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Educar para celebrar la vida y la Tierra

Dada la crisis generalizada que vivimos actualmente, todas las educaciones deben incluir el cuidado de todo lo que existe y vive. Sin el cuidado, no garantizaremos una sostenibilidad que permita al planeta mantener su vitalidad, los ecosistemas, su equilibrio, y nuestra civilización, su futuro. Nos educan para el pensamiento crítico y creativo, para tener una profesión y un buen nivel de vida, pero nos olvidamos de educar en la responsabilidad y en el cuidado del futuro común de la Tierra y de la Humanidad. Una educación que no incluya el cuidado demuestra ser alienada e irresponsable. Los analistas más serios de la huella ecológica de la Tierra nos advierten que, si no cuidamos, podemos conocer catástrofes peores que las vividas este año de 2011 en Brasil y en Japón. Para mantenerse, la Tierra podrá, tal vez, tener que reducir su biosfera, eliminando especies y millones de seres humanos.

Entre tantas excelencias propias del concepto de cuidado, quiero hacer hincapié en dos que interesan a la nueva educación: la integración del globo terrestre en nuestro imaginario cotidiano y el encantamiento por el misterio de la existencia. Cuando contemplamos el planeta Tierra desde el espacio exterior, surge en nosotros un sentimiento de reverencia al ver nuestra única Casa Común. Somos inseparables de la Tierra, formamos un todo con ella. Sentimos que debemos amarla y cuidarla para que nos pueda ofrecer todo lo que necesitamos para seguir viviendo.

La segunda excelencia del cuidado como actitud ética y forma de amor es el encantamiento que surge en nosotros por la aparición más espectacular y bella que jamás ha existido en el mundo, que es el milagro de la existencia de cada persona humana individual. Los sistemas, las instituciones, las ciencias, las técnicas y las escuelas no tienen lo que cada persona humana posee: conciencia, amorosidad, cuidado, creatividad, solidaridad, compasión y sentimiento de pertenencia a un Todo mayor que nos sustenta y anima, realidades que constituyen nuestro Profundo.

Seguramente no somos el centro del universo. Pero somos los seres portadores de conciencia y de inteligencia, por los cuales el universo se piensa, se conciencia y se ve a sí mismo en su espléndida complejidad y belleza. Somos el universo y la Tierra que ha llegado a sentir, a pensar, a amar y a venerar. Esta es nuestra dignidad que debe ser interiorizada y que debe ser imbuida a cada persona de la nueva era planetaria.

Tenemos que sentirnos orgullosos de poder desempeñar esta misión para la Tierra y para todo el universo. Solamente cumplimos con esta misión si cuidamos de nosotros mismos, de los otros y de cada ser que habita aquí.

Tal vez pocos han expresado mejor estos nobles sentimientos que el eximio músico y también poeta Pau Casals. En un discurso en la ONU en los años 80 del siglo pasado, se dirigía a la Asamblea General pensando en los niños como el futuro de la nueva humanidad. Su mensaje vale también para nosotros, los adultos. Decía:

El niño tiene que saber que él mismo es un milagro, que desde el principio del mundo, jamás ha habido otro niño igual y que en todo el futuro, jamás aparecerá otro niño igual a él. Cada niño es unico, desde el principio hasta el fin de los tiempos. Así el niño asume una responsabilidad al confesar: es verdad soy un milagro. Soy un milagro igual que el árbol es un milagro. Y siendo un milagro ¿podría hacer el mal? No, pues soy un milagro. Puedo decir Dios o Naturaleza, o Dios-naturaleza. Poco importa. Lo que importa es que soy un milagro hecho por Dios y hecho por la naturaleza. ¿Podría yo matar a alguien? No. No puedo. ¿Y otro ser humano, que también es un milagro como yo, podría matarme a mi? Creo que lo que estoy diciendo a los niños, puede ayudar a hacer surgir otro modo de pensar el mundo y la vida. El mundo de hoy es malo; sí, es un mundo malo. El mundo es malo porque no hablamos a los niños así como yo les estoy hablando ahora y de la manera que necesitan que les hablemos. Entonces el mundo no tendrá más razones para ser malo.

Aquí se revela gran realismo: cada realidad, especialmente la humana, es única y preciosa, pero al mismo tiempo vivimos en un mundo conflictivo, contradictorio y con aspectos aterradores. Así y todo, hay que confiar en la fuerza de la semilla. Ella está llena de vida. Cada niño que nace es una semilla de un mundo que puede ser mejor. Por eso, es válido tener esperanza. Un paciente de un hospital psiquiátrico que visité, pirograbó en una tablilla que después me regaló: «Siempre que nace un niño es señal de que Dios todavía cree en el ser humano». No es necesario decir más, pues en estas palabras se encierra todo el sentido de nuestra esperanza frente a los males y las tragedias de este mundo.

