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San Oscar Romero

La iniciativa surgió en Alemania pero hoy tiene ya un gran alcance internacional y ecuménico. Se trata de que el pueblo de Dios, compuesto por todos los que siguen a Jesús en su opción por los pobres y en su proclama de las bienaventuranzas, sintiéndose inspirados por el Espíritu Santo, proclame santo el 1 de Mayo a San Oscar Romero como modelo de cristiano que entregó su vida por defender la vida y la dignidad de los pobres oprimidos.

Esta es la llamada que está siendo firmada por muchas organizaciones y personas:

Llamada Ecuménica para el primero de mayo del 2011:

“Celebrad la ’canonización’ del mártir San Oscar Romero por parte de los pobres de nuestro mundo”

Queridas hermanas y hermanos en el ecumenismo,

Con la presente les pedimos conmemorar en este primero de mayo del 2011 la canonización del mártir San Oscar Romero por parte los pobres de Latinoamérica y las y los seguidores de Jesús en todo el mundo. Esta conmemoración debe fortalecernos en nuestro camino de seguimiento evangélico y debe ser comprendida como llamada a la conversión a las iglesias de los ricos.

Poco tiempo después de haber sido nombrado Arzobispo de San Salvador en 1977 el obispo conservador Monseñor Oscar Arnulfo Romero fué confrontado con la persecución sangrienta a la que estaban siendo sometidos los cristianos en El Salvador. Las lágrimas derramadas en las tumbas de catequistas y sacerdotes asesinados le convirtieron en el obispo inquebrantable defensor de los pequeños, maltratados y perseguidos. A partir de esta conversión él tuvo en su contra al gobierno de su país, al consejo de seguridad del presidente de los Estados Unidos y a poderosos cardenales de la curia romana.

A principios del año 1979 Monseñor Romero visitó al Papa Juan Pablo II, no encontrando en él comprensión ni apoyo en sus grandes conflictos. Con profunda decepción dijo más tarde: “No creo que vuelva otra vez a Roma. El papa no me comprende”. Juan Pablo II no mostró reacción alguna frente a la fotografía de un sacerdote indígena recién asesinado y a otros documentos presentados sobre la persecución de cristianos por parte de verdugos al servicio de la oligarquía del país. Por el contrario le exhortó a buscar la armonía con el gobierno salvadoreño.

Claramente consciente de los peligros contra su propia seguridad, San Romero de América levantó su voz contra la injusticia, excomulgó a políticos del régimen y recordó la resistencia pacifica de Jesús de Nazaret. Después de uno de los innumerables asesinatos predicó: “No llamamos a la venganza; sino que oramos con Jesús: Padre, perdónales porque no saben lo que hacen”.

Dado que cada ser humano es hijo e imagen de Dios, para San Romero de América el servicio religioso está vinculado inseparablemente con la defensa de la dignidad humana. Dirigiéndose a los asesinos a sueldo y a los cómplices de la junta militar dijo: “el que tortura también es un asesino… Nadie tiene el derecho de levantar la mano contra otro ser humano porque es imagen de Dios”. Un día antes de su asesinato, el 24 de Marzo de 1980, Monseñor Romero llamó públicamente a los soldados a la desobediencia ante la orden de matar: “En el nombre de Dios y en el nombre de este sufrido pueblo les pido, les ordeno:¡cese la represión!”. La bala mortal le alcanzó en el altar durante la celebración de la Eucaristía.

La canonización de San Oscar Romero por parte del pueblo no es un gesto de arrogancia.

Bien sabemos que sólo Dios puede penetrar en el corazón de un ser humano y que nosotros sólo podemos aprender a ver parcialmente con los ojos de Dios. Pero esta “beatificación” sin procedimientos gravosos de la curia eclesial es una buena nueva fruto del soplo del Espíritu de Dios: El ejemplo de nuestro hermano San Oscar Romero nos muestra cómo podemos animarnos mutuamente cuando empezamos a escuchar la Buena Nueva de Jesús.

[Traducción al Español: Christine Klissenbauer (pax christi, D-Duesseldorf); Joaquín Garay ofm; Raquel Mallavibarrena (Corriente Somos Iglesia, España) – 20.04.2010]

* * *

Para ver más detalles y lista de firmas hasta ayer en Llamada ecuménica San Oscar Romero.

