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A una cristiana divorciada

No te conozco, pero tu rostro sufriente es el de muchas, y con eso me basta. También a Jesús le bastaría, pero él además conoce tu rostro y tu nombre, y si tú se lo permites, posará dulcemente sus labios en tu frente, y le contarás tus penas. Tú le harás feliz y él aliviará tus penas.

 

           Nada sé de ti sino el dolor de un amor frustrado (¿a quién le importan las razones?) y el doble dolor de no poder comulgar porque compartes tu vida con otro compañero; el Derecho Canónico te llama adúltera, y te prohíbe acercarte a la mesa de Jesús. Así de inhumano puede ser el Derecho Canónico cuando pone cualquier ley por encima de la carne que goza y sufre; cuanto más sagrada se considere, más perversa es la ley. Así de inhumana puede ser la Iglesia cuando alza los cánones por encima de las personas con sus penas y su dicha.

          Yo te aseguro, amiga, que Jesús te besa en la frente y te dice: “¿Cómo puedes dudar en venir a recibirme, amiga mía, si soy yo quien siempre está deseando recibirte? ¿Por qué vacilas en compartir mi pan, si lo que más me gustó siempre fue comer con gente tachada de pecadora por leyes hipócritas, y por ello fui yo también condenado? Un día me sentí especialmente seguro del Dios de la vida, y me brotó del alma una sentencia redonda que los canonistas puntillosos jamás han entendido: El sábado es para el ser humano y no el ser humano para el sábado (Mc 2,27) (decir ‘el sábado’ era para nosotros, los judíos, como decir la ley más sagrada e inviolable, ¡imagínate!). Creo que, vagamente, tenía tu rostro ante mí cuando pronuncié esa máxima rotunda y feliz. Y fueron historias como la tuya las que inspiraron al profeta Isaías aquel oráculo divino que siempre llevé grabado en las entrañas: Misericordia quiero y no sacrificios (Mt 9,13). Yo no quise decir otra cosa en las parábolas de mis días más inspirados. No hagas caso, pues, de normas inhumanas, déjate llevar libremente adonde el corazón te guíe. Invítame, por favor, a tu mesa, y saborearemos juntos el pan y el vino santos de Dios”.

          Así te habla Jesús, amiga. Así hablaba a todas las personas heridas: Venid a mí, todas las que estáis fatigadas y agobiadas, y yo os aliviaré (Mt 11,18). Claro que no faltará quien te recuerde, con mejor o peor intención, que Jesús prohibió a un hombre separarse de su mujer e irse con otra, y a una mujer separarse del marida e irse con otro: Lo que Dios unió, que no lo separe el hombre (Mc 10,9). Sí, es probable que Jesús hablara así, y no dejará de recordártelo cualquier canonista severo, y puede que algún clérigo sin entrañas te niegue ostensiblemente la comunión, cuando te acerques a la mesa de Jesús, hambrienta del cuerpo de Dios. No te aflijas por ello, no se lo tomes a mal, y busca en paz a alguien –serán innumerables– que te dé la comunión tan gustosamente como te la daría Jesús, porque él nunca se la negó a nadie, a nadie se negó, eso sí que no. Es más, el pan y el vino que compartes en casa con tu compañero, consagrados por vuestro amor, ya son para ti el mismo Jesús.

          Y si te encuentras de frente con el clérigo o el teólogo inflexible, dile sin acritud y con firmeza: “Amigo, Jesús te ordenó solemnemente que, si te abofetean en una mejilla, presentes la otra (Mt 5,39). ¿Acaso lo cumples? Y si no lo cumples, ¿cómo es que vas a comulgar? Jesús te ordenó que, cuando un hermano tenga algo contra ti, no te acerques al altar sin haberte reconciliado primero (Mt 5,23-24). Yo tengo algo contra ti, porque tú me señalas con el dedo y me niegas la comunión y me hieres el alma. ¿Cómo te atreves a presentar tu ofrenda en el altar y a tomar el pan consagrado? ¿Te parece acaso que esos mandatos de Jesús son menos importantes que la indisolubilidad del matrimonio? Recuerda, amigo: Misericordia quiero, y no sacrificios. Y recuerda que el sábado se hizo para el ser humano y no el ser humano para el sábado. Y comprende que si Jesús quiso que marido y mujer no rompieran, no fue para cumplir ningún mandato divino, menos aún para aumentar dolores en el mundo, sino en todo caso para ahorrarlos. Yo creo que Jesús nunca quiso salvar el amor en abstracto –¿tú quieres acaso defender los derechos del amor abstracto, del amor en general, o del amor por decreto? Un amor así yo no me lo puedo ni imaginar, ni puedo concebir que le guste a Dios–. Yo creo que a Jesús le interesaba solamente el amor de carne y nombre propio. Y creo que el dolor y la dicha fueron siempre su razón y su criterio”.