Leonardo Boff
es autor de Cuidar la Tierra y proteger la vida, Nueva Utopía, Madrid 2011.

[Traducción de MJG]

7 comentarios

  • Asun

    Gracias a todos por los comentarios.
    Priorizar en la educación el poseer y acumular conocimientos, y premiarlo como lo mejor de nosotros, nos supedita de por vida a una inercia inconsistente e insaciable fomentada desde la escuela y el hogar.  
     
    Si se partiera de la realidad que es y somos en unidad sin separación, la interconexión con ello,  por los sentidos y más allá de ellos con nuestro ser consciente, como la base de todo lo real,  sería esta constante interrelación de todos los seres vivida en armonía natural en la medida que intersomos  responsable y conscientemente.
     
    La educación en el cuidado no partiendo de esta unidad entretejida de todo lo real, sino más bien como un añadido que se suma al cúmulo de conocimientos y habilidades considerados en teoría y en la práctica  escindidos de lo que realmente somos, no se reflejará en un modo de vida alegre y pleno congruentemente sencillo, sobrio, solidario y austero.
    Feliz fin de semana.

  • M. Luisa

    Los poros  por los que traspúa   toda la lectura de Boff   son los mismos  por los que  en el fondo trasparecería,  si lo dejáramos,   el horizonte de la realidad.
     
    No se ha puesto   el horizonte  tan lejos a la hora de educar. Esto es, en mi opinión,  lo que  le explica a  Boff   el hecho de la crisis  globalizada que se sufre en la actualidad. El tratamiento de la realidad como cosa,   provoca a la larga que ésta de un modo u otro se imponga. El cuidado no lo exige la cosa (es decir la realidad como objeto) el cuidado va más allá de la mera objetividad, es algo inscrito en la realidad misma, por eso no  ha sido  materia  educativa  en tanto que una  educación basada sólo  en la objetividad  está destinada  para tener, como dice Boff una buena profesión, un buen nivel de vida etc., pero el tener algo  no va en ello  la implicación del cuidado.
     
    También  en el mismo  nivel  en  que sitúo  el cuidado, pienso,   ha de situarse  la responsabilidad,   pues ella  se inscribe en el mismo orden. La responsabilidad puede  no hacerse presente  frente a un objeto  al cual  si puedo con él  relacionarme y hasta incluso reaccionar,  pero tratándose de la realidad  y de la mía  propia mi acto, frente a ella,  ha de ser pleno y  realmente   responsable.
     
    También, cómo no,    veo el horizonte de la realidad en  lo expresado  de forma excelsa  en el escrito de  Pau Casals
     
    Es la reflexión que  ambos me han sugerido y que agradezco

  • MariPilar Zugarramurdi

    El artículo de Boff me parece precioso. Cada vez estoy más convencida de que la verdadera revelación de Dios nos llega por la vida, por la naturaleza, por el cosmos, (sin minusvalorar la Bíblia).
    Yo añadiría al maravilloso artículo, algo que me resuena muchísimo desde hace años: hemos puesto la casi total Revelación de Dios,  en la Biblia, pero no nos han enseñado a hacer una lectura  en algo tan elocuente y sin necesidad de demasiada hermenéutica para experimentar a Dios,   la revelación de Dios en este lenguaje universal que es la vida, la naturaleza, el cosmos,  es algo poco tomado en cuenta, siendo así que todos podemos leer en nuestro propio idioma,  como lo escucharon los reunidos en Pentecostés, y en este caso hasta sin mediadores:  la belleza, la grandeza, el amor hasta desmesurado, la justicia (todas las personas recibimos el mismo equipo humano), etc. ¿CUÁNDO LE BAJAREMOS A DIOS DEL CIELO, LE SACAREMOS DE LOS TEMPLOS Y CELEBRAREMOS EL AMOR, LA IGUALDAD, LA LIBERTAD, LA FRATERNIDAD… EN CADA UNA DE LAS COSAS PEQUEÑAS QUE VIVIMOS Y VEMOS QUE OTRAS/OTROS VIVEN?  Acaso Dios no nos habita, nos atraviesa y nos envuelve? y eso no sólo en la humanidad, sino en toda vida, en todo el Cosmos. Cuánto más fácil me parece la oración con este sentido del Dios que todo lo amasa con su divinidad.
    MariPilar Zugarramurdi

  • Gabriel Sánchez

    Hay un libro precioso que se llama mi planta de Naranja-Lima, del gran Jose Mauro  de Vasconcellos…Se trata de la relación de Zezé un niño de una de esas familias numerosas del Brasil…que al ir creciendo descubre el mundo y en la educación familiar…va creciendo…y despertando a su entorno…y al mudarse a una nueva casa, descubre una nueva amiga…Su plantita de Naranja-Lima…Va descubriendo el diálogo profundo de los seres de la naturaleza y los humanos, que también somos seres de la naturaleza…es un entrañable libre del que me voy a permitir pegar un pequeño fragmento:
    “—Quiero saber una cosa muy importante. ¿Eres capaz de cantar sin estar cantando?
     
