En política todo error es un crimen. Eugène Chatelain
Dentro de dos semanas se elegirá, en segunda vuelta, al nuevo Presidente de Brasil. Esta es una elección, muy importante para el futuro de Latinoamérica y del mundo, que se decidirá según la opción que tomen los que votaron a Marina Silva en la primera vuelta.
- La votación de Marina ciertamente influenció. La lectura de ese electorado es compleja, ni de lejos se trata de una ola ecológica en Brasil –las otras votaciones de los verdes fueron insignificantes. Se habrían juntado varías cosas: desde votos verdes, izquierda light, hasta los votos anti-Dilma, votos desencantados con Serra, entre otros. Pero la alta votación de Marina requiere un análisis más preciso.
Para la segunda vuelta cuentan esos votos: más de la mitad concentrados en São Paulo, Río de Janeiro y Minas Gerais, además del DF, donde ella quedó en primer lugar.
(Fragmento de Emir Sader- Balance inicial de la primera vuelta en Alainet)
Mucho se han esforzados analistas de primera línea y especialmente de la izquierda brasileña, como Emir Sader, en destacar algunos aspectos cara a la segunda vuelta de las elecciones presidenciales en Brasil, en destacar los logros del PT sobre todo en aspectos como el hambre cero, en el desarrollo vertiginoso económico de Brasil, la conducta en comercio exterior y en relaciones internacionales, hoy Brasil forma parte de los que se ha dado en llamar el fenómeno BRIC (Brasil, Rusia, India y China), grandes economías emergentes con gran capacidad de desarrollo y de crecimiento, incluso en plena crisis, que parecen destinadas a sustituir al gran Hegemón imperial…, claro que sin cambiar el sistema.
Pero a fuerza de decir la verdad, tenemos que señalar que Lula, no pudo o no quiso avanzar más que hacia una socialdemocracia devaluada (como dijo Marenales, político Uruguayo, refiriéndose a nosotros), pues evitó que las reformas profundizaran en el camino hacia un vinculación social, política y económica, más socializante… Evitó profundizar los mecanismos de distribución de la riqueza, evitó ahondar en una profunda y verdadera reforma agraria, se plantó con mucho firmeza en un modelo desarrollista (que no compadecía de la sostenibilidad), capitalista y agro exportador; en el comercio exterior, ha implementado una suerte de subcapitalismo empresarial, con inversiones que marcan un flujo creciente de riqueza desde países periféricos hacia Brasil, por ejemplo, las plantaciones de Soya, los mega emprendimientos hidroeléctricos dentro y fuera de Brasil, con la obvia finalidad de lograr una red cuasi continental de energía eléctrica barata, con un altísimo costo ambiental.
No, el gobierno de Lula, no fue ni lo que se esperaba, ni siquiera fue una socialdemocracia de vanguardia. A menudo sus ofensivas en el congreso para lograr leyes o sus decretos, facilitaban la penetración del gran capital y criminalizaban la protesta. Incluso a nivel internacional, al tomar el liderazgo por ejemplo del tema Honduras, el tema se estancó…
No le faltaron a este gobierno defectos en su valoración (como muchos gobiernos de izquierda de la región) del mal que causan los organismos de crédito internacional con aquellos postulados que apoyó desde el G20…
En este contexto surge Marina Silva como una verdadera alternativa y, si bien puede haber alguna votación que tuviera que ver con el aborto, la mayor parte de quien le votó es gente que se sintió defraudada del PT. Incluso creemos que hubo mucha presencia de algunos movimientos sociales. Sin embargo lamentablemente no alcanzó una votación que le permitiera tener en el congreso una presencia que determinará la necesidad de PT de negociar con ella.
El PT ha conseguido en el congreso una mayoría aplastante, de tal nivel que hoy, nadie puede gobernar Brasil, sin contar con el acuerdo con el PT.
La valoración de situación hoy es que en las últimas elecciones el PT ha logrado, a través de la sumatoria de legisladores en el congreso, un poder muy importante en la gestión de gobierno de Brasil, alcance o no la presidencia.
