Que un profesor, el primer día de clase, pregunte sus nombres a los alumnos es más que mera cortesía, y nada tiene que ver, por de pronto, con un control de lista. Antes de preguntarle a alguien “¿Cómo te llamas?”, debería descalzarme como Moisés en el Horeb, la tierra pagana y sagrada de la Zarza Ardiente. Al escuchar a alguien decirme su nombre propio, debería conmoverme tanto como Moisés ante la revelación del sagrado Tetragrama (JHWH), el misterioso nombre propio del Dios bíblico que los judíos no pronuncian jamás. Cuando alguien me dice su nombre, me confía su ser, su misterio inviolable, su historia secreta incluso para él, hecha de sueños y de miedos, modelada con la arcilla más frágil y el agua más pura. Así es el nombre propio de cada uno, y cuando lo escucho me convierto en su portador y responsable. Cuando alguien nos dice su nombre, deberíamos entrar literalmente en trance, como Dios en el primer día de la Creación o de la Revelación.
Hace tres semanas, al comienzo del segundo semestre, pedí a los alumnos que se presentaran por su nombre. Una vez más, de nombre en nombre, compusieron el poema más bello, la melodía más armoniosa, la oración más inspirada. Una chica dijo: “Yo me llamo Eva” (que significa “Viviente” o “Vivificante”). Yo hubiese querido decirle: “¡Oh, qué bonito, Eva!”, pero tuve que reprimirme, y simplemente pregunté: “¿Conoces la historia de tu nombre? ¿Conoces la historia de Eva?”. Solo fue una relativa sorpresa que ni ella ni nadie en la clase conociera la historia de Eva. Sin embargo, es nuestra historia, la historia de todos los que vivimos porque una mujer nos dio a luz. Otra chica dijo: “Yo me llamo Saray”. No sé si logré disimular la emoción, pero también esta vez me limité a preguntar: “Y tú, ¿conoces la historia de Saray?”. Tampoco ella la conocía, ni ella ni nadie entre los cincuenta de la clase. Es una pena que nuestros jóvenes no conozcan la historia de sus nombres, por ejemplo esas historias bíblicas que nunca sucedieron pero son tan nuestras y tan verdaderas, pues, si las conociéramos a fondo, no solo nos permitirían entender el pasado, sino sobre todo comprender el presente y recrearlo.
Quiero contaros la historia de Saray y de Hagar, y la de sus hijos Isaac y de Ismael, aunque el Génesis la cuenta mucho mejor en los capítulos 16 y 21. Quiero contaros sobre todo la historia de Ismael, que aun se prolonga en la plaza de Tharir en el corazón de El Cairo. Abrahán tuvo dos mujeres: Saray, que significa “Mi princesa”, y “Hagar”, que significa “Extranjera”; en realidad, la Biblia pretende que sólo Saray era esposa de Abrahán y que Hagar no era sino una esclava egipcia de la esposa, pero eso se debe simplemente a que la Biblia cuenta la historia desde el lado de Saray la Princesa, y no desde el lado de Hagar la Extranjera, o si se quiere, desde el lado judío y no desde el lado árabe. Tan esposa era la una como la otra, pero ambas sufrieron, y se hicieron sufrir. El sistema patriarcal de la poligamia las hizo primero émulas, luego rivales y al final enemigas. Y, como dice el Eclesiástico, “ninguna pelea como la de las rivales, ninguna venganza como la de las émulas” (25,13).
Saray era estéril y “no había dado” –así se decía entonces– descendencia a Abrahán. Y, sin consultar para nada con Hagar, dijo a su marido: “Ahí tienes a Hagar, mi esclava; tómala y que ella te dé el hijo que deseas”. Y así hizo, y Hagar quedó embarazada. Entonces, a la pobre Princesa Saray le entraron unos celos terribles y tanto maltrató a Hagar, que ésta tuvo que huir de su casa y ser lo que su nombre indica, una extranjera. Dios la encontró en el desierto junto a un manantial, y no se lo explicaba, y le preguntó: “Hagar, ¿de dónde vienes y a dónde vas?”. ¿Cómo podía saberlo ella, si Él no lo sabía? Pero Hagar respondió: “Huyo de Saray”. Y Dios le dijo: “Vuelve a casa, mi Hagar, vuelve a tu casa. Y haz como si asumieras tu rol de esclava y concubina, pero sé libre, cree en ti y cree en ese hijo que llevas en tus entrañas, y llámalo Ismael, es decir, ‘Dios escucha’, pues es así: yo escucho a la extranjera, en contra de lo que todos los hombres y pueblos que se sienten elegidos se imaginan por un fatal malentendido. Sé libre, mi Hagar, y da a luz la libertad”. Y Hagar volvió a casa, transfigurada. Y dio a luz a Ismael.
