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Ha muerto el Obispo Samuel Ruiz

 Ya estaba Jubilado, pero su espíritu estaba presente y activo. Y deberá seguir estando presente. En EL PAÍS Juan Bedoya ha escrito una buena semblanza, que reproducimos a continuación. Esperamos que entre todos haganos memoria de uno de esos hombres que, aun siendo opbspos, supieron acompañar a su pueblo.

Muere Samuel Ruiz, obispo de la liberación en Chiapas

Medió entre la guerrilla zapatista y el Gobierno de México

JUAN G. BEDOYA  24/01/2011

Chiapas ganó fama por la revuelta de los zapatistas, pero también porque allí se desarrolló una valiente experiencia religiosa en la segunda mitad del siglo pasado. La lideró Samuel Ruiz, uno de los prelados más legendarios del planeta cristiano, cuya opción por los pobres le costó atentados (contra él y su hermana) y disgustos sin cuento. Ha muerto hoy a los 86 años en un hospital de Ciudad de México.

Los padres de Samuel Ruiz, Maclovio y Lupe, se conocieron en EE UU, a donde llegaron desde México como espaldas mojadas, es decir, como emigrantes ilegales. Regresaron apenas casarse y el primero de sus cinco hijos, Samuel, les nació en Irapuato (Guanajuato) el 3 de noviembre de 1924, se hizo cura, fue elegido para estudiar en la imponente Universidad Pontificia Gregoriana de Roma y a los 35 años era ya el más joven obispo de su país.

Pero nunca perdió el rumbo de sus orígenes. Como 500 años antes Bartolomé de Las Casas, obispo también en Chiapas y fiero defensor de los indígenas en la España de la conquista, a Samuel Ruiz le tocó remar contra corriente, no solo frente a las instituciones políticas sino, sobre todo, ante los acomodados jerarcas del Vaticano. Nunca vieron en Roma con buenos ojos su pasión por la teología de la liberación, ni que mediara entre la guerrilla del Ejército Zapatista de Liberación Nacional (EZLN) y el Gobierno mexicano. Pese a todo, Juan Pablo II no lo movió de la diócesis de San Cristóbal de las Casas, a donde lo envió Juan XXIII en 1960. Se jubiló en el 2000, tras cuarenta años de pontificado.

Entre sus fundaciones, destaca el Centro Fray Bartolomé de Las Casas, que abrió las puertas en 1989. En 2009 recibió el premio que lleva el nombre del fraile español, entregado por los Príncipes de Asturias. También fue galardonado con el premio Simón Bolívar, concedido por la Unesco en 2000.

Samuel Ruiz irradió desde su modesta Chiapas una pastoral liberadora que le hizo popular en todo el mundo, en especial entre los partidarios del Concilio Vaticano II. Él había sido uno de los prelados convocados a Roma por Juan XXIII entre 1962 y 1965 y el concilio le dejó una huella profunda. Contó su experiencia a EL PAÍS, cuando vino en 2002 a Madrid como figura estelar del congreso de ese año de la Asociación de Teólogos Juan XXII.

Las dos preocupaciones del concilio iban a ser el diálogo con el ateísmo y la unidad de las iglesias, pero unos días antes de la inauguración, Juan XXIII introdujo una tercera línea: los pobres. Samuel Ruiz lamentó siempre que se torciese aquella línea. “La reflexión sobre la opción por los pobres no estaba madura porque en Europa entonces apenas había pobres”, lamentó Samuel Ruiz.

Era partidario de un nuevo concilio, como el cardenal Martini. “Los concilios solo son peligrosos para la Curia. Cuando murió en pleno Vaticano II el gran Juan XXIII escuché a un monseñor de la Curia rezar por él. Que Dios le perdone el daño que ha hecho a la Iglesia con este concilio, rezaba el pobre hombre”, dijo.

Sin embargo, el gran conflicto con Roma fue por su radical opción por los pobres. Decía: “La única pregunta que se nos va a hacer al fin de los tiempos es cómo tratamos al pobre. Tuve hambre y me diste de comer. Por eso, América Latina tiene sus mártires y sus santos. Primero cayeron los seglares. También entre la jerarquía que asume esta opción hay mártires, que no son, como antes, mártires de la fe, sino mártires de la justicia. Hoy se muere por optar por los pobres”.

