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Una esperanza: la Era del Ecozoico

Quien haya leído mi artículo anterior El antropoceno: una nueva era geológica debe haberse quedado desolado. Y con razón, pues intencionadamente quise provocar tal sentimiento. En efecto, la visión del mundo imperante, mecanicista, utilitarista, antropocéntrica y sin respeto por la Madre Tierra y por los límites de sus ecosistemas sólo puede llevar a un impasse peligroso: destruir las condiciones ecológicas que nos permiten mantener nuestra civilización y la vida humana en este esplendoroso Planeta.

          Pero como toda realidad tiene dos caras, veamos el lado prometedor de la crisis actual: el nacimiento de una nueva era, el ecozoico. Esta expresión fue sugerida por uno de los más importantes astrofísicos de la actualidad, Brian Swimme, director del Centro para la Historia del Universo del Instituto de Estudios Integrales de California.

          ¿Qué significa la Era del Ecozoico? Significa colocar lo ecológico como la realidad central a partir de la cual se organizan las demás actividades humanas, principalmente la económica, de tal manera que se preserve el capital natural y se atiendan las necesidades de toda la comunidad de vida, presente y futura. De esto resulta un equilibrio en nuestras relaciones con la naturaleza y la sociedad en el sentido de la sinergia y de la mutua pertenencia dejando abierto el camino hacia adelante.

          Vivíamos bajo el mito del progreso. Pero éste se entendía de forma distorsionada, como control humano sobre el mundo no-humano para tener un PIB cada vez mayor. La forma correcta es entender el progreso en sintonía con la naturaleza y medirlo por el funcionamento integral de la comunidad terrestre. El Producto Interior Bruto no puede ser hecho a costa del Producto Terrestre Bruto. Aqui está nuestro pecado original.

          Olvidamos que estamos dentro de un proceso único y universal –la cosmogénesis– diverso, complejo y ascendente. De las energías primordiales llegamos a la materia, de la materia a la vida, de la vida a la conciencia y de la conciencia a la mundializacion. El ser humano es la parte consciente e inteligente de este proceso. Es un evento ocurrido en el universo, en nuestra galaxia, en nuestro sistema solar, en nuestro Planeta y en nuestros días.

          La premisa central del ecozoico es entender el universo como conjunto de las redes de relaciones de todos con todos: nosotros los humanos somos esencialmente seres de intrincadísimas relaciones. Y entender la Tierra como un superorganismo vivo que se autorregula y continuamente se renueva. Dada la embestida productivista y consumista de los humanos, este organismo ha quedado enfermo e incapaz de «digerir» todos los elementos tóxicos que hemos producido en los últimos siglos. Por ser un organismo, no puede sobrevivir de forma fragmentada sino integral. Nuestro desafio actual es mantener la integridad y la vitalidad de la Tierra. El bienestar de la Tierra es nuestro bienestar.

          El objetivo imediato del ecozoico no es simplemente disminuir la devastación en curso, sino alterar el estado de conciencia responsable de esta devastación. Cuando surgió el cenozoico (nuestra era, hace 66 millones de años) el ser humano no tuvo ninguna influencia en él. Ahora, en el ecozoico, muchas cosas pasan por causa de nuestras decisiones: si preservamos una especie o un ecosistema o los condenamos a la desaparición. Nosotros copilotamos el proceso evolutivo.

          En términos positivos, lo que la era del ecozoico pretende a fin de cuentas es alinear las actividades humanas con las otras fuerzas operantes en todo el Planeta y en el Universo, para que se alcance un equilibrio creativo y podamos así garantizar un futuro común. Esto implica otro modo de imaginar, de producir, de consumir y de dar significado a nuestro paso por este mundo. Ese significado no nos viene de la economía sino del sentimiento de lo sagrado ante el misterio del universo y de nuestra propia existencia. Esto es la espiritualidad.

           Cada vez más personas se están incorporando a la era del ecozoico. Ella, como se deduce, está llena de promesas. Nos abre una ventana hacia un futuro de vida y de alegría. Necesitamos hacer una convocatoria general para que se generalice en todos los ámbitos y se plasme la nueva conciencia.

          [Traducción de MJG]

9 comentarios

  • oscar varela

    Hola!
     
