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Entrevista a José Antonio Pagola

 Aunque mañana volveremos a darle la palabra en ATRIO a José Antonio Pagola -segunda parte de la primera conferencia en Santander- tiene especial actualidad esta entrevista que le hacía ayer ANE URDANGARIN en el Diario Vasco de San Sebastián. Parece que personas muy colocadas en la Iglesia están reconociendo el valor de los escritos de Pagola. Esa es buena noticia.

Con su aproximación histórica a la figura de Jesús, José Antonio Pagola (Añorga, 1937) consiguió que un libro religioso se convirtiera en un best seller no sólo en librerías especializadas, sino también en grandes superficies. Con más de 80.000 ejemplares vendidos, la obra fue contestada por los sectores más conservadores de la Iglesia y se forzó su retirada. Mientras tanto, fue traducida a siete idiomas. Y se podía rastrear en internet. Tras la polémica, Pagola vuelve a las librerías con el primer volumen de una serie sobre los cuatro evangelistas. ‘El camino abierto por Jesús. Mateo’ (editorial PPC) está elaborado a partir de los comentarios que, durante 32 años, ha ido escribiendo semanalmente. Su objetivo es que cualquier persona interesada en buscar un sentido a su vida pueda conocer el camino abierto por Jesús accediendo a los relatos de los cuatro evangelios. «Sé cuanto bien hace Jesús a quienes se encuentran con él», afirma.

– ¿Este nuevo proyecto supone, como se ha señalado, un impulso a su ‘rehabilitación’ tras la polémica con su anterior obra?

– Son dos cosas diferentes. Respecto a mi libro ‘Jesús. Aproximación histórica’ he recibido estos días una noticia que me ha llenado de alegría. El cardenal Gianfranco Ravasi, renombrado biblista italiano, elegido por el Papa como presidente del Pontificio Consejo de la Cultura, acaba de recomendar mi libro en una revista italiana, pues lo considera un estudio muy valioso para guiar a lectores no iniciados en el conocimiento de la historia de Jesús. Habla literalmente de «il modo piu trasparente per guidare il lettore non tecnico». También me llena de alegría saber que en primavera se publicará en japonés y que está muy adelantada la versión al croata.

– Volvamos a ‘El camino abierto por Jesús’. ¿Mantiene el evangelio su fuerza de convicción en la sociedad moderna?

– El evangelio de Jesús es prácticamente desconocido por la mayoría de la gente. En la conciencia de muchos lo que queda es un mundo confuso de ideas religiosas captadas infantilmente durante la niñez, vividas luego de manera poco consciente y sin fuerza para tomar una decisión sobre la orientación de la propia vida. Incluso bastantes cristianos no sospechan la fuerza sanadora, el estímulo y el potencial de esperanza que se encierra en Jesús para enfrentarse a la aventura de la vida y al misterio de la muerte.

– En la presentación del libro ahonda en la idea de la renovación de la Iglesia, que adolece de «seguidores» de Jesús y en cambio propicia «adeptos a una religión». ¿A qué se debe este fenómeno?

– Ser cristiano es básicamente «seguir» a Jesucristo, identificándonos con su proyecto de vida más digna y justa para todos, y descubriendo en él a Dios acompañándonos hacia la salvación definitiva. Lo que sucede es que, muchas veces, se vive la religión cristiana de una manera distorsionada que hace olvidar la experiencia del seguimiento a Jesús. Con frecuencia, se inicia a los sacramentos, pero se descuida la iniciación al Evangelio; se alimenta la dimensión doctrinal de la fe, pero se olvida la adhesión vital a Jesús; se inculca la moral sistemática, pero no se enseña a vivir según el estilo de vida de Jesús.

– ¿Y qué propone?

– Centrar el cristianismo con más verdad y fidelidad en la persona de Jesús, su mensaje y su proyecto de vida. Volver a Jesucristo como el único que justifica la presencia de la Iglesia en el mundo, la única verdad de la que nos está permitido vivir a los cristianos. Esto significa dejarle al Dios, encarnado en Jesús, ser el único Dios de la Iglesia, el Abbá, el Dios amigo de la vida y del ser humano, el Dios de la compasión, que busca la salvación de cada persona por caminos que nosotros ignoramos. Dentro de una Iglesia centrada en Jesús es más posible seguir sus pasos.

