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Y el Borbón se hizo el sueco

En ATRIO no quremos difundir bulos ni insultar a personas con autoridad. Pero no aceptamos tabúes, personas intocables con responsabilidades públicas a quienes no se pueda crticar. Si nos atrevemos a ser críticos con el papado y su modo de ejercerlo, ¿por qué no poner a debate la monarquía y su moda de ejercerla, como se hace en Suecia?. Aprovechando el caso reciente del arrepentimiento público del Rey Gustavo, Amadeo Martínez Inglés, coronel, escritor e historiador -que ya había punlicado un libro bien documentado sobre el Rey de España que no fue duscutido sino sólo olvidado y silenciado- acaba de escribir un artículo en DEIA que reproducimos para su discusión en ATRIO. 

 

EL lector convendrá conmigo en que los súbditos suecos, al hilo de las informaciones que estos días nos llegan desde ese bello y frío país relativas a las correrías sexuales extramatrimoniales de su rey, el antes admirado y ahora denostado Carlos XVI Gustavo, parecen ser todos, o por lo menos una gran mayoría, además de monárquicos recalcitrantes unos ingenuos de armas tomar. ¡Mira que organizar un escándalo nacional y hasta pedir todos al alimón la abdicación de su augusto monarca tras enterarse, a través de un valiente libro de investigación, de que este (el tal Gustavo) ha estado años y años poniéndole los cuernos a su santa esposa, es decir, abandonando por sistema el lóbrego dormitorio de la reina/azafata Silvia en el palacio real de Estocolmo para ir a solazarse y a aprender los entresijos del amor prohibido en los pícaros tálamos de famosas cantantes, vocalistas de postín en clubes nocturnos y, en general, de prostitutas de alto estanding!

Pero ¿qué pensaban hasta primeros de noviembre del año pasado (fecha en la que salió el citado libro a la venta) los pacíficos, demócratas y monárquicos ciudadanos de ese país? ¿Que a los reyes en general y al suyo en particular (aparentemente un hombre más serio que un plato de habas) no les han gustado históricamente, y les sigue gustando a rabiar a los pocos que quedan, acostarse a mansalva con estupendas señoras de alto nivel y ligeras de cascos? ¿Pero qué creían que han hecho, y siguen haciendo hoy en día, los monarcas, esa especie residual en vías de extinción, esos irredentos vagos con corona, uniforme de diseño plagado de condecoraciones falsas y banda de diversos colores (también falsa o regalada) en sus ratos libres, que son casi todos? ¡Pues qué van a hacer, hombres y mujeres de Dios, probos ciudadanos nórdicos amantes de su patria, vasallos amantísimos del gran Carlos XVI Gustavo de Suecia! Lo normal, lo propio de su alto cargo, lo que la mayoría de los europeos (sobre todo los del sur) sabemos muy bien que han hecho siempre porque lo hemos aprendido en el libro de historia de primer curso de primaria: Darle a la colilla (regia, desde luego), fornicar como leones, trajinarse a destajo señoras enjoyadas de muy buen ver normalmente adscritas al espectáculo internacional…

Pero no solo eso porque tan trascendentales e inaplazables tareas de Estado, muy generalizadas y comunes en las más antiguas y nobles monarquías del mundo, no podrían llevarse a buen término sin que el divino monarca de turno no las acompañase también con el beber (también a mansalva) vinos viejísimos traídos de las mejores bodegas del mundo y con el comer sin recato alimentos carísimos, servidos todos ellos (las botellas y los manjares) por idiotizados criados/vasallos que, para poder comer ellos también un poco de las migajas que tira su señor, han debido suscribir un humillante pacto de silencio en evitación de que las golferías del mismo y sus compinches de juergas trasciendan a la ciudadanía del reino.

