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RELEYENDO A JUAN LUIS HERRERO DEL POZO 1

Este texto es una introducción-comentario del publicado por Juan Luis Herrero del Pozo con el título Cómo nace mi nuevo paradigma, que se puede leer al final del artículo de Héctor o, siguiendo el enlace, en la página original en que fue publicado en ATRIO el 1 de Marzo de 2008, con  los comentarios que entonces se hicieron.

Los numerosos y valiosos comentarios que han surgido esta semana ante la propuesta de Antonio Duato del martes pasado indican que las preguntas sobre el más allá y el más acá siguen buscando respuestas: la trascendencia de la muerte, la vuelta a la tierra, la fe frente a lo secular, la fe religiosa, la fe plenamente humana, espiritualidad, la dimensión última de la realidad.

También aparece una resistencia general a las hipótesis y a las tesis globales, que se propugnan como nuevos dogmas. Dios no está en los dogmas sino en la realidad.

La nuestra es la realidad del siglo XXI. Cada uno es capaz de formular sus propias preguntas y contestarlas con las respuestas que va encontrando. Por esos caminos avanza la ciencia. Por esos caminos van los jóvenes valientes del norte de África y de otras partes del mundo. Se cuestiona el poder absoluto de los gobiernos, la corrupción que se extiende por todos los reductos de la sociedad, las injusticias que aplastan a los más pobres, la falta de libertad, las imposiciones de los sistemas intangibles, tanto sociales como religiosos, las ideologías, los mercados, el mundo de las finanzas.

En seguida se nota que después de habernos desprendido del bagaje teológico del pasado, nuestro lenguaje sigue anclado en lo que quedó atrás. No hemos tenido tiempo de adaptarlo a los tiempos nuevos. De ahí nuestras dificultades al leer el Evangelio de de Marcos, por ejemplo, y nuestra manera de expresarlo: “Tanto los conceptos de fe, secularidad, vida eterna, trascendencia… como los criterios arropados bajo ellos pertenecen más al discurso teológico que al pensamiento de Jesús”, como dice Salvador Santos.

Es aquí donde yo veo útil el discurso de Juan Luis Herrero del Pozo y en particular este escrito de 2008 que incluimos para discusión. Juan Luis nos habla de la teología que él aprendió utilizando su terminología propia pero devolviéndonos su contenido auténtico envuelto en un lenguaje más apto al hombre de hoy. Un generoso esfuerzo que le queremos agradecer una vez más.

La realidad es el punto de partida y el camino.

Al marchar a las misiones Juan Luis se describe como un experto en Dios a quien “sobraban conocimientos para enseñar a cualquiera”. Adquirió su bagaje teológico “a caballo entre África y Roma, siete largos años consagrados a la ciencia que trata de Dios, la Teo-logía”. En ese equipaje, lamentaba él, faltaban conocimientos de otras culturas o saberes y faltaba una comprensión de la situación política, económica y social de aquellos a quienes iba a evangelizar.

En África se dio cuenta de que había algo que no encajaba. Así describe él esta experiencia: “El Tercer Mundo no necesita convertirse a ninguna religión, sino profundizar la propia, recuperando su dignidad, superando sus carencias, viviendo su autonomía, y más básicamente, disponiendo de salud… se requiere una política que vaya a la raíz de los males, el sistema capitalista que ha generado desigualdad y exclusión entre las clases sociales y entre los pueblos”. (Religión sin Magia, p. 40)

Se dio cuenta de que el mundo de hoy ya no está a gusto con el sitio en donde se había colocado a Dios a lo largo de la historia. ¿Se podría imaginar un Dios en el cielo ajeno a los problemas de una humanidad en la que el 98 por ciento de los más pobres viven de las sobras del otro 2 por ciento más opulento, que se guardan para ellos solos un 50 por ciento de la riqueza total? Si se trataba de un Dios providente que todo lo controla y dirige para el bien general, había que coger a ese Dios donde lo hubieran escondido y ponerlo en un nuevo sitio. Lo malo era que a ‘dios’ no había quien lo encontrara por ninguna parte.

Su experiencia misionera en el Tercer Mundo africano y su trabajo de evangelización terminó transformándose por completo, adquiriendo allí una profundidad humana más radical e integradora. Esto le llevó a su verdadera vocación: la conversión al mundo, a la secularización. Esto le ponen en contacto directo con el Dios Presente-Ausente, el único acto real de fe, el salto vital a la trascendencia desde lo secular: el Dios de todos los hombres, sin fronteras ni exclusiones.

Juan Luis trató de echar abajo el tinglado de la pretendida trabazón científica del lenguaje teológico. Todo estaba basado en un principio fundamental: “Dios ha hablado a los hombres y nos ha dicho cómo es”. De ese postulado se desprendía todo lo demás.

Había que repensarlo todo comenzando por lo que nos es común a cualquier humano, “el Dios bueno del Tao, del Buda, de Abraham, de Jesús, de Mahomed, de Mâhatmâ Gandhi, de Oscar Romero”. Por eso se pregunta: “¿Qué es Dios para mí?… El salto hasta la Trascendencia desde la capacidad de pensar, don básico de Dios, es el único acto de fe propiamente dicho”.Cuanto más le ganaba el espíritu crítico, más firme era su fe en Dios. Ya no tenía sentido seguir separando lo temporal y lo eterno, lo profano y lo sagrado, lo secular y la fe. “La realidad es el camino”, repite él insistentemente. Cada ser es un reflejo de Dios y cada ser humano puede encontrase con él en sí mismo.

* * *

Cómo nace mi nuevo paradigma

Por Juan Luis Herrero del Pozo

No creo constituir ningún caso excepcional si digo que nunca he tenido ninguna duda de la existencia de Dios. Esta duda equivaldría para mí a aceptar que el cosmos que habitamos carece de sentido. Nunca me ha asaltado esta tentación ni por consiguiente he podido consentirla. El sentido del mundo y de su historia es el reverso de la existencia de Dios. No he dudado ni siquiera en esos momentos oscuros en que la persona parece palpar la monstruosidad del mal o siente hundirse en el desfallecimiento y el dolor. La idea de Dios coincide con el despertar de mi conciencia y es como el libro blanco en el que se ha ido escribiendo mi vida. Creo que es una suerte porque bien podría no haber sido así. Por eso no se me ocurre atribuir mérito alguno a esta realidad, no más que a la certeza de que luego va a amanecer. En algún sentido la convicción de que Dios existe me parece ser como la trama del tejido de mi vida, aunque es claro que mi ‘idea’ de Dios no es hoy la de mi primera comunión.

La convicción de que Dios es una realidad pese a no ser una evidencia me resulta, sin embargo, algo tan espontáneo que no sabría decir por qué vía se podría producir su evanescencia. No creo que ocurriera por trampas de la razón porque ésta, bien al contrario, me ha servido de gran ayuda

Dios me resulta tan obvio que, habiéndose disipado en mi vida tantas viejas creencias, incluso religiosas, alguien me podría interpelar: Conforme, pero ¿qué es Dios para ti? La pregunta tiene su malicia porque bien podría ser Dios o un patrón innato de la inteligencia o una rutina del pensamiento sin que girase mi vida entorno a él. Pero algo me resulta claro: si Dios dejase de ser un valor existencial para quedarse en abstracción…por ahí sí que peligraría mi fe. En definitiva, cuando se actúa al margen de lo que se piensa se acaba pensando como se actúa.

¿Qué es Dios para mí o, más prudentemente, qué entiendo yo por Dios? Ciertamente hoy no es una abstracción. Si alguna vez lo fue no lo es sin duda hoy, a partir de un cierto día del verano de 1985 en que lloré al caer en la cuenta de lo mucho que había tardado en descubrir su proximidad casi apabullante. Aquel día sentí con meridiana claridad que en adelante sería el Imprescindible. No voy a hacer el recorrido de la incidencia de Dios en mi historia por más que el dato experiencial es lo único decisivo. Pero supuesto que no dejo de dar vueltas a lo que llamo  nuevo paradigma,  algo habré de hablar de Dios como clave de bóveda de mi cosmovisión. Tanto más que siendo cristiano mi fe en Dios, y Dios Padre-Madre,  es la única fe en que se asienta todo el resto. Después de esta fe no encuentro base alguna para ninguna otra asentada en una autoridad cualquiera como en la generalidad de los cristianos ocurre en virtud de la pretendida revelación histórica de Dios. El salto hasta la Trascendencia desde la capacidad de pensar, don básico de Dios, es el único acto de fe propiamente dicho que reconozco sin ninguna duda. Con lo cual no hago de menos, por supuesto, al acompañamiento en mi vida de tantos testimonios vitales de hombres y mujeres creyentes explícitos o anónimos. Mi fe es así algo muy simplificado, Dios y la construcción de ese otro mundo posible que Jesús llamaba el Reino.

I  “SÓLO  DIOS  BASTA”

Después de más de medio siglo de navegación de cabotaje por las costas y puertos teológicos de diverso tipo, tuve que comenzar de nuevo: lo estudiado era una ruta errada; pero al menos me había servido para caer en la cuenta de la tupida red de aporías que se desmoronaban. Reanudé la reflexión con el máximo cuidado y precaución: debía mejorar métodos y estar precavido ante ciertas encrucijadas engañosas. ¿Fueron años perdidos? Nunca es tiempo perdido desmontar un tinglado y prevenir a otros que, a la larga, han  hablado de sentirse igualmente liberados.

I.1  ¿Es tanto lo que sabemos  de Dios?.

Hoy no es novedad entender al Dios objeto del conocimiento como una paradoja. Siempre se ha dicho que era un Misterio pero a fe mía lo mucho que ha cundido lo poco que podíamos saber de ese gran misterio. De entrada, prestemos atención a la paradoja que se observa en el fenómeno de su conocimiento. Si se escucha a aquellos que parecen ser más entendidos en el conocimiento de Dios por serle los más cercanos, los místicos de cualquier religión o espiritualidad, se observa en ellos un elemento común cuando hablan del conocimiento de Dios. Coinciden con insistencia en que es INDECIBLE. Cuando intentan balbucear, pese a ser avezados teólogos, lo que ellos experimentan respecto a una realidad que les resulta tan escurridiza, parece como si, cuanto más de cerca lo tratan y lo viven, menos encuentran palabras. Sería casi más exacto decir que les sobran conceptos y palabras.

