CUANDO LAS BALAS LLEVAN NOMBRE
DE POET*S
Hay cobardes que las dirigen hacía
sus casas, y las quedan silenciada bajo
las ruines balas,
y la tierra teñida de sangre acoge
el cuerpo ya sin vida
y sin alma de la poesía herida
en su alma,
Cuando las balas llevan nombre
de poetas la ruindad crece
en las pestañas de la incidía
desalmada,
y traza una línea recta
hasta el corazón
que muerto está antes
de que el arma se disparara.
Cuando las balas llevan nombre
de poetas, quienes empuñan
el revólver mueren sin decir nada,
y muerta está la rata
Quien mata a la palabra,
a la oda son malditos aunque
cien veces nazcan.
Cuando las balas llevan nombre
de poetas y cierran de su garganta
la palabra, deja al firmamento sin voz,
y a la noche sin la luz de plata…
No llores, niña, no lloréis amores
que al amor cantan…
¡Porque l*s poetas viven
a pesar de las balas!
Y su sangre tiñen a la muerte
con versos de luces de sol
y plata,
¡Hay! sus bocas con declaman,
versos y poemas escondidos
de sus almas.
Siguen las agujas en el árbol,
intentando hilar, entre rama y rama
algún espacio, sin tiltes ni coma,
sin palabras que no digan nada…
Las agujas en el árbol, persisten
en decir, lo que mi boca calla
y aquel sentimiento que nace
desde la nada…
Siguen dorandose en ese árbol,
las agujas, mientras por su ojo
deja pasar la cristalina agua.
Yo las he contemplado por mi tierra,
recibiendo, recibiendo, más y más carga;
y aguantando, aguantando cada vez más carga fría,
hasta quedar, por su debilidad rotas
las frágiles ramas, en la nevada floresta.
Árboles llamados de vida, sin ella,
se recargan de regalos estos días
por las casas, calles y plazas
de la civilización cristiana.
Pero el ÁRBOL HUMANO, soporta
demasiada y FRIA CARGA
en todas sus ramas chiquitas,
de la que, sin el calor
de la Justicia y el amor,
ni se descarga, ni recibe vida.
¿Seguirán tantos desgarros
de frágiles ramas,
en el ÁRBOL DE LA VIDA?
¿Por qué no llenarlo de fuerza;
de esa hermandad solidaria,
capaz de sostener
los remedios y el gozo,
que las personas esperan?
¿Por qué no hacer del AMOR,
el mejor REGALO NAVIDEÑO,
en la Tierra?
AGUJAS EN EL ÁRBOL
La noche cerró al sol bajo un manto
níveo, y confundió al camino
y a la vereda cerradas a toda
huella.
La nube blanca quedó depositada
sobre el pinar, sobre el jardín
dejose guarneciendo a las ramas
de los encrestado sotos,
todo y cada uno de los secretos
de aquel cielo embravecido
de la tarde,
quedó ofuscado en aquellas hojas
pereciesen que fuesen
“aguas en el árbol”.
Agujas, para coser los recuerdos
descosidos, transparente aglutinante
para pegar a las almas rotas,
a los sueños de las primaveras
sin otoño.
Agujas en el árbol, sin la verde hierba,
donde la brisa del frío deshiela,
a la lágrimas cual hilo por sus hojas,
entre sus ojos enhebrada de hielo
sus aceradas hojas quedan.
descendiendo, hilan que te hilan,
las plateadas burbujas,
que el sol al frío deshiela.
Agujas en el árbol sin bufandas,
rayo matutino que zurce los recuerdo de aquel
camino en la noche borrado…
dorado astro que pone sus tiritas
en el alma, cada vez que permanece
el camino sin rumbo…
que cose el corazón lastimado
y helado
Vislumbrar:
El todo por la parte:
La mano que se tiende para solidarizarse.
La apertura que abraza y acaricia.
La belleza desnuda, que solo es.
El ensueño envolvente de luces.
El marketing frío y distante.
La locura del amasar y tener.