Sí, sí, los pobres ciudadanos suecos han andado y andan aún revolucionados a cuenta del libro El monarca reticente de los periodistas Thomas Sjöberg, Deanne Rauscher y Tave Meyer, que cuenta con pelos y señales las aventuras sexuales de su otrora amado monarca y, en particular, la relación íntima que mantuvo durante varios años con Camilla Henemark, una cantante de color del grupo de pop sueco Army of Lovers, de 46 años de edad actualmente. Pero no quieren todavía ni oír hablar de mandar a su tradicional monarquía de derecho divino a freír gárgaras republicanas y solo aspiran (en una proporción del 63%) a que el braguetas con corona que todavía detenta la jefatura de su Estado social y de derecho abdique de inmediato en la persona de su hija, la gentil princesa Victoria (que, por cierto, también ha protagonizado recientemente otro escándalo monumental a cuenta de su espectacular y presuntamente corrupto viaje de novios) y se vaya con viento fresco a terminar sus días cantando baladas junto a su amada Camilla o al lecho de cualquier meretriz de postín. ¡Demencial, desde luego!

Pero lo que yo quería era comparar el escándalo este del sinvergüenza de Gustavo de Suecia con el que pudo desatarse, y no se desató, en España, relativo a otro rey de tamaño natural, el llamado en plan oficial Juan Carlos I de Borbón, jefe del Estado español a título de rey desde noviembre de 1975 por la gracia puñetera del dictador Franco.

Bueno, pues resulta que en un gran paralelismo con lo ocurrido en Suecia a cuenta del disipado rey Gustavo, también en España se publicó un libro similar (va a hacer ahora tres años, concretamente en febrero de 2008) titulado Juan Carlos I, el último Borbón, Las Mentiras de la monarquía española, 415 páginas, escrito por este modesto historiador después de algo así como veinte años de investigación y en el que se desvelan una por una todas y cada una de las perrerías cometidas por el simpático y campechano monarca (ya un poco viejito el pobre en estos momentos) que ha reinado (y gobernado en la sombra) en el Estado durante treinta y cinco años. Perrerías que no solo me permití estamparlas en las páginas del libro en cuestión sino que también tuve a bien ponerlas en conocimiento, y por tres veces en los últimos tres años, del presidente del Congreso de los Diputados, del jefe del Ejecutivo y de los presidentes de todas y cada una de las más altas instituciones del Estado. Para que, dada la gravedad de todas esas irregularidades regias, una Comisión de Investigación del Parlamento español las estudiara y tomara las medidas oportunas.

¿Y cuáles eran, se puede preguntar en este momento algún amable lector un poco despistado o no muy versado en el tema, las irregularidades, las infidelidades, las juergas o los presuntos delitos cometidos por el todavía rey de España, Juan Carlos I, y que figuran tanto en el libro como en los informes remitidos a las más altas instituciones españolas? Pues ahí va ¡faltaría más! muy extractado, un pequeño resumen no exhaustivo:

Presuntamente podría haber intervenido en la muerte de su hermano pequeño, Don Alfonso, aspirante también al trono de España, en 1956, en circunstancias que todavía no se han aclarado por la justicia. En aquél momento era un caballero cadete del Ejército español, de 18 años de edad y experto en toda clase de armas portátiles.

Existen indicios racionales irrefutables en el sentido de que autorizó a los generales Armada y Milans a organizar y ejecutar el falso golpe militar del 23-F.

Existen documentos del CESID que prueban que estaba al tanto de los crímenes de Estado de los GAL y no intervino para pararlos.

Mantuvo durante más de quince años un tórrido romance sentimental con una famosa vedette española del espectáculo que después quiso chantajearle con unos vídeos de naturaleza sexual. Para evitar el escándalo, el Estado tuvo que pagar más 500 millones de pesetas a través de fondos reservados. Aparte de esta relación extramatrimonial, ha mantenido otras muy numerosas que han sido silenciadas por los medios de comunicación.

