A mucha gente le extraña que siendo teólogo y filósofo de formación me meta en asuntos ajenos a estas disciplinas como la ecología, la política, el calentamiento global y otros.
Yo siempre respondo: hago teología pura, pero me ocupo también de otros temas justamente porque soy teólogo. La tarea del teólogo, ya lo enseñaba el mayor de todos, Tomás de Aquino, en la primera cuestión de la Summa Teológica es estudiar a Dios y su revelación, y después todas las demás cosas «a la luz de Dios» (sub ratione Dei), pues Él es el principio y el fin de todo.
Por lo tanto, corresponde a la teología ocuparse también de otras cosas que no son Dios, pero haciéndolo «a la luz de Dios». Hablar de Dios y también de las cosas es una tarea casi irrealizable. La primera: ¿Cómo hablar de Dios si Él no cabe en ningún diccionario? La segunda: ¿cómo reflexionar sobre todas las demás cosas, si los saberes sobre ellas son tantos que nadie individualmente puede dominarlos? Lógicamente, no se trata de hablar de economía como un economista o de política como un político, sino de hablar de tales materias en la perspectiva de Dios, lo que presupone conocer previamente esas realidades de forma crítica y no ingenua, respetando su autonomía y acogiendo sus resultados más seguros. Solamente después de esta ardua labor, puede el teólogo preguntarse: ¿Cómo quedan esas realidades cuando son confrontadas con Dios? ¿Cómo encajan en una visión más trascendente de la vida y de la historia?
Hacer teología no es una tarea como cualquier otra, como ir al cine o al teatro. Es una cosa serísima pues se trabaja con la categoría «Dios», que no es un objeto tangible como todos los demás. Por eso no tiene ningún sentido la búsqueda de la partícula «Dios» en los confines de la materia o en el interior del «Campo Higgs». Eso supondría que Dios sería parte del mundo. De ese Dios soy ateo. Sería un pedazo del mundo y no Dios. Hago mías las palabras de un sutil teólogo franciscano, Duns Scotus (+1308) que escribió: «Si Dios existe como las cosas existen, entonces Dios no existe».
Es decir, Dios no es del orden de las cosas que pueden ser encontradas y descritas. Él es la Precondición y el Soporte para que esas cosas existan. Sin Él las cosas habrían quedado en la nada o volverían a la nada. Esta es la naturaleza de Dios: no ser cosa sino el Origen de las cosas.
Aplico a Dios como Origen lo que los orientales aplican a la fuerza que les permite pensar: «la fuerza por la cual el pensamiento piensa, no puede ser pensada». El Origen de las cosas, no puede ser cosa.
Como se deduce, es muy complicado hacer teología. Henri Lacordaire (+1861), el gran orador francés, dijo con razón: «El doctor católico es un hombre casi imposible pues tiene que conocer todo el depósito de la fe y los hechos del papado y también lo que san Pablo llama los Elementos del mundo, es decir, todo todo». Recordemos lo que afirmó René Descartes (+1650) en el Discurso del Método, base del saber moderno: «si yo quisiera hacer teología, tendría ser más que un hombre». Y Erasmo de Roterdam (+1536), el gran sabio de los tiempos de la Reforma, observaba: «existe algo de sobrehumano en la profesión de teólogo». No nos admira que Martin Heidegger haya dicho que una filosofía que no se ha enfrentado a las preguntas de la teología, no ha llegado plenamente a sí misma. Digo esto no como automagnificación de la teología sino como confesión de que su tarea es casi impracticable, cosa que siento día a día.
Lógicamente, hay una teología que no merece este nombre porque es perezosa y renuncia a pensar en Dios. Solamente piensa lo que los otros han pensado o lo que han dicho los papas.
Mi sentimiento del mundo me dice que hoy la teología en cuanto teología tiene que proclamar a gritos: tenemos que conservar la naturaleza y entrar en armonía con el universo, porque son el gran libro que Dio nos ha entregado. Ahí se encuentra lo que Dios nos quiere decir. Porque dejamos de leer este libro, nos dio otro, las Escrituras, cristianas y de otros pueblos, para que reaprendiésemos a leer el libro de la naturaleza. Hoy está siendo devastada. Y con ella destruimos nuestro acceso a la revelación de Dios. Tenemos pues que hablar de la naturaleza y del mundo a la luz de Dios y de la razón. Sin la naturaleza y el mundo preservados, los libros sagrados perderían su significado que es reenseñarnos a leer la naturaleza y el mundo. El discurso teológico tiene, pues, su lugar junto con los demás discursos.
Leonardo y Clodovis Boff han escrito Cómo hacer Teología de la Liberación, Vozes 2010, publicado en español por Sal Terrae.
[Traducción de MJG]
Amigo LB: ¿qué va antes la praxis o la teología? Y si no hay antes y después ¿Cómo se llega más al fondo de la realidad: haciendo, la praxis, como hizo Jesús, o disertando, la teología, algo que no hacía Jesús?
Antes que hacer Teología de la Liberación (o cualquier otra teología) se impondría una liberación a fondo de la teología, haciéndola depender de aquel “tenía hambre y me disteis de comer”.
Como dice Sarrionandia: Dios existe, es realidad y la realidad está por encima de la inteligencia. La teología quiere ser ante todo inteligencia. Si a Dios nadie le ha visto, tampoco le habrá oído para “revelarle” la realidad.
Si me pongo a definir la realidad por mi cuenta y digo que lo que yo entiendo es verdad, me apodero de toda ella en toda su inmensidad. Y entonces me quedaría fuera de ella: yo le doy el ser .
Asun nos recuerda que la Conciencia en la que Somos hace que nuestra realidad sea y podamos vislumbrarla como Transparencia. Y yo pregunto ¿la transparencia no dependerá de la praxis al envolvernos en ella? Praxis, transparencia, conciencia, ¿no será por ahí por donde volvemos a ser uno sin caer en la temible dualidad que lo divide todo?
Unido a todos en un fuerte abrazo Héctor
Para mi que los teólogos no son seres imposibles ( como expresa el artículo) puesto que hay teólogos y teólogas a montones.
Lo que yo creo es que los teólogos-as son una profesión absolutamente innecesaria y su labor tiene muy poco futuro.
Y si tenemos que tener teólogos-as, lo menos que podríamos pedirles es que se dediquen a su propia labor y dejen las cosas de este jodido mundo en manos de la siciedad mundana.
Si Dios se mete en la política también, que ” dios nos pille confesados”.
Ya conocemos sobradamente lo que significa una TEOcracia, y a mí no me gustan. El Vaticano, por ejemplo, es una pura TEOcracia y ya sabemos cómo se nombra a su resentate.
Que se lo pregunten a Javier Renovales.
Venga, vamos con las tiendas de campaña a la Plaza San Pedro a echar al DICTADOR que no permite elecciones libres en su Estado Vaticano.