Los celos de Saray arreciaron. Pero años después sucedió que la Princesa, a sus noventa años, también quedó embarazada de Isaac, que significa “Risa”, y dijo: “Dios me ha hecho reír”, pero lo que quería decir en el fondo era que “la última que ríe ríe mejor”, y que Hagar lo oyera. Un día vio Saray que los dos niños, Isaac e Ismael, estaban jugando. ¿Qué otra cosa podían hacer dos niños sino jugar y reír? ¿Qué les importaba a ellos la rivalidad de sus madres y los líos de la herencia y la teología de la elección divina? Los niños ven las cosas simplemente como son, y juegan, y así revelan el rostro de Dios, sencillo como un niño. Pero Saray no estaba para risas y se dijo “Esta es la mía”. Y, ni corta ni perezosa, le dijo a Abrahán: “Pongamos ya de una vez por todas las cosas en su sitio, aclaremos quién es quién en esta casa: quién es la esposa libre y quién la esclava concubina, quién el hijo heredero y quién el segundón, quién el elegido de Dios y quién el relegado. No aguanto que sigas haciéndote el bien-queda y el bueno. Decídete ya: si crees en la promesa de Dios, echa de esta casa a Hagar y a su hijo. Te lo exijo”.
A Abrahán se le partía el alma, pero tuvo que acceder a la exigencia de su esposa, como más de una vez sucede. Al día siguiente se levantó, tomó una hogaza de pan y un odre de agua, se los dio a Hagar, puso al niño sobre sus hombres y los despidió con inmenso dolor. Con más inmenso dolor se fueron Hagar e Ismael por el desierto de Berseba, solos y a pie y sin saber a dónde. Y cuando se les acabó el pan y se agotó el odre, el niño lloraba a gritos, y a la madre no le quedaban fuerzas ni para llorar, y cada grito del hijo le desgarraba las entrañas más que al parir. ¿Dónde estaba Dios? Dios estaba con ellos, perdida y sola como ellos. Y dijo a la mujer: “No temas, mi Hagar. Juntos atravesaremos todo el desierto. Tu hijo será un gran pueblo, será mi pueblo y hermano de todos los pueblos. Y no temas, un día será libre”. Y así fue, quiero decir: así debemos hacer que sea.
Ismael (que la paz sea con él) creció y vivió en el desierto de Farán, cerca de la Meca y de la Kaaba, según cuenta el Corán. Y encontró nuevos manantiales. Y tuvo 12 hijos –cada nombre una promesa–: Nebayot, Quedar, Abdeel, Mibsán, Mishmá, Dumá, Masá, Jadad, Temá, Yetur, Nafís y Quedma, que son los doce patriarcas de los pueblos árabes, y se extendieron desde Asiria (Irak) hasta Egipto y desde Egipto hasta el Sahara, por todo el Máshreq (que significa Levante) y todo el Magreb (que significa Poniente).
Y de desierto en desierto, de manantial en manantial, se extienden la promesa de Dios y el grito de Ismael, el hijo de la esclava egipcia. Desde la plaza de Tahrir, que significa “Liberación” y que tradicionalmente se ha llamado plaza de Ismael, en el corazón de El Cairo, en el corazón del mundo árabe, se expande imparable el inmenso movimiento de la Juventud, del Pueblo y de la Libertad, a pesar de la vergonzosa lentitud, por no decir cobardía (Vargas Llosa dixit) de nuestros gobiernos occidentales.
¡Mabruk (Enhorabuena), hijos de Ismael!
José Arregi
Para orar. AL FATIHA (“La que abre”, primera sura del Corán)
En el nombre de Allah, el Misericordioso, el Compasivo.
Bismi Allahi alrrahmani alrraheemi.
Las alabanzas a Allah, Señor de los mundos.
Alhamdu lillahi rabbi alAAalameena.
El Misericordioso, el Compasivo
Alrrahmani alrraheemi.
Rey del Día de la Retribución.
Maliki yawmi alddeeni.
Sólo a Ti te adoramos, sólo en Ti buscamos ayuda
Iyyaka naAAbudu wa-iyyaka nastaAAeenu.
Guíanos por el camino recto,
Ihdina alssirata almustaqeema.
El camino de los que has favorecido, no el de los que son motivo de ira, ni el de los extraviados.
Sirata allatheena anAAamta AAalayhim ghayri almaghdoobi AAalayhim wala alddalleena.
Unas pequeñas correcciones, Saray, no significa ´Princesa’, su significado es: ‘contenciosa, rivalidad’… Sara es: ‘Princesa, o principal’ nombre que obtuvo cuando quedo encinta de Isaac.