Se ha enriquecido espectacularmente durante su reinado hasta el punto que su fortuna actual, según autorizadas revistas especializadas, asciende a 1.790 millones de euros (300.000 millones de pesetas).

Ha aceptado de forma continuada regalos y donaciones millonarias en forma de yates, coches de lujo, mansiones…

Comparemos lo sucedido en España con lo acaecido en Suecia. Estamos hablando de dos países democráticos, modernos y avanzados de Europa y en los dos un libro de investigación, valiente, documentado, exhaustivo… ha revelado las infidelidades, las orgías y las vidas licenciosas de sus respectivos reyes.

En Suecia, se publican las sorprendentes revelaciones en todos los medios de comunicación, se abren debates en los mismos, la sociedad civil interviene ya que se trata nada menos que de su rey y jefe del Estado, se organiza un escándalo mayúsculo, el monarca da un paso al frente y da la cara en rueda de prensa, se disculpa ante el país y su familia, la mayoría de la ciudadanía (63%) pide, no obstante, la abdicación de su soberano…

En España, con un escándalo en potencia mucho mayor pues no solo se trata de infidelidades y vida licenciosa del rey sino de presuntos delitos de golpismo, terrorismo de Estado, malversación de fondos reservados, enriquecimiento ilícito, corrupción generalizada… se da la callada por respuesta desde todas las instituciones del Estado, se cerca y se ningunea el libro con el fin de limitar su distribución ya que, por miedo a que estalle el escándalo, nadie se atreve a instar a los jueces a que sea secuestrado, se consigue que las grandes superficies comerciales bloqueen su venta, ningún medio de comunicación sabe nada del maldito libro, nadie lo critica en ellos, ninguna radio o televisión lo comenta, se intenta y se consigue parcialmente (porque a pesar de todo ello varios miles de ejemplares llegarán a los lectores) matar el maldito documento y con ello al mensajero de la incuria real de este país.

Seguimos: el rey campechano no da la cara, no dice ni pío, la ley del silencio que le protege desde su ilegítima subida al trono por orden de Franco en 1975 actúa con toda su fuerza. En este país de la mágica transición y de la modélica Constitución del 78, hecha por franquistas y vigilada por carros de combate también franquistas, nunca pasa nada, nada es real salvo lo políticamente correcto y acorde al más puro derecho… también franquista.

Los españoles, efectivamente, nadie lo duda en estos momentos, tenemos un rey mucho más golferas que el que tienen los suecos, pero salvo algunos valientes que luchan por la verdad en internet nadie se atreve a decirlo. Por lo menos hasta que este monarca divino, impuesto por el dictador que tuvo en un brete a los españoles durante cuarenta años, se vaya él solito al pudridero de El Escorial. Y se lleve con él la corrupta monarquía que representa. Porque, y esto es todavía una muy importante asignatura pendiente en este país, nadie en su sano juicio puede pensar que a estas alturas los españoles, aún abandonados y perezosos como nadie incluso par quitarse de en medio a los dictadores por muy sanguinarios que sean, pueden tragar muchos años con un nuevo rey de derecho franquista.

Para terminar: ¡Qué envidia me dan los suecos! Aunque si he de ser sincero, no estoy muy seguro de si esto que yo siento en estos momentos es envidia o, en realidad, es pena… de mí mismo y de quienes conviven conmigo en esta desértica y arruinada piel de toro ibérica.

14 comentarios

  • pepe sala

    El primer libro que se escribió sobre el asunto del Golpe de Estado ( otro más y van…) fue el del periodista Pepe Oneto; a la sazón director de la revista histórica Cambio 16.
     
    La frescura del libro contiene datos que luego se han ido ” amañando” en nuevas entregas sobre el caso del 23 F. En cualquier caso, siempre me ha sorprendido que a Tejero y a sus secuaces les saliese tan barato la barbaridad que estuvo a punto de provocar otro genocidio como el anterior Golpe de Estado.
     