    Sobre este escrito de Boff ya expresé, antes, mi disconformidad;
    No voy a comprar un nuevo dios Molock -el Ecozoico- que se trague mi vida.
     
    Este es un escrito “teilhardiano”; quiero decir de epopeya idealista-evolutiva-optimista (poco vital-histórica-realista)
     
    En comentario a otro Art. de Leonardo dije que era “anti-teilhardiano”, porque durante muchos Arts. Boff nos venía batiendo el parche de que La Tierra se va al carajo con este tipo de Ser humano.
     
    Este “pendular” de Boff (pesimismo anterior a optimismo actual) no me convence ni conforma. Pero intento comprenderlo:
     
    * Leonardo abreva sus ideas en un valedero “sentimento religioso o metafísico”, que llama “reverencial”. Ejecuta el difícil y digno “oficio” de “pro-clamar”.
     
    * Leonardo no abreva sus ideas en una Antropología adecuada al Problema que se plantea: La Realidad; el Ser humano y La Tierra.
     
    * Leonardo “pendula”. De un extremo al otro. De una cara a la otra. –“toda realidad tiene dos caras”- nos dice.
    Pienso que no. Pienso que LA REALIDAD es MULTI-FACÉTICA. Tiene muchas caras, tantas cuantos mirones haya.
     
    Quien tiene DOS CARAS no es la realidad, sino la IDEA que de las cosas nos hacemos:
     
    UNA CARA de la Idea mira a la Cosa; porque toda idea es idea de una cosa.
     
    OTRA CARA de la Idea mira a la Mente; porque toda idea es un “concebido” o concepto.
    ···············
    En cuanto a “LA REALIDAD” tendría que decir que:
     
    1º)  ANTES de ser un “concepto o ideoma”, cuyos postulados “mecanismos funcionales” suele describirnos M. Luisa;
    [el ideoma se corresponde a la “perspectiva intelectual”]


    2º)
    es una “praxis o draoma” en la que tanto el Ser humano como La Tierra se encuentran “desde ya / aquí y ahora” comprometidos.
    [el draoma se corresponde a una “perspectiva pragmática o vital”]
     
    3º) y que el “concepto o ideoma” (el “ser” o “qué es” la cosa) se dispara cuando uno u otro se “entran a fallar” –como escucho que se canta en un tango. (El Tango-Canción es una Antropología de 1er. orden ¿o no?).
    [el “ser” es un invento histórico u opinión, que con el tiempo adoptaron los muchos y  su precipitado o sedimentación fue una fe o creencia en la que hasta ahora se vino asentando el “Occidente” como cultura y civilización. Desde hace aprox 1 siglo está en crisis por exhuberancia o lujuria]
    ···············
    Me siento en Atrio.org, como que repito ¿no? Pero ¡Voy todavía! – Oscar.

  • M. Luisa

    La necesidad de alinear, como dice Boff las actividades humanas con las otras fuerzas operantes en todo el Planeta y en el Universo  viene dado, pienso, precisamente,  porque   la actividad humana hasta ahora y sobre todo en Occidente, en su relación con las cosas   ha consistido en  un mero actuar sobre el planeta (Cosmos)  de tal manera  que ha deformado  perceptivamente la realidad propia del   Universo.  Es decir,   en su actividad el ser humano  no ha inteleccionado  en unidad con él  sino que ha actuado sobre él   cosificándolo, transformando el Universo en Cosmos.  A preferido entenderlo  teóricamente que aprehenderlo sintiéndolo desplegado sin comprender.
     
    Fijémonos que al final Boff compendia  su argumentación  aludiendo  al sentimiento de lo sagrado  que es, por tanto, algo  anterior a todo entender.  Esta consideración  nos lleva a tener en cuenta  que,    así como la aprehensión intelectiva es un hecho primario de la intelección  humana  y que,   de no haber sido, tal hecho  despreciado,  ahora  en él,  sucesivamente,  descansarían   los actos  ulteriores  intelectivos   propiamente  humanos  como el del logos y el de la razón.   Contrariamente  nos encontramos, ahora,   que éstos en su afán por entender han   perdido lo esencial y  en consecuencia  han    caracterizado conceptualmente la realidad, rompiendo   aquella  línea  unitaria entre el ser humano y el universo,  la línea que  tanto reclama Boff.
     