A tal comportamiento los eruditos han llamado ‘apofatismo’ para subrayar que Dios es in-decible. Y para decir algo de Dios echan mano de la poesía o del simbolismo. Es la llamada teología negativa, en el sentido -y esto es de suma importancia- de que de Dios es más acertado decir lo que no es que lo que es.

En el otro extremo, el tan occidental de la hybris parlanchina sobre Dios, son toneladas de libros los que se han publicado sobre el tema: su textura interna o ad intra (tres personas y una naturaleza), sus atributos, su actividad externa o ad extra, sus portentosas intervenciones en la historia de los humanos, su especial atención y mimo al único pueblo elegido en millones de años, sus incesantes revelaciones y el cese total de éstas con el acontecimiento Jesús, la privilegiada institución elegida para prolongar su testimonio, la permanente actividad sacramental y no sacramental de su Espíritu…He vivido inmerso en esta cosmovisión y empapado de ella. Dios casi había llegado a ser el más notorio actor de la historia y su nombre tan socorrido que mediante jaculatoria o blasfemia era imprescindible para subrayar cualquier hecho o estado de ánimo de un mínimo relieve.

¿A qué carta quedarse entre el Dios familiar y cotidiano (hacendoso aunque siempre huidizo) y el que no se puede  nombrar? Reconozco que me extrañó la primera mención que oí del apofatismo, del Dios inefable. Acostumbrado a oír decir “palabra de Dios” miles de veces en la liturgia cristiana  ¿cómo se podía asegurar que de Dios no sabíamos nada?

¡Ah, la Palabra de Dios! Mi cultura no sólo era un barboteo de alusiones a Dios sino que me fui formando en la convicción de que si algo era seguro era la presencia invasora de Dios en el mundo. Paradójicamente hoy pienso lo mismo… y todo lo contrario.

Porque Dios había hablado exhaustivamente en múltiples ocasiones. Su conocimiento era inagotable.

Para entender lo que había dicho Dios tuve que estudiar tres años de filosofía además de latín, griego y hebreo. Y luego, a caballo entre África y Roma, siete largos años consagrados a la ciencia que trata de Dios, la Teo-logía. Con lo cual se suponía que, sin apenas conocimientos de otras culturas o saberes, yo era un experto en Dios y me sobraban conocimientos para enseñar a cualquiera, que, por cierto, es a lo que me dedicaron.

El gran descubrimiento de aquellos años fue que la teología más que de verdades teóricas se ocupaba de la “historia de la salvación” de la que  Dios mismo era el principal artífice.

Yo había entrado enteramente en el juego. Por lo demás una vez rotundamente asentado que Dios era un Misterio ¿quién iba a oponerse a dejarse succionar literalmente por los expertos del misterio, por la autoridad de los doctores y jerarcas por él elegidos para gestionar esa tupida urdimbre de conceptos, definiciones, axiomas, abstracciones, rotundos asertos, refinadas elucubraciones, pruebas de toda índole, dogmas, ritos meticulosos, leyes, preceptos minuciosos, cánones, sacramentos, estructuras eclesiales piramidales, etc. etc. Tan bien entré en el juego que me descubrí pidiendo en mi embajada española unos documentos de Ottaviani que en temas de libertad religiosa y de relaciones iglesia-estado el ilustre cardenal del Santo Oficio presentaba el caso español como paradigmático. ¡Por todos los cielos, que buen Torquemada se perdió la Iglesia al no seguirla por ese camino! Moderaré mis recuerdos y abreviaré.

I.2  Pensando por mí mismo

Todo aquello hizo crisis… apenas inicié un conato de investigación personal. Primero fue sobre la “salvación de los infieles”… Pese a estar preparándome como misionero no abandoné este tema mientras no descubrí resquicios en el magisterio para una interpretación más magnánima del status de los pobrecitos infieles que, aunque yo no llegase a tiempo, se estaban salvando de mil maneras.. Y así con varios otros temas.

El golpe de gracia a mis seguridades dogmáticas me vino por la historia, la de los dogmas y la de la iglesia. Esto último asentó un golpe fatídico a la credibilidad institucional y magisterial. La historia de los manuales (la que hoy conoce todavía el pueblo) era un burdo engaño o, como poco, un descarado barrer para casa como en la historia de España de la dictadura. Junto a la historia llegaron mis primeros descubrimientos bíblicos. ¿Dios actor de la historia? Sobre todo en el Antiguo Testamento, tan ‘inspirado’ como el Nuevo, había que echarle ganas para descubrir a un Dios bueno en medio de luchas tribales, intrigas palaciegas, sangrientas matanzas, acumulación de traición y engaño, abusos de poder, persecución de profetas, alianza con los imperios, acumulación clerical de dinero y prestigio, medias verdades o verdades contradictorias, triquiñuelas legales y un interminable etcétera. Si Dios era el principal actor no es que hubiese tenido mucho éxito. La Biblia, además de no ser historia, tenía más bien poco de  sagrada. Con la historia de la iglesia, de los dogmas amén de la nueva hermenéutica bíblica se me desmitificó del todo la imagen de mi religión.

I.3  “Sólo Dios  basta”

Relativizadas mis creencias en tantos frentes mi cosmovisión religiosa hacía agua por todas partes. Dios, no obstante, permanecía intacto. Más que nunca descubrí que era mi roca. Sí, no sé si contra toda lógica, Dios se había movido poco de su puesto central y absoluto. ¡Cuidado con el racionalismo! nos ponían en guardia los pastores. Pero yo fui descubriendo que cuanto más me ganaba el espíritu crítico, más firme era mi fe en Dios. La propia ciencia me ayudaba exigiéndome no confundir planos y respetar métodos. En cualquier caso, Dios y Jesús formaban en mi corazón un tándem indiscutible, nunca cuestionado por más que la teología tradicional dificultara la articulación entre ambos. Lo que ya no me encajaba era que Dios se hubiera revelado tan cabalmente sólo a los cristianos y aún menos en tan privilegiados grado, medida y claridad. Porque si Dios era un Misterio, el caso del misterio de Jesús no es que aclarase las cosas. Tampoco me preocupó en exceso. Por decirlo brevemente: si me barrieran de sobre la colina vaticana todos los edificios, basílica, jardines, plazas, museos, dicasterios, bibliotecas, encíclicas, palacios, papa, cardenales y monseñores…entonces aparecería firme y granítica la roca de Jesús y del Dios de mi infancia más sólidos que nunca. Pero bien ardua y delicada era la tarea que me aguardaba: retejer la manta entera desde otro extremo y con otros hilos. Ya he advertido que, bien que en la experiencia espiritual de Dios del año 85 el Maestro de Galilea no había estado presente, su portentosa grandiosidad acabó ganándome cuando la descubrí tan sencilla, humana, coherente y subversiva. Gracias a la Teología de la Liberación y pese a los chanchullos de los grandes concilios cristológicos y a las elucubraciones infumables de la indigesta escolástica. Sin saber todavía cómo equilibrar o superar contradicciones, lo que sí presentía era que el testimonio rotundo de Jesús era una construcción en piedra de sillería, pendiente sólo de limpieza. Y lo que se me imponía con contundencia era que el único Dios estaba al alcance de todos los humanos y que, para lograrlo, nos había dotado sin recelo de la bella capacidad de pensar, conmovernos y amar. Nuestra mente podía dar todavía mucho de sí. ¿Por dónde empezar?

Pronto pensé (gracias, por cierto, a Vigil): habrá que comenzar por lo que nos es común a todos los humanos, el Dios bueno del Tao, del Buda, de Abraham, de Jesús, de Mahomed, de Mâhamâ Gandhi, de Oscar Romero… Arrancando igualmente según he dicho del instrumento común a todo el mundo, la capacidad de pensar. En un proceso lógico de mente abierta a todas las verdades y a todos los testigos; y con los pies sólidamente plantados en la madre tierra y en sus realidades más sencillas, desde los prados y los pájaros hasta ese cerebrito de mi nieto que maneja palabras nuevas, pizarra y tizas, trajín de pegatinas, sonrisa o ceño, yogur y persecución de palomas: portentos todos que transparentan a Dios. Sin interrumpir, pues, la contemplación interior que saborea el silencio y la profundidad de las cosas, vamos a hacer un ejercicio de ascesis interior ciñéndonos a lo más nuclear de la capacidad de pensar: las grandes preguntas sobre el mundo y sobre nosotros mismos.

I. 4.  La realidad, único camino.

No siento la necesidad de llegar tan lejos como Descartes. No dudo de la existencia de las realidades que me rodean ni de una suficiente capacidad de conocerlas del ser humano. Pues bien, sólo desde este entorno amplio de cuanto rodea mi existencia puedo partir para descubrir algo sobre Dios. Es decir no conozco ninguna otra plataforma que me dé acceso a él si existe. Por eso me veo constreñido a preguntar a las cosas por su origen y sentido. Si no me equivoco tales preguntas son de siempre y no prejuzgan la respuesta. Pienso incluso que las realidades que nos rodean pueden conducirnos a Dios o bien obstruirnos el camino si las tratamos como ídolos. Pero ellas siguen ahí con sus preguntas y en algún momento de nuestra vida nos llega su invitación al diálogo: ¿qué esperamos de ellas? ¿acaso sólo la satisfacción de un momento? ¿tal vez la felicidad total? El desencanto no tarda en llegar. Puede que su cometido sea ése, no poder colmar nuestra necesidad de felicidad sin límite. Puede que su papel sea más modesto, inducirnos a preguntarnos por el sentido. ¿Tienen algún sentido? ¿Y nosotros? ¿Tenemos algún sentido o somos caminantes sin rumbo? La respuesta no es obvia. Tal vez la mayoría no se hacen ninguna pregunta o se resignan a que no haya respuesta. Cada ser humano es un misterio. Y lo cierto es que no escasean quienes, en un momento de la existencia, se ven impelidos a detenerse y prestar oídos a interrogantes profundos y persistentes ¿Para qué estamos aquí? Es evidente que no es una pregunta ficticia la que se repite una y otra vez, de uno u otro modo, a lo largo del tiempo, en todas las literaturas. Respeto la respuesta que proclama el no-sentido y el absurdo. Pero decididamente no es la mía.

Decididamente nunca ha sido la mía. Digo lo mismo que de mi creencia en la existencia de Dios. Son realidades cómplices la de creer en Dios y en las cosas, a lo que pienso. Y es bastante coherente que así sea. Porque creo que las cosas y yo mismo “no estamos simplemente ahí” ni que nuestros anhelos hondos sean una “pasión inútil”; por eso no me ha cabido nunca en la mente que Dios esté de más en el horizonte vital.

