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Un decidido nuevo paso atrás en la Iglesia

Hoy se ha publicado una nueva Instrucción Ecclesia Dei sobre la liturgia preconciliar en latín. La Misa en latín ya estaba readmitida desde 2007, como una “forma extraordinaria” del único rito romano renovado después del Concilio. Pero, como la mayoría de los obispos del mundo no fomentaban esta experiencia restauradora, para no favorecer esa “guerra de misas” que dividiría las comunidades en una reforma del Vaticano II pacíficamente aceptada, esta nueva Instrucción –explicada por la nota de prensa del Vaticano– le da prácticamente a la forma en latín un estatuto de paridad con la forma ordinaria de la liturgia que hoy tenemos desde 1970, incluso no sólo para la misa sino para la celebración de otros sacramentos.

 

Conste que el que se manifieste el pluralismo en la Iglesia respecto a expresar la fe en distintas formas de culto, no nos parece mal. Si esa diversidad existe en la realidad, que quede de manifiesto. Y que haya una oferta de formas para todos los gustos. Según la actual instrucción, cuando a un párroco se le presenten cinco o diez fieles, de su parroquia o de otras, con la pretensión de celebrar una misa en latín, deberá facilitarles todo con “un espíritu de generosa hospitalidad” (nº 17 #1).

Pero como esas formas litúrgicas se apoyan en teologías muy diferentes, pedimos que, esa amplitud hacia la diversidad de teologías con las que hoy se manifiesta y expresa la fe en la Iglesia. En todas las facultades teológicas debería haber libertad para asistir a cursos de teología escolástica repetitiva y a cursos de teología creativa renovadora. Eso sería justa expresión de la Iglesia universal plural, sin imposiciones.

Si quieren, que levanten la excomunión a los lefebvrianos, con la única condición de que ellos no excomulguen a los demás. Pero que se levante las excomuniones y exclusiones de cátedra todos los teólogos que siguen alimentando la fe de muchos cristianos en el mundo actual.

Pero me temo que lo que la cúspide quiere es borrar todo rastro del Vaticano II y de la apertura que con él se instaló en la Iglesia.

Como Pío IX se aferró a sus poderes y a su infalibilidad frente al mundo moderno (aunque no por ello reconquistó su título de Rey de Roma), el papado moderno se aferra a canonizarse a sí mismo y a llevar a los católicos hacia la ilusión de una iglesia medieval restaurada, con latinajos y todo (y con la capa magna de nuestro Antonio Cañizares, que está detrás de todo esto) , aunque no por ello va a recobrar el esplendor y el reconocimiento de su autoridad paraimperial que tuvo en el Medioevo.

22 comentarios

  • ana rodrigo

    María, me temo que la traducción nueva esté enfocada a llevar el agua a su molino, hacer decir a los textos lo que la jerarquía actual quiera que diga.
     
    Por ejemplo, hay un texto que siempre se nos ha leído como “lo que Dios ha unido, el hombre no lo separe”. Está claro que esto le va como anillo al dedo sobre la negación del divorcio. Pero si se traduce como “lo que Dios ha equiparado….”, viene a decir que el hombre y la mujer son iguales, máxime en la época de Jesús en la que la mujer no era nadie. Cambian las cosas, ¿no?

  • María

    Ana,
    No sé qué será lo que tu temes como “lo peor”, pero con seguridad los cambios en la traducción que han hecho o están haciendo tienen que ser realmente importantes cuando necesitan ir precedidos con tanta anticipación de una carta del obispo anunciándolos. ¿Ahí en España no os han dicho nada todavía?
     
    Voy a ver si consigo un misal de los de ahora y el nuevo, cuando salga,  para poder compararlos.
     
    Me interesaría leer esas traducciones que hace vuestro amigo de la comunidad.  ¿Me las mandas?
     

  • ana rodrigo

    Querida María, me temo lo peor de esta noticia que nos das.
     
    Para poder aproximarnos lo más y mejor posible al Jesús histórico tenemos varios obstáculos: Conocer a fondo el contexto religioso, social y cultural en el que vivió Jesús, la “interpretación” que ya hicieron quienes escribieron los libros del NT, las traducciones que se han hecho de aquellos libros, la exégesis y hermenéutica, así como la teología que se ha hecho, a lo que debemos de añadir la Tradición, con todo lo bueno y lo erróneo que ha ido añadiendo a lo largo de culturas y lo siglos.
     
