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Juan Pablo II. Una beatificación y un milagro discutidos

Ayer se hizo público el programa para la beatificación de Juan Pablo II el próximo 1 de Mayo. A los seis años el “santo subito” se ha hecho realidad. Pedimos prestado hoy a Xavier Pikaza el comentario que sobre el tema hizo hace unos meses en el blog de X. Pikaza. Él, que es socio fundador de ATRIO está siempre contento cuando difundimos aquí sus artículos y los abrimos a comentarios.


La discusión comenzó el mismo día del entierro (4-5 abril 2005), cuando aparecieron en la Plaza del Vaticano, de forma espontánea o dirigida por instituciones de poder, las pancartas del Santo Súbito (Santo ya, inmediatamente). No fue canonizado “inmediatamente” (súbito), como pedían las pancartas, pero casi. No he dudado de la santidad del papa Wojtyla, de su sacrificio y de su entrega al servicio de la Iglesia. Pero tengo mis dudas sobre la conveniencia “inmediata” de su beatificación, por dos razones básicas:

(a) Porque su figura sigue marcando una escisión en la Iglesia actual. Por eso, presento mis “reparos” sobre la conveniencia de beatificarle en este momento (cuando no se han curado las heridas que él pudo causar).
(b) Porque la forma de ratificar su santidad con un presunto milagro, que los cardenales de la comisión de canonizaciones ya han aprobado (curación de un caso de “Parkinson”), me parece menos “evangélica”.

1. Dudas ante la Beatificación de Juan Pablo II

Juan Pablo II ha sido una figura pública, querida y admirada por millones de personas, pero, al mismo tiempo, discutida en amplios círculos de la Iglesia católica. Su beatificación “súbito”, a los seis años de su muerte, me parece, por lo menos, apresurada.

a) Riesgo de endogamia.
Son muchos los que piensan que, con esta beatificación, un tipo de jerarquía de la Iglesia se “ratifica” y aprueba a sí misma, como hizo ya al beatificar a Pío IX. No parece un “fair play”, un ejercicio de “igualdad de oportunidades” y de apertura a otros modelos de Iglesia y de santidad. Muchos piensan que al obrar de esta manera la iglesia tiende a fortalecerse a sí misma como jerarquía: Los que beatifican a este Papa son aquellos mismos que él había colocado en la cumbre de la jerarquía vaticana, de manera que puede pensarse que lo hacen básicamente en un gesto de agradecimiento “endogámico”, para ratificarse a sí mismos (para decir así que ellos tienen razón, que su forma de actuar está bendecida desde el cielo, por el nuevo “santo”). Hay otras figuras y modelos de Iglesia que no han tenido esta “suerte”, por ahora: desde Mons. Romero hasta H. Camara.

b) Un pontificado poco dialogante
Juan Pablo II parece haber sido un santo por dentro, hombre de oración y sacrificio. Pero su pontificado ha sido poco trasparente, poco abierto a la concordia de todos los grupos en la Iglesia. Por todas parte se cuentan las anécdotas sobre su “dureza” en el trato con algunas figuras de la Iglesia, a las que “humilló”, empezando por el Cardenal Tarancón. Sin duda, la santidad puede incluir un tipo de “dureza” al servicio del ideal cristiano. Pero muchos tienen la impresión de que la “dureza” de Juan Pablo II se mostró sólo en una línea, y se dirigió en contra de un tipo de Iglesia que él no aprobaba. Mientras no quede claro lo que está al fondo de esa dureza, resulta poco prudente beatificarle. Es como beatificar a una parte de la Iglesia, a un tipo de pastoral y de misión que está siendo todavía discutida. Puede pensarse que esta beatificación es un intento de ratificar un tipo de política eclesial que resulta, por lo menos, discutible. No es bueno (querer) resolver los problemas de la Iglesia “canonizando” a los que van en una línea. En este momento, la beatificación de Juan Pablo II puede tomarse como triunfo de un tipo de iglesia que posiblemente deberá cambiar muy pronto, cuando cambie la “política” eclesial del Vaticano. Podían haber esperado unos años, cuarenta o cincuenta, para ver lo que queda de poso en la vida y figura de Juan Pablo II, para “beatificarle” a él como persona, no a un tipo de Iglesdia.

c) El tema abierto de la pederastia.
No es quizá el más importante, pero es muy significativo. Tras la muerte de Juan Pablo II se ha destapado en la Iglesia Católica el tema de la pederastia en algunas partes del clero. No es que Juan Pablo II tenga la culpa, pero son muchos los que piensan que no fue transparente en su administración, que se dejó engañar… El tema es demasiado urgente, demasiado doloroso, como para pasarlo así por alto. No todos tienen la misma responsabilidad en ese tema y en otros de la vida de la Iglesia. Debemos suponer que Juan Pablo II no tiene directamente culpa alguna. Pero hay también responsabilidades indirectas, y no está claro que Juan Pablo II esté libre de ellas. Un Papa podría haber actuado de modo distinto.

