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Día mundial contra la pena de muerte

 “La pena de muerte es considerada como el triunfo de la venganza sobre la justicia y viola el primer derecho de todo ser humano: el derecho a la vida, la pena capital nunca ha disuadido el crimen y constituye un acto de tortura y el último trato cruel, inhumano y degradante. Una sociedad que acude a la pena de muerte anima simbólicamente a la violencia”. Declaración del Primer Congreso Mundial contra la Pena de Muerte, realizado en Estrasburgo, Francia, en junio del 2001.

          Amnistía Internacional tuvo noticia de al menos 714 ejecuciones durante el año 2009, produciéndose la inmensa mayoría en Irán, Irak, Arabia Saudí y Estados Unidos. Este total no incluye las miles de ejecuciones que presumiblemente se consumaron en China. Además, se calcula que 2.001 personas fueron condenadas a muerte en 56 países.

          Ahora bien, a mi parecer, el caso más inconcebible es el de EE.UU. Un país que supuestamente lidera las democracias libres; que la mayoría acepta la cosmovisión cristiana con relación a asuntos morales específicos, como el aborto; que practica casi todas las religiones del mundo; que ha sido cuna y lugar de desarrollo e incluso de nuevas religiones y que cuya costumbre enraizada en el sentimiento de sus gobernantes es invocar la bendición de Dios para su país, resulta que sigue manteniendo la pena de muerte, nada menos que en 37 Estados.

         Desde el año 1976 que se reimplantó la pena capital, han sido ejecutadas 1.220 personas y más de 3.000 condenados esperan saber el día de su ejecución. La última llevada a cabo hace poco más de doce días, ha sido la de Teresa Lewis, de 41 años, que se encontraba en el corredor de la muerte desde 2003, tras declararse culpable de haber ordenado a dos hombres, uno de ellos su amante, que asesinaran a su marido y su hijastro, Julian y Charles Lewis, en 2002. Sus abogados mantuvieron hasta el último momento que su coeficiente intelectual, de 72, rozaba el límite legal del retraso mental, situado en 70, lo que le impedía planear una estrategia asesina y la convertía en víctima de la manipulación de uno de los autores materiales del crimen. Pues bien, ni las razones expuestas por sus abogados ni la intensa campaña que pedía clemencia por la supuesta discapacidad intelectual de la presa, ni la petición de la Unión Europea al gobernador McDonnell, de que conmutase la sentencia a cadena perpetua, logró impedir que Lewis fuese ejecutada con la inyección letal, el día 24 del pasado mes de septiembre en el Centro Greensville de Virginia (EE.UU).

          Sesenta y una mujeres esperan su turno en el corredor de la muerte. Y son ya 38 las personas que han sido ejecutadas en EE UU en lo que llevamos de 2010. Jamás puede haber justificación para la pena de muerte. ¡Nunca! Ni la mayor o menor violencia del delito, ni las peculiaridades de la persona que delinque, ni el método empleado por el Estado en la ejecución. La pena capital es la negación más extrema de los derechos humanos: es un homicidio premeditado a sangre fría a manos de un Gobierno y en nombre de la justicia, y el castigo más cruel, inhumano y despreciable que existe. ¿Se puede cuantificar la tortura mental que supone permanecer en el corredor de la muerte durante años sin saber exactamente el día en el que te van a ejecutar? 25 años llevaba Lee Gardner en el corredor de la muerte cuando fue ejecutado el pasado 16 de junio en la prisión estatal de Utah (EE UU). Los abogados de Gardner que afirmaron que su cliente fue tratado injustamente durante el juicio porque carecía de fondos para pagarse una defensa legal competente, basaron sus solicitudes de clemencia o aplazamiento de la ejecución en los problemas sufridos en su juventud, cuando fue víctima de abusos y de la adicción a las drogas.

          Reflexionemos sobre esta locura que es una muestra más de la falta de evolución del ser humano, y luchemos para que en un futuro próximo no tengamos que celebrar el día mundial contra la pena de muerte por la sencilla razón de que ya no exista en ningún lugar del mundo.

                 http://www.maitegarciaro.blogspot.com

 

 