    De todo ello deduciríamos que estamos en manos de muchos expertos para poder llegar a la aproximación del original. La traducción parece una materia inofensiva, pero es de una enorme trascendencia, pues al hacer decir una cosa u otra, el texto  dice cosas diferentes.
     
    En mi comunidad tenemos un amigo que nos suele dar una traducción hecha por él mismo, y que realmente nos deja sorprendidos y sorprendidas de la diferencia del texto traducido de una manera u otra.

  • María

    El domingo pasado en misa, en lugar de la homilía nos leyeron la carta de un obispo anunciando un cambio del misal para septiembre, cambio sugerido por el Papa.
     
    Parece ser que hay una nueva traducción, que es la que quieren imponer, ¿será un misal como el de mi infancia, en latín con un poquito de lengua vernácula?
     
    Podríamos inspirarnos en el ejemplo que nos está dando la sociedad civil y hacer también una movilización de INDIGNAD@S contra las jerarquías de la Iglesia católica.
     
    ¿No será a esto a lo que Rouco le tiene miedo?  ¿Que de pronto salgamos INDIGNAD@S a recibir al Papa cuando venga a  la JMJ y le desorganicemos la celebración que le conseguirá votos para ser candidato al papado?

  • p3,14to

    ¡ Que puede esperarsede este papa, encubridor de desatinos!

  • doramas romero del camino

    La expresión “pérdida del sentido del misterio” en la vivencia sacramental católica es una expresión clásica de la reflexión eclesiológica oficial de la Iglesia. Considero que el Magisterio la haría suya; de hecho, me parece que está muy en línea con el Magisterio. Yo que escribo este comentario, al contrario, me creo, que la mayoría de los que opinan en Atrio, no soy contrario al Magisterio. 

    Reconozco esto que acabo de decir no para amonestar a los que no lo son, a los que no desean en su vivencia espiritual, católica o lo que fuere, esa fidelidad; confieso lo que confieso para informar de cuál es mi perspectiva, mis puntos de arranque.

    Sin embargo, aunque deseoso de esa fidelidad tengo ojos, oídos, entendimeinto y voluntad propia. De manera que mi experiencia personal me informa de lo siguiente: la Iglesia por iniciativa de sus pastores tendrá sin duda motivos muy loables y ciertos para proponer la llamada misa tridentina; no obstante, mi comprobación personal me informa de lo siguiente: al menos hasta la fecha en que escribo esta reflexión y según el limitado alcance de mi comprobación personal, los fieles devotos de esa forma litúrgica “extraordinaria” me han parecido personas de mentalidad muy conservadora, muy de derechas.

    Lo que acabo de señalar podría no tener mayor importancia, salvo, tal vez, lo siguiente: cuando digo personas “de derechas, personas conservadoras”, me refiero a personas que, pongamos, aparcan cerca de la iglesia en que se va a celebrar la misa según la liturgia preconciliar en latín, Audis, Mercedes, BMV, imponentes todoterrenos… Algunos de esos fieles, me consta, además viven en espléndidos chalés en zonas residenciales.

    De suyo, la llamada liturgia tridentina no es de derechas ni de izquierdas, sino que pertenece al depósito de la fe de la Iglesia católica. Empero, es un hecho yo diría que incuestionable o casi que es defendida sobre todo por fieles católicos de mentalidad tradicionalista, de derechas o conservadora. Lo cual tampoco tendría por qué constituir por sí solo una especie de “delito”, pues podría ser que la no defensa de ese forma litúrgica que ahora se pretende impulsar en la Iglesia católica sea una omisión por la que habría que pedir cuentas a los sectores del progresismo católico. Digo, es un suponer esto último afirmado.

    Por lo demás, aunque también conozco a personas izquierdistas que se mueven en cochazos (BMW, Audis…), es muchísimo menos frecuente encontrar esos signos de ostentación y otros similares en personas de mentalidad progresista, izquierdista, solidaria.