El grito de pobreza no escuchada
.
La rama acogedora de un gran pino.
Las lágrimas congeladas del olvido
El hielo que comparte corazones.
La inhospitalidad del hogar perdido.
Descubrirse en esa rama,
Embadurnada de blanco y hiel,
Que terca se desparrama,
Ignorando a su fuente
Que regala vida y ser.
¡Cuántos días ociosos he sentido pena por el tiempo perdido!
Pero ¿ha sido per dido alguna vez, Señor?
¿No has tenido tú mi vida, cada instante, en tus manos?
Escondido en el corazón de las cosas, tú nutres las semillas
y las tornas en brotes, y los capullos en flores, y las flores en frutos.
Estaba yo dormitando, rendido, en mi lecho ocioso,
y pensaba que no hacía cosa alguna.
Cuando desperté, en la mañana,
vi mi jardín lleno de flores maravillosas.
(Tagore R. Gutanjali 81)
Me quedo con la terquedad de la Naturaleza por mantener la vida en los días en los que el termómetro sólo marca temperaturas heladas y oscuras. Y añado mi fe en que esa terquedad forma parte de algo más grande que late en todo lo que nos rodea… también en nuestros momentos de Invierno. ¡¡Feliz Navidad!!
La imagen del arbolito nevada, asociada a la imagen de la navidad que nuestros antepasados…muchos de ellos venidos de Europa…nos legaron, pero por aquí hay 30 grados de calor…y empiezan a sonar las lonjas…herencia africana del candombe…y armamos el arbolito con nieve sintentica…recordando a los abuelos…Pero desde este Montevideo, les mandamos un abrazo a todos…Gabriel
La rama insistente
no quiere que olvidemos
el frío sepulcral
que reposa en corazones
solitarios, ignorados.
Apunta insinuando
Lo que normalmente
Nuestro cerebro no siente:
Que tras la belleza
Hay mucha indigencia.
Lágrimas secas
que apagan sonrisas.
Cuerpos encogidos
Ilusiones marchitas.
Hogares derruidos…
Mano suplicante,
se vuelve de vacío.
Enrevesados horizontes
para ojos empañados
ante luces chispeantes,
que se “mofan” ignorantes.
Perdida la esperanza
la paz emerge
empapando de ternura
y sin por qué
al triste corazón despierto.
CUANDO LAS BALAS LLEVAN NOMBRE
DE POET*S
Hay cobardes que las dirigen hacía
sus casas, y las quedan silenciada bajo
las ruines balas,
y la tierra teñida de sangre acoge
el cuerpo ya sin vida
y sin alma de la poesía herida
en su alma,
Cuando las balas llevan nombre
de poetas la ruindad crece
en las pestañas de la incidía
desalmada,
y traza una línea recta
hasta el corazón
que muerto está antes
de que el arma se disparara.
Cuando las balas llevan nombre
de poetas, quienes empuñan
el revólver mueren sin decir nada,
y muerta está la rata
Quien mata a la palabra,
a la oda son malditos aunque
cien veces nazcan.
Cuando las balas llevan nombre
de poetas y cierran de su garganta
la palabra, deja al firmamento sin voz,
y a la noche sin la luz de plata…
No llores, niña, no lloréis amores
que al amor cantan…
¡Porque l*s poetas viven
a pesar de las balas!
Y su sangre tiñen a la muerte
con versos de luces de sol
y plata,
¡Hay! sus bocas con declaman,
versos y poemas escondidos
de sus almas.
Siguen las agujas en el árbol,
intentando hilar, entre rama y rama
algún espacio, sin tiltes ni coma,
sin palabras que no digan nada…
Las agujas en el árbol, persisten
en decir, lo que mi boca calla
y aquel sentimiento que nace
desde la nada…
Siguen dorandose en ese árbol,
las agujas, mientras por su ojo
deja pasar la cristalina agua.