2. Preguntas ante el valor probativo de los milagros

Al lado de las tres dudas anteriores quiero plantear el tema de la “prueba” de los milagros. Dicen que médicos y cardenales de la comisión para las beatificaciones han aprobado el “milagro” realizado por intercesión de Juan Pablo II, de manera que peude ser beatificado. Éste es un tema sobre el que me he pronunciado ya. El 30.11.09 publiqué un post titulado ¿Qué milagros son necesarios para las canonizaciones? Una reflexión “crítica”. Había asistido días antes a la defensa de una tesis doctoral en Derecho Canónico, defendida por Pierre Kaziri, en la Universidad Pontificia de Salamanca. El tema era: Las virtudes y el martirio como razones o causas para beatificar o canonizar a un venerable, a lo largo de la historia y en el Derecho actual de la Iglesia. Fue una tesis razonada, precisa, profunda, y así lo reconocieron los especialistas del tribunal, representantes de las tres grandes Facultades de Derecho Canónico en España: Navarra, Comillas y Salamanca: ¿Qué pasa con los milagros? ¿Por qué no ha tratado el doctorando de ellos? El doctorando respondió que se trataba de un silencio metódico, pues su tema era sólo las “virtudes” y el “martirio”. Pero todos los asistentes tuvimos la impresión de que no había querido tratar de los “milagros” porque ellos están muy discutidos (como causa de beatificación), tanto en el plano teológico como en el canónico. Exigir milagros, como hoy se hace, para beatificar o canonizar a un santo me parece algo cercano a la magia. Va en contra del estilo “cristiano” de Jesús y de la Iglesia y se sitúa en la línea de la ordalía o de ciertas pruebas “sobrenaturales” que se exigían aún todavía en el Antiguo Testamento (como las aguas amargas). Jesús no iba en esa línea. Ciertamente “creo” en los milagros, es decir, en la presencia de lo sobrenatural, en el poder de la Vida que se expresó en Jesús y que se expresa en muchos hombres y mujeres, pero convertirlos en “prueba” exigida para resolver un tema (un juicio, un proceso de santidad) me parece contrario al evangelio. Esto es lo que pienso, con la mayor parte de los teólogos y canonistas católicos con quienes he dialogado sobre el tema.

Apelar a milagros, una visión medieval (y poco cristiana) del Derecho Canónico.

a. La mayor parte de los teólogos creemos en los “milagros” en el sentido del Evangelio. No sólo pensamos que la vida es un milagro y que, sobre todo, es un milagro la fe y la experiencia de la gracia, sino que estamos convencimos de que hay muchas cosas que no pueden explicarse por la pura ciencia.

b. Pero el milagro no es algo que va “contra las leyes de la naturaleza” (¡pues no conocemos lo que ella, la naturaleza, significa!), sino aquello que nos abre hacia un horizonte más amplio de vida y de esperanza. El milagro auténtico es “Dios”, es decir, la fe en Dios… En ese sentido, los milagros ya concretos son “señales” (signos) de esa presencia de Dios, no pruebas, como sabe el Evangelio: Jesús nunca “ha probado” algo con milagros, más aún, se ha negado a hacerlo, cuando le han pedido y exigido que los haga. (Jesús no probaría con un milagro la santidad de su siervo Wojtyla) Pero su vida está llena de signos de misterio, para aquellos que saben ver.

c. Si un milagro se probara científicamente no sería milagro, sino que caería (de alguna manera) dentro de la lógica de la ciencia. La buena ciencia sabe que en la vida de los hombres hay cosas y cambios que no se explican a través de una ciencia de tipo físico (como la medicina clásica), pero eso no significa que ella los considere milagros (en el sentido de acciones que rompen las leyes de la naturaleza), sino que deberíamos ampliar el concepto de naturaleza y de vida humana.

d. No negábamos, pues los milagros, pero pensábamos que ellos no se pueden probar en un plano “científico”, pues tampoco sabemos lo que es la ciencia y lo que podrá ser mañana. Por otra parte, el despliegue de la salud y de la enfermedad de los hombres y mujeres nos sitúa en las mismas fronteras de la ciencia, abriéndonos a elementos y factores que no podemos dominar con los métodos de contabilidad científica actual.

