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Todavía el fundamentalismo

El acto terrorista perpetrado en Noruega de forma calculada por un extremista noruego de 32 años ha puesto de nuevo sobre el tapete la cuestión del fundamentalismo. Los gobiernos occidentales y los medios de comunicación han inducido a la opinión pública mundial a asociar el fundamentalismo y el terrorismo casi exclusivamente con sectores radicales del islamismo. Barack Obama de Estados Unidos y David Cameron del Reino Unido se apresuraron a solidarizarse con el gobierno de Noruega y reforzaron la idea de dar batalla mortal al terrorismo, presuponiendo que sería un acto de Al Qaeda. Prejuicio. Esta vez era un nativo, blanco, de ojos azules, con nivel superior y cristiano, aunque The New York Times lo presente como «sin cualidades y fácil de olvidar».

Además de rechazar decididamente el terrorismo y el fundamentalismo debemos tratar de entender el por qué de este fenómeno. Ya he abordado algunas veces en esta columna el tema, que resultó en un libro Fundamentalismo, Terrorismo, Religión y Paz: desafío del siglo XXI (Vozes 2009). Ahí refiero, entre otras causas, el tipo de globalización que ha predominado desde el principio, una globalización fundamentalmente de la economía, de los mercados y de las finanzas. Edgar Morin llama a la actual «la edad de hierro de la globalización». No fue seguida, como pedía la realidad, por una globalización política (un gobierno global de los pueblos), una globalización ética y educacional. Me explico: con la globalización inauguramos una fase nueva de la historia del Planeta vivo y de la humanidad misma. Estamos dejando atrás los estrechos límites de las culturas regionales con sus identidades y la figura del estado-nación para adentrarnos cada vez más en el proceso de una historia colectiva de la especie humana, con un destino común, ligado al destino de la vida y, en cierta forma, al de la propia Tierra. Los pueblos se pusieron en movimiento, las comunicaciones pusieron en contacto a todos con todos y, por distintos motivos, empezaron a circular multitudes por el mundo.

Esta transición no fue preparada, puesto que prevalecía una confrontación entre dos formas de organizar la sociedad: el socialismo estatal de la Unión Soviética y el capitalismo liberal de Occidente. Todos debían alinearse con una de estas alternativas. Al desmontarse la Unión Soviética no surgió un mundo multipolar sino el predominio de Estados Unidos como la mayor potencia económico-militar del mundo, que comenzó a ejercer un poder imperial, haciendo a todos alinearse con sus intereses globales. Más que globalización en sentido amplio, se dio una especie de occidentalización del mundo. Funcionó como un rodillo compresor, que pasó por encima de respetables tradiciones culturales. Esto se vió agravado por la arrogancia típica de Occidente de sentirse portador de la mejor cultura, de la mejor ciencia, de la mejor religión, de la mejor forma de producir y de gobernar.

Esta uniformización global generó fuerte resistencia, amargura y rabia en muchos pueblos, que veían erosionarse su identidad y sus costumbres. En situaciones así surgen normalmente fuerzas identitarias que se aliían con sectores conservadores de las religiones, guardianes naturales de las tradiciones. De aquí se origina el fundamentalismo que se caracteriza por dar valor absoluto a su punto de vista. Quien afirma de manera absoluta su identidad está condenado a ser intolerante con los diferentes, a despreciarlos y, en el límite, a eliminarlos.

Este fenómeno es recurrente en todo el mundo. En Occidente, grupos significativos de corte conservador se sienten amenazados en su identidad por la penetración de culturas no-europeas, especialmente el islamismo. Rechazan el multiculturalismo y cultivan la xenofobia. El terrorista noruego estaba convencido de que la lucha democrática contra la amenaza de los extranjeros en Europa estaba perdida. Tomó entonces una solución desesperada: realizar un gesto simbólico de eliminación de los «traidores» multiculturales.

La respuesta del gobierno y del pueblo noruego ha sido sabia: respondieron con flores y con la afirmación de más democracia, es decir, de más convivencia con las diferencias, más tolerancia, más hospitalidad y más solidaridad. Este es el camino que garantiza una globalización humana, en la cual será más difícil que semejantes tragedias vuelvan a repetirse.

    Leonardo Boff es autor de Virtudes para otro mundo posible, 3 vol., Sal Terrae 2005.

    [Traducción de MJG]

6 comentarios

  • JESÚS OLLORA OLARTE

    Cuando quiero buscar modelos, recurro a la historia, y así recuerdo  a la  Inquisición a la católica y a la protestante. Tenían la verdad y rechazaban lo que iba contra sus principios, la rechazaban incluso con las torturas y con la hoguera.
    Y  aunque la inquisición ha desaparecido, al menos por el lado católico, no puedo menos de recordar a Galileo, la inquisición le obligó a retractarse de su teoría heliocéntrca
    En el año 1981 y hasta 1992  (ayer) la Congregación para la Doctrina de la Fe justificó su condena y evitó una rehabilitación plena ya que  “en la época de Galileo la Iglesia fue mucho más fiel a la razón que el propio Galileo” por lo que “El proceso contra Galileo fue razonable y justo.
    ¿A lo mejor el prefecto de la Congregación para la Doctrina de la Fe  por aquella época era el cardenal Ratzinger?.
    Por no alargar mi comentario no voy a hablar de las tres culturas de Toledo ni del llamado fundamentalismo islámico por los cristianos.
    Tampoco voy a hablar del racismo ni del fundamentalismo cultural.
    Pero como vemos hay mucha base para explicar lo que pasa actualmente, tenemos miedos,  miedos atávicos a perder nuestras bases y nuestras bases creo que son buenas pero como punto de partida para seguir creciendo y desarrollándonos como personas.
    Un saludo a todos
    JESÚS

