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Itaipu Binacional: miniatura de la biocivilización

Hay en la cultura mundial hoy en día mucha desesperanza y perplejidad generalizadas. No sabemos hacia donde estamos yendo. Es un vuelo ciego rumbo a lo desconocido. Lo que más duele es la falta de alternativa al modelo vigente que busca una gran acumulación con vistas al consumo acelerado, a costa de la depredación de la naturaleza y de generar clamorosas injusticias sociales a nivel mundial.

          Con las «externalidades» surgidas (calentamiento global, escasez de recursos, desequilibrio global del sistema-Tierra) la sensación predominante es que el mundo no puede continuar así como está. Tenemos que cambiar. Por eso, por todas partes, surgen nuevas visiones y, especialmente, prácticas que nos devuelven cierta esperanza de que otro mundo es posible y necesario. La nueva centralidad gira en torno al cuidado de la vida, de la salvaguarda de la humanidad y de la protección del planeta Tierra. Lo que va a nacer será una biocivilización o una Tierra de la Buena Esperanza (Ignacy Sachs).

          Y he aquí que en nuestro país encontramos una miniatura del deseo colectivo, una pequeña anticipación de aquello que deberá ser dominante en la humanidad: el proyecto «Cultivando Agua Buena» de la Itaipu Binacional en Foz do Iguaçu, en el Estado de Paraná.

          Allí, mediante un acuerdo entre Brasil y Paraguay, se ha construido la mayor central hidroeléctrica del mundo con un reservorio de 176 kilómetros de largo, donde hay almacenados 19 mil millones de metros cúbicos de agua, utilizados por 20 turbinas que generan 14 mil megavatios.

          ¿Cuál fue la idea de sus directores Jorge Samek y Nelton Friedrich desde los inicios de su administración en 2003? Que el agua no se destinara sólo a producir energía eléctrica, sino también a generar todo tipo de energía necesaria a los seres que dependen vitalmente de ella, especialmente los seres humanos.

          Entonces se modeló el proyecto Cultivando Agua Buena, que involucra a los 29 municipios de alrededor de la zona, en los cuales viven cerca de un millón de personas, a través de la crianza de aves y cerdos, una iniciativa de las mayores del país. Se trata de un proyecto altamente complejo que abarca prácticamente todas las dimensiones de la realidad, dando como resultado una verdadera revolución cultural, ya que este es el propósito de los miles de personas que llevan a cabo el proyecto. Esto es exactamente lo que necesitamos: un nuevo ensayo civilizatorio, probado en miniatura, que sea viable dentro de las condiciones alteradas de la Tierra en proceso de calentamiento y de agotamiento de sus recursos. El lema lo dice todo: «un nuevo modo de ser para la sostenibilidad».

          Siempre he afirmado que la sostenibilidad fue secuestrada por el proyecto del capital, vaciándola para impedir que significase un paradigma alternativo a él, que es intrínsecamente insostenible. Liberada de este cautiverio, ella adquiere el valor central de un nuevo arreglo civilizatorio que establece una relación equilibrada entre ser humano-naturaleza-desarrollo-solidaridad generacional. En Itaipu se ha conseguido instaurar esta relación feliz. Comenzaron correctamente con la sensibilización de las comunidades. Es decir, empezaron con la ampliación de las conciencias, convocando nombres notables del pensamiento ecológico, como F. Capra, Enrique Leff (Pnuma latinoamericano), Marcos Sorrentino, Carlos y Paulo Nobre entre otros. Yo mismo acompaño el proyecto desde su inicio. Definieron el espacio no por los límites arbitrarios de los municipios sino según los límites naturales de las cuencas hidrográficas. Implicaron a todas las comunidades, creando comités gestores de cada cuenca, legalizados por las alcaldías. Sabiamente se dieron cuenta de que la educación ambiental representa el motor del cambio de ser, de sentir, de producir y de consumir. ¿No es esto la inauguración de una revolución cultural? Formaron algunas centenas de instructores ambientales, llegando así a miles de personas. Está surgiendo una nueva generación que busca un modo sostenible de vivir.

          En el próximo artículo quiero detallar el amplio campo de actividades que van desde el aprovechamiento de los deshechos sólidos para generar energía, hasta la innovación tecnológica con el automóvil eléctrico, la investigación sobre el hidrógeno, la creación del Centro de Saberes y Cuidados Ambientales y la Universidad Federal de la Integración Latinoamericana (UNILA).

          Quien acompaña este proyecto sale con esta certeza: la humanidad es rescatable, tiene arreglo; como decía Fernando Pessoa, es posible crear un mundo que todavía no ha sido ensayado.

         

         

5 comentarios

  • Gabriel Sánchez

    Sin lugar a dudas los proyectos sostenibles son necesarios…sin embargo el con respecto a las represesas entre PARAGUAY y BRASIL, existian condiciones economicas usurarias de Brasil, impuestas a PARAGUAY, como que el precio del sobrante de PARAGUAY, tenia la obligacion de venderselo a Brasil a la tercera parte del valor internacional…Y eso no parece haber cambiado o el emprendimiento de MADEIRAS UN COMPLEJO DE HIDROELÉCTRICA QUE CAUSARA UN INTENSO DAÑO AL ECOSISTEMA GLOBAL DE LA AMAZONIA, Esperamos las decisiones de Dilma para corregir estos problemas…Con cariño Gabriel