12 comentarios

  • Antonio Vicedo

    Mañana en la procesión (proceso de marcha) obrera estaremos, buscando la Justicia, con Jesús en sus hermanos más pequeños, los de aquí y los que como Romero y tantos, están con Él y con nosotros de otro modo.
    ¡Si en el Vaticano se dieran cuenta de qué es lo primero, y qué son las añadiduras! ¡Si se detuvieran con las ofrendas camino del altar, recordando lo que los hermanos tienen en su contra y quisieran ir a tratar con ellos!
    Pero resonará por la Tierra el eco de: –¿Caín, donde está tu hermano?
    Y por la Plaza de S. Pedro: “-Os lo aseguro .Cada vez que dejasteis de hacerlo con uno de esos mas humildes hermanos, dejasteis de hacerlo CONMIGO.” Mt. XXV, 45.
    Para tenerlo en cuenta: ¿-? (Mt. XXIV, 24-28):- “….. porque saldrán mesías falsos y profetas falsos,. con tal ostentación de señales y portentos, que extraviarán, si fuera posible, a los mismos elegidos. Mirad que os he prevenido ….Donde se reinen los buitres, está el cadáver.”
    Dice la Iglesia que dijo Jesús.

  • Gabriel Sánchez

    Hay un articulo en redes cristianas que nos habla de que se santifica con KarolWojtyła …
    http://www.redescristianas.net/2011/04/29/%c2%bfque-es-lo-que-se-esta-beatificando-en-juan-pablo-iiobservatorio-eclesial/

    Es interesante esto porque seguramente con Romero, o junto a El se santificaria, las comunidades de Base, los obispos al servicio del pueblo y no viscebersa, la Iglesia servidora del pueblo, abierta ecumenica, liberadora… Yo creo que quienes hacen este espectaculo, poniendole acolchado de oro al feretro,  no sólo mostraron una Iglesia ajena al pueblo de Dios…sino lo que es peor, ajena al mismo Jesús de Nazareth… Para nosotros, el morir sosteniendo el cuerpo del Señor, por servir al pueblo, es la imagen patente de lo que Jesús les pide a sus discipulos y esa es la Iglesia de la que nos sentimos parte.- Gabriel

  • Antonio Vicedo

    Parece ser que beatificaciones y canonizaciones en la Iglesia tienen como principal motivación y finalidad el reforzar actitudes “modélicas” que, en cada momento histórico,  los poderes eclesiásticos representativos sobre valoran, no siempre, en limpia coherencia con el testimonio y mensaje de Jesús.
    Esto explica muchas cosas de las que se han dado y se dan en este quehacer vaticano.
    ¿Que corriente pastoral y de eclesialidad se ha potenciado últimamente, sobre todo después del Vaticano II?
    -Pues hace falta encumbrar actitudes y personas implicando en ello las preferencias divinas que llaman virtudes de gran valor.
    ¿Cuestiona esto la supuesta infalibilidad del llamado Magisterio Apostólico Ordinario o Extraordinario?
    -Opino que no, en cuanto que la muerte introduce a TODOS LOS HUMANOS  en la Bienaventuranza del Padre, cuya bondad y aprecio con sus hijos supera a la de tod*s l*s padres y madres HUMAN*S con los suyos.
    Una actitud coherente con el contenido de las parábolas (del  Padre con dos hijos de conductas diferentes; del Padre Dueño de la viña que consigue el pleno empleo y desborda la justicia  con su Bondad; la del Buen Samaritano; y la del Buen Pastor buscando, encontrando y llevando gozoso sobre sus hombros LA CIEN QUE COMPLETA TODO EL REBAÑO) de parte del Papa, evitaría muchos espectáculos inútiles o contraproducentes que hacen de celemín  sobre la LUZ esplendorosa de JESÚS.

