¿Una nueva sociedad o un tsunami social y ecológico? En mi último artículo lancé la idea, sustentada por minorías, de que estamos ante una crisis sistémica y terminal del capitalismo, y no es una crisis cíclica. Dicho en otras palabras: las condiciones para su reprodución han sido destrozadas, sea porque los bienes y servicios que puede ofrecer han llegado al límite por la devastación de la naturaleza, sea por la desorganización radical de las relaciones sociales, dominadas por una economía de mercado en la que predomina el capital financiero. La tendencia dominante es pensar que se puede salir de la crisis, volviendo a lo que había antes, con pequeñas correcciones, garantizando el crecimiento, recuperando empleo y asegurando ganancias. Por lo tanto, los negocios continuarán as usual.
Las mil millonarias intervenciones de los Estados industriales salvaron los bancos y evitaron el derrumbe del sistema, pero no han transformado el sistema económico. Peor aún, las inyecciones estatales facilitaron el triunfo de la economía especulativa sobre la economía real. La primera es considerada el principal desencadenador de la crisis, al estar comandada por verdaderos ladrones que ponen su enriquecimiento por encima del destino de los pueblos, como se ha visto ahora en Grecia. La lógica del enriquecimiento máximo está corrompiendo a los individuos, destruyendo las relaciones sociales y castigando a los pobres, acusados de dificultar la implantación del capital. Se mantiene la bomba con su espoleta. El problema es que cualquiera podría encender la espoleta. Muchos analistas se preguntan con miedo: ¿el orden mundial sobreviviría a otra crisis como la que hemos tenido?
El sociólogo francés Alain Touraine, en su reciente libro Después de la crisis (Paidós 2011), asegura: la crisis o acelera la formación de una nueva sociedad o se vuelve un tsunami, que podrá arrasar todo lo que encuentre a su paso, poniendo en peligro mortal nuestra propia existencia en el planeta Tierra (p. 49.115). Razón de más para sostener la tesis de que estamos ante una situación terminal de este tipo de capital. Se impone con urgencia pensar en valores y principios que puedan fundar un nuevo modo de habitar la Tierra, organizar la producción y la distribución de los bienes, no sólo para nosotros (hay que superar el antropocentrismo) sino para toda la comunidad de vida. Este fue el objetivo al elaborar la Carta de la Tierra, animada por M. Gorbachev que, como ex-jefe de Estado de la Unión Soviética, conocía los instrumentos letales disponibles para destruir hasta la última vida humana, como afirmó en varias reuniones.
Aprobada por la UNESCO en 2003, la Carta de la Tierra contiene efectivamente «principios y valores para un modo de vida sostenible, como criterio común para individuos, organizaciones, empresas y gobiernos». Urge estudiarla y dejarse inspirar por ella, sobre todo ahora, en la preparación de la Río+20.
Nadie puede prever lo que vendrá después de la crisis. Solo se presentan insinuaciones. Todavía estamos en la fase de diagnóstico de sus causas profundas. Lamentablemente son sobre todo los economistas quienes hacen los análisis de la crisis y menos los sociólogos, antropólogos, filósofos y estudiosos de las culturas. Lo que va quedando claro es lo siguiente: ha habido una triple separación: el capital financiero se desenganchó de la economía real; la economía en su conjunto, de la sociedad; y la sociedad en general, de la naturaleza. Y esta separación ha creado tal polvareda que ya no vemos los caminos a seguir.
Los indignados que llenan las plazas de algunos países europeos y del mundo árabe, están poniendo en jaque al sistema. Es un sistema malo para la mayoría de la humanidad. Hasta ahora eran víctimas silenciosas, pero ahora gritan fuerte. No sólo buscan empleo, reclaman principalmente derechos humanos fundamentales. Quieren ser sujetos, es decir, actores de otro tipo de sociedad en la que la economía esté al servicio de la política y la política al servicio del bien vivir, de las personas entre sí y con la naturaleza. Seguramente no basta querer. Se impone una articulación mundial, la creación de organismos que hagan viable otro modo de convivir, y una representación política ligada a los anhelos generales y no a los intereses del mercado. Hay que reconstruir la vida social.
Por mi parte veo indicios en muchas partes del surgimiento de una sociedad mundial ecocentrada y biocentrada. Su eje será el sistema-vida, el sistema-Tierra y la Humanidad. Todo debe centrarse en esto. De no ser así, difícilmente evitaremos un posible tsunami ecológico-social.
Leonardo Boff es autor de Opción-Tierra. La solución para la Tierra no cae del cielo. Sal Terrae 2008.
[Traducción de MJG]
Hola!
Evo Morales en la Argentina
El Presidente del Estado Plurinacional de Bolivia, Evo Morales, fue homenajeado esta tarde por trabajadores y movimientos sociales.
