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Marx, ni padre ni padrino de la Teología de la Liberación

Un difundido perióidco semanal del mundo de la educación, Escuela, acaba de publicar una entrevista a uno de nuestros colaboradores habituales, Juan José Tamayo, donde hace un repaso a todos los temas de la teología actual, sin excluir refrencias a la Teología de la Liberación.

“Nunca he vendido mi libertad por un plato de lentejas, por muy hambriento que estuviera”

Roberto T. Pintos. En Escuela, 2-6-2011

Perfil

Juan José Tamayo es un teólogo de frontera y hace gala de ello. En ella lleva viviendo durante su vida su vida adulta, e incluso desde la juventud, primero cuando vivía en su pueblo natal, Amusco, en tierra de Campos, y en la ciudad castellana, luego en su éxodo a Madrid, la ciudad secular donde llegó a finales de los años sesenta y principios de los setenta del siglo pasado, y más tarde en su itinerario caminar por todos los continentes. Anida por convicción en la frontera religiosa, en el límite entre la fe y la increencia, en el filo de la navaja entre la ortodoxia y la heterodoxia, en la intersección entre la filosofía y la teología. Y no parece resultarle un lugar tan inhóspito. Todo lo contrario: la ubicación fronteriza le ha permitido viajar por todo el planeta, conocer diferentes culturas, entrar en contacto con las más variadas cosmovisiones, convivir con gente de todos los credos y con comunidades de todos los colores, dialogar con importantes personalidades del mundo de la política, de la ciencia, del arte, de la religión y debatir con intelectuales de todos los campos del saber. Gracias a esos encuentros es hoy una persona intercultural, interreligiosa, interdisciplinar y, si se me permite, interidentitaria. En y desde la frontera donde ha escrito cerca de sesenta libros, el primero Por una Iglesia del pueblo, secuestrado en 1976 por la censura todavía franquista en 1976, isntaurada la Monarquía, y juzgado por el Tribunal de Orden Público, y casi treinta años después, Dios y Jesús. El horizonte religioso de Jesús de Nazaret, condenado por la Comisión para la Doctrina de la Fe de la Conferencia Episcopal Española a instancias de la todopoderosa Congregación (romana) para la Doctrina de la Fe cuando la presidía el cardenal Joseph Ratzinger, hoy papa reinante bajo el nombre de Benedicto XVI.

Para empezar, profesor Tamayo, ¿qué es un teólogo?

La misma pregunta le hicieron allá por los años sesenta del siglo pasado al arzobispo anglicano William Temple, un hombre que trabajó por el diálogo entre las diferentes iglesias cristianas. Su respuesta fue la siguiente: “Un teólogo es una persona muy sensata y sesuda que pasa toda una vida encerrado entre libros intentando dar respuestas exactísimas y precisas a preguntas que nadie se plantea”. Le salió el humor británico, pero la definición tenía una parte de verdad. Los teólogos han pasado tiempo y tiempo enredados en discutir el sexo de los ángeles y en desenredar los misterios insondables como si fueran fórmulas matemáticas.

¿Y se identifica con ese tipo de teólogo?

Para nada. Yo me muevo entre la teología política europea, la teología de la liberación y la teología de las religiones. La definición de teología con la que mejor sintonizo y que intento poner en práctica es la que diera el peruano Gustavo Gutiérrez, considerado uno de los creadores de la teología de la liberación: reflexión crítica sobre la praxis histórica a la luz de la fe.

¿Es verdad que uno puede sentirse a gusto viviendo en la frontera?

Sí, sí, porque el ser humano es un ser fronterizo entre la vida y la muerte, la palabra y el silencio, las dudas y las certezas, el deseo y la realidad, la alegría y la desdicha, la soledad y la compañía, la esperanza y la frustración, las promesas y su incumplimiento, el amor y el odio, la felicidad y la desdicha, la debilidad y la entereza, la entrega a una causa y la desidia, la guerra y la paz, la salud y la enfermedad, el amor y el desamor, el sufrimiento y el bien-estar, el equilibrio y la inestabilidad, la actividad y inacción..

¿También en la frontera política?

Por supuesto. Nunca prestado mi adhesión incondicional a ningún programa ideológico de partido político, lo que no significa que sea apolítico. Todo lo contrario. Asumo un compromiso cívico y político de izquierdas desde la libertad y el sentido crítico. No tengo conciencia de haber caído en la tentación, como cayó el personaje bíblico Esaú, de vender su libertad de conciencia y de opinión, de expresión y de cátedra por un plato de lentejas, por muy apetitosas que éstas fueran o por mucha hambre que tuviera. ¡Y yo de niño he pasado hambre!

Hablemos de dos de sus últimos libros, que seguro interesarán a los lectores de Escuela: el primero, La teología de la liberación en el nuevo escenario político y religioso (Tirant lo Blanc, Valencia, 2010, 2ª ed.). ¿Sigue viva la teología de la liberación? ¿No se la ha llevado por delante el vendaval de la globalización?