          Amiga, no te garantizo que con estos argumentos vayas a persuadir al canonista o al clérigo. Entonces, puedes decirles que si Jesús insistió en que la pareja – en aquel tiempo no había todavía “matrimonio canónico” – no se ha de romper, fue ante todo para que la parte más débil –entonces ciertamente la mujer– no se quedara tirada en el camino, pues aún no existían ni las calles. O puedes simplemente refrescarles la memoria, recordarles la historia, ante la que no resiste ninguna norma absoluta. Puedes decirle, por ejemplo, que ya en los orígenes San Pablo y San Mateo, ellos al menos, admitieron excepciones para la supuesta “indisolubilidad” impuesta por Jesús: Pablo en el caso de parejas mixtas que no pueden vivir en paz (1 Cor 7,15), Mateo en el caso de “unión ilegítima” (Mt 19,9). Si ellos se permitieron esas excepciones – sobre cuyo alcance concreto no cesan de discutir los expertos–, ¿por qué nosotros no podremos permitirnos hoy las nuestras? Siguiendo su mismo lenguaje, ¿hay alguna unión más ilegítima que aquella en que el amor ya no existe y que no permite vivir en paz? Ésa es la pregunta decisiva, más allá de todos los cánones sagrados. Ése es el criterio evangélico, y por haberlo olvidado –y para salvar el cánon de la indisolubilidad–, nos hemos enredado en disquisiciones sobre la “nulidad” y en complejos procesos eclesiásticos cuyo desenlace depende directamente de las habilidades del abogado, las recomendaciones que uno tenga y los dineros que pueda uno gastar.

          No, amiga. Es más sencillo. Dios nos llama a vivir en paz. Cuida el amor cuanto puedas, y cuando lleguen borrascas, procura salvarlo por tantas razones. Si amas y vives en paz con tu compañero o tu compañera, aun en medio de los conflictos cotidianos, eres sacramento de Dios. Pero si en tu primera pareja, por lo que fuera, han desaparecido el amor y la paz, habéis dejado de ser sacramento de Dios. Y si, en el incierto camino de la vida, has encontrado un nuevo compañero (o compañera, no lo sé), y se van curando tus heridas, y vuelves a amar y reencuentras la paz compartiendo el cuerpo y la vida, entonces eres de nuevo, sois de nuevo sacramento de Dios, aunque el Derecho Canónico te diga lo contrario.

          Comulga en paz, amiga. Mastica despacio el pan en tu boca. Saborea a Jesús, a Dios, saborea la vida.

 

José Arregi

 

Para orar. GUSTAD Y VED QUÉ BUENO ES EL SEÑOR (Sal 33)

 Como el pan, así es de bueno,
Un pan mejor que el maná,
Se parte para dar vida,
Plenitud y eternidad.

Bueno el Señor, como el vino
Que alegra sin embriagar,
Entusiasma y enamora,
Como el vino de Caná.

Es bueno como caricia,
Como perdón paternal,
Como encuentro del amigo,
Como abrazo maternal.

Bueno como medicina,
Como flor primaveral,
Como música inspirada,
Como agua del manantial.

Es como el mejor perfume,
Como aceite de paz,
Como el viento que libera,
Como hoguera familiar.

Es tan bueno como el Padre
Que no sabe castigar,
Que entrega sin pedir cuentas,
Que se alegra en perdonar.