e. Por otra parte, pedirle a Dios “milagros” para probar que un hombre o mujer es santo nos parecía más cercano a las ordalías medievales (de tipo germano) que al estilo bíblico y cristiano de vida. Pensábamos que en este campo la praxis canónica de la Iglesia tiene que cambiar, adaptando el Derecho Canónico al Evangelio (al estilo de vida de Jesús). Estábamos convencidos de que Jesús nunca pediría un milagro de estos que pide el Derecho Canónico actual para canonizar a alguien… Ni siquiera a él le habrían podido canonizar según el Derecho Canónico (pues los “científicos” de entonces, que no eran malas personas, no creyeron en sus milagros… y la resurrección no se puede probar con métodos científicos).

f. Además, no es más milagro la curación “externa” de un enfermo que el hecho de que ese enfermo muera. Más milagro fue la muerte de Jesús en la Cruz que el posible “descenso” de la cruz, por obra de ángeles o seres sobrenaturales (como el mismo Jesús dijo). Pedir (exigir) milagros de curación cuando Dios no “curó” a Jesús de esa manera en la cruz nos parecía poco cristiano. El tema lo planteó de una forma intensa el gran Dostoievsky, en los Hermanos Karamazov, al hablar de la muerte y de la corrupción de un monje “santo”. ¿Qué es más milagro la incorrupción en el sepulcro que el corromperse en un sentido para renacer en otro, como dice San Pablo en un lugar famoso de 1 Cor 15).

g. Toda la tradición cristiana, desde el tiempo de Jesús, conoce bien el tema de la ambigüedad y manipulación de la “milagrería” que puede darse y se da en ciertas capas de la Iglesia (aunque éste no es el caso en las causas de beatificación y canonización, decíamos). El único “milagro” es la fe, una fe actica que puede mostrarse en el hecho de que muchos hombres y mujeres se hayan puesto en manos de Dios a través del “testimonio” algunos santos… Esa fe que cambia la vida que es el verdadero milagro.

Una conclusión

Conclusión. El milagro de Juan Pablo II

No quiero ya tratar del milagro “concreto” que se ha aprobado para la beatificación de Juan Pablo II (parece tratarse de una persona que se ha curado de una enfermedad fuerte de parkinson). No dudo de que se haya curado, no dudo de que haya invocado a Juan Pablo II. Pero decir que eso ha sido milagro en el sentido que se le da al término y que el “autor” (o intermediario) ha sido Juan Pablo II me parece demasiado. Si se quiere conservar el término “milagro” habría que darle otro sentido, otros matices, en la línea del cambio personal y de la apertura de horizontes humanos, ante el misterio de Dios, ante el don de la vida, tal como descubrimos en el Evangelio de Jesús. Necesitamos y queremos “milagros”, pero en otro sentido, no para “probar algo” (si uno es santo o no), sino para superar el plano de las “pruebas”, penetrando en el ámbito de la gracia, de la felicidad de Dios, del don de la vida.

En esa línea se puede seguir leyendo, con humor y discreción, el libro de José Carlos MARTÍN DE LA HOZ – Ricardo QUINTANA BESCOS , CAUSAS DE CANONIZACIÓN Y MILAGROS (Desclée de Brouwer, Bilbao 2008)

Lo que Jesús pide es “fe” activa, amor intenso al servicio de los demás. Más aún, la fe es capaz de “hacer milagros”, es decir, de transformar la vida de los hombres y mujeres, en un plano de totalidad, incluso de manera “corporal”. Pero “demostrar” que hay milagros concretos, realizados por la intercesión de este “santo” concreto y poner esos milagros como “prueba” de santidad me parece quizá demasiado (es decir, poco evangélico). Quizá sería hora de que cambiara la norma canónica sobre los milagros en los procesos de beatificación y canonización.

El milagro de Juan Pablo II tiene que ser su vida entera al servicio de la unidad y de la misión de la Iglesia. No sé si su recuerdo es ese “milagro” que la Iglesia actual necesita, en su misión de evangelio.

http://www.redescristianas.net/2011/01/15/juan-pablo-ii-una-beatificacion-y-un-milagro-discutidosxavier-pikaza-teologo/

16 comentarios

  • diana

    sabes estamos en un mundo muy egoistas ya que como pueden pensar barbaridades de l papa tanto daño les hace que lo beatifiquen me parece muy mal pero en fin cada quien tiene su forma de pensar