    Y no dudo de que las ” razones” para dar el Golpe hubieran sido muy parecidas a las que se utilizaron para el Golpe de 1936.
    El Opus Dei andaba metido entre los Golpistas y ya se sabe las ” razones” que utilizan los santos varones para conseguir sus propósitos. ” persecución a la iglesia y peligro de comunismo”, no faltaba más.
     
    Os paso un enlace muy interesante que habla sobre el asunto:
    http://www.tiempodehoy.com/default.asp?idpublicacio_PK=50&idioma=CAS&idnoticia_PK=30250&idseccion_PK=612&h=
     
    Y un chiste malo y con cuidadín, cuidadín…:
     
    ” En aquellos años y anteriores, a vuestro rey le llamaban las malas lenguas ” el Rey cuchara”: QUE NI PINCHA NI CORTA.””
     
    A partir del 23 F, las malas lenguas ya no podían contar semejante chascarrillo. Lo que nunca tuve muy claro es si la operación que supuso la negación del chascarrillo del “populacho” fue organizada, precisamente, para taparles la boca a los graciosillos o simplemente fue para volver al franquismo puro y duro sin alargarnos tanto en el tiempo . Debo admitir que el tiempo ha evitado un montón de sangre ( inocente, como la otra vez) y a pesar de que los fines se han conseguido, ésta vez se ha salvado a vuestro Rey y a cientos de miles de vidas de MI PUEBLO inocente.
     
    Seguiremos tratando de mandar a los Borbones para su tierra, como la otra vez, y pondremos la esparanza en que se vaya con viento fresco y con la cabeza entera, como la otra vez. Y esperemos también que por desear una cosa tan saludable para el pueblo ( la Republica) no nos lleven de paseo como a nuestros padres y abuelos…
     
    ” Por Jesucristo, vuestro Señor”… AAMEEENNN
     
     

  • JESÚS OLLORA OLARTE

    En Atrio nos dicen que el libro de Martínez Inglés sobre el rey de España fue “olvidado y silenciado”.
    Pués bien, si hablamos de monarquía y república y de “olvidado y silenciado” me viene a la memoria José Bergamín. Si podéis leer el libro “El ángel rebelde” de Sánchez Erauskin. A mí me encantó y me abrió muchas “puertas mentales” sobre la transición española y cómo le ningunearon todos las fuerzas vivas de políticos y prensa como El País. En aquella época era el adalid de las libertades y el catecismo del PSOE.
    También me encantó el libro de Javier Cercas “Anatomía de un instante”. Vemos como, con una escritura maravillosa, disecciona el 23F y la figura del rey y su entorno. No voy a hacer un resumen del libro pero permitidme decir que vemos como el rey y los políticos, prácticamente todos, querían echar a Suárez y poner en su lugar un gobierno presidido por un militar (Armada). Era un golpe de estado “light”- Lo que ocurre es que Tejero se les fue de las manos y no pudieron seguir por ese camino.
    Y si vemos un poco la evolución de la dinastía borbónica, creo que Fernando VII,  Isabel II, y Alfonso XIII fueron un poco desastrosos y posiblemente España sería un poco distinta si hubieran gobernado otros.  Aún suponiendo que Juan Carlos fuera un buen rey, ¿por qué van a se mejores ssus descendientes’.  ¿No sería mejor volver a la república y comprender que la historia está no para repetirse sino para entender las claves de lo que se ha hecho mal y rectificar en el futuro?.
    JESÚS

  • Carmen (Almendralejo)

    De la alcadía de Almendralejo ha desaparecido los papeles de boda de Letizia, casada en primerísimas nunpcias con un Almendralejense…
    Y pese a los millones que se ha querido pagar para enseñar el menú y de como el salón se preparó para aquel evento, esto no ha sido posible.
    ¿Si hubiese sido una cupletista esto se hubiera guardado igual?