Como el Hijo, así es de bueno
Que a otros hijos va a salvar,
Se deja morir por ellos,
Se deja transverberar.

Es bueno como el Espíritu,
Que llueve sin descansar,
Todo lo llena de vida,
Artista de santidad.

199 comentarios

  • Luis González Morán

    No podía ser de otra manera…
    Se desnaturaliza lo que uno escribe, se “reescribe” a su manera y luego se le refuta a cañonazos.
    Está visto que cuandose rompe la “unanimidad”…se remueven las aguas…
    Gracias a todos por vuestra comprensión y solidaridad: no esperaba menos porque el fenómeno se acredita con rigurosa precisión.
    Voy a poner un ejemplo, para que se entienda lo que quiero decir: yo escribí literalmente “Hoy, al celebrar la misa dominical, con una iglesia llena a rebosar de “personas”, no de muñecos o robots, les miraba a la cara y pensaba”… Pues va Carmen (Almendralejo) y escribe: “Antonio y Maddi, si ha contestado… Implicitamente habla de una iglesia abarrotada, pero que curiosamente solo habla de muchedumbres, no de nombres, rostros y de casos ¡Más de lo mismo”.
    Solo un matiz: dije expresamente que la iglesia estaba abarrotada de “personas” y estas tiene rostro y biografía y  corazón, no hablé de muchedumbres… No se puede tergiversar las palabras para preparar un ataque más impactante. Y es que cuando la pasión ciega, no deja ni leer…
    Mi tesis es sencillamente la siguiente: no se puede decir que se tienden puentes de diálogo, cuando los “teóricamente” de una orilla dicen de los de la otra “teórica orilla” que son unos borregos, que no se han liberado del canon, que están atrapados en sus incongruencias, que son unos ciegos, que son unos sumisos, que son unos vaticanistas: y todo ello por la falta de respeto y de justicia que se comete con personas que son fieles (escasea mucho la fidelidad, amigos) a sus conciencias y a sus convicciones. Hoy por hoy, en la escarnecida Iglesia Católica se cobija la mayor comunidad seguidora de Jesús, con sus luces y con sus sombras, pero con una densidad de lealtad a sus convicciones que es difícil encontrar en otras latitudes.
    Por eso, me parece una felonía que sedicentes personas libres y autónomas enseñen a los creyentes a “quebrantar” las normas para encontrar la felicidad.
    En Atrio coexistimos personas de distintos perfiles, entre ellos muchos ex-sacerdotes y ex-religiosas, que han encontrado un camino nuevo donde son más felices y más fieles a sí mismos: les felicito por ello y a mí me parece muy bien que cada uno busque su lugar al sol…de Dios., pero esta norma debe valer para todos, incluso para los que queremos seguir viviendo dentro de la Iglesia.
    ¿Se han puesto Uds.alguna vez a pensar el sufrimiento tan intenso que tenemos las personas que continuamos prestando fidelidad a la Iglesia, al vez la tragedia de la pederastia, de las diversas formas de abusos de autoridad en la iglesia, de traición al evangelio en muchos casos, de olvido en muchos casos de los pobres, de un cristianismo puramente cultual y no de espíritu, de actitudes hipócritas de quienes dicen y no hacen, etc, etc? ¿O es que creen Udes que estamos anestesiados, acartonados o aborregados? ¿O es que no alcanzan Udes. a pensar que muchos no estamos satisfechos del comportamiento de muchos miembros de la jerarquía y de muchos de nosotros mismos con los laicos o con las mujeres… de ver que la Iglesia no es lo que Jesús quería que fuese y que ésto nos hace sufrir muchísimo?  Y encima vienen Udes. y nos apelean con sus “perfecciones” porque no hemos abandona el redil…
    Son Udes. y perdonen la expresión (cariñosa) unos ingenuos o unos perversos al pintarnos tan complacientes con nuestra Iglesia, tan acríticos con todas sus cosas, tan “instalados y enrocado” en nuestros torreones de comodidad, tan “alcahuetes” de nuestra realidad. A nosotros también nos da en la cara el viento de la calle, de  la vida, de la injusticia y  del amor y queremos seguir siendo fieles a Jesús, no precisamente al Vaticano, muchas de cuyas historias tampoco nos gustan. Se habla de que somos contradictorios…por supuesto, pero también son contradictorias la luz y las tinieblas, la verdad y la mentira, el amor y el odio y vivir es siempre cuestión de fronteras.
    Pero, por favor, no nos pidan que dejemos la Iglesia…
    Por cierto, María Pilar García, me siento muy cercano a tu experiencia vital y de fe.
    Un abrazo a todos: aquí me siento plenamente en casa y frente a la invitación “cordial”  que me hace algún forero a que me vaya,  mientras no me echen, no marcharé, estoy muy a gusto aquí.
    Desde la perplejidad y la búsqueda, pero siempre en camino.