  • Antonio Vicedo

    Javier Renobales Scheifler
    10-Abril-2011 – 22:09 pm
    Ya sé que la fe en Jesús, que supone la puesta en Dios tal y como en su testimonio y mensaje nos apoyamos, es acto de libertad y por tanto implica respeto hacia culquier postura ajena a la par que debe gozar del respeto ajeno.
    Si lo del Buen Pastor y su actitud con lo que para el pastor significa el aprico y la oveja que contempla la totalidad en la centena, y lo de la parábola de los trabajadores de la viña recibiendo todos (pleno empleo) el denario empezando por los que ni siquiera dieron golpe por lo tarde que se incorporaron, en esto me apoyo para pensar que a la hora del fin, todos son considerados por Dios bienaventurados.
    La cuestión de,  si se trata de un comportamiento justo por parte del Amo de la viña, como le replicaron los jornaleros de la primera hora, quedó aclarado por como el Amo que retribuye explica su proceder, no basado en los criterios de justicia de aquellos, sino en la propia generosidad.
    Los COMO actúa y se comportó Jesús y nos expuso su convicción del comportamiento del PADRE, son muy importantes e interesantes , si queremos basar nuestra fe en el mismo DIOS de Jesús, cosa que a Él le valió de parte del Sanedrín la calificación de blasfemo y como tal reo de muerte.
    En otra ocasión habló del Padre del Hijo que retorna y del mayor que critica su acogida, y también que su actitud paterna positiva respecto a SUS HIJOS, no tiene punto de comparación con la de los mejores padres respecto a sus hijos.
    Entre nuestra corta justicia (plasmada en todas nuestras apreciaciones, sobre todo las definitivas) y esta que claramente expone Jesús y por la que compromete su vida, yo me quedo con la de Jesús.
    ¿Cuando en la Iglesia se entenderá esto prácticamente con plena coherencia evangélica? Pero claro en la carga de culpabilidad imperdonable o vindicativa (manipulación de perdones y condenas;infiernos, purgatorios y sufragios, hay manantial por el que brota de todo , menos AMOR DIVINO.

  • Javier Renobales Scheifler

    Venga ya, Antonio Vicedo,
     
    Un dictador (los papas lo son, y más Wojtyla) no puede ser bienaventurado, y menos bienaventurado aún si ha sido involucionista decenas de años hasta su muerte, como esWojtyla, y Ratzinger es su clon, va por el mismo camino, ues ya inspiró a Wojtyla en su día.
     
    Creo que Hans Kün los calificó de nefastos para la ICAR, no sé ahora si a Wojtyla o a Ratzinger, o a los dos, que son iguales en involucionismo de la ICAR. Bienaventurados y nefastos no es posible en las mismas personas. O bieneventurados, o nefastos, que es lo contrario.

    En mi modesta opinión, nefastos 100%p para la ICAR y para mí;.

    Muy bienaventurados para el Opus de Escribá, para los Legionarios de Maciel, para los kikos de Argüello, para Comunión y ‘Liberación’, etc, etc, etc.
     
    Yo no entiendo de Apriscos, pero me parece deleznable el espectáculo de santificar a un ultra como Wojtyla, cuando Jesús fue un rebelde, todo lo contrario de un uyltra como Wojtyla, Ratzi, y esos movimientos ultracatólicos, de los que tenemos en Atrio a alúnos representantes.
     
    Un regocijo para la ultraderecha, para el PP, para los poderoso y los crédulos de la ICAR, pero lamentable para Jesús, Antonio Vicedo. Acláramelo, por fa.
     
    Estamos acostumbrados a santificaciones de tipos como Escribá. Esas santificaciones católicas no valen una comino, son puro marketing para la galería. Son una mierda, hablando en plata, que dicen.
     
    Para mí son pura propaganda, al viejo fascista, en olor de multitud.

  • Antonio Vicedo

    No seré yo quien ponga reparos a la consideración de bienaventurado (¿No quiere decir esto Beato?) de Juan Pablo II, porque no los pongo respecto a ninguo de los humanos que siguen vivos después de pasar por la muerte, pero sí quiero aportar aquí, ante semejante movimiento espectacular por el Vaticano para esta beatificación, una sencilla reflexión sobre la alegoría del Buen Pastor en la que Jesús se presenta buscando la oveja que faltaba en su Aprisco para la CENTENA (=PLENO TOTAL) hasta encontrarla, cargarla sobre sus hombros y llevarla al Aprisco con gozo al que invitaba a cuantos encontraba.
    ¿De verdad que esos espectáculos vaticanos tienen en cuenta este ejemplo y testimonio de Jesús? ¿También son expresión de fe práctica en aquello de:”CONMIGO hacéis o dejáis de hacer LO QUE con UNO CUALQUIERA de mis más débiles y pequeños HERMANOS?.

  • Javier Renobales Scheifler

    Pepe Blanco,
     
    Es que viven de ello, del negocio católico, y dura ese negocio ya tantos siglos, que han hecho mucha mentalidad de negocios. Usar a los Papas, (elegidos por Dios, Santos, infalibles, representantes de Dios en la Tierra … etc., dicen) para fomentar negocios, para ellos es bueno, es ético.
     
