LA IGUALDAD, PROYECTO UNIVERSAL
TEXTO
“8 1 Por aquellos días, como había otra vez una gran multitud y no tenían qué comer, convocó a los discípulos y les dijo:
2 – Me conmueve esta multitud, porque llevan ya tres días conmigo y no tienen qué comer; 3 y si los mando a su casa en ayunas, desfallecerán por el camino. Además, algunos de ellos han venido de lejos.
4 Le replicaron sus discípulos:
– ¿Cómo va a poder nadie saciar a éstos de pan aquí en descampado?
5 El les preguntó:
– ¿Cuántos panes tenéis?
Contestaron:
– Siete.
6 Mandó a la multitud que se echara en el suelo; tomando los siete panes, pronunció una acción de gracias, los partió y los fue dando a sus discípulos para que los sirvieran; ellos los sirvieron a la multitud. 7 Tenían además unos cuantos pececillos; celebrándolo, encargó que los sirvieran también. 8 Comieron todos hasta saciarse y recogieron los trozos que habían sobrado: siete espuertas: 9 Eran unos cuatro mil, y él los despidió” (Mc 8, 1-9).
- INICIATIVA DE JESUS ANTE LA NECESIDAD
“8 1 Por aquellos días, como había otra vez una gran multitud y no tenían qué comer, convocó a los discípulos y les dijo:
Marcos no ofrece localización de la escena. Según los datos anteriores, los hechos suceden en la Decápolis, fuera del territorio judío. Sí encontramos un sugerente apunte temporal: “por aquellos días”. Los hechos se enmarcan en el contexto de lo acontecido previamente: el episodio del sordomudo, el acontecimiento de la sirofenicia y el periplo de Jesús por territorio extranjero.
Tras el dato, Marcos advierte de una circunstancia sobre la que girará la acción: “como había otra vez una gran multitud y no tenían qué comer”. La referencia a una situación pasada (Mc 6,34) no implica que nos hallemos ante aquellas mismas personas. De hecho, el dato “por aquellos días” orienta en sentido inverso. Se trata de otra gente perteneciente a un mundo ajeno a la cultura y religión judía. Desde el foco de la sirofenicia, hay que pensar en una multitud con similar problemática socio-política a la que padecía la muchedumbre de judíos. Desde la perspectiva de la narración del sordomudo, esa multitud se corresponde a aquella de la que Jesús separó a este personaje representativo: “Lo tomó aparte separándolo de la multitud” (Mc 7, 33).
Un gran gentío llena el espacio. Su problema fundamental es la falta de alimento. Nada se dice respecto a su hambre. De entrada, sólo se subraya su carencia. Marcos se fija en lo que suele olvidarse respecto a los abandonados: sus privaciones. La proclama de los discípulos (7,37) no satisfizo la necesidad de la multitud, por eso Marcos observa: “no tenían qué comer”. La carencia de alimento físico e ideológico de la gente impulsa a Jesús a la acción: “convocó a los discípulos”. El problema incumbe a la sociedad alternativa.
2 Me conmueve esta multitud, porque llevan ya tres días conmigo y no tienen qué comer
El sentimiento de nuestro protagonista coincide con el expresado en una circunstancia similar: “al desembarcar vio una gran multitud; se conmovió, porque estaban como ovejas sin pastor” (6, 34). En aquella ocasión lo generó el desamparo de la gente; en ésta, su carencia de alimento. En su forma de expresar su conmoción se advierte el estilo aleccionador con que habla a los discípulos. La expresión “tres días” no debe interpretarse en sentido literal. Designa figuradamente un período de tiempo suficiente, completo. Jesús valora así la buena acogida a su enseñanza (“permanecen conmigo”) y trata de hacer ver a sus discípulos que su mensaje atrae. Si la multitud no respondió al reclamo sedicioso lanzado por el grupo (“Hace oír a los sordos y hablar a los mudos”; 7,37), sí se interesa, en cambio, por un discurso que pone la justicia y la igualdad en primer plano.
Tras esa constatación, la carencia de alimento de los desmayados se convierte en eje central de la escena. En el episodio de la división de los panes, Jesús respondió al abandono del pueblo con la exposición de su mensaje: “y se puso a enseñarles muchas cosas” (6,34). Aquí, la situación de desamparo y la consiguiente enseñanza se reconocen implícitas en la actitud perseverante de la multitud. Precisamente esa continuada proximidad a Jesús es lo que hace aflorar las carencias de los allí apostados.
3 y si los mando a su casa en ayunas, desfallecerán por el camino. Además, algunos de ellos han venido de lejos.