    Por lo tanto, dejando a un lado el rico tesoro espirutual-sacramental de esa forma litúrgica extraordinaria, debo seguir reconociendo que yo me acercaría a ella desde los “prejuicios” que he tratado de señalar. Los prejuicios que se derivan de la circunstancia de que alguien, esto es, yo mismo, siga percibiendo como lo percibe cuál es el espacio social que hasta el momento se muestra como principal receptor de ese rito litúrgico. Un espacio conformado por hijos e hijas de Dios y, por ende, hermanos nuestros todos en la fe cristiana profesada, sin duda, y a Dios gracias por ello, sólo que por su mentalidad, por su escaso sentido militante, incluso por su conservadurismo social…

    Pues eso.   

  • MAR Medina

    El misterio está fuera del Vaticano, por más misteriosos que intenten hacer sus ritos mediante el uso de palabras ininteligibles.

    Una lengua muerta logrará una ceremonia muerta.

  • Héctor

    Hola JuanR, quiero comentar tu cita de Doramas Romero: sobre la pérdida del sentido del Misterio. ¿No será que es mucho más cómodo plantar el misterio fuera de nosotros y así librarnos de él para que no nos comprometa? Si aprendiéramos a vivir con el misterio, en el misterio de nuestra existencia, algo que tenemos que buscar cada uno de nosotros en el compromiso de cada momento? Entonces, el sentido del misterio so se ha perdido.  ¿Misterio compartido? Sí,  será, como el compromiso compartido. ¿Irnos a ayudar como sea en Lorca? No lo sé. Sólo se que el misterio fuera de la vida no me va.  Un abrazo Héctor.

  • oscar varela

    Hola!

    Confieso que sio en Atrio.org

    * no sólo por las diversas opiniones fecundas

    * sino también por los “dichos” castizos que emplean su mayoría española

    Así, con ese “no despeinarse” deMaite
    tengo para toda una semana.

    Gracias y ¡vamos todavía! – Oscar.

  • Maite Lesmes

    Sí que  indigna todo esto, pero no me voy a despeinar. Yo propongo objeción de conciencia consistente en no pisar un templo, a lo sumo para conocer su arquitectura  o escuchar algun concierto -si merecieran la pena- Lo que llaman “celebraciones” no  atraen ni en un día de lluvia . Hace tiempo que supimos del efecto placebo de los sacramentos,  cuando no ocasión de “crimen sollicitationis” y modo de recaudar fondos con destino incierto.
    Reunirse en nombre de Jesús, o simplemente con el deseo de compartir,  como de hecho hacemos de vez en cuando, no necesita curas -aunque suele haber  alguno que  lo fue o sigue siéndolo-  ni locales específicos, ni  lecturas  prefabricadas… Ganas de comunicar  experiencias, amistad, inquietudes, silencios… 
    Estas disposiciones son una máquina de hacer ateos.