Pero, si en Chile la Concertación y Piñera eran casi lo mismo, en Brasil el PT y el PSDB están lejos de ser lo mismo, el programa de gobierno de la derecha está afiliado al internacionalismo capitalista de una forma mucho más negativa que el PT y este capitalismo desea echarle mano a las reservas petroleras y al inmenso capital en recursos de las empresas paraestatales, que para muchos emergen como usinas capaces de transformarse, con la legislación adecuada, en un instrumento prioritario, no sólo para evitar el lucro del gran capital sobre diversos recursos naturales, sino para transformarse en un pulmón que distribuya riqueza a los sectores más empobrecidos de la población. Es obvio que, como ha hecho en todo el continente, la derecha desmembraría las paraestatales y entregaría los principales recursos y justo es decir, a pesar de todo, que este espacio el PT en el gobierno de Lula lo ha defendido con mano firme. La entrega de esos recursos y el desmonte de las paraestatales sumergirían a Brasil y su pueblo en una densa oscuridad neoliberal…
Si tuviéramos algo que ver con el PT y con el PV, hubiéramos tratando de negociar el apoyo. Es obvio que el Brasil con el que Marina Silva sueña, se parece mucho más al Brasil del PT, que al de Serra y el PSDB, que desde un gobierno del PT es posible influir mucho más para la defensa de la sostenibilidad que desde un gobierno del PSDB. Marina conoce a los actores y los conoces bien y, con todos sus defectos y virtudes, es más confiable Dilma Rousseff que Serra y la entrega de Brasil a la derecha, en definitiva, seria una entrega de esa economía al imperio y ya sabemos cuál seria el resultado…
Por eso no entendemos la neutralidad de Marina Silva, más allá de que los votos de su partido sigan su opción o nos permitimos opinar que ella debió ser clara y salir a cortarle el camino al poder a la derecha, para comprometerse contra un proceso, que de concretizarse, retrotraería las condiciones del pueblo y la lucha latinoamericana 50 años atrás… Creo, y no me parece equivocarme cuando lo pienso, que mucha personas en toda Latinoamérica esperamos que nuestro diagnóstico sobre el perfil del grueso de los votos Marina Silva (persona de izquierda enojadas con el PT) sea correcto y que, como muchos suponemos, gran parte del elevado abstencionismo también lo sea, en cuyo caso, por el bien de su pueblo esperamos que en esta segunda vuelta se alineen con Dilma…para evitar que la derecha llegue al poder y así se comprometa la calidad de vida y el porvenir del pueblo del Brasil, …Tal vez el PT, no será una solución ideal, pero así es la historia de los pueblos, la perfección siempre, como la utopía, nos impulsan a redoblar esfuerzos y lo peor que nos puede pasar en este camino de lucha, es volver atrás…demasiado dolor y sangre han costado avanzar hasta aquí…POR ESO ESPERAMOS QUE EL PROXIMO 31 DILMA SEA PRESIDENTA…La lucha continuará, el pueblo deberá mejorar sus instrumento cara al futuro, pero hoy por hoy, es la única manera de no volver atrás…
Hola!
Una Sociedad (chica o grande) es OPINIÓN:
No sólo
* lo que uno piensa del otro;
sino -sobre todo-,
* lo que uno piensa lo que el otro piensa de mí.
Eso es la “Opinión Común o Pública”.
Excursus: Lo dice excelentemente un verso de A. Machado:
“El ojo no es ojo porque lo ves, sino porque te ve“.
Brasil (Lula) no abordó la lucha por una Ley de SERVICIOS de Medios Audiovisuales;
y eso -tarde o temprano- lo paga la Sociedad.
·········
Pero igual hay que ¡Ir todavía! – Oscar.
El anterior comentario de Pulika es tan imprtante que, anque todos habremos captado su contenido expresado en la lengua hermana prtuguesa, creemos oportuno aportar una traducción para que no se pierda ningún matiz de lo expresado:
La única explicación posible es que Marina estaría queriendo invertir en las elecciones de 2014, contando con su buena votación del 3 de octubre. ¡Bendita ilusión! Esa votación no fue a favor de Marina, sino en contra de Dilma. No por los problemas del gobierno de Lula, sino debido a una campaña de difamación en la que participan militares, evangélicos, monárquicos y el ala (la mayoría) más derechista de la Iglesia Católica, con cobertura de la prensa e incluso de la justicia electoral. El último escándalo fue el hallazgo por la policía en São Paulo de una gráfica, ligada al PSDB, que estaba imprimiendo un millón de panfletos difamatorios contra Dilma, de una orden de veinte millones, con la firma de obispos de la CNBB de São Paulo y el símbolo de la Conferencia de los Obispos de Brasil (CNBB), cuya cuenta se cargará a la Diócesis de Guarulhos, São Paulo, comprometida con el submundo de la campaña contra Dilma Rousseff.