    Esta reflexión, a mi parecer  es coherente con  ese  equilibrio creativo  del que también nos habla  Boff hacia el final de su escrito, pues la creatividad para ser tal ha de apoyarse no en lo conceptual sino en lo físico.
     
    Voy a ilustrar, si se me permite, este punto con un pequeño símil  al que yo recurro cuando me detengo   en él  pensativa.
     
    Imaginemos  en lo que ha dado de sí la  cocina creativa. Ello no hubiera sido  posible sin contar con las cualidades propias de la naturaleza de los alimentos, pues  se trabaja en esa creatividad  en virtud  de  esa aprehensión de ellas en nuestras estructuras  del sentir olfativo  y  gustativo .  Sin ellas no habría creatividad  posible y en definitiva  nuestros sentidos  no cumplirían formalmente  su plena    razón de ser.
     
    La toma de conciencia no baja del cielo, para ello    habrá  que retroceder para ir en busca  de este  otro modo alternativo en el que nuestra actividad  sea una con el Universo.

  • Asun

    Pues, me parece estupendo para empezar, Ana. Puede que desde la base, desde el ciudadano de a pie se puedan ir desmantelando montañas de inconvenientes y peligros para el planeta y desarticular poco a poco el aparato  tan rígido que nos han y hemos ido entre todos, en enormes o pequeñas dosis, montando.

     
      Si pudiéramos unirnos tras la concienciación, no descarto que con el tiempo, quizá tú y yo no veamos sus resultados, empiece a hacer mella a nivel mundial en las altas esferas. Y si en ello va el voto, entonces, lo que le hace popular a la clase política es precisamente eso, responder a las grandes demandas ciudadanas a nivel global. El problema surge después, cuando los planes y proyectos se quedan en buenas intenciones por la ineficacia de la gestión, falta de presupuesto, por la lenta, improductiva  y enrevesada burocracia y la falta de verdadero liderazgo.

    Mientras tanto, si se toma conciencia, se ve ya venir la bofetada, aunque sea en solitario, se puede ir animando a cambiar tendencias y hábitos con el simple boca a boca. No quedarse de brazos cruzados, porque a simple vista las transformaciones a gran escala parezcan imposibles. Ahí creo está la esperanza primordial, en que no se duda en hacer lo que sea para pasar el testigo, y que el cambio de hábitos depende en definitiva del hombre y la mujer de la calle. ¡Ánimo!

    Buenas noches a todos.
     

  • ana rodrigo

    Querida Asun, efectivamente estoy muy pesimista, a pesar de que mi carácter natural no suele ser ese estado de ánimo, pero objetivamente no tengo motivos para pensar que lo que mueve la ecología actual, no deja de ser una leve brisa, que se agradece, pero que no mueve nada con vistas al futuro.
     
    Por otra parte, el que dé una visión occidental no es al azar, es que es el referente al que aspiran los pueblos que no tienen las comodidades que nosotros disfrutamos. Y no estoy diciendo que ésta sea la máxima aspiración del ser humano, ni siquiera que la posesión de tanto cachivache doméstico y no doméstico, dé la felicidad. Pero cuando estos cachivaches están ahí, se desean, se adquieren, se utilizan y te facilitan el poder dedicarte a otras cuestiones más, digamos, espirituales. Mi madre, entre 1933 y 1954, crió siete hijos, no había lavadoras, y cuando la pudo disfrutar de una, recuerdo que siempre decía que era el mejor invento de la humanidad.
     
    Yo, que nací en 1942, sé de todo tipo de lo que ahora llamo carencias, pero que entonces no tenía este calificativo puesto que no podíamos desear lo que no existía. Yo sé de frío, sé de ausencia de cualquier capricho (llámese un caramelo de perra gorda), sé de la dificultad para comprar un libro, o unos zapatos, y recuerdo a mi madre tejiendo hasta las tantas de la noche con una bombilla de 25 W, etc. etc. Pensaba que éramos ricos porque mi padre y mi abuelo tenían un rudo aparato de radio, o que mi padre pudo adquirir primero una bicicleta, después una motillo, después un “dos caballos”, etc.  Quienes tenemos cierta edad sabemos de qué hablamos: lo que había, escaseaba, y, por supuesto, no había infinidad de cosas que ahora están a nuestra disposición en los países llamados “desarrollados” y que se nos hacen imprescindibles. Veíamos con envidia lo que nos contaban de EEUU, nos parecía imposible el que muchos estadounidenses pidieran préstamos para comprarse un coche o un piso, y, mira a dónde hemos llegado con las hipotecas en el momento actual en muchos países. Sí, eso es ya historia, pero ¿el futuro?
     