De Dios apenas sabemos algo. Ni siquiera tenemos la certeza de que él haya hablado a algún profeta para disipar nuestras tinieblas. Pero un hecho parece imponerse: todas las culturas aseguran que si las cosas son con frecuencia hostiles también son cómplices en nuestro camino y nos hablan de Dios. Ninguna voz de ningún profeta me aportaría más certeza que la de mi propia facultad de pensar y sentir. Y por ello mismo me ha encantado siempre Francisco de Asís golpeando suavemente  las florecillas quejándose de que hablaban demasiado alto.

La pregunta se ha formulado mil veces: ¿Pudo no haber existido cuanto existe? ¿Existe este mundo por necesidad? ¿Encierra en los últimos pliegues de su ser la necesidad de ser o pudiendo no haber existido apunta su ser contingente a Algo o Alguien más allá de sí  mismo? ¿Es el cosmos una realidad incurvada sobre ella misma, precaria y cerrada? ¿Está nuestro espíritu condenado a la precariedad y a una eterna insatisfacción? Y en una perspectiva incluso más radical: cuando la hostilidad cósmica se desata y, sobre todo, cuando al pobre marginal se le arrebata el pan y la misma vida ¿tendrán la fatalidad inerte de los elementos o la maldad consciente del verdugo apenas humano la última palabra? Miríadas de pobres seres humanos que en millones de años de historia han penado cruelmente doloridos ¿harán verdad la blasfemia de un definitivo y desesperado “Padre ¿por qué me has abandonado?” ¿Realmente vivimos una historia cruel y absurda?

Nadie puede dar respuesta a tales interrogantes con la evidencia de una luz cegadora. Tan posible es la respuesta del no sentido como la del sentido. Aunque tengo para mí que la segunda es más dinamizadora. O estamos irremisiblemente mal fabricados los seres humanos o la esperanza utópica abre más caminos de vida que la conformidad fatídica. Por fortuna, parecen ser legión quienes apuestan por el sentido y por la trascendencia de lo empírico. No obstante, lo más definitivo será siempre el empeño eficaz por que la esperanza salvadora se haga carne y sangre en los más carentes de pan y de amor.

Cualquiera está intuyendo que al dador de sentido y esperanza lo hemos llamado Dios. Sabremos poco de él pero su simple presencia ausente o callada ilumina la realidad entera de un mundo que sin él sería una nave sin destino.

30 comentarios

  • Santiago

    Por otro lado, amigo Javier, si el Dios “impensable”, que tu pones en mi boca, pudiera comprenderse en SU totalidad seria ciertamente “imaginario”, solamente una fantasia de la mente ya que resultaria solamente un “super-ser-humano”..Pero si Dios es una realidad plausible y posible, entonces su total comprension SERA, por definicion, inaprehensible en su totalidad,  para la mente humana…PERO tampoco nuestra realidad humana es comprensible y abarcable “en si” y “per se”, pues ni tu, ni yo pudimos en ningun momento darnos a nosotros mismos el ser y el poder ser, ni mucho menos mantener nuestra vida por nosotros mismos, con nuestro poder de pensar y decidir, es decir, con nuestro intelecto y voluntad…estas facultades tambien debieron ser recibidas “de otro”…que tiene estos atritubtos “por si mismo” y “que no lo recibio de nadie”…Esto es mas veraz que asignarle TODO el poder a “la materia”…Y COMO la certeza humana es solamente de lo que es MAS PROBABLE…cuando hablamos de Dios -en este sentido de la razon- no estamos basados solamente en algo etereo y fantastico, sino en una certeza moral…que es lo que equivaldria a lo que “es mas probable”..DE OTRA MANERA, no podiamos jamas hablar de ninguna disciplina humana…todas se refieren a este sentido de probabilidad y aun las CIENCIAS EXACTAS evolucionan, por lo tanto, al pensamiento de la posibilidad de que hay un Creador, hay que aplicarle exactamente el mismo metodo de razonamiento que usamos cuando pensamos en TODO LO DEMAS….no te parece logico???
    Juan, evangelista, no fue una figura mitica…Es el ultimo apostol de Cristo que vivio segun los historiadores de la epoca hasta final del siglo I…Fue el ultimo testigo…del amor de Cristo y de Dios…y el evangelio mismo lo identifica “como el discipulo a quien amaba Jesus” el que “esta recostado sobre el pecho de Jesus en la Ultima Cena y le pregunta que discipulo le va a entregar (Juan 13, 21-26)..es el testigo ocultar que testifica la lanzada del centurion en el costado de Cristo de la que mano “sangre y agua”..quien corre al lado de Pedro hacia el sepulcro vacio, que presencia la tercera y ultima aparicion de Jesus resucitado ante sus discipulos (Juan 21,23).  Segun Martin Smith en su libro “Recostado junto al pecho de Jesus” el autor del cuarto evangelio, junto con sus discipulos de Efeso, donde vivio la ultima temporada de su vida decide ocultar su verdadera identidad (que por otro lado queda manifiesta en el mismo evangelio por los datos que proporciona el mismo testigo ocultar) para que los lectores de ese evangelio acepten facilamente la cercania afectiva existente entre ese discipulo y Jesus, asi como el testimonio relevante de Jesus y sobre Jesus (Smith, Martin,1991, :”Lying Close to the Breast of Jesus, a Season for the Spiritu, 10th edition, Cambridge Mass. Cowley Publications, p 190) un cordial saludo de Santiago Hernandez

  • Santiago

    Javier,   en ningun momento he querido usar mal tus palabras…al contrario, aprecio mucho tus comentarios, aunque no coincidamos siempre… he querido limitarme a una polemica de ideas..en nuestro caso, a veces, con mas confianza, te digo algo personal..pero no es con mala intencion…pero , pienso, que, en conjunto, te sientes satisfecho de la vida, aunque no menciones la palabra, y me alegro por ello…y asi en tu comentario del 2 de abril a las 16:30 escribes “lo que estoy viviendo ahora es lo mejor que puedo conseguir que me suceda…y encontrarle aun el sentido de felicidad que experimento por vivirla, con las personas que me aman”…”esta vida tan preciosa parece una eternidad a cada instante”…NO SE refiere esto a un estado de “satisfaccion” constante de tu parte???  Si lo interprete de manera incorrecta, te ruego me disculpes..de Santiago Hernandez
                                        

  • Javier Renobales Scheifler

    No sabes, Santiago, si existe ese imaginario que tú llamas SER (o Dios, a veces) y al que ubicas en un imaginario mundo sobrenatural. Tú te has hecho esa hipótesis, y la manejas como si fuera la Realidad.
     
    ‘Razonando’ así es como llegan los jerarcas católicos a aberraciones fundamentalistas fanáticas, tales como pretender que el Papa representa a ese SER en el planeta Tierra (del resto del universo, que es la parte inmensamente mayor del mismo que la insignificante Tierra, no dicen nada), o a pretender que Dios elige como Papa a un macho consagrado mágicamente …
     
    Todo eso es pensamiento mágico, meter a Dios donde conviene a los manipuladores, manipulándolo a su antojo, a mi modesto modo de ver.
     
    Me parece mejor dejar incompleto un razonamiento, cuando no conozco cómo completarlo, y admitir que no sé lo que no sé. Acudir a rellenar los vacíos metiendo a Dios en todo lo que no conozco o no entiendo o no sé, no me parece honesto.
     
    El desconocido evangelista que han dado en llamar san Juan dirá lo que le conviniera a su comunidad cristiana en su evangelio de aquella época arcaica ya superada, si dice ese evangelista eso que dices, Santiago, que el amor proviene de Dios y sólo de Dios.
     
    Qué sabrá ese desconocido, de lo que proviene de Dios y sólo de Dios. No aporta ninguna prueba de lo que dice, pues se lo inventa. Los evangelistas tenían sus intereses y objetivos, cuando construían los evangelios para sus comunidades.
     
    No vamos a creer que eso que dicen es la verdad porque se la revelaba Dios (la enorme mentira que encierra el llamar ‘palabra de Dios’ al texto del evangelio), pues eso es la pescadilla que se muerde la cola, un razonamiento circular. Así tomado el evangelio, se convierte en un obstáculo, en una traba que impide avanzar correctamente.
     

    Lo de ‘completamente satisfecho’ que pones tú como si estuviera lo que yo digo, es falso, yo dije:
                – La vida humana tiene sentido por sí misma, somos libres, aunque limitados e imperfectos’
                – ‘Ser imperfecto y limitado no impide que la vida humana tenga sentido por sí misma, sin necesitar meter a Dios por medio’.
                – ‘Lo que sí sabemos a ciencia cierta es que, en esta vida humana, hoy podemos tener una cierta felicidad, imperfecta, pero mejorable, y luchamos por ello. Eso es la vida humana, Santiago, algo maravilloso. Ese es el sentido de la vida humana, Santiago: luchar por mejorar nuestra felicidad con la de nuestros prójimos.

     
    Como ves, amigo Santiago, necesitas alterar lo que yo digo, para que encaje en tu discurso y ponerte a refutarlo. Así no vamos lejos.
    Yo no he utilizado la palabra satisfecho en ninguno de mis comentarios en este hilo, sino las que te he acabo de entrecomillar en cursiva. Eres tú es que utilizas el término satisfecho reiteradas veces, no yo:
    –         plenamente satisfechos 01-Abril-2011 – 3:05 am
    –         TU hablas de que estas completamente satisfecho 03-Abril-2011 – 23:13 pm
    –         por culpa del egoismo de los que le rodean si estan satisfechos con la vida que les ha tocado vivir?..
    Así no vamos lejos, amigo.
     
    Saludos cordiales.