¡¡ Ahh, no!!, que éso sólo lo hacen los paises árabes, los cubanos y Chaves en Venezuela.
Porcca miseria.
SIRUSO
Dices “Insisto en que esta es la tarea de todos los cristianos”
Y yo insisto en que Boff jamás dice que no lo sea.
Realmente te es tan dificil darte cuenta? Dónde dice Boff que sólo es tarea de los teólogos profesionales?
Dices “Mi opinión de Lula no responde a ninguna ideología,”
Y yo insisto en que eso es lo que dicen todas las personas que actúan ideológicamente
Para aterrizar, sólo una pregunta. Apuntabas a “la tesis que me parece insinuada en el artículo”; esa tesis sería ” que el teólogo, por el hecho de serlo, tenga una “luz de Dios” mejor que la mía o la del mas humilde de los hombres”
En que parte concreta del texto afirma o insinúa Boff semejante cosa?
Rodrigo :
Si es difícil dialogar a partir de la interpretación que cada uno hace de la realidad, mucho mas lo es a partir de las opiniones de un tercero sobre esa realidad. En este caso percibo un riesgo que tu no ves, y no descarto que tengas razón. Solo me cabe exponer las razones de mi visión y de pronto otro las comparte y queda alerta.
1 – Comparto con Boff que “hablar de Dios y también de las cosas es una tarea casi irrealizable” y “serísima”, y al reflexionar sobre las demás cosas “se trata de hablar… en la perspectiva de Dios, lo que presupone conocer previamente esas realidades de forma crítica y no ingenua….Solamente después de esta ardua labor, puede el teólogo preguntarse: ¿Cómo quedan esas realidades cuando son confrontadas con Dios? ¿Cómo encajan en una visión más trascendente de la vida y de la historia?” . Insisto en que esta es la tarea de todos los cristianos, y al tomar mis opciones prefiero escuchar “de forma crítica y no ingenua” a expertos y analistas cuando se trata de temas político-económicos y agrego la telogía cuando busco “la luz de Dios”. Boff se ganó el predicamento que tiene como teólogo y filósofo, pero algunas de sus opiniones políticas y económicas, expuestas desde la misma cátedra y en el mismo tono (“me ocupo también de otros temas justamente porque soy teólogo”), me parecen solo interpretaciones ideológicas. Comparto que «Si Dios existe como las cosas existen, entonces Dios no existe». Pero tampoco existe si su mirada se redujera a creencias ideológicas.
2 –Volviendo a estas creencias, no tengo dudas que el artículo de Boff sobre la política exterior de Lula toma como pretexto inicial el episodio de Irán, pero enseguida amplía el escenario para decir que asistimos a “la contraposición de dos paradigmas de hacer diplomacia: una vieja, imperial… enemiga de la paz y de la vida, …y otra, del siglo XXI….Lula ha entendido esta fase planetaria. Se ha hecho protagonista de lo nuevo”. Estamos hablando de paradigmas planetarios, y para “evitar la mayor plaga que jamás ha existido: la guerra que sólo destruye y mata” debemos elegir “O Hillary o Lula”. Si así fueran las cosas, ¿cómo se explica el “Acuerdo de Cooperación de Defensa ”firmado el 12 de Abril de 2010 en Washington?¿Defensa de que? ¿Debemos optar por uno de los firmantes? ¿La opción de Boff no parece algo surrealista, que responde mas a creencias ideológicas en paradigmas, que a la realidad de lo que hacen Lula y Hillary? Y a propósito, nunca dije, como tú afirmas, que ambos tienen la misma estrategia, solo que la realidad los incluye como son y como actúan realmente.·
3 – Si. Se que “lo que distingue al discurso ideológico es el ocultamiento de sus contextos….” , pero también que muchas veces se sostiene por basarse en actitudes y razonamientos ancestrales en el hombre y que todos hemos compartido en mas de una oportunidad. Hoy desconfío particularmente de la actitud maniquea de dividir el mundo en bandos malos y buenos, para luego ensalzar los buenos y colocarlos en pedestales mas allá del bien y del mal, así como demonizar los malos y tirarles con todas las piedras que tengamos a mano. Creo que el blanco y el negro están en todos los hombres, y que los tonos grises que presentan varían mucho con el tiempo y las ocasiones. Mi opinión de Lula no responde a ninguna ideología, que según tú pongo en evidencia en mis comentarios, sino simplemente a que escucho mas voces que la de Boff y que me parecen razonables, desde las que tú tal vez calificarías de derecha hasta algunos notables discursos de Marina Silva. En las últimas elecciones de Brasil Boff hizo campaña abierta en Atrio por Dilma, y probablemente yo, de ser brasileño, hubiera tomado la misma opción. Pero no me gustaría que me lo indicara un teólogo de la liberación pretendiendo iluminar mi voto con la luz de Dios, porque creo que en ese tema la luz esta en la conciencia libre de cada uno.
Vuelvo al principio. Creo ver un riesgo para la Teología de la Liberación en algunas creencias, actitudes y razonamientos ideológicos, y solo pretendí dejar en claro porque lo pienso.
Saludos
SIRUSO
1.- Tienes razón, es quivocado de mi parte identificar Teología latinoamericana con Teología de la liberación. Ni toda teología de la liberación es latinoamericana (hay africana y asiática), ni toda teología latinoamericana es teología de la liberación (ahí está la de los Legionarios de Cristo, que surgió en México).
2. “para que el diálogo sea posible es preciso atender con atención y honestidad lo que el otro dice”
Completamente de acuerdo. Sería bueno que esta frase valiera para todas y todos, y no nada más para uno mismo (me recuerda al pedido de comprensión de Ratzinger, comprensión que no tuvo para otros).
Porque Boff no está diciendo que mirar la realidad con la luz de Dios sea tarea sólo de los teólogos profesionales, lo único que dice es que hacer teólogia no es sólo hablar de Dios sin mirar la realidad . La imputación de que con ésto se refiere a que esta es una tarea sólo de los teólogos profesionales, excluyendo al resto de los cristianos, es interpretación tuya.
Boff, junto con otras y otros, ha sido promotor de la reflexión teológica en comunidades populares, integradas por personas ajenas a la formación teológica profesional y académica.
3. “la realidad que debemos asumir los latinoamericanos es con Lula y Hillary “(porque por ahora son datos de la realidad)”
Puesto que te interesa tanto el tema de ideología, sabrás que lo que distingue al discurso ideológico es el ocultamiento de sus contextos y la naturalización de sus opciones como “lo natural”, como “la única realidad”. Nadie que actúe ideológicamente dirá que lo hace por su ideología, siempre se afirma que es porque esos son “los datos de la realidad”.
Dices “no es correcto sacar frases de contexto.” Nuevamente, sería bueno que valiera para todas y todos. Porque el contexto de la frase “con Hillary o con Lula” era muy preciso: dos estrategias diplomáticas diferentes respecto de Irán. La estrategia de Clinton era el escalamiento del conflicto (con incremento de sanciones y amenaza de solicitar intervención militar) y la estrategia de Lula era de distender el conflicto (con una mediación y un proyecto de recompra de uranio). Eso es lo que dijo Boff.