    —No entiendo bien.
    —Así —y canté una estrofa de “Casita Pequeñita”.
    —Pero estás cantando, ¿no es verdad?
    —Ahí está la cosa. Yo puedo hacer todo eso por dentro sin cantar por fuera.
    Rió de mi simplicidad, pero no sabía adonde quería llegar.
    —Mira, tío, cuando yo era pequeñito pensaba que tenía un pajarito aquí adentro y que cantaba. Era él quien cantaba. — ¡Aja! Es una maravilla que tengas un pajarito así.
    —No entendiste. Pasa que ahora ando medio desconfiado de ese pajarito. ¿Y cuando hablo y veo por dentro?
    Entendió y se rió de mi confusión.
    —Voy a explicarte, Zezé. ¿Sabes lo que es eso? Eso significa que estás creciendo. Y creciendo, esa cosa que dices que habla y ve se llama pensamiento. El pensamiento es lo que hace aquello que una vez yo dije que tendrías muy pronto… —¿La edad de la razón?
    —Es muy bueno que te acuerdes. Entonces sucede una maravilla. El pensamiento crece, crece y toma por su cuenta toda nuestra cabeza y nuestro corazón. Vive en nuestros ojos y en todos los momentos de nuestra vida.
     
    —El pajarito fue hecho por Dios para ayudar a las criaturas a descubrir las cosas.
    Después, cuando el niño ya no lo necesita más, devuelve el pajarito a Dios. Y Dios lo coloca en otro niño inteligente como tú. ¿No es lindo eso?
    Reí feliz porque estaba teniendo un “pensamiento”. —Sí. Y ahora me voy. —¿Y la monedita? —Hoy no. Voy a estar muy ocupado.
    Salí por la calle pensando en todo. Pero estaba recordando una cosa que me ponía muy triste. Totoca tenía un pájaro muy lindo, tan manso que subía a su dedo cuando le
    cambiaba el alpiste. Podía hasta dejar la puerta abierta que no se escapaba. Un día Totoca se olvidó de él y lo dejó al sol. Y el sol caliente lo mató. Me acordaba de Totoca con él en la mano y llorando, llorando con el pajarito muerto apoyado en el rostro. Y decía: —Nunca más, nunca más voy a tener preso a un pajarito.
    Yo estaba con él y le dije:
    —Totoca, yo tampoco voy a tener a ninguno preso. Llegué a casa y fui derecho a ver a
    Minguito.
     
    —Xururuca, vine a hacer una cosa.
    —¿Qué es?
     
    …Agujereé el suelo con un palito y comencé a dejar de lloriquear. Habló una voz, venida
    quién sabe de dónde, cerca de mi corazón.
    —Creo que tu hermana tiene toda la razón.
    —Todo el mundo tiene siempre toda la razón; el único que no la tiene nunca soy yo.
    —No es cierto. Si me mirases bien, acabarías por darte cuenta.
    4
    Árbol frutal que da la manga (N. de la T)
    18Me levanté, asustado, y miré el arbolito. Era raro, porque siempre conversaba con todo, pero pensaba que era mi pajarito de adentro que se encargaba de arreglar las conversaciones.—¿Pero tú hablas de verdad?—¿No me estás escuchando?
    Y se rió bajito. Casi salí gritando por la quinta. Pero me sujetaba la curiosidad. —¿Por dónde hablas?
    —Los árboles hablan por todas partes. Por las hojas, por las ramas, por las raíces.
    ¿Quieres ver? Apoya tu oído aquí en mi tronco y vas a escuchar palpitar mi corazón.
    Me quedé medio indeciso, pero viendo su tamaño perdí el miedo. Apoyé la oreja y una
    cosa lejana hacia tic… tac… tic… tac…” http://barbara.hf.cl/Libros/Jose_Mauro_de_Vasconcelos_-_Mi_planta_naranja_lima.pdf
     

  • Carmen (Almendralejo)

    Leonardo Boff, dices: “Siempre que nace un niño es señal de que dios, cree en el ser humano”
    Creo que siempre que el hombre se olvida de hablar de D*s Madre, hace que ella derrame lágrimas por cada injusticia que a la mujer se le hace en nombre de ese dios hombre, varón que todo lo uni versaliza en género masculino.
    No podemos extrañarnos que la sexualidad tambien sea represora sin se pasa por el cerebro del hombre y las leyes que estos hanestimado oportunas para seguir siendo dios en la tierra en el el cielo.
    ¡Y nuestros verdugos en la Tierra!
    http://www.facebook.com/l.php?u=http%3A%2F%2Fwww.animalpolitico.com%2Fblogueros-treinta-y-siete-grados%2F2011%2F08%2F27%2Flas-audiencias-de-karen-atala-e-hijas-v-chile%2F%23.TmEVeGymx8s.facebook&h=3AQBe62ZkAQAyece9UK-ebaB9pESuHUV2FC8htfgM7oKrAQ

  • ana rodrigo

    Muy oportuno el tema en fechas en las que en todos los medios de comunicación hablan de comenzar un nuevo curso, por lo menos en el hemisferio norte.
     