  • juanito

    Como decia un sacerdote en mí pueblo.Los que están en los altares,serán todo lo santos que quierán (la vida de algunos dudosa ),pero para mí,santos son mis padres,que se todos los sacrificios y penalidades que han sufrido,y eso en el silencio de su casa,sin pompas ni cultos hipocritas.A Romero ya lo hemos hecho santo,porque es un martir de los pobres y perseguidos,las pompas y boatos para Woitila,que lo dejo tirado (como a Arrue,Cardenal etc ),mientras santificaba a Pinochet y compañia.

  • Asun

    Antonio, gracias por tu consejo y aclaración. Un abrazo.

    Buenas noches.

  • Antonio Duato

    Os aconsejo que leáis bien lo que dice este llamamiento ecuménico a todo el pueblo cristiano. No pide la canonización en absoluto. No se dice Santo subito sino Santo Ya . Oscar Romero es YA modelo de vida cristiana, encarnación del Espíritu de Jesús en el mundo de hoy. Se nos invita a proclamarlo así precisamente el día de los trabajadores y el día en que otros se empeñan en presentar otro modelo de pastor que en absoluto nos convence. Los dos en vida tuvieron enfrentamientos por la manera como Romero entendía lo que debía ser un obispo cristiano.

    Vamos a hablar este fin de semana de Romero, de Juan XXIII y de otras personas que nos han dado ejemplo y mostrado el camino, y vamos sencillmente a olvidar por completo otros fastos contrarios al verdadero evangelio de Jesús. No queremos hablar de ello ni siquiera para criticarlo. Son fastos y ceremonias en las que no queremos ver nunca a estas entrañables personas.Ellos -aunque a Roncalli ya le humillaron beatificándolo a la vez del ultraconservador Pío IX, el último Rey de Roma, enemigo de la “libertades modrnas”. Juan XXIII y Romero no necesitan esas proclamaciones canónicas. Para muchos creyentes ellos y otros muchos YA son santos, no de altares e imágenes, sino ejemplos que enseñan el camino de Jesús hoy.

  • Asun

    Pues nada más que añadir a lo que dicen estos últimos comentarios.

    Gracias a las dos, Carmen y Mariana.

  • MARIANA NUÑEZ

    Una tarea urgente: la resignificación de lo que entendemos por un ser humano “canonizado”, “santo/santa”.
    Qué lenguaje arcaico y sin sentido. Y entonces se correrá el riesgo de que se “suba” a Romero a los altares y que ahí nomás se desarrolle toda la fenomenología de  peticiones, curaciones, milagros y un largo etcétera que desvirtuará el sentido de nuestro pronunciamiento como cristianos a causa de la ejemplaridad de su vida en opción y servicio radical de los pobres. El pueblo, su pueblo debe saber muy bien “de qué se trata”.
    ¡Qué necesarias se hacen nuevas instancias de participación para “parir lo nuevo” !
    ¿O será que lo nuevo está naciendo y no terminamos de caer en la cuenta?
    Mariana

  • Carmen (Almendralejo)

    Si queremos otra IGLESIA, deberemos empezar por cambiar aquello que hoy ya fuele a rancio o podrido.

    Dejemos de sentirnos con esa necesidad de diose de barros, personas que fueron honestas y que ya fueron en vida como Jesús, y que no necesitan nada más que sigamos actuando como ell*s y no como actuan estos a quienes tanto criticamos, pero que fomentamos porque en defintiva nos va, esos papeles como anillo al dedo.
    ¿Cómo se puede estar en esos sillones que por género se boicotean, por qué criticamos y pedimos que eso cambie pero a la vez, seguimos haciendo el juego a la alta jerarquía de la ICAR?

    Ni Oscar Romero ni nadie necesita que los santifiquen porque con los santos lo único que se hace es dioses de barro, adormecer al pueblo, y huchas para la jerarquía.

    Ni D*s, ni sant*s, Dan nada, quitan nada… dejen de aborregar a las personas.

  • Gabriel Sánchez

    Hay un dicho popular por aqui… y hablando de Roma…..