  • pepe sala

    Me ha encantado el comentario de Mª Pilar.
    ¡¡ Qué raro! ¿ No?..
     
    Mª Pilar siempre ha escrito desde su postura de CREYENTE CATOLICA.
    ( siento mi dureza en ocasiones, Mª Pilar, te aseguro que algunas veces dejo de mandar algunos comentarios especialmente duros pensando precisamente en que tú los leerás)
     
    ¿ Cómo, pues, le puede gustar a un ateo que ” odia” a la Iglesia católica los comentarios de una católica confesa? ¿ Será una católica ” hereje”?…
     
    Por buscar un argumento se me ocurre que pueda ser porque escribe desde una posición de IGUALDAD, no desde la prepotencia de creerse superior por el mero hecho de ser católica. Además comenta desde su propio derecho a ser tenida en cuenta como cualquier alta jerarquía eclesiástica, yo dría que más, puesto que la humildad es una característica que agranda mucho a las personas.
     
    Y por si fuera poco, nadie tiene derecho a poner en duda las propias directrices de quien guía todo este tinglado religioso. Si mal no recuerdo, en alguna perte está escrito que
    ” VOSOTROS SOY EL TEMPLO DEL ESPIRITU SANTO”
     
    ¿ Para qué hacen falta, pues, tantos curas, obispos, cardenales y papas intentando acaparar la autoridad que le corresponde a los creyentes y no a los ” pastores”?
     
    No dudo de que con creyentes ( CATOLICOS) del estilo de Mª Pilar, otro gallo le cantaría a la sociedad ( que es lo que a mí me interesa) y a la propia ICAR ( que éso me importa un carajo).
     
    Estoy ansioso por leer la respuesta de Luis G. Morán a la pregunta de Antonio: ¿ Qué hará el párroco Moran en caso de una divorciada en su misa? ¿ Le negará la comunión y la echará a los últimos bancos de la iglesia para que nadie la vea llorar?.
     
    La respuesta en el próximo capítulo…

  • Pero bueno, Oscar, que al Bateson no se le puede simplificar tanto. Hablar de esquizofrenia en nuestro contexto social son palabras mayores, y decirlo así sin más en alusión a alguien parece más un insulto que otra cosa.
    Los antropólogos culturales lo que intentan es rebatir el discurso biomédico supuestamente científico según el cual las enfermedades mentales tendrían origen genético. Al estudiar diferentes sociedades se han ido dando cuenta de que síntomas que en un sitio se consideran enfermedad en otros no… y que no pasa nada, que en unos sitios utilizan unos métodos de curación y en otros otros y que en todos los sitios hay gente que se cura. Y que muchas enfermedades, si no todas, se pueden interpretar desde los entornos sociales de los que las sufren, esto hace que también se puedan evitar, que es de lo que se trata finalmente. Y ahí se van lanzando teorías, como esta de Bateson (que no es casualidad que fuera hijo de genetista) sobre la que la misma wikipedia dice que queda mucho por investigar.
    Lo que sí es cierto es que si a una criatura se le educa en un contexto familiar de doble constreñimiento, para cuando la criatura la pueda identificar, la paradoja se habrá internalizado de tal forma que no podrá afrontarla, o al menos le será sumamente difícil… de ahí deduce Bateson que esa criatura creará un escape a esas demandas conflictivas en el mundo del sistema ilusorio, es decir desarrollará enfermedades mentales como la esquizofrenia.
    Pero yo así con una mirada sesgada de sentido común diría que desde el estado de salud mental hasta el de enfermedad hay muchos grados, y que si por habernos educado en familias (o congregaciones) llenas de contradicciones –entre lo que piensan, lo que sienten, lo que dicen y lo que hacen– ibamos a ser esquizofrénicos, los loqueros no podrían dar abasto. pero bueno, ahí queda la cuestión de los grados y lo sano de solucionar las contradicciones.
    Bueno, y volviendo a tu comentario, me parece muy interesante eso que apuntas: asegurar que uno “cuestiona la autoridad de X (en este caso de la ICAR)”, lo obliga a reconocer la primacía de tal autoridad. Efectivamente, cuestionar una autoridad presupone su reconocimiento como tal. Y esto nos mantiene dentro de la paradoja tan profundamente interiorizada y de la que es tan difícil salir… La solución sería poner el problema en un contexto más amplio, no intentar entrar en la historia de buenos y malos, entre nosotros y los otros, en la que nosotros nos definamos en positivo por lo que somos y no en función de los otros… se puede reflexionar mucho sobre esta cuestión. Gracias.
    Vamos… todavía? 😉