31 comentarios

  • El Nuevo testamento, además de distinguir entre pecado y pecador, indica al cristiano la obligación de practicar el perdón y la misericordia, en base al ejemplo dado por Jesús desde la cruz. Este debe ser el camino de quien trabaja por la abolición de la pena de muerte.
    Los cristianos pueden y deben abrirse a una visión abierta al perdón que sepa siempre dar vida a una justicia capaz de corregir y de ofrecer al mismo tiempo la posibilidad de cambio. Es necesario afirmar el concepto y la práctica de una justicia siempre rehabilitaría y nunca incapaz de no poder devolver aquello que es quitado: la vida. Toda pena que no deja posibilidad de cambio y de redención no es cristiana y corre el riesgo de ser inhumana, y de ponernos en lugar de Dios y que ni la sociedad, ni el hombre, ni el estado puede ponernos en el lugar de Dios.
    No olvidar que el asesino de san Pedro de Verona (1206-1252), por ejemplo, se arrepintió y luego se convirtió en un hermano dominico y quienes lo conocían se referían a él como el “beato Cariño”.
    Lucho

  • Luciano Vazquez

    El primer pensamiento que me viene a la cabeza es un rechazo frontal y total para la pena de muerte, luego, uno comienza a pensar, más pausadamente, y piensa en esas personas que estan castigadas a cadena perpetua, encerradas en un espacio, de por vida. Piensa en el reciente premio Nobel, encerrado, aislado, sin vida familiar por tener ideas propias, o en la Sra (No se escribir su nombre) Birmana, recluida en su casa por orden de la Junta Militar, o los años que paso, Nelson Mandela en la carcel, y la de otros muchos que fueron enviados al Gulag y a los cuales se les privo de todo, excepto de su vida.
    ¿Cuantos de ellos habrian preferido la muerte ?, Desconocemos la respuesta, porque desconocemos las situaciones desesperantes que el ser humano, cuando se ve en esas situaciones atraviesa. 
    Me da a mi la impresión que a veces, peor que la muerte, es privarle a una persona de sus propios espacios vitales, para dejarlo vacio de contenido y de sentido y llevar una muerte en vida.
    ¿Que hacer con un criminal?, ¿Con un violador?, no me cabe la menor duda que han de ser recluidos, no pueden ejercer una vida en sociedad hasta que no haya seguridades plenas al respecto y aqui me manifiesto en pro de la reinserción. Pero habrá ciertos criminales que no se recuperen y no puedan ser devueltos a la sociedad, por cuestiones meramente fisicas, estos no pueden reinsertarse, pero no creo que privarle de su vida sea lo adecuado. Decir esto parece un contrasentido a lo expuesto mas arriba, ya que un hombre castigado a cadena perpetua, queda desposeido de todo, excepto de su vida. Esto nos pasa a menudo a los seres humanos, que tenemos valores y queremos hacer buen uso de ellos, pero las contradicciones nos muestran como somos.
    Paz para todos.

  • Elisa

    Las soluciones deberían centrarse en la etapa que precede al delito y no después. Las respuestas posteriores al delito, tales como la pena de muerte, no son más que el reflejo del fracaso del estado y de la sociedad en llevar a cabo sus funciones.
    Evidentemente las víctimas y sus familias merecen que se les haga  justicia y que los culpables de delitos graves, como el asesinato, sean castigados severamente ( que caiga sobre ellos todo el peso de la justicia), que cumplan “integramente” sus condenas en prisión y así paguen por su delito, y  que no puedan ser excarcelados hasta que den pruebas de su reinserción. A la víctima el apoyo social y al asesino el castigo más severo.

  • Maite Lesmes

    Permitir que individuos se expresen como lo han hecho en este hilo, puede convenir para saber qué “argumentos” usan para defender lo indefendible. Quizá forme parte de la libertad de expresión. Pero me avergüenzo de que aparezcan estas firmas en un foro tan respetable y querido como es ATRIO. Ciertamente, algunos se rigen por la parte más primitiva del cerebro, heredada de los reptiles, la visceral. Cuando alguien evoluciona hasta ponerse al ras del resto de los humanos humanizados, cuando alguien estudia la historia de los DH, hasta el más testaduro se deja empapar por la carga de la prueba argumental.

    Al leer algunas firmas, parece como si  la historia, la historia de las ideas y el tiempo se hubieran  parado, que los talibanes se hubieran trasladado a este lado.
    Creo que se han equivocado de foro. Al menos, no me gustaría volver a compartir red con semejantes personajes…
    Una vez más me convenzo de que una de las materias troncales en el curriculum desde la primer infancia es la ética. Llámese educación cívica, ética social, o como quiera llamársele.