Ahora, si tu afirmas que éso no tiene que ver con la realidad, y que los datos de la realidad eran que se trataba de “con Hilarry y con Lula” (como si fuera una misma estrategia diplómatica, o al menos no fueran contradictorias) bueno… pues quien exhibe distorsiones por razones ideológicas (que ya pones en evidencia en este comentario al decir que Lula fue funcional a tres poderes fácticos de Brasil) eres tú. Porque efectivamente, en el contexto de la frase (la estrategia diplomática RESPECTO DE IRAN) nadie puede sinceramente decir que Hilary y Lula iban en una misma estrategia.
Saludos
Rodrigo :
Pese a que la escritura no es lo mío, el sentido de mi intervención fue destacar la necesidad de hacer todos un esfuerzo para salvaguardar el espíritu inicial de la Teología de la Liberación, como ámbito de libertad en la búsqueda de Dios y en la profundización de la fe, si es que nos interesa la renovación de la Iglesia actual, dogmática, autoritaria, intransigente, muy lejos del espíritu de Jesús. Creo necesario dialogar específicamente sobre algunos riesgos que en mi opinión pueden afectar su impulso de búsqueda y transformación, en la medida que adopte lo que Legaut llama creencias ideológicas, (a lo que yo agrego prácticas y actitudes ideológicas), que dificultan luego decisivamente la búsqueda libre de la verdad. Pero para que el diálogo sea posible es preciso atender con atención y honestidad lo que el otro dice, antes de buscar supuestas contradicciones.
1 – Yo no hablé de teología latinoamericana sino de teología de la liberación, y estoy tan de acuerdo con Boff sobre el lugar del discurso teológico junto a los demás discursos, que afirmo explícitamente la necesidad del aporte de los teólogos.
· 2 – Respecto a mi comentario sobre el artículo de Boff del 4 de junio del 2010 en Atrio, no es correcto sacar frases de contexto. El autor hace un encendido panegírico de Lula, enfrentado al “viejo paradigma de hacer diplomacia…imperial, intimidatoria, enemiga de la paz y de la vida”, como paladín del “nuevo paradigma del siglo XXI ….al cual seguimos o nos devoraremos unos a otros. O Hillary o Lula”. La argumentación me pareció maniquea y simplona, pues personalmente pienso que si bien Lula es un estadista que hizo mucho bien a su pueblo, está en el pedestal en que está porque fue funcional a tres poderes claves en Brasil : a la industria de San Pablo que precisaba la energía barata de Itaupú a costo de Paraguay ; a las Fuerzas Armadas que requerían conservar la impunidad de la dictadura ; a Itamaraty y sus sueños de grandeza imperial, nunca abandonados desde Pedro II. Pero eso podía ser solo una diferencia de opiniones. Lo verdaderamente grave era que la argumentación no tenía nada que ver con la realidad. Dos meses antes de que Boff escribiera su artículo los gobiernos de Lula y de Hillary habían firmado en Washington un “acuerdo de cooperación de defensa” que incluía educación y adiestramiento militar combinado, ejercicio militares conjuntos, etc. Lo que dice Boff en el artículo expresa su visión ideológica, y en ese contexto reitero lo que escribí : “La opción Lula bueno o Hillary mala no existe (salvo en mentes maniqueas) y la realidad que debemos asumir los latinoamericanos es con Lula y Hillary “(porque por ahora son datos de la realidad).
3 –Comparto opiniones políticas, económicas, sociales o ecológicas de Boof y discrepo con otras aunque las respeto. Pero como cristiano me rechina la tesis que me parece insinuada en el artículo que nos ocupa : “La tarea del teólogo, según Tomás de Aquino, es estudiar a Dios y su revelación, y después todas las demás cosas a la luz de Dios… Por lo tanto, corresponde a la teología ocuparse también de otras cosas que no son Dios, pero haciéndolo a la luz de Dios». Tal vez no fuera así en el Siglo XIII pero hoy, y en gran medida gracias a la teología de la liberación, esa misma tarea corresponde a todos los cristianos. Al realizar la primera parte aprecio particularmente el aporte de los teólogos por sus conocimientos de que carezco, pero “en las cosas que no son Dios” no creo en absoluto que el teólogo, por el hecho de serlo, tenga una “luz de Dios” mejor que la mía o la del mas humilde de los hombres. Su lugar en la construcción del Reino es en el pueblo de Dios y ese es un buen lugar para todos.
4 – Mi intención no es polemizar sino dejar claro lo que quiero decir. Para eso también sirven las “pregunticas” ingenuas, aunque sería deseable que fueran menos “malicas”.
Saludos cordiales,
Acusa Siruso a Boff y la Teología Latinoamericana (como si ésta fuera un bloque homogéneo):
“… falta muy poco para que pretendan indicar al resto de los cristianos lo que es correcto pensar y hacer….Creo necesario el aporte de teólogos pero como compañeros de búsqueda y no como portadores privilegiados”
Veamos lo que dice Boff
“El discurso teológico tiene, pues, su lugar junto con los demás discursos.”
Veamos lo que dice Siruso en
“La opción Lula bueno o Hillary mala no existe y la realidad que debemos asumir los latinoamericanos es con Lula y Hillary.”
Premio doble a quien responda: Quien actúa como “portador privilegiado”, dictando lo que otros “deben” pensar?
Vale, solo una preguntica ingenua 😉
Mi comentario a este artículo de Boff no se refiere a lo que dice sino al lugar donde se coloca para decirlo, y sin dudas me motivó el hecho de estar releyendo en el curso de Atrio sobre Marcel Legaut, que descubrí hace mas de un año, sus reflexiones sobre Fe, Ideologia y Creencias ideológicas.