– «Nos tenemos miedo unos a otros: la jerarquía endurece su lenguaje, los teólogos perdemos libertad, los pastores prefieren no correr riesgos, los fieles miran con temor el futuro», describe. ¿Qué le pasa a la Iglesia?

– En la Iglesia actual hay más miedo que libertad, creatividad y confianza en el futuro. Hasta cierto punto es explicable. La Iglesia se enfrenta a retos inéditos y percibe que ya no es suficiente acudir a la tradición del pasado. La gente se aleja de la fe y en la Iglesia no acertamos a traducir el mensaje cristiano a las categorías conceptuales y a la sensibilidad del hombre y la mujer de nuestros días. La Iglesia va perdiendo poder social e influjo cultural y, desde hace muchos siglos, no sabe lo que es vivir en minoría. En este contexto brotan más fácilmente reacciones generadas por el instinto de conservación que por el Espíritu de Jesús: búsqueda de seguridad a todo trance, conservación firme de la tradición, cumplimiento estricto de la normativa, control de la doctrina, autodefensa ante la sociedad moderna percibida como el «gran adversario de la fe». Recientemente el obispo francés, Claude Dagens, que fue secretario de la Conferencia Episcopal Francesa, ha escrito que en algunos sectores de la Iglesia «se hace de la fe una contra-cultura y de la Iglesia una contra-sociedad». En este clima no es fácil anunciar la Buena Noticia de Dios ni comunicar la compasión de Jesús.

-¿Posee la Iglesia el vigor espiritual que necesita para enfrentarse a los retos del momento actual?

– Estamos viviendo en la Iglesia tensiones y conflictos entre sectores que interpretan el momento actual y entienden la misión de la Iglesia en la sociedad moderna desde sensibilidades y posiciones diferentes. Sería el momento de aunar fuerzas y de buscar juntos, con lucidez y responsabilidad, la «fuerza espiritual» necesaria para enfrentarnos al futuro. Creo que la hemos de buscar en Jesús. Es el único que puede reavivar nuestra fe. La renovación siempre ha brotado en la Iglesia impulsada por generaciones que han vuelto de manera más radical al Evangelio.

– «Si el cristianismo es percibido como asunto del pasado, cada vez interesará menos». ¿Por qué le cuesta tanto a la Iglesia dar pasos para modernizarse?

– Por lo general, en los inicios de las grandes religiones se observa una gran vitalidad y creatividad. Esto sucede también en los orígenes del cristianismo, cuando todavía está vivo el aliento de Jesús. Sin embargo, más tarde, el deseo de ser fieles a la experiencia fundante lleva con frecuencia a confundir fidelidad con estabilidad e inmovilismo. Es un grave error, pues sin creatividad y encarnación en la cultura de cada época, se corre el peligro de apagarse y languidecer. No se trata de modernizarse, sino de actualizar hoy la experiencia genuina y originaria del cristianismo. Creo que hemos de superar una concepción errónea. La Iglesia no es algo acabado que hemos de ir adaptando mejor o peor a cada época. Es un organismo vivo que ha de estar en génesis permanente, naciendo de Cristo en cada tiempo. Nuestra tarea no es ser fieles a una figura de Iglesia y un estilo de cristianismo desarrollados en otros tiempos y para otra cultura. Lo que nos ha de preocupar es hacer posible hoy el nacimiento humilde de una Iglesia, capaz de actualizar en la sociedad moderna el espíritu y el proyecto de Jesús.

– Los mensajes de la jerarquía no parecen ir por ese camino…

– Precisamente estoy leyendo la conversación del Papa con el periodista Peter Seewald. El Papa insiste en la necesidad de «definir de nuevo tanto la vocación de la Iglesia como su relación con la modernidad». Afirma que la «religiosidad tiene que regenerarse de nuevo en el contexto de la sociedad moderna para encontrar nuevas formas de expresión y comprensión». Insiste en que «hay que preguntarse siempre qué cosas, aunque hayan sido consideradas como esencialmente cristianas, eran en realidad sólo expresión de una época. Debemos regresar una y otra vez al Evangelio y a las palabras de la fe para ver qué es realmente lo esencial y qué se ha de modificar legítimamente con el cambio de los tiempos». La actitud de la Iglesia ante el mundo moderno cambiaría mucho si obispos, teólogos y pastores fuéramos capaces de interiorizar las líneas de evangelización que nos propone el Papa.