    Como todos los comienzos de curso, en estos días se habla de todo lo relacionado con la educación, aunque el tema estrella de este año es el recorte del presupuesto, el aumento de horas de aula y la supresión de muchos puestos de trabajo para ahorrarse unos dinerillos que se podrían haber sacado, por ejeplo, de los gastos de la visita papal a Madrid.
     
    En España, a pesar de la preocupación social generalizada, el trabajo docente es el gran desconocido y el más desprestigiado, siempre se centran en las vacaciones o en el sueldo, que por otra parte es el mismo de muchos otros profesionales de otros ramos, y nunca se tiene en cuenta el valor y la importancia del trabajo.
     
     Por si faltaba algo, habla Esperanza Aguirre de las 20 horas que se le exigen al profesorado de Secundaria en Madrid, comparándola con el número de horas de otros profesionales, sin mencionar la cantidad de horas que un o una buena profesional necesita antes y después de dar esas 20 horas de aula, como es el trabajo relacionado con ayudas personalizas a través de las tutorías de alumnado o de padres y madres, vigilar patio, etc. Yo, que he sido una profesional entusiasmada de mi profesión, sé los jirones de vida que hay que dejarse por en el camino en mi interés y trabajo, y sé lo difícil que le resulta a muchísima gente comprender la entrega total a esas personitas que van a conformar la sociedad del mañana. En realidad las 24 horas del día tienes en la cabeza esa preocupación por hacer bien las cosas, por las dificultades que tienen tantos alumnos y alumnas, por su problemática familiar o personal, etc. Es imposible desconectar cuando abandonas el centro escolar. ¡Y que la Sra. Aguirre salga con ese insulto, sí, insulto, a tantos y tantas profesionales que trabajan el doble de horas de las que firman en el horario administrativo, es una gran responsabilidad.
     
    Respecto a la educación propiamente dicha, habría mucho de lo que hablar, puesto que muchísimos padres y a madres “aparcan” a sus hijos/as en los centros escolares y dejan en manos de los profesionales la educación de sus hijos/as, cuando todo el mundo sabe que la educación sin al colaboración familiar es un fracaso anticipado.

  • Antonio Vicedo

    El equilibrio vital compensatorio en las estructuras de los cuerpos, sean o no vivos, es fundamental para le adecuada permanencia en su realidad.
    El equilibrio en las relaciones tierra y especies que en ella se desarrollan no es excepción.
    La misma realidad sujeta a leyes de permanencia y equilibrada relación fuerza a reparar los desequilibrios cuando ellos amenazan ya la propia realidad.
    La tierra puede sostener  la cantidad de seres humanos existentes en perfectas condiciones de humana supervivencia. Lo que no puede es mantener el desequilibrio que la clasificación entre personas ha producido el abuso de poder sobre la oferta general de posibilidades que la Tierra ofrece para todos con resultado de que unos derrochan inútilmente y otros carecen de lo indispensable. Como este desequilibrio ya está amenazando algo fundamental en la correlación, la constatación de ello es una alerta y serio aviso de que la reparación del equilibrio entre Tierra y humanos será voluntaria o inexorablemente forzada.
    Ni los elementos van a resistir mucho más desequilibrio, ni los sectores de la Humanidad que más soportan y sufren las consecuencias negativas de los abusos de poder van a quedar pasivos por mucho más tiempo.
    Un pequeño grupo de humanos, no puede por más largo tiempo enseñorearse y dominar impunemente a miles de millones de seres iguales a ellos en su misma especie. La hora, mal que les pese a ABUSONES y COMPLICES, ha llegado y ni el injusto desequilibrio, ni los secretos y falsedades en los que se apoya y justifica, pueden ya mantenerse.
    El fenómeno técnico de la GLOBALIZACIÓN, está influyendo eficaz y profundamente sobre las CONCIENCIAS y lo hará progresivamente sobre las VOLUNTADES.
    Hay que ir situándose en la trinchera de la COMPLICIDAD con LA FUERZA, o en la de la SOLIDARIDAD con LA RAZÓN, en la medida en que queramos GLOBALIZAR LA MUERTE o LA VIDA HUMANA.