  • Carmen (Almendralejo)

    Ana, el argumento de quienes quieren la muerte, es:
    1º que dejan de obtener derechos o rebajas de indultos
    2º que es menos costosos que mantenerlos
    3º que debenestar donde están sus victimas
    4º que así, ¡jamás! tienen los familiares de sus victimas más noticias de él
    Y así podriamos seguir con muchos más, que pueden ser objetivos y deseables para quienes han tenido que perder hij*s en manos de estos asesinos.
    Y sobre todo que la Ley, que se tiene en esta España de pandereta, es mejor para los que delinque que para quienes hacemos de pringa*s, en todos los sentidos.

    Yo, opto por la condena a cadena perpetua, pero que hagan trabajos sociales que reviertan a la sociedad, que no sagan de nuestros impuestos tenerles que alimentar, y estos se puede hacer sin que se vulnere sus integridades físicas, más porque soy creyente que porque no se la merezcan.
    El Estado debe ser igual de Justo con las Victima que con los verdugos de estas… Y no al contrario, y por supuesto que todo cuanto posean pasen de inmediato a la familia de las victima, y que paguen todo cuanto se le aplique, nada de rebajas por hacer cursos de ganchillos o de lectura como a ciertos terroristas, o delicuentes por estudiar.
    Besitos

  • ana rodrigo

    No sé qué argumentos  con signos de humanidad (es decir, que salgan de un ser humano) pueden existir a favor de la pena de muerte. A no ser el ojo por ojo, la venganza y el que paguen con lo mismos que han hecho. Pero ¿la muerte de un deleznable asesino soluciona algo a las víctimas?

    Yo creo que es más eficaz que pague su deuda infinita, cuando haya asesinado alguien, máxime si es una víctima indefensa, con sanciones de por vida (que no quiere decir hasta su muerte), que sufra su remordimiento, si lo tiene, que se arrepienta, si es capaz, que se le impida que repita su acción aislándolo de la sociedad, que no pueda disfrutar de libertad, etc. etc. Pero matarle ¿Para qué? ¿Alguien me lo puede explicar?
     

  • En muchos países existe la pena de muerte, en el Perú hace más de 50 años que dejó de tener vigencia. El último que fue fusilado era de color negro por haber “matado” a un niño de 4 años. Hoy con la medicina forense moderna se llegó a la conclusión que fusilaron a un inocente. A pesar de que el condenado proclamaba su inocencia lo fusilaron al amanecer. Después de 40 años salió una película cuyo título se llamó: “Muerte al amanecer”.
    Se suscita de continuo la discusión sobre si la autoridad estatal tiene derecho a sentenciar a la pena de muerte. En Israel, el quinto mandamiento no se refería a la pena de muerte. La ley permitía. En opinión de Pablo, la autoridad del estado “está al servicio de Dios y exige que tú hagas el bien. Pero si haces el mal, teme, que no en vano lleva ella la espada. Está al servicio de Dios y ejecuta la sentencia en el que obra el mal” (Rom. 13,4). La tradición cristiana ha derivado de ahí el derecho del Estado a pronunciar la sentencia de muerte cuando el malhechor ha conculcado el derecho a la vida cometiendo un crimen digno de castigo adecuado. Se reconoce al sistema judicial humano la autoridad para procurar una compensación justa tras la comisión de un crimen, es decir, para imponer la muerte al asesino.
    Los fines con los que se trata de fundamentar hasta hoy la pena de muerte son: castigo y perdón por la acción, escarmiento para otros, protección para la sociedad. Pero también se emiten reparos acerca de esos fines. En cuanto al castigo, hay que decir que mira exclusivamente a la acción, pero no al actor como hombre. El escarmiento, que pretende evitar que otros cometan un crimen similar, convierte al individuo en medio para un fin. Y no se puede demostrar que la pena de muerte produzca tales efectos disuasorios.
    Desde un principio fue acalorada la discusión sobre este problema candente. Con todo, la tradición cristiana no excluye el derecho del Estado, de imponer la pena de muerte como “medio último”.
    Pero se señalan condiciones muy estrictas a ese derecho. La autoridad estatal competente deberá preguntarse en conciencia, muy seriamente, si de verdad se cumplen las condiciones señaladas para la pena de muerte. La Constitución española de 1978 considera que ya no se dan las condiciones para imponer la pena de muerte.
    Más allá del orden jurídico del Estado, la fe recuerda a los cristianos que hasta el peor criminal puede llegar a reconciliarse con Dios aceptando la gracia de conversión. La pena de muerte destruye, la “gracia” de la conversión del acusado. Acordémonos del “buen” ladrón que hasta el final se convirtió y entró al cielo.
    Partiendo de ese trasfondo, se ha considerado la convicción de que los cristianos NUNCA estaremos a favor de la pena de muerte. No a la pena de muerte, si a la vida desde sus inicios.
    Lucho.

