Mañana la Universidad de Granada concederá el el máximo honor de Doctorado Honoris Causas a nuestro colaborador y amigo José Mª Castillo. ATRIO se adhiere a este acto de reconocimiento académico a una vida de trabajo teológico, desde la realidad española, que va más allá del acontecimiento y de una biografía. Lo resalta muy bien su compañero tareas y sufrimientos, Juan Antonio Estrada, de quien reproducimos el siguiente artículo.
Universidad, religión y honores
J. Antonio Estrada | Publicado en Granada Hoy el 11.05.2011
La investidura honoris causa a un teólogo conocido por su postura crítica respecto de la jerarquía y por su cercanía a corrientes “sospechosas”, como la teología de la liberación, ha despertado resquemores en el sector más tradicional de la sociedad y de la iglesia española. Se critica a la Universidad por distinguir a personas disidentes de las posturas oficiales y se reclaman esos reconocimientos para teólogos afines a los pronunciamientos del magisterio jerárquico. Esta actitud revela el desconocimiento de lo que es el foro universitario y sus prerrogativas. La Universidad no premia adhesiones o disidencias ideológicas, tampoco las teológicas, sino la excelencia académica y valía intelectual de los autores, que se acredita con publicaciones, múltiples ediciones de libros, traducciones a otros idiomas, y reconocimiento nacional e internacional, que se concreta en invitaciones en otras universidades, participaciones en congresos e influencia de su pensamiento. La Universidad de Granada publica en su web los currículos académicos de los premiados, para que todos puedan constatar la indudable valía académica de éstos, también el del profesor Castillo. Se violaría el foro universitario si las distinciones se dieran en función de las preferencias ideológicas y no por su aportación a la propia disciplina, que es lo que revaloriza a ésta y redunda en el prestigio de la teología española.
Pero es que además se olvida que en la historia del cristianismo siempre ha habido dos corrientes teológicas, la de los innovadores, que buscaban nuevos caminos, y los que insistían en conservar la tradición dominante. Es evidente que la jerarquía prefiere a los segundos y los protege, mientras que desconfía del que busca cambios, mucho más si critica lo existente. La historia entera evidencia esta tesis, desde Tomás de Aquino, denunciado y condenado por el obispo y la universidad de París, ¡nada menos que 219 de sus tesis!, y hoy patrón de los teólogos católicos. Pero no hay que remontarse tan lejos, ya que un gran número de teólogos criticados, condenados y destituidos en los cincuenta (Teilhard de Chardin, K. Rahner, Jungmann, Danielou, de Lubac, Congar, Chenu, Schillebeeckx, etc.) se convirtieron, décadas después, en los más famosos y prestigiados, con el reconocimiento de la misma jerarquía y el papa, a pesar de que antes se les había rechazado. Buscar nuevos caminos es arriesgado y lógicamente, hay aciertos y equivocaciones, pero sólo así avanza el pensamiento. Los integristas siempre los rechazan, porque tienden a doctrinas estáticas e inmutables, a costa de la historia y de la evolución.
La tradición es válida, porque si no, se pierde la identidad, pero no puede bloquear el progreso y el avance de las ciencias, también de la teología. El tiempo dirá si, al menos, algunos de los hoy criticados no tenían razón en algunas de sus posturas, y si enfoques sobre la teología, la moral, la pastoral y el gobierno de la Iglesia, que hoy son criticados por la jerarquía, no serán asumidos con naturalidad en el futuro. Entonces, la Iglesia del tiempo tendrá una deuda moral con los antes denunciados, como ocurrió en el Vaticano II. Esto le cuesta aceptar al conservadurismo intransigente, que, por otra parte, tiende a canonizar sólo a los que defienden su propia ideología. Por eso, los tradicionalistas valoran mucho a Juan Pablo II y a Benedicto XVI, pero no vacilaron en criticar a Pablo VI y Juan XXIII, cuando defendían puntos de vista que no coincidían con los suyos.
Me alegro, me alegro, me alegro. Estuve cerca de sus amigos cuando aquél tiempo, casi negro. Algunos amigos ya no están, pero en su nombre vuelvo a repetir: me alegro, me alegro y me alegro. También por ellos,los amigos que se fueron y que no recibieron ningún título.
Me alegro enormemente de esta distinción a J M Castillo por la universidad pública. El, que fue destituído de su cátedra, como JA Estrada,
es, aunque tarde, restituído por su excepcionalidad académica y humana. Ha marcado y sigue influyendo sobre una inmensa cantidad de creyentes críticos, a quienes nos anima sobremanera al profundizar en el Dios de Jesús, la Etica de Cristo, la Felicidad posible al ser humano, la liberación de lo inculcado nocivo, el compromiso con los DH….
Le deseo mucha salud en el tiempo que le quede de vida junto a Marga, un gran estímulo en esta etapa de su vida.
Ojalá en ATRIO podamos conocer el discurso pronunciado en esta ocasión en la Univ. de Granada.
He asistido a la investidura de Doctor Honoris Causa de JM Castillo, y dudo que la universidad de Granada haya vivido alguna investidura tan emotiva y con tanto cariño popular hacia el doctorando, como ha sido con Castillo. Y por supuesto, ninguna universidad pública española ha tenido la suerte (es el primer teólogo español) de poder escuchar un discurso sobre teología y sobre Dios de la altura y nivel de lo que hemos presenciado hoy. Desde el marco físico, el crucero del Hospital Real, edificio gótico construido por orden de Isabel la Católica, hasta el numerosísimo público que acudió, a lo que hay que añadir los respectivos discursos, no sólo del doctorando, sino también de la Laudatio del padrino (excepcional) y del discurso del Rector, a lo que hay que añadir los interminables aplausos del público asistente. Había numerosas personas que se habían desplazado expresamente desde distintos puntos de España, y el cariño y la admiración se palpaban en el ambiente.