Y como bien lo reconoces, a distancia, las historias para nosotros, casi 4000 años después, suenan incomprensibles. Pero, peor error cometes, cuando recortas la historia en aras de quererla hacer comprensible a nuestros oídos. Cuando nace Isaac, Ismael tenia unos 14 años de edad; así que al ser destetado Isaac, Ismael rondaría los 18 o 19 años ¿donde están los juegos de niños?… Mas bien el punto es que Ismael se sentía seguro de su posición de heredero de la gran casa de Abrahán (o Abrán todavía), el libro de Génesis nos dice que: ‘Y vió Sara al hijo de Agar la Egipcia, el cual había ésta parido á Abraham, que se burlaba.’ El Commentary de Cook señala respecto a tsa·jáq: “En este pasaje probablemente signifique ‘risa burlesca’, como por lo general se ha venido creyendo. Así como Abrahán rió de alegría y Sara de incredulidad, la risa de Ismael dio a entender burla, probablemente alentada por un espíritu perseguidor y tiránico (subrayado por mi)”.
Lo malo de atraer los textos de miles de años, acá, ahora y a nuestro pensamiento y realidad, no es que nosotr*s no sepamos saber aquella circunstancía de antaño, sino que el PELIGRO, está en los roles que se siguen dando a los personajes de aquel tiempo a las personas de buena fe de este.
Como dice Pepe Salas, la explicación parcial e interesada, es peor que una mentira, porque se suega con la inocencia de quienes se acercan a los textos pasando los ojos por ellos con la “impotencia creada” y perversa de quienes pretenden eso precisamente que no sepamos juzgar la Historia de D*s dentro de un pueblo aquel pasado, y la Historia presente de un*s mism* en este aquí y ahora, con esas mismás creencías o sin ellas.
Somos adult*s, Si somos ADULT*S EN LA FE, tendremos una responsabilidad ante una religación unipersonal con aquel D*s de nuestra Fe.
Esta es la gran CATEQUESIS de la historia de Abraham, el hombre que supo apartarse de aquella cultura suya y maduró para elegir otra que le hizo crecer y no ser un simple dentro de la simpleza de un pueblo.
Ya sabemos la verdad de lo que pasa cuando se emula a alguién o algo sin conocer lo que emulamos, y que no es otra cosa que creernos todos aquello dogmas que interesa que queden como verdades absolutas por encima de la persona y del tiempo…
Después de leer el artículo no me sale reflexionar sobre el patriarcalismo, el ecumenismo o las injusticias sociales. Simplemente, me ha conmovido. Y me ha recordado lo que pueden llegar a cambiar las cosas simplemente con mirarlas desde el otro lado, desde los ojos del otro. Gracias, José.
Pues sí Maddi, todo hay que leerlo con la distancia que requiere la Historia; pero todo hay que considerarlo con el debido equilibrio y JUSTICIA.
Efectivamente, las mujeres eran una posesión del varón, por muy hermana que fuese y por muy ” princesa” que se llamase.
Y las esclavas valían menos que una cabra, por supuesto, pero éso no me resuelve nada.
Porque puestos a mirar la Historia desde la distancia que se requiere, hace sólo un siglo, en España seguíamos padeciendo y teníamos como costumbre el famoso Derecho de pernada. Y para mí, desde la distancia tan corta que nos lleva a ésta histórica realidad, no deja de ser una canallada abusiva y como tal la considero y comento.
Los HECHOS de Abraham son absolutamente inaceptables ahora, hace 2.000 años y en su època también. Y se pueden leer de arriba abajo, de abajo arriba o en diagonal, pero la conclusión será siempre la razonable: No es aceptable, socialmente, asesinar a un hijo, dejar morir de hambre a una madre y un niño echándoles de la casa ni escaparse de la casa del padre con una hermana bellísima. Menos aún entregar a la propia esposa a un tipo poderoso para conseguir seguridad personal.
Y lo mismo digo de David: Incluso su propio Profeta le afeó su acción. ( con la parábola de quien tiene un rebaño de miles de ovejas y mata al pobre que sólo tiene una para robársela).
No es cuestión de tomar distancias, Maddi, es cuentión de ser objetivos a la hora de interpretar lo que nos han contado COMO PALABRA DE DIOS. ( y si es palabra de Dios no hay distancias, puesto que sirve para cualquier tiempo. A ver si también Dios presenta programas cada vez que se presenta a las ” elecciones” y cada elección presenta un programa diferente.)
En definitiva, que considerando las indispensables diferencias sociales de los diferentes tiempos históricos, hay cosas que son básicamente iguales por Naturaleza. Y entre ellas es el robo, el asesinato, el abuso de poder, el abuso por razón de sexo…
Al menos éso creo y éso escribo. ( Me gustaría saber cuántas personas que se consideran creyentes saben que Abraham y Sara eran hermanos. Así se han ido escondiendo todos y cada uno de los pasajes un tanto excabrosos para contar exclusivamente lo que interesa a ciertas moralinas; los sueños de José, la OBEDIENCIA de Abraham, la fuerza milagrosa de Sansón,la sabidiría de Salomón, etc; pero se prohibió la lectura de la Bíblia y aún está mal visto leerla. ” Doctores tiene la Santa Madre Iglesia”…y ellos se han encargado de dormir la conciencia crítica de los pasajes que nos han colado como históricos.)
Saludos, pues.