Jesús hurga en la conciencia del grupo de discípulos buscando reactivarlos. De entrada, les cierra la salida que ellos ofrecieron en la primera escena del reparto de los panes: “y si los despido…”. Plantea la posibilidad de desentenderse de la muchedumbre como la opción más inadecuada. La total carestía de la gente: “en ayunas” desaconseja dicha opción. Así pues, resulta apremiante cubrir su necesidad. No pueden regresar de vacío. El detalle apuntado por Marcos: “a su casa” informa de la estructura socio-política a la que pertenece la multitud y habla de una realidad nacional distinta a la casa de Israel o a esa casa, símbolo de la sociedad alternativa.
Los integrantes de la multitud habían demostrado su receptividad al mensaje permaneciendo junto a Jesús. Sin embargo, no han llegado a experimentar la praxis de la igualdad. Su regreso de vacío les sumiría en la indefensión. Necesitan el alimento necesario para evitar su desplome: “desfallecerán por el camino”. La situación demanda adoptar decisiones inmediatas. No cabe evadirse del problema de la gente sin ser responsable de su angustia y su hundimiento.
Aún añade nuestro protagonista un último dato a la consideración de los discípulos: “y algunos de ellos han venido de lejos”. La nota descubre la heterogeneidad de los presentes; el apunte de lejos indica distancia física y separación ideológica. Pero, sobre todo, advierte de la iniciativa y el esfuerzo de quienes buscan en Jesús la solución a sus males crónicos.
Estas palabras del Galileo están pronunciadas en un tono suave, aunque no son palabras para salir del aprieto. Dichas en forma de comentario, invitan al dialogo e incitan a los discípulos a tomar decisiones. No les exige explícitamente. Ellos sí se sentirán interpelados.
- ENROQUE DE LOS DISCÍPULOS, ACCIÓN DE JESÚS
4 Le replicaron sus discípulos: ¿Cómo va a poder nadie saciar a éstos de pan aquí en descampado?
En la forma de introducir Marcos la respuesta del grupo se capta el penetrante efecto producido por las palabras de nuestro protagonista: “le replicaron sus discípulos”.
El interrogante de los discípulos pone de manifiesto que no se han equivocado al interpretarlas como un requerimiento a que se pongan manos a la obra para resolver el problema que aqueja a la multitud. Marcos permite al lector imaginar sus caras de pasmo. La pregunta del grupo oculta muchas dudas y recelos: ¿Adónde querrá llegar este hombre con tal conglomerado de extraños?, parece atisbarse en su recámara mental.
Más que preguntar, los discípulos juzgan incongruente el comentario de Jesús animándoles a encontrar solución para el gran problema. Para el grupo, el asunto de la carestía de las multitudes sobrepasa a cualquiera. Es impensable resolver tal situación. Ellos advierten en las palabras del Galileo su propósito de dar con el procedimiento definitivo para acabar con el hambre de la muchedumbre. Y, convencidos de la insolubilidad de la cuestión, le devuelven, desafiantes, el guante que él les había lanzado: “¿Cómo?”.
Ellos no habían olvidado la división de los panes. Recordaban, sin duda, los excelentes resultados de la práctica de la igualdad. Pero seguían renegando de esa praxis como solución definitiva; aún más…, tratándose de extranjeros.
Con todo, el grupo de seguidores llegó lejos en la interpretación de las palabras de Jesús. Él no había puntualizado qué fin perseguía con su comentario. Sin embargo, ellos detectaron el alcance de su exquisita invitación. Por eso hablan de saciar, el mismo verbo que aparece al final de la primera escena de reparto de panes: “comieron todos hasta saciarse” (Mc 6, 42) y, en boca de Jesús, en el episodio de la sirofenicia: “deja que primero se sacien los hijos” (Mc 7, 27). Los discípulos han entendido a la perfección el mensaje latente de nuestro protagonista, porque no hacen referencia a calmar el hambre, sino a colmar la necesidad de aquella gente.
El grupo capta que Jesús incluye en su proyecto a los extranjeros en condiciones de igualdad con los judíos. Ellos no dudan de que él pueda liderar la etapa definitiva: “¡Qué bien lo hace todo! Hace oír a los sordos y hablar a los mudos” (Mc 7, 37), pero no admiten su proyecto como la vía idónea y directa para remediar el problema de la necesidad universal: “¿Cómo podrá alguien saciar de panes…?”. Ellos no aceptan que la etapa de la abundancia beneficie por igual a judíos y a extranjeros. Un claro tono despectivo: “éstos” sobresale en su referencia a los integrantes de la multitud.