Buena pregunta. En una ocasión le preguntaron a Woody Allen por la muerte de Dios y respondió: “Ha muerto Dios, ha muerto Marx, ha muerto Nietzsche, ha muerto la teología de la liberación y yo no gozo de buena salud”. Era verdad, en esos días Woody Allen estaba pasando por una gripe. ¿Se ve afectada la teología de la liberación por una enfermedad pasajera o crónica? ¿Tiene tan mala salud? ¿Está ya enterrada? Yo creo que se confunde el deseo con la realidad. Muchos la dan por muerta e incluso han querido enterrarla vida: el Vaticano, el Imperio, el neoliberalismo, porque amenaza el orden establecido fundado sobre la injusticia estructura es una teología contrahegemónica, antiimperial, es la conciencia crítica del capitalismo. Cuantos más son los intentos de matarla, más Hoy la teología de la liberación se posiciona de lado de los movimientos sociales, alterglobalizadores.

Pero, ¿puede ser liberadora la religión cuando ha sido fuente de violencia y ha estado aliada con el poder?

Llevas razón. No se puede negar el carácter violento de las religiones y sus alianzas con los poderosos, como tampoco podemos desconocer que han construido mundos fantasmagóricos al margen de la realidad para alejar a los creyentes de sus responsabilidades históricas con promesas crédulas de premios en la otra vida. Decía Marx que la religión es la realización fantástica de la esencia humana, porque la esencia humana carece de realidad verdadera. Pero las religiones han sido también caudales de sabiduría, espacios de reconciliación en medio de los conflictos y fuerza de liberación. De nuevo recurro a Marx para quien la miseria religiosa es, por una parte, la expresión de la miseria real y, por otra, la protesta contra esa miseria., y la religión es el suspiro de la criatura oprimida, el corazón de un mundo sin corazón y el espíritu de un mundo sin espíritu.

¿O sea que Marx es el verdadero inspirador de la teología de la liberación?

No, yo no he dicho eso. Como acostumbran a decir mis colegas latinoamericanos, Marx no es el padre ni siquiera el padrino de esta teología. La fuente de inspiración es el Evangelio, es Jesús de Nazaret el Cristo liberador. El marxismo no es la teoría que está en la base o que fundamenta la teología de la liberación. La fuente de inspiración es el Evangelio, es Jesús de Nazaret el Cristo Liberador. Pero ni Jesús ni el Evangelio proporcionan instrumentos de análisis de la realidad. Por eso tenemos que recurrir también a las ciencias sociales, que nos ofrecen los instrumentos de análisis para mejor conocer la situación social, política, económica, etc. Y en este terreno, lo mismo que en el ético, el marxismo resulta de gran ayuda, como instrumento de análisis, como teórica y praxis de la transformación social y como actitud ética de denuncia contra las injusticia estructurales, pero asumido no al modo discipular, sino críticamente, como hiciera en su tiempo Tomás de Aquino con Aristóteles.

Para terminar, vayamos al segundo libro, En la frontera. Cristianismo y laicidad. ¿Son realmente compatibles ambos conceptos y fenómenos? ¿Lo han sido alguna vez? ¿Llegarán a serlo?

El libro responde a las tres preguntas dialécticamente, al modo hegeliano. Primero, la tesis: cristianismo y laicidad son fenómenos plenamente compatibles. Más aún, el cristianismo nace y desarrolla en los primeros siglos como religión laica. Su fundador, Jesús de Nazaret, es un creyente judío laico que vive su fe en el horizonte de la libetad y en conflicto con el poder ocupante, el Imperio Romano. La libertad religiosa es el principio pore el que se rige el cristianismo primitivo hasta que Teodosio el Grande declara en el Edicto de Tesalónica el 380 al cristianismo religión focial del Imperio.

¿Y la antítesis?

Mientras se construye el Estado laico en Europa a lo largo de la Modernidad, el cristianismo oficial se convierte en su principal oponente, alegando que es contrario a la ley de Dios, a la ley natural y a los derechos de la Iglesia. Y todavía estamos en esas, al menos a nivel de Iglesia católica institucional, que rema a contracorriente de la historia y que no representa el sentir de los cristianos y las cristianas ubicados espontáneamente en el horizonte de la laicidad del Estado y de sus instituciones.

¿Es posible la síntesis?

Por supuesto, es posible y necesaria. La diversidad de ideologías y de creencias religiosas no puede ser motivo de enfrentamiento entre los ciudadanos de un mismo país. El Estado no va contra las religiones. Lo que hace es mantenerse neutral y no privilegiar a unas sobre otras, por muy mayoritarias y arraigadas que estén, y facilitar el libre ejercicio de todas ellas tanto a nivel público como privado, sin tomar partido por una u otra creencia, como se hace en los regímenes confesionales.

Pero, ¿el laicismo es la panacea, es solución a los problemas que se plantean en las sociedades democráticas y pluralistas?

No. El laicismo es el marco jurídico y político del Estado moderno –que no es poco-, donde caben todas las ideologías, todas las creencias religiosas y las no-creencias, siempre que se vivan y se expresen pacíficamente y conforme al Estado de derecho. Pero ese marco jurídico y político debe regirse por una axiología moral, que le dé legitimidad, por los valores de la justicia, la libertad y la solidaridad. Debe construirse sobre la base de una democracia política, pero también económica y ecológica, y sobre el principio de igualdad sin discriminaciones por razones de género, etnia, cultural, religión, clase o procedencia geográfica.

