Quedó solo, con todo el espacio cayéndole
encima, todo el sol dándole en la cara,
el banco, triste y solitario magulla, aquellas
risas, aquellas lágrimas y los sueños
de aquella mujer sobre sus rodillas.
¿Quién te robó la vida, mujer?
El banco llora, y cada astilla siente el frío
de la soledad sin citas,
Ya no brilla con el mismo verdor
aquel césped, porque la niña
no está descalza, no le pisa,
porque en la niña, solo hay silencio,
ya no le dejaron risas.
¿Quién te quitó la vida?
El sol, nace con miedo,
porque no escuchará aquellas palabras
en poesía,
la música de la encina,
el retoque de sus hojas
en cada oda sin codicia…
aquel canto enjugado, y aquellas
lágrimas medidas y silenciadas
donde alguien pudiera oírla
¿Dime mujer, quien te hiere
y calla para seguir siendo dueño
de la voz herida?
La ausencia, sin vida duele
como ella, sabe de la soledad
cumplida,
solo y en la inmensidad del tiempo
y el espacio, muerto está sin la mujer
que le visita,
Ya nadie le recorre sus estrías,
sus espacio sin miedo de aquella
otra hacha homicida,
Ella no está, para que se paren
y coman de sus manos
las viajeras y poetas golondrinas,
¡Nadie trastea en sus entrañas
de verde ramo, de verde oliva!
Ninguna huella indaga en su piel
los vestigio de soles en tiempos lejanos,
nadie para y le mira en las entrañas
como ella amorosamente hacia.
Nadie buscan en sus nudos la lluvia
de otoño y las tormentas de varano,
solo aquella cándida e inocente niña,
ella desdibujaba su tez bajo el aguas
de sus ojos,
¿Por qué dejaste tus blancas perlas
en mi descendidas, y el miedo
de tu rostro a modo clavos
alojados, mi pobre niña.
Que manos no supieron rezar el salmo
de la vida, antes de tocarte una sola
estrella de tu manto
¡Ay! niña, donde duermes
hoy, aquello sueños donde el mar
era solo era un charco,
dime donde correr para que tú
vuelvas a tocar con tus ojos
la triste melancolía que desciende
hoy desde lo más alto,
¡Déjame mano cruel!
que sea este banco donde ella
tenga su descanso,
Para y vuelve sobres tus pasos,
en aquel tiempo donde otra mujer
en su vientre te llevaron,
deja que la paloma vuele
en la tierra desde la encina
hacia mi banco,
No quites de sus ojos
la luz que dieran luz a tus ojos
sin miedo y espanto,
pero con amor y agrado.
Solo está hoy triste banco,
nadie te habita! nadie sobre ti
escribe poemas
y canta bellos canto…
¿Quién mató a la mujer que libre
escucha el piar de los pájaros?
Cansado de poder el señor
dejó vacía su rústica silla.
Tampoco, de pie, aguardan y esperan
su orden los vasallos
Queda solitaria la sombra del árbol
y, en silencio, la hierba del campo.
Cambiaron los tiempos,
se mudaron los amos,
pero siguen sus deudos
en muelles poltronas sentados,
mientras por el mundo,
los proletarios siguen esperando
que, ni los mate el hambre,
ni los dejen tirados
por donde a la hierba
la sustituye el asfalto. Silla y sombra de tiempos pasados,
sois mudos testigos
de lo que no ha cambiado.
Cansado de poder el señor
dejó vacía su rústica silla.
Tampoco, de pie, aguardan y esperan
su orden los vasallo
Queda solitaria la sombra del árbol
y, en silencio, la hierba del campo.
Cambiaron los tiempos,
se mudaron los amos,
pero siguen sus deudos
enmuelles poltronas sentados,
mientras por el mundo,
los proletarios siguen esperando
que, ni los mate el hambre,
ni los dejen tirados
por donde a la hierba
la sustituye el asfalto. Silla y sombra de tiempos pasados,
sois mudos testigos
de lo que no ha cambiado.
En la piedra junto al árbol….hoy banco de los recuerdos .
Hasta caer la tarde, bajando dando vueltas y más vueltas ladera abajo… para comprobar la de vueltas que da el mundo.
Tengo en mente viendo esta imagen parte del campo de mi tierra extremeña, con la sombra de la encina para resguardarnos del torrencial y solariego sol…
Y de frente Monfragüe y sus insinuosas montañas, aquel banco es un buen rincón para describir paisajes, y añoranzas de otro tiempo, para rememorar sueños que con el tiempo olvidamos, y que solo afloran cuando una foto sale inesperadamente del ricón, o sujestivamente aparece en Atrio…
¡Quizás! tenga tiempo esta noche para asomarme a ese espacio y dejarme arropar por la encina, y en ese banco dejar que fluya palabras buhoneras …
¡Quizás! esté la musa esperándonos en ese tranquilo y solitario banco de madera que nos enraiza con la propia naturaleza
Un banco sugerente en el que conversar con alguien a quien se aprecia, o desglosar los detalles de tal o cual equivocación para llegarse al encuentro fraternal. Igualmente puede ser un excepcional lugar para encontrarse con el Padre. Llenarse los pulmones de aire y gritar como Santa Clara: ¡¡Gracias Señor por que me creaste!!.