Sin identificarlo, acuden al escenario donde suceden los hechos como otro argumento a favor de sus tesis. La vaga alusión al sitio: “aquí” conlleva un toque disimulado de menosprecio que aflora crítico en la última expresión de su réplica: “en un lugar desolado”. Según los datos aportados por Marcos la escena se ubica en el litoral del mar de Galilea, en territorio de la Decápolis. Pero ellos no hablan de zona desértica. Su lenguaje responde a la ortodoxia del AT. El texto de Isaías 60, 12, hablando de la época definitiva, usa ese mismo término para expresar semejante línea de pensamiento: “El pueblo y el rey que no se te sometan, perecerán; y las naciones serán abandonadas a la desolación”. Los discípulos niegan, pues, la posibilidad de que la época de la abundancia pueda alcanzar a un pueblo extranjero si primero no aceptan someterse a quienes deben llevar a cabo la gran liberación: la nación judía. La réplica del grupo de seguidores supone, por tanto, un claro cuestionamiento del programa universalista de Jesús desde la más pura tradición religiosa del AT.
5 El les preguntó: ¿Cuántos panes tenéis? Contestaron: Siete.
Jesús no entra a polemizar. Responde con la praxis a las teorías religiosas y nacionalistas de los discípulos. Su pregunta aborta cualquier discusión: “¿Cuántos panes tenéis?”. Los lectores la reconocerán de inmediato. Es idéntica a la que dio lugar al primer reparto de los panes (Mc 6, 38). La pregunta camina directa hacia la solución. Fiel a su proyecto, él parte del convencimiento de que la sociedad alternativa tiene en sus manos la fórmula para saciar a la multitud de pueblos. Trata, pues, de remover la conciencia del grupo con el propósito de que ellos exploren y descubran la realidad de lo que poseen. Aspira a hacerles ver que cuentan en su haber con los medios (“panes”) para superar la gran barrera de la necesidad humana. Los panes simbolizan el alimento ideológico de la sociedad alternativa que no da cabida a la soledad, el abandono y el hambre de los pueblos.
La pregunta cerrada evitaba que se anduvieran por las ramas. Su respuesta no se hizo esperar. Fue escueta y tajante: “Siete”. Siete representa la cantidad perfecta, la fórmula ideal para salvar el inmenso escollo. Aquí no ha hecho falta recurrir a los peces para alcanzar la excelencia, como ocurrió en el primer reparto: “Cinco, y dos peces” (6,38). El alimento principal basta y sobra. El valor de lo que la sociedad alternativa posee resulta tan incuestionable que, ante su comprobación, enmudece el debate. Solo hay lugar para la praxis.
- LA IGUALDAD SACIA AL MUNDO
6 Mandó a la multitud que se echara en el suelo; tomando los siete panes, pronunció una acción de gracias, los partió y los fue dando a sus discípulos para que los sirvieran; ellos los sirvieron a la multitud.
Jesús da las instrucciones. En primer lugar se dirige a la multitud. Invita a prepararse, de ahí su indicación a echarse en el suelo. Anima a la libertad y a la mesa. Justo lo que necesitan. Como ya sabemos, la acción de comer recostados era característica de personas libres; los esclavos comían de pie. El Galileo les solicita adoptar una postura apropiada para participar de su proyecto de libertad. En esta escena, nuestro protagonista no indica reclinarse “sobre la hierba verde”, como en el relato del primer reparto; tampoco que lo hicieran “formando corros” (Mc 6, 39). No hay porqué aludir a la era soñada por los profetas ni tampoco corregir el sentido jerárquico religioso-militar del AT. La tierra representa el lugar universal, el propio del ser humano. La tierra tiene como finalidad servirle de acomodo y ser medio para lograr su alimento. La tierra es para la libertad.
Con la gente echada sobre la tierra exhibiendo su condición de seres libres, Jesús se hace cargo de los panes. El logrará que cumplan el objetivo para el cual han sido elaborados. La dinámica del proyecto garantiza que el alimento no se acumule en pocas manos ni genere privilegios. Alcanza y beneficia a todos por igual. La igualdad pertenece a la esencia misma del alimento. El alimento-comida y el alimento-mensaje claman por la justicia que hace iguales. El Galileo no defraudará. Con la solución a la necesidad humana en sus manos, Jesús muestra su gratitud por su excelencia y gratuidad: “pronunció una acción de gracias”. En un contexto alejado del integrismo religioso judío, Marcos elude hacer referencia alguna a la comida judía. Por eso no hay bendición, sino agradecimiento.