  • Carmen (Almendralejo)

    Antonio y Maddi, si ha contestado… Implicitamente habla de una iglesia abarrotada, pero que curiosamente solo habla de muchebre, no de nombres, rostros y de casos ¡Más de lo mismo!

  • Carmen (Almendralejo)

    Lo más esclarecedor son las comcparaciones mitólogicas a ciertos hombre del A.T… Ese es el gran pecado de los hombres que se creen estar por encima del bien y del mal.

    ¿Por qué su salvadora, María, su hermana que le sacó de la muerte del rio Nilo, terminó en aquel proyecto de salvación, con un castigo y con la lepra de los maldit*s, y apartada de todo profetismos?
    Es curioso que se siga progonizando aquello que estigmatiza, pero no se moja en lo que se denuncia.
    Aquí, se habla de casos concretos donde hemos sufrido esa soberbia del hombre consagrado, así que dejen las monsergas para quienes se dejan aborregar por el padre o el borrego bien mancebado y de gorra.

    MUCHA SOBERBIA, es lo que siguen teniendo estos doctorados en ese dios de los castigos de la moral sexual de los laicos, porque las suyas siguen estando bien tapadas yescondidas.
    Y como dicen otros comentaritas, ganas tienen de escuchar sermones en el siglo XXI.
    Y  me sigo ratificando y ahora este buen Moises entra dentro de los hombres clérigos que me dan pena, porque sí ha demostrado ser un pobre hombre, con pocas ganas de desmontarse él mismo. Que se pregunté por qué no le interesa.

  • M. Luisa

    Tras leeros me ha venido a la memoria un caso  que  bien podría ceñirse a las descripciones de Arregi y a lo que ha dado de sí en  todos vuestros comentarios.
     
    Recuerdo ya hace muchos años cuando, a pesar  de la frialdad e indiferencia  que recibía,  dadas mis circunstancias, por parte de gente católica  bien pensante,   llevaba a misa a mi hija en coherencia con su educación cristiana,  un día a la salida vino a mí llorosa una  vecina que a veces nos encontrábamos en la Iglesia y me dijo  muy dolida que ella ya no podía ir a comulgar pues vivía  en pareja  tras su separación y el párroco le negaba la comunión. Recuerdo que entonces, aunque  por aquella época  el único sentido crítico eclesial  que tenía era   el mío propiamente, aquel que  de rebote salía de mis entrañas dolida por sentirme rechazada, le dije lo que yo pensaba al respecto  y si la negación le causaba dolor y sufrimiento era porque tal negación no tenía razón de ser. Que precisamente la comunión es recepción y no exclusión. Así de sencilla fue mi opinión.
     
