
    maravillosa vivida en Montevideo.