Desde hace algún tiempo recibimos breves textos –a manera de Cartas al director– que nos duele dejar en la papelera. Abrimos pues esta sección e invitamos a todos a enviar estos breves comentarios sobre hechos puntuales que presentaremos de vez en cuando en consjunto, para no aumentar el número de nuestras entradas.
Mal tiempo bien merecido
Señor director:
En una civilización de agricultores, se escogió bien que la máxima festividad religiosa de casi todos coincidiera con la máxima probabilidad de lluvias, que dificultaban el trabajo agrícola, acogiéndose entonces el pueblo en abarrotadas iglesias. Pero hoy la Iglesia se ha politizado, y pervertido también en esto el mandato de Jesús de que no se pusieran a rezar por las esquinas como los fariseos. Sale de calle de sus iglesias, siempre vacías, por su traición al Evangelio, que la gran mayoría de los ciudadanos no pisamos ya sino como turistas o en ciertos ritos sociales, cada vez menos frecuentes. Y hace ostentación de su verdadero poder, con romanos (¡!), guardias armados y hasta legionarios, lo más opuesto al espíritu de Jesús.
La lluvia castiga su perversión del espíritu primitivo, provocando lágrimas de despecho entre sus “nazarenos”, que no cristianos; crédulos, que no creyentes: algunos son ya incluso ateos declarados. Y, por supuesto, esa hoy insensata elección de fecha, y ese mal tiempo, nos castiga, -también a merecidamente, aguando nuestras vacaciones, haciéndonos la Pascua-, a la gran mayoría de de los españoles, que no hacemos respetar la aconfesionalidad constitucional e instaurar un nuevo y más racional calendario para nuestras actividades, rindiéndonos ante tan irracionales fantasmas del pasado.
Martín Sagrera Capdevila, religiólogo. Madrid.
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El último pordiosero
Muy señor mío:
Un mendigo habitual, visiblemente perturbado, prendió fuego en la sacristía de del templo de la Sagrada Familia, tras señalar unos ricos ornamentos litúrgicos y gritar: “¡Todo esto es robado!”. En el cristianismo primitivo, los mismos santos vendían hasta los cálices para socorrer a los pobres. En estos tiempos de crisis en España, con, más de ocho millones de pobres y tantos miles de mendigos durmiendo en las calles, éste era quizá el último “pordiosero”, el último que pedía “por Dios” a la puerta de esa Iglesia, que no estaba vacía como las demás, sino llena, pero de turistas, cuyas limosnas obligatorias iban a construir un rico templo, no a socorrer a los templos vivos de Dios, los pobres.
Denunciar que no se cumple el Evangelio es hoy algo tan evidente que solo puede ser obra de un inocente, un niño, o un loco, un perturbado anticlerical, -como se afirma que es éste- porque hace siglos que ya no hay santos, ni una Iglesia viva, sino de piedra, canonizándose ahora a quien las construye, a un Gaudí, no a los cristianos que la construirían de verdad, que venderían ladrillos por pan para los pobres, y que ya no existen. Los templos ya no se hacen sino para ostentar el poder de jerarcas eclesiásticos politizados, en contubernio a veces, como en este caso, con el nuevo ídolo al que realmente está consagrado: el nacionalismo.
Jaume Mit Pau. Barcelona
Ya hay sucesor para el Dalai Lama comoer líder político de los tibetanos
Tomen nota los jerifaltes de otras tradiciones religiosas.
S. Francisco de Asís, dio la única Biblia que tenía a un pobre…
Sus hermanos no estaban de acuerdo, porque no sabía leer, pero como bien dijo, la venderá y le dará de comer…
¡Eso es Palabra de D*s! lo demás cuento
“En el cristianismo primitivo,los santos vendian los cálices,para socorrer a los pobres”.Hoy esos santos(tanto religiosos como laicos)posiblemente no tengan nada para vender(como el Vaticano,llenos de oro y alhajas),pero si entregan su vida al projimo.Eso sí,hay de ellos como osen poner el dedo en la llaga,( la hipocresia de una iglesia vacia de contenido cristiano,que no cátolico ),todos a la hoguera,pués se apartan de los dogmas,y eso es más importante que el vivir a diario con la enfermedad y la miseria del hombre,que es donde se capitaliza y se agranda la santidad.
Estamos separando tanto el mundo simbólico, de la realidad cotidiana…que la sociedad actual no recibe ningún mensaje, debemos reciclar los signos y los símbolos…Gabriel
Parece que los mensajes personalizan más que los artículos comentados. Con tal que no creen su propia inflación, porque de inflaciones estamos hasta el cogote y más.
La sabiduría infantil, dos anécdotas:
Mi nieta con cinco años, al ver en la tele la procesión de la virgen del Carmen me dice, “mira un rey mago”, a lo que yo le contesté que era la virgen. La pregunta que me vino a la niña fue ¿quién es la virgen? Respuesta…. aún más difícil. Por la noche después de haber salido a la calle, me dijo he visto a la virgen y resulta que es una muñeca.
¿Hay inflación de “muñecos” y de “muñecas” por la calle en semana santa?. ¿Hay exceso de ídolos a los que rendir culto? ¿Solapan a los auténticos ídolos que mueven nuestras vidas, como pueda ser el dinero, el poder, el consumismo, etc. etc.?
Anécdota número dos. El hijo de unos amigos de cuatro años pregunta a su madre ¿quién es Dios? Su madre le dice, es el padre de Jesús, a lo que el niño responde, no, el padre de Jesús se llama San José.
¿No estamos volviendo aún más locos a los individuos que componemos esta sociedad con tanta absurda creencia que está llevando a excesos tan incompatibles con la razón, la ética y con Jesús mismo? ¿Será necesaria esta evasión colectiva para poder hacer más llevadera la dureza de la vida misma, así como sus exigencias reales?