    Fue más tarde por  la añadidura a mi vida de circunstancias igual de  negativas   cuando empecé a indagar  enriqueciendo  entonces ya objetivamente mi crítica y descubriendo  las razones  de las consecuencias erróneas  mantenidas en la iglesia. Pues bien, esta mujer,  aunque en la misma población, hace algún tiempo marchó a vivir a otro lugar  con su pareja de modo que perdí su contacto.   Pero lo que son las cosas,  no hace mucho, tristemente,  volví a saber de ella. Su pareja murió y  ella  en soledad se dio a la bebida. Ahora está enferma   y así me imagino muchos casos… y yo me pregunto ¿La Buena Noticia, dada a conocer,  daría estos resultados?

  • J.Miguel Vallejo

    Desde luego este es mi último comentario, y nada ni nadie me va a cambiar esta decisión, por mucho que  algunos participantes me interpelen y hasta me insulten, como ha sucedido en ocasiones, por ejemplo:

    pepe sala
    12-Septiembre-2010 – 19:38 pm
    ¡¡ Mando güevos !!… éste tipo ya apesta y se me hace insoportable.
 
Mira lo que hay en Cuba, ” licenciado”… y nadie les pone el menor impedimento. No como vosotros, los católicos, que ponéis todos los impedimentos habidos y por haber a cualquiera que no comulgue vuestras ruedas de molino, coño!!:

    Quiero apoyar a D. Luis González Morán, porque estoy de acuerdo con él.
    En muchos comentarios que he leído en Atrio se disculpa y hasta se apoya cualquier ideología:  las dictaduras más feroces si son marxistas, el ateísmo más radical si va en contra del Papa y de los católicos, las religiones más radicales como el islám, y hasta en un comentario he creído que se disculpaba el terrorismo, todo tiene un aspecto positivo y justificable, salvo los malvados, equivocados, represores, fanáticos, no evolucionados  católicos que somos fieles a nuestra fe. La “ICAR” es la culpable de todos los males, todo lo negativo puede serle atribuido. Y encima nos tenemos que callar. Quédense ustedes con su Atrio y dejemos en paz.

  • oscar varela

    Hola!
     
    El Sr. José Arregui dice que no es “Ni clérigo ni laico”.
     
    Acá hay “contra-dicción”:
    * fue Clérigo
    * es Laico
     
    Puesto que no alega ninguna otra categoría “positiva”
    (salvo el “vivir como Jesús” ¿qué será eso, no?)
    ················
    NOTA: Algo parecido nos cuenta Antonio Duato: -“Recuerdo aquellos años como viviendo bajo una continua contradicción entre lo que pensaba y sentía y lo que “tenía que decir”-
    ················
    Gregory Bateson estudió la situación: http://es.wikipedia.org/wiki/Doble_v%C3%ADnculo
     
    – “Se le conoce como Doble Vínculo o Doble Constreñimiento a la situación comunicativa en la que una persona recibe mensajes diferentes o contradictorios. El término intenta dar cuenta del ataque de esquizofrenia.[] El doble vínculo es basado en la paradoja hecha contradicción.”-
    ·················
    La solución a un doble constreñimiento es poner el problema en un contexto más amplio:
     
    * un estado más arriba de respuestas aprendidas a situaciones de premio/castigo.
    * un estado contextualizado y entendido como un escenario sin ganadores.
    ·················
    Algunos ejemplos de Doble Vínculo:
    * Un aviso que dice “no lea este aviso”.
    * Asegurar que uno “cuestiona la autoridad de X”, lo obliga a reconocer la primacía de tal autoridad.
    ···············
    No sé si me dejarán ¡ir todavía! Pero ¡Voy! – Oscar.