    El ya es un Santo para el pueblo de Dios y calculo que tal vez para Dios tambièn, ahora falta que la Iglesia nos convirtamos y lo reconozcamos…Hablando de Santos y Santidades, el diálogo entre Juan Pablo II y Mons Romero, en momentos en que el ejercito salvadoreños mataba salvadoreños como moscas…Cuál fue la actitud del pastor Universal…
    “Compréndame, yo necesito tener una audiencia con el Santo Padre…
    – Comprenda usted que tendrá que esperar su turno, como todo el mundo.
    Otra puerta vaticana se le cierra en las narices.
    Desde San Salvador y con el tiempo necesario para salvar los obstáculos de las burocracias eclesiásticas, Monseñor Romero había solicitado una audiencia personal con el Papa Juan Pablo II. Y viajó a Roma con la tranquilidad de que al llegar todo estaría arreglado.
    Ahora, todas sus precauciones parecen desvanecidas como humo. Los curiales le dicen no saber nada de aquella solicitud. Y él va suplicando esa audiencia por despachos y oficinas. – No puede ser -le dice a otro-, yo escribí hace tiempo y aquí tiene que estar mi carta…
    – ¡El correo italiano es un desastre!
    – Pero mi carta la mandé en mano con…
    Otra puerta cerrada. Y al día siguiente otra más. Los curiales no quieren que se entreviste con el Papa. Y el tiempo en Roma, a donde ha ido invitado por unas monjas que celebran la beatificación de su fundador, se le acaba.
    No puede regresar a San Salvador sin haber visto al Papa, sin haberle contado de todo lo que está ocurriendo allá.
    – Seguiré mendigando esa audiencia -se alienta Monseñor Romero.
    Es domingo. Después de misa, el Papa baja al gran salón de capacidad superlativa donde le esperan multitudes en la tradicional audiencia general. Monseñor Romero ha madrugado para lograr ponerse en primera fila. Y cuando el Papa pasa saludando, le agarra la mano y no se la suelta.
    – Santo Padre -le reclama con la autoridad de los mendigos-, soy el Arzobispo de San Salvador y le suplico que me conceda una audiencia.
    El Papa asiente. Por fin lo ha conseguido: al día siguiente será.
    Es la primera vez que el Arzobispo de San Salvador se va a encontrar con el Papa Karol Wojtyla, que hace apenas medio año es Sumo Pontífice. Le trae, cuidadosamente seleccionados, informes de todo lo que está pasando en El Salvador para que el Papa se entere. Y como pasan tantas cosas, los informes abultan.
    Monseñor Romero los trae guardados en una caja y se los muestra ansioso al Papa no más iniciar la entrevista.
    – Santo Padre, ahí podrá usted leer cómo toda la campaña de calumnias contra la Iglesia y contra un servidor se organiza desde la misma casa presidencial.
    No toca un papel el Papa. Ni roza el cartapacio. Tampoco pregunta nada. Sólo se queja.
    – ¡Ya les he dicho que no vengan cargados con tantos papeles! Aquí no tenemos tiempo para estar leyendo tanta cosa.
    Monseñor Romero se estremece, pero trata de encajar el golpe. Y lo encaja: debe haber un malentendido.
    En un sobre aparte, le ha llevado también al Papa una foto de Octavio Ortiz, el sacerdote al que la guardia mató hace unos meses junto a cuatro jóvenes. La foto es un encuadre en primer plano de la cara de Octavio muerto. En el rostro aplastado por la tanqueta se desdibujan los rasgos indios y la sangre los emborrona aún más. Se aprecia bien un corte hecho con machete en el cuello.
    – Yo lo conocía muy bien a Octavio, Santo Padre, y era un sacerdote cabal. Yo lo ordené y sabía de todos los trabajos en que andaba. El día aquel estaba dando un curso de evangelio a los muchachos del barrio…
    Le cuenta todo al detalle. Su versión de arzobispo y la versión que esparció el gobierno.
    – Mire cómo le apacharon su cara, Santo Padre.
    El Papa mira fijamente la foto y no pregunta más. Mira después los empañados ojos del arzobispo Romero y mueve la mano hacia atrás, como queriéndole quitar dramatismo a la sangre relatada.
    – Tan cruelmente que nos lo mataron y diciendo que era un guerrillero… -hace memoria el arzobispo.
    – ¿Y acaso no lo era? -contesta frío el Pontífice.
    Monseñor Romero guarda la foto de la que tanta compasión esperaba. Algo le tiembla la mano: debe haber un malentendido.
    Sigue la audiencia. Sentados uno frente al otro, el Papa le da vueltas a una sola idea.
    – Usted, señor arzobispo, debe de esforzarse por lograr una mejor relación con el gobierno de su país.
    Monseñor Romero lo escucha y su mente vuela hacia El Salvador recordando lo que el gobierno de su país le hace al pueblo de su país. La voz del Papa lo regresa a la realidad.
    – Una armonía entre usted y el gobierno salvadoreño es lo más cristiano en estos momentos de crisis.
    Sigue escuchando Monseñor. Son argumentos con los que ya ha sido asaeteado en otras ocasiones por otras autoridades de la Iglesia.
    – Si usted supera sus diferencias con el gobierno trabajará cristianamente por la paz.
    Tanto insiste el Papa que el arzobispo decide dejar de escuchar y pide que lo escuchen. Habla tímido, pero convencido:
    – Pero, Santo Padre, Cristo en el evangelio nos dijo que él no había venido a traer la paz sino la espada.
    El Papa clava aceradamente sus ojos en los de Romero:
    – ¡No exagere, señor arzobispo!
    Y se acaban los argumentos y también la audiencia.
    Todo esto me lo contó Monseñor Romero casi llorando el día 11 de mayo de 1979, en Madrid, cuando regresaba apresuradamente a su país, consternado por las noticias sobre una matanza en la Catedral de San Salvador.
    Testimonio de María López Vigil, autora del libro PIEZAS PARA UN RETRATO, UCA Editores, San Salvador 1993″