23 comentarios

  • Santiago

    Muchas gracias Honorio por tu atinado y oportuno comentario…siempre te leo con admiracion pues siempre hay algo interesante en lo que escribes…POR SUPUESTO que no podemos ni debemos prohibir a nadie -y menos a los pobres- hacer politica..ni defenderse de las graves injusticias sociales actualmente presentes en nuestro mundo..no podemos tampoco nosotros -los que nos llamamos cristianos- permanecer indiferentes a todos estos abusos que pululan alrededor nuestro…Entonces, amigo, Honorio, no es necesario que te borres del evangelio, ni de la iglesia catolica. En primer lugar, porque yo no represento nada oficial en relacion con la doctrina, porque soy un simple laico comprometido, y en segundo lugar, porque soy yo el primero en abogar por esta justicia social basada en el evangelio mismo..inherente a la dignidad humana que Cristo vino a restaurar en toda su plenitud.En eso estoy plenamente de acuerdo
    Cuando en mi comentario anterior dije que la verdadera “liberacion no debe ser politica” quise decir, mas bien, que no debe ser EXCLUSIVAMENTE politica….ya que Cristo iba mucho mas alla de predicar un simple arreglo del problema social para un mejor gobierno..No somos SOLAMENTE seres politicos, aunque siempre queramos y tendamos a arreglarlo todo para un orden social estable, tambien somos seres morales, eticos, sociales,…… racionales….. cualidades que nos distinguen de la otra parte de los seres creados que no poseen estos atributos especificos…El mensaje evangelico es aun mas liberador, pues nos arranca del mal y nos lleva a una libertad trascendente que no es efimera sino que perdurara por siempre…Asi pues toda teologia que se aparte de este mensaje y de los simbolos de este mensaje que Cristo dejo como testamento a su iglesia, legado sagrado que ella ha ido aclarando a traves de los siglos, se aleja cada vez  mas de la verdad evangelica…y es la verdad la que nos va a liberar…y esa verdad es la que tenemos que encontrar, porque la estamos buscando diariamente..Y es precisamente en los origenes, en el siglo I, donde esta la fuente de este mensaje salvifico…contenido en la verdadera tradicion que nos legaron los intimos amigos de Cristo, tal y como ellos lo vieron y lo interpretaron y lo transmiteron hasta el siglo XXI…un abrazo de Santiago Hernandez 

  • h.cadarso

      “La liberación no ha de ser política, sino ética, religiosa y humana…” dices, Santiago.
      ¿Y por qué demonios no ha de ser también política? Ese es un quiebro que carece de toda lógica, una descarada petición de principio que no tiene, a mi entender, ningún fundamento. Porque, Santiago, el hombre es un aninal, además de ético, religioso y humano, político, es decir, llamado a vivir en sociedad, a dotarse de una estructura organizativa.
      Otra cosa es que me intentes definir tu idea de la política, que me digas que no cabe la violencia y me expliques qué tipo de violencia o si se excluye cualquier tipo de violencia…Política hace el FMI, hace el Consejo de Seguridad de la ONU, hacen las multinacionales del petróleo y el Papa  de Roma y el obispo de Constantinopla y el Patriarca de Moscú. ¿Les v amos a prohibir solo a los pobres hacer política? ¿Les vamos a condenar a ser objetos pasivos yles vamos a prohibir ser sujetos activos de la política? Pues si las cosas son así, amigo Santiago, bórrame del evangelio y de la iglesia católica…

  • Josefina G.C.

    Saludos Jorge Eduardo, permiteme que reitere parte de tu comentario:
    “La necesidad de engendrar un mundo nuevo no es un invento de intelectuales de manos limpias y zapatos lustrados, sino que brota de las entrañas de millones y milones de niños que no duermen por hambre…  Como le decía hace años Paulo Freire a un amigo que le preguntaba en qué facultad podría aprender la mejor teología:”deja Europa, los brillantes profesores, las vastas bilbiotecas cargadas de venerables libros, la comodidad asegurada de las grandes Facultadeds teológicas y  vete al tercer mundo…desde ese lugar social aprenderás en los interminables dolores de las gentes la mejor teología pposible”. Ese admirablñe educador…”, al que  recuerdo a diario desde que le conocí en su “Pedagogia del oprimido”…
    buen dia   

  • pepe sala

    Muy de acuerdo con el comentario de Jorge Eduardo ( y por consiguiente casi nada con el de Tamayo y otros), les comparto un artículo muy ilustrativo escrito en el año 1946 en la revista PROMETEO. ( creo que italiana)
     
    El sentimiento  “anticristiano y antireligioso” también es compartido por mí… salvo el que considero AUTENTICO CRISTIANISMO, con el cual me honro en poder caminar por parecidas sendas: JUSTICIA, IGUALDAD. Es razobable que quienes tienen un concepto del cristanismo alejadísimo de las raices por las que crearon sentimientos REVOLUCIONARIOS contra la opresión de los fuertes contra los débiles mantengan tanto temor respecto al marxismo. Yo creo que temen tanto al marxismo como al CRISTIANISMO; pero ése es su problema, no el mio.
     