Sin lugar a dudas es momento de reflexión, de prepararse. Tenemos ante nosotros las puertas de adviento y es hora de plantearse un objetivo o varios. Pero preferible es contentarse con poco, para dedicarse a ello con determinación. En cualquier caso, Dios está casi a la espera, nos llama, nos susurra al oído y nosotros con el corazón abierto debemos decirle: Padre nuestro…
Padre Nuestro de Arbeloa
Padre nuestro,
que estás donde el amor se enciende o se serena;
Padre nuestro,
que te llamas amor y al amor nos invitas,
y sólo en el amor nos reconoces
como hijos militantes de tu Reino,
Reino de amor, que crece siempre
más allá de la luz y el universo.
Y ésta es tu sola voluntad
en la tierra de los hombres
y en los hombres de tu cielo.
Queremos el pan que día a día se reparte,
el trabajo, el deporte, las risas y los sueños.
Porque tú nos dejaste todo el mundo
para hacerlo más limpio y más entero.
Queremos que nos quieras y comprendas
y nos des tu perdón cuando faltamos,
lo mismo que entre buenos compañeros.
Y entre todos, porque todo será poco,
nos quitemos de los pies a la cabeza
las mil trabas, los muchísimos tropiezos
que nos ponen quienes tienen de su mano
los mangos de la fuerza y del dinero,
y también los que algunos de nosotros nos ponemos.
Porque sólo quien ama de verdad
tiene ganas de decirte: “Padre nuestro”.
En el silencio la naturaleza nos habla. Arbol de sombra, banco de reposo, en el cielo sólo Dios……….
¡¡¡Que me caigoooooo!!!
QUIEN TE ROBÓ LA VIDA, MUJER
Quedó solo, con todo el espacio cayéndole
encima, todo el sol dándole en la cara,
el banco, triste y solitario magulla, aquellas
risas, aquellas lágrimas y los sueños
de aquella mujer sobre sus rodillas.
¿Quién te robó la vida, mujer?
El banco llora, y cada astilla siente el frío
de la soledad sin citas,
Ya no brilla con el mismo verdor
aquel césped, porque la niña
no está descalza, no le pisa,
porque en la niña, solo hay silencio,
ya no le dejaron risas.
¿Quién te quitó la vida?
El sol, nace con miedo,
porque no escuchará aquellas palabras
en poesía,
la música de la encina,
el retoque de sus hojas
en cada oda sin codicia…
aquel canto enjugado, y aquellas
lágrimas medidas y silenciadas
donde alguien pudiera oírla
¿Dime mujer, quien te hiere
y calla para seguir siendo dueño
de la voz herida?
La ausencia, sin vida duele
como ella, sabe de la soledad
cumplida,
solo y en la inmensidad del tiempo
y el espacio, muerto está sin la mujer
que le visita,
Ya nadie le recorre sus estrías,
sus espacio sin miedo de aquella
otra hacha homicida,
Ella no está, para que se paren
y coman de sus manos
las viajeras y poetas golondrinas,
¡Nadie trastea en sus entrañas
de verde ramo, de verde oliva!
Ninguna huella indaga en su piel
los vestigio de soles en tiempos lejanos,
nadie para y le mira en las entrañas
como ella amorosamente hacia.
Nadie buscan en sus nudos la lluvia
de otoño y las tormentas de varano,
solo aquella cándida e inocente niña,
ella desdibujaba su tez bajo el aguas
de sus ojos,
¿Por qué dejaste tus blancas perlas
en mi descendidas, y el miedo
de tu rostro a modo clavos
alojados, mi pobre niña.
Que manos no supieron rezar el salmo
de la vida, antes de tocarte una sola
estrella de tu manto
¡Ay! niña, donde duermes
hoy, aquello sueños donde el mar
era solo era un charco,
dime donde correr para que tú
vuelvas a tocar con tus ojos
la triste melancolía que desciende
hoy desde lo más alto,
¡Déjame mano cruel!
que sea este banco donde ella
tenga su descanso,
Para y vuelve sobres tus pasos,
en aquel tiempo donde otra mujer
en su vientre te llevaron,
deja que la paloma vuele
en la tierra desde la encina
hacia mi banco,
No quites de sus ojos
la luz que dieran luz a tus ojos
sin miedo y espanto,
pero con amor y agrado.
Solo está hoy triste banco,
nadie te habita! nadie sobre ti
escribe poemas
y canta bellos canto…
¿Quién mató a la mujer que libre
escucha el piar de los pájaros?