Marcos centra la atención del lector en la acción de dividir los panes como acontecimiento básico sobre el que se asienta toda la operación posterior. Dividir para dar. Partir y dar son acciones que nacen de Jesús. La primera (“partió”) queda plasmada en la historia como gesto decisivo suyo a imitar. Los destinatarios de su movimiento continuado e ininterrumpido (“iba dando”) son los adheridos a él y a su proyecto: “a sus discípulos”. El grupo de seguidores va recibiendo de él la enorme responsabilidad de estar en posesión del alimento que la multitud abandonada necesita. Les llega dividido como corresponde a la propia naturaleza de tan ansiado bien. Listo para ser distribuido, Jesús ha ofrecido al grupo la solución ideal al problema que ellos tenían por insoluble. La función del grupo se limita a servir el recurso decisivo que poseen. La praxis del servicio que tiende puentes hacia la igualdad constituye su razón de ser y la forma de declararse como modelo de sociedad. Es la horizontalidad de la justicia distributiva, no la verticalidad del poder la que abre la vía a un proyecto humano universal. Marcos insiste en el tema para acentuar su vital importancia: “ellos los fueron sirviendo a la multitud”.
7 Tenían además unos cuantos pececillos; celebrándolo, encargó que los sirvieran también.
En esta escena Marcos no ha hablado de peces. Lo hará a continuación. Se refiere a ellos como de paso y restándole importancia: “tenían además unos pocos pececillos”. A pesar de su menudencia, Jesús no los desestima como alimento susceptible de ser distribuido entre la multitud. Lo agradece: “celebrándolo”. Por muy nimio que sea, el alimento invita a la complacencia y al reconocimiento de su cometido social. Como con los panes, el agradecimiento desemboca en la distribución: “dijo que los sirvieran también”. La posesión, aún de la minucia, tiene como objetivo el reparto. No hay resquicio para privilegios en la sociedad alternativa. La distribución genera igualdad; la acumulación, la resquebraja.
8 Comieron todos hasta saciarse y recogieron los trozos que habían sobrado: siete espuertas
El objetivo se logró con creces: “comieron y se saciaron”. La distribución soluciona la penuria de la multitud, colma sus anhelos. No estamos ante una acción eventual. La praxis de la igualdad de la nueva sociedad ha saturado todas las expectativas.
Marcos, puntilloso hasta la exageración, llena el final de la escena con detalles aleccionadores: “y recogieron de trozos sobrantes siete espuertas”. La división del alimento no sólo ha saciado a la multitud, sino que ha producido superávit. La práctica de la igualdad transforma la carencia en abundancia. El excedente no se desprecia. Se trata de una economía de pobres. No hay ascos a las sobras sino valoración por lo que significan. De nuevo aparece el siete para señalar que la puesta en circulación de la totalidad de lo que el grupo de discípulos tiene en sus manos (el proyecto alternativo de sociedad) resulta ideal (siete) para saciar las más profundas aspiraciones humanas. En el primer reparto se habló de “doce canastos” recogidos para indicar que la práctica de la igualdad daba solución al abandono del pueblo judío. En nuestra escena el número siete, indicando perfección, traspasa esas fronteras. El proyecto del Galileo se presenta como respuesta ideal al desamparo universal de los insignificantes.
9 Eran unos cuatro mil, y él los despidió
Marcos termina la escena con dos pinceladas magistrales. El primer apunte sigue hablando de cantidades; esta vez, referente a los comensales: “Eran, por cierto, unos cuatro mil”. Más allá de precisar, la cifra posee una significación que supera el dato numérico. El cuatro representa universalidad y el mil, la enormidad de gente saciada tras la experiencia de la igualdad.
La última nota de Marcos cierra el relato: “y los despidió”. Parece un final típico sin mayor contenido, pero la acción encierra una coherencia que forma parte del aleccionamiento de nuestro narrador a sus lectores. Ahora sí puede Jesús despedir a la multitud. Una vez saciados tendrán porvenir. El Galileo invita a la independencia. No hay proselitismo ni atisbo de intentar hacer adictos; únicamente el envite a asumir la libertad. Ahora, la experiencia de la igualdad les impulsa.
Gracias Oscar por tu respuesta, me satisface enormemente que ambos enfoques coincidan.
Desde tu perspectiva orteguiana en la que la Realidad es la vida, ésta nos aparece como un conjunto articulado de funciones. Pero, para que éstas sean verdaderamente serviciales (expansivas) su función no ha de reducirse a la mera actitud natural donde la “ejecutividad” se expresa en primera persona, hará falta, pues, comprender la “razón vital” de los hechos, es decir su funcionalidad explicativa. El cómo no es metafísico sino práctico (en nuestro contexto, la praxis de Jesús)
En mi planteamiento sitúo el acto individual en el orden ejecutivo y la actitud humana en el de la razón vital.
Un abrazo.
También, aquí mismo, agradecer a Salvador Santos su comentario y decirle que estaré muy atenta a esa su penúltima entrega.