    Vaya el artículo: ( hay muchos más argumentos para relacionar marxismo y cristianismo sin que ninguna de las partes tenga temor a caminar por las sendas comunes. Bien es verdad que los marxistas no buscamos la principal meta de los cristianos ( el famoso ” reino de Dios” y la salvacion del alma); pero hay bastante tela que cortar en este jodido mundo como para no despreciar lo que nos une en la lucha común contra los opresores de ayer, de hoy y de mañana… ” si dios no lo remedia.)
    ——-
     
    «Antiformista y revolucionario por excelencia fue el movimiento que llevó el nombre de Cristo.
    La afirmación de que en todos los hombres hay un alma de origen divino y destinada a la inmortalidad, cualquiera que sea su posición social o de casta, era el equivalente del surgir revolucionario contra las formas opresivas y esclavistas del antiguo Oriente. Mientras la ley admite que la persona humana puede ser considerada como una mercancía, objeto de compra-venta al igual que un animal y por lo tanto todas las prerrogativas jurídicas de hombres libres y ciudadanos son monopolio de una sola clase, la afirmación de la igualdad de los creyentes era una consigna de batalla que chocaba implacablemente contra la resistencia de los ordenamientos teocráticos de los judíos aristócratas y militares de otros estados de la antigüedad.
    Tras largas fases históricas y tras la abolición del esclavismo, el cristianismo deviene religión oficial y fundamento del estado. Más tarde vive su ciclo reformista en la Europa de la edad moderna como expresión de una lucha contra la excesiva adhesión de la Iglesia a los estratos sociales más privilegiados y opresivos.
    Hoy no puede haber ideología mas conformista que la cristiana que ya en la época de la revolución burguesa a fue más potente arma organizativa y doctrinal para la resistencia de los viejos regímenes.
    Hoy, la potente articulación eclesiástica y la sugestión religiosa, reconciliadas y concordadas oficialmente por doquier con el sistema capitalista, están empeñadas en la defensa fundamental contra la amenaza de la revolución proletaria.
    En las relaciones sociales de hoy, siendo actualmente una vieja conquista la que hace de cada individuo una empresa económica con la posibilidad teórica de tener un activo y un pasivo, la superstición que traza en torno a cada individuo el marco cerrado del balance moral de todas sus acciones y lo proyecta en la ilusión de una vida de ultratumba, no es más que la proyección en el cerebro de los hombres del carácter burgués mismo de la presente sociedad, fundada sobre la economía privada.
    No es posible conducir una lucha para romper los límites de una economía con empresas privadas y con balances individuales, sin tomar de manera abierta una posición antireligiosa y anticristiana».
    ———————–
     
    El marxismo está acabado??… no se lo creen ni quienes sueñan con tal posibilidad.
     
    Buenos días.
     
     

  • Enrique Orellana

    Estimados amigos:

    En esta reciente entrevista publicada en Atrio, que hemos difundido también desde Chile, el teólogo español Juan José Tamayo hace precisiones importantes sobre la teología de la liberación que, por otra parte, los iniciadores de esta reflexión teológica en América Latina ya habían hecho en sus obras. Sobre todo Gustavo Gutiérrez, Jon Sobrino, Leonardo Boff y Camilo Maccise, éste último como asesor teológico de la CLAR (Confederación Latinoamericana de Religiosos). La precisión de Juan José Tamayo viene a reforzar la postura de dichos teólogos pues hay personas e instituciones que todavía mantienen una idea equivocada sobre la teología de liberación, que es en realidad palabra segunda, pues la palabra primera es la experiencia de la fe vivida en el compromiso del pobre, del excluido. 

    Fraternalmente, Enrique

  • jorge eduardo

    He leído el texto (la entrevista con el teólogo) y los comentarios. Desde éste mi lugar en el borde de la periferia del mundo me sorprende cuán rápidamente uds. se asustan de “marx”, el “marxismo”, aparece Fidel y Cuba… Y se tiene tanto pero tanto miedo de que el “marxismo” lleve a la teología por caminos de la revolución. Pero ¿qué pasa si esto ocurre? Acaso nuestra fe en Jesús de Nazaret, muerto y resucitado, no nos enseña que “otro mundo” no sólo es “posible”, sino que es necesario. La necesidad de engendrar un mundo nuevo no es un invento de intelectuales de manos limpias y zapatos lustrados, sino que brota de las entrañas de millones y milones de niños que no duermen por hambre…  Como le decía hace años Paulo Freire a un amigo que le preguntaba en qué facultad podría aprender la mejor teología:”deja Europa, los brillantes profesores, las vastas bilbiotecas cargadas de venerables libros, la comodidad asegurada de las grandes Facultadeds teológicas y  vete al tercer mundo…desde ese lugar social aprenderás en los interminables dolores de las gentes la mejor teología pposible”. Ese admirablñe educador que fermentó la edudación de toda  América Latina tenía (y tiene) razón. La filoosofía (y sus sistemas: marxista, liberal…y sus profetas, Adam Smith, Marx, Hobbes, Rousseau o los que sean) sólo provee instrumentos para pensar. No importsa tanto el instrumento que usemos sino que lo que importa es que nos ayude a dar sentido al hondo sufrir de los hombres con la  posibilidad de generar essperanzas y futuros de libertad, amor y ternura.
    Dejemos a Fidel en paz. 