Se dio lectura de una carta conjunta de apoyo al reclamo soberano de Bolivia por su salida al mar.
“Esta lucha que viene de nuestros antepasados sigue en todos los trabajadores, de la rebelión de nuestros pueblos a la revolución. En Bolivia estamos en la etapa de descolonización”, definió el líder del profundo proceso de cambio que vive el pueblo boliviano. “Fácilmente podemos cambiar algunas normas. Así cambiamos en Bolivia de un Estado colonial a un Estado Plurinacional”, explicó Evo, “tenemos representación de los diferentes sectores sociales representados en la Asamblea Nacional, los recursos naturales son administrados por el Estado, no como antes que eran un negocio privado” pero, destacó Morales, “lo que cuesta es cambiar la mentalidad de cada uno de nosotros. Hay una herencia del Estado colonial, que es el individualismo, el personalismo, el egoísmo, eso no se puede cambiar fácilmente, hace falta mucha educación desde la niñez para que todos podamos vivir en comunidad, en igualdad, con soberanía, para eso es importante la unidad de nuestros pueblos, de nuestras bases”.
“Quiero advertirles a los compañeros trabajadores que yo aprendí de otros presidentes, como el compañero Néstor Kirchner. De esas grandes conversaciones con Lula, Chávez y Fidel. Aprendí porque pudimos compartir como presidentes y no competir, complementarnos para servir mejor a nuestros pueblos, buscando siempre la igualdad”, subrayó Evo.
El Presidente boliviano se refirió a la privación de salida al mar que padece Bolivia, agradeció el respaldo al reclamo boliviano y destacó que ese “no es un problema entre el Pueblo boliviano y el Pueblo chileno, ni entre las Fuerzas Armadas de Bolivia y Chile. Hay intereses externos, ajenos a Sudamérica, las oligarquías nacionales como apoyo de las trasnacionales. Igual que con las Malvinas, otra vez es el Imperio” y agregó “estoy convencido que la posibilidad de recuperarlas está en manos de Latinoamérica con el apoyo de la comunidad internacional”.
Evo también se refirió a la necesidad de incorporar los derechos de la Madre Tierra a la legislación internacional mediante “una nueva tesis política”: “En Bolivia acordamos con compañeros de la COB que los servicios básicos no pueden ser privados. Son nuestros recursos naturales no renovables, no pueden ser saqueados por las trasnacionales. Tienen que ser del Pueblo mediante la administración del Estado”. “Como dijo Fidel Castro hace 15 años, ‘no a la deuda externa, sí a la deuda ecológica’, recién entiendo aquellas palabras de Fidel”, recordó Morales, “hace 60 años las Naciones Unidas universalizaron los Derechos Humanos, en 2006 se aprobaron los derechos de los pueblos indígenas. Ahora, la mejor manera de salvar a la humanidad es defendiendo los derechos de la Madre Tierra”.
“El capitalismo está destrozando la Madre Tierra”, continuó Evo, “cuando intentamos debatirlo a nivel de presidentes en Naciones Unidas, nos aíslan, por eso tengo más confianza en los trabajadores de Latinoamérica para plantearle esta tesis política a los gobiernos de todo el mundo”. “Los movimientos sociales somos capaces de generar nuevas propuestas”, destacó Evo Morales, quien también destacó la importancia de generar el Banco del Sur dotado por porcentajes de las reservas “para los pueblos del mundo, para que los organismos financieros no nos definan las políticas para acceder a los créditos”.
Evo también se refirió a la crisis que atraviesa Europa y destacó que “el movimiento de los Indignados sorprende. ¿Cuál es su rumbo? Porque hacer movilizaciones es fácil, pero hay que poder hacer una propuesta política, programática, ideológica y financiera por la igualdad de todos los trabajadores del mundo”.
“Para mí, cuando hay una manifestación me toca aprender de ellos para entender las demandas que tienen”, señaló Evo sobre el final de su intervención, “muchísimas gracias por esta convocatoria, ¡que vivan los trabajadores de la Argentina!”