  • oscar varela

    Hola J.Miguel Vallejo!
     
    Dentro de lo que me puedo informar,
    es bastante acertado lo que dices.
     
    No se trata sólo ni principalmente de España.
     
    América era una de las Españas.
     
    NOTA: nuestro “Bicentenario” argentino no tiene
    * una fecha (25 de mayo de 1810)
    * un amplio período de 16 años (25/5/1810 – 9/7/1816)
    Nuestra “Revolución de Mayo” no fue contra España, sino contra Francia (o algo así).
    No fue una Revuelta por la Independencia. Ésta fue 16 años después!
     
    Los Quintacolumnistas eran más Portugal, Inglaterra y Francia
     
    Los hijos de puta “vendido-comprados”
    fueron muchos de entre nosotros mismos.
     
    Ese “estilo-Pirata-contrabandista” marcó nuestro ADN americano.
    Tienes tu razón, Miguel.
     
    ¿Que hacemos con tanta mentira histórica?
     
    Los Imperios MIENTEN
    Y los comprados-vendidos TAMBIÉN.
    Hoy todavía – Conocerás el Plan Cóndor.
     
    Intento ¡Ir todavía! – Oscar.

  • Carmen (Almendralejo)

    No contra la PENA DE MUERTE, Y UN SI, claro y rotundo a que cumplan integramente las penas, para quienes matan por es solo hecho de matar con sadismos y con alevosia, o porque consideran a las mujeres propiedades.

    A quienes violan a niñ*s y mujeres, a los pederastas…

    Y sobre todos a los gobernantes que se justifican:
    -en religiones,
    -costumbres
    -medidas preventivas
    -daños colaterales.

    Para esto ni siquiera la más mínima levedad de penas, y por supuesto que ¡jamás! puedan qeudarse como la familia del dictador ha hecho en España, con la firma de este rey…
    Claro está, que le debe al dictador estár donde está, de ahí su pago y sus rebajas en la Haciend Pública.
    ¿Cómo podemos decir que en España no sigue aquellas dos España?

  • J.Miguel Vallejo

    Oye Ana Rodrigo, y mata cristianos, y mata curas……

  • J.Miguel Vallejo

    Quien ha acusado de genocidio a los españoles es el Sr. Valero y le tenemos que aguantar, yo le respondo con la misma moneda. Mi sangre no es pura, como la de nadie que yo conozca, pero no voy acusando a nadie de nada.

  • ana rodrigo

    J.Miguel Vallejo, ¿estás seguro de que entre tus antecesores no hubo algún mata moros o mata rojos? ¿O tu sangre es pura y limpia sin pecado original?
    A ver si dejas de decir memeces.

  • J.Miguel Vallejo

    Su apellido Varela no parece muy indigena, quizá sea usted descendientes de aquellos criollos que exterminaron indigenas.

  • J.Miguel Vallejo

    NO a la Pena de Muerte.
    Hasta cuando con la DEMAGOGIA IMPRESENTABLE que usted realiza.
    Jean Dumont: “Si, por desgracia, España (y Portugal) se hubiera pasado a la Reforma, se habría vuelto puritana y habría aplicado los mismos principios que América del Norte (“lo dice la Biblia, el indio es un ser inferior, un hijo de Satanás”), un inmenso genocidio habría eliminado de América del Sur a todos los pueblos indígenas. Hoy en día, al visitar las pocas ´reservas´ de México a Tierra del Fuego, los turistas harían fotos a los supervivientes, testigos de la matanza racial, llevada a cabo además sobre la base de motivaciones supuestamente bíblicas”.Esos indios ni tenian leyes como las de Indias en los territorios españoles, leyes específicamente destinadas a proteger a la población aborigen –cosa que hasta entonces no había hecho ningún otro imperio en la Historia-,ni se practicó el mestizaje. Los muertos en la america hispano-portuguesa fueron, en su mayor parte, por enfermedad, en ese tiempo hubo una peste en Europa que devastó el continente, y otra simikar en China.
    La recurrente imputación de “genocidio” a los españoles contrasta con el tenaz silencio que rodea a uno de los episodios más negros de la historia de la iberoamérica independiente: las matanzas de indios en las guerras civiles o en los procesos de explotación del territorio –los charrúas de Uruguay, los nativos de lala esclavitud de indios mayas en el México de los años 1840-1860.

  • oscar varela

    Hola!
     