    Por ejemplo Lourdes, con la magia de la falsedad de la aparición de la Virgen (bueno, lo de virgen … es otro invento) es un buen negocio, económicamente porque da mucho dinero, y eclesialmente porque la gente así cree (la que cree) en los milagros (Dios haciendo milagros, la Virgen apareciéndose, y curando enfermos …), lo cual es imprescindible para que se crean que Dios elige al Papa, y le hace infalible, y le hace bueno y le dice lo que es ético y lo que no lo es … Una inmensa filfa.
     
    Ejercitando esa mentalidad de negocio, fomentan el turismo, con eso de fabricar otro Santo con Wojtyla (algo impresentable, como creo has dicho antes, y estoy muy de acuerdo contigo), y así están a partir un piñón con los gobernantes (doctrina de Wojtyla, que le decía a Romero que se entendiera con los gobernantes que le asesinaron) sobre todo si son de la extrema derecha.
     
    Ya Pablo de Tarso (alias San Pablo, aquí todo va de Santos) en Romanos 13 mezcla a Dios con la autoridad de los que se han apoderado del mando en la sociedad, y a éstos los pone por las nubes, creo recordar, aunque fueran los militares invasores romanos que asesinaron a Jesús, tras torturarlo salvajemente.
     
    Mtz. Camino, portavoz de los comisarios al servicio del Jefe del Estado Vaticano en España (la CEE, la llaman), decía que la venida del Papa a España es un buen negocio, y los 50 millones en que se ha presupuestado el viaje del encumbrado Jefe de Estado son el chocolate del loro (creo recordar que esas fueron sus palabras).
     
    Otro baño de multitudes del Papa ante las Televisiones mundiales viene muy bien para mantener el negocio, pues esos espectáculos entran por los ojos a mucha gente, y así el negocio va viento en popa (luego ponen la cruz en la casilla de la ICAR o de sus ONGs, en la declaración de la renta, y si declaran muchos ingresos (los ricos) mejor que mejor, más dinero para la ICAR, o sea bueno para Dios, dicen los jerarcas y sus curas.
     
    No es de extrañar, el catolicismo oficial de la ICAR es así. Y así seguirá, si quiere perdurar, pues así ha sido durante siglos, y por eso ha perdurado tanto.
     
    Claro, que este fundamento también lo Santifican, y dicen que la ICAR perdura porque Dios la sostiene (intervención mágica inventada para decir que la ICAR es Santa), pues dicen que ‘las puertas del infierno no prevalecerán contra ella’.

  • pepe blanco

    ¡¡Buy the special JPII  pass!!
     
    Por 18 miserables euros, compra un special JPII pass.
     
    El special JPII pass no te da derecho a un milagro del próximo beato, pero te ofrece todo esto:

    • Transporte público urbano dentro de la ciudad de Roma (autobús, tranvía, metro, tren Roma-Ostia) durante tres días a partir de la fecha de la primera validación;
    • Pack lunch – almuerzo para la jornada del 1° de mayo;
    • Kit informativo para los eventos que conciernen la Beatificación e informaciones útiles;
    • Asistencia sanitaria;
    • Asistencia para las celebraciones (el título no garantiza la entrada en la Plaza de San Pedro para la celebración de la Santa Misa de Beatificación);
    • Visita a la Cárcel Mamertino con guía de audio;
    • Visita a la Basílica de San Juan de Letrán con guía de audio;
    • Open bus Roma Cristiana de duración de tres días (utilización del título de transporte vinculado a la viabilidad urbana según lo establecido para el evento por el Ayuntamiento de Roma;
    • Misal para la Santa Misa de Beatificación;
    • Aparato.
    O sea, un bocata, un folleto informativo, un pasquín para una misa, media docena de viajes en bus –porque no te vas a pasar todo el día de bus en bus-, un par de visitas guiadas y un misterioso aparato. Todo por 18 carísimos euros. La beatitud de JPII le sale rentable al Vaticano.
    Si es que, en el fondo, se trata de eso: de sacarles unos cuartos al personal…
    ¡Ojo, que todo esto, y aunque lo parezca, no es una ocurrencia del que suscribe…! http://www.jpiibeatus.org/es/site/specialPass
     
     

  • pepe blanco

    Dice el autor: “En este momento, la beatificación de Juan Pablo II puede tomarse como triunfo de un tipo de iglesia que posiblemente deberá cambiar muy pronto, cuando cambie la “política” eclesial del Vaticano”.
     
    Pues yo no acabo de ver dónde algunos pueden ver algún triunfo en ese tipo de iglesia.
     
    No hace falta más que detenerse un rato en  las estadísticas. Durante el pontificado de JPII la iglesia creció, sobre todo, en Africa y en Asia. O sea, donde el nivel cultural y económico es inferior. Y se contrajo en Europa. Estamos en lo de siempre: la mayor cantera de sacerdotes de la iglesia son las clases menos favorecidas. (¿qué sería de la iglesia sin pobres…?) Ahora le toca, sobre todo, a Africa. ¿Todos esos sacerdotes africanos habrán sentido de verdad la llamada vocacional al sacerdocio o, simplemente, el sacerdocio mejora sus expectativas sociales y económicas?
     