– ¿Qué cosas cambiaría si estuviese en sus manos?

– La conversión de la Iglesia no es tarea de un teólogo o un obispo, sino un esfuerzo sostenido por las generaciones cristianas a lo largo de décadas. A mi juicio, a los cristianos de hoy se nos pide reaccionar e iniciar la autocorrección, para transmitir a las generaciones venideras la actitud de conversión a Jesús como talante. Naturalmente, poco puedo yo cambiar las cosas, pero quiero contribuir en algunas tareas que considero necesarias y urgentes. Por ejemplo: revisar qué hay de verdad y de mentira en nuestra manera de vivir la fe cristiana, para caminar hacia mayores niveles de autenticidad; recuperar y cuidar mejor nuestra identidad irrenunciable de seguidores de Jesús, viviendo una relación más vital y de mayor calidad con él; centrar a las comunidades cristianas en torno al relato evangélico de Jesús.

– ¿Y qué pasará si no se inicia el camino hacia esa «conversión sin precedentes» de la que habla?

– Temo que, en algunos sectores, la fe cristiana se pueda diluir en formas religiosas cada vez más decadentes y sectarias, y cada vez más alejadas de lo que es el movimiento inspirado y querido por Jesús.

– ¿Cómo valora el desapego religioso de las nuevas generaciones?

– Lo que más me preocupa no es que los jóvenes se alejen de la misa dominical, sino que nosotros no seamos capaces de actualizar la celebración de la eucaristía para favorecer su participación viva, consciente y gozosa. Nuestros jóvenes son víctimas de la crisis religiosa, más que responsables. Me duele que no sepamos escuchar sus preguntas más hondas. Nos oyen hablar de preservativos y ellos necesitan al Dios revelado en Jesús. No los estamos educando para vivir la fe en una sociedad secularizada. A veces, al constatar el vacío interior de muchos jóvenes, su desamparo ante el futuro, pienso que, tal vez, serán ellos mismos quienes buscarán a Dios por caminos que nosotros no les sabemos señalar. Dios no ha abandonado a estos jóvenes que abandonan la Iglesia

18 comentarios

  • h.cadarso

      Oscar: Esta vez te dices y te redices; por lo suave, por lo poético-críptico, por lo lunfardo…; te niegas a pasar el charco, este charco que marca nuestro territorio de cada uno, nuestra identidad, nuestra filosofía, nuestra visión de Dios y de sus enviados, de su Hijo predilecto,  de este mundo en el que vivimos que es de todos pero está tan mal repartido.
      Yo, como estoy a este lado del charco, no puedo atribuirme tu misma identidad, pero desde mía de súbdito del Imperio Romano que fue y que es os admiro y siento un enorme respeto por vosotros. A lo mejor podríamos encontrarnos a mitad de camino, en un lugar de la Atlántida que podría emerger un día, y recuperar una eventual identidad y unidad que quizá tuvimos antes del Paraíso de Adán y de Eva…Sería bonito! Te diré una cosa, Bartolomé de Ercilla, el español más americano que escribió la Iliada de América, o sea la Araucana, se crió en mi tierra, la Rioja de aquí, y su madre era riojana. Es de mi misma sangre. A lo mejor eso cuenta en esta historia. Y perdona este desahogo. Un abrazo

  • Héctor Rodríguez Fariña

    Vamos Oscar… pero quizás no tan deprisa como tú querrías, ¿por qué no? Porque todavía no hablamos todos en el mismo idioma.  Cada uno habla en el idioma que ha aprendido mejor que conoce mejor y que le sirve para comunicarse mejor. Y tenemos que comprender a los que hablan distinto aunque sea por señas.