  • pepe sala

    He hecho referencia a las consecuencias que puede tener cualquier crítica a la corona de España. Conocemos que se ha llegado a secuestrar una revista muy importante por hacer una crítica la Principe. Conocemos los enormes problemas de una Alcalde de Andalucía por criticar ( con DATOS concretos) la figura real. Yo he comentado lo de mi paisano residente en Portugalete. Por si alguien no conoce el caso, vean aquí el ” calvario” y lean, si gustan, el artículo que causó semejante persecuación:
     
    http://www.beerguardians.com/general/tribunaleando-al-oso-yogui
     
    En definitiva, que el intento de ATRIO en tratar de igualar la crítica al Vaticano y su papa-cardenales-obispos etc, con la posibilidad de crítica a un personaje de la casa real, nos puede causar demasiados problemas con la ” justicia” española.
     
    Cuidado con lo que se escribe…  ( Como para compararnos con Suecia, oigan…)

  • pepe sala

    El artículo es muy goloso, pero también muy peligroso.
    ( Todo termina en ” oso” y ya sabemos  lo que les pasa a quienes hacen gracietas sobre las aficiones de vuestro ínclito Rey respecto a cazar osos emborrachados previamente. Que se lo pregunten a mi paisano  resdidente en Portugalete por escribir una simpatiquísima parodia sobre la ” caza del oso ” y el Oso Yogui…)
     
    Así pues, quedándome con las ganas de escribir un montón de  ” anécdotas” de vuestro ínclito Rey de todas las SSSpañas, coño !!, sólo diré, de momento, que estoy totalmente de acuerdo con lo que escribe el autor del artículo.
     
    Y añado que la comparación de la sociedad sueca con las española ( sobre todo en lo que llaman  “altos niveles”) es imposible.
     
    En Suecia llevan décadas FORMANDO Y EDUCANDO a la sociedad para que las normas que rigen su País se cumplan con normalidad y sin necesidad de prohibiciones traumáticas. Obviamente, una sociedad formada en el cumplimiento de las normas comunes, no admiten que ciertos privilegiados tengan BULA para hacer y deshacer como les venga en gana. Sea Rey, sean príncipes o princesas, sean ministros-as o sean Jueces y policías.
     
    En España, al contrario, cuanto más desvergüenza se descubre en alguno de nuestros representante, más votos consiguen en las próximas elecciones. No considero necesario recordar los montones de ejemplos que prueban mi afirmación.  En España nadie dimite aunque sean descubiertos en corrupciones . En Suecia no durarían una semana, puesto que si no dimite, LE DIMITEN. ( Sin cortar la cabeza a nadie al estilo Robespierre…)
     
    Recuerdo que hace unos tres años, una Ministra Sueca se encontró a la salida de un supermercado y se había olvidado en casa sus tarjetas personales. Pagó la compra con la tarjeta de crédito institucional y, según dijo, con la sana intención de devolver la cantidad ( mínima, me suena a unas 100 Coronas = 10 euros).
    El hecho transcendió y no pasó una semana para que la Ministra se viese de patitas en la calle. ( Dimitió ante la presión social)
     
    En España ésto suena a chiste, porque si vuestro ínclito Rey se aprovecha de ser “irresponsable” ante la Ley , gracias a la santa Constitución, ¿ Qué van a hacer otros cargos menores que ven el ejemplo de quien debiera ser intachable ?
     
    Pues éso… se aprovechan todo cuanto pueden y sus corrupciones a mogollón son consideradas síntomas de inteligencia.  Pero ésto no viene de ahora, de la santa transfusión, ésto también es herencia de tiempos históricos, como bien nos recuerda el articulista. Me jode que sea militar, pero
    LA VERDAD ES LA VERDAD, dígala Agamenón a su porquero.
    Y si no fuese verdad lo que escribe y no tuviese bien blindadas las PRUEBAS, que nadie ponga en duda que ya estaría bien rocogidito en Alcalá Meco o similar. Además de arruinado para toda su vida, como mi paisano residente en Portugalete por escribir cosas graciosas sobre la caza de un oso borracho. (  con el término ” borracho”me refiero al OSO, no al otro, que todo hay que dejarlo bien clarito… por si las moscas.)
     