    Ahora todo eso está aquí, entre nosotros, existe, y porque existe, es por lo que las gentes que no pueden tener acceso a ello, lo deseen y tienen el derecho a disfrutarlo al igual que quienes podemos hacerlo. Esa es la clave del absurdo que llamamos desarrollo, hasta ahora sólo era para unos pocos (y ya vemos a qué límite hemos llevado el Planeta), pero ya es hora de que sea para todos.  Tanto si es para pocos, como si es para muchos, como si es para todos, ¿esto da viabilidad al futuro del Planeta?
     
    El que yo no coja el autobús, el que yo separe desechos para el reciclaje, el que yo no gaste más calefacción de la imprescindible (incluso pase un poco de frío), el que yo prescinda del coche siempre que sea posible en pro del transporte público, el que, el que,…, son meras conductas testimoniales que no salvan el planeta (y a pesar de todo, debemos hacerlo).
     
     Es el sistema productivo el que debe cambiar, pero ¿quién le pone el cascabel al gato? La clase política no se atreve porque pierde votos, la ciudadanía no queremos tomar conciencia del suicidio colectivo que estamos provocando, y tendrá que ser la realidad la que nos dé una buena bofetada y nos obligue a utilizar la sensatez. Todo ello llevará a un gran sufrimiento mundial de tipo apocalíptico, uf!!, por fin he dicho el palabro…. Lo siento. Aunque siempre habrá una minoría que podrá seguir a sus anchas y a las que el apocalipsis no las pillará.

    Un dato positivo: hemos tomado conciencia.

  • Benjamín Lajo Cosido

    Señor Boff, ¡Bienvenida sea la Era del Ecozoico! Com bien dice el astrofísico, señor SWimmer, es el momento de la reflexión esperanzadora en la que el Ser Humano vuelva a integrarse en la armonía del espacio (y del Tiempo) No debemos ignorar que ya es un lujo respirar y nuestro planeta “tiene broquitis crónica,” que, no ha sido el tabaco quien le ha dejado en este estado, ya que sus emisiones están muy lejos de producirle en sus pulmones verdes un proceso cancerígeno. Más bien ha sido nuestra propia evolutiva  destrucción. Recordamos que algo está sucediendo con nuestro planeta cuando nos pican los ojos y tosemos por la polución. Cuando el Cambio Climático es acelerado y arrancamos hojas de su natural calendario para vender su generosidad en el Zoco de la Codicia Absurda. Gracias por su reflexión; siempre viene bien recordar que la Tierra, nuestro Planeta Azul, no nos pertenece. Es eu lugar en el que también compartimos con otras especies que nuestra soberbia inteligencia considera inferiores. Y para volver recuperar es Senda del Calendario es imprescindible saber que todos somos todos necesarios y corregirb así nuestros humanos errores. No perdamos la esperanza (no podemos permitírnoslo) el sueño, de volver a mirar a nuestro entorno natural con sinceras muestras de respeto y humildad.

    Gracias, Leonardo. Hoy voy al huerto con renovada ilusión. Hay que preparar la siembra de la patata…

    Un saludo a todos desde el Alto Turia Valenciano, desde Titaguas.

  • Asun

    Querida Ana:

    Te siento realmente pesimista. Pero ¿De esas cosas que enuncias como necesarias para la calidad de vida, que según dices disfrutamos unos pocos privilegiados, crees que realmente lo somos y en qué  medida?
     