  • Santiago

    Yo estoy por la justicia social inspirada en el Evangelio…Sin embargo creo que hay una confusion de base cuando se habla de teologia de liberacion…Al querer analizar la realidad del evangelio adoptando el metodo marxista se ha llegado a “otra” reconstruccion, fuera de la tradicion apostolica…La logica del pensamiento marxista -“el analisis”- no es separable de la praxis y de la concepcion de la historia a la cual esta unida la praxis..La estructura fundamental de esa historia esta intimamente marcada y unida a la lucha de clases. Y esto implica -en la practica- la violencia…ya que el “fin justifica los medios”..No importa que las” llamadas religiones” hayan recurrido a la violencia…El cristianismo, en esencia, no puede ser violento…pues Cristo predico la no-violencia..y se dejo matar sin recurrir a esa lucha que implicaria odio…La respuesta de Cristo fue lo contrario: amar a todos, incluso a los enemigos…y hacerles bien
    La interpretacion del evangelio -desde este punto de vista- como Marx hizo de la historia, es puramente politica. Se trata de una interpretacion al margen de la tradicion apostolica y que abarca asi el conjunto del misterio de Cristo..La liberacion no debe ser politica sino etica y religiosa y humana…es una liberacion del mal entendido como mal personal que distorsiona y pervierte el alma del ser humano hacia un derrotero opuesto a la voluntad salvifica del Creador…Se invierten pues todos los simbolos, en esta teologia,  y asi la Eucaristia no se entiende como “presencia de Cristo sacramentalmente” en el unico sacrificio “reconciliador” sino una celebracion mas “del pueblo que lucha”.  Si este pueblo que lucha sigue las huellas del Maestro…no recurrrira ni a la violencia, ni al odio, sino que vencera como Cristo vencio al mal con Amor…y derroto la muerte en el sacrificio voluntario de su vida en la Cruz…Es en la imitacion de este Cristo evangelico e historico como vamos a realizarnos como discipulos de EL..Cristo no fue un guerrillero, ni un revolucionario para trasformaciones meramente sociales…fue mucho mas alla de una revolucion temporal y terrena…el fuego que el vino a traer fue la llama “incandescente” del AMOR del Padre, fuego que consume y nos trastorna..pero no nos hace violentos…sino que nos proporciona la verdadera fuerza para luchar por la injusticia pero a la manera como vino a hacer el Hijo, con la mansedumbre y el equilibrio del Maestro…un saludo de Santiago Hernandez

  • P. Chasco

    Para dejar el tema ya…
    Y para el amigo Cadarso: No es que pase olímpicamente de sus preguntas. Es que simplemente no tengo respuesta. A mi no me gusta demasiado hablar de lo que no he experimentado: hechos, hechos… más que bellas teorías o suposiciones. Aunque digo esto, hay veces que por despiste lo hago. Pero siempre teniendo presente que es más fácil escribir bellas teologías sobre los pobres que vivir como los pobres: Al año de dejar mi forma de vida en Cuba, y aunque nadie me considera gordo, ya ando por 80 kg, bien lejos de aquellos 54 con los que durante años me sentí feliz, sintiéndome más cubano que muchos dirigentes a los que no les afectaba la neuritis periférica que yo sí arrastraba.

  • Inmaculada Sans Tache

    Ana, la cita de Wittgestein no va dirigida contra nadie ni tiene carácter peyorativo. Se refiere a que, para él, la metafísica en su grado extremo y en particular la teología, son algo de lo que no se puede afirmar nada que se sustente sobre la posibilidad de confirmar objetiva y empíricamente, por lo tanto, es mejor dejar ese asunto en la esfera de lo subjetivo y no darle más vueltas. Tampoco yo tenía la más minima intención de molestar lo más mínimo-valga la redundancia- a nadie. Saludos

  • h.cadarso

      Amigo Chasco, gracias por rebajar los decibelios del debate. Y dos observaciones; yo no le hablé a usted de España, en España algunas cosas están mejor que en Cuba, aunque ya hemos tomado nota esta vez de que nuestros procesos electorales tienen mucho ded farsa y cuento chino, como dicen los del 15-M. Pero el caso es que yo le hablé de Europa y de Estados Unidos, no procede que usted me conteste con España; y Europa y Estados Unidos nos han sumido a todo el universo en una crisis mundial, en una terrible geografía del hambre, en una Palestina masacrada y unos países árabes invadidos para robarles el petróleo…etc. etc.sin contarle lo de que se toman la justicia por su mano y asesinan al que les apetece, por ejemplo al Bin Laden…Y todas esas cosas no ocurren en Cuba, aunque ya les gusstaría a los gringos y a los Sarkozy y compañía que ocurriesen…
      En segundo lugar, la segunda parte de mi respuesta contiene una pregunta muy concreta que, esa sí que viene a cuento con el tema que estamos tratando aquí. Pero usted pasa olímipcamente de la pregunta.
    Con todos mis respetos y atenciones.