  • Santiago

    me disculpo por un error: debe decir como “le paso” a Saulo de Tarso y como a… Inigo de Loyola”…perdonad mi lapsus   vale   Santiago Hernandez

  • Santiago

    Javier,    se me olvido comentarte que estoy de acuerdo en que despues de la muerte “solo entonces veremos los que somos” y “seremos quienes somos”…pero esa creencia universal que ya aparecia en los documentos escritos del hombre pre-historico aunque muy elemental, puede cambiar el “sentido de una vida”…cuantos no se han suicidado por esa perdida de la fe en la vida eterna?.Cuantos no han cambiado sus vidas y se han convertido en predicadores de la palabra del Senor, de la promesa de la resurreccion inmortal como el paso al perseguidor de los cristianos y doctor de la ley mosaica Saulo de Tarso? Como lo peso tambien al celebre vasco conterraneo tuyo Inigo de Loyola?..A muchos esta vida no les ofrece nada…sino dolores y amarguras constantes..La promesa de Cristo, pues,  no es efimera…supera la promesa de los politicos, de los charlatanes, de los maliciosos, de los mentirosos, de los corruptos y sobre todo de los manipuladores que tratan de deformar la historia, la vida y el pensamiento del mismo Cristo..y ES …porque esta esperanza predicada por el Maestro “salta hasta la vida eterna”..Si, amigo Javier, el Reino de Cristo comienza aqui abajo…pero adquiere su completa plenitud y madurez en la otra vida, puesto que segun el mismo Jesus “su reino NO es de este mundo”  PERO LA VIDA ETERNA ES…la que el dice  EL dara a los que “creen” en El…y ponen en practica SU PALABRA…ESTA PALABRA es el Verbo de Dios, es COMO Dios nos ha hablado, porque EL es la expresion mas acabada del AMOR DEL PADRE hacia nosotros….lamento que te ausentes por un tiempo….siempre te deseo lo mejor…abrazos    de Santiago Hernandez

  • Santiago

    Javier,   ni Husserl, ni Heidegger, ni siquiera Teilhard de Chardin, con su evolucionismo mistico,  lo hubieran escrito mejor que tu exponiendo la idea de la sola “experiencia” como unica realidad..sin embargo, estas hipotesis no son realistas, sino subjetivistas…basadas solamente en la praxis…sin embargo, no se puede amar, sin conocer el objeto del amor…puesto que el amor no es slgo difuso y etereo sino que se encuentra profundamente anclado en “la persona”…y no se puede hablar solo de “hechos de amor” sino creemos que hay una persona humana que los realizo..como si el amor humano fuera una obra exclusivamente mia..y que surgio en mi  mi, gratis, debido a mi ingenio personal y …sin tener en cuenta que existe el SER que lo infundio en mi, junto con la vida misma que yo recibi de EL…no se puede aislar la causa de los efectos…puesto que por los efectos llegas logicamente a “alguien” o a “algo” que los produjo…sin esto, el razonamiento humano queda en suspenso, no podriamos hablar de nada..pues siempre nuestro pensamiento estaria incompleto…tocariamos solamente las ramas…
    Yo no hablo de “praxis caritativa” en el sentido que tu le das…no es “pedir o recibir la caridad..sino que lo entiendo como la praxis del amor…porque caridad en lenguaje envangelico es lo mismo que el amor…que como dice S. Juan proviene de Dios..y solamente de El, ya que cuando se ama “de verdad”, se nos da un destello de ese mismo amor divino que nos creo, nos mantiene y nos permite -por lo tanto- amar…Por eso el amor es un don -un regalo- que Dios nos hace al amarnos primero para que consiguientemente podamos amar…POR SUPUESTO, el no creyente tiene la misma capacidad mia y tuya de amar…lo que pasa es que -por diferentes razones- no llega a darse cuenta del tesoro que eso significa…es una falta de vision, una ceguera del espiritu- que le impide “ver”…… por eso en el evangelio de hoy Jesus le pregunta al ciego…QUE quieres que te haga?…y el ciego le dice a Jesus: Senor, QUE VEA!!!…Si veo, pues, cobrara “sentido mi vida”..si veo espiritualmente no me desesperare….TU hablas de que estas completamente satisfecho en esta vida, quizas, porque tu vida no ha tenido muchas y graves carencias…PERO preguntales a esos que mueren de hambre por culpa del egoismo de los que le rodean si estan satisfechos con la vida que les ha tocado vivir?..Preguntales a los que carecen de TODO si esperan algo del mero amor de sus semejantes que son INDIFERENTES A SUS SUFRIMIENTOS?   Preguntales, Javier, a los condenados a muerte injustamente si pueden esperar algo de la justicia humana?    Y ASI, Cristo, que vivio la realidad -no el pensamiento magico de los judios- y los problemas existenciales de ENTONCES -que son los mismos que los de ahora….La esperanza pues de la vida eterna -que Cristo promete durante su vida- (“YO SOY la resurreccion..el que crea a MI no morira para siempre”) supera TODOS los males y la desesperanza de los humanos…porque nuestra “eternidad” aqui en esta vida no se NI puede ni comparar con la verdadera…aquella es duradera y plena…la nuesta efimera e incompleta…el eterno presente de Dios, lleno de felicidad, sera para nosotros tambien….un saludo   de Santiago Hernandez 

  • Sergio Zalba

    No quiero (¿no puedo?) comentar ahora el texto de Juan Luis. Sólo quiero, y no puedo, darle el más grande de los abrazos.

  • Javier Renobales Scheifler

    Santiago,

    Existen mitos arcaicos porque los mantienen los intereses creados de los dirigentes de las religiones, impidiendo a la gente crédula liberarse de ambos.
     
    JLHP considera por ejemplo el mito universal del paraíso como la expresión de una apuesta por el origen de toda realidad en un Dios bueno. Considera la llamada Revelación (intervención de Dios en la historia comunicando supuestas verdades) como mito y símbolo, entendiendo que la revelación no sólo no está probada, sino que pertenece a una forma estrictamente mágica de entender la relación entre Dios y lo creado.
     
    JLHP entiende que Jesús participó del pensamiento mágico de su época. Pero ese error de Jesús no debemos mantenerlo nosotros, Santiago, una vez hemos comprendido que Jesús se equivocó en participar del pensamiento mágico de su época.

    ¿Me equivoco al pensar que tú no puedes admitirlo, Santiago? 

    Sentiría mucho que así fuera pues, a mi modesto modo de ver, JLHP es un buen avance, limpia de muchos obstáculos el camino hacia lo que yo como creyente imagino que es Dios: el amor humano realizado en hechos de amor que lleven realmente felicidad al hermano que la necesita.

    Ese abrirse al otro en la acción (hechos de amor, ortopraxis, no ortodoxia) de amar al otro es la verdadera Trascendencia (lo mismo para el creyente que para el no creyente).

    Yo no lo llamaría caridad, praxis caritativa como tú la llamas, amigo Santiago, pues no es sino vida. En castellano lo llamamos amor, no caridad.

    ¿Querrías tú, acaso, vivir de la caridad? No, claro que no; pero estarás conmigo en que lo mejor de lo que vivimos es el amor, lo mejor de la vida es cuando vivimos del amor humano, el único amor que conocemos y que podemos experimentar los humanos.

    Sólo así experimentamos y amamos (los creyentes) a Dios. Comulgar la hostia no es amar a Dios; amar a Dios es compartir con el otro aquello que necesita, ponerlo en comunión con él. A eso se refería Jesús cuando dijo aquello de ‘haced esto en memoria de Mí’: a compartir amorosamente lo que tenemos-somos con los demás que lo necesitan.
     
    Los no creyentes aman, a sí mismos y al otro, igual que amamos los creyentes, con el mismo amor humano, tan bueno como el de los creyentes, de la misma naturaleza que el de los creyentes; la única diferencia está en que los creyentes lo llamamos Dios, al amor humano, y los no creyentes lo llaman amor humano. No hay ninguna otra diferencia.
     
    Esto encaja, entiendo, con lo que dice JLHP: Jesús no se predicó a sí mismo, sino a los pobres, y a ellos nos invita hoy a retornar.
     
    Amigo: te parece muy breve esta vida humana terrena. Pero una vez experimentada, no lo es. Pues si esa vida acaba con la muerte y luego no hay nada, ya no hay brevedad posible, sino inexistencia.

    Y si hay existencia, no parece que estén ubicadas en dimensiones de espacio-tiempo. En ambos casos, esta vida humana habría durado para cada persona TODO el tiempo, todo nuestro tiempo. 

    Es fácil concluir que, si después de la muerte hay existencia, si después de la muerte seguimos siendo –viviendo- nosotros, entonces y sólo entonces veremos lo que somos después de muertos, si es que somos algo. Pero hoy eso no nos afecta, no nos influye para nada, nada cambia en nuestras vidas esa posibilidad hipotética imaginaria de lo que exista o no exista después de esta vida humana terrena.
     
    Y si después de la muerte no hay más que inexistencia, esa posibilidad hipotética me indica a mí que lo que esto viviendo ahora es lo mejor que puedo conseguir que me suceda en mi vida, lo cual me hace amar más aún esta vida y encontrarle mejor aún el sentido de felicidad que experimento por vivirla, con las personas que me aman.

    Así experimentado, esta vida tan preciosa parece una eternidad a cada instante. 

    Eso evidencia que el Reino de Dios al que se refería (y era la causa de) Jesús es aquí y ahora (ahora mismo no sé donde dice esto JLHP, pero te apuesto lo que quieras a que lo dice en alguno de sus escritos).
     
    Te quiero, amigo. Tendré que ausentarme no sé hasta cuándo.