    Tres afirmaciones rotundas, racionales y un corolario
    [algo como para ir despuntando el vicio de pensar]
     
    1ª) ESTOY CONTRA LA PENA DE MUERTE
    2ª) ESTOY CONTRA LA PENA DE MUERTE
    3ª) ESTOY CONTRA LA PENA DE MUERTE
     
    SIN EMBARGO, SIN EMBARGO, SIN EMBARGO
    ·············
    Continuación del Corolario:
    ¡y que algún jurista me ampare!
    ·············
    La “Pena de muerte” se la arroga un Estado ¿de Derecho?
    contra un supuesto-probado delito gravísimo.
    ··············
    Los Imperios se arrogan “suponer” delitos gravísimos p.e. en:
    Iran – Irak – Cuba –
    Honduras – México – Ecuador – Venezuela – Bolivia –
    ···········
    Instrumentan Planes exterminadores (Penas de Muerte disfrazadas)
    ···········
    La Conquista Imperial española en Amerindia
    El Plan justificador del exterminio: Catequesis salvado-civilizadora
    ············
    Paupero-miserabilización (hambruna y sin remedios médicos) para miles de millones;
    Todos CONDENADOS AL EXTERMINIO.
     
    El Plan: Económico-Financiero + Empoderamiento de los Medios de comunicación.
    ···············
    ¿Qué hacer con esos “EXTERMINADORES”?
     
    ¡Voy todavía! Y espero lo del DÍA DE LA RAZA “exterminadora” – Oscar.

  • ana rodrigo

    Alfonso, te imagino bailando de alegría presenciando y hasta colaborando en apretar el garrote vil. (Espero haberte leido bien, pues me parece mentira lo que creo haber leido)
    ¡Qué barbaridades hay que escuchar todavía en un mundo que llamamos civilizado!
    Alomejor eres de los que salen en manifestaciones contra el aborto con el lema “sólo Dios es el dueño de la vida”

  • Héctor Rodríguez Fariña

    Ningún tribunal que castiga a una persona con la pena de muerte  podrá estar cien por ciento seguro de que esa persona cometió un delito. Los gobiernos (todavía mas de 100 por  todo el mundo) que la siguen imponiendo deben tener razones muy especiales para hacerlo.

    Dicen los historiadores que la primera vez que un estado imponía la pena de muerte fue en Grecia en tiempos de Aristóteles. El famoso filósofo afirmaba que el hombre malo es peor que una bestia y causa más daño. Cuando en Grecia faltaba el trigo como resultado de malas cosechas se castigaba con pena de muerte a los comerciantes que subieran el precio de la mercancía.

    Este concepto de que la pena de muerte es un precio que se impone para compensar la pérdida de algo que también tiene precio sigue siendo válido en nuestros días. Es el caso de Mugabe que  ha puesto un precio muy alto a su  poder, su prestigio, su imagen, los 20 años de pretendida liberación.  El gobierno de Zimbabue intenta sobre todo silenciar a la oposición. El precio es tan alto que se equipara al precio de  la vida humana. 
    Si públicamente criticas al jefe de Estado, hay una gran probabilidad de que seas acusado de traición. Esto infunde temor. La traición lleva a la pena de muerte.

    En  ningún momento se piensa en el valor de esa vida humana. El precio se establece como una equivalencia que se mide y se equipara a otra cosa, es una transacción comercial. El valor no se mide. El valor de la vida humana no tiene precio.

    ¿No es de extrañar que  el estado independiente del Vaticano, la Santa Sede, sólo aboliera la pena de muerte en 1969? ¿Para que ha necesitado la Iglesia todo ese poder? necesita no  perder prestigio, ni autoridad, ni influencia internacional.

    Ahora no te condenan a muerte pero cuando te mandan al infierno por toda la eternidad ¿no es eso una manera de asegurar la autoridad, de evitar oposición, de controlar la libertad? Se trata de mantener muy alto el precio que tienen la autoridad,  los dogmas sagrados, los ritos y las leyes.
    Saludos, Héctor.

  • ¿ Por qué no podrían ahora mismo los reclusos redimir penas a base de trabajar confeccionando cortafuegos en el monte o desbrozando maleza seca acumulad que es auténtica yesca vegetal inflamable , principal causa favorecedora de los incendios forestales del verano?
    Porque la constitución prohibe los trabajos forzados.art 25.2
    “Apoyo totalmente la pena de muerte, entre otras razones, porque los progres de amnistía internacional también se oponen a la cadena perpetua,los trabajos forzados y que los violadores,terroristas y asesinos cumplan integramente sus penas.