  • pepe sala

    Pues el bueno de Oscar Romero ( sin SAN, que éso quita muchos puntos ante el respeto del PUEBLO) se habrá quedado anodadado ante tanta parafernalia de lujos, títulos nobiliarios, sandeces de televisiones y miles de tipos uniformados. Justo lo que más le repugnaba a Oscar Romero, según tengo entendido.
     
    Y si de lo que se trata es de declararse contra la tortura para obtener el calificativo de ” SAN”…, aquí, en España, hay unos cuantos candidatos a la beatificación.
     
    Cuidado, Esteban Beltrán, que por menos se llevaron por delante a Oscar Romero.  Supongo que Esteban no celebre misas y se exponga a la ” bala asesina” que le suba a los alteres por informar de ciertas cosillas molestas:
     
    http://www.amnesty.org/es/stay-informed/publications/books/sal-en-la-herida
     
    ( Yo, por si las moscas, no diré nada de algunas fotos que aperecen por aquí de vez en cuando. Las fotos de Güantánamo tienen mucho que aprender de los cuarteles españoles. Estas sí que son denigrantes ( alguna de una obscenidad brutal con una muchacha), no las que mostraron en los buenos tiempos de Güantánamo, Irak, etc. Pero me lo callaré para que no me metan una bala entre ceja y ceja mientras pelo las patatas… ya que no sé celebrar misas.)
     
    Será por ” santos”… pero a Oscar que se lo dejen al PUEBLO, hombre, no se lo roben también.

  • Jordi Morrós

    Qué casualidad verdad que se haya buscado este 1 de mayo para promover la canonización del obispo Romero por parte de este colectivo ecuménico!! (de hecho monseñor Romero ya está en proceso de beatificación por parte de la Iglesia católica desde el año 2005, pero muchos católicos sabemos que hay fuertes razones políticas para que el proceso no avance demasiado rápidamente).
    Y siempre me gusta recordar, (y hoy todavía un poco más después de todo el espectáculo televisivo y mediático de la “royal wedding” del nieto de su graciosa Majestad británica), que es precisamente en la anglicana catedral de Westminster donde hay una estatua en honor de este mártir del siglo XX.
    Ahí la podéis ver:
    http://www.westminster-abbey.org/our-history/people/oscar-romero
    El reconocimiento de la santidad es una cosa mucho más amplia y compleja que lo que a veces puede reconocer una institución religiosa concreta, y aunque sea una institución de la historia y raigambre social que sin duda puede tener la iglesia católica, pero que por este mismo motivo está muy sometida a equilibrios y componendas políticas.