  • Santiago

    Amigo Javier,    yo creo que coincides conmigo cuando dices que los humanos “actuamos asi porque queremos” porque “nos da la gana”, es decir, no nos importa si provocamos un grave dano como es el crimen, la calumnia, las injusticias sociales que a ti tanto te duelen etc. etc….no hace falta, pues, que existan MITOS arcaicos, somos nosotros mismos los que sabiendo lo grave de nuestros actos, a pesar de todo, lo realizamos y no nos importa, en muchos casos, las consecuencias, aunque sean muy malas…No te parece que eso mismo ES lo que  disturba el orden moral impreso en nosotros desde la prehistoria? No te parece logico -amigo y hermano Javier- que si todos los humanos se dedicaran a la praxis caritativa que tu predicas siempre y a viva voz,  se evitarian TODOS los conflictos y el sentido de la vida cambiaria, pues veriamos claramente el amor en nuestros semejantes y esto mismo provocaria una “reaccion en cadena” de buena voluntad y caridad que arreglaria nuestras pasiones hasta situarlas en donde estaban “desde el principio”, como debieron ser, es decir, sujetas a nuestro control y razon?…Si no ves que los graves conflictos familiares, estatales, nacionales, mundiales NO son sino graves desequilibrios morales de la raza humana es porque estas ciego o quieres serlo….no hace falta ser psicologo para darse cuenta que la ambicion desmedida por las riquezas hasta el desprecio completo del ser humano -“la explotacion del hombre por el hombre” – con la adicion de poder que ello conlleva es la CAUSA de la grave miseria que existe en el mundo al dividirse este -como tu bien piensas- en los que “comemos” y en los que “mueren de hambre”?  Y no se debe esta enorme injusticia principalmente hay un defecto monumental en “las costumbres” que nos lleva a la ceguera voluntaria de lo que es bueno y de lo que es “malo”?…Por lo tanto, es el sentido que le doy yo a mi vida lo que evita el MAL..que no es mas que la transgresion voluntaria del BIEN..del BIEN que es necesario que yo haga diariamente -se supone que mi conciencia esta correctamente informada, porque si esta DEFORMADA no hablemos ya- para que se mantenga un ORDEN Y EQUILIBRIO en toda la comunidad humana de la que yo formo parte..y a la que yo contribuyo con mi trabajo constructivo hacia la consecucion de esa felicidad humana que todos buscamos   DESDE el comienzo de la moderna psiquiatria se ha visto que, precisamente, son los traumas de la infancia los que contribuyen a esa “descompensacion” de la psique y por ende del espiritu, que pueden provocar MONSTRUOS como son esos asesinos en serie, que matan por el placer de matar…por eso hoy en dia el analisis frio de Freud -el puro psicoanalisis- se ha abandonado casi totalmente…los psiquiatras modernos ahondan mas para llegar a ese espiritu escondido exclusivamente en la raza humana y sanarlo…puesto QUE aunque el chimpance tenga casi el codigo genetico nuestro, ese poquito que le hace falta es “el salto tremendo” que constituye el espiritu humano, eso es lo que le hace falta a ese SIMIO que cualitativamente se diferencia bastante de mi…por eso no se puede hacer psiquiatria, ni psicoanalisis moderno EN nuestro hermano animal el CHIMPANCE….su calidad de vida  es diferente…hay una gran diferencia…no hay posibilidad de comparacion..eso no es tan dificil de entender…hasta un escolar te diria la diferencia
    Aunque Dios tiene su plan…porque si no, no seria tan inteligente…yo no he hablado de “plan de Dios” en mis ultimos comentarios..Esto lo has sacado tu, adjucandolo a mi, pero no me quejo…a lo mejor se te quedo en la mente de otro hilo…Pero hablando del verdadero  plan de Dios, admitiendo la evolucion de la materia…que es mas maravillosa aun que una creacion ‘de subito” , todavia queda sin respuesta como se informo la materia de codigos geneticos todavia mucho mas complicados y progresivos que requieren una inteligencia portentosa…imposible que sea obra de la casualidad…porque entonces NI nosotros podriamos validar nada de nuestro conocimiento..ni siquiera podriamos razonar…si no admitimos tampoco el principio de la causalidad…entonces si QUE todo se reduce al absurdo…como pretender que nosotros somos la UNICA realidad…porque como tu bien dices somos seres insignificantes, contingentes, que pueden existir o no existir, cuya existencia es un soplo, una vela nocturna, un pestanear de los ojos…si no hay ese SER dador de TODO, el mundo y la creacion serian como una NAVE SIN DESTINO…lo suprimes…y todo se reduce a la NADA…de donde TODOS salimos.. 
    Te felicito y te admiro, hermano Javier, por tu despreocupacion y tu estoicismo ante la muerte…se ve que tu conciencia esta tranquila…leia yo esta frase que siempre me impacto de que “solo son dignos de la vida, los que no le temen a la muerte”…hay una realidad y ES que esta vida es muy breve..un breve soplo..tenemos que aprovechar lo que nos queda para dirigir todo hacia nuestra verdadera vocacion que es el BIEN, la FELICIDAD, que solo se encuentra en Dios, pues en esta vida, llena de calamidades, hay solo momentos felices…pero  esta vida termina!!…pero Dios jamas se acabara!!….un abrazo…de Santiago Hernandez

  • Javier Renobales Scheifler

    ¿De dónde te sacas, Santiago, que si la vida humana tiene sentido por sí misma, no habría odios, ni guerras …? Eso es poner le carro delante de los bueyes, para construir la conclusión que de antemano te interesa. Me temo que tu fe tiene mucho que ver con esa forma de ‘razonar’.

    La vida humana tiene sentido por sí misma, somos libres, aunque limitados e imperfectos, y nos da la gana, porque somos así de acumuladores y de animales, de hacer guerras y odiar para alimentarlas, para apoderarnos de lo que necesita el vecino para vivir. Actuamos así porque queremos, no porque exista un demonio que nos tiente, ni mitos arcaicos similares, de otras épocas ya superadas.
     
    La vida humana evoluciona desde la vida animal, y es vida animal en un altísimo porcentaje, casi al 100%. Son cientos de millones de años de estar engañando y matando a semejantes y no tan semejantes, para comer y no ser comidos.

    De ahí venimos evolucionando la vida humana, de la vida animal que evoluciona de la vida que surgió de la materia que conformó el planeta Tierra hace unos 4.000 millones de años. Hay vida en la Tierra desde hace unos 3.500 millones de años, pero vida humana sólo desde hace menos de un millón de años (o sea, desde hace un suspiro). En un universo al que le calculan una edad de unos 13.500 millones de años.

    Y no se sabe si hay otros universos, o si los hubo, ni si los habrá cuando se extinga éste en el que vivimos … 
     
    Se extinguieron especies humanas como los Neandertales hace sólo unas decenas de miles de años, y quedamos los Cromagnones, el llamado homo sapiens-demens, o sea tú y yo, que somos animales en un altísimo porcentaje; algo totalmente efímero pues en el universo, el homo sapiens-demens; genéticamente coincidimos casi al 100% con algunos animales, como el chimpancé (o algo así).

    Para nada somos el centro del universo, sino algo totalmente imperceptible y totalment efímero por ahora. 

    Tú lo llamas ‘plan de Dios’, porque lo quieres imaginar así para sentir que Dios ha hecho el universo pensando en tí y para que tú seas eterno, pero no tiene por qué ser así, aunque teóricamente podría ser válida tu hipótesis, que no pasa de ser más que una mera hipótesis, imaginaria, (la cual probablemente no llegará ni a teoría científica, y se seguirá quedando en el terreno de lo religioso donode hoy está, plano en el que cada uno puede imaginarse lo que más le guste (teología), creando en su mente vidas eternas después de la muerte, o reencarnaciones, uno o varios Dioses con cualidades infinitas … y todo tipo de ángeles, espíritus, demonios, infiernos y purgatorios, milagros, apariciones de supuestas vírgenes … etc. y demás imaginerías míticas a cual más arcaicas y manipuladas para servir a intereses-negocios de lo más mundanos).
     
    Que podamos imaginar mayor perfección para la vida humana no significa que ésta no tenga sentido por sí misma. Ser imperfecto y limitado no impide que la vida humana tenga sentido por sí misma, sin necesitar meter a Dios por medio.
     
    El negocio eclesial católico necesita meter a Dios, porque de lo contrario se le acaba el negocio, ya que se arroga fatuamente tener como cabeza en al Estado Vaticano al representante de Dios en la Tierra (¡¡joder, qué barbaridad, obligar a creer que un hombre –además un ultraderechista y machista y fundamentalista y dictador como Ratzinger y demás Papas- es el representante de Dios en la Tierra!!).
     
    Ni la ICAR ni las demás Iglesias son necesarias para que la vida humana tenga sentido por sí misma, ni tampoco es necesario lo que imaginamos que es Dios, a mi modesto modo de ver.

    Pero los intereses creados por las Iglesias son demasiados, y por ahora el negocio les va viento en popa manipulando la idea de Dios por aquí y por allá y amenazando con la condenación eterna a todo el que se deje.
     
    Es totalmente imaginario eso que dices, que la verdadera felicidad se encuentra en otra vida después de la muerte. Te lo puedes creer, si así te va bien, Santiago, pero no lo sabes.

    Lo que sí sabemos a ciencia cierta es que, en esta vida humana, hoy podemos tener una cierta felicidad, imperfecta, pero mejorable, y luchamos por ello. Eso es la vida humana, Santiago, algo maravilloso. Ese es el sentido de la vida humana, Santiago: luchar por mejorar nuestra felicidad con la de nuestros prójimos.

    Para eso no hace falta Dios, ni Iglesias, sino amor (decimos que el amor es Dios, los cristianos; pero lo que es realidad, la Verdad que anhelamos -Oh verdad verdad, clamaba el llamado San Agustín-, es el amor, Santiago, la Vida humana misma tuya y mía y de Jesús, ‘Yo soy el camino, la verdad y la vida’).
     
    Si después de la muerte hay otra vida, como tú y yo imaginamos, aunque no lo sabemos, no es ahora el momento de ocuparse de ello, no ganamos nada con ello ahora, pues ahora debemos ocuparnos de mejorar la vida, el amor, la felicidad imperfecta e impregnada de sufrimiento que tenemos ahora.
     
    Si hay otra vida después de ésta, eso será cosa de Dios, competencia de Dios, tarea de Dios, no nuestra; si confiaras en Dios, no te preocuparías más de lo que a Dios corresponde después de nuestra muerte. Él hará lo que sea mejor para cada persona y para cada animal y para cada cosa, imagino yo confiando en Dios, si es que existe.

    Incluso aunque lo que Dios haga sea mi inexistencia después de mi muerte, no me preocupa, Santiago, lo acepto e antemano, pues si eso es lo que decide Dios hacer conmigo, eso será sin duda lo mejor ¿no te parece Santiago?
     
    A mí no me preocupa, pues, ni un pelo ni un segundo, lo que me (nos) suceda después de mi (nuestra) muerte.
    Saludos cordiales, amigo.