12 comentarios

  • oscar varela

    Hola!

    Ha muerto el 24 de enero el santo profeta de Chiapas, digno sucesor de Bartolomé de las Casas. Este último comenzó su lucha en favor de los pueblos originarios de América en el ya lejano 1514 en el pueblito de Sancti Espíritu de Cuba. Fue obispo de Chiapas desde 1544 hasta 1547, en que fue expulsado por la oligarquía de los conquistadores que ya dominaban esa tierra maya, por su lucha en favor de los pueblos originarios.
     
    Algo más de cuatro siglos después, y como continuando la labor de Bartolomé, fue nombrado en 1959 don Samuel Ruiz, a la edad de 35 años, obispo de Chiapas (siendo el más joven del episcopado mexicano de esos años). Había nacido el 3 de noviembre de 1924 en Irapuato.
     
    Estudió primero en León; obtuvo su doctorado en hermenéutica bíblica en la Gregoriana de Roma. Era un hombre letrado, director del seminario de León (como Miguel Hidalgo lo fue del de Valladolid). Asistió al II Concilio Vaticano, participando todavía dentro de las filas del episcopado conservador.
     
    Le tocaron tiempos de profunda renovación de la Iglesia y las convulsiones políticas del 68. En ese tiempo cambiará drásticamente su posición teórica y práctica. Será su comunidad indígena maya la que lo confrontará con la miseria, la opresión, la dominación política, económica, cultural y religiosa que la oligarquía chiapaneca había orquestado como herencia de los conquistadores y de los terratenientes contra ese pueblo originario. El joven obispo sufre una conversión radical.
     
    Ya en 1968 fue uno de los cuatro oradores (sobre el tema de la pastoral indígena) en la Conferencia de Medellín del Celam, donde manifestó su calibre latinoamericano. Brillará en América Latina como miembro de una camada de obispos que optaron por los pobres del continente, junto a Helder Camara, en Brasil; Leónidas Proaño, en Ecuador, y Óscar Romero, en El Salvador.
     
    Será uno de los reformadores de la Iglesia, fundamentando bíblicamente la revolucionaria teología de la liberación que estaba naciendo. Pero aún más, la llevó a la práctica con su pueblo indígena chiapaneco. Aprendió dos lenguas mayas y se transformó en el profeta de su pueblo. Esto le traerá grandes enemistades, persecuciones, aun de aquellos que hoy, después de su muerte, lo ensalzan. Decía de él, y de don Samuel, el obispo de Cuernavaca don Sergio Méndez Arceo: Nosotros unificamos al episcopado mexicano. ¡Todos están contra nosotros!” Perseguido por los potentados, los terratenientes, los políticos y hasta por algunos de sus sacerdotes, con indomable brío, con paciencia de indígena, con sacrificio titánico, recorriendo innúmeras veces su diócesis en camioneta, avioneta o a caballo, estaba presente consolando, alentando y dirigiendo a las “comunidades” mayas.
     
    Todas lo tenían por tatik (como el tata de los tarascos que fue Vasco de Quiroga); nombrado por ellos mismos “Protector del pueblo indígena”. Contra viento y marea, y contra la opinión de muchos en el Vaticano (que como decía San Juan de la Cruz a un hermano observante estricto: “¡Cuídate de ir a Roma, partirás descalzo (reformado) y volverás calzado (corrompido)!”), transformó la Iglesia y la sociedad chiapaneca, educó a los líderes indígenas, que de catequistas llegaron a ser diáconos. ¿Qué fueron muchas y muchos comandantes zapatistas sino catequistas de don Samuel Ruiz?
     