    Eso fue lo que hizo Jesús en su tiempo. Usó un lenguaje heterónomo que hoy en parte no nos vale y ese hecho nos hace que le queramos aún más,  como a uno de nosotros. Un Jesús que hablara hace 2000 años como nosotros hoy ni lo hubieran entendido entonces (le hubieran crucificado antes), ni nos parecería ahora como alguien humano de verdad. Le queremos pobre, humilde, amigo, viviendo en su tiempo
     
    Sabemos que lo más grande de Jesús es su completo e incondicional compromiso con el plan de Dios: “El Padre y yo somos una misma cosa”. Por eso la encarnación de Dios en él se hizo revelación y fuerza para todos. La encarnación de Dios en nosotros apenas la dejamos relucir con nuestra indiferencia y falta de compromiso.

    Cuando leí lo del cardenal Ravasi que recomendaba la obra de Pagola como “un estudio muy valioso para guiar a lectores no iniciados en el conocimiento de la historia de Jesús”, pensé enseguida que los teólogos técnicos e iniciados quizás nos presenten otro Jesús, fundador de iglesias, objeto de culto, ´genitum non factum’ nacido de virgen por obra del Espíritu Santo, pero es posible que no entiendan lo esencial de Pagola buscar “al Dios revelado en Jesús”.
     
    Los iniciados nos dan el dios de sus elucubraciones, un dios ya pensado y dogmatizado desde el principio. Es un  dios ya hecho  desde el poder, la abundancia, la seguridad, las masas inmóviles de miles de cristianos que sólo miran hacia atrás.  Ese no es el Dios de la igualdad, de la justicia, de la libertad, del compromiso total con el Reino, de la marcha hacia adelante. La tarea de Pagola está por hacerse y supone  “revisar qué hay de verdad y de mentira en nuestra manera de vivir la fe cristiana, para caminar hacia mayores niveles de autenticidad; recuperar y cuidar mejor nuestra identidad irrenunciable de seguidores de Jesús”. No se todos nosoros llegamos a tanto.

    El lenguaje de la Ilustración no fue entendido en su tiempo y, como decía Nietzsche, ha llegado demasiado pronto. Lo mismo le pasó al lenguaje de Marx. Tuvo que llegar el año 1932 para desenterrar su obra auténticas y descubrir lo que realmente había dicho.

    No es de extrañar que todavía quede mucho tiempo para encontrar el lenguaje apropiado para nuestro tiempo. Mientras tanto …vamos Oscar. Te deseo un feliz año y que sigamos buscando juntos, un fuerte abrazo Héctor

  • oscar varela

    Hola Gaby!

    ¡Ya me lo grabé!
    ¿Y ahora qué hago con la grabación?
    ·········
    ¡Ah, sí! Según tu cita de Pagola:
    – “hay que volver de manera más radical al Evangelio“.
    ··········
    Yo tendría cuidado que ese “volver” no sea “ingenuo-nostálgico”.

    NOTA: eso se lo dejo al Tango: “siempre se vuelve al primer amor“.
    ··········
    ¿Te has -y se ha Pagola- preguntado qué sea eso de “más radical“?

    Me parece que lo nombra, pero que no valora lo que está nombrando:
    Las GENERACIONES.

    EXCURSUS: Acá, en Atrio.org venimos escuchando un recitado de Marcos a lo Zitarrosa.
    Yo no veo cómo se puede estar con-cordando el tal recitado con el de Pagola.

    Esta “vuelta de las Generaciones a un supuesto Jesús radical
    me suena a muy de “discípulos” desbarrando,
    con el zabeca dura (el Piedra) al frente.
    (notita: “zabeca” es “cabeza” en lunfa o al vesre)
    ···········
    Para mí, la Re-velación de la Vida humana (Yo y Mundo ingredientes)
    se ha de hacer con la química que segrega la Generación crítica de hoy.

    Pagola es pieza fundamental para generar esa Masa crítica,
    pero no le veo dar el “paso” como me parece estar dándolo L. Boff.

    El “Ev-angelio” de Jesús no es sino
    la nueva Peli que apareció al reactivo crítico 
    que fue la Vida de ese formidable hombre Jesús.