  • Maite Lesmes

    A FICO S. PERAL: No tenía idea de que te hubieran intervenido, brindo por tu mejoría. (Ignoraba también que IÑIGO pasara por otra intervención y alguien me ha contado hoy lo de VICTOR: a los dos, por distintos motivos, mucho ánimo).  Intenta no forzar la voz, sobre todo expresándote tan bien por escrito.
    Quiero agradecerte tu participación en ATRIO,  donde has llegado a destacar por el contenido y la forma de lo que escribes.  Me identifico también con lo que escribes aquí:  quienes no tenemos actitud de dependencia respecto de la ICAR , porque la hemos desenmascarado y,  sobre todo,  no creemos en ella  (institución) sino en el mensaje de Jesús, entre otras muchas causas nobles…,  solemos situarnos enfrente de quienes se aferran a los frutos de la ICAR (estructura, organigrama, magisterio, moral casuística…) como verdad y norma absoluta.  Son dos paradigmas contradictorios. Sobre todo si cada cual defiende con pasión e intransigencia
    su postura. Otra actitud suscita la persona que intuye que hasta ahora ha vivido desde unos esquemas que ya no le sirven y, por lo tanto, muestra interés por otro modo de plantearse su fe. Suelen ser personas receptivas que experiementan liberación a medida que encuentran lo que buscan.
    Frente a posturas radicales, por parte de quienes se encuentran en paradigmas incompatibles, está tu postura conciliadora. Y empiezo a considerarla, porque hay muchísimas personas de buena voluntad  a las que, si se les explicara bien -como lo hace Joxe ARREGI aquí- cómo puede ser una persona feliz, honrada, creyente, siguiendo criterios de sentido común, de ética civil, de los avances científicos, no incompatibles con el evangelio…,  vivirían no sólo acordes con su foro interno, sino conscientemente su fe adulta.
    Quienes acuden en masa a besar y rezar la piedra sobre la que se alza la virgen del Pilar, tienen sentimientos religiosos. Habría que reorientar esa fe hacia quien representa la imagen. Quienes se destrozan las rodillas en una procesión, comprenderían, si se les explica bien, que otro tipo de esfuerzo vale también para
    salir adelante en una situación conflictiva o de incertidumbre.  Ahora bien, mantener al pueblo en la ignorancia, alimentar esa fe prerracional, como dice L. TROYANO, permitir que creyentes de buena voluntad
    sufran por no distinguir lo esencial de lo accidental, es abuso de poder y manipulación. 
    Pero a la ICAR no le interesa que la gente piense, tenga conocimientos, aprenda a obrar según su conciencia.
    Es cuestión de tiempo. Cada vez somos más quienes descubrimos su montaje y nos alejamos de ella para recuperar a Jesús y a otros maestros de vida. Por otra parte, la sociedad civil sigue evolucionando en el descubrimiento de valores que humanizan. Otra cosa es que sea difícil ponerlos en práctica y por eso tengamos que instituir, como en esta fecha, el Día de la Pobreza, o el Día de la mujer rural, o el aniversario de los DH.

  • Fico Sánchez Peral

    Luis González Morán

    Este post -que no se nos olvide- iba sobre el artículo de Arregui: “A una cristiana divorciada” y sobre la evidencia del sufrimiento de tanta buena gente, sobrecargada por normas absurdas del magisterio de la iglesia. De eso hablábamos hoy en Atrio, entre amigos. Y ten en cuenta que eres tu el que viene a Atrio a discrepar y no nosotros los que vamos a hacerlo a tu misa dominical. Respetamos, desde la discrepancia en la distancia, lo que vosotros queráis hacer en ella y no vamos allí a quejarnos de que desde el púlpito se nos llame pecadores, traidores a la fe y demás lindezas.

    No sé lo que deberías decirles a los asistentes a tu misa de hoy, pero me parece que la pregunta que tu –y no yo- te planteas, no es la adecuada. Porque no se trata de si debes decirles si deben darle portazo a la ICAR o no, sino de cómo personalmente debes implicarte (como hizo Jesús en su tiempo y como otros intentan/mos hacer…) en empezar a aliviarles la carga de normas que no tienen nada que ver con el mensaje de Jesús de Nazaret. Como por ejemplo con el tema del post: el divorcio y los problemas de conciencia que genera en la buena gente que llena la iglesia, y quizá los de mucha más que, desesperados de la sordera, ceguera y crueldad de la jerarquía eclesiástica, se queda fuera porque se siente excluida de la comunión.