    Don Samuel creó proféticamente la conciencia de lucha de su pueblo, del cual, por otra parte, aprendió todo. Por ello, en la celebración de su muerte (no es contradictorio que el pueblo reunido junto a su cadáver exultara un cierto espíritu de profundo regocijo), se gritaba, en algunos casos machete en mano: “¡Samuel vive, la lucha sigue!”; o aquella crítica a la Iglesia de tantas traiciones: “¡Queremos obispos al lado de los pobres!” Esa Iglesia ocupada en la beatificación de su burocracia (cuyo miembro supremo se le vio fotografiado junto a R. Reagan, o a A. Pinochet, y que se encolerizó ante la presencia de un humilde Ernesto Cardenal de rodillas, y sin embargo ministro de Estado de la revolución sandinista, junto al gran cartel en el que se leía en la Plaza de la Revolución: “¡Entre cristianismo y revolución no hay contradicción!”
    Don Samuel no fue sólo una figura mexicana. Era una personalidad profética latinoamericana, defensor de los derechos humanos de los humildes, de los inmigrantes en toda Centroamérica. Era una figura mundial, recibiendo premios internacionales y doctorados honoris causa en las más diversas y encumbradas universidades en reconocimiento a su pensamiento y a su acción.
    Don Samuel es, junto a don Sergio Méndez Arceo, el símbolo más profético de la Iglesia mexicana del siglo XX, y uno de los pastores más importantes de la pastoral indígena en nuestro continente y el mundo. No queda sino alegrarse con el pueblo cuando exclamaba: “¡Samuel vive, la lucha sigue!” Como Walter Benjamin escribía, se trata de un “mesianismo materialista” (si por “materialista” se entiende cumplir responsablemente con los deberes para con la vida de los pobres y explotados, como los indígenas chiapanecos). Samuel fue heroicamente consecuente con aquél: “¡Tuve hambre y me dieron de comer!” (que del Osiris egipcio pasó a Isaías y al fundador del cristianismo, del cual Samuel fue un digno testimonio).
    Autor : Enrique Dussel , filósofo, emérito de la Universidad Autónoma Metropolitana.
    http://www.jornada.unam.mx/2011/01/26/index.php?section=opinion&article=007a1pol

    Principio del formulario

  • Gabriel Sánchez

     Seguramente muchos lo han leido, pero vale la pena leerlo como dice Menapache…rumiandolo…es un comunicado de la comandancia del ejercito Zapatistas, firmada por el comandante Moises y el subcomandante Marcos…
    El grotesco desfile de políticos ante su féretro, para comprobar que murió
    Pesar del EZLN por el deceso de don Samuel, “católico destacado”