  • P. Chasco

    Al amigo Cadarso que con su tono irónico y familiar consigue quitarle sangre a las experiencias vividas:
    “En Europa ocurren cosas peores…” me decía también hace un tiempo y a su manera el derechista octogenario, familia de los de la farmacia de la que soy cliente. Bueno, en realidad me decía que “en España estamos peor que con Fidel Castro”. Y yo simplemente le dije: “¿Peor que con Fidel Castro? Pues yo veo que el Rajoy habla mal del Gobierno ¡y no le caen 20 ó 28 años de cárcel!”. A él le dije eso; pero a tí te diría que en tiempo de Franco sí sucedían cosas peores (según la ley por ejemplo, nos podían caer también 20 años de cárcel por las reuniones de nuestro sindicato clandestino). Cuando me expulsaron de la enseñanza en un Instituto de bachillerato, acusado de marxista, el año de la transición española, fui admitido en otro colegio particular.  En la Cuba de las bellas palabras de los dueños de la finca, los 14 profesores expulsados de la Universidad  a finales de los 80-sólo pude tratar a uno de ellos- sabían que ya no enseñarían jamás en ningún sitio de Cuba… En esto sí estaban peor con Fidel que con Franco. En cambio con Franco, al no tener CDR o sea Comités de Defensa de su Revolución (Nacional Sindicalista la llamaba) , había más gente torturada que en Cuba, en las zonas donde nos movíamos a la contra. Pero la experiencia del franquismo me sirvió mucho para sobrevivir en el castrismo sin que consideraran mi actuación crítica o mi forma de apoyar a quienes discrepaban, motivo suficiente para aplastarme o expulsarme…
    Y es verdad que me pongo demasiado histérico cuando me encuentro con cualquiera que de palabra o por escrito adula a Franco o a Castro.

  • h.cadarso

    Amigo Chasco, amigo Manuel V. : Siento mucho haberles producido un trauma tan peligroso como romperles las arterias y que se les vaya la sangre. No suelen ocurrir esas desgracias en Atrio, las discusiones o diálogos discurren por cauces menos dramáticos y más amables.
    Creo que no es correcto hablar de ningún tema, tampoco de Cuba, con esos acentos milenaristas y tremebundos. Entiendo que puedan ocurrir los detalles que cuenta Chasco dentro de Cuba: en Estados Unidos y en Europa ocurren cosas peores, y ne les he oído a ustedes criticarlas con tanta vehemencia como la que utilizan en despotricar contra el régimen cubano.
    Pero yo sigo diciendo que la teología de la liberación ha surgido, no en la Europa capitalista, no en el Asia maoísta-budista-sintoísta, ni en el universo musulmán, sino en el Continente donde, desde Allende hasta Arbenz, pasando por Evo Morales y Chavez, se intenta experimentar fórmulas de corte marxista con mayor o menor acierto. Y pregunto, esta vez solo me atrevo a preguntar, para no ser demasiado atrevido: ¿no tendrán algo que ver estas dos realidades, estas experiencias de signo marxista, y la pujanza de la teología de la liberación?
    Y por favor, no se me enfaden tan fuerte, señores Chasco y Maqnuel V.

  • ana rodrigo

    Ah, Inmaculada, si la cita de Wittgestein “…de lo que no se puede hablar, es mejor callarse” te referías a mi comentario, observarás que en mi comentario me muevo en el campo de lo empírico, de la historia y de la praxis. Últimamente tengo mucho cuidado cuando hablo de Dios si no es para decir que ni yo ni nadie lo ha visto y que, por tanto, nada sabemos de él. Otra cosa es hablar del Dios del que hablaba Jesús.

  • ana rodrigo

    Inmaculada, efectivamente mi cita es copia literal de DRAE. Lo que tú cuestionas sobre si es ciencia o no, estoy de acuerdo si nos atenemos a esta definición. No sería así en el caso de la definición de Gustavo Gutiérrez: “reflexión crítica sobre la praxis histórica a la luz de la fe”.

  • Inmaculada Sans Tache

    Cita Ana Rodrigo al diccionario (no sé si el de la RAE) para decir que la Teología es “una ciencia”. Me parece, pues, que el tal diccionario desvaría pues, para que una disciplina sea llamada científica tiene que cumplir, al menos, con dos condiciones: 1.- Que cuanto afirma esté construído sobre las bases de la experiencia,sea demostrable y lo que es más importante se pueda volver a verificar, con las mismas condiciones, cuantas veces se quiera obteniendo siempre el mismo resultado. 2.- Que sus afirmaciones y resultados se puedan someter siempre al método de falsabilidad.
           Hoy la Ciencia tiene mucho prestigio, quizá por eso muchas disciplinas tienden a adjetivarse de ” científicas” para así, cargarse de respeto. La Teología puede ser un saber muy digno pero nunca una ciencia. Con Wittgestein “…de lo que no se puede hablar, es mejor callarse”

  • M. Luisa

    Es muy claro de ver en Tamayo que,  los que se valen para desprestigiar la teología de la liberación  no distinguen o no quieren distinguir  entre Quién fue su fuente de inspiración y quién socialmente  aporta el utillaje analítico  capaz  de detectar  las injusticias estructurales que aquejan a la sociedad
     
    Ellacuría,  que fue uno de los exponentes de esta teología,  hizo  una distinción clarísima entre análisis y praxis valiéndose y coincidiendo  precisamente con  la crítica que sobre el comunismo hacía  B. Pasternak en su novela  El Doctor Zivago.
     
    “El comunismo, decía en su crítica, es valedero como destrucción  de un orden social injusto y como fuerza de elevación de los bajos estamentos sociales. Pero es terriblemente injusto y falso en sus medios y en sus métodos…tiene sobre todo, la trágica deficiencia de no permitir y de no poder llegar a ser nunca un ideal permanente y digno de vida humana”
     
    Ellacuría  elaboró sus tesis a partir del materialismo abierto y liberador de la filosofía zubiriana. Veía en este materialismo  realista abierto,  una sustitución al materialismo dialéctico el cual no caería como éste  en una reducción de lo real, es decir,   de la materia entendida como corpúsculos y podría completar mejor la actividad  libre del ser humano en la configuración de la historia.
     