Está bien revisar estas historias y ver que todos somos hijos del mismo Dios, más o menos con
anhelos parecidos, no tanto por ser de una u otra madre, de una u otra religión (Honorio tiene mucha razón), sino porque nos ha tocado vivir en el mismo momento de la historia…
Lo del momento histórico es importante. Los relatos del génesis hay que leerlos con mucha distancia, más o menos con la misma distancia de tiempo que hay desde entonces hasta ahora. Y entender que aquellas personas partían de premisas diferentes, tenían horizontes muy diferentes, normas sociales diferentes, otros sistemas de parentesco y de relación, y que no
hay mayor tergiversación que juzgarlos desde nuestros presupuestos.
Hace años una cosa que yo no podía entender es cómo Sara fue capaz de decirle a su marido que se acostara con otra para tener un hijo, pero en aquel momento eso era así, Hagar era una extensión de Sara. A mí se me rompería el alma si tuviera que hacer algo así. Pero claro, en aquellos tiempos amor, sexo y matrimonio eran cosas que no tenían por qué estar relacionadas.
Y por aclarar un poquito el tema, que Abraham tuviera sexo con Hagar y la quisiera no hacía de ella su esposa. Esposa era otra cosa, otro tipo de relación que sólo se podía tener entre personas del mismo rango, entre parientes (medio hermanos/as, primos/as). Hagar era una esclava y como tal era una posesión de Sara que podía hacer con ella lo que quisiera, dársela a su marido para que le hiciera hijos o lo que sea, nos puede parecer terrible pero hace miles de años las cosas eran así, y quizá hace no tanto también. La esclava se puso chula con la señora y el ángel le dijo que se portara… ella se portó y la señora la aceptó (hay otros casos parecidos en el Antiguo Testamento donde las mujeres con hijos se chulean ante las que no pueden, los celos en estos casos no son por el marido, en este caso Abraham, sino por tener o no descendencia). Terrible, sí, pero que eso sea inaceptable hoy en día no quiere decir que entonces lo fuera. Ya veremos como nos ven dentro de cinco mil años a nosotros… La cuestión es que sus hijos fueron bendecidos por Dios y se convirtieron en un pueblo grande (que era lo que más les
importaba a aquellos).
Respecto a lo de los niños jugando… bueno, parece ser que según el Génesis entre Ismael e Isaac había una diferencia de 13-14 años… vamos que la imagen de dos niños jugando es muy poética pero no se corresponde con el relato bíblico.
Según este la que sí que fue esposa de Abraham la segunda esposa fue Queturá (aroma, incienso) y le dio seis hijos. De esos el Génesis no habla tanto por la sencilla razón de que no estaba en juego lo principal, la primogenitura, (la madre del cordero entre Sara y Hagar). Por cierto que de uno de los hijos de Queturá viene toda la línea de los reyes sasánidas persas… otro gran pueblo…
La primogenitura no tenía nada que ver con que el padre te quisiera más o menos, te hiciera más o menos caso o te diera cariño, sino que tenía que ver con ser señor de todas las posesiones (de padre y madre). Lógicamente Sara al tener un hijo no iba a dejar que lo desheredaran (o casi) y esa es la historia. Y por Dios, nada más machista y distorsionador que pintarnos una Sara celosa exigiendo a su marido que echara as u hijo y a su otra mujer. Abraham estaba obligado a hacerlo porque Sara era su igual (de hecho era su hermana) y podía exigírselo, esas eran las normas de parenteco de la sociedad a la que ellos pertenecían.
Y bueno, que nadie ha pretendido que los relatos de Génesis sean historias ejemplares, simplemente nos hablan de personas que confiaron en Dios en medio de circunstancias en las que era difícil confiar… eso hicieron tanto Abraham como Sara como Hagar, y ninguno fue defraudado… quizá nos podemos quedar con eso, más allá de cualquier sistema de parentesco, de género, primogenituras, esclavitudes o almas partidas. 😉
Saludos foreros
Bueno Pepe Salas, pues sirviendo como precedente cuanto dices, yo si que estoy contigo en casi un 90% de cuanto deseas, en aquellos que nos atañe como personas que tienen un deseo de esperanza y de progreso libertario, tanto personal como espiritual.
De ahí que no esté en acuerdo en casi todo cuanto dice Arregui, a pesar de lo que lo edulcora con palabras muy bien puesta, y lo escribe aún mejor, se nota sus que esto lo ha ejercido.
Más que nada por cuanto tú querido Pepe también alude, y que no es otro que a esos relatos de Mujeres en acción de unos hechos, que a ese pueblo le venía a bien utilizar y en otros para ponerla de mujer perversa con el solo fin de simple venganza.
Como la historia es tan poco creíble, aún menos son lo que nos cuentan, son meramente un recuerdo mal versado y tipo teléfono roto, que solo ha ido creando un ficción en torno a un pueblo Israel, una religión la judía y la recreación de otra como la cristiana recogiendo aquí y allá de lo que interesaba, apartando lo que no era del agrado del sujeto varón que debían transcribir los escritos.