    ¿Cuántas veces habló JPII de la recristianización de Europa? ¿Y qué consiguió con su pontificado? Consiguió, por ejemplo, que el número de matrimonios civiles en España, pasara de cifras insignificantes a finales de los noventa, a suponer más del 50% en 2010.
     
    ¿Qué triunfo es ese? La beatificación de JPII es la beatificación del fracaso. Si no lo quieren ver, allá ellos. Casi mejor que no lo vean; así, su colapso llegará más pronto.
     

  • Celso Alcaina

    Huelga decir que sintonizo con Pikaza en cuanto expone en este estupendo artículo. Al menos en dos de mis posts colgados en atrio (“Santo es Dios, ¡Adiós Santo Padre!” y “Canonizaciones, milagros imposibles o pueriles”) abordé genericamente el tema y manifesté mi indignación ante lo absurdo de las canonizaciones y los pretendidos “milagros”. Una trivialización e instrumentalización de nuestro Dios. Carmen (Almendralejo) incide en algo que yo apunté hace pocos días: si Dios puede “curar” una enfermedad ¿por qué no amplía su campo de acción a otros “milagros” más provechosos?  Al menos, al guna vez. Tsumamis, hambres, guerras, asesinatos…

  • Javier Renobales Scheifler

    http://blogs.21rs.es/trastevere/2010/03/02/pederastia-en-la-iglesia-catolica-el-escandalo-que-no-cesa/

    “Estados Unidos, Irlanda, Alemania y ahora Holanda….. El goteo sobre los casos de abusos y pederastia en la Iglesia católica en los últimos veinte o treinta años no cesa.
    El escándalo adquiere proporciones alarmantes
    y cuestiona seriamente el largo pontificado de Karol Józef Wojtyła, que no demostró enterarse – salvo en los últimos años tras publicarse en la prensa los escándalos de abusos sexuales en varias diócesis americanas- de lo que venía ocurriendo en tantos seminarios, parroquias, colegios e instituciones católicas con un clero y algunos obispos para los que los niños y jóvenes no eran más que el vehículo o el objeto para satisfacer sus instintos más bajos.
     
    Los más de 26 años de pontificado de Juan Pablo II, cuando está a punto de procederse a su beatificación, siguen arrojando muchas sombras sobre cierta curia que le rodeaba, sobre su “ignorancia” del problema durante tantos años o sobre la actuación de conocidos prelados en distintas diócesis. El escándalo de Marcial Maciel es claro ejemplo de ello, pero como vemos, desgraciadamente no es el único.”

  • Javier Renobales Scheifler

    Creo que yerra Pikaza cuando dice: Tras la muerte de Juan Pablo II se ha destapado en la Iglesia Católica el tema de la pederastia en algunas partes del clero.”
     
    Parece que el escándalo de la pederastia de eclesiásticos católicos había estallado ya en vida de Wojtyla, al que ahora Ratzinger pretende dar una mano de pintura con brillantina, para tapar tanta porquería.
     
    http://la-trastienda-de-la-fe.blogspot.com/2011/03/la-pederastia-en-la-iglesia-catolica.html
     
    Wojtyla tenía, como papa, todos los poderes en su mano para destapar y perseguir tanto crimen eclesial. Pero eso nunca lo intentó siquiera Wojtyla.

    A Wojtyla las víctimas le importaron un comino, así que, para taparlo, le van a hacer Santo (sí, beato, bienaventurado Wojtyla, ya, que se lo pregunten a las víctimas, que es por quienes asesinaron a Jesús, modelo de bienaventurado que dijo que sólo Dios es Santo, no él).
     
    A Wojtyla, como a Ratzinger, lo que le importó por encima de todo fue la imagen de su negocio, de la ICAR, y no las víctimas inocentes. Un tipo así merece ser Santo en la ICAR: indica la calidad de la institución que lo santifica. Por favor, que nunca hagan Santo a Romero en esa institución tan corrompida.
     