  • Santiago

    Javier,    si la vida humana tuviera sentido pleno en si misma….no habria odio, no habria crimenes, no habria guerra….porque TODOS nos sentiriamos plenamente satisfechos, no podriames desear nada mas, lo tendriamos todo…pero, en la practica, sabemos que no sucede asi…y asi ni los bienes externos, ni los bienes internos, llenan completamente…no excluyen todo mal, no sacian TODAS las aspiraciones del corazon humano…y son sujetos de cambio y  desaparicion…Aun el amor humano es imperfecto…y no siempre sabemos amar bien a nuestro familiar, amigo o vecino…ni tampoco ellos corresponden completamente y perfectamente a nuestro amor, y nos hacen sufrir por ello…Ya sabemos de que tu gozas de felicidad completa amando en esta vida y tambien que sospechas que -si existe la otra como tu has escrito aqui- estaras bien…..SIN EMBARGO, para la mayoria de los humanos la vida es un compendio -a veces- de un cumulo de dolores…inexplicables y que se sienten como inmerecidos…COMO dice nuestro amigo Juan Luis sin ese SER -que tu dices que yo imagino- la vida y el mundo son como una NAVE SIN RUMBO…Por lo tanto, como el amor humano es incompleto, el bienestar tambien es efimero, la justicia muchas veces defectuosa, los placeres se esfuman, y hasta la vida fisica tambien se extingue ella misma….SE DEDUCE, que para que no encontremos caducos los bienes terrenales y los internos, cambiante el amor humano, sin sentido el sufrimiento que padecemos e injusta nuestra fisica desaparicion en la muerte, QUE hay algo por encima de nuestra naturaleza que posee todo lo que a NOSOTROS NOS FALTA…porque entonces, si este SER no existe,  SI que, como decian Sartre y los filosofos del existencialismo, la vida se nos presenta como un accidente ABSURDO…para que entonces venimos a parar aqui?  y hacia donde vamos?
    Pero no todo se reduce a un Dios imaginario como tu aseveras….El universo( o los universos), con todas sus maravillas y complejos mecanismos, estan y saltan a la vista..Mas absurdo seria pensar que se dieron la existencia a si mismos..vemos que ni siquiera un atomo pudo organizarse por si mismo en su magnifico orden interno…ni tampoco, por supuesto, la complejidad del mecanismo del ojo humano..Suponer lo contrario, seria dar atributo e informacion a la materia, cosa que no posee intrinsecamente, puesto que su misma naturaleza no se lo permite…Nosotros no existimos siempre, sino que empezamos a existir y por lo tanto recibimos el ser…como somos seres espirituales y recibimos el ser, tambien recibimos nosotros la naturaleza espiritual, presente profundamente en nosotros, que nos permite esas operaciones diferentes de otros seres,  como amar, poder apreciar y darnos cuentas de la belleza del mundo en que vivimos, realizar abstracciones con nuestro pensamiento, poder darnos cuenta de lo que nos rodea, al ser conscientes de nuestra propia realidad…y buscar el camino para llegar al objeto de nuestra verdadera FELICIDAD que no se encuentra en esta vida, sino en la otra..Los problemas existenciales no estan sujetos a la ciencia experimental…Pertencen a la filosofia…Estas preguntas persistiran hasta el final del mundo, ya que el primer motor del mundo no es un ser material, sino espiritual….un saludo cordial…para un buen fin de la semana…abrazos de Santiago Hernandez    

  • Javier Renobales Scheifler

    Maite y Santiago,

     si la vida no tiene sentido ¿por qué sigues viviendo, Maite? Si no te entiendo mal, sigues viviendo porque el sentido de la vida es que no tiene sentido la vida. Venga ya, menos pajas mentales, de Ciorán, Savater o de la madre que los parió. Tú sabes que quieres que tus hijos y tu marido sean felices, e incluso quierres ser feliz tú misma … Pero claro, eso no tiene sentido, no claro. Venga ya. Llamemos al pan pan y al vino vino. Razonemos un poco con el corazón, y con el cuerpo entero.

    La vida es un destino en sí misma, tiene sentido por sí misma, aunque no hubiera Dios. Te equivocas al considerarla ABSURDA, si no hubiera Dios, Santiago. Creo que niegas la realidad, desprecias lo precioso de tu vida, si la consideras ABSURDA si no hay Dios.
     
    Lo que yo he vivido y vivo tiene sentido por sí mismo, merece la pena por sí mismo. Así lo siento y así lo vivo.
     
    Lo ABSURDO es lo que hacemos, dejar morir de hambre a quien no ha vivido, y eso lo hacemos sin pestañear, a la vez que comulgamos y nos decimos que Dios nos bendice y que podemos ir en paz, lavándonos el cerebro (con la inestimable ayuda del catolicismo, entre otras religiones) para mantener este desorden injusto en el que vivimos materialmente bien (el Papa se dará un paseíto por España y se pulirá 50 millones de euros, lo cual es ‘el chocolate del loro’, ‘un negocio’, al expreso decir del profesional de Dios Su Eminencia Martínez Camino, disfrazado de sucesor de los apóstoles –qué patraña, qué ridiculez, qué inmenso cuento falaz-).
     
    La vía tomista que dices, Santiago, no me parece concluyente. Lo mismo puede estar en lo cierto Stephen Hawking, y resultar redundante la idea de un Dios que supuestamente existe desde siempre creándolo y sosteniéndolo todo y existirá eternamente, en un Universo que puede suplir o resultar ser ese constructo que llamamos Dios (del que se han apoderado los religiosos profesionales) para llenar ese vacío que imaginamos no llena el universo existente.
     
    Tú te empeñas en afirmar que Dios dirige la evolución según ‘el plan de Dios’ que tú imaginas, pero lo cierto es que no lo sabemos, sólo lo imaginamos; quizá la evolución, la vida, se dirige sola.

    A lo que no sabemos cómo funciona, los humanos en seguida lo llamamos Dios desde hace mucho, ya desde la prehistoria, lo atribuimos a un imaginario Dios, al que dotamos de lo que mejor nos parece, de todo lo más infinito que se nos ocurra. Es una manipulación a nuestra conveniencia.
     
    Los profesionales de las Iglesias se han apoderado de ese imaginario Dios, y de ahí han ideado toda suerte de inventos para beneficiar el negocio de sus respectivas Iglesias (por ejemplo la patraña de las indulgencias plenarias …) , para dominar a sus súbditos fieles creyentes, haciéndose imprescindibles vendedores de esas indulgencias y gracias santificantes … y haciéndoles creer que la fe es una virtud (‘teologal’ incluso) y la duda una falta de fe.
     
    A  mi modo de ver, la duda es una virtud, y la fe no lo es. Yo creo que existe Dios, pero he de admitir que no lo sé con certeza, por eso honestamente he de admitir la duda.
     
    En todo caso, el asunto me parece secundario en esta vida, pues si hubiera Dios, ya resolverá ese Dios –de la mejor manera posible, quiero imaginar- lo que ‘suceda’ cuando muramos cada uno, si es que decide que alguna vida personal mía o de mis personas queridas continúe.
     
     Y si no hay Dios ni otra vida, todo habrá acabado con la muerte para cada persona, lo cual no es ABSURDO, como tú dices, Santiago. Pero no adelanto nada dando vueltas siempre a lo mismo, y mientras tanto, de lo que no hay duda es de que yo existo y existen mis personas hermanas y la felicidad humana tiene sentido por sí misma.
     
    La verdad, con certeza, son las personas, la realidad existente: y eso es lo que tenemos descuidado deplorablemente, tanto dar vueltas al imaginario Dios –en beneficio de las Iglesias que nos azuzan a ello- y al invento de la intervención divina o acción de ese imaginario Dios en nuestras vidas (por ejemplo eligiendo a un dictador como Papa o enviando sus imaginarias Gracias mágicas a través del invento de misas y sacramentos varios que forman parte esencial del negocio católico, por ejemplo, para dominar a los súbditos y hacer imprescindibles a los profesionales de la casta sacerdotal que vive muy bien de ese negocio tan dañino y plagado de patrañas).
     
    Dentro de 10.000 años, si entonces sigue habiendo personas en el universo, creo que pensarán muy diferente respecto de todas estas cosas; con los conocimientos –muy diferentes de los que tenemos ahora, imagino- que tendrán dentro de 10.000 o 100.000 años (espacio que  es insignificante en lo que conocemos de la historia del universo, y más aún admitiendo la posibilidad de que existan otros universos que hoy no conocemos …) imagino que se verá todo esto de forma muy diferente, tatno que ni lo podemos imaginar …

    Afirmar que dentro de 100.000 años serguirá habieno una ICAR me parece una necedad llena de arrogancia y presunción estúpidas.

    saludos cordiales

  • Santiago

    Javier,     me tienes que disculpar…me pase de hilo y te conteste en FE y SECULARIDAD…..vale   abrazos    Santiago Hernandez

  • Maite Lesmes

    Mientras reflexiono sobre lo que ha escrito Héctor -gracias, amigo¡- y sobre los textos que más me han impactado de mi querido Juan Luis, quisiera decir a ANA que, salvo que se refiera a las grandes religiones monoteístas, hay religiones sin clérigos o intermediarios; a JAVIER, que me choca afirme que la vida “tiene” un sentido (en cualquiera de las acepciones de este vocablo), cuando de lo que tratamos es de encontrarlo, de “dárselo”; y a todos, que -si quieren- lean un brillante artículo  de F. SAVATER sobre CIORAN que ha publicado hoy El País.  Al leerte, Javier, he pensado en una sentencia de Cioran  que aparece ahí sobre la vida: “El hecho de que la vida no tenga ningún sentido es una razón para vivir, la única, en realidad”: http://www.elpais.com/articulo/cultura/hombre/asombrado/asombroso/elpepicul/20110330elpepicul_1/Tes?print=1

  • Javier Renobales Scheifler

    Santiago,
    La vida la hemos recibido de la evolución de la materia en el universo; esa parece ser la realidad.

    El impulso de querer que el otro coma y no pase hambre no es profundo, sino tan superficial, que lo desechamos con suma facilidad, y nos dedicamos a acumular, para jubilarnos y vivir sin trabajar todas las decenas de años que podamos vivir.

    Por ejemplo los curas, con el cuento de la vocación-‘llamada de Dios’, se meten en un negocio multinacional (ICAR) que les asegura materialmente la vida, por muchos años que vivan, en lo material y en lo social, con tal de que sean sumisos en cuerpo (sexo incluido sobre todo) y alma, y trabajen un poco para el negocio eclesial.

    Quizá no existe Dios, Santiago, podríamos estar equivocados los cristianos.

    Tan lo creemos -si quiera sea inconscientemente- que podemos estar eequivocados, que nos dedicamos a asegurar materialmente la vida en las mejores condiciones materiales posibles, mientras dejamos morir asesinados por hambre a decenas de miles de personas cada día, asesinados que son cada uno el propio Jesús –‘conmigo lo hicisteis’- al que decimos (de pico, de salón, de celebración de millones de misas y demás teatros al uso católico y tanta liturgia mendaz) amar y seguir.