Con tan solo la idea de mostrarnos a un dios a la medida y deseos de quienes tan solo pretende la supervivencia y estatus religioso aunque sea a costa de engordar lo que se sabe que son meros ficciones históricas para dar ánimo a personas casi extenuadas en toda esos éxodos.
Me sigue costando, entender como hombres con tantos estudios siguen pensando y son tan machista, y me cuesta entender lo que no se den cuenta que lo que ellos dicen aún hay personas que se lo creen, “que va a misa” como vulgarmente se dice.
Esta sola frase desacredita al personaje por sí misma, sabía que era conservador en lo relacionado con la mujer, pero no al extremo de lo que dice y quiere decir que es aún peor, en los tiempos que corre, y con la que nos está cayendo encima.
“A Abrahán se le partía el alma, pero tuvo que acceder a la exigencia de su esposa, como más de una vez sucede”
Resulta curioso que no se diga por parte los hombres teólogos que ese otro hombre, Abraham, fuese tan cumplidor de lo que Sara dijese con respeto a Agar, y nada sobre las otras esposas.
Y que la voluntad de madre y mujer sobre el asesinato de el único hijo de esta a manos del padre, no contase ni un párrafo ¿Vale o no vale la voz o voluntad de Sara?
Se comprenden que la mujer tiene bien poco que hacer en ese mundo de patriarcas, y aún menos que ver en los sentimiento de ella.
Abraham cuando tiene que despedir a la que le proporcionaba placer se le rompe el alma, y no es porque el hijo o ella quedase expuesto en el desierto a la muerte… sino porque se le va aquella favorita del haren…
¡Lastima! que Arregui no de otra versión más positiva de la historia del patriarca, y de las mujeres bajo el dominio de este
Creo que haría bien para su “salud intelectual y social” en leer más a las Mujeres teólogas, porque ellas han aprendido a leer aunque nos apartarán de la lecturas durante miles de años lo que en la mayoría de los teólogos y sacerdote aún llegan a ver.
El grano de mostaza en tan pequeño que hay que ver entre luna y luna.
Anacronismo…
1. m. Error que consiste en suponer acaecido un hecho antes o después del tiempo en que sucedió, y, por ext., incongruencia que resulta de presentar algo como propio de una época a la que no corresponde.
Y por extensión, analizar los acontecimientos y personajes después de miles de años, con la con las categorias culturales de del tiempo actual…Para entender a un acontecimiento y personaje, se debe hacer el esfuerzo de ponerse en el lugar de ese personaje y en las categorias culturales e historicas que ese personaje manejaba…direrente es lo de tenerlo como un ejemplo a seguir…Gabriel
Un ejemplo para asimilar…La capacidad de fingir y disimular explicada a los niños.
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Esto es obedecer ordenes ….sin rechistar.
Es una simulación.
Saludos.
Pues voy a estar de acuero con Carmen ( sin que sirva de precedente, jejeje)
Los personajes históricos que nos han puesto para ser emulados, nunca han sido merecedores de ser ejemplos de vida de nadie.
( Espero, Carmen, que tampoco seas admiradora y sientas ganas de emular a Judit cortando al cabeza de Holofernes, de Herodías pidiendo la cabeza de Juan en una bandeja y de otras féminas famosas de nuestra historia. Intetemos ser ecuánimes.)
Porque vista lo histoira, como nos la han trasmitido ( yo no me creo casi nada, que conste) los personajes que nos han presentado como idóneos y ejemplares son exactamente lo que yo rechazaría para educar a mis hijos-as y de ningún modo lo asumiría para mi propia forma de vida. Veamos algunos ejemplos:
Abel: Dios hizo un acto de injusticia y acpeción de personas al rechazar la ofrenda de Caín. A fin de cuentas Caín era mucho más ecológico que Abel, puesto que ofrecía productos de la tierra ( hortelanos) y Abel ofreció la muerte de un ser inocente. La jodida sangre ( inocente) comenzó a hacer su tétrica labor.
Abraham: La cobarrdía de éste personaje sería para “record Gines” si se analizase actualmente con sentido común.
a): Se escapa de Ur de Caldea con su propia hermana ( Saray) y es perseguido por su padre.
b): Echa de su casa a su propia esposa ( exclava, o no, éso es igual para el caso) con un niño indefenso a cargo de Agar. A punto estuvieron de cascarla ambos en el desierto.
c): Por pelos no asesinó a su propio hijo Isaac, a cuenta de no sé qué coño mensaje. ( en mi pueblo les llaman alucinaos, cuando oyen mensajes extrasensoriales. También suele pasar después de la 5ª copa de orujo o cuando se sufre una enfermedad que los psiquiatras llaman exquizofrenia.)
d): Cuando se ve acojonado ante el Faraón de Egipto, entrega a su propia esposa ( hermanastra, puesto que era de distinta madre pero del mismo padre) Saray de belleza impresionante para librase de alguna mala represalia. Afortunadamente el faraón es mucho más honrado que Abraham y no “se llega” a la mujer porque también tuvo mensaje exquizofrénico.