  • Gabriel Sánchez

    Sin lugar a dudas los proyectos sostenibles son necesarios…sin embargo el con respecto a las represesas entre PARAGUAY y BRASIL, existian condiciones economicas usurarias de Brasil, impuestas a PARAGUAY, como que el precio del sobrante de PARAGUAY, tenia la obligacion de venderselo a Brasil a la tercera parte del valor internacional…Y eso no parece haber cambiado o el emprendimiento de MADEIRAS UN COMPLEJO DE HIDROELÉCTRICA QUE CAUSARA UN INTENSO DAÑO AL ECOSISTEMA GLOBAL DE LA AMAZONIA, Esperamos las decisiones de Dilma para corregir estos problemas…Gabriel

  • ana rodrigo

    Lo único esperanzador en este tema es que, paralelo a destrucción, va aumentando la concienciación del problema, aunque el camino depredador haya ido bastante por delante de lo que se pueda hacer por la reparación del daño y la búsqueda de alternativas.
     
    Dice Boff: la sostenibilidad fue secuestrada por el proyecto del capital, vaciándola para impedir que significase un paradigma alternativo a él, que es intrínsecamente insostenible”. Efectivamente es así, lo que ocurre que esta afirmación se ha hecho una realidad perdurable a nivel global, ya que las alternativas, como la expuesta en este hilo, son pequeñas muestras de esperanza, algo es algo y soñar es gratis.
     
    Desde el momento en que se inventaron los automóviles, los aviones, los electrodomésticos, y todo tipo de cachivaches domésticos, todo individuo tiene el mismo derecho a poseerlos. El estado de bienestar (¡ay, el estado de bienestar que se sacrifica en beneficio del capital!) digo, que el estado de bienestar debe estar a disposición de cada uno de los actuales seis mil quinientos millones de habitantes actuales y de los y ocho mil millones y así sucesivamente que seremos dentro de poco. Claro que es insostenible esta situación, lo que nos lleva a que, si hace nada eran mil millones de hambrientos en el mundo y ahora ya son mil cuatrocientos, cada vez más va aumentando la desigualdad entre países, regiones y personas. Los ricos cada vez son más ricos y cada vez hay más pobres.
     
    Otro tema es que estos hambrientos no se van a conformar, y hacen bien, con no morir de hambre, sino que, cuando tengan esto resuelto, aspirarán a ir a otras regiones a vivir como viven quienes están allí y entrarán en la rueda de consumismo aumentando también el número de depredadores. Eso es lo que somos, auténticos depredadores de un planeta limitado junto a una población ilimitada en cuanto a número, en cuanto a necesidades vitales y no tan vitales. El futuro es muy incierto.
     
    De cualquier forma, siempre resulta alentador el que en unos sitios y en otros del planeta se acometan proyectos más o menos significativos, pero que no resuelven el problema de base: el sistema capitalista, individualista, libertario del “sálvese quien pueda” no resiste “dos telediarios”. Ahí tenemos la cumbre de Cancún en donde no hay manera de dar un paso hacia delante de forma conjunta.
     
    Otro rayito tenue de esperanza es la ciencia y las posibles soluciones técnicas que pueda aportar a las necesidades energéticas, de reciclaje y otras cuestiones que ahora mismo desconozco.

  • mªpilar garcía

    una… “Tierra de la Buena Esperanza”


    ¿Será verdad?… Es mi sueño lleno de esa esperanza.


    La tierra amenazada por el sin sentido del poder, hasta tal punto, que la “muerte” camina con descaro por bosques, ríos, selvas, destrozándola, convirtiendo el páramo en un terrible desierto.


    ¿Vendrá su salvación desde los “pequeños” hombres y mujeres que la aman, desean cuidarla, devolverle su riqueza, para poder vivir de ella como es su cometido?


    Como siempre… los cambios importantes, nuca (o casi nunca) nos llegan desde “arriba”, vienen por la lucha constante, muchas veces a costa de su propia vida, de los olvidados, perseguidos, desahuciados de la tierra.


    ¡Que se acabe ya la corrupción, el deseo desmedido de poseer a cualquier precio!


    Que llegue el justo reparto de la tierra, para quienes desean trabajarla,  y alcanzar una vida digna.


    Que vuelva el sentido común, en los mandatarios de todo el mundo; que dejen de batallar (las guerras, no han sido buenas para nada ni nadie) para conseguir, más poder, invadir territorios ajenos, imponer costumbres, credos, o leyes en nombre de…


    Recuperemos el sentido de justicia y paz para todos, empezando por respetar a la Madre tierra, sin ella, todos desapareceremos sin remisión posible.


    mª pilar

  • oscar varela

    SEGUIR CRECIENDO
     
    Lento viene el futuro
    lento
    pero viene
    ································
    ese experto futuro que inventamos
    nosotros y el azar
    cada vez más nosotros
    y menos el azar.
    Mario Benedetti
     
    Tenemos un color
    amargo
    deslucido
    sin ternura.
    Lenta la imagen, la voz sin resplandores.
    Tenemos en las manos
    antiguas envolturas que desdeñan
    zafar de la rutina.
    Miedos
    hasta por las costillas.
     
    Acaso ¿no soñábamos
    un día ser grandes ?
     
    A ver si nos juntamos, en serio,
    para pensar un poco más a fondo
    en una alternativa, para ser quien queremos,
    para buscar pensando
    y rescatar un sentir que está latiendo.
    Sin áridos prejuicios
    para miramos diferentes.
    Revelarnos
    aprender a crecer cada momento
    con otros
    armando nuestro milagro cotidiano.