Diálogo y encuentro, paz, descanso, silencio, contemplación…
Cansado de poder el señor
dejó vacía su rústica silla.
Tampoco, de pie, aguardan y esperan
su orden los vasallos
Queda solitaria la sombra del árbol
y, en silencio, la hierba del campo.
Cambiaron los tiempos,
se mudaron los amos,
pero siguen sus deudos
en muelles poltronas sentados,
mientras por el mundo,
los proletarios siguen esperando
que, ni los mate el hambre,
ni los dejen tirados
por donde a la hierba
la sustituye el asfalto.
Silla y sombra de tiempos pasados,
sois mudos testigos
de lo que no ha cambiado.
Cansado de poder el señor
dejó vacía su rústica silla.
Tampoco, de pie, aguardan y esperan
su orden los vasallo
Queda solitaria la sombra del árbol
y, en silencio, la hierba del campo.
Cambiaron los tiempos,
se mudaron los amos,
pero siguen sus deudos
enmuelles poltronas sentados,
mientras por el mundo,
los proletarios siguen esperando
que, ni los mate el hambre,
ni los dejen tirados
por donde a la hierba
la sustituye el asfalto.
Silla y sombra de tiempos pasados,
sois mudos testigos
de lo que no ha cambiado.
Deseo
Sencillo quiero ser como Tú eres.
El alma transparente como el día
La voz sin falsear y la mirada
profunda como el mar, pero serena.
No herir, pero inquietar a cada humano
que acuda a preguntarme por tus señas.
Amar, amar, amar, darme a mí mismo
de balde cada día y sin respuesta.
Ser puente y no llegada, ser camino
que se anda y que se olvida, ser ventana
al campo de tus ojos y quererte.
Descanso quiero ser, vaso de vino
de Dios para los hombres cuando vengan
con polvo sobre el alma de buscarte.
Valentín Arteaga
mª pilar
En la piedra junto al árbol….hoy banco de los recuerdos .
Hasta caer la tarde, bajando dando vueltas y más vueltas ladera abajo… para comprobar la de vueltas que da el mundo.
Saludos.
Tengo en mente viendo esta imagen parte del campo de mi tierra extremeña, con la sombra de la encina para resguardarnos del torrencial y solariego sol…
Y de frente Monfragüe y sus insinuosas montañas, aquel banco es un buen rincón para describir paisajes, y añoranzas de otro tiempo, para rememorar sueños que con el tiempo olvidamos, y que solo afloran cuando una foto sale inesperadamente del ricón, o sujestivamente aparece en Atrio…
¡Quizás! tenga tiempo esta noche para asomarme a ese espacio y dejarme arropar por la encina, y en ese banco dejar que fluya palabras buhoneras …
¡Quizás! esté la musa esperándonos en ese tranquilo y solitario banco de madera que nos enraiza con la propia naturaleza
Meditación- Servicio- horizontes trasncendetes y cuidado donde caminas, porque con ese declive corres el riesgo de romperte la crisma…Gabriel
Un banco sugerente en el que conversar con alguien a quien se aprecia, o desglosar los detalles de tal o cual equivocación para llegarse al encuentro fraternal. Igualmente puede ser un excepcional lugar para encontrarse con el Padre. Llenarse los pulmones de aire y gritar como Santa Clara: ¡¡Gracias Señor por que me creaste!!.
Sin lugar a dudas es momento de reflexión, de prepararse. Tenemos ante nosotros las puertas de adviento y es hora de plantearse un objetivo o varios. Pero preferible es contentarse con poco, para dedicarse a ello con determinación. En cualquier caso, Dios está casi a la espera, nos llama, nos susurra al oído y nosotros con el corazón abierto debemos decirle: Padre nuestro…
Padre Nuestro de Arbeloa
Padre nuestro,
que estás donde el amor se enciende o se serena;
Padre nuestro,
que te llamas amor y al amor nos invitas,
y sólo en el amor nos reconoces
como hijos militantes de tu Reino,
Reino de amor, que crece siempre
más allá de la luz y el universo.
Y ésta es tu sola voluntad
en la tierra de los hombres
y en los hombres de tu cielo.
Queremos el pan que día a día se reparte,
el trabajo, el deporte, las risas y los sueños.
Porque tú nos dejaste todo el mundo
para hacerlo más limpio y más entero.
Queremos que nos quieras y comprendas
y nos des tu perdón cuando faltamos,
lo mismo que entre buenos compañeros.
Y entre todos, porque todo será poco,
nos quitemos de los pies a la cabeza
las mil trabas, los muchísimos tropiezos
que nos ponen quienes tienen de su mano
los mangos de la fuerza y del dinero,
y también los que algunos de nosotros nos ponemos.
Porque sólo quien ama de verdad
tiene ganas de decirte: “Padre nuestro”.
(Victor Manuel Arbeloa)
Serena soledad… paz, espera…
mª pilar