Jacob: En connivencia con su madre, entromparon a Isaac y le robaron la primogenitura a su legítimo dueño: Esau.
¿ Qué se podía esperar de ésta estirpe?… pues lo lógico:
Entre los hermanos de las doce tribus de Israel vendieron al único aceptable de la familia: Pepe ( José, para los amigos, el que soñaba más de la cuenta.)
David: Se enamora de la esposa de uno de sus capitanes y para quedarse con ella lo manda matar ( abandonar en primera línea para que lo maten sus enemigos) Curiosamente, de ésta unión proviene la geneología de Jesucristo, el único HONRADO y ya hemos visto lo que se ha hecho con El: lo mismo que con “Pepe” el de Jacob.
Salomón: En su insultante poderío tenía más de mil ” vírgenes” ( y otro montón de eunucos) en su palacio. Es el precursor de la pedofilia con su Cantar de los Cantares, donde aconseja: ” gozarse de su juventud” y a mí me parece que no se refiere a jugar al parchis, considerando el contexto del libro.
Moisés: ( se me había olvidado) Ejemplo como buen zahorí que busca agua con cualquier vara: pero como guía turístico un verdadero desastre. Tardó en llegar a la ” tierra prometida” 40 años, y cualquier cojo lo hubiera hecho en menos de un mes, aún sin tener la famosa guía de la nube que les marcaba el camino y sin tener que recurrir al famoso maná para no morirse de hambre en el trayecto.
Mejor no sigo, porque si entro en los ejemplos de los padres de la Iglesia, los Papas y los Obispos a partir del Nuevo testamento
¡¡ Apaga y vamos!!….
( Bien está el sentido espiritual de las historias que nos han contado; pero alguna vez, supongo, habrá que tener en cuenta también el sentido REAL Y LOGICO de las mismas historias. ¿ O no?)
Pues éso ( y no estoy cabreado)
Perdón este párrafo se entiende mejor así…
Quizás si se escribe la verdad, o se describiese antropológicamente la vida que esta sociedad vivieron, fuese más entendible, de cómo y donde se puede llegar hasta la decisión de una u otra esposa, que a la vez tienen que soportar que el marido, hoy esté con ella mañana con otra y al día siguiente con otra, porque nos hablan de estas dos, pero no nos creemos que fuesen solo dos esposas las de Abraham.
Querido Arregui, como bien dices… ¡Me descalzo para entrar en tu escrito! y te describo mi nombre, “Jardín de D*s, o viñedos de D*s”, y en hebreo “Kar-mel”.
En lengua latina es “Canto”, quizás porque en aquel Jardín de D*s, del monte Carmelo se plantaba las mejores vides, se criaba el mejor fruto de esta, y por lo tanto el mejor vino.
Cuando hablas de Sara y de Agar, dices bien que ellas sufrieron el modelo machista y polígamo de aquel tiempo, donde Abraham podía tener las mujeres que desease, sin que ellas al final tuviesen voz y voto para cambiar nada de la historia, ni siquiera la propia.
No han relatado la “historia” de estas dos mujeres maltratadas por un sistema patriarcal y androcéntrico, donde una y otra se agreden y el buen marido queda como el sufridor que solo tiene que soportar los deseos de Sara, o de Agar, sucesivamente hasta que Sara dice lo que se debe hacer con la segunda, según cuenta la A.T
Quizás se cuando se escribe se describiese como es antropológicamente la vida que esta sociedad viven se pudiera entender hasta donde llega la decisión de una esposa que tiene que soportar que su marido, hoy esté con ella mañana con otra y al día siguiente con otra, porque nos hablan de estas dos, pero no nos creemos que fuesen solo dos esposas las de Abraham.
Seguimos la historia y somos tan torpes que ponemos en boca de D*s, las astucias humanas para conseguir aquellos beneficios por algo que hemos dado, ya sea el hijo primogénito como el hijo deseado con la mujer primera.
Lo cuentos de Princesas y príncipes que suplen sus sueños a pesar de la edad y las contrariedades, no es precisamente lo mejor y más positivos que nos ha relatado a lo largo de los siglos a las Mujeres. Porque con ellos nos han educados e instruidos tan solo en dar placer y beneficencia, estar al servicio del “dueño” que en realidad era en todo nuestro “Paraíso”
Ser émulas, es decir emular a alguien no es bueno para quienes tenemos nombre propio, ideas propias, identidad propia, corazón propio y sentimientos propios… Y quienes nos hacen ser eso Émulas, debieran de darse cuenta el daño que nos han hecho durante miles de años, porque emular a Eva, Sara, Agar, María o cualquier otra mujer nos denigra, no empequeñece y nos merma, no nos hace crecer como persona individual e intransferible con un ADN único, donde D*s, puso sus huellas y su soplo…
¡Nadie! tiene la potestad de decirnos que o a quien debemos emular.