  • Gabriel Sánchez

     Como decía mi abuela andaluza…No hay peor cuña que la del mismo palo…esta creciendo en el mundo un fundamentalismo organizado de derecha filonazi en muchos casos, que esta envenando a mucha mentes jovenes…vean como crecen en Europa y en otros lugares…Cuando la concepción de la sociedad no es plural…necesariamente se termina en el fundamentalismo nacionalista…que finalmente hace que la derecha con sonrisa brillante por delante y esbastica por la espalda, llegue al poder…Hay que recordar aquello de que los pueblos que olvidan su historia vuelven a repitirla.- Gabriel

  • ana rodrigo

    Me extraña el “todavía” del título del post, yo diría “y cada vez más” fundamentalismo. Justifico esta expresión: El fundamentalismo, basado en el nacionalismo, religión, cultura, identidad, complejo de superioridad, desprecio por lo otro  y por el otro, son ideas y actitudes irracionales, emocionales, dogmáticas y subjetivas. En una sociedad donde predomina el racionalismo y determinados valores acordes con la racionalidad, produce en los fundamentalistas acorralamiento, se ven acosados, perseguidos, la actitud impositiva de sus dogmas y todos los derivados de sus posicionamientos, les llevan al ataque para protegerse. Por eso, veremos que los fundamentalismos organizados o individuales, nos van a dar bastantes disgustos.
     
    Recuerdo la furia dialéctica de la Iglesia y el PP cuando se impuso la asignatura obligatoria de Educación para la Ciudadanía (prometieron quitarla si el PP gobernase, vamos a ver…). Pues bien, yo defendí esa asignatura y su obligatoriedad, porque, precisamente, en esa asignatura se educaba en Derechos Humanos, en tolerancia, en igualdad, en tolerancia, etc. etc. Y es por aquí, por donde debe ir la educación de las generaciones presentes y futuras para evitar fundamentalismos organizados y difusos.

  • Asun

    Siembra tormentas y recogerás tempestades.

    Hace más de treinta años, exactamente no sé cuantos, oí hablar en una sobremesa distendida a una francesa superadulta, de vuelta ya de todo, que se quejaba de la invasión de extranjeros en Francia, perdiendo su idiosincrasia e identidad a tal punto,  que era por ella muy bienvenida la iniciativa de Le Pen de defenderse contra la invasión de lo diferente y salvar los signos de identidad de la nación francesa. Como cristiana no me sonaba bien, entre silencios intuía intolerancia, pero callé. Eso es lo que hemos hecho con unos y otros confundiendo tantas cosas como al propio miedo a decir NO, .
     
    La educación y la formación pueden ser muy perjudiciales, si no enseñamos en la vida diaria a ser nosotros mismos integrándonos en la totalidad de lo que es, aprendiendo con  tolerancia y  respeto lo que nos es diferente, pero que enriquece  la convivencia y nos humaniza haciendo posible una cosmovisión del mundo en el que toda vida es parte también nuestra.
     
    Muchas gracias a todos.

  • Carmen (Almendralejo)

    Más DEMOCRACIA, pero por supuesto… ¡MÁS CULTURA!
    Se necesita hablar con claridad de lo que son en realidad las religiones, y de como su cultura, moral y precepto han ido paralizando y “desmembrando” psicológicamente a la persona desde sus comienzos y desde su más tierna edad, limitándolas a ser eso personas humanas y humanizadora donde este bagaje nos impide ser permeables para asumir a la otra cultura o persona y entremezclarnos entre un pueblo u otro, sin mirarle como extranjer* o enemigo.
    Nos han influenciado, para SER “Torreones inexpugnables”  y  “No Puentes” a ser piedras que recuerde su primer cometido de aquellos años de la Edad media.
    Si culturalmente no somos prepard*s nos incapacita para convivir con algo que no sea ese círculo cerrado al cual no han limitado…
    ¿Cómo aceptar otras culturas o adaptarnos a ese lugar fronterizo que se nos ofrece al cruzarlo cuando en ciertas circunstancia nos vemos obligad*s y otras arrojad*s a, vivir fuera del lugar o cultura de nacimiento?
    ¿Podremos, estaremos alguna vez preparad*s para aceptar todo aquello que religiosamente se nos ha dio infiltrando en la médula como algo autóctono de nuestra idiosincrasia, fe y hasta se nos dice que es la voluntad de D*s?
    ¡No creo! que esto ocurra si no hay una descodificación o reseteo de todo aquellos códigos éticos o morales que se nos ha ido dando durante miles de años, porque se nos exige por parte de estas “culturas religiosas militarizadas y enmarcadas o dando Ley dentro del marco político, que seamos  islas impermeables a ese agua que nos rodea sin que ni siquiera una gota de ese rocío nos empape ni las pestañas.
    De ahí que se hagan férreos  esquemas dentro de ese paraguas que es ese triangulo, donde la fe, la moral y la política hacen una cultura y forma de vivir sin movimiento o vida fuera de él, de ahí que defendamos peligrosamente y mortalmente aquello que se nos ha dado como lo único y verdadero,  cuando otros intentan romper ese triangulo equilátero y perfecto en el cual ese dios, está por encima como vigía y buen conductor
    Y por supuesto, el que haya secta neonazi, y políticas ultra que van contra los DDHH, deberían estar muy examinadas y controladas, o quizás más que esto deberían NO PERMITIDAS, en una sociedad del siglo XXI