Hola mª pilar garcía!
¿cómo te va? ¿yendo?
Hay un cierto error en mis expresiones, debido a falta de Info.
Para un argentino escuchar “el Hombre Mediocre”
Es visualizar la figura “social” trazada por José Ingenieros
en torno al “argentino del 1er. cuarto del siglo XX”.
La tal caracterización se fue acentuando con el aporte de Arturo Jauretche,
que los terminó de retratar con el de “Medio Pelo”.
Se trata de una tipología de “Clase social” asimilable a la “Clase media”.
Pienso que estamos demasiado influenciados por “lo público”,
-que diferencio severamente de “lo social”-
Avasallamiento que deja des-preciada la cotidiana persona,
que radicalmente actuamos.
¡También en nuestras intimidades somos héroes!
Y, tal vez, se le podría sacar ese “también” para ser más veraz.
Por lo tanto: ¡No! Cada cual es in-valorable y tiene que “auto-estimarse”.
¿OK?
·············
Lo interesante que acá se presenta,
-y prolongaría la pregunta a Salvador-
es la de considerar cuál sería la “praxis”
desde la perspectiva de Jesús,
que “acordaría” con estas “Clases Medias” de HOY.
Pero lo volveré a plantear luego.
¡Vamos todavía! – Oscar.
Hola M.Luisa!
Reflexiono tu Comentario: (M. Luisa 01-Noviembre-2010 – 9:50 am )
realizado en “Semillas … 11”.
··············
Estimo que entendiste bien.
El tratamiento médico al “tartamudo” se realiza
no sobre el “lenguaje”, sino sobre la “comunicación”.
El “Lenguaje” es una “función” del Habla.
También la “Comunicación” es “función” del trato humano.
La Vida nos aparece como un “conjunto” articulado de “funciones” serviciales.
Esa Vida es la Realidad.
Y, como bien das a entender:
los sentidos no se agotan en una “simple” función,
sino en la “servicialidad” de trascender a esa realidad, que es la Vida.
Notemos, de paso y es lo de Salvador Santos, que:
estas SORDERA y TARTAMUDEZ no son “enfermedades” sino “impedimentos”;
“barreras a la función servicial”.
¡Vamos todavía! – Oscar.
Pd, en mi progama la letra esta en Greca II, pero al incorporarse a ATRIO, eso cambia.- Gabriel
A mi me parece que la gran intuición que el el Buen vivir, en donde la felicidad no esta en poseer, sino en amar…en compartir, en donar…Hemos vivido un experiencia de retiro de las comunidades, que llamamos Getsemani, fue una expriencia de Amor fraternal, de compartirnos, que nos mostro como un flash, la experiencia que Jesús, llamaba Reino…las dinámicas Trinitarias, nos con vocan a vincularnos en clave Eucaristica, es decir, donarnos como Jesús, para trasmitir esta experiencia, que tiene consecuencias ideologicas, politicas, sociales y que confronta a todos y cada uno, con esta dinamica de partirnos y compartirnos, como la maxima felicidad y como parte de la salvación ofrecida y entregada por Jesús…Tambièn hay otro aspecto, de la realidad que no es mensurable…ni razonable…en el sentido moderno del termino…Y es lo que en el evangelio de Marcos se llama vida eterna Mc 10, 17-23; 10,30
zwh;n aijwvnion
Y cuyas perspectiva trascienden la realidad tal cual la concebimos y nos situa en una dimensión de la realidad…que tiene que ver con lo eterno…con lo divino.- Gabriel
Oscar:
Sé, que es simple mi respuesta… pero así es la mirada de mi corazón.
mª pilar
Oscar:
Mediocres somos todas las personas que caminamos en esta tierra…( unas más que otras.)
Entre ellas hay personas “especiales” por su capacidad de “ver” y ser consecuentes con el camino a seguir, trabajando justamente.
¿Como preguntas, lo que tú vives cada día?
¿Que mayor alegría (cuando libremente se escoge el camino) que trabajar por la justicia, mirando el dolor de los oprimidos?
No porque sean mejores… pero son los paganos en mayor medida del egoísmo de los poderosos, y los mediocres en todos los terrenos:
“política, poder, riqueza, iglesias, hasta en la ciencia…”
También estas personas son mediocres, aunque posean todo cuanto desean…
Eso mismo, las convierte e personas “menores”, sino consiguen poner su corazón en servicio de…
“un mejor sueldo a sus empleados, mejor trato a sus súbditos, ayuda a los desposeídos, enseñando a ser de verdad libres y justos. etc. etc”.
Ese es el Mensaje central de Jesús.