    El “Ev-angelio” nuestro ha de ser responsabilidad hereditaria;
    -no sólo al de Jesús, también a la Ilustración (ver Fariña), K.Marx y otros
    -Tupac Amaruc; Atahualpa, Bolivar, S. Martín, Artigas, Zitarrosa, José Larralde …-

    no una visita inocente-nostálgica al Arcón de los Re-cuerdos.
    ········
    Es un sentimento tornasolado el que siento por este hombre tan capaz y bueno de Pagola.
    * por un lado: excelente acelerador químico
    * por otro lado: no parece tener caja de 5ª.
    ··········
    ¡Vamos todavía! – Oscar.

  • Gabriel Sánchez

    Gravensen esta reflexión, indicadas en estas palabras de Pagola…que pego a continación, porque son verdaderamente profeticas…y de  ese volver a la fuente,  no depende el destino de la Iglesia solamente. que no es lo fundamental…Sino el destino de la humanidad…toda.-

    “Estamos viviendo en la Iglesia tensiones y conflictos entre sectores que interpretan el momento actual y entienden la misión de la Iglesia en la sociedad moderna desde sensibilidades y posiciones diferentes. Sería el momento de aunar fuerzas y de buscar juntos, con lucidez y responsabilidad, la «fuerza espiritual» necesaria para enfrentarnos al futuro. Creo que la hemos de buscar en Jesús. Es el único que puede reavivar nuestra fe. La renovación siempre ha brotado en la Iglesia impulsada por generaciones que han vuelto de manera más radical al Evangelio.”
    Con cariño  Gabriel

  • José Ignacio Calleja Sáenz de Navarrete

    Ah, y no he respondido a por qué unos somos más “flexibles” en la expresión de algo, y otros más directos. Yo creo que, con los años, va en el carácter, y esa “intuición” de que no quieres que lo mejor se pierda por causa del envoltorio,… o porque crees que es mejor avanzar con muchos que no demasiado solitario…, tienes miedo de las poses de vaguardias que lo saben todo y solos, … o porque tienes miedo al error de bulto, no sé… quizá demasiado “ego”, o no se quieres poner fácil a tus adversarios poderososos,… cada uno tiene que valorar que nunca sea por miedo al poder. Sobre si Jesús tuvo esa actitud alguna vez, no voy a recorrer el Evangelio, pero seguro que sí… con la gente que le rodeó, seguro que sí… y si su sicología era equilibrada, más de un vez diría, “a este no le repondo claro, que viene a pillamerme” , (ejemplos hay), y otras veces, “se me coló cierta condescendicia, porque los quiero”, etc. Ahora bien, supuesto cómo termina, la verdad, reconozco, fue radical la mayoría de la veces. Punto a este rollo. Un abrazo. Es Navidad.  

  • José Ignacio Calleja Sáenz de Navarrete

    No había entrado de nuevo por falta de tiempo; así que mi silencio no es distancia hacia vuestro comentarios; gracias por ellos;  siempre medito más la crítica que el parabién; sólo comentaba que Pagola dice “cosas” muy importantes sobre Jesús. Y luego cada uno,  lector o interlocultor, las acoge en su “fe” religiosa y/o laica. Lo enorme de Jesús es que si uno perdiera la fe, la convocatoria de fraternidad sigue en pie; no tendría el significado final que la fe le da, esa interpretación existencial peculiar del creyente, pero seguiría con pleno sentido en la perspectiva del derecho a  una humanidad digna para todos. Entonces, ¿es igual? No, es distinto, pero no en términos poder o de dignidad moral, sino de peculidaridad en el modo de aceptar la vida. Uno no sabe por qué el don de Dios, que llama a la puerta de todos, es acogido por unas libertades y no por otras. Pero todas, cuando obedecen a una conciencia libre y sencilla, son igual de dignas ante el Dios Amor. Paz y bien. Feliz Navidad.  

  • oscar varela

    Hola Sr. Calleja!
     
    1º) Tiene razón. La frase elegida no es “central”;
    es “acomodaticia” de un Pagola “cuidadoso”.
    ¿Por qué tiene que ponerse “a la defensiva”?
     