  • Gabriel Sánchez

    Una primera aclaración, no pretendo pontificar simplemente compartir mi sentir, obviamente este comentario parte desde una postura creyente y de pertenecía a la comunidad universal de los discípulos de Jesús de Nazareth…
    En primer lugar el Concilio habla de Liturgia Celeste y Liturgia terrena…en el Nº 8 del Sacrosanctum Concilium, en el numero 11, se habla de que los pastores velarán porque la participa, sea hecho desde una actitud interior que sea “conciente, activa y frutosamente”…
    En el numero 14 se propone  “Al reformar y fomentar la sagrada Liturgia hay que tener muy en cuenta esta plena y activa participación de todo el pueblo”…
    Ahora bien, la realidad nos habla claramente que existe un proceso de ateización y de secularización que no es lo mismo…
    Existe un proceso en donde el Mensaje Entregado por Jesús, a través de sus valores y de la forma en que nos vinculamos con Dios y Con los hermanos… (Jn 15, 9-13-Mt. 25, 31-Lc. 6,1-11-Lc 6, 20 y ss, ), se sitúa justamente en la forma real en que nos vinculamos, más que en la forma en que celebramos los ritos, muchos cristianos, incluso miembros de las mas alta jerarquía tiene un estilo de vida, que testimonia una forma atea de vivir…Mientras otros que viven su “liturgia” desde la heterodoxia, pero sin embargo su vida, su forma de sentir y vincularse con los hermanos, se vuelven a las gentes de nuestro tiempo, por su coherencia, por su compromiso y por su cercanía a quienes esta realidad que vivimos hiere en forma más profunda, en un testimonio, más hondo, real y visible…
    Es por esto que los signos y la forma de vivir…son una verdadera unidad…No hay liturgia sin vida, ni vida sin liturgia…Por esto creer en Jesús, no es sólo confesar con la boca esa creencia, sino vivirla…Esta es la gran reforma que necesitamos como Iglesia convertir, como testimonio universal, nuestras vinculaciones y eso incluye la liturgia, de tal manera que al menos demos un testimonio más claro y cercano, de Jesús de Nazareth, el uso del poder, la enorme cantidad de exclusiones, la relación carnal de mucha jerarquía con los procesos más opresores y en contra de aquellos más liberadores…dan un testimonio universal que espanta a las gentes….y por lo tantos nos transforma en traidores a lo entregado…
    La conversión a servir, con sencillez, claridad…a las gentes…es un mandamiento antiguo dado por Jesús a su Iglesia…(Lc.22,27; Mc.10,44; Jn 13,3-15)…nada de lo que hagamos, podrá dar fruto, hasta que esta actitud…no haya ganado el corazón de las personas y el de la Iglesia…Entendemos que esta decisión, hiere, lastima, divide…enfrenta…Es hora de nos desprendernos de lo que no es esencial y vivamos la Eucaristía…sirviendo, testimoniando y sanando heridas…El verdadero misterio de la presencia del Señor, transforma la vida…en un servicio de entrega de la vida a los hermanos, por eso la liturgia debe ser sencilla…y deberá resplandece un principio antiguo, que de alguna manera es fundado, en la sencillez y fraternidad…con que Jesús vivió y compartió con los allí presentes su “última cena”, desde aquella cena fraternal, que celebraba la PASCUA DEL PUEBLO JUDIO…se transformo en la “liturgia de la nueva Alianza”…gestos claros, sencillos , sentidos hondamente…que realiza, expresa y comparto, la presencia misterica de Dios, irrumpiendo en nuestra realidad, para conformar una misma y única realidad…una misma y única historia…no es en la ampulosidad, el lujo, y lenguajes…poco entendibles y misteriosos en donde ese misterio se expresas…Jesús mismo hablo en el lenguaje común de suyo y de su pueblo por eso entendemos este principio expresado en el Nº 34 de Sacrasanctum Concilium, es un principio capital, de la liturgia cristiana…
    Los ritos deben resplandecer con noble sencillez; deben ser breves, claros, evitando las repeticiones inútiles, adaptadas a la capacidad de los fieles y, en general, no deben tener necesidad de muchas explicaciones.
    Sin embargo, debe reconocerse, la liturgia presente en la vida, cuando se ama, cuando se sirve, cuando se entrega, o se lucha por salvaguardar la verdad, la ternura, la justicia y la comprensiva solidaridad con todos los hombres…y que el Reino que es más que la Iglesia…necesita del esfuerzo de todos los hombres de buena voluntad…Con cariño…Gabriel

  • María

    Yo he visto que en muchas iglesias ya están introduciendo partes de la misa, las más cortitas, en latín o en griego, para que no haya rechazo de la gente. Y poco a poco irán introduciendo todo lo demás, no tanto como misa alternativa, sino única.
     
    Esto lo he visto en iglesias muy cercanas al Vaticano, que ya dicen todo en latín hasta la primera lectura, esta sí en lengua vernácula.
     
    En algunas se está haciendo incluso una catequesis sobre la misa tridentina en el espacio de la homilía. Me toco oír una de estas catequesis en una iglesia de Roma y resultó bastante gracioso porque, después de la explicación, el cura hizo preguntas a la gente para ver si había entendido, y no, no habíamos entendido, porque era bastante absurdo lo que nos había dicho sobre la ofrenda del sacrificio. Ay, mamma mia, mamma mia, repetía el cura, desesperado!!
     