  • Apoyo totalmente la pena de muerte entre otras razones porque los progres de amnistía internacional también se oponen a la cadena perpetua. Ej.: el vergonzoso caso del asesino en serie Chamba”monstruo de Machala”,
    Sin comentarios:
    Aixa Sánchez Hita, de 9 años, murió a manos de José Fernández Pareja en octubre de 1987, en la ciudad de Granada.
    La niña fue abordada y agredida sexualmente en el ascensor de su propia casa en una noche de luna llena. Posteriormente, y bajo la amenaza de un cuchillo, fue obligada a acompañarle hasta las faldas de la montaña de la Alambra, donde trató de violarla y después la mató, asfixiándola con su ropa interior.
    Seis meses después, en abril del 89, el “asesino de la Luna Llena” volvía a atacar. Esta vez su víctima fue Susana, una joven de 14 años. El modus operandi fue exactamente el mismo, aunque afortunadamente la joven se desmayó y su agresor la creyó muerta. La víctima pudo dar a la Policía una descripción muy certera del agresor y éste fue detenido justo un mes después.
    Los informes psiquiátricos, sin embargo, no indican que padeciera trastorno alguno. Fue condenado a 17 años de prisión, que ya ha cumplido. Sánchez Pareja está en libertad, aunque la condena le prohíbe regresar a Granada hasta 2010.