    Buenos días, pues.

  • MAR Medina

    No sé si rabia que destila es porque su libro no se vende, o la utiliza como pura propaganda de su libro, pero no  me gusta el tono ni el estilo. No he leido nada de el autor del artículo por lo que no tengo opinión previa sobre él. 

    Pero otra cosa es el contenido. Vierte acusaciones tan graves que no creo que puedan pasarse por alto. Y no solo en una obra con mayor o menor fidelidad a la verdad, sino que según afirma, también en sendos documentos remitidos a altas instancias. ¿No es eso una denuncia formal? ¿Es que el rey es intocable?

    Además está la conocida -y consentida por el pensamiento machista que subyace en todo- ligereza de cascos de los borbones de los que Juan Carlos es una muestra (lo del romance ya había llegado a mis oidos), pero está claro que si eso indigna a los suecos de su rey, aquí le reimos la gracia al nuestro.

    Pero es mucho más grave lo primero, y algo no me cuadra: o se le cae el pelo al autor del libro por difamación, o se le debería caer al rey por corrupción. Pero que se pase de puntillas sobre el tema no me parece de recibo.

    Esto sería la gota que colma el vaso, la verdad, que además de esta extraña reinstauración de la monarquía en nuestro país hay que replantearse seriamente un sistema absolutamente anacrónico, no basado en nada que nadie se crea en estos tiempos, a ver con qué derecho reina sobre las demás determinada estirpe.

    Claro que en el fondo supongo que hay una cuestión de oportunidad, pero es algo que no deberíamos de perder de vista en el horizonte político.

  • Pedro

    Todos los falangistas son antimonárquicos, sobre todo opuestos a una monarquía constitucional y con base democrática. Vean de donde vienen los atques más furibundos contra el rey: Intereconomía, el Mundo, Jiménez Losantos, Jaime Peñafiel, Aznar, tanta morralla junta es muy sospechosa.

  • Pedro de Carlos

    Este individuo es muy poco creible, fabulador  es algo así como el gato de Intereconomía. Se cree el redentor de España y de la ética. Su paso por la vida política es detestable, populista y muy propia de un fabulador enfermizo, quizás un psiquiatro tenga algo que decir. Seguramente que don Juan Carlos no es un santo, pero tampoco un gánster. Lanzar infundios sobre el accidente mortal de su hermano, además de calumnia es una ensidia merecdora de intervención de la Fiscalía

  •  
    Hai temas en nuestra sociedad que son tabús o tabúes.Uno de ellos es el monarca actual. Nadie osa criticarle.Caundo le suceda el hijo ya veremos.Para muchos se ganó la corona para toda su vida desde el 23F. Los tabús también caen. Lo vimos estos días en Túnez. Recuerdo de pequeño,años 50,que el dictador Franco era también un tabú.En los años 60 ya en voz baja y con gente de mucha confianza  se hablaba de las atrocidades del fascismo. Ha sido necesario, en aquellas fechas, que nuestros aemigrantes conviviesen con los europeos y se percatasen que en España no habia democracia, ni justicia ni libertad para que Franco comenzase a dejar de ser tabú.¿Estaremos cerca del día en que se nos pregunte,en referendum, si queremos monarquía o república? Cuando eso suceda,a mi entender,habrá caído el tabú de la monarquía y de su monarca.