  • Héctor

    Estoy contigo Mª Pilar “deseo un proyecto de vida, que haga que cuantos se acerquen a ella, les haga mejores personas, como nos ofreció Jesús”. Qué diferencia ¿verdad? ¿Quien se va a sentir mejor usando una lengua que se dejo de hablar hace 1500 años?
    Un abrazo Héctor

  • JuanR

    Cuando he visto alguna celebración por TV en latín y según el rito tridentino, sinceramente no me ha gustado, me ha parecido una celebración mecánica, encorsetada, de autómatas. Por otra parte, pienso que no es para rasgarse las vestidures, libertad de ritos y que cada uno elija. Me ha parecido muy interesante el comentario de Doramas Romero, resalto un fragmento,  ” El caso es que por las razones o causas que sean, la pérdida del “sentido del misterio” es palpable en las celebraciones eucartísticas católicas de nuestros días. No hay más que compararlas, pongamos, con una celebración eucarística típica ortodoxa: en estas, lo mistérico, lo apofático, la presencia del Espíritu de Dios se hacen mucho más “visibles”. Y es que los humanos tambien necesitamos de lo mistérico, y creo que la liturgia católica mayoritaria ha perdido este aspecto, quizás tendríamos que reflexionar y sin histerismos ni priorismos, ver si hemos hecho algunas cosas mal con tanta guitarra y kumbayás.

  • Carmen (Almendralejo)

    Pepe Blanco, ahora lo que se quiere es que se vuelva a rezar el rosario mientras el cura oficia de espalda a la feligresía.

    Y otro dato más es que no se sepa tanto, si pudiesen volverían a poner todas las Biblias en latín.

    En verdad, y está cada vez más claro, que es una secta… y cada vez más sectaria, ¡Allá ellos!
    Otra cosa que queda claro, es que son cada vez, más androcéntricos y jerárquicos…
    Ciegos que intentan guiar ¿Quién? se deje guionizar
    Ya verás como honorarios, estimpendios etc, no lo cobran con sueldos de tiempos del latín…

  • Héctor

    ¡INDIGNAOS! y por las mismas razones que Hessel, Sanpedro y Herrero del Pozo y tanta gente gritaron ¡Indignaos!. Lo que quieren, Antonio, es la libertad del zorro en el gallinero. Esta nueva salida del papa lo pone de manifiesto: que se respete la libertad de los fieles pero una libertad recortada, limitada, controlada por el derecho absoluto que se han adjudicado la jerarquía. Es pedirnos que salgamos a la luz del sol pero en  días de lluvias y de negros nubarrones.

    Como tu bien dices ese “espíritu de generosa hospitalidad” para que sea real debe extenderse a las diferentes formas de Teologías, que ya no se persiga a los teólogos ´progres’, que los obispos promuevan nuevas formas de celebrar la eucaristía, en comunidades de base, en las casas, debajo de los árboles, como se hace siempre en África, América y los países pobres  á donde nos han llegado los templos de origen pagano que aquí los llamamos iglesias .

    Indignaos contra el sistema y no nos dejemos engañar: Benedicto, J. L Ratzinger, no es más que un ‘mandado’. Sólo así se puede entender que un día en 1968 este mismo teólogo ponía la libertad de la conciencia por encima de la obediencia al papa: “Aun por encima del papa como expresión de lo vinculante de la autoridad eclesiástica se halla la propia conciencia a la que hay que obedecer la primera…” (Ver Libertad conquistada. Memorias. Hans Küng, Trotta, 2003, página 568). Otro papa, otro concilio, otra reforma, más encíclicas, más instrucciones,  no son más que fichas dentro del mismo juego. Son tan fieles al sistema como los gobiernos lo son a los mercados.

    Desde Atrio a todos Idignaos
    Hasta siempre Héctor

  • mªpilar garcía

    ¡¡¡Por favor!!!

    Esto es una caída frontal… o sea “despeñarse” quizá, bien pensado, sea la mejor solución.

    Hundirse totalmente, para que pueda nacer algo novedoso y cercano al pueblo.

    Como nos dice nuestro querido Gabriel:

    ¡¡¡No necesitamos casi nada, solo vivir en común alegría y participación desde el corazón!!!

    Lo demás… parafernalia vacía; porque si hay “Dios” y necesita de todos esos rocambolescos ritos…

    ¿Que clase de dios es?
    No me interesa, deseo un proyecto de vida, que haga que cuantos se acerquen a ella, les haga mejores personas, como nos ofreció Jesús.

    mª pilar

  • doramas romero del camino

    A raíz de la reforma litúrgica del Concilio Vaticano II las celebraciones eucarísticas han ido desmisterizándose en el seno de la Iglesia católica. ¿Como consecuencia de los procesos de secularización extremadamente agudizados en las últimas décadas del siglo XX y en lo que llevamos de siglo XXI? ¿Como consecuencia de unas disposiciones conciliares en materias litúrgica mal entendidas y peor asimiladas? ¿Resultado todo ello de un excesivo hincapié en conceptos como “inculturación litúrgica, participación del Pueblo de Dios, democratización en el seno de la Iglesia, ecumenismo e influjo protestante en la litrugia católica”…?