    [¿Se puso Jesús alguna vez “a la defensiva”?]
     
    ¿A qué teme Pagola?
     
    2º) También acierta Ud. en que Pagola funciona como un Teólogo “eclesiástico”.
    Conozco el asunto. Yo lo soy;
    sólo que en el modo de “haberlo sido”;
    e.d., algo que “me-ha-pasado
    y feliz de haberme pasado.
     
    3º) Sigue Ud. acertando: el juego de “agachadita” es “común en la Iglesia”:
     
    Pero:
    ¿no es lamentable?
    ¿no es des-orientador?
    ¿no es mentiroso a esta altura de los tiempos?
     
    4º) Por último, concuerdo con Ud. en que lo “central” en Pagola es otra cosa:
    * su entrañable aproximación a Jesús (histórico, si se quiere);
    * su propuesta “alternativa” (sus cinco caracteres);
    * su sustentabilidad en el Dios de Jesús; mejor dicho: Jesús-Dios.
     
    Y acá, en este último asterisco, no puedo “seguir” al Jesús de Pagola.
     
    No porque “no quiero”; sino porque “no puedo
    Algo así como aquello de bañarse dos veces en el mismo río.
    En ese río me hube bañado, y no salí del todo re-novado.
     
    Tal vez es en esto que Ud. no estuvo acertado;
    pero le anduvo cerca ¿no?
     
    ¡Voy todavía! – Oscar.
    ··············
    NOTA: agradezco a Jordi y a Honorio, quienes saben que hay tela para otros vestidos.
    ¡Ultimo momento! – Sarri dice que metí la pata. Bueno, por lo menos matí algo! – Un abrazo.

  • Sarrionandia

    Oscarcito, metiste la pata con tu falsa escuadra y te conviene fijarla en 90º
    Pagola es hoy de lo mejor como teòlogo de academia y predicador de calle.

  • h.cadarso

      Oscar Varela: Lo de re-re-reviejo lleva como mucha  carga crítica…Seguro que desde tu observatorio de la Pampa, desde tus vivencias tan cercanas a Mons. Podestá, y a la teologíad de la liberación, tiene su fundamento. Lo que pasa es que la circunstancia de Pagola y la de los de este lado del charco es diferente. Y que Pagola see mueve en las entrañas de la Iglesia, si yo entiendo bien, a diferencia de Arregi, el de Aránzazu, que se mueve más por los rincones ortodoxo-heterodoxos de Atrio y sus aledaños.
      No estaría de más que tomes nota de las observaciones de Calleja. Y que Calleja y Pagola tomen nota de las tuyas. El caso es dialogar; para eso está Atrio.
      Y nada, que nos quiero un montón a todos los amigos y hermanos de ese lado del charco, y a los de este lado también. Y que paséis todos una feliz Navidad, y todos nos acordemos de tantos que la van a pasar mal. Algunos nos quedan a la puerta de casa; hay mil portales de Belén y mil noches al raso a la puerta de todas nuestras casas; y millones de niños que cuando nacen no llevan debajo del brazo ni pan ni h, solo hambre…

  • Mª Antonia Martínez

    Mons. Ravasi siempre me ha parecido una persona inteligente y muy preparada. Por tanto no es extraño que sepa valorar a Pagola en público, aunque tengo la impresión que ha tardado bastante en hacerlo.
    De la entrevista de Pagola me quedo con “centrar el cristianismo en la persona de Jesús” y estoy de acuerdo que lo verdaderamente necesario es “aunar fuerzas” y no ver enemigos por todas partes, como muchos hacen. Pero creo también que para ser una iglesia-comunidad  los seguidores de Jesús tenemos que ir más allá de las leyes y de la Jerarquía, osar vivir el amor,  la compasión, como Jesús. Eso es lo que necesita la gente hoy, sobre todo los jóvenes. El mundo de hoy, como el de siempre, necesita ser acogido, leído, intuído, amado, como hizo Jesús.
    ¡Felicidades y abrazos!
     

