Otros temas

Autores

Archivo de entradas

Temas

Fechas

Calendario

7410 Artículos. - 112726 Comentarios.

Ha muerto Marcelino Camacho

Esta madrugada se apagó su vida, consumida por los años, al servicio del mundo obrero. Esta vez la muerte no es tragedia sino invitación a con-memorar. Marcelino fue un hombre bueno y, para muchos, un símbolo. El relato que sigue, tomado de El País, nos ayudará a evocar o conocer su vida. Y los comentarios a expresarnos.

 

Fallece Marcelino Camacho, el padre del sindicalismo moderno español

El fundador de Comisiones Obreras, de 92 años, llevaba tiempo enfermo

MANUEL V. GÓMEZ – Madrid – 29/10/2010

 Cerca de 6.000 trabajadores se agolpaban a las puertas del Ministerio de Trabajo en el verano de 1966. Querían entregar un manifiesto firmado por 25.000 personas. Su título era Ante el futuro del sindicalismo, un documento que se considera la génesis de Comisiones Obreras. La policía franquista disolvió la concentración a golpes y detuvo a cuatro hombres. Uno de ellos era el que luego se convertiría en el primer secretario general de CC OO, Marcelino Camacho, el padre del sindicalismo moderno español, el nacido tras la Guerra Civil. Volvía así a la cárcel un hombre que en su lucha por los derechos de los trabajadores estuvo en prisión varias veces y pasó 13 años en el exilio. A la 1.30 de la madrugada del este jueves, Marcelino Camacho murió. Su capilla ardiente se instalará en el edificio de Comisiones Obreras desde las 10 del viernes a las 11.30 del sábado en la calle de Lope de Vega de Madrid. Ese día a las 12 el féretro se trasladará a la Puerta de Alcalá para una despedida. A las 14.00 horas comenzará el entierro en el Cementerio Civil.

Apenas hace ahora un año que Marcelino Camacho había dejado su casa, la de siempre en Carabanchel, para irse a vivir cerca de uno de sus dos hijos, su hija Yenia, en Majadahonda. Su piso de toda la vida, en donde vivió más de medio siglo, no tenía ascensor y el líder histórico del sindicalismo español necesitaba vivir en un piso sin barreras arquitectónicas. Iba en silla de ruedas y estaba enfermo.

La vida de Marcelino Camacho, fundador de las Comisiones Obreras -como gustan de llamar al sindicato sus afiliados- comenzó un 21 de enero de 1918 en Osma La Rasa (Soria). Hijo de un ferroviario afiliado a UGT, llevaba inscrito en el ADN su carácter sindicalista. Un maestro y sacerdote, Feliciano Oliva Cobos, nombre que, pasados los 90 años, aún recitaba de carrerilla, estuvo a punto de truncar la carrera que el destino le había preparado. “El cura me quiso llevar al seminario, pero yo quería ser ferroviario como mi padre”, y lo rechazó.

Le esperaba su tarea de sindicalista. A los 16 años ya comenzó a organizar un sindicato, y el Partido Comunista de España, al que se afilió con 17 años. Y un año después llegó la Guerra Civil, en la que entró, junto a su padre y otros ferroviarios, ayudando a descarrilar en su pueblo la locomotora 531 para bloquear la comunicación de las tropas franquistas. Finalizado el conflicto fue detenido en Madrid y comenzó un peregrinaje por la cárcel y grupos de trabajo forzados hasta que escapó en 1943 al Marruecos francés; y un año después, a Argelia.

No volvió a España hasta 1957, ya casado con Josefina, su compañera de toda la vida. El mismo año comenzó a trabajar de oficial fresador en Perkins Hispania y retomó su trabajo sindicalista desde el primer momento.

La historia es difusa. No se sabe si el embrión de lo que hoy es Comisiones Obreras se fundó el mismo 1957 en la mina La Camocha o un poco antes en la siderurgia vizcaína. Pero Camacho está en esa historia desde el principio. Y como no podía ser de otra forma, en un país sin libertades como la España franquista, la lucha sindicalista volvió a llevar a Camacho a la cárcel, en 1966. Salió pronto, aunque volvió a ser detenido al año siguiente. Fue el tiempo justo para recoger el apabullante triunfo de CC OO en las elecciones sindicales de ese año. En la Perkins, Camacho recibió el respaldo casi unánime de sus compañeros.

De nuevo, volvió a prisión en 1972, víctima del famoso proceso 1.001 que lo llevó a la cárcel junto al resto de la cúpula de CC OO (Nicolás Sartorius, Miguel Ángel Zamora, Pedro Santiesteban, Eduardo Saborido, Francisco García Salve, Luis Fernández, Francisco Acosta, Juan Muñiz Zapico y Fernando Soto).