    Buenos días a todos

  • Manuel V.

    Gracias P. Chasco por `colocar las cosas en su sitio.
    De un demo-cristiano (Castro) reconvertido al “mejor postor” se puede esperar cualquier cosa. La corrupción de los buenos (por seguir el dicho latino) es la peor.
    “Pero cuando leo cosas como el texto citado se me rompen arterias y se me va la sangre…”

  • P. Chasco

    Nunca hubiera esperado a estas alturas el ver escrito el dislate glorioso que nos proporciona Cadarso cuando dice: “Y justamente el marxismo en la versión de Fidel Castro convive en estrechísima vecindad con la Teología de la Liberación, ha hecho posible la teología de la liberación, ha protegido la vida y el ejercicio de la actividad docente de los teólogos de la Liberación, ha proporcionado ejemplos y muestras prácticas de liberación, ha preconizado y aplicado la convivencia entre revolución y religión en un estado socialista y laico”…
    Que a estas alturas haya alguien que no se ha enterado de lo que es “el capitalismo de Estado en el castrismo”, es algo bien doloroso para este pobre hermano que se ha pasado 22 años, mano a mano con los esclavos, inserto en la libreta de racionamiento todo ese tiempo, sin querer usar un cochino dólar cuando los cubanos eran encarcelados por hacerlo… mientras algunos de los reconocidos teólogos de la liberación, convertidos en aduladores del tirano y cómplices de esta distinta forma de opresión residían en hoteles (no es el caso de Juan José Tamayo que quiso vivir en nuestra casa los dos últimos días de su estancia en Cuba) y tenían a su disposición transportes del gobierno en tanto nosotros teníamos que hacer las colas, las esperas y los apretujones para llegar a los diarios destinos… Y sobre todo nos arriesgábamos demasiado cuando intentábamos aplicar la liberación y esa hermosa teología, también contra esta forma de capitalismo extremo de los Castro (Por ponerle un ejemplo: Mi amigo XX de Elgoibar, representante de empresarios españoles, se moría de pena al ver que al cubano que trabajaba para ellos en la oficina, le daba el Contratador, es decir, el Estado, es decir, el dueño de los esclavos, le daba mensualmente tan sólo el equivalente de 17 dólares de los 700 que le cobraban por su trabajo a los empresarios españoles… )
    Los que de verdad en Cuba se han atrevido a hacer teología de la liberación en su praxis, han tenido que penar por muchos años en la cárcel si eran cubanos, y éramos expulsados si osábamos leer los textos evangélicos… yo fuí más bien calculador y cobarde; y si digo ahora estas cosas es porque hace un año di por terminada mi presencia en Cuba y no pienso volver más.
    Pero cuando leo cosas como el texto citado se me rompen arterias y se me va la sangre…

  • ana rodrigo

     
    Una entrevista no es un tratado de nada, y por tanto, solamente se apuntan varios temas.
     
    El primero que me interesa resaltar en este momento es la definición de la teología. El diccionario la define como “Ciencia que trata de Dios y de sus atributos y perfecciones”, si resulta que a Dios nadie lo ha visto, la mayor parte de la teología sobre Dios ha sido pura proyección humana sobre lo que quiere que sea Dios. Me gusta más lo que Tamayo pone en boca de Gustavo Gutiérrez como “reflexión crítica sobre la praxis histórica a la luz de la fe”.
     
    De Dios sabemos lo que se ha dicho a lo largo de la historia, y  esta definición nos da un amplio margen de acción humana, nada está cerrado, nadie tiene toda la verdad, cada religión tendrá que revisar su teología a la luz de cada nuevo contexto histórico, puesto que no se trataría de analizar los atributos de Dios, sino lo que los y las creyentes en Dios han hecho o han dejado de hacer a lo largo de la historia.
     
    El cristianismo debería tenerlo más fácil, puesto que Jesús, lo que puso en marcha fue un movimiento de praxis, que persiguiera la justicia total. Jesús no dejó nada escrito sobre teología, él vivió y habló conforme vivía, y vivía conforme al concepto que él tenía de un Dios de los débiles y de los machacados por la opresión.
     
    Honorio, yo creo que la teología de la liberación hunde sus raíces en esta manera de vivir de Jesús, como sentido ético de vivir. Marx, en cambio, como dice el autor, hizo el análisis social y económico a través de disciplinas científicas, en otro contexto histórico. Yo creo que marxismo y cristianismo deberían ser complementarios en la acción puesto que el objetivo el mismo, la justicia social.

  • pepe sala

    Desde mi punto de vista y por haber pasado hambre también, me atrevo a decir que ésto que se escribe en éste párrafo carece de cualquier base TEOLOGICA. Si lo hubiera escrito un fontanero podría tener cierto sentido, puesto que a los fontaneros nos engañaron los teólogos católicos. Pero alguien que debería tener bases firmes sobre los pasajes bíblicos que nos han contado como la historia, no debería tener semejantes devaneos con los tópicos típicos que nos han contado:
     
    “”No tengo conciencia de haber caído en la tentación, como cayó el personaje bíblico Esaú, de vender su libertad de conciencia y de opinión, de expresión y de cátedra por un plato de lentejas, por muy apetitosas que éstas fueran o por mucha hambre que tuviera. ¡Y yo de niño he pasado hambre!””
     