Pertenezco a la generación de cristianos de los 60 que reaccionó ante las creencias que heredó, y con ella participé en el nacimiento de la Teología de la Liberación, un llamado a la libertad en el seguimiento de Jesús y al compromiso con su propuesta del Reino con todos los hombres, que por ser una tarea de hombres no escapó a las ambigüedades y riesgos propios de la condición humana. La nueva teología fue un aporte fundamental a la presencia cristiana en el proceso latinoamericano, pero creo que muchos militantes no supimos trascender el diálogo fecundo con las ideologías dominantes en la época, en gran medida confundimos el compromiso con lo sustancial de la fé, tradujimos demasiadas veces la Palabra solo en términos económicos y sociales, y limitamos el Reino al cumplimiento de una utopía humana. Como consecuencia de esta visión, y desde hace ya unos cuantos años, creo que la Teología de la Liberación corre el riesgo de ya no ser un llamado a la libertad de los hijos de Dios y a la búsqueda nunca acabada del Dios de Jesús, para transformarse en otra creencia ideológica que sustituye la anterior. Muchas de sus intuiciones se anquilosaron en discursos doctrinarios, y hasta en alguno de sus popes asoman atisbos de intolerancia. (Un artículo de la redacción de Atrio del 27 de Mayo del 2010 transcribiendo 10 consejos de Frei Betto para militantes de izquierda es muy ilustrativo)
Una colaboración de L. Boff publicada en Atrio el 4 de junio del 2010 y titulado “Nostalgia del siervo en la vieja diplomacia brasileña”, motivó mi primera participación en ese foro, pues me pareció evidente que su visión ideológica era desmentida rotundamente por la realidad. El nuevo artículo que nos ocupa es un paso mas en la dirección equivocada pero mas peligroso, pues en él asoma la viejísima tentación de erigir a los teólogos en la casta de quienes manejan “la categoría Dios”, lo cual les confiere autoridad para hablar con mas propiedad de todas las cosas de este mundo, y aceptado esto falta muy poco para que pretendan indicar al resto de los cristianos lo que es correcto pensar y hacer. Si así sucediera la Teología de la Liberación habría caminado en círculo.
Creo que su impulso renovador solo podemos salvarlo si vuelve una vez mas a las raíces del cristianismo, y revitaliza las Comunidades Cristianas de Base como grupos de seguidores de Jesús, que cuando Ven y Juzgan procuran intuir la mirada y el juicio del Dios que nos reveló con su palabra, y al Actuar buscan hacerlo como lo haría El construyendo el Reino en nuestros días. Esta es una tarea de todos los cristianos, profundizando individual y colectivamente en una fe que en cada uno se arraiga en su ser y en su vida, y que se construye de dentro a fuera y no por aceptación de orientaciones de fuera. Creo necesario el aporte de teólogos pero como compañeros de búsqueda y no como portadores privilegiados de una “luz de Dios” que es patrimonio de todos sus hijos.
Saludos cordiales,
Pepe Blanco, qué tal amigo? Seguramente en algo habré errado al dar mi opinión sobre el artículo de Boff, no sé, pues es un autor que dejé de leerlo hace ya algún tiempo, así que de él, ahora sólo leo lo que publica Atrio. De todas maneras tengo la plena convicción de que cuando él se refiere a que al hablar de economía, política, y otras materias lo hace en la perspectiva de Dios, esa perspectiva en absoluto pienso que es a modo como a vista de pájaro desde Dios pudiera hacerse Boff, sino todo lo contrario, pienso que dejando esa concepción trans-física de la realidad como si de una salto obligado se tratase, a consecuencia de una visión dualista, lo que a mi modo de ver resulta de esa nueva perspectiva teologal, es el hecho de que se restituye precisamente con ella la unidad de lo real. Es la trascendentalidad de lo real mundanal y no el objeto trascendente lo que a mi modo de ver le interesa a Boff.
Un saludo muy cordial.
– Desconozco los motivos que puedan tener otras personas para criticar los escritos de Boff que publica Atrio todos los viernes. Pero conozco perfectamente los motivos que encuentro yo para criticarlo. Al menos en una ocasión los expuse bastante detenidamente. Podría abundar más y ofrecer más explicaciones. Tal vez en algún momento.
– En cualquier caso, me parecen adecuadas y oportunas mis objeciones y, en general, bastante mesuradas en el tono, salvo alguna excepción. Y me parecen adecuadas porque en la “Bienvenida al nuevo sitio de Atrio” que la dirección de Atrio colgó el 5 de enero del año pasado, se nos invitaba a “expresar libremente opiniones fundándolas en razones universalmente aceptables y no en argumentos de autoridad que suponen una determinada forma de creencia”.
Precisamente por ese motivo, me parecen mucho más adecuadas al espíritu de Atrio mis críticas a muchas ideas de Boff que los escritos suyos que las exponen, pues lejos de estar fundados en razones universalmente aceptables, suelen expresar una determinada forma de creencia.
-Y me parece mucho más “peligroso” Boff que cualquier teólogo “oficial”. Si un teólogo “oficial” católico defiende una concepción mágica de la vida, pues no pasa nada. Es lo que todos esperamos de él. Pero si el que defiende una concepción mágica de la vida es Boff, pues sí pasan o pueden pasar cosas serias.
-Por ejemplo, una persona habitualmente lúcida como Mª Luisa, no duda en afirmar “pienso que lo que está realmente en el fondo de la cuestión es que Boff incorpora en su teología los avances científicos que irrumpieron con fuerza en el siglo pasado”
Falso. Precisamente, el fondo de la cuestión está en que lo que incorpora Boff a su teología –al menos la que publica en Atrio, que es la que yo conozco- no sólo no tiene nada que ver con los avances científicos del siglo pasado sino que niegan esos avances.
Si Rouco Varela afirmara las cosas que a veces afirma Boff, nadie le haría ni caso. Pero como lo dice Boff, que por motivos que se me escapan tiene predicamento entre mucha gente crítica con la doctrina cristiana “oficial”, pues parece que se acepta acríticamente.
El caso es que el Buen Samaritano simplemente socorrió a un ser humano abandonado y destrozado. El caso es que creo que San Juan dice que “A Dios nadie le ha visto nunca…etc” El caso es que alguien, creo que era Dietrich Bonhoeffer, ha dicho que tenemos que vivir como si Dios no existiese… Y todo lo dicho aquí parece que no casa con lo de Boff, eso de ” que la teología es estudiar a Dios y su revelación y luego todas las cosas a la luz de Dios.” A no ser que la teología sea precisamente la revelación de Dios en la persona humana…
Claro, quizá la respuesta está en que difícilmente haremos de Buen Samaritano si no vemos a la persona humana “con la luz de Dios”. Porque, por qué regla de tres debo salir de mí mismo y de mi egoísmo para socorrer al desvalido tirado en el camino?
Evidentemente, una vez situados en esta perspectiva, nos vemos obligados a mirar “con la luz de Dios” a toda la creación.
Alguien encuentra esta exposición de Boff un poco complicada. Yo la veo muy sencilla. Es más, siguiendo a Duns Scoto y al mismo Boff y a Bonhoeffer, me siento muy cerca de cualquier ateo que se comporte como el Buen Samaritano del evangelio. Y muy lejos del fariseo y el publicano que, seguramente sumergidos en altas meditaciones y fervorosas plegarias, pasaron de largo sin atender al herido.
Por otra parte, María, abarcando ahora tu comentario más en su conjunto he de decirte que yo no he leído tanto como tú a Boff , pero sin embargo veo que esto no impide en que ambas coincidamos en concederle luz verde al teólogo para nombrar a Dios, tantas veces sean necesarias.