Para hacer menos frías y duras esas estancias en la cárcel, su mujer tejía sus famosos jerseys de cuello vuelto, los marcelinos, que crearon un estilo en la transición.

La democracia le devolvió la libertad y sacó de la clandestinidad a su sindicato, del que fue elegido secretario general en 1977. La pujanza de la socialdemocracia le llevó a pelear con UGT para hacerse con la hegemonía del movimiento obrero. En esa lucha, durante un debate televisivo, escuchó la frase célebre del otro líder histórico del sindicalismo moderno español y antiguo secretario general de UGT, Nicolás Redondo: “Mientes Marcelino y tú lo sabes”. También en 1977 fue elegido diputado de las cortes constituyentes por el PCE. Repitió en 1979.

La enfermedad de Camacho le impidió participar en la última huelga general de la democracia, la del pasado 29 de septiembre. En cambio, fue el principal artífice de la primera, la de 1985, la que convocó CC OO solo por la reforma de pensiones contra el primer Gobierno socialista de Felipe González. Dos años después dejó el liderazgo del sindicato en manos de Antonio Gutiérrez y se convirtió en su presidente de honor.

No fue ajeno a las disputas internas que llegaron al sindicato con su marcha. Tampoco lo había sido antes. Se alineó con el sector crítico de CC OO, el más cercano al Partido Comunista. Esto le llevó a perder su cargo honorífico. Volvió a comprometerse en la última batalla pese a su deterioro físico. En la pelea entre Ignacio Fernández Toxo y José María Fidalgo apostó por el primero, y esta vez venció. Pese a ello, el respeto y la admiración que le profesan los afiliados al sindicato son unánimes. Los aplausos a su entrada al auditorio, del brazo de Josefina, en el último congreso del sindicato se situaron por encima de la tensión que reinó en un cónclave decidido por un puñado de votos.

5 comentarios

  • MARISA-EL-TALLER

    “Eulogio Marcelino Camacho Abad,mayor de edad de pesima conducta social, con numerosos antecedentes policiacos, uno de los dirijentes maximos, organizador y promotor de las Comisiones Obreras..”
    Asi se referia a Marcelino Camacho el  fiscal del sumario 1.001, asi se refiere el sistema a aquellos heroes que se le enfrentan.

  • h.cadarso

      Marcelino Camacho al irse ha dejado un puesto vacío en el frente de la lucha obrera y de la acción sindical. Algunos se dedican en este momento a pedir a los sindicalistas de hoy que se vuelvan a casa. Yo creo que Marcelino busca voluntarios que cubran su puesto en primera línea, con su mismo desinterés y generosidad.
      Ya no es hora de mirar a atrás, a la historia pasada, ni a los lados, a lo que hacen los demás. Hay que mirar hacia adelante…Por favor!  

  • Maite Lesmes

    Siento mucha pena, a la vez que gran admiración, por este hombre de gran bondad y coherencia, fundador del sindicato CCOO en que he militado, diputado… Quedan pocos hombres de izquierda históricos como él.
    La historia de España no puede olvidarlo.

  • MARISA-EL TALLER

    Se nos ha marchado un hombre honesto, se ha marchado un profeta del siglo XX.
    Un abrazo a Josefina y resto de familia desde este rincon de Extremadura, donde tuve la suerte de poder compartir en alguna ocasion conversacion, con Josefina y con Marcelino. Esta pareja hace que este planeta, sea mas vivible. Deja una herencia que no se apolilla, ojala y sepamos hacerle honor a este legado.
    No, estoy triste hoy, hoy estoy contemplando, que me trasmitio.
    MARCELINO VIVE.
    PAZ Y BIEN.

  • Carmen (Almendralejo)

    Siento la muerte de alguien que vivió como predicó… el fundador de un Sindicato que en su últimas palabras en público dijo… “Queda mucho por hacer, queda la Paridad…”
    Hoy no ha muerto un hombre que vivió 15 años encarcelado por los DDHH de Trabajadores, sino que ha muerto un hombre que ha sido como todas aquellas personas que han tendio poca cuotas de poder, y aún menos se enriquecierón en ese trabajo social.
    ¡Qué poco se ha dicho de su labor, y que pocos reconocimientos se le ha dado a quién dejó depuestas ideas y pensamientos por lo que perdió libertad para que esta “Democrácia” lait viese la luz.
    Marcelino Camacho, naciste entre vía, viviste en movimiento y mueres sin apenas momoria porque tu enferdad se la llevó, quizás sea bueno, morir sin ella para morir en paz.