    COMUNICADO DEL COMITÉ CLANDESTINO REVOLUCIONARIO INDÍGENA-COMANDANCIA GENERAL DEL EJÉRCITO ZAPATISTA DE LIBERACIÓN NACIONAL.
    MÉXICO.
    ENERO DEL 2011.
    AL PUEBLO DE MÉXICO:
    El Comité Clandestino Revolucionario Indígena-Comandancia General del Ejército Zapatista de Liberación Nacional manifiesta su pesar por la muerte del Obispo Emérito Don Samuel Ruiz García.
    En el EZLN militan personas con diferentes credos y sin creencia religiosa alguna, pero la estatura humana de este hombre (y la de quienes, como él, caminan del lado de los oprimidos, los despojados, los reprimidos, los despreciados), llama a nuestra palabra.
    Aunque no fueron pocas ni superficiales las diferencias, desacuerdos y distancias, hoy queremos remarcar un compromiso y una trayectoria que no son sólo de un individuo, sino de toda una corriente dentro de la Iglesia Católica.
    Don Samuel Ruiz García no sólo destacó en un catolicismo practicado en y con los desposeídos, con su equipo también formó toda una generación de cristianos comprometidos con esa práctica de la religión católica. No sólo se preocupó por la grave situación de miseria y marginación de los pueblos originarios de Chiapas, también trabajó, junto con heroico equipo de pastoral, por mejorar esas indignas condiciones de vida y muerte.
    Lo que los gobiernos olvidaron propositivamente para cultivar la muerte, se hizo memoria de vida en la diócesis de San Cristóbal de Las Casas.
    Don Samuel Ruiz García y su equipo no sólo se empeñaron en alcanzar la paz con justicia y dignidad para los indígenas de Chiapas, también arriesgaron y arriesgan su vida, libertad y bienes en ese camino truncado por la soberbia del poder político.
    Incluso desde mucho antes de nuestro alzamiento en 1994, la Diócesis de San Cristóbal padeció el hostigamiento, los ataques y las calumnias del Ejército Federal y de los gobiernos estatales en turno.
    Al menos desde Juan Sabines Gutiérrez (recordado por la masacre de Wolonchan en 1980) y pasando por el General Absalón Castellanos Domínguez, Patrocinio González Garrido, Elmar Setzer M., Eduardo Robledo Rincón, Julio César Ruiz Ferro (uno de los autores de la matanza de Acteal en 1997) y Roberto Albores Guillén (más conocido como “el croquetas”), los gobernadores de Chiapas hostigaron a quienes en la diócesis de San Cristóbal se opusieron a sus matanzas y al manejo del Estado como si fuera una hacienda porfirista.
    Desde 1994, durante su trabajo en la Comisión Nacional de Intermediación (CONAI), en compañía de las mujeres y hombres que formaron esa instancia de paz, Don Samuel recibió presiones, hostigamientos y amenazas, incluyendo atentados contra su vida por parte del grupo paramilitar mal llamado “Paz y Justicia”.
    Y siendo presidente de la CONAI Don Samuel sufrió también, en febrero de 1995, un amago de encarcelamiento.
    Ernesto Zedillo Ponce de León, como parte de una estrategia de distracción (tal y como se hace ahora) para ocultar la grave crisis económica en la que él y Carlos Salinas de Gortari habían sumido al país, reactivó la guerra contra las comunidades indígenas zapatistas.
    Al mismo tiempo que lanzaba una gran ofensiva militar en contra del EZLN (misma que fracasó), Zedillo atacó a la Comisión Nacional de Intermediación.
    Obsesionado con la idea de acabar con Don Samuel, el entonces presidente de México, y ahora empleado de trasnacionales, aprovechó la alianza que, bajo la tutela de Carlos Salinas de Gortari y Diego Fernández de Cevallos, se había forjado entre el PRI y el PAN.
    En esas fechas, en una reunión con la cúpula eclesial católica, el entonces Procurador General de la República, el panista y fanático del espiritismo y la brujería más chambones, Antonio Lozano Gracia, blandió frente a Don Samuel Ruiz García un documento con la orden de aprehensión en su contra.
    Y cuentan que el procurador graduado en Ciencias Ocultas fue confrontado por los demás obispos, entre ellos Norberto Rivera, quienes salieron en la defensa del titular de la Diócesis de San Cristóbal.
    La alianza PRI-PAN (a la que luego se unirían en Chiapas el PRD y el PT) en contra de la Iglesia Católica progresista no se detuvo ahí. Desde los gobiernos federal y estatal se apadrinaron ataques, calumnias y atentados en contra de los miembros de la Diócesis.
    El Ejército Federal no se quedó atrás. Al mismo tiempo que financiaba, entrenaba y pertrechaba a grupos paramilitares, se promovía la especie de que la Diócesis sembraba la violencia.