Solo decirte, que esta frase no parece de un hombre de este tiempo, sino más bien de aquel tiempo donde todo mal proviene de la mujer ¿Te has parado a revisarla bien?
“A Abrahán se le partía el alma, pero tuvo que acceder a la exigencia de su esposa como más de una vez sucede…”
Creo que entre estas dos mujeres sufrieron lo indecible, nada descriptible y sobre todo lo nunca contado y narrado, porque quienes escriben la “historia” siempre son hombres.
Nuestras Historias, han sido manipuladas, Robadas y Falsificadas en pos de bien y del honor del varón de turno, del señor de turno.
Hoy muchos “Profesores” ni se saben los nombre del Alumnado, ni siquiera de donde provienen, ni las necesidades o carencias que tienen para poder seguir o terminar sus estudios…
Pasan olimpicamente de ellos cuando les plantean situaciones de vida o familiar, no son ONG, o caritas dicen los señores Catedráticos, esto quizás sea aún más penoso que nos saberse la historia del nombre en particular
Tahrir fue un éxito en parte porque los revolucionarios sabían que el planeta no los perdía de vista. Al Yazira ha venido desplegando una extraordinaria pedagogía democrática durante los últimos diez años. Ha demostrado que un medio de comunicación de masas, no enfeudado a los intereses de pequeñas minorias poderosas, era viable.
En ese tiempo, Magreb y Machrek se han visto en la pantalla comparados con el resto del mundo y en especial enfrentándose a su propio sistema de gobierno.
Desde Tunes a Libia hay algo que se nos escapa.
Los analistas se chiflan por dar con la respuesta final a los orígenes del conflicto: que si la cohesión del islamismo, que si la falsa política Americana, el “tigre de papel”, el imperialismo americano, aparece como lo que realmente es, control, dominio y expansión en beneficio propio. Que si la indigencia de los más pobres ante la corrupción de los más fuertes, que si… que si… ¡que no!. Que nos encanta seguir poniendo nombres, el nuestro propio, a la realidad Poner nombres desde muy antigui es: lo único que sabemos hacer bien, poner nombres y bautizar.
Luego vienen lo miedos: “La invasión de refugiados políticos, el valor del petróleo. Cosecuencias en la crisis…Esto nos faltaba”. Como dice Arregui se nos escapa lo esencial, la realidad misma, ese profundo respeto a lo que hay aunque no se entienda. Quizás no interesa tanto. Sólo queremos vernos retratados en los nombres que ponemos.
La aclaración de Cadarso y la reflexión que nos llega desde Vizcaya son importantes: “Es todo el pueblo, sin distinción de religiones, el que se alza contra las dictaduras del Norte de África y el Oriente Próximo, y en la revuelta participan por igual cristianos y musulmanes. Lo hemos visto especialmente en Egipto. No es una cuestión religiosa, es una cuestión de justicia y de derechos humanos”.
¿Será que por fin estamos llegando a ver la posibilidad de una sociedad alternativa hecha por todos?
Gracias a todos Héctor
Muy al estilo del povereto de Asis, Jose, nos regala casi una poesia…Podríamos hablar del peligroso momeno que Libia y Egipto y del pelgiro que corren todos los pueblos del levante y el poniente de ser aplastado por la voracidad extranjera, demasiados buques de guerra estan en la zona…, occidente tiene miedo que se le corte la sangre que hasta ahora lo ha alimentado y que se la quitado a esos pueblos…pero queremos quedarnos con la cadencia armoniosa de esta poesia que escribio Jose…Gracias Franciscano de pura cepa…Gabriel
Preciosa historia la que nos cuenta hoy José Arrregui. Conmovedores comentarios con poema de canción incluida. Muchas gracias.
Esta historia y tema que trata, nos muestra como en un espejo la rivalidad y rechazo del y de la diferente que nuestra mente envuelve de un entretejido de etiquetas que oculta su verdadera imagen y rostro, el del hombre y de la mujer que hay dentro. Nos devela la injusticia que se repite tantas veces, como el hombre y la mujer, todos sin excepción, nos olvidamos de la auténtica semejanza, de la igualdad que compartimos en lo que todos somos de fondo.
Pero como toda visión está condicionada y situada, ésta también nos da la percepción en instantáneas de un hombre varón, al que se le escapa de manera inconsciente su condicionamiento personal y la relatividad de todo juicio. Dice José A.:
“Abrahán se le partía el alma, pero tuvo que acceder a la exigencia de su esposa, como más de una vez sucede”. Se entiende que se nos pueda colar en algún resquicio insospechado, la cultura y educación de la que procedemos de dónde venimos cada uno y hacia donde vamos.