  • Jordi Morrós

    Felicidades a José Ignacio por su comentario.
    En mi opinión Oscar Varela va más allá de lo que hay y que quizás debería haber en el seno de la Iglesia Católica como institución que necesita una mayor dimensión profética, y en cambio José Ignacio hace un análisis desde dentro y sobre cómo interpretar a un teólogo que él denomina muy bien como “eclesiástico”.
    Como en tantas cosas de la vida los equilibrios siempre son difíciles ante las múltiples lecturas posibles.
    Con mis mejores deseos para todos los participantes y visitantes de Atrio.

  • José Ignacio Calleja Sáenz de Navarrete

    Aparte de felicitaros la Navidad, creo que hay que saber leer siempre a un teólogo (“eclesiástico”), y Pagola lo es. Yo creo que Oscar Varela no ha sabido. O no quiere hacerlo. No lo conozco.  Cuando elige la frase en la que el teólogo (“eclesiástico”) Pagola más condesciende con el Papa, y la da por central en la entrevista, no acierta. Es una frase de relleno, y a la defensiva de Pagola contra “los papistas”.  Está claro. Obviamente Pagola sabe que no compartiría la propuesta en una nueva evangelización de Juan Pablo II y Benedicto XVI, sino elementos de ella. Y sabe que los “papistas” no admiten ni esos elementos de mirada al mundo de hoy. Y se lo quiere recordar. Este juego en la Iglesia es muy común. Pero lo central en la entrevista son otras claves sobre la recreación de la Iglesia y de la fe de cada cristiano, en el espíritu de Jesús y desde la experiencia de búsqueda de sentido y felicidad en el hombre y mujer de hoy. Esta recreación continua de la Iglesia de Jesús y de la fe en Él, este convocar al Evangelio, pues “lo que nos ha de preocupar es hacer posible hoy el nacimiento humilde de una Iglesia, capaz de actualizar en la sociedad moderna el espíritu y el proyecto de Jesús”, creo que sí ofrecer pautas muy decisivas. Ahora bien, concretarlo pastoral y teológicamente, necesita de muchas precisiones y Pagola sabe qeu habrá diferencias. En mi opinión, no creo que Pagola represente el “rompe y rasga” de la teología dogmatica; ni lo intenta, según pienso; aporta elementos sustantivos de la vida y persona de Jesús, en los que un legítimo pluralismo debería encontrar su hilo conductor o espejo de vida. No digo sus límites, lo evito, sino su “trama”.  Desde luego, Pagola no es un teólogo “divino” y sus propuestas pueden ser valoradas y discutidas. Pero de ahí, a “ya está visto”, yo creo que hay una distancia sideral. Paz y bien, y zorionak a todos.

  • Jordi Morrós

    El mensaje del Evangelio es un constante “sí, pero todavía no”, y mientras tanto procurar que entre lo viejo y lo nuevo (muy bueno lo de Oscar sobre lo de “re-re-re-viejo”) no rompamos entre todos la baraja. Y quizás la frase citada por Oscar sea antes que nada una mano tendida de Pagola a lo políticamente correcto en la Iglesia católica.
    El artículo de Mns. Ravasi al menos puede servir para poner en su sitio a los sectores más estrafalariamente inquisitoriales de nuestra sufrida (y muy timorata y nostálgica)  Iglesia católica en España.
    Un abrazo para todos en estas entrañables fiestas.
     

  • oscar varela

    Hola!

    Hay el verso de un tango que, me parece,
    ilustra encontrar un Pagola como el reporteado.

    Dice el tanguito que:

    – “al tipo se lo venía venir andando,
    pero cayendo en falsa escuadra.
    “-

    Esto ocurre porque el tipo está mal tironeado,
    no encuentra su equilibrio
    y se lo ve venir “en falsa escuadra“.
    ··········
    Lo mismo pasa con el que se lanza a las pistas de autos de carrera
    y siente que todos lo miran.
    Entonces, lanzado, con semáforo verde,
    le llega la primera curva…

    … se asusta y hace al revés de lo que hay que hacer:
    a) des-acelera
    b) aminora frenando.