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¡VAMOS TODAVÍA! oscar
Es interesante consignar que se ha estado ocultando una serie de fenomenos, uno de ellos es la mortandad de especies marinas y la denuncia de cientificos de la ONU, de que estan dadas las condiciones en los oceanos para una extinción masiva, parecida a la que sucedio en los oceanos hace 55 millones de años…, la otra es que pajaros que suelen emigrar pierden el rumbo, en lo peor del invierno, en Parque del Plata una zona de playa, han llegado golondrinas que vuelan desordenadamente…esto nos va dando una idea de lo que esta pasando…Lo esperanzador, son que existen muchas comunidades como esta…
http://www.cipamericas.org/es/archives/4926
SON SEMILLAS DE LO QUE POSIBLEMENTE SERÁ LA CIVILIZACIÓN QUE ESTA ADVINIENDO…Gabriel
Me ha gustado el análisis de Leonardo y me quedo con el esperanzado último parrafo:”Veo indicios del surgimiento de una sociadad mundial ecocentrada y biocentrada”. Llegaremos a ese punto cuando se imponga la Bioeconomía a nivel planetario. ¿Y que es eso de la Bioeconomía?. Algo así como la ciencia que investiga el impacto de la empresa humana sobre el medio ambiente y fija las reglas de juego necesarias para alcanzar un crecimiento socio-económico sostenible. Es decir, un desarrollo que haga sufrir lo menos posible a la gente, defienda el medio ambiente y mantenga la capacidad de regeneración de la biodiversidad. Debemos encaminarnos hacia una actividad socioeconómica humanista que, sin menospreciar el capital monetario, dé la debida importancia al capital social y al capital biológico. El capitalista avaro, sin sentimientos y depredador debe de dar paso al progresista satisfecho con lo que posee, sensible a las necesidades de los demás y a las realidades sociales, económicas, biológicas y ambientales.
El mayor problema actual de la Bioeconomía es que exige atreverse a ir contracorriente. Para esta novedosa ciencia, la empresa humana es una economía de cooperación, confianza, justicia, fraternidad y compasión, capaz de conseguir crecimiento económico y creación de riqueza sin destruir la base biológica de la que depende. Al mismo tiempo, es una economía que no acapara para si los beneficios, dejando las pérdidas para los demás. La idea de progreso en la era postmoderna introduce el concepto de “crecimiento bioeconómico” y esta directamente relacionada con el esfuerzo por conservar y preservar los recursos biológicos, cuidando el medio ambiente. El objetivo es priorizar un digno nivel de vida, el empleo, la educación y la salud de la gente.
Estamos hablando de nuevos valores, de reconceptualizar lo que es riqueza y lo que es pobreza, de reestructurar la produción en función de los nuevos valores y conceptos, de redistribuir mejor los bienes materiales, de relocalizar la producción, de reducir el consumo superfluo, de reutilizar y reciclar la infinidad de cacharros que utilizamos en nuestra vida cotidiana, etc.
Para que todo esto se haga realidad serán necesarias políticas económicas y de empleo gubernamentales volcadas hacia un “crecimiento bioeconómico”. A mis 72 años aún espero llegar a verlo.
Hola!
La última vez que Leonardo anduvo por Buenos Aires
-hará unos 4 añitos-,
luego de asistir a una charla que dio en un Club del Barrio de La Boca,
los dejé que se fueran con Clelia Luro a comerse una Pizzas
y a comunicarse en el lenguaje de ellos, que llaman “profético”.
En esas zonas del Buenos Aires de antes
-como en las de mi Avellaneda-,
y por tiempos de asoladora crisis,
hincaba fuerte otro “profeta”.
Me repetiré, como lo hace Boff, sin cansancios:
Cambalache
Tango 1934
Música: Enrique Santos Discepolo
Letra: Enrique Santos Discepolo
Que el mundo fue y será una porquería
ya lo sé…
(¡En el quinientos seis
y en el dos mil también!).
Que siempre ha habido chorros,
maquiavelos y estafaos,
contentos y amargaos,
valores y dublé…
Pero que el siglo veinte
es un despliegue
de maldá insolente,
ya no hay quien lo niegue.
Vivimos revolcaos
en un merengue
y en un mismo lodo
todos manoseaos…
¡Hoy resulta que es lo mismo
ser derecho que traidor!…
¡Ignorante, sabio o chorro,
generoso o estafador!
¡Todo es igual!
¡Nada es mejor!
¡Lo mismo un burro
que un gran profesor!
No hay aplazaos
ni escalafón,
los inmorales
nos han igualao.
Si uno vive en la impostura
y otro roba en su ambición,
¡da lo mismo que sea cura,
colchonero, rey de bastos,
caradura o polizón!…
¡Qué falta de respeto, qué atropello
a la razón!
¡Cualquiera es un señor!
¡Cualquiera es un ladrón!
Mezclao con Stavisky va Don Bosco
y “La Mignón”,
Don Chicho y Napoleón,
Carnera y San Martín…
Igual que en la vidriera irrespetuosa
de los cambalaches
se ha mezclao la vida,
y herida por un sable sin remaches
ves llorar la Biblia
contra un calefón…
¡Siglo veinte, cambalache
problemático y febril!…
El que no llora no mama
y el que no afana es un gil!
¡Dale nomás!
¡Dale que va!
¡Que allá en el horno
nos vamo a encontrar!
¡No pienses más,
sentate a un lao,
que a nadie importa
si naciste honrao!
Es lo mismo el que labura
noche y día como un buey,
que el que vive de los otros,
que el que mata, que el que cura
o está fuera de la ley…