  • Por su enorme interés y para refutar las tonterías del grupo de abogados laboristas de extrema izquierda también conocido como amnistía internacional adjunto este texto del premio Nobel de 1992 Gary Becker(http://www.project-La moralidad de la pena capital
    by Gary S. Becker
    Gary S. Becker A menudo se critica a los Estados Unidos por negarse a abolir la pena capital. Muchos afirman actualmente que la abolición de la pena capital es precondición de un sistema jurídico penal civilizado. El Premio Nóbel Gary Becker no está de acuerdo.
    Los gobiernos europeos se oponen firmemente a la pena capital –la Unión Europea la prohíbe por completo– y algunos europeos consideran que su uso en los Estados Unidos es cruel. En efecto, muchos intelectuales europeos sostienen que no sólo la pena capital sino los castigos en general no disuaden a los criminales.
    Pero mientras que los europeos, con tasas de criminalidad muy por debajo de las estadounidenses durante el último medio siglo, podían darse el lujo de ser relativamente “blandos” con la mayoría de los delitos, han visto un brusco aumento de sus tasas de criminalidad en los últimos veinte años. En cambio, las tasas estadounidenses han decrecido, debido en parte a un mayor uso de los castigos.
    Esto incluye la pena capital. Yo apoyo la ejecución de algunas personas condenadas por homicidio porque –y sólo porque– creo que evita otros asesinatos. Si yo no creyera eso me opondría a la pena capital, porque la venganza y otros posibles motivos no deben ser la base de las políticas públicas.
    Los estudios empíricos serios sobre la pena capital en los EU empezaron con un estudio pionero de Isaac Ehrlich publicado en 1975 en la American Economic Review. Algunos estudios posteriores han encontrado un efecto disuasivo mucho más débil, mientras que otros han constatado uno mucho más fuerte. Sin embargo, los datos disponibles son bastante limitados, de forma que no se debe basar ninguna conclusión exclusivamente en las evidencias econométricas.
    Naturalmente las políticas públicas en lo que se refiere a cualquier castigo no pueden esperar hasta que las evidencias sean perfectas. Pero, aun con las evidencias cuantitativas limitadas disponibles, hay motivos para creer que la pena capital disuade.
    La mayoría de las personas, y los asesinos en particular, temen a la muerte, sobre todo cuando llega con prontitud y una certidumbre considerable después de que se comete un asesinato. Como dijo David Hume al hablar sobre el suicidio, “nadie desechó su vida mientras valía la pena vivirla. Tal es nuestro terror natural a la muerte…” De igual forma, Schopenhauer opinaba que “en cuanto los terrores de la vida llegan al punto en que son superiores a los terrores de la muerte, un hombre pondrá fin a su vida. Pero los terrores de la muerte ofrecen una resistencia considerable…”
    Quienes se oponen a la pena capital afirman con frecuencia que el Estado no tiene el derecho moral de quitarle la vida a nadie, incluyendo al peor de los asesinos. No obstante esa es una conclusión totalmente equivocada para quien crea que la pena capital disuade.
    Para ver por qué, supongamos que por cada asesino ejecutado (en lugar de condenado a prisión perpetua, por ejemplo) el número de asesinatos se reduce por tres, que es una cifra muy inferior a las de Ehrlich y otros cálculos del efecto disuasivo. Esto implica que por cada asesino no ejecutado morirían tres víctimas inocentes. De hecho, el gobierno estaría contribuyendo indirectamente a “quitar” muchas vidas si no usara la pena capital.
    Salvar tres vidas inocentes por cada persona ejecutada parece ser una buena compensación, e incluso dos vidas salvadas por ejecución parece ser una tasa convincente de costo-beneficio para la pena capital. Sin embargo, es cierto que los argumentos en favor de la pena capital se hacen menos claros a medida que el número de vidas salvadas por ejecución disminuye. Pero, aun si sólo se salvara una vida por ejecución, la opción podría seguir siendo deseable si la vida salvada es mucho mejor que la vida quitada, que generalmente sería el caso.
    Muchas personas se oponen a comparar la calidad de la vida salvada y la vida quitada. Sin embargo, no veo cómo evitar tal comparación. Consideremos a un delincuente de carrera que roba y mata a una víctima que llevaba una vida decente y que deja varios hijos y una esposa. Supongamos que fuera posible salvar la vida de una víctima inocente al ejecutar a ese delincuente. Para mí es obvio que salvar la vida de la víctima debe valer más que quitarle la vida al delincuente. Evidentemente, no todos los casos son tan claros, pero la comparación de las calidades de las vidas individuales debe formar parte de cualquier política social razonable.
    Esto ayuda a explicar por qué la pena capital sólo se debe usar en casos de asesinato y no de delitos menores. Cuando se trata de optar por quitar vidas y, digamos, reducir los robos, los argumentos en favor de castigos menos severos son mucho más sólidos. Aunque las agresiones severas, incluyendo algunas violaciones terribles, pueden acercarse a la severidad de ciertos asesinatos y podrían justificar la pena capital, yo no apoyo su uso en esos casos.
    Un argumento poderoso en favor de reservar la pena capital para los asesinos es la “disuasión marginal”. Si las agresiones se castigaran con la ejecución, los delincuentes tendrían un incentivo para matar a sus víctimas a fin de evitar que los descubrieran (lo que constituye una razón importante por la que la severidad de los castigos debe ser proporcional en general a la severidad de los delitos).
    Una complicación es que la pena capital puede hacer que el asesino luche con mayor fuerza para evitar su captura, lo que podría conducir a más muertes. Pero, si bien la disuasión marginal es importante, creo que la resistencia de los asesinos a ser capturados, posiblemente a costa de sus propias vidas, es en verdad una prueba de que los delincuentes temen a la pena capital.
    Por supuesto me preocupa el riesgo de ejecutar a un inocente. Mi apoyo a la pena capital se debilitaría considerablemente si la tasa de ejecuciones de inocentes fuera tan alta como muchos afirman. Sin embargo, creo que el proceso de apelación en los EU ofrece una enorme protección, no tanto contra las condenas erróneas sino contra las ejecuciones indebidas, de manera que hay muy pocos casos documentados, si es que hay alguno, de personas inocentes que hayan sido ejecutadas. Y este proceso se ha reforzado mucho con el desarrollo de la identificación basada en el DNA.
    Es angustiante quitarle la vida a alguien, incluso a un asesino, pero a veces se requieren actos muy desagradables para evitar comportamientos aún peores que acaban con la vida de víctimas inocentes.

  • Respecto a la pena capital conviene reflexionar sobre una cuestión la lucha conta la pena de muerte comenzo gracias a Beccaria ,un economista ,no jurista.Precisamente en nuestros dias los renovadores del codigo penal que llegaron a la conclusión de que la pena de muert es util y necesaria son tambien economistas:Gary Brcker premio nobel,Paul R. Zimmerman,Dale O. Cloninger & Roberto Marchesini,Zhiqiang Liu etc.Curioso,no.

  • Apoyo totalmente la pena de muerte entre otras razones porque los progres de amnistía internacional también se oponen a la cadena perpetua. Ej.: el vergonzoso caso del asesino en serie Chamba”monstruo de Machala”, http://www.elpais.com/articulo/espana/presunto/asesino/Lleida/logro/pasaporte/Ecuador/pese/ser/criminal/serie/elpepiesp/20041209elpepinac_14/Tes; voy enviar de nuevo las poderosas razones que muchos economistas dan para la pena de muerte.

  • oscar varela

    Hola!

    ¿Incomodo?