    Aquí en Atrio, entre amigos cruzamos opiniones sobre el tema propuesto, y damos nuestras razones, citamos ejemplos y usamos expresiones eclesiales, para referirnos a nuestra experiencia de búsqueda; incluso algunas con ironía, como el término “borregos”, dado el cinismo con que la jerarquía religiosa niega la evidencia de las consecuencias de sus errores y abusos de poder. Por eso permíteme que te diga, que no es que no nos guste eso que tan a la ligera llamas “nuestra elección”, sino que lo que no me gusta es que realmente no sea la elección libremente elegida por los creyentes tras leer el evangelio, sino la única opción que se les deja, bajo exigencia de obediencia y amenaza de exclusión. Opción distinta, e incluso a veces opuesta, a la de Jesús y que, debidamente trastocada y manipulada durante veinte siglos, llega a decirnos cosas como que “No hay salvación fuera de la iglesia”. Y si quieres hablamos de Galileo y otros muchos…, como de la amiga que lloraba cada día en misa, sentada en el último banco… Su opción, tras rompérsele un primer matrimonio, fue amar en uno segundo. Y la respuesta de la iglesia fue excluirla de la comunión.

    Si me refiero a la gente de iglesia con términos como el de atrapados (del que ya hablamos en su día) o espiritualmente atrofiados y cosas parecidas, no es porque no les respetemos, ni porque deseemos ofenderles, sino todo lo contrario, porque nos duele lo que la doctrina de la jerarquía religiosa (que no de Dios) ha hecho con ellos. No son mis palabras las que desean ofenderles, sino las de la doctrina de la iglesia que les atrapa y atrofia en lugar de darles crecimiento y las de quienes la justifican, la disculpan y la sostienen con su silencio. No hay vez que se oiga hablar a algún obispo y a la mayoría de curas, en la que no esté presente la llamada a la docilidad y la obediencia a su magisterio, es decir: a la sumisión. La llamada de Jesús era a seguirle a él, mientras que la de la jerarquía es la de seguir a su magisterio y autoridad, que acaba degenerando en el autoritarismo que atrapa, infantiliza y atrofia.

    Te veo muy correcto y hasta cariñoso, pero –permíteme decirlo claro- también un tanto cínico, porque lo del apotegma indiscutible y la patética misericordia mezclada con un sutil insulto, utilizado para desacreditar lo que digo, cuando tú (y se te nota) has entendido perfectamente en qué contexto hago mis comentarios, lo veo un tanto juego sucio. A que viene, pues, lo del canario, cuando has entendido perfectamente que es un simple comentario en clave de humor entre amigos.

    Si tu elección –según te remites a mi comentario- es padecer la sinrazón del canon, las conclusiones que quieras sacar de ello son tuyas; así que, por favor, ni me las adjudiques ni olvides el poder de influencia que con ellas tienes sobre los asistentes a tus misas. No sea que alguno acabe llorando escondido en el último banco, mientras tú le hablas de levantar las manos al cielo como Moises y sostenerlas como Aaron y Jasur…, sin que te enteres de sus lágrimas. O, peor aún, enterándote y pasando de ellas.

    Comprendo que te duela, pues como sacerdote eres parte responsable, pero, te guste o no, mi visión y mi experiencia de la iglesia es la que describo en mis comentarios, que no pretende ser ataque a nadie, sino un lamento ante mi impotencia de no saber qué hacer para aliviar la carga de los que sufren en ella, así como la de los que aparecen/aparecéis por aquí, en plan Cruzados, a descalificarnos, solo porque no habéis tenido –no sé cómo decirlo para no herir- la oportunidad, la habilidad, la valentía… de arriesgaros a buscar solo en manos de Dios, confiando solo en Él, y no tanto en la doctrina de la iglesia. Y tú sabes bien que me duele realmente el problema de esas esporádicas apariciones, que no hay quien salve de la autoexclusión por vía de intransigencia, aunque prefieras vestirlo de patética misericordia para descalificarme.

    Puede que yo resulte excesivo para quienes, por aparecer poco por aquí, no están en el contexto en que se habla, y no capten bien las abreviaturas, reducciones y citas a cosas ya debatidas antes, pero me parece que tu también te excedes al presuponerme todo lo negativo que en tu comentario me presupones. Tú, y quizá mejor que otros, sabes bien que mis últimos comentarios nacen precisamente del interés por dar mejor acogida y trato, y por salvar el resultado final de esas apariciones, por hallar un lugar de encuentro en el que poder dialogar sin descalificaciones. ¿