    Estoy cada vez más convencida que nos la han metido hasta el fondo, la necesidad de consumir. Deseos de más se han convertido en necesidades primarias que no nos dejan ver el fondo, como el estanque profundo que guarda tesoros dentro y nos quedamos en la superficie de las aguas, porque es lo primero que se ve y nos muestran hasta la saciedad. Se crean maremotos de inseguridad catastróficos para, casi al punto, darnos las soluciones pre-envasadas y legitimadas en distintos ritmos y dosis, y así combatir el miedo preliminar inducido.

    Por otra parte, me parece, Ana, que das  una visión occidental de la calidad de vida y sin darte cuenta haces marketing de eso mismo de lo que ves como única alternativa. Se ha olvidado la austeridad a tal punto que nos resulta algo ajeno. Recuerdo de niña que sin calefacción  vivíamos la mayor parte de los españoles y el cuerpo sabía muy bien adaptarse a los cambios atmosféricos y de temperatura  con ponerse y quitarse prendas de vestir. Mi abuela, la primera, era nuestro barómetro y termómetro de la familia. Ahora lo podríamos hacer aún mejor, dada la calidad de prendas y calzado de abrigo para no acusar el frío del invierno. Nos han enajenado con el aire acondicionado. Hace tiempo que trato de desplazarme siempre que puedo a pie, porque el autobús parece  el horno precalentándose sin afán de cocinar. Cuando el calor humano y el abrigo son los mejores compañeros de viaje. Y en verano, al contrario, se pasa frío, porque si no eres un “desgraciao”. Mi abuela madrugaba, se tomaba con el calor más tiempo para hacer las cosas y ¡Ojo! nunca se quitaba las medias. Y echaba buena siesta. El cuerpo es sabio, no lo atontemos más.
     
    Seguramente que si observas con detenimiento, se te ocurren infinidad de cosas que puedes  hacer para tomar distancia de esta vorágine inculcada de hábitos y necesidades sin sentido. La esperanza, que es primero libertad, la sentirás dentro, y pocas mandangas habrá a tu alrededor que te la puedan quitar. Ya me dirás…
     
    Un fuerte abrazo. Buenas noches a todos.

  • ana rodrigo

    Agradezco a Leonardo el horizonte esperanzador que nos expone, puesto que, como dije el otro día, yo soy bastante pesimista en este tema de la supervivencia de los seres humanos en el planeta de forma indefinida. Las cifras que nos proporciona Gabriel son muy elocuentes.
     
    Para que podamos comer todo el mundo, necesitaríamos que la agricultura tecnológica se expandiera por todo el planeta para que hubiese alimentos para todo el mundo. En el caso de que eso se llevase a cabo, sabemos que este tipo de agricultura acaba con los suelos fértiles, contamina las aguas subterráneas, además de otros peligros para la salud humana.
     
    Para que cada habitante de la Tierra pudiera tener la calidad de vida que disfrutamos unos pocos privilegiados, deberían tener vivienda, luz eléctrica, calefacción, electrodomésticos, teléfonos móviles, televisores, automóviles, etc.etc. Como ya dije, todo esto incluye materias primas escasas y finitas, y produce desechos y contaminación de todo tipo. Esto es inviable.
     
    Honorio hablaba de la “amenaza” de los países emergentes, y yo añadiría a éstos, otros países que aún no son ni siquiera emergentes, y que añadirían otro montón de millones de seres humanos con las mismas necesidades que nosotros y, por supuesto, con derecho a ser satisfechos en su justa medida.
     
     Boff tiene razón, que por este camino no llegamos muy lejos, y sus propuestas son ideales, no sólo porque son estupendas, sino porque las veo idealistas. Es que ni siquiera volviendo cada cual a una huerta y una cabaña resolveríamos nada.
     
    Perdonadme por mi pesimismo, ojalá fuese sólo pesimismo. De todas formas, sigo confiando en el homo sapiens, en la inteligencia humana, en que inventen productos que no contaminen, en que se puedan producir alimentos sin agotar el suelo, en que la ciencia consiga  crear aire puro, en que el dinero no sea lo marque la subsistencia de los seres humanos, como ocurre ahora, que haya leyes que garanticen los derechos humanos, etc. ¡¡Soñar es gratis!!.