    Permiso, entonces:

    Vamos a ver con qué aderezo nos servirá Atrio.org
    el “Día de la Raza” …

    ¡Voy todavía! – Oscar.
    ············
    PS.: este Post me parece interesante para plantear lo planteado.

  • Gabriel Sánchez

    Maite, eso quiere decir Estados Unidos, que a pesar de toda la presiòn internacional, asesino a una mujer con inyección letal, es menos sencible que Irán que aún no lo ha hecho…teniendo en cuenta que ambas cometieron el mismo crimen…el de asesinar con alebosia y ventaja a otras personas…Pero creo que ni en ese caso , tenemos el derecho de asesinar nosotros, con el peso del Estado, es monstruoso y yo que firme todas las peticiones de clemencia de ambas mujeres, seguire haciendolo…Por que la pena de muerte, es realmente oproviosa…Gabriel

  • ana rodrigo

    Quien asesina a otro ser humano es un asesino, da igual que se haga por libre o por ley.
    La pena de muerte es una venganza, ya que no resuelve nada, ni a las víctimas del condenado ni al  propio condenado.
    Hay que añadir el riesgo de asesinar a un inocente previamente juzgado por criminal, doble aberración.
    En El País de hoy, Soledad Gallego se pregunta ¿Por qué nos juzgarán las futuras generaciones? Quizá, entre otras muchas cosas, porque no hayamos sido capaces de erradicar la pena de muerte.

  • María

    Yo también estoy en contra la pena de muerte, de la tortura y de la guerra. Las tres son inhumanas y no deberían existir. Además, la justicia no puede comportarse de igual manera que el criminal al que juzga. Si actúa al mismo nivel, ¿cómo puede juzgarlo?

    El Coliseo de Roma se ilumina simbólicamente durante dos noches seguidas de color azul cada vez que se conmuta una pena de muerte o  dicha pena es abolida en algún país.  Pero lamentablemente  no es muy frecuente verlo así. Todavía  hay mucha gente, también en Europa, y entre nosotros, que está a favor de la pena de muerte.  

  • Maite Lesmes

    Entre las noticias televisivas  de hoy,   declaraciones del primer abogado de la iraní Sakineh, condenada no a ser lapidada, sino ahorcada…  Piensa que la presión internacional ha influido en el retraso de la ejecución y que el régimen iraní no se atreverá por ello a cometer este asesinato. Ojalá sea así; lo que quiero destacar es que, de vez en cuando, el aluvión de firmas, postales, cartas, etc… a través de AI, Avaaz, prensa…, dirigidas a las autoridades de los países implicados, ha contribuido a la suspensión de ejecuciones.
    De ahí que no debemos pensar que una firma no vale para nada.

  • Gabriel Sánchez

    El asesinato a sangre fria, usando el poder del Estado, es una verdadera afrenta a nuestra humanidad…viola el caracter escencial de la vida y nos transforma en verdugos Sanguinarios, aspiro a que prontamente sea totalmente abolida… Nadie tiene el derecho de disponer de la vida de otros y menos con un barniz de legalidad…ES UN ACTO BARBARICO QUE MANCHA LA RELACIONES SOCIALES TODAS DE SANGRE…

    Gabriel

  • mªpilar garcía

    Uno mi voz, paradecir alto y claro:
     
    ¡¡¡ESTOY CONTRA LA PENA DE MUERTE!!!
    mª pilar

  • oscar varela

    Hola!
     
    Tres afirmaciones rotundas, racionales y un corolario
    [algo como para ir despuntando el vicio de pensar]
     
    1ª) ESTOY CONTRA LA PENA DE MUERTE
    2ª) ESTOY CONTRA LA PENA DE MUERTE
    3ª) ESTOY CONTRA LA PENA DE MUERTE
     
    SIN EMBARGO, SIN EMBARGO, SIN EMBARGO
     
    ¿Me dejarán ¡ir todavía!? – Oscar.

  • Antonio Vicedo

    Para quienes poder no tienen, pero habiéndolo acaparado, lo quieren asegurar y perpetuar, aplicar penas de muerte a quienes  vida no  pueden dar, es el más aberrante abuso que en la tierra se da.
    Mal está que el criminal mate, pero si el pago del crimen también es matar ¿En la realidad profunda  entre matar y matar, qué diferencia se da? Porque de justa defensa, no podemos hablar, cuando el muerto por crimen  ya no se puede defensar,  matando. Y atribuirse los demás derecho de venganza por el que muerto está, es sin razón, porque, en asunto tan decisivo, como vengar la vida, nadie, a quien ya no la tiene, se le puede representar, sea un individuo, o la misma SOCIEDAD.