Ahora bien, este punto de vista ha de ir parejo, como él mismo ve, con el hecho de pensarlo y no meramente repetirlo. La repetición se basa en que las cosas son tomadas como tales, en cambio si se toman como reales fuerzan a pensarlas en la realidad de ellas, es decir en las propiedades que las constituyen. Ya no vale encerrar a Dios en una afirmación como por ejemplo decir; Dios es bueno. Porque en este otro sentido son las cosas que en su riqueza nos hablan de Él. No consiste en una afirmación sensible sino formalmente real. El pensamiento no piensa cosas sino realidades. Ahí, radica el problematismo que Boff reconoce como tarea impracticable del teólogo. Sin embargo al recordarnos la ontología que Heidegger aplica en su filosofía considera que su esfuerzo es necesario e imprescindible.
Hola María, no pongo en duda la catolicidad de Leonardo Boff, es más pienso que él no habrá dejado nunca de sentirse católico. Lo que ocurre es que, para los efectos que me proponía, simplifiqué hablando de excomunión, porque en definitiva qué ha representado el periplo que mantuvo con el poder vaticano sino una incomunicación en distintos frentes.
Sin embargo, como digo, él lo debió vivir como un momento de fidelidad así mismo y a lo que él cree. Por eso decía que, en consecuencia, ese periplo le debió llevar a modificar el concepto que sobre Dios tenía.
Con todo, pienso que lo que está realmente en el fondo de la cuestión es que Boff incorpora en su teología los avances científicos que irrumpieron con fuerza en el siglo pasado. Estos avances, dado que la realidad es abierta y dada su condición de teólogo, le permiten considerar las cosas desde la perspectiva de Dios. Y es en ella donde precisamente le queda resaltada la pobreza en la que ha derivado las cosas y la naturaleza. Porque, contrariamente, al estar ahora éstas consideradas ya no desde la cerrazón conceptual de un Dios intervencionista sino desde su autonomía propia, es por lo que pienso le hace proclamar a gritos la irrefrenable entrada en armonía con el universo.
Un cordial saludo
Dios-Buda y Alah… y esa es la cuestión esta en medio de nosotros, a traves del sacramento de su creación…me parece clarisimo lo que Leonardo dice…Ahí se encuentra lo que Dios nos quiere decir. Porque dejamos de leer este libro, nos dio otro, las Escrituras, cristianas y de otros pueblos, para que reaprendiésemos a leer el libro de la naturaleza. Gabriel
Hola M. Luisa,
Leonardo Boff nunca ha sido excomulgado. Fue y sigue siendo hasta la fecha teólogo católico.
Por su libro “Iglesia, carisma y poder”, fue llamado al Vaticano, a un “colloquio” con el entonces cardenal Ratzinger, y a pesar de aceptar corregir las frases del libro que le pidió corregir, cuando había regresado ya a Brasil le impuso un “silencio obsequioso” por tiempo indeterminado, donde no podía hablar ni publicar nada. Este silencio obsequioso duró 11 meses; presionado por cartas que le llegaban de todo el mundo se lo levantó en la Vigilia Pascual de 1985 Juan Pablo II. De ahí en adelante siguió siendo muy vigilado, tenía que someter sus libros a doble censura, en 1992 le quisieron imponer nuevamente el “silencio obsequioso” y dejó la orden franciscana, se secularizó, pero sigue siendo teólogo católico.
Yo también encuentro bastante lógico que en un artículo de 818 palabras bien contadas, que trata sobre el quehacer mismo del teólogo, mencione 33 veces a Dios, lo que equivale solamente al 4% del texto escrito, un porcentaje bastante modesto, totalmente normal y esperable. Pero es que si habla del calentamiento global, que se pone pesado con el mismo tema (como si fuera un tema más…); si habla de la física cuántica y de las ciencias de la Tierra, que no tiene ni idea; hoy trata de explicarno su quehacer como teólogo y leo que está desorientado.
No salgo de mi sorpresa, diga lo que diga recibe palo; palo porque boga y palo porque no boga…
Yo no tengo ninguna preparacion teólogica, pero le leo desde hace tiempo y le veo en continuidad con su línea teológica de toda la vida. El Dios de Leonardo Boff ha sido siempre un Dios trinitario (baste recordar tres de sus muchos libros: “La encarnacion, la humanidad y la jovialidad de nuestro Dios”, “El Ave María, lo femenino y el Espiritu Santo”, “San José, la personificación del Padre”).
Lo que me parece es que este Dios en el que él cree no coincide con la idea de Dios que tiene bastante gente por aquí . Y ahí es donde está el conflicto, a mi modo de ver.
Saludos a todo el mundo
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Gracias Gabriel por el abrazo, otro para ti. No se si sabes que yo también llevo sangre de la tierra del Guadalquivir, de Jaén, de aceituneros altivos, según Miguel Hernandez.
Pero entrando en materia: Ser uno con el Buda, o ser uno con Dios, es igual. Y siempre siempre, el héroe que logra ser uno con el Buda o con Dios, sigue reconociendo su identidad, (no faltaría mas).
Le etapa del ego o yo racional, en el camino de nuestra evolución hacia el Espíritu, inexcusablemente la hemos de pasar, después del ego hay mas estadios mas evolucionados, pero trascender el ego, significa eso trascenderlo. Pero…, integrándolo.
Nunca abandonamos nuestro nombre y apellidos. Lo único, es que en tu cerebro cabe todo el Universo, si logras la iluminación similar a la del Buda o quizá Jesús.
Por otra parte existe una confusión en el postmodernismo defensor de la diversidad, la Verdad es Una, lo que ocurre es que nosotros la vemos desde el estadio evolutivo en que nos encontramos. Según el estadio, así el paradigma. Y después también, la vemos desde un limitado prisma. El postmodernismo debería resolver el nudo gordiano de porqué todo es relativo menos esa aseveración de que todo es relativo, que se pretende inamovible.
Algunos congéneres nuestros, (y yo chupo rueda…) están ya en el postpostmodernismo…, más allá del postmodernismo. Un paradigma capaz de aglutinar la diversidad en libertad, sin imposición pero con la autoridad que da lo autentico.
Sin unas jerarquías sanas, no patológicas, el mundo seria un postmoderno montón de montones inconexos, donde seria imposible establecer el orden y la sana autoridad. Y todo en el mundo es una oloarquia o jerarquía.
LUIS… TE DOY ESTE VINCULO QUE HABLA DEL BUDA…EN DONDE LA PEDAGOGIA DE BUDA…ES PARTIR DE LA REALIDAD DEL UNO…Y SIN EMBARGO EN EL DHARMA HABLA DE LAS REALIDADES ULTIMAS…PENSAR, ES ENTENDER LA REALIDAD COMO DIVERSA…SOMOS DIFERENTES A LA VACA…ETC…http://www.goear.com/listen/a9990d5/abhidhamma-pitaka-sri-caitanya-das
ABHIDHAMMA-PITAKA – Sri Caitanya Das
PERO LLEGAR A LA REALIDADES ULTIMAS Y COMPRENDERLAS, IMPLICA EL SER UNO CON EL BUDA, YA NO SOMOS NOSOTROS, EN LA TRADICION THERAVĀDA
En esta parte, hay un punto de contacto con lo que he planteado, las realidades ultimas no son abarcables al hombre, pues cuando las abarca, es una con el todo…Bueno eso es lo que creo…Un abrazo Gabriel
“Aplico a Dios como Origen lo que los orientales aplican a la fuerza que les permite pensar: «la fuerza por la cual el pensamiento piensa, no puede ser pensada». El Origen de las cosas, no puede ser cosa.”