    “El 18 de mayo de 2001 … (Ratzinger y Bertone) … enviaron a todas las diócesis una carta reservada (es uno de los poquísimos documentos vaticanos redactados solamente en latín) en la que se indicaba a la jerarquía eclesiástica cómo debía comportarse frente a los delitos más graves cometidos por sus propios miembros ‘contra la moral y la celebración de los sacramentos’.
    La Epístula, enviada ad totius Catholicae Ecclesiae Episcopos aliosque Ordinarios el Hierarcas interesse habentes y calificada de reservatis, prepresenta una actualización de la instrucción Crimen Sollicitationis firmada en 1962 por el prefecto Alfredo Ottaviani, que prescribía el silencio perpetuo bajo pena de suspensión a divinis, a todas las personas implicadas en este tipo de procesos. …
    Este tipo de casos está sometido al secreto pontificio. …
    Como explicó Tarsicio Bertone … en una entrevista concedida al Observer en 2003: ‘En mi opinión, la petición de que el obispo esté obligado a contactar con la policía para denunciar a un sacerdote que ha confesado actos de pedofilia carece de fundamento’.
     
    Debido al contenido de esta carta reservada, el prefecto (Ratzinger) fue acusado de ‘obstaculización a la justicia’ por el abogado Daniel Shea de Houston, Texas. El abogado Shea representa a uno de los tres muchachos que denunciaron, por abusos sexuales cometidos en los años 90, al sacerdote colombiano Juan Carlos Patino-Arago, que entonces estaba destinado a la iglesia de San Francisco de sales en Houston.
     
    Ratzinger habría tenido que defenderse de la acusación de colaboración con la archidiócesis de Gavelston-Houston en el intento de obstruir la acción de la justicia, pero se convirtió en Benedicto XVI.”
    (“Contra Ratzinger” Ed. Debate 2007, págs. 92 a 94)
     
    Wojtyla sabía todo esto, lo del link que he puesto y lo que dice el libro que cito, y mucho más, y encubrió todo lo que pudo por que por encima de todas las cosas le importó más la imagen de su ICAR.

    Su papado empezó encubriendo el asesinato del Papa Luciani, al que sucedía Wojtyla para hacer la involución a la que llevan a la ICAR sin remisión. Colocarlo en la Jefatura del Estado Vaticano era consecuencia de asesinar a Luciani. No investigó la muerte de Luciani, así empezó su papado.
     
    Sin olvidar cómo traicionó a su arzobispo Romero, y lo puso a los pies de los caballos, para a continuación sustituirlo por un jerarca del Opus de Escribá. (Escribá, otro ‘Santo’ tipo Wojtyla, de la conveniencia del negocio católico).

    Por eso Ratzinger le hace santo, o beato, o como lo quieran disfrazar: poque es el Papado romano el que apesta, con estos dos papas. 

  • Marcelo Dalmazo

    La canonización debería ser de la persona… pero es bastante claro que en este caso es a un estilo de Iglesia, que la verdad, nos ha hecho bastante mal. Es lúcido tu comentario Xavier en este punto. Gracias. 

  • Antonio Vicedo

    No seré yo quien ponga reparos a la consideración de bienaventurado (¿No quiere decir esto Beato?) de Juan Pablo II, pero sí quiero aportar aquí, ante semejante movimiento por el Vaticano para esta beatificación, una sencilla reflexión sobre la alegoría del Buen Pastor en la que Jesús se presenta buscando la oveja que faltaba en su Aprisco para la CENTENA (=PLENO TOTAL) hasta encontrarla, cargarla sobre sus hombros y llevarla con gozo, al que invitaba a cuantos encontraba.
    ¿De verdad que esos espectáculos vaticanos tienen en cuenta este ejemplo y testimonio de Jesús? ¿También son expresión de fe práctica en aquello de:-“CONMIGO hacéis o dejáis de hacer LO QUE con UNO CUALQUIERA de mis más débiles y pequeños HERMANOS? ¡Pues… eso!  Y… además, en el 1 DE MAYO.

  • olga larrazabal

    Acabo de llegar de El Salvador  y pude ver que gracias a Dios Mons. Romero no necesita apologistas, ni milagrillos para  que los campesinos del Salvador lo hayan consagrado su Santo Patrono y lo veneren con el amor que se venera al Padre Bueno, el que los defendió cuando eran masacrados sabiendo que por eso encabezaba la lista de los que los militares y para militares querían asesinar.  Le mandaban todos los días amenazas de asesinato por escrito y por teléfono y el seguía al pie del cañón junto a su pueblo, recogiendo cadáveres o gente aterrorizada. El murió porque se tomó en serio su papel de Pastor, y se tomó en serio el mensaje de Jesús. 