  • Antonio Vicedo

    Puede que para mantenerse como rey de TODOS LOS ESPAÑOLES él mismo tendría que revisar el nivel del estatus burocrático y el nivel social que la  Constitución le permite a LA CORONA con la asignación económica de los presupuestos generales y demás privilegios familiares. Son muchos los ciudadanos españoles a los que les costará fácilmente comparar sus circunstancias con las de la corona, sin que tenga que asumir la plena responsabilidad de gobierno y sus posibles consecuencias democráticas. Un acercamiento al nivel de la mayoría de ciudadanos podría reforzar el valor de apoyo a la Monarquía Parlamentaria, sin rebajar la consideración de la Jefatura del Estado.

  • Jordi Morrós

    Sólo dos pequeños comentarios.
    El perfil e historial de este excoronel del ejército de tierra, expolítico y escritor no deja de ser cuando menos curioso. En el siguiente enlace se puede leer.
    http://es.wikipedia.org/wiki/Amadeo_Martínez_Inglés
    Y sobre los comentarios respecto al comportamiento del actual Rey de España me sumo a la opinión de “Josemi”. Resumiendo, pacto de silencio sobre todo respecto a sus posibles escarceos sentimentales (que por lo que parece es lo  más evidente), y muy poco interés social en remover el asunto.

  • Margarita Aguirre

    A mi personalmente me basta, -bastantes problemas existen, para una grandísimo número de ciudadanos de a pié-, que haya desaparecido la repetidísima frase a lo largo de tiempos, y no muy lejanos:
    REY POR LA GRACIA DE DIOS. 
    Frase que además,ha dado pié a chistes blasfemos.

  • ana rodrigo

    La convulsa historia de España en el siglo XIX y gran aparte del siglo XX, con problemas derivados más de los partidos políticos que de los mismos reyes y reina (Isabel II), hace que el pueblo español, tras disfrutar de una cierta estabilidad política con la Constitución de 1978, tenga pocas ganas de aventuras de consecuencias insospechadas. El rey actual tiene buen acogimiento por gran parte del pueblo y por la mayor parte de los políticos actuales, pensar lo contrario sería ir contra la realidad tal cual.
     
    Claro que un país puede prescindir de un rey o de una reina, instituciones totalmente obsoletas y arcaicas, sin sentido para una conciencia democrática. Máxime cuando se es rey o reina por haber nacido como hijo/a de lo mismo. Esto es un sinsentido y un absurdo, porque, como el tal bebé nazca tonto, pues habrá que ocultar sus deficiencias y aguantarlo.
     
    Ahora bien, todos los reyes que han desaparecido y con ellos, la monarquía correspondiente, lo han sido por métodos cruentos. En estos tiempos no se concibe este método. El democrático es prácticamente imposible, máxime en España en cuya Constitución se dice que el rey es irresponsable de sus posibles fechorías.
     
    Ahora bien ¿Qué pretende el autor de este artículo? ¿Desestabilizar, crear conciencia ciudadana, hacer propaganda de sí mismo y de su libro? Está en su derecho. Nada estorba, siempre y cuando sea cierto lo que dice que dice en su libro. El futuro dirá. Soy una persona resignada en este tema, por impotencia. Si fracasó la II República en la que participaron gobiernos de izquierda y de derecha, ¡qué podemos esperar de los dos grandes partidos políticos actuales con lo que estamos viendo! ¿Liarnos a tortas?

  • Josemi

    Las sociedades democráticas cada vez son más vigilantes en cuanto a las actitudes de sus líderes políticos. En la monarquía, que no deja de ser un régimen anacrónico en estos tiempos, es difícil separar lo privado de lo político. Las tradiciones son buenas, pero cuando interfieren u obstaculizan el pleno desarrollo social y democrático de una sociedad en concreto parece necesario dejarlas de lado y acometer un cambio.
    No entro en valoraciones sobre España, y desconozco la verosimilitud de lo que el artículo afirma, pero quizá, al margen de todo ello, los largos años de autoritarismo y la joven estrenada democracia han dejado a la sociedad española adormecida, complaciente y desganada a la hora de hacer cambios más significativos en sus instituciones.