A Abrahán se le ungió de equilibrio y obediencia, fidelidad impuesta, pero desde un mundo de intimidad personal y social-religioso dualista y segregador de lo que no se ha sido consciente durante milenios. La decisión que toma Abrahán se presenta como no autónoma y libre, sin culpa, y es entonces, que ésta recae subrepticiamente sobre la mujer, olvidando que a su vez está condicionada a la sociedad en la que vive y se defiende con los recursos de que dispone. Y durante milenios ha estado latente y vigente de alguna manera en nuestra civilización judeocristiana. Se juzga la parte sin considerar al todo, aquí en concreto y en otros ámbitos de la vida, de la realidad que vivimos.
Coincido pues con el llamado y cacareado sistema en el que estamos envueltos que nos impide ver, mirarlo con distancia para no ser parte en la vorágine que nos va tragando y amputando lo mejor que cada uno lleva dentro, la Unidad de fondo que es y somos en la multiplicidad. Una ceguera que se ha hecho compulsiva con bombardeos de separación y fragmentación, que se nos cuelan por lo menos verbalmente desde el poder o situación de pérdida de falsas seguridades con las que entretejemos principios y valores que hacemos nuestros y solo nuestros por mimetismo inconsciente.
Nos llegamos a identificar con lo que se nos impone desde fuera en el sistema y a vivir contradictoriamente como “propio”, entorpeciendo con miles de impedimentos el conocimiento auto-consciente, necesario para ser alternativa real y coherente de salida pacífica del sistema.
Gracias a todos.
Muy oportuno e interesante el fondo del artículo y la forma y sensibilidad del relato de José Arregui. Gracias
La rebelión de los países del Magreb y de oriente Medio es la rebelión de los “CIUDADANOS” de esos países, que tienen creencias religiosas muy diversas, y se baten en la calle en condiciones de absoluta igualdad. Si Arregi pretende relacionar esa revuelta con una etnia determinada o una religión concreta, creo que se equivoca. Al menos así nos lo explicó un musulmán vasco en una reunión interreligiosa en que tratamos de este tema.
Podéis leer la reseña de esta reunión en: http://www.durangon.com/pueblos-y-credos-religiosos_es_14_25_468.html
NO ME LLAMES EXTRANJERO
No me llames extranjero, por que haya nacido lejos,
O por que tenga otro nombre la tierra de donde vengo
No me llames extranjero, por que fue distinto el seno
O por que acunó mi infancia otro idioma de los cuentos,
No me llames extranjero si en el amor de una madre,
Tuvimos la misma luz en el canto y en el beso,
Con que nos sueñan iguales las madres contra su pecho.
No me llames extranjero, ni pienses de donde vengo,
Mejor saber donde vamos, adonde nos lleva el tiempo,
No me llames extranjero, por que tu pan y tu fuego,
Calman mi hambre y frío, y me cobije tu techo,
No me llames extranjero tu trigo es como mi trigo
Tu mano como la mía, tu fuego como mi fuego,
Y el hambre no avisa nunca, vive cambiando de dueño.
Y me llamas extranjero por que me trajo un camino,
Por que nací en otro pueblo, por que conozco otros mares,
Y zarpé un día de otro puerto, si siempre quedan iguales en el
Adiós los pañuelos, y las pupilas borrosas de los que dejamos
Lejos, los amigos que nos nombran y son iguales los besos
Y el amor de la que sueña con el día del regreso.
No me llames extranjero, traemos el mismo grito,
El mismo cansancio viejo que viene arrastrando el hombre
Desde el fondo de los tiempos, cuando no existían fronteras,
Antes que vinieran ellos, los que dividen y matan,
Los que roban los que mienten los que venden nuestros sueños,
Los que inventaron un día, esta palabra, extranjero.
No me llames extranjero que es una palabra triste,
Que es una palabra helada huele a olvido y a destierro,
No me llames extranjero mira tu niño y el mío
Como corren de la mano hasta el final del sendero,
No me llames extranjero ellos no saben de idiomas
De límites ni banderas, míralos se van al cielo
Por una risa paloma que los reúne en el vuelo.
No me llames extranjero piensa en tu hermano y el mío
El cuerpo lleno de balas besando de muerte el suelo,
Ellos no eran extranjeros se conocían de siempre
Por la libertad eterna e igual de libres murieron
No me llames extranjero, mírame bien a los ojos,
Mucho más allá del odio, del egoísmo y el miedo,
Y verás que soy un hombre, no puedo ser extranjero.
RAFAEL AMOR®
http://www.rafaelamor.com/discografia76.htm
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Buenas noches
Cuántos estupros, adulterios y violaciones habrá habido en la línea generacional ascendente de cada uno!
Se necesita tener ojos lmpios para ver la historia como la ve Arregi, para ver a Yawé defendiendo y liberando a los y las esclavas, filtrando de entre los mitos las probabilidades de la historia, el cuento de Eva, de Sara, el nuestro y el vuestro.
5000 años antes, año más año menos, los israelitas se liberaron de la opresión egipcia: hoy los árabes buscan liberarse y crear su propia pueblocracia; mañana serán otros los constructores de la paz mundial…
Podremos algún día comprender que la historia discurre impulsada por el sol del amor divino?