    Podría ser que sí, o que no. El caso es que por las razones o causas que sean, la pérdida del “sentido del misterio” es palpable en las celebraciones eucartísticas católicas de nuestros días. No hay más que compararlas, pongamos, con una celebración eucarística típica ortodoxa: en estas, lo mistérico, lo apofático, la presencia del Espíritu de Dios se hacen mucho más “visibles”. De ahí esa reacción del Vaticano aprobando, mediante la Instrucción Ecclesia Dei, la celebración en toda la Iglesia universal, bajo ciertas condiciones mínimas, de la popularmente conocida como misa en latín o preconciliar.  Preconciliar y en latín y todo lo que se quiera, ciertamente, pero qué curioso, celebrada siempre por alguien como el beato Juan XXIII, papa que normalmente es usado como paradigma del “progresismo” católico en oposición a los “retrógrados” Juan Pablo II y Benedicto XVI.

    Aunque he asistido a un par de misas según ese rito preconciliar en latín, no soy muy partidario de ellas. Es algo estrictamente personal. Considero que sí soy bastante capaz de apreciar el rico tesoro espiritual que conservan y proponen para la Iglesia universal, para el Pueblo de Dios. Sin embargo, hay en ellas algo que me chirría, que no me gusta. A saber: el modelo de Iglesia que proponen, el modelo de seglar que defienden los que creo son sus partidarios, excepciones de rigor aparte, me quiero suponer. Es decir,  hasta donde alcanza mi conocimiento: el llamado rito tridentino lo aprecio como inseparable de un modelo de Iglesia entendido y vivido no en claves de Pueblo de Dios como comunidad fraterna de iguales, y sí entendido de manera soberanamente jerárquica, piramidal, clerical. Según este modelo, los cardenales han de seguir siendo tratados como eminencias reverendísimas, y el Papa, obvio, como santísimo padre, etcétera. Y esto, ciertamente, no me cuadra si trato de resituar o enmarcar la realidad de la misa tridentina en la perspectiva del Evangelio, vale que según mis cortas luces,  según mi manera subjetiva y no dogmática ni magisterial de entender estos asuntos. Quiero decir que toda esa hermosa parafernalia litúrgica  -ciertamente hermosa-, no me casa nada o muy poco con el tipo de comunidad y de celebración de la fe que brotan, repito que siempre según  mi subjetiva manera de entender y sobre todo de creer, del proyecto fundacional de Jesús de Nazaret según el testimonio de los Evangelios y el de las primeras comunidades cristianas. 

    El anterior apuntado es el nudo gordiano del problema. Además, y aun aceptando que no tendría por qué ser así, mi experiencia personal también me lleva a la siguiente constatación: todos los fieles que hasta hoy he conocido devotos de la misa tridentina son ideológicamente de derechas y aun de extrema derecha (carlistas, tradicionalistas diversos…). Esto es, personas que son tremendamente críticas con el PSOE, las izquierdas políticas y sociales y los sindicatos, incluso aunque las plataformas ideológicas anteriores hagan las cosas bien, a ojos de una mayoría de ciudadanos y ciudadanas. Es decir, que en esos fieles de derechas lo que predomina es una oposición ideológica a todo lo que procede o proceda de la izquierda; si bien, ciertamente, idéntica “debilidad” tendenciosa e ideológica se da entre las fuerzas de la izquierda con respecto a todo lo que procede o proceda de las derechas. Vamos, que sectarismos los hay por todas partes, en todos los espacios ideológicos.

    Volviendo al asunto de la misa tridentina, veremos con el tiempo cuál va a ser su desarrollo, su implantación en la comunidad cristiana, el grado de aceptación de la que va a gozar. ¿Mucha gente del Pueblo de Dios se animará a participar en esa liturgia, incluidos los más pobres, incluidos los más críticos, los más comprometidos en los movimientos sociales y solidarios…? Lo dudo en grado sumo, pero todo podría ser.  