    Lo que sin duda existe, Santiago hermano, es la realidad, la evolución, la vida. Esta es la verdad.
     
    Voy a mi admirado Juan Luis Herrero, tema del hilo.

     En su día pleiteó Juan Luis contra los jerarcas, pues estos bestias le negaron algo tan fácil como era borrar su nombre del libro de bautismo de la parroquia en la que le bautizaron a Juan Luis.
    A mí también me lo negó Blázquez, entonces Obispo de Bilbao, hoy Arzobispo ascendiendo hacia las alturas jerarcas católicas, tan mundanas y fútiles como la vana gloria.
    http://www.redescristianas.net/2011/03/30/la-iglesia-no-estara-obligada-a-borrar-a-los-apostatas-de-los-libros-de-bautismo/
    Si nos quisieran mínimamente esos jerarcas, tenían bien fácil haber borrado con tipex nuestros nombres del libro bautismal, pues para darnos de baja nos exigieron aportar la certificación de la parroquia en la que fuimos bautizados, donde figura el libro y la página en la que nos apuntaron nuestro padres por mandato de los jerarcas, so pena de condenación eterna.

    Malditos jerarcas. Fuera de la ICAR no hay salvación, dice su inhumano catecismo de Wojtyla-Ratzinger de 1992. Mienten como bellacos al servicio de su negocio multinacional. No aman otra cosa que su negocio, mientras fingen amar a Dios.
     
    Indignación, proclama Hessel: ¡indignaos! Bueno, pues ya me indigno un poco, ahora ante tanta falacia católica de negocio eclesiástico multinacional, que la ICAR es modelo de multinacional, modelo de corrupción, modelo de dictadura y apoyo a dictadores y poderosos.

    Juan Luis se indignaba, no sólo al hacer varias huelgas de hambre para reclamar el 0,7%.

     Por eso demandó judicialmente a los sepulcros blanqueados que borraran su nombre del libro bautismal, para que le dieran de baja en la ICAR. ¡Bravo Juan Luis!

    Jesús también se indignaba. Por eso lo mataron, aunque el dictador Ratzinger diga que no fue por eso, que no fue por oponerse al poder establecido, sino para redimirnos con su sangre derramada por los pecados de TODOS …y demás falacias eclesiales inventadas, ya desde antiguo, para favorecer a los poderosos

    Saludos cordiales.

  • M. Luisa

    Cuántas veces he deseado  la vuelta de Juan Luis!  Sobre todo para saber de sus últimas experiencias… le mando un efusivo recuerdo.

  • Yo pienso que vivimos un nuevo amanecer en la sintonía del Dios Padre del Dios Abbá que Jesús de Nazaret nos enseñó. Creo que mucho tiempo nos han desviado el camino al encuentro con Dios. Nos han hecho vivir siempre en el pasado, siempre en illo témpore, resando a un dios muy lejano, y en el mejor de los casos a un Dios encerrado en fastuosas inglesias o tabernáculos. Dios está aquí dentro de mí dentro de mis hermanos. en este aire que respiro, en este planeta donde vivo, en este universo que miro todas las noches asombrado. Por eso en lugar dar tantas vueltas a las cuentas del rosario repitiendo frases maquinalmente, comparto ewsta oración casi con el corazón en la mano: “Te adoramos Dios y Padre Nuestro porque te sembraste en nosostros, porque brotas dentro de notros, porque nos constituyes, poruqe eres nuestra vida, nuestra felicidad..ESTAMOS HECHOS DE TI.
    Felicito emocionado al padreJuan Luis, por ese maravilloso libro “Cómo Nace mi nuevo Paradigma.
    Al respecto hay un libro que está circulando el mundo “Conversaciones con Dios” del norteamricano Neale >Donald Walsch. que tiene ideas muy comunes con el padre Juan Luis. quisiera vuestro comentario sobre ese libro les agradecería infinitamente. Para eso les dejo mi Correo: nicoligar@hotmail.com
    Con afecto
    Nicolás

  • MAR Medina

    Qué feliz reencuentro en Atrio, tras varios días de ausencia, encontrar este proyecto sobre el pensamiento de Juan Luis. Tener la oportunidad de releer su libro de manera compartida es un privilegio y para mí más que relectura supone una re-reflexión que emprendo encantada.

    Comparto con vosotros mi punto de partida, perfectamente reflejado en esta frase que extraigo del texto de Juan Luis que extrae Héctor: Ninguna voz de ningún profeta me aportaría más certeza que la de mi propia facultad de pensar y sentir

    Agradezco a Atrio -y por supuesto a Juan Luis y a Héctor- la oportunidad que me brinda de poder compartir con vosotros mi facultad de pensar y sentir y aprender de la vuestra.

    Saludos cordiales

  • En su momento Juan Luis descubrió que la eclesiología es un constructo humano y, por tal motivo, sus tendencias teológicas carecían de veracidad. Dios es misterio incognoscible para la razón humana y, por consiguiente, cuanto se afirme al respecto es tan falso como verdadero y cuanro se afirme con pretendida autoridad divina es más falso que verdadero. Esto derrumba la solidez de los dogmas de la iglesia, debilita sus enseñanzas y descubre la inanidad de sus pretensiones. Despues de estos revolucionarios testimonios sólo queda una ética racional para encauzar la vida humana apreciando y discerniendo la significación de la vida y enseñanzas de Jesús para pulir las deontologías que nuestra simple reflexión nos podría aportar.

  • Carmen (Almendralejo)

    Creo que la gran importancia de Juan Luis Herrero del Pozo, será como siempre pasado bastantes años, y que casi ningun* de los aquí presente lo veremos.
     
    J.L más que darse cuenta de que el mundo y su realidad o vida de fe, no estaba a gusto con ese sitio donde D*s estaba situado, en realidad lo que J.L vivió en sus carnes es ese Bautismo rebelde del Jordan, donde no solo se mojó los pies con el agua sino que a la vez, ese agua limpio toda aquella lepra milenaria adquirida  sin razonamientos.
     
    D*s sin razón es Magia potagia, chamanes que intentan zombodizarte para tener adept*s y seguir viviendo a costa de unas creencias que no se sostienen ni en la más mínima idea o pensamientos, y ni tan siquiera en la más mínimo sentido o de crédito…
     
    El D*s de J.L es el D*s más creíble y más cercano a Jesús porque lo muestra a su como este hizo, imagen y semejanza, Quien me ve a mi ve al Padre-Madre… Pero a la vez no intenta descifrarle y aún adórnale con rostro de ningún tipo, ni tan siquiera con el de Jesús.
    Desconstruye todo aquello imaginado y autoafirmado, sin que la erudición le valga para afirmar cátedra sobre lo que él como hombre creyente y estudioso de esta ciencia de la Teología le sea suficiente para decir nada sobre lo que descubrió en los libros.
     
    A las clara está que no pudo seguir… y tuvo que caminara para que los andadores no el dejasen paralítico en la piscina de Siloé.
     
    Como dice Javier, Ana, Pepe Salas y cuantos hemos compartido charlas con J.Luis, hemos podido ver un hombre que se ha gastado caminando y buscando esa realidad que a la persona la dignifica, sin que ciertas aureolas hayan pesado más que estar y ser con quienes ha encontrado en ese caminar.
    Te queremos J. Luis
    Y como no, Gracia a Antonio y Equipo Atrio… y a quienes estais ahí.

  • pepe blanco

    Le envío a Juan Luis un fuerte abrazo y el recordatorio de que la verdadera luz es la que ven los ojos del alma (vale, vale, que nadie me grite: no empleo la palabra “alma” en sentido platónico, sino en sentido poético, con algún incierto y borroso significado).

  • ana rodrigo

     
     
     
    El seguir a Jesús como referente humano no tiene porqué implicar la fe en Dios, o sí, si realmente admites que Jesús nos dio una imagen de su Dios a través de su praxis y dijo “quien me ve a mí, ve al Padre”, pero nunca explicó más de Dios sino fue su vida.                                                                                              
     
    Si este Dios de Jesús es creíble por lo que de humanización supuso, plantea otros muchos problemas. Jesús apareció cientos de miles de años desde los inicios de la humanidad. ¿Por qué? Por qué no se manifestó desde el primer momento? ¡Con bien que encajaba la creación de Adán y Eva…!
     
     
    Jesús nació, vivió y murió en un pueblo que, que según ellos era el elegido por Dios entre todos los pueblos del mundo, ¡¡!!, fue un buen judío y aunque se  dice que no vino a derogar la ley y los profetas, sí fue un hereje, y eso le atrajo el odio de los sacerdotes de la religión judía y su condena a muerte. ¿Por qué Dios, el Dios de la creación tuvo que aterrizar en un pueblo concreto, con una religión muy bien elaborada y todo muy estructurado? ¿Se puede hablar de que el Dios del AT seguía prefiriendo al Israel en detrimento de otros pueblos?
     
      Es cierto que Jesús rompe fronteras y le echa en cara al pueblo de Israel que no se merecen tal privilegio. Pero ¿crea Jesús una nueva religión, con un nuevo Dios? Según la iglesia, no, de hecho asegura que tanto el AT como el NT son palabra de Dios. Pero es que en la Biblia aparece distintos tipos de dioses: el dios guerrero, el excluyente, el misógino, el cruel, cruel como el que más, pero también aparece el misericordioso, el bondadoso, el tierno… Eso sí todo en masculino, lo femenino en cuestión de dioses, no existe, cosa que te hace dudar de la bondad y sabiduría infinita. ¿Es fiable creer en este Dios que nos viene dado? ¿Tenemos que ir retocándolo a nuestra medida? ¿O debemos prescindir de si existe, cómo es, dónde habita, cómo se manifiesta, etc., y ajustarnos a ser lo más humanos posible?

  • oscar varela

    Hola ana rodrigo!

    Imperdible lo tuyo

    ¿donde hay que firmar?

    sobre todo en lo que vas a seguir.

    ¡Vamos todavía! – Oscar.

  • ana rodrigo

     
    Quien más quien menos, especialmente la gente de una cierta edad, hemos sido fervientes y, sobre todo, convencidos creyentes del Dios de la Biblia, en su versión del AT, a cuyo Dios se le “perdonaba todo” porque a continuación te daban interpretaciones “aceptables” que te invitaban a no perder la fe en ese Dios, y, por supuesto, no teníamos acceso a la lectura de otros textos que con y sin explicación eran y son infumables.
     