Primero quiero rectificar una errata en mi comentario de ayer 26. Donde pone antropomofico, obviamente quiero decir antropomórfico.
Después contaros lo que me sugieren las palabras del autor o autores, que copio entrecomilladas.
Los orientales también dicen que “el vacío es forma, y la forma es vacío”. El principio de la no dualidad. Esto nos desatornilla, la teología y la filosofía occidental. Porque no sobrepasamos el limite que tiene el pensamiento racional, y este es invariablemente dualista. Donde los occidentales hasta ahora, nos deteníamos o entrábamos en desvarío “metafísico”, diciendo un montón de tonterías subjetivas sin posibilidad de comprobación por las ciencias humanas. Los orientales se adentraban porque sabían el camino que pisaban. Porque antes de hablar, practicaban espiritualmente y transmentalmente. Así Patmasanbaba el místico iluminado que introdujo el budismo en el Tibet, pudo escribir hasta lo que nos pasaba mas allá de la muerte. No se murió y vino a contárnoslo, sino que nos traducía al mundo dual, experiencias no duales y transracionales.
Si un teólogo quiere hablar de “Dios”, que comience por intentar conocerlo, no pensarlo, porque este pensamiento siempre será limitado. Pero:
Que sepamos todos, que en teoria podemos acceder a la verdad absoluta, los humanos. Despues vienen las limitaciones propias de nuestra circunstancia y condición. Pero creo que la mayor grandeza del humano, es que cualquiera tiene acceso a experimentar la divinidad.
Un ejemplo de “teólogo” útil: Ken Wilber, escribe libros que son oro molido, y lleva décadas de practica meditativa, está próximo al Nirvana. Que aprendan los teólogos de la vieja vieja escuela…
Querido Oscarcito, ya que me pedis, te cuento quien le ha dado lugar a Dios y de paso es mi teólogo de cabecera… Mt. 25,45…Mt. 28,20b Jn. 1,1-5. 9-11- También le pone lugar otro teólogo, no tan bueno como el primero, pero yo te diria que muy acertivo…1Co 3,16…
Además no era yo el que le ponia lugar, era el mismo y quien lo dice, al menos yo le reconozco autoridad para hacerlo que es Ignacio Ellacuria…a quien citaba… Dios esta en medio de nosotros, como el que sirve…Pd…por supuesto que esto no quita, que su incomensurable presencia, no se comprendida, ni abarcada en su totalidad por ningun ser humano…El creador de todas las cosas, toma la forma humilde de un pobre…capintero de Nazareth y desde entonces, somos su templo…Gabriel
No veo por qué un teólogo no pueda referirse a la realidad de Dios cuando la misma disciplina que estudia la incluye. Son los modos de conceptuarlo donde hay que fijarnos. Uno es conceptuar a Dios significativamente y otro formalmente. Pienso que el primero fue el modo en que Boff coincidiendo con la institución conceptuaba a Dios, por tanto antes de serle aplicada la excomunión y el otro, fue, en cambio, formalmente y en libertad, posterior a ella. Todo esto sucediendo estando en la realidad, pero como dice él mismo desde la perspectiva de Dios que configura la realidad de las cosas, es decir lo real de ellas, en su caso, a las que él se refiere como la ecología, la política etc.,
Llevada a cabo esta alteridad ciertamente uno puede prescindir del concepto Dios porque es la propia riqueza de las cosas las que nos hablan de El, como vengo haciendo yo misma desde un tiempo a esta parte, pero pienso que es absurdo que se le pida a un teólogo que lo haga, al menos hasta que no desaparezca la teología, pues como el nombre indica , el término va implícito y explícitamente en ella.
Es uno mismo que, traspasada esta alternancia estructural del conocimiento, se da cuenta de la gran diferencia que separa las dos conceptuaciones. En la segunda no hay vuelta atrás, precisamente porque se trata de una estructura humana la del conocer.
Lo dañino es quedarnos con el mero contenido significativo de Dios porque tal concepto nos deja instalados como estando en las cosas sin trascenderlas.
Un cordial saludo
Hola Gaby!
Decís que:
– “el pobre es lugar teológico, es decir lugar teo-fánico de Dios”-
¡Interesante!
Veo que le están “poniendo lugares” a Dios.
¿Sería mucho pedir: averiguar qué o quién es que lo va “ubi”-cando a Dios?
¡Vamos todavía! – Oscar.
Sospecho, que este pensamiento que voy a pegar a continuación, es el pensamiento de buena parte de la teólogia de la Liberación y de las comunidades eclesiales de Base hoy…
Dios se identifica con los pobres y con su causa y por eso podemos decir que el pobre es lugar teológico, es decir lugar teo-fánico de Dios, en cuanto en ellos está escandalosamente presente.Ellacuria afirma consecuentemente que “en los pobres vemos entonces quién es Dios” , por ser “sacramento y presencia” suyos…
http://books.google.com.uy/books?id=1PD92wCU8vQC&pg=PA151&lpg=PA151&dq=La+presencia+de+Dios+en+la+Te%C3%B3logia+de+la+Liberaci%C3%B3n&source=bl&ots=Te9neooYE5&sig=NQXF2YWHpZGwP5E4tE1JpiXk-CQ&hl=es&ei=1L1pTYfGEc-utweRvMjmAg&sa=X&oi=book_result&ct=result&resnum=1&ved=0CBQQ6AEwAA#v=onepage&q&f=false
Teólogo, un ser casi imposible, Si, porque: trata sobre algo que ha ideado el hombre, el mismo Dios. Porque el Gran Misterio existe, ya que vemos en el mundo maravillas inexplicables, pero ¿es un Dios Padre?, o ¿Dios Madre? o que?
La única teología valida para mi, es la que me indica como el Gran Misterio, se me hace menos misterio. No la que supuestamente me muestra un supuesto ser antropomofico.
No lo veo extraño…
Leonardo habla con su hermano…como bien dice Oscar Varela de un asunto común olvidado.
A ver si ambos ahora …. acuerdan dónde lo dejaron…..
No es por despistar….. Os dejo seguir.
Saludos.
En otros tiempos a mi me resultaba tan normal el que se hablase de Dios como si de una persona a nuestra semejanza se tratase, pero infinito en todo, incluida su omnipotencia, que nunca se me ocurrió cuestionar este concepción de Dios. Desde hace bastante tiempo las cosas han cambiado en lo que a mi se refiere y por eso apenas menciono la palabra Dios, si no es para negar algo al respecto o manifestar mi ignorancia sobre el tema.