Yo las he contemplado por mi tierra,
recibiendo, recibiendo, más y más carga;
y aguantando, aguantando cada vez más carga fría,
hasta quedar, por su debilidad rotas
las frágiles ramas, en la nevada floresta.
Árboles llamados de vida, sin ella,
se recargan de regalos estos días
por las casas, calles y plazas
de la civilización cristiana.
Pero el ÁRBOL HUMANO, soporta
demasiada y FRIA CARGA
en todas sus ramas chiquitas,
de la que, sin el calor
de la Justicia y el amor,
ni se descarga, ni recibe vida.
¿Seguirán tantos desgarros
de frágiles ramas,
en el ÁRBOL DE LA VIDA?
¿Por qué no llenarlo de fuerza;
de esa hermandad solidaria,
capaz de sostener
los remedios y el gozo,
que las personas esperan?
¿Por qué no hacer del AMOR,
el mejor REGALO NAVIDEÑO,
en la Tierra?
AGUJAS EN EL ÁRBOL
La noche cerró al sol bajo un manto
níveo, y confundió al camino
y a la vereda cerradas a toda
huella.
La nube blanca quedó depositada
sobre el pinar, sobre el jardín
dejose guarneciendo a las ramas
de los encrestado sotos,
todo y cada uno de los secretos
de aquel cielo embravecido
de la tarde,
quedó ofuscado en aquellas hojas
pereciesen que fuesen
“aguas en el árbol”.
Agujas, para coser los recuerdos
descosidos, transparente aglutinante
para pegar a las almas rotas,
a los sueños de las primaveras
sin otoño.
Agujas en el árbol, sin la verde hierba,
donde la brisa del frío deshiela,
a la lágrimas cual hilo por sus hojas,
entre sus ojos enhebrada de hielo
sus aceradas hojas quedan.
descendiendo, hilan que te hilan,
las plateadas burbujas,
que el sol al frío deshiela.
Agujas en el árbol sin bufandas,
rayo matutino que zurce los recuerdo de aquel
camino en la noche borrado…
dorado astro que pone sus tiritas
en el alma, cada vez que permanece
el camino sin rumbo…
que cose el corazón lastimado
y helado
Vislumbrar:
El todo por la parte:
La mano que se tiende para solidarizarse.
La apertura que abraza y acaricia.
La belleza desnuda, que solo es.
El ensueño envolvente de luces.
El marketing frío y distante.
La locura del amasar y tener.
El grito de pobreza no escuchada
.
La rama acogedora de un gran pino.
Las lágrimas congeladas del olvido
El hielo que comparte corazones.
La inhospitalidad del hogar perdido.
Descubrirse en esa rama,
Embadurnada de blanco y hiel,
Que terca se desparrama,
Ignorando a su fuente
Que regala vida y ser.
¡Cuántos días ociosos he sentido pena por el tiempo perdido!
Pero ¿ha sido per dido alguna vez, Señor?
¿No has tenido tú mi vida, cada instante, en tus manos?
Escondido en el corazón de las cosas, tú nutres las semillas
y las tornas en brotes, y los capullos en flores, y las flores en frutos.
Estaba yo dormitando, rendido, en mi lecho ocioso,
y pensaba que no hacía cosa alguna.
Cuando desperté, en la mañana,
vi mi jardín lleno de flores maravillosas.
(Tagore R. Gutanjali 81)
Me quedo con la terquedad de la Naturaleza por mantener la vida en los días en los que el termómetro sólo marca temperaturas heladas y oscuras. Y añado mi fe en que esa terquedad forma parte de algo más grande que late en todo lo que nos rodea… también en nuestros momentos de Invierno. ¡¡Feliz Navidad!!
La imagen del arbolito nevada, asociada a la imagen de la navidad que nuestros antepasados…muchos de ellos venidos de Europa…nos legaron, pero por aquí hay 30 grados de calor…y empiezan a sonar las lonjas…herencia africana del candombe…y armamos el arbolito con nieve sintentica…recordando a los abuelos…Pero desde este Montevideo, les mandamos un abrazo a todos…Gabriel