  • israel leon rivas

    Si asi van a ser las cosas creo que con el tiempo renunciare a formar a mis hijos e hijas en el catolisismo.

  • Antonio Vicedo

    ¡Ite, MISA….EST!
    -¡Hasta la PRÓXIMA! – ¡Sean dadas gracias….. a …dios!

  • Gabriel Sánchez

    Querido Antonio, lo unico que se me ocurre, es recurrir a la poesia de J.L Cortez…para expresar mi más profundo sentimiento, ante la realidad que nos muestras…

    LA IGLESIA QUE YO QUIERO
    Poesía
    Por Pedro Barsimón de la Barca.
    La iglesia que yo quiero no tiene campanario: las palomas se encargan de avisar a la gente. Les dicen: Buenos días la vida sigue viva. ¿vamos a celebrarlo con un poco de vino?
    La iglesia que yo quiero no necesita templos; siempre habrá parque libre o, si llueve, una casa donde los cortinajes no impidan ver la lluvia (donde la lluvia pueda asistir a misa).

    La iglesia, la que quiero no necesita dogmas: si estoy vivo, si pienso, si siento tantas cosas, no hay que poner barreras, sino decir a todos que no deben sentarse antes de haber llegado.

    Claro que en esta iglesia habrá también un Papa. Pero un papa casero, con pantuflas de paño; más papuchi que Papa, más santo que santísimo y si se llama Pepe que lo le llamen Pío.

    Los obispos, los pobres, suelen ser gente buena. Si no fueran obispos yo creo que serían santos; y los pobres acaban meando fuera del tiesto. En la iglesia que digo que yo quiero que sea, ocuparán los cargos gente con experiencia en lo que significa amar y ser amado. Sin amor, ¿de qué sirve la superortodoxia?

    Yo imagino una iglesia que me quiera y comprenda por qué a veces me caigo, por qué a veces me escondo… Para que todo el tiempo te manden y te prohíban casi es mejor morirte sin que te echen el agua.

    No importa que la iglesia tenga la fe muy floja; mientras busca y pregunta va por el buen camino. Los sistemas teológicos tienen el gran peligro de hacernos cree que Dios es un libro de texto. La iglesia que yo quiero puede que se equivoque, que no acierte a ver claro cómo es de grande Dios y hasta probablemente estemos tan a gusto.

    La iglesia que me gusta, la iglesia que yo quiero, es algo muy sencillo, cosa de gente pobre. No se trata de ir sucios, que huelan los pies, pero tampoco es eso de ir siempre de domingo.

    Eso sí, como el mundo todavía no es el cielo, la iglesia que yo quiero anda de catacumbas. Si tuviera dinero o influencias o amigos todo sería distinto; pero mejor que no. (Una vez dijo uno: “al menos tener algo para dar a los pobres…” Y los pobres dijeron: “Quien socorre a los pobres es porque no es tan pobre” y “si es rica no es libre”).

    Ya sé que a mucha gente la iglesia que yo quiero no le gusta ni pizca. Habrá que dialogarlo; pero que no nos digan que el cielo va a ser luego como esta pobre iglesia que sabe tanto a polvo porque así es que no van a sacar ni para pagar a la señora que hace el aseo.

    Tomado del libro: Un señor como Dios manda. De José Luis Cortés. Ed. PPC.

    Con cariño y en con misa en Uruguayo hasta la muerte…Gabriel

  • pepe blanco

    Pues no sé…, a partir de ahora, además de enseñarles mitos a los niños, también les tendrán que enseñar latín.

    Y no sólo a los niños, también a los mayores, si quieren que la gente se entere de algo. Claro que, a lo mejor, lo que pretenden es, precisamente, que la gente no se entere de nada, como antes.

    Otra posibilidad es subtitular las misas, bodas y funerales.

    Supongo que, al igual que sucedió en el siglo XIX con los movimientos neos en el arte, este neo eclesiástico de ahora, lo único que expresa es una crisis profunda. Al igual que los neos del XIX, también este parece surgir de la imposibilidad de crear algo nuevo o de la incapacidad para conectar (entonces los artistas, ahora los curas) con el mundo contemporáneo. Como los neos de entonces, probablemente éste también esté condenado al más rotundo y rápido fracaso.