    Y mi pregunta concreta es:
     
    ¿ De qué texto “bíblico-histórico” se ha sacado nuestro contertulio lo de Esaú comiendo lentejas y vendiendo lo que LE ROBARON CON ENGAÑO ?
     
    ¿ Por qué razón culpa a Esaú del engaño manifiesto y vergonzoso del que fue VICTIMA y deja tan campantes a los ENGAÑADORES?  ( Jacob y su madre)
     
    Por qué no es más crítico con el relato que utiliza sabiendo ( como teólogo) que el relato es tan inverosimil que nadie en su sano juicio lo tomaría como histórico?
     
    Es obvio que quien se tome las cosas con tanta ligereza no tenga empalagos para tratar de eliminar al marxismo de cualquier cosa que pueda resultar positiva hacia el marxismo.
     
    Pues éso.

  • oscar varela

    Hola!

    Muy buena “Entre-vista periodística”.

    Honorio: Los grandes Filósofos
    (sobre todo Aristóteles)
    lo que han intentado es una ETICA.

    Por eso le dedicó sus sudores a su hijo Nicómaco.

    ¡Vamos todavía! – Oscar.

  • Gabriel Sánchez

     Parece que cada día hay más gente en la frontera…Lo que podrìamos llamar un movimiento paulino…Además coincido palabra por palabra, punto, por punto y como por coma con lo que Juan Jose dice, sobre la teólogia de la liberación y el marx…Agregarle en este punto algo a lo dicho, es oscurecer…
    En la frontera primero esta la vida, la realidad, la historia compartida desde donde nos guste o no…con lo que hacemos o no hacemos, construimos vinculaciones màs humanas, justas y fraternas (que yo me atrevo a llamar dinàmicas eucaristicas), o màs inhumanas, injustas y fraticidas… La sistematizaciòn de esa lucha, con todos y con todo…es un segundo momento, que nos descubre…nos alumbra la realidad y nos vuelve a enviar a ella…(¿donde escuche eso antes?)…La teologia de la Liberación, opina este torpe servidor…vida-sistematizacion-alumbrar- reenvio…volver (algo asì como VER-JUZGAR Y ACTUAR- LO QUE SE CONSTITUYE EN UNA ESPECIE DE CIRCULO QUE SE RETROALIMENTA), todo eso en mi modesto entender es teólogia de la liberaciòn…Así, se urge desde la fe estar en el compromiso con todos en la trasnformaciòn de la realidad, en el dialogo con lo diferente, en el compromiso con el desposeido…y así descubrimos que la Iglesia necesita para cumplir con su misión estar a la intemperie…lograr visualizar a la manera de Francisco, el templo en medio de la creaciòn…(Por ejemplo allí estan los esfuerzo de Juan Masia y su sintesis de muchos aspectos del budismo y de las filosofias y mentalidades orientales), o el del Obispo Santos en Nicaragua, o el de Mons Marañon en Sucumbios y ellos emergen como signos de una comunidad…que se esfuerza en esa linea…como decìa mi párroco, lo comunitario hace crecer, da alegria, SANA…vamos Juan Jose todavìa…Gabriel

  • h.cadarso

      Tamayo afirma que hay que tratar al marxismo como trató Santo Tomás de aquino a Aristóteles…
      Me gustaría que esta relación marxismo-cristianismo la hubiese desarrollado con más profundidad, no como gato por ascuas.
      Porque Marx no es Aristóteles, puro filósofo teórico, Marx funde en una sola actividad pensamiento y acción, filosofía y revolución. En el caso de Marxi, hay que delimitar también el alcance de los encuentros de cristianos y marxistas, porque en este caso “arrieros somos, y en el camino nos encontramos”, nos encontraremos”.Y justamente el marxismo en la versión de Fidel Castro convive en estrechísima vecindad con la Teología de la Liberación, ha hecho posible la teología de la liberación, ha protegido la vida y el ejercicio de la actividad docente de los teólogos de la Liberación, ha proporcionado ejemplos y muestras prácticas de liberación, ha preconizado y aplicado la convivencia entre revolución y religión en un estado socialista y laico. El marxismo ha ayudado a la teología a encontrar un diccionario y un lenguaje común con el hombre de hoy, una idea de Dios menos “pagana”, menos humanoide,  de la que tenían los estamentos oficiales de la Iglesia católica y otras muchas iglesias, ha empujado a los creyentes por los caminos del ecumenismo y del pluralismo religioso…Tal vez Tamasyo podía haberle dado las gracias al marxismo por este detalle.
      No se puede despachar de un plumazo la coexistencia y la imbricación entre una filosofía y una visión religiosa del mundo y de la historia, acompañado por un acción liberadora de los pobres…Nos estamos jugando mucho, los marxistas y los cristianos, en la manera como llevamos la convivencia y el diálogo.
      Aunque  seguramente Tamayo no ha tenido espacio para deesarrollar todos estos aspectos del problema. Pero a lo mejor nosotros en Atrio podríamos encontrarlo.