Cada vez estoy más de acuerdo con el titular de un artículo periodístico que decía: “Y el hombre creó a Dios”. Oficialmente en el cristianismo se admite como palabra de Dios casi todo lo escrito en la Biblia, (muchos, incluso, quitan el “casi”), y ahí está escrito eso de “nadie ha visto a Dios”. En cambio, los jefes eclesiásticos, al igual que los líderes de cualquier religión, dan por hecho que ellos sí lo han “visto”, y por ello hablan en su nombre con esa certeza que sólo da el trato de tú a tú que se tiene con alguien. Ese alguien que la mente humana ha creado a su imagen y semejanza: Dios quiere, es la voluntad de Dios, es todopoderoso, estamos en sus manos, lo que Dios quiera, Dios manda, a Dios le agrada, Dios nos perdona, nos ama, nos condena, etc. (casi llego a 33, jaja, ay! Este Pepe Blanco!). En la Iglesia Católica hasta se está dejando de hablar de Jesús, en pro de utilizar a Dios para todo.
Y cuanto más se cuestiona el concepto Dios, más se reafirma la identidad de Dios por parte de quienes dicen conocerle. Los fundamentalismos actuales se reafirman ante la modernidad racionalista con más ahínco que nunca, porque nunca como ahora hay un tan alto porcentaje de personas incrementes en el mundo. Y ahí los fundamentalismos encuentran el mejor campo de cultivo.
Y finalmente tenemos la nueva teología tipo Boff, donde el foco de la creencia no se centra en el concepto Dios, como persona “semejante a”, sino en los reflejos de su SER: los seres humanos, el planeta Tierra y el universo. Bueno, por lo menos es una teología útil, es un proyecto ético sumamente válido, nos orienta en una humanización de los seres humanos y un uso inteligente de la naturaleza. Este tipo de “teología” creo que es más universal y más atractiva, al mismo tiempo que menos cuestionable.
PD. Por razones ajenas a mi voluntad, he estado ausente de atrio unos días. Si alguien me ha interpelado en esta ausencia y no le he contestado, le pido disculpas. Me resulta imposible leer todo lo que se ha escrito en estos días.
La verdad es que no sé, si Leonardo ha escrito este artículo como lo ha hecho con intención consciente. Es más enrevesado que de ordinario. La dificultad del contenido se ve reforzado por la forma.
Hacer teología de la liberación sin adjetivos, la que no se sitúa en un punto preciso de lo ya establecido y enmarcado, encuentra lo que llamamos Dios, los cristianos, en todo y en todos, no está prefijada, porque donde aún no se le ha descubierto, visto y experimentado ahí está como Conciencia que todo incluye y en la que todo es, Es, brota y emerge. Por eso se es en Ella y Ella Es en todo y todos. Dinamismo que atrae y libera.
Experimentar este Misterio de Unidad sin separación mueve a Jesús a ser unión con todo y todos dejando fluir el Amor que ya es en él y en todo ser humano como regalo y don en alternativa al mundo en que vive.
La Realidad supera nuestra inteligencia, sí Joxema, pero la Inteligencia, la Conciencia en la que somos, Somos, hace que nuestra realidad sea y podamos vislumbrar como Transparencia, la Realidad que hay en toda ella, en su seno y en sus formas.
De acuerdo, Pepe, hablamos mucho de Dios y las más de las veces, no sabemos de lo que llamamos Dios con tanta intensidad y cantidad, más allá o acá de lo que experimentamos en inmediatez no separada y consciente. Se experimenta lo Innombrable al mirar, por ejemplo una flor, la sonrisa y lágrimas de un ser amado, la penuria y hambruna del nadie, la ignorancia malvada del asesino y perverso, los sonidos y silencios que transmiten conciencia y sabiduría, los abusos a los débiles, la tierra que se destruye y contamina etc…, porque nos cuesta caer en la cuenta que ahí en todo sin exclusión está la No-Dualidad, de la que todo nace y es, así como también la mente controladora, dispersadora y objetivadora de todo lo que “es y somos”.
El verdadero teólogo se parece más a Jesús que al mejor libro de Teología.
Un abrazo para todos.
Interesante, si por eso Pepito, nacio, vivio, padecio, murio y Resucito..Jesús, para que Dios fuera PAPITO, Dios con nosotros, para que nos resultará familiar, como en otro hilo dice y dice tan bien José Arregi, ante el otro disciendonos su nombre, debemos descalazarnos, por que es TIERRA SAGRADA…ahí esta Dios…Gabriel
«Si Dios existe como las cosas existen, entonces Dios no existe». Este es el meollo del artículo y de la teología.
Dios es el Ser y engendra el ser de todo lo que es. Análogamente, la mente que no Es engendra todo lo que no es.
En la dinámica evolutiva. la vida supera a la materia inerte: en la vida, el instinto supera a la fructificación, la inteligencia supera al instinto, y -bueno es descrubrirlo- la Realidad supera a la inteligencia.
¡33 veces!
33 veces se refiere Leonardo Boff en este breve texto a algo que denomina “dios”, bien empleando directamente esa palabra escrita con mayúscula, bien empleando el pronombre personal o bien aludiéndolo con epítetos. 33 veces. Salvo error en el recuento por mi parte, ni una más ni una menos. Eso es soltura, dominio y familiaridad en el trato divino, y todo lo demás tonterías.
En resumen, el teólogo Leonardo Boff justifica gran parte de sus escritos de los últimos años con la siguiente tesis : “corresponde a la teología ocuparse también de otras cosas, que no son Dios, pero haciéndolo a la luz de Dios”. Afirma que “hacer teología es una cosa serísima, pues se trabaja con la categoría Dios”, de lo cual se podría derivar que los teólogos, formados para hacerlo, son quienes mejor pueden ocuparse de cualquier cosa, pues lo hacen a “la luz de Dios” que es “la Precondición y el Soporte para que esas cosas existan”.
Esta tesis es muy vieja en la Iglesia, que además la robusteció con el dogma de la infalibilidad pontificia, pero muchos cristianos la rechazamos ya sea esgrimida por el Papa o por L.B. y a título de ejemplo de los errores a que puede llevar , transcribo parcialmente un comentario que envié a ese Atrio con motivo de otro artículo de L.B. publicado el 4/06/2010.
Enojado con las opiniones de la “prensa comercial” de su país sobre la política exterior del gobierno Lula, el autor asume su defensa y concluye : “Estamos asistiendo a la contraposición de dos paradigmas de hacer diplomacia: una vieja, imperial, intimidatoria, con uso de la truculencia ideológica, económica y eventualmente militar, diplomacia enemiga de la paz y de la vida, que nunca trajo resultados duraderos. Y otra, del siglo XXI, que se da cuenta de que vivimos en una fase nueva de la historia, la historia colectiva de los pueblos que se obligan a convivir armoniosamente en un pequeño planeta, escaso de recursos y semi devastado. Para esta nueva situación se impone la diplomacia del diálogo incansable, de la negociación del gana-gana, de los aciertos más allá de las diferencias. Lula ha entendido esta fase planetaria. Se ha hecho protagonista de lo nuevo, de aquella estrategia que puede efectivamente evitar la mayor plaga que jamás ha existido: la guerra que sólo destruye y mata. Ahora, o seguimos esta nueva diplomacia, o nos devoraremos unos a otros. O Hillary o Lula.”