Lo demás lo han ido agregando sus llamados “representantes” que, a quien de verdad representan en muchas ocasiones es, a ellos mismos.
Como siempre hay hermosas excepciones.
mª pilar
A ver como salgo de ésta.
Para responder al racimo de preguntas de Oscar, acudo a Marcos.
Hay multitud de situaciones en el evangelio no asociadas a desgracias. Es más, la mayor parte del texto rezuma optimismo. Veamos un ejemplo:
Separados por la orilla, Jesús, desde el mar y sentado en la barca, invita a adherirse a su proyecto con tres ejemplos que tratan de levantar el ánimo de la gente que le escucha: El extraordinario resultado de una siembra (4,8), la semilla que eclosiona en terreno propicio (4,28) y el minúsculo grano de mostaza que crece hasta servir de cobijo a los pájaros (4,32).
Apliquemos el zoom sobre este último ejemplo:
El AT promete una restauración gloriosa para Israel:
“Echará ramas, se pondrá frondoso
Y llegará a ser un cedro magnífico;
Anidarán en él todos los pájaros,
A la sombra de su ramaje anidarán todas las aves” (Ez 17,23)
Jesús corrigió el considerado texto sagrado, dejando el soberbio cedro en humilde arbolillo, aunque eso sí, con condición de albergue social (“se hace más alta que las hortalizas y echa ramas tan grandes que los pájaros pueden anidar a su sombra”).
¡El evangelio es la alegría! Marcos le llamó así: La Buena Noticia. No se entiende la Buena Noticia sin goce y placer.
Paso a otra cosa.
Hay otros círculos sociales representados en Marcos. En el episodio del hombre esclavo de la Decápolis aparecen unos grises personajes con miedo ante la visión del hombre libre (“…contemplaron al endemoniado sentado, vestido y en su juicio, al mismo que había tenido la Legión, y les entró miedo”; Mc 5,15). Son los propietarios de los marranos y las tierras, gente en connivencia con el imperio dominante. Optaron por quitarse de encima a quién había animado al hombre a optar por la libertad (5,17). La libertad asusta a los poseedores de la tierra.
De vuelta de la Decápolis y ante la multitud, Jesús no toma iniciativa alguna. Espera la respuesta de la multitud que se mantiene en la neutralidad representando a lo que Oscar llama: los mediocres. Sólo una persona responde jugándose su futuro: Jairo, un hombre de buena posición. Él avanza y, en contra de la institución a la que representa, opta por el Galileo.
Quizás con estas respuestas haya salido del apuro, ¿no, Oscar?
Gracias M. Luisa por tus interesantes aportaciones. Te recuerdo lo que te dije en otra entrada: Te gustará la penúltima entrega, la del ciego de Betsaida.
Un abrazo
Hola!
Hoy parece que estoy en “burgués”.
¿de qué se rié? ¿está mal? Veamos.
Ya me pregunté por si es incompatible el “goce”
con la “lucha” (estado anímico puesto de moda en el “político” siglo XIX) por la justicia.
Ahora me pregunto si en los Escenarios, que nos presenta Marcos,
hay “colectivos” que no están considerados (¿o sí, Salvador?)
Pienso en un gran “colectivo” del 1er. Mundo y de las “Mega-ciudades”:
La CLASE MEDIA de n/tiempo (¿de aquél también?)
··········
Los “Colectivos” que veo aparecer hasta ahora son (s.e.u.o):
1.- Los 12, como Proyecto del Galileo; o Sociedad Alternativa.
2.- Los “Contreras” al Proyecto (Imperio y Religión).
3.- La “Multitud judía” (los “muertos de hambre”; o “Abandonados”)
4.- La “Multitud universal” (los IN-SATIS-FECHOS; o in-saciados).
···············
Me parece que me está faltando el mayor Colectivo:
El de “EL HOMBRE MEDIOCRE”.
¿no les parece; o estoy muy errado?
¿qué pensar de este Colectivo de Clase y de Medio-cridad?
¿Vamos todavía? – Oscar.
Hola!
– “Algunos nacen con la estrella;
y otros “estrellados“-
¿Será lícito lanzar al aire atriense y a nuestro mentor Santos,
una cuestión que de verdad pregunto, pero puede hacer zafarrancho?
¿Hay alguna situación importante en que encontremos al Jesús de Marcos
no metido en problemas des-graciados?
En el caso que la hubiera o no:
¿cómo relacionar las “praxis” ante una u otra situación?
Dicho de otra manera:
El practicar la justicia de la igualdad:
¿eso es la felicidad?
El practicar los llamados “goces terrenales”:
¿es compatible con la “sed de justicia”?
¿hay algo “necesariamente” avinagrado en el “buscar la justicia de la igualdad”?