Ni Kafka entiende ya el proceso electoral en Brasil. Sigo las elecciones desde 1962 y nunca he visto nada igual, ni en 1964 cuando hubo el golpe militar. En cuanto a Marina, no me parece que vaya a ir muy lejos, porque la derecha la detesta y la izquierda perdió su confianza en ella. Por otra parte, no tiene partido. Creo que la escasa votación que obtuvo el Partido Verde (PV) para el Congreso certifica la probabilidad de mis observaciones.
A única explicação possível é que Marina estaria querendo investir nas eleições de 2014, contando com sua boa votaçãoem 3 de outubro. Santa ilusão! O voto para Marina não foi para Marina, foi contra a Dilma. Não em função de problemas do governo Lula, mas em decorrência de uma campanha fascista de calúnias envolvendo militares, evangélicos, monarquistas e a ala (maioritária) mais à direita da igreja católica, com a cobertura da imprensa e mesmo da justiça eleitoral.
O último escândalo foi o flagrante da polícia em uma gráfica de São Paulo, ligada ao PSDB, que estava produzindo um milhão de panfletos caluniosos contra a Dilma, em uma encomenda de vinte milhões, com a assinatura de bispos da CNBB de São Paulo e o símbolo da CNBB; e cuja conta foi debitada à Diocese de Guarulhos, São Paulo, comprometida com o submundo da campanha contra Dilma Roussef.
Nem Kafka entende mais o processo eleitoral no Brasil. Acompanho as eleições desde 1962 e nunca vi coisa igual, nem em 1964, quando houve o golpe militar.
Quanto a Marina, não acredito que ela vá longe, pois a direita a detesta e a esquerda nela perdeu a sua confiança. Além disto, não tem partido. Penso que a ínfima votação que teve o PV para o Congresso atesta a probabilidade de minhas observações.
Al igual que a Honorio no me ha gustado la pretendida “neutralidad” de Marina, ni a ninguno de los comentaristas brasileros que he leido en estos días. Frei Betto es muy benévolo con ella, pero en estos momentos no se puede ni se debe ser neutral, porque no es lo mismo un partido que el otro ni Serra ni Dilma tienen proyectos similares.
Debería Marina distinguir con mucha más finura los proyectos políticos de los dos candidatos y matizar mucho más. Cualquier persona con una formación política básica es capaz de hacer esa distinción. ¿Como ella no ve las diferencias?
Tal parece, dicen algunos, que Marina quedó resentida de su paso por el gobierno de Lula , y por no haber sido elegido ella como candidata por el PT. Y que no sabe perdonar…
ES INTERESANTE LEER LA REFLEXION DE ALGUIEN MUCHO MAS CALIFICADO QUE YO, FREI BETO, SOBRE LA REALIDAD DE BRASIL, REFLEXION QUE COMPARTO, EN CADA PUNTO Y EN CADA COMA.- Gabriel
Marina Silva se constituyó políticamente en representante de importantes demandas de la sociedad que aún no han sido debidamente asumidas por el PT y el PSDB. Parafraseando a Shakespeare, hay más cosas entre la izquierda y la derecha de lo que suponen los actuales caciques partidarios. Se ha creado una grieta, que rompe la polarización partidaria. Y para muchos se ha abierto una nueva ventana de esperanza.
La candidatura de Marina Silva ayudó a bloquear el supuesto carácter plebiscitario de la primera vuelta. Ahora Dilma y Serra tienen obligatoriamente que debatir propuestas y programas de gobierno. El elector no quiere saber si fue Henrique Cardoso o Lula el mejor presidente. Le interesa el futuro: cómo promover el desarrollo sustentable. Cómo puede ofrecer el Estado una más eficiente seguridad pública y mejores sistemas de enseñanza y de salud. Cómo serán preservados la Amazonía y todos nuestros bosques.
Marina es neófita en el PV. Y así como Lula es mayor que el PT, ella es también mayor que el PV. Y la historia del PV está marcada, como sucede también en los otros partidos, por contradicciones. Participó en el gobierno de Lula (Ministerio de Cultura) y, a nivel de estado, en el gobierno de Serra en São Paulo (Secretaría del Medio Ambiente) y en Río de Janeiro apoyó a César Maia (DEM) en su candidatura a gobernador.