    La tesis de entonces (y que hoy es repetida por idiotas de la izquierda de escritorio) era que la Diócesis había formado a las bases y a los cuadros de dirección del EZLN.
    Un botón de la amplia muestra de estos argumentos ridículos se dio cuando un general mostraba un libro como prueba de la liga de la Diócesis con los “transgresores de la ley”.
    El título del libro incriminatorio es “El Evangelio según San Marcos”.
    Hoy en día esos ataques no han cesado.
    El Centro de Derechos Humanos “Fray Bartolomé de Las Casas” recibe continuamente amenazas y hostigamientos.
    Además de ser haber sido fundado por Don Samuel Ruiz García y de tener una inspiración cristiana, el “Frayba” tiene como “delitos agravantes” el creer en la Integralidad e Indivisibilidad de los Derechos Humanos, el respeto a la diversidad cultural y al derecho a la Libre Determinación, la justicia integral como requisito para la paz, y el desarrollo de una cultura de diálogo, tolerancia y reconciliación, con respeto a la pluralidad cultural y religiosa.
    Nada más molesto que esos principios.
    Y esta molestia llega hasta el Vaticano, donde se maniobra para partir la diócesis de San Cristóbal de Las Casas en dos, de modo de diluir la alternativa en, por y con los pobres, en la acomodaticia que lava conciencias en dinero. Aprovechando el deceso de Don Samuel, se reactiva ese proyecto de control y división.
    Porque allá arriba entienden que la opción por los pobres no muere con Don Samuel. Vive y actúa en todo ese sector de la Iglesia Católica que decidió ser consecuente con lo que se predica.
    Mientras tanto, el equipo de pastoral, y especialmente los diáconos, ministros y catequistas (indígenas católicos de las comunidades) sufren las calumnias, insultos y ataques de los neo-amantes de la guerra. El Poder sigue añorando sus días de señorío y ven en el trabajo de la Diócesis un obstáculo para reinstaurar su régimen de horca y cuchillo.
    El grotesco desfile de personajes de la vida política local y nacional frente al féretro de Don Samuel no es para honrarlo, sino para comprobar, con alivio, que ha muerto; y los medios de comunicación locales simulan lamentar lo que en realidad festinan.
    Por encima de todos esos ataques y conspiraciones eclesiales, Don Samuel Ruiz García y l@s cristian@s como él, tuvieron, tienen y tendrán un lugar especial en el moreno corazón de las comunidades indígenas zapatistas.
    Ahora que está de moda condenar a toda la Iglesia Católica por los crímenes, desmanes, comisiones y omisiones de algunos de sus prelados…
    Ahora que el sector autodenominado “progresista” se solaza en hacer burla y escarnio de la Iglesia Católica toda…
    Ahora que se alienta el ver en todo sacerdote a un pederasta en potencia o en activo…
    Ahora sería bueno voltear a mirar hacia abajo y encontrar ahí a quienes, como antes Don Samuel, desafiaron y desafían al Poder.
    Porque est@s cristianos creen firmemente en que la justicia debe reinar también en este mundo.
    Y así lo viven, y mueren, en pensamiento, palabra y obra.
    Porque si bien es cierto que hay Marciales y Onésimos en la Iglesia Católica, también hubo y hay Roncos, Ernestos, Samueles, Arturos, Raúles, Sergios, Bartolomés, Joeles, Heribertos, Raymundos, Salvadores, Santiagos, Diegos, Estelas, Victorias, y miles de religios@s y seglares que, estando del lado de la justicia y la libertad, están del lado de la vida.
    En el EZLN, católicos y no católicos, creyentes y no creyentes, hoy no sólo honramos la memoria de Don Samuel Ruiz García.
    También, y sobre todo, saludamos el compromiso consecuente de l@s cristian@s y creyentes que en Chiapas, en México y en el Mundo, no guardan un silencio cómplice frente a la injusticia, ni permanecen inmóviles frente a la guerra.
    Se va Don Samuel, pero quedan muchas otras, muchos otros que, en y por la fe católica cristiana, luchan por un mundo terrenal más justo, más libre, más democrático, es decir, por un mundo mejor.
    Salud a ellas y ellos, porque de sus desvelos también se nacerá el mañana.
    ¡LIBERTAD!
    ¡JUSTICIA!
    ¡DEMOCRACIA!
    Desde las montañas del Sureste Mexicano.
    Por el Comité Clandestino Revolucionario Indígena-Comandancia General del EZLN.
    Teniente Coronel Insurgente Moisés.
    Subcomandante Insurgente Marcos.
    México, Enero del 2011
    http://www.jornada.unam.mx/2011/01/27/index.php?section=politica&article=017n4pol
     