  • Gabriel Sánchez

    Estimad@s Amig@s
    Hambre en el mundo, la bolsa o la vida

    Durante los últimos años, el aumento de tierras destinadas a la agricultura (en buena parte a costa de deforestación) ha generado un record detrás de otro en la producción mundial de cereales, creciendo mucho mas que la demanda de alimentos. Sin embargo, el año 2011 inicia con más de 1 mil millones de personas padeciendo de hambre en el globo. Otra cifra que año tras año va en aumento.
    ¿Como explicar que se producen más alimentos pero aumenta el número de hambrientos? Fácilmente, con una sola palabra. Especulación. Ya sea especulación financiera, o por el uso de los granos para forrajes o producción de agrocombustibles.
    Detrás de los recientes levantamientos de Egipto y Túnez, y de muchos otros ocurridos en los últimos años, se encuentra como una de las principales causas, la creciente crisis global de los alimentos. Cerca del 40% de los egipcios se encuentra en el umbral de la pobreza, mientras que la inflación de los precios de los alimentos en ese país promedia un 17% anual.
    Se calcula que en los países más pobres entre el 60% y el 80% de los ingresos de la gente se destinan a la alimentación, en comparación con sólo entre el 10% y 20% en los países mas ricos.
    La triste historia de la tiranía alimentaria ejercida por la especulación es bastante reciente. En 1991, cuando nadie prestaba mucha atención, Goldman Sachs decidió que la producción agropecuaria podría convertirse en una excelente inversión.
    Desde entonces, la comida que nos llevamos a la boca cada día, debe pasar primero a rendir su tributo al más tirano de los monarcas que ha tenido la humanidad en toda su historia, el Mercado.
    Antes de eso los alimentos se consideraban una mala inversión especulativa, porque son perecederos y no se podían almacenar hasta que las condiciones del mercado fueran adecuadas para la reventa. Pero eso cambió con el desarrollo del ETF (fondos negociables en la bolsa) y otras innovaciones financieras.
    Las trasnacionales de los agronegocios y los mismos bancos, fondos de inversión y especulación financiera que provocaron la crisis de las hipotecas, están detrás de esta inflación de precios en los alimentos.
    Mientras más de mil millones de personas mueren de hambre, los bancos ganan fortunas apostando al precio a futuro de los alimentos, provocando su alza y cometiendo un genocidio de proporciones inimaginables.
    La especulación en productos alimenticios saltó de 13.000 millones de dólares en 2003, a 260.000 millones en 2008. Los precios mundiales de los alimentos, consecuentemente, comenzaron a subir en similar proporción.
    En 2007 el precio del trigo había subido un 80%, el maíz un 90% y el arroz el 320%. Como consecuencia, estallaron disturbios alimentarios en más de 30 países, y 200 millones de personas más, ingresaron en esa estadística que avergüenza a la humanidad, la de quienes sufren desnutrición y hambre.
    Hoy la cantidad de hombres, mujeres y niños que padecen hambre en el mundo, no depende de las buenas o malas cosechas; no depende de lluvias, inundaciones o sequías. Son las maniobras especulativas financieras las que mantienen contra las cuerdas a la seguridad alimentaria global.
    El campo debe volver a manos de los campesinos y campesinas. Son ellos y ellas quienes pueden alimentar al mundo, recuperar la biodiversidad perdida por los monocultivos, reducir los niveles de contaminación de las aguas, mantener nutridos los suelos, entre tantos otros beneficios para la humanidad y el planeta.

    Nos reencontramos la próxima semana, con una nueva entrega de esta publicación.

    Ricardo Natalichio
    Director de EcoPortal.net
    rdnatali@ecoportal.net
    http://www.ecoportal.net

    ESTO NOS DEMUESTRA LA NECESIDAD DEL ECOZOICO…ES DECIR EL HOMBRE NO PUEDE SER, SIN LOS SERES DE LA NATURALEZA… Gabriel

  • oscar varela

    Hola Leonardo!

    No me burlo,
    Me estremezco.

    Oh! Ven Ecozoico, ven!

    Nos “adaptaremos” (Charles Darwin)
    Y seremos felices.

    Ven Ecozoico, ven!
    °°°°°°°°°
    Qué te pasa Leonardo?

    Qué no te pasa Leonardo?

    No iré al (dios) ECOZOICO

    Me quedo con la Gente en este Mundo ¡Yendo! – Oscar.