El PV podrá continuar en la cresta de la ola, o incluso hasta dejarse seducir por el canto de sirenas, y aceptar propuestas de cargos en el futuro gobierno federal. Marina no. Ella tiene una historia de coherencia y testimonio ético. Sin embargo la candidata del PV no tiene el derecho a mantenerse neutral en la segunda vuelta.
En política la neutralidad es omisión. Ningún aspecto de nuestras vidas -desde la calidad del café mañanero al transporte que utilizamos- escapa al ámbito de la política. Y Marina no llegó de Marte. Viene de las comunidades de Acre, de las Comunidades Eclesiales de Base, de la escuela medioambiental de Chico Mendes, del PT, por el cual llegó a ser senadora y gracias al cual se convirtió en ministra del Medio Ambiente en los dos períodos de Lula.
El elector espera que Marina tome postura, y que lo haga en coherencia con su historia de militante y sus principios éticos e ideológicos. Sería una decepción verla en lo alto del tejado para observar mejor a ambos lados… No es un fiel sólo el que abraza convencidamente una religión determinada. Hay que tener fidelidad también a la trayectoria que permite a Marina destacarse hoy como una de las más importantes líderes políticas del Brasil.
Lo que ahora está en juego no es el futuro electoral de la senadora Marina Silva y su enorme patrimonio político de casi 20 millones de votos. Es el futuro inmediato del Brasil. En los próximos cuatro años la influencia de ella pesará en el rumbo de nuestro país. Por eso es necesario que, aunque militante de los verdes, madure cuanto antes su posición entre los dos proyectos de Brasil en liza. http://alainet.org/active/41624
Cuando Brasil hace frente a un dilema como elegir entre Dilma Ronsseff o el candidato de la derecha, no se puede ser neutral. No me gusta la abstención de Marina Silva, ahora no toca, ahora toda derrotar a la derecha. Cuando sea el momento, en unas eventuales elecciones al parlamento o a cualquier otra cosa, Marina Silva tendrá que seguir proponiendo sus soluciones alternativas, reforzando a la izquierda brasileira, disputándole su espacio al PT. Pero ahora no toca, repito.
Como viene al caso, dadas las circunstancias de pronunciamiento popular en las urnas Brasil, me permito colgar repetidamente aquí este comentario por si a alguien le ayuda a centrar su orientación responsable. Disculpad y gracias,
Muy bien eso de valorar con “realismo” los pasos del mal menor en el proceso práctico de intentar cambiar tan profundo desequilibrio humano, pero no admitamos ni teórica, ni prácticamente sofismas. El desafío a la realidad actual hemos de plantearla y planificarla desde esos miles de millones de PERSONAS que no pueden vivir (su corta, limitada y única vida temporal) en las circunstancias superables que se les imponen por un sistema radicalmente injusto y basado en la ignorancia, el error, el engaño y el abuso violento de poder, concentrado en grupos muy minoritarios que se sienten arropados por la complicidad, voluntaria o inconsciente, de muchos.
Si en otros momentos de la Historia, había dificultades por aislamiento, desconocimiento o atraso técnico, para abordar con realismo las situaciones de MISERIA, al presente esto no es sostenible, cuando ya la técnica nos está permitiendo bucear en las lejanísimas galaxias y se está preparando el negocio del Turismo Cósmico, aparte de seguir acumulando armamento inútil atómico, pues de emplearse, ni siquiera sería efectiva una mínima parte de él, pues los objetivos enemigos no darán para tanto.
Hoy, la cuestión es de VOLUNTAD POLÍTICA POPULAR en la que decimos reside LA SOBERANÍA sobre todo en las demoCRACIAS más eficientes.
Por poco que nos permitan VER y JUZGAR, para ACTUAR, sabemos, o podemos y debemos SABER a la hora de comprometer la poca participación que esa demoCRACIA nos concede, que la RESPONSABILIDAD HUMANA sólo la podemos asumir dignamente desde la aceptación y práctica de aquel SUPREMO PRINCIPIO HUMANO: “NO QUIERAS PARA NADIE, LO QUE NO QUIERES PARA TÍ.