..La poesía es como el viento, o como el fuego, o como el mar. Hace vibrar árboles, ropas, abrasa espigas, hojas secas, acuna en su oleaje los objetos que duermen en la playa…”
José Hierro(España, 1922 – 2002)
LÁGRIMAS DE SAL Y ARENA
La mar juegan a esconderse de tus bordes
y te deja vacía de agua y sal
escanciada y derramada,
mientras ese océano de imágenes
te observa desde lo alto,
te hablan con palabras
de otoño, de invierno
y de primavera…
¡De ese verano que aún huelen
a lagrimas de sal y arena!
El sol juega a desaparecer entre
el manantial henchido de
plateadas runas,
mientras el viento ajeno
besa la comisura de tu boca,
y te habla con ecos de
amor eterno.
Quiere aliviar tu tempestad
con odas de fuego,
y esperar a que en tu playa rompan
las olas,
tocar el chelo con chispeante
notas y descender
entre el fondo donde fluye
el sol, el manantial
y la sal…
Y la arena se hace lecho
de poemas, de besos
y letras, de abrazos
que no se olvidan
entre las rosas que el agua
anega.
Nada es neutro.
Todo deja huella a su paso.
Invisible a los ojos que no quieren ver.
Elocuente a los que miran y ven.
La calma reposada en el ahora,
Ha sido turbulencia alguna vez.
Lo recuerda en sus poros la arena,
Insinuantes copias en su ser.
Agua que inunda, sacude y sobresalta,
Fuente de bien, de sorpresa y miel amarga.
Brilla y no es astro, ni luz ni cielo,
Espejea todo en ella, desaparece, vuela.
Masajea con ternura el corazón solitario.
Le descubre su hondura,
Hay silencio prolongado,
Y el misterio transluce nacarado.
Transparencia de un Todo,
Que se oculta en un Vacío.
Lo Que Es. Un destello.
No es Aire, no es Agua,
No es Tierra, no es Fuego.
Es sin embargo Todo.
..La poesía es como el viento,
o como el fuego, o como el mar.
Hace vibrar árboles, ropas,
abrasa espigas, hojas secas,
acuna en su oleaje
los objetos que duermen en la playa…”
José Hierro (España, 1922 – 2002)
LÁGRIMAS DE SAL Y ARENA
La mar juegan a esconderse de tus bordes
y te deja vacía de agua y sal
escanciada y derramada,
mientras ese océano de imágenes
te observa desde lo alto,
te hablan con palabras
de otoño, de invierno
y de primavera…
¡De ese verano que aún huelen
a lagrimas de sal y arena!
El sol juega a desaparecer entre
el manantial henchido de
plateadas runas,
mientras el viento ajeno
besa la comisura de tu boca,
y te habla con ecos de
amor eterno.
Quiere aliviar tu tempestad
con odas de fuego,
y esperar a que en tu playa rompan
las olas,
tocar el chelo con chispeante
notas y descender
entre el fondo donde fluye
el sol, el manantial
y la sal…
Y la arena se hace lecho
de poemas, de besos
y letras, de abrazos
que no se olvidan
entre las rosas que el agua
anega.
Suena el arpa de Asun
y los ojos se vuelven
el dos de oros
Hola!
De Marta Ruffini (San Nicolás – Argentina)
OCASO
Asisto
desde mi solitario y estival paseo
húmeda arena y pies descalzos
a ese lejano encuentro
que cada atardecer
reitera su tímido misterio
Breves
mis pasos por la hora apacible
rompiendo el mar empurpurado
y la incansable ola que me ronda
Sólo el murmullo del ocaso reverbera
cuando llegan las sombras
y el día radiante se despide
Se acallan los rumores
temblores
de pájaro escondido
Desaparecen los senderos
perdidos los matices
Este paisaje
como mi corazón
retomará mañana
Nada es neutro.
Todo deja huella a su paso.
Invisible a los ojos que no quieren ver.
Elocuente a los que miran y ven.
La calma reposada en el ahora,
Ha sido turbulencia alguna vez.
Lo recuerda en sus poros la arena,
Insinuantes copias en su ser.
Agua que inunda, sacude y sobresalta,
Fuente de bien, de sorpresa y miel amarga.
Brilla y no es astro, ni luz ni cielo,
Espejea todo en ella, desaparece, vuela.
Masajea con ternura el corazón solitario.
Le descubre su hondura,
Hay silencio prolongado,
Y el misterio transluce nacarado.
Transparencia de un Todo,
Que se oculta en un Vacío.
Lo Que Es. Un destello.
No es Aire, no es Agua,
No es Tierra, no es Fuego.
Es sin embargo Todo.