    La cosa se suavizaba (a nivel humano, no racional) cuando te hablaban del Dios del NT, encarnado en un hombre, que a su vez era Dios y hombre y que lo demostraba con la cantidad de milagros que hizo por su poder por obra de Dios que estaba con él.
     
    Y finalmente teníamos el dios “revelado”, explicado y definido por la Iglesia, que aún actualmente, y en muchas ocasiones tiene que ver más con el Dios del AT que con el del NT. La iglesia ha producido una inflación de normas “voluntad de Dios” que en nada tiene que envidiar a la religión judía de la época de Jesús.
     
    En ninguno de los tres ámbitos yo tuve dudas, digamos, de fe, y la primera vez que intenté usar mi razón, me dieron a leer un escrito de Tomás de Aquino que demostraba fehacientemente (¿?) la existencia de Dios. Así que, de momento la cosa quedó así: Dios existe, se hizo hombre en Jesús y la Iglesia lo sabe todo, por tanto no hay porqué tener dudas.
     
    No tardé mucho en pasar a la siguiente etapa que no fue otra que mandarlo todo a paseo. No tanto por falta de fe, sino porque el Dios de la Iglesia era muy sádico, te prohibía lo mejor de la vida, te pedía sacrificios, la vida debía ser un valle de lágrimas, etc. etc.
     
    Sería un poco largo contar porqué retomé otra vez el tema religioso, pero, lo que sí sé que ya no me creía todo y cada creencia la retomaba desde cero. Y en ello estoy: Jesús es un referente humano muy interesante, es de fiar, él habla de Padre, creo que refiriéndose a Dios, mi razón no es capaz de dar el salto a lo trascendente (se dice aquí que éste es el único acto de fe ¿?), pero me es válido seguir considerándome cristiana.

    Seguiré.

  • Santiago

    Javier,   ese deseo constante de remediar las miseria humanas, indudablemente, tiene origen en la profundidad de nuestro ser, en nuestra parte espiritual…seria temerario suponer que somos nosotros mismos los constructores del impulso congenito..puesto que hemos recibido el ser de “otro”..no tenemos vida per se, sino que TODO se nos ha dado, incluso los mas nobles deseos…Por lo tanto, la vida tiene sentido en si misma en cuanto es el principio que hemos recibido como un don precioso, de otro SER..y como dice Juan Luis este “dador de sentido y esperanza” con su “simple presencia, ausente o callada, ILUMINA la realidad ENTERA de un MUNDO que sin EL seria una NAVE SIN DESTINO”…un saludo cordial    de Santiago Hernandez 

  • ana rodrigo

    Para empezar voy a hacer varias aseveraciones poco discutibles, por obvias:
     
    -Desde siempre todos los pueblos y todas las colectividades han creado sus dioses, incluido el pueblo judío del que es heredero el cristianismo.
     
    –        A casi todos los dioses se les ha configurado o se les ha concebido de forma antropomórfica: hablan, escuchan, se les pide, conceden favores, tienen voluntad (la famosa voluntad de Dios), etc.

     

    –        Casi siempre el concepto dios ha ido asociado al bien y a la bondad infinita.

     

    –        Nadie ha visto a ningún dios, pero muchos han hablado de él como si fuese su huésped habitual (siempre en sentido antropofófico).

     

    –        Acotar conceptualmente la imagen de dios y sus capacidades, da mucha seguridad, porque, en realidad, el ser humano es lo que busca en Dios, seguridad y protección, y… salvación, dada la cantidad de miserias que la especie humana padecemos y de la que esperamos nos salve algún dios.

     

    –         La muerte es un revulsivo importante en buscar a ese dios que nos acoja después de la muerte. Quizá si no existiese la muerte, el tema Dios sería muy distinto, ya que la muerte es lo que más desconcierta a una mente pensante, como es la humana.

     

    –        Lo que dicen que ha dicho Dios,  quiere o no quiere Dios, y muchos etcéteras, son constructos humanos. Por eso, a pesar de la concepción de dios como el bien sumo, se le han atribuido tantas barbaridades de esas que aún se dice que son “palabra de Dios”.

     

    –        Que al poder civil siempre le ha interesado la alianza con los dioses o sus  representantes, es fácilmente constatable. Por tanto los abusos del poder a lo largo de la historia se ha justificado muchas veces desde la autoridad divina, puesto que el poder procedía de dios.

     

    –        El miedo ha sido un método de gobierno habitual, puesto que el castigo, así como la recompensa, no se limitaba sólo a esta vida sino a la otra.

     

    –        De esta necesidad de dios, surgen las religiones, que normalmente son las mayores enemigas de dios desde el momento en que se apropian del único Dios verdadero. Al mismo tiempo que van tejiendo una red de conceptos, normas, condenas, obligaciones, sumisiones, clericalismos (en todas las religiones ha habido y hay clérigos), y un sin fin de aspectos que terminan ocultando al Dios al que defienden.

     

    –        Sin embargo, la sociedad moderna y racionalista, no siente la necesidad de dios como en otras épocas de la historia. El ateismo era inconcebible en otras épocas, es un fenómeno relativamente moderno y va a más. Así que en la sociedad actual podemos encontrarnos con creyentes acérrimos, con mucha gente indiferente y con un ateismo asumido conscientemente.

     
    En otro comentario intentaré reflexionar sobre esta cuestión desde el cristianismo.

    PD. Mi agradecimiento a atrio, a Juan Luis y a Héctor. Y mi reconocimiento junto a un beso grande para Juan Luis.

  • pepe sala

    Creo que ya lo he contado, pero como estamos de remembranzas, vaya otra vez la anécdota:
     
    Juan Luis se empeñó en regalarme su libro ” Religión sin mágia”. Yo no tengo ( tenía) el menor interés en leer su libro; pero tenía un enorme interés en conocer al ” revoltoso” que había montado el pollo del 0´7%
     
    Me presenté en Logroño y, sin haber estado nunca en la ciudad, aparqué justo frente a su casa sin preguntar a nadie. Cosas raras que pasan, sin darle mayor importancia.
     
    El día fue exquisito. Reímos hasta por los codos ( Juan Luis es simpatiquísimo en sus conversaciones sin trascendencia), charlamos también hasta por los codos y nos contamos anécdotas propias. La compañía de Reyes fue un encanto y, curiosamente, empatizó mucho con mi esposa. Reyes es muy alta y mi esposa es bajita.
     
    Entre las anécdotas que me contó Juan Luis me quedo con la del viaje desde Roma hasta Logroño en una Mobilete. ( una especie de bicicleta con un pequeño motor.)
     
    Lo más jodido del viaje, era que a Juan Luis le dejaron ” con el cielo arriba y el suelo abajo” cuando se presentó en Roma para renunciar al sacerdocio.
     
    Tenía muy poco dinero en el bolsillo y lo tuvo que administar muy bien para echar gasolina a la motocicleta. Para menesteres como la comida y bebidas ” Dios proveerá”…
     
    Afortudamente era finales del verano y tanto el tiempo como las huertas y los frutales del camino consiguieron el ” milagro” de que nuestro gran amigo Juan Luis llegase a Logroño sin morir en el intento.
     
    Tengo ganas de abrazar a Juan Luis….

  • mªpilar garcía

    ¡¡¡Gracias!!!
    Por  releer de nuevo, este hermoso “mensaje-experiencia-andadura-estudio-contemplación” de una vida, como la de Juan Luis.

    Lo expresa con tal cercanía que parce fácil; sobre todo, esperanzador, para las personas que intentamos “vivir” de otra manera a la impuesta tercamente por las autoridades eclesiales.

    Como a el; también quedó en mí, profundamente grabado, el bagaje que recibí en la familia, porque siempre me impulsó a la búsqueda constante, donde iba encontrando, gracias a personas como el, la forma de seguir… “yendo cada día…” con capacidad, para ir quitando pesos inútiles y cegadores, del manantial de agua buena, que quita la sed.

    Es un comienzo magnífico, espero con gozo las siguientes entradas, para comprender mejor su experiencia y aprender de ella.

    Un abrazo entrañable Juan Luis, estás en nuestros corazones.

    mª pilar

  • Javier Renobales Scheifler

    La vida humana en sí misma tiene sentido, me refiero a los que la hemos vivido aceptablemente bien, disfrutando de la vida, sintiendo la dicha de vivir siendo amados y amando, aunque sea defectuosamente …
     
    Imagino que la vida no tendrá sentido, por sí misma, para los que no les hemos permitido vivir, por ejemplo tantas decenas de miles como dejamos morir asesinados por hambre y miseria cada día (las víctimas del tsunami japonés no son, en número, comparables a estos asesinados, y sin embargo ellas están en los noticiarios cada día, y no las decenas de miles que asesinamos por hambre y miseria cada día).
     
    Estas víctimas a las que no les hemos permitido vivir necesitan otra vida después de ésta, pues no han vivido, no han podido amar ni ser amadas.
     
    Pero los que hemos vivido aceptablemente bien, con todos nuestros defectos y lacras como el capitalismo, pero hemos conseguido disfrutar de la vida, podemos sentir que nuestra vida por sí misma tiene sentido,  incluso aunque no exista Dios, aunque no haya nada después de la muerte.
     
    Lo mejor que me he encontrado en Atrio es Juanito, Juan Luis Herrero del Pozo. Lo cual es muy de agradecer, a Atrio y a su mujer Reyes y, claro está, a Juanito …

    Saludos cordiales

  • Antonio Duato

    Acabo de hablar con Juan Luis a quien he anunciado la publicación de este artículo, inicio de una nueva serie.

    Llegaba en este momento de dar una vuelta por la calle -fresca pero soleada mañanita de primavera en Logroño- acompañado por Reyes, quien vive amorosamente para él.

    La vista perdida ya casi del todo. Los bronquios y el corazón algo recuperados, sin necesitar oxígeno. El espíritu en paz, atravesando la noche, aceptando la realidad (¿cargando con la cruz?), pero con chispazos de luz y momentos de alegría.

    Yo le he transmitido el abrazo y el cariño de todos los atrieros. Él me ha dicho: “Pues de verdad que me llega esa caricia y esa luz. La siento por dentro. Devuélveles ese abrazo cariñoso a todos”.

    Item más: Como ya dije el martes pasado, todos estáis invitados a enviarme – antonio.duato@atrio.org – artículos o párrafos de los escritos de Juan Luis, explicando por qué os sirvieron y por qué creéis que vale la pena releelosr… Héctor ha empezado pero segiremos esta serie entre todos.