    En las próximas vueltas de la vida lo encontramos en el pelotón de rezagados…
    si es que no hubo volcado.
    ··········
    También se asemeja al que luce traje nuevo;
    o al curerío fuera de su ámbito templario:
    no sabe qué hacer con sus manos y gestos.
    ··········
    La imagen es perfecta: se los va viendo “en falsa escuadra“.
    ··········
    La “con-versión” de la que tant0 se habla,
    consistiría en girar 180º y “MIRAR HACIA LA CALLE
    en vez de: “VENIR RE-CULANDO“.

    Así, sí ¡Iremos todavía! – Oscar.
    ············
    PS.: mientras tanto, es lo que hay; que no es poco.

  • eugenio

    La conversión de la Iglesia no es tarea de un teólogo o un obispo, sino un esfuerzo sostenido por las generaciones cristianas a lo largo de décadas.

  • oscar varela

    Hola!

    Dos cosas:

    1ª) General:

    José Antonio Pagola es un Re-Nacimiento.

    ¿Y qué fue un Re-Nacimiento?

    Un echar la vista al Pasado.

    Pagola Nace, Viejo.

    Por ejemplo dice:
    – “La actitud de la Iglesia ante el mundo moderno cambiaría mucho si obispos, teólogos y pastores fuéramos capaces de interiorizar las líneas de evangelización que nos propone el Papa.”-
    (perdón: esto no es viejo … es re-re-re-viejo)
    ¿Qué diría Ives de Congar, no?
    ··········
    2ª) Latinoamericana:
    Acá, quien va copando la banca de la “creencia devoto-popular” es la Virgen María.
    ··········
    Pero -ya lo hube opinado- Pagola tira del carro p’al mismo lado;
    aunque empantanado en el Atrio del templo.

    Por y a pesar de eso: ¡Vamos todavía! – Oscar.

  • Carmen (Almendralejo)

    Suscribo cuanto dice Pagola…
    Y sobre todo el párrafo “…Su objetivo es que cualquier persona interesada en buscar un sentido a su vida pueda conocer el camino abierto por Jesús…”  Ese encuentro no solo te ofrece caminos abiertos, sino que te ofrece la posibilidad de reencontrate como persona que nada y nadie debe someter, ni con leyes, ni precepto y aún menos con chantajes emocionales.

    Todo es así de maravillos, (con la complejidad propia de la persona que no dudo de que existe, a pesar de ese mismo encuentro),  que nos hace recapacitar sobre lo que la vida tiene de bella, y la magía (sin potagia) que podemos aportarnos personalmente.

    Jesús te ofrece la posibilidad cambio, de lamer tus heridas sin que la costra nos imposibilite a hacernos callos insensibles hasta para ver la luz de las estrellas, el sol y la luna.
    Jesús, no rehabilita con dejando todo espacio y margén al desarrollo personal e individual sin acepciones de ningún tipo.

    Los Evangelio con mapa, rutas cartográficas, como código vivos y personal ¡Jamás! son normas a seguir tipo soldados de un ejercito, donde se deba cumplir a rajatabla aquellas leyes militares bajo consejo de guerra militar.
    Jesús rompió los odres rancios, para adquirir las vasijas con el líquido puro, el agua sin contaminar… la misma que ampapa a la buena semilla y tierra para producir aquel otro vino que nadie pudo jamás saboroera antes.
    El Cantar de los Cantares, es una oda al hombre nuevo, a la mujer nueva que sabe saborear la miel y el nectar de esta nueva vida, que la figura de Jesús no regala al decirnos que somos hijos e hijas únicas e irrepetibles para D*s, y que nos Ama por encima de todo y de toda religión, báculo, consagración o santidad.

    Ese es el Jesús que resucitó mi feminidad, mi ser y identidad de Mujer libre ante cualquier precio social, de género o sexualidad

  • La buena noticia de que Mns. Ravasi haya señalado el libro a una revista italiana y la posible toma de conciencia de un sector de nuestra Iglesa a lo que verdaderamente importa, es algo de lo que nos tenemos que alegrar.
    Me quedo con la idea de que la transformación de la Iglesia para poner en práctica el mensaje de Jesús en el Evangelio es tarea de todos.
    De momento espero la segunda parte de su conferencia y os felicito por haber traido a Atrio a J. A. Pagola