¿por qué los 12 y la multitud andan esquivando el bulto?
¿es compatible la “alegría” con el “tener sed”?
Bueno, parece no ser tan dificil el planteo ¿no?
Espero ayudas – Gracias – Oscar.
Ahora, al leer esta entrega número 12 y tras haber colocado antes mi último comentario en la entrega anterior dando con ello respuesta a Carmen, me doy cuenta de que, en efecto, para el proyecto universal propuesto por el Galileo hemos de tener presentes distintos planos. Y más cuando al ir leyendo los comentarios descubro lo que con relación al palabro “Se le removieron las entrañas” nos cuenta Don Salvador. Destaca él, la diferencia abismal entre el removimiento de entrañas del Galileo y el estremecimiento de la señora marquesa de quien el capellán alababa sus buenos sentimientos.
Pienso que el significado pleno que tal expresión tiene en Jesús se lo da precisamente lo físico que en ella se resalta. No nos lleva a pensar en ningún simple acto mental o emocional deslindándolo de la persona que la vive(la emoción, la conmoción,etc.,) entonces sí que vendría a ser lo que sucede cuando no se quiere ver la desigualdad, sino como se ha sabido ver muy bien aquí, nos lleva a reconocer lo propio de cómo ha de ser una actitud (integral) plenamente humana. Es la diferencia que se establece entre acto y actitud. Bien que la actitud absorbe aquel, pero el mero acto puede obrar independientemente desfigurando la realidad ¿no es este el caso de la marquesa?
Mi frase ante el dolor de los:
“abatidos, humillados, perseguidos, esquilmados, desterrados de sus tierras… en esta sociedad dura de corazón es:
¡Se me rompe el alma!
Es, como si parte de mí se hiciera añicos.
Creo que a Jesús, le sucedía algo tan fuerte en su Ser todo, que gemía ante tamaño dolor.
Llevado a cabo por los mismos seres humanos, unos contra otros, para defender su status.
Busquemos ante todo ¡¡¡La justicia!!! Todo lo demás, será un don.
mª pilar
Excelente, tu aportación sobre el verbo, Gabriel, hermano. Siguiendo a Oscar, el palabro tiene hondura. Su significado refleja no sólo una actitud mental y emotiva, sino que penetra en los rincones físicos de la persona de la que se dice. Su sentido es: Se le removieron las entrañas. El verbo se aplica siempre en Marcos a Jesús en relación con una multitud o personaje representativo de un colectivo en situación desesperada.
Me vienen a la memoria los comentarios del cura capellán de una marquesa que habitaba hace bastantes años una finca en una famosa zona boscosa al sur de Andalucía. Alabando los buenos sentimientos de ella, decía el elegante capellán que la señora se estremecía hasta tal punto al ver las imágenes de niños hambrientos moribundos en el telediario que mandaba al servicio apagar el televisor para poder seguir ella comiendo… lo habitual; es decir, cosas como: paté francés, huevas de mujol, sesos de cordero en tortilla…
Hay una diferencia abismal entre el removimiento de entrañas del Galileo y el estremecimiento de la señora marquesa.
Según Marcos, en el en caso de Jesús su conmoción desemboca siempre en la acción que subvierte la dramática situación que la produce. La primera vez que el verbo aparece en este evangelio, en el episodio del leproso (1, 40־45), representante de los excluidos sociales, Jesús infringe la Ley y abre las puertas de su proyecto a los marginados. En los casos que nos ocupan, el Galileo responde al abandono y al hambre con su praxis de la igualdad, opción mal recibida por los discípulos y por los representantes de la institución.
Nadie podrá dudar de la fina e inútil espiritualidad de aquella señora marquesa que no supo entender que sus fincas y dineros tenían relación muy directa con la miseria cuya visión a ella le provocaba escalofríos. Eso fue precisamente lo que sí entendió el Galileo, por eso dividió los panes.
Gracias a ti, Mar Medina. Aprecio mucho lo que escribes, aquí y en otros lugares de Atrio.
Un abrazo
Bueno, se me retuercen las tripos, pero eso pasa despues de comer algunas comidas tipica jajaja, por eso prefiero aquello de me partio el corazòn…Pero bueno…es cuestión de semantica, el sentimiento se que vos lo conoces.- Gabriel
Hola Gaby!
Seguro que la mejor traducción de ese palabro griego
es la que vos está indicando.
¿no te parece que en el simple lenguaje callejero lo decimos a diario:
“se me revuelven las tripas“?
No dudo que en Uruguay se dirá de la misma manera ¿o no?
(en unos 10 días creo que lo verificaré por esos lugares)
¡Vamos todavía! – Oscar.