  • oscar varela

    Hola!

    aparecido en Argenpress Info.
    México: Samuel Ruiz. Cristianismo y revolución
    Por: Gerardo Fernández Casanova (especial para ARGENPRESS.info)
    http://www.argenpress.info/2011/01/mexico-samuel-ruiz-cristianismo-y.html

  • Carmela

    El comentario de Mª Pilar me hizo pensar. Cuando muere alguna persona próxima no nos queda mas remedio que asumir sus funciones. Pongo el ejemplo de una madre que se queda viuda. Cuando alguien como Samuel Ruiz cambia su manera de estar entre nosotros  somos nosotros los que tenemos que asumir sus testimonios. Nosotros cada una a su medida. Me parece la mejor manera de que siga habiendo signos de esperanza. Algunos serán más grandes y otros más pequeños pero podremos decir que seguimos adelante. Yo en Atrio encuentro muchos signos de esperanza.

  • Rodrigo Olvera

    Querida amiga
    Mientras no falta quien manipula a Jesús para justificar elegir estar arriba, a mi me llega la palabra de Elías Contreras.
    Yo prefiero sin dudarlo a Elías.
    http://revistarebeldia.org/revistas/numero72/05vida.pdf
     

  • mªpilar garcía

    ¡Gracias Rodrigo!:
    Eso nos fortalece, cuando parece, en algunos momentos, que decrece el ánimo y la esperanza.
    Yo también te envío mi abrazo agradecido.
    mªpilar

  • Rodrigo Olvera

    Querida Pilar
    Desde hace un par de meses, mis amistades mas cercanas tenemos un ejercicio. Los viernes, no nos saludamos diciendo “hola, cómo estás?” o saludos similares. Los viernes, nos saludamos con una pregunta “qué alimentó tu esperanza esta semana?” Y tod*s nos esforzamos por responder con sinceridad. Nadie puede decir “nada”. Aunque se tenga que hacer un esfuerzo, hay que encontrar aunque sea una respuesta.
     
     
    Yo inicié esta idea, al irme dando cuenta del cansancio y desesperanza que nos iba invadiendo a tod*s por lo que vamos viviendo cotidianamente respecto de lo que pasa en México. Especialmente la situación de las y los defensores de derechos humanos. Carajo, que tenemos demasiada sangre sobre nuestros hombros. Y no se ve forma alguna de lograr que la situación cambie.
     
    Lo más interesante es que, semana a semana, nos cuesta menos trabajo responder. Parece que es cosa de estrenarse y acostumbrarse a detectar buen alimento para el corazón. Aún en las situaciones que nos ha tocado vivir y hemos decidido cargar y hacernos cargo de ellas.
     
    Otro ejercicio que tengo es en mi cuenta de “facebook” subir cada día una imagen que nos recuerde un poco de belleza.
     
    No se.. puede parecer ingeuo, optimista, utópico o cursi. Pero este simple ejercicio de preguntarnos mutuamente por nuestros motivos para alimentar la esperanza, (o el compartir imagenes bellas) parece como que nos permite caminar al menos una semana más. Es como el “sólo por hoy” de los programas de alchólicos anónimos. Sólo por esta semana, pondré atención a razones para decir TODAVIA CANTAMOS!!!!!
     
    Te mando, como siempre abrazos y esperanzas… y agrego hoy una canción

  • mªpilar garcía

    Cada vez que se nos va, uno de estos pilares; base de una reforma por una justicia activa, un amor entregado, un trabajo codo con codo, junto a los que son arrinconados, expulsados de todo derecho y dignidad.
     

    Algo se tambalea en este mundo egoísta, frío, cobarde.
     

    Debería no perder la esperanza…  siempre, brotarán otros seres, que su dedicación en plenitud sea dar ¡Vida! allí, donde se arranca sin piedad.
     

    Pero la realidad es tozuda, parece querer mostrarnos otro rostro bien diferente.
     

    Seguro, que siempre estará ¡vivo! en el corazón de aquellas personas a las que tanto amo, y por lo que trabajo sin descanso.

    mª pilar

  • Sarrionandia

    Veo que la mayoría de los obispos engordan en la medida que se olvidan del evangelio. Pero en Latinoamérica hemos tenido y seguimos teniendo unos pocos que son capaces de sacarle chispas  al sentido cristiano de la vida.

  • Rodrigo Olvera

    Para quienes pueda interesarle (pues solo hay dos comentarios hasta ahora en esta entrada)
     
    El unico obispo presente en la misa por tatic Samuel fue Raul Vera
    http://www.jornada.unam.mx/2011/01/25/index.php?section=politica&article=003n1pol

  • Gabriel Sánchez

      Ahora a REDOBLAR EN EL ESFUERZO COTIDIANO, DE SEGUIR SU LUMINOSO TESTIMONIO DESDE LA IGLESIA DE LAS COMUNIDADES…Gabriel

  • Maite Lesmes

    http://www.eluniversal.com.mx/notas/739525.html  Este periódico presenta también un perfil del exobispo. 
    Representa lo que un obispo debiera ser: una persona al servicio de los más desfavorecidos, en este caso los indígenas más pobres y el campesinado; un mediador entre los representantes del poder y quienes lo padecen; un vigilante de los DH,  una persona que no se aferró al poder, y sin embargo fue una autoridad moral, un hombre bueno.