Sobre este tema, un mes antes leí en la prensa lo siguiente : “La cooperación en las áreas de investigación y desarrollo, apoyo logístico, seguridad tecnológica y adquisición de productos y servicios de defensa, es uno de los puntos del “acuerdo de coopración de defensa” que Estados Unidos y Brasil firmaron el 12 de Abril en Washington. El acuerdo binacional prevé la educación y adiestramiento militar combinado y ejercicios militares conjuntos, la colaboración relacionada con sistemas y equipos militares, los intercambios de información sobre temas tales como experiencias operativas, tecnología de defensa y operaciones internacionales de mantenimiento de la paz, entre otros puntos.”
¿Leonardo Boff miente o está mal informado? Ninguna de las dos cosas. Simplemente expresa sus creencias ideológicas sobre política internacional, y como también le sucede en algunos artículos sobre medio ambiente y aún teológicos, sus creencias no coinciden con algunos datos de la realidad. La opción Lula bueno o Hillary mala no existe y la realidad que debemos asumir los latinoamericanos es con Lula y Hillary. Las creencias y preconceptos muchas veces son atajos para sustituir la trabajosa búsqueda de la verdad, pero para Legaut esta búsqueda es ineludible si pretendemos contribuir a la construcción del Reino, aunque en el camino queden estropeados algunos razonamientos lineales, mas fáciles y hasta mas bonitos.
Unidad de la historia y dimensión política de la fe.
La lucha del pobre por su liberación, ¿qué tiene que ver con la salvación aportada por Cristo? La misión de la Iglesia en el mundo encuentra su razón de ser en la salvación del hombre. ¿Qué entraña dicha salvación para las masas populares de América Latina?
El esquema teológico medieval de considerar al hombre bajo la dualidad alma-cuerpo, en el que se desprecia lo corporal, fue superado por la teología del Vaticano II. Sus avances en antropología, cristología y eclesiología, fueron rápidamente asumidos en sus mejores aportes por los teólogos latinoamericanos. La vocación del hombre, de todo hombre, sea cristiano o no, es única y divina (GS, 22). Este pilar de la antropología del Vaticano II, se menciona con frecuencia en los documentos de la época. En consecuencia, todo hombre, cualquiera que sea su condición, raza, religión, etc., está llamado, y de algún modo está realizando su crecimiento en Cristo. El progreso humano es crecimiento en Cristo. Se supera en la teología del Vaticano II el antiguo problema del natural-sobrenatural. El crecer humano es ya divinización. Y viceversa, la divinización se da en el crecimiento, en el progreso humano. No existen dos historias, a saber, la sagrada (la divina), y la profana. La cristología vaticana recalcó cómo hemos sido creados a imagen de Cristo y que en Cristo es donde el hombre realizó en plenitud sus posibilidades. Cristo es el hombre perfecto, de manera que para descubrir el misterio del hombre, debemos escudriñar en el misterio de Cristo. La misión de Cristo es llevar a plenitud las posibilidades del hombre ya dadas desde la creación. Es una misión de servicio. La Iglesia continúa dicha misión de servicio, como “sacramento de salvación”. Se ha superado el viejo adagio “fuera de la Iglesia no hay salvación”, entendido como pertenencia formal a la institución eclesial (eclesiocentrismo medieval), al entenderlo bajo el aspecto de Reino.
La teología del Vaticano II, señalábamos anteriormente, presenta ambigüedades en temas de tanta importancia como la relación de la Iglesia y el mundo, en la dimensión política. Así mismo, no perfila cómo se integran y diferencian proceso temporal y progreso del Reino. Es la tarea de la teología y vida eclesial post-vaticana, que en figuras como Rahner, Alfaro, Schillebeeckx y Metz, por nombrar los más destacados, ha logrado aportes tan señalados…
La integración de la visión global de la historia humana, bajo el análisis de las ciencias sociales, hará que el sentido del crecimiento humano deje los tonos un poco ingenuos y optimistas de la teología del Vaticano II. ¿Qué significa progreso del hombre en el sistema capitalista, para el habitante de Latinoamérica? ¿El progreso tecnológico de los países centro es crecimiento del Reino? Desde el oprimido de nuestro subcontinente se traduce dicho “desarrollo”, en más explotados y dependientes. Por este enfoque, la teología de la liberación, desde sus inicios, se diferencia radicalmente de la teología política de Metz o Moltmann, que no aceptan el análisis científico de la dependencia, sino permanecen en términos de reformismo del sistema occidental. Así mismo, en dicha conferencia de Chimbote, G. Gutiérrez rechaza los moldes de la teología del desarrollo, por el tipo de análisis y teoría social que la sustenta. Titula dicha conferencia de Chimbote: “hacia una teología de la liberación”. No se trata sólo del cambio de la palabra “desarrollo” por un sinónimo. Dice G. Gutiérrez:
“Se trata de un proceso de liberación humana, de emancipación del hombre a lo largo de la historia, que pasará por un radical cambio social, por una revolución y que incluso irá más allá. Si es así, la cuestión se transforma, no se trata únicamente de saber qué sentido tiene la acción terrestre, temporal del hombre. Se trata de saber qué sentido tiene la liberación del hombre en la perspectiva de la fe. Qué es lo que la fe puede decir no solamente ya a la acción del hombre en este mundo, sino frente a la liberación del hombre. Qué relación existe entre Reino de Dios y emancipación humana”.
http://servicioskoinonia.org/biblioteca/teologica/OliverosLiberacionYTeologia.pdf
En resumen la acción del hombre, en Èl construye Reino o se opone a él, no hay neutralidades, y el teólogo sabe que el ambito teologico, el lugar donde Dios se revela y se constata la misión de la Iglesia es el mundo…Por eso lo entiendo que lo de Leonardo, esta en esta linea…Gabriel
Hola!
Acá Boff se parece al J.S.Spong que colgó M. Antonia en el Tablón de Atrio.
Quiero decir que se encuentran como Adán en el “Día de la Madre”: DES-ORIENTADOS
Que Dios sí!
Que Dios no!
El problemita parece DES-ENFOCADO
No se trataría de una “presunta” existencia;
sino de “DÓNDE ESTÁ DIOS?”.
Mi averiguación me ha conducido a que:
– “Dios está donde lo voy poniendo”-
Y si me equivoco?
Fácil: “estará en la Equivocación”
Con esa duda es que Voy todavía! – Oscar.