PS.: además es la “sede visceral” en que ya los hebreos hacían residir la “hésed“;
una especie de “amor embroncado”
¿es así Salvador Santos?
Jesús trataba a todos como iguales, sin preocuparle sexo, nacionalidad, rango social o religión, sin considerar a nadie inferior ni superior, sin imponer autoridad ni someterse a autoridad alguna. Se preocupaba por el bienestar y dignidad de todos, pero especialmente de quienes habían sido despojados de todo bien y de toda dignidad.
Así se deduce de lo que recogen los testimonios. Así parece que Marcos lo describe -y Salvador analiza cuidadosa, esmeradamente, ¡gracias!- y así me parece que debe tratar de comportarse un cristiano. Simplemente eso debe hacer.
Me uno, Gabriel, a tu oración por los desheredados de la tierra y por las víctimas de la violencia y la injusticia, sea cual sea el terrorismo que les oprima -legal o ilegal-, sea cual sea su nacionalidad o religión.
Saludos cordiales
Σπλαγχνίζομαι
Splagcnivzomai
Splagcnivzomai
8, 2 ME CONMUEVE ESTA MULTITUD…
Sobre este verbo que se traduce en el texto que Salvador nos presenta como “me conmueve” y algunas versiones traducen “Me compadezco”…padezco-con…Me voy a permitir pegar una reflexión, excelente reflexión del gran teólogo Brasilero Alberto Nolan, plasmadas en su monumental trabajo “JESUS ANTES DEL CRISTIANISMO ¿Quién ES ESTE HOMBRE?”…-
El término «compasión», sin embargo, es todavía demasiado inexpresivo para reflejar la emoción que movía a Jesús. El verbo griego esplagjnizomai, usado en todos estos textos, se deriva del sustantivo esplagjnon, que significa vientre, intestinos, entrañas, corazón, es decir, las partes internas de donde parece surgir las emociones profundas. El verbo griego, por consiguiente, indica un movimiento o impulso que fluye de las propias entrañas, una reacción visceral. Por eso los traductores han recurrido a expresiones como «se sintió movido de compasión o lástima», «sintió pena» o «su corazón se derramó hacia ellos». Pero ni siquiera estas expresiones captan las profundas connotaciones físicas y emotivas de la expresión griega para referirse a esa compasión.
Que Jesús se sintiera movido por este tipo de emoción es algo que está fuera de toda duda razonable. Es un sentimiento eminentemente humano que los evangelistas y la Iglesia primitiva no tenían necesidad de razones apologéticas para atribuírselo a Jesús. Además, como veremos, gran parte de la actividad y el modo de pensar de Jesús, así como el impacto que producía en la gente, no podrían entenderse si, de hecho, no se hubiera sentido profundísimamente movido de compasión hacia los pobres y los oprimidos”
Me parece que allí se encuentra la clave de esta lectura, todo gira alrededor de la multitud…SUS CARENCIAS…y el como Jesús se sitúa, ante esa multitud de seres humanos y SUS SUEÑOS, SUS CARENCIAS, SUS LUCHAS, SUS SUFRIMIENTOS…hay una conmoción FISICA, que parte de la entrañas y que lo lleva a sentir con…para padecer con…es necesario…ser, estar – con…Hace suyas las carencias, mientras que los discípulos convocados, se sitúan fuera de la multitud y de su carencias…ellos están ajenos a sus sufrimientos, carencias, luchas y Sueños
Es clave de vinculación…es el punto de partida del Reino…El AMOR DE JESUS- SU IDENTIFICACION TOTAL CON LA MULTITUD CARENCIADA… (Mt 25,45) No se trata de com- padecer desde afuera de la interioridad y de la multitud, sino desde adentro…visceral y como parte de la multitud…Esta es la clave de la Lectura, del Reino y de la forma en que la Iglesia debe servir a ese Reino…
La Iglesia que no se siente parte de las grandes multitudes sufrientes y carentes de nuestro mundo, no ha recibido la con vocación de Jesús (a propósito quiero elevar, junto a ustedes mi oración por las multitudes hambrientas y marginadas de los bienes de nuestro planeta y como símbolo de la Iglesia que sufre, se conmueve y es parte del pueblo sufriente a esa comunidad, que en la catedral de Bagdad que fue asesinada mientras celebraban Misa…
O a la de los cristianos de Honduras, hoy victimas de una dictadura infame…Esperamos que todos sintamos en ellos la con vocación de JESUS, de com partir, el Pan de nuestras vidas con la multitud sufriente…Un abrazo al querido hermano Salvador y a todos los hermanos de la comunidad de ATRIO desde Montevideo- Uruguay.- Gabriel