Quizá haya oportunidad de poder poner el enlace del discurso o poder colgar el resumen de lo que él leyó, pero, para mí, el momento más impresionante fue cuando al criticar la versión que se nos ha dado de un Dios infinitamente bueno y omnipotente, dijo ¿cómo se le puede decir esto hoy a la población de Lorca?, e hizo un silencio que cortaba el aire.
El discurso escrito es largo y habrá que leerlo con atención, pero haciendo un resumen yo diría que vino a defender que, o bien Dios humaniza o no sirve para nada. Termina su discurso con el siguiente texto: “…de aquí en adelante, solamente tendrá sentido y futuro la teología que sea capaz de aportar algún sentido a la vida. Y así, potenciar la mejor respuesta que podemos dar a nuestros anhelos de humanidad. Quiero decir, los anhelos que buscan una forma de vida que, por ser más plenamente humana, por eso es también más plenamente feliz”
Algún día se hará Justicia y a lo mejor,incluso,lo ves .Felicidades y enhorabuena. Tienes mucha gente que te estima y aprecia
Justo y merecido reconocimiento. Muchas felicidades, Pepe. Sigue haciéndonos pensar como lo sueles hacer siempre.
En amplios ambientes en los que tu teología, José Mª., ha sido admitida, conocida y apreciada, hay abundante cosecha de vivencias de LIBERTAD.
¿Qué mejor prueba de que en tu tarea le has ofrecido un espléndido y largo servicio a la VERDAD?
Porque en esto me has ayudado desde hace ya mucho tiempo con SIMBOLOS DE LIBERTAD, hasta el presente con tu HUMANIZACIÓN DE DIOS, recibe un fraternal abrazo de agradecimiento y mi pequeña adhesión entusiasta a esa Universidad que reconoce tus servicios a las gentes que buscan LUZ.
Por coherencia de vida…ante todo, por la claridad y diafanidad de su teólogia, por su compromiso inclaudicable, se merece ese renocimiento, que a la vez, es un reconocimiento a uno de los grandes teólogos de la Iglesia de Base…que con el es premiada, por la audaz contumación de Seguir tras el camino de Jesús de Nazareth contra viento y marea, en buena hora Josema, tu premio nos alienta a todos.- Un abrazo fraternal.- Gabriel
Me uno a estas alegrías por este merecido reconocimiento a su obra.
¡Felicidades José Mª Castillo!
Es una alegría comprobar, que hay oídos dispuestos a:
¡¡¡Escuchar!!!
Cuanto nos ofrece José María Castillo sin descanso, con una paciencia infinita, sin “arrugarse” ante la incomprensión… venga de donde venga.
¡¡¡Muchas felicidades!!! Me alegra de todo corazón.
mª pilar
Es interesante ver el curriculum de Castillo, es interesante constatar la seriedad, coherencia y constancia de su trabajo, es aleccionador comprobar cómo ha evolucionado, cómo el inmovilismo ha sido incompatible con su persona, cómo, cuando ya los impedimentos de la censura le impedían caminar, toma una decisión clave, es de agradecer que, sin la censura-persecutoria y obsesiva de los superiores, ha seguido en su trayectoria responsable de avanzar, de hacer de punta de flecha, desbrozando y abriendo caminos para que los y las demás pudiésemos andar por ellos con más luz y menos obstáculos, es inmensa su humanidad y, en coherencia con ello, su esfuerzo porque la religión humanice, por humanizar a Dios.
A título personal, tengo que confesar que, desinteresada por y ajena a la iglesia, me encontré con su libro “La alternativa cristiana”, y mi mundo cambió. Siempre idealicé al autor de este y otros libros, sin pensar que, por esas cosas del azar, iba a poder conocerle personalmente, a compartir con él celebraciones, encuentros, charlas, amistad, reflexiones, análisis mil de tantos temas, humor, chistes, jornadas enteras, compartir infusiones en el rinconcito acogedor en su despacho junto a Marga, la mujer que le ha dado la oportunidad de vivir su nuevo nacimiento a la vida y que le procura esa vitalidad y resistencia en su trabajo infatigable, en sus viajes, con un cariño entrañable, en su sostén humano.
Gracias, querido Pepe, es un privilegio tenerte tan lúcido y tan activo. Gracias, Marga, por hacerle tan feliz, felicidad que le hace tan disponible y tan libre de tantos impedimentos como ha sufrido en su larga y paciente vida jesuítica.
Mil felicitaciones desde Chile, acá se lo quiere mucho a Pepe y se lo reconoce como un valiente discípulo de Jesús. Al fin una noticia que alegra el corazón en medio de tantas tragedias y oscuridades mundiales.
Estrada y Castillo, DOS DE LOS PILARES, que hicieron posible mi despegar de todos esos falsos mitos, y la Magía que como la Carcoma (J.Luis Herrero) impide que seamos, eso Columnas para que otras personas buscadoras se asienten y puedan divisar mejor el horizonte, el Camino.
Gracias Granada, Gracias a esta su Universidad, que tiene el arrojo y l atemplanza de celebrar ese un acto de investidura y el galardón de doctorado “honoris causa al profesor José María Castillo.
Que aunque ciertos personajillos lo tengan despretigiado, sabemos que con este resarce todo el lodo que otras veces y otras Universidades (da igual el pais que sea) lo denigran.
Doy gracias por haberte Conocido Jose María, tanto en tus libro como pesonalmente. Desde Almendralejo, Extremadura un fuerte abrazo
Carmen
Me alegro. No lo conozco en persona, pero su obra merece este reconocimiento. Paz y bien.