  • Carmen (Almendralejo)

    Donde estaban tod*s los santo en los tsunamis que han asolado la tierra…
    ¿Por qué debe ser salvada esa persona mientras millones mueren?
    Acaso duermen tambien, al igual que D*s esos sant*s?
    Aquí si que hay magia potagia, y de la buena… parece que estamos en tiempos de Lutero
    Yo sigo pidiendo la parte que nos corresponde de ese santo, y que creo que ya se sabe, haber si tenemos para hacer tortillas o revueltos…
    Cuantas gili….eces

  • La canonización se vuelve ser un reconocimiento post-mortem de una persona como suelen hacerlo los gobiernos y instituciones importantes con medallas y títulos particulares para con las personas que se descartaron en una obra o en un oficio. Así lo hizo el presidente G.W. Bush otorgando a Juan Pablo II la medalla de la Libertad. Una manera para reconocer su alta contribución en la lucha contra los sandinistas, los teólogos de la liberación y su colaboración en la caída de la Unión Soviética. En el caso de su canonización en tiempo record podemos ver la mano de los que se complacieron en sus orientaciones tradicionales en lo religioso y neo-liberales en lo político. Le costó harto a Mgr Romero para conseguir una cita con el nuevo Papa, recién elegido.  Tuvo que esperar muchos días y ver una manera especial para llamarle la atención. Por fin logro tener la entrevista. Tenía con él una documentación amplia y fotos detalladas de los crímenes que se cometían en El Salvador de parte del ejército contra el pueblo. Le ensenaba las fotos, pero, según lo que conto más tarde,  a pena J.P.II les miraba como si esas fotos de civiles y sacerdotes asesinatos no le interesaba. Eran, según su parecer, revolucionarios, es decir, en contra el orden establecido. Aconsejo a Mgr Romero de dialogar con el gobierno para resolver los problemas en lugar de acusarlo de asesinar a inocentes.
    No hay duda en mi mente que J.P, II ha sido un gran político al servicio de las fuerzas imperiales bajo mando de las políticas de Estados Unidos en América Latina, en Europa de este, en Medio Oriente, en África y en Asia.  Se gano bien la medalla de la libertad del imperio. Pero del punto de vista de Jesus de Nazaret ?que hizo de la libertad de los pobres, de los explotados, de los encarcelados y torturados de América latina y otras partes del mundo ?Que hizo de la verdad desfigurada por los medios de comunicación y intereses ajenos al evangelio ?Yo se que la misericordia del Padre es grande, pero mi fe encontrara la santidad en la sangre de los martirios, en la sangre de Mgr Romero, jesuitas, laicos muertos al servicio de la justicia, de la verdad y de los pobres.

    Un articulo en frances sobre mi blog: « POUR UNE SOCIÉTÉ AU SERVICE DE L’HUMAIN »

    [Nota de ATRIO: Vale la pena ver este artículo del amigo Oscar, ese gran cristiano canadiense, librepensador y de izquierdas, con tanta sintonía con nosotros. Al menos, recomiendo ver las fotos de su perfil y las del artículo señalado. Y pasearse después por sus jugosas y bellísimas entradas. Yo lo hago de vez en cuando y nunca me defrauda. AD]

  • Luciano Vazquez

    En su día ya me mostre totalmente en contra de la canonización de Juan Pablo II. Cierto es y así se lo reconocí, y reconozco, que fué una persona con un carisma particular y nada corriente.

    Pero tambien hay otras personas y en este articulo se citan a dos, que dan, dieron y darán  su vida por el Evangelio.

    ¿Qué ha hecho JuanPablo II, que no fuera en su cargo?, salir, viajar, reunir grandes masas en torno a su persona, pues sí, eso lo aceptamos todos. Pero también todos hemos contemplado una riña a Cardenal arrodillado en su visita a Nicaragua y dando la comunión a Pinochet en Chile.

    ¿Debería haberla negado?, posiblemente no, entendiendo, que dicho personaje cumpliría los requisitos solicitados por la doctrina de la Iglesía y así fué entendido por Juan Pablo II, pero también podría haberle recordado sus crimenes y desapariciones, pero eso no se mento.

    Todos sabemos que estimuló dentro de la Iglesía, una oposición a la renovación que venía aconteciendo desde el concilio Vaticano II
    Y que no se identifico con las corrientes más abiertas, sino desgraciadamente con aquellos grupos que presentan la cara más ortodoxa, dogmatica y que hacen gala de la doctrina de la Iglesía, en detrimento del evangelio.

    Así mismo, los enfrentamientos contra los jesuitas, no han sido nada buenos y sembraron un campo de destrozos a su alrrededor.
    Amen de la pederastía que suficientemente se narra, aqui.

    Fué un hombre que tuvos sus claroscuros, que necesita que el tiempo, como bien dice Pikaza, pase. Y no, ésta ansía por hacerlo santo, fomentada por los grupos citados mas arriba.

    Con razon un profesor de teología, cuando se refería a  San Agustin o Santo Tomás, lo hacía  sin su apocope y los citaba por su nombre,  un alumno le pidio que explicará, el por qué, a su juicio, de ese tratamiento. El profesor contesto: hijo, ahora es tan facíl ser Santo, que me da la sensación de que ofendo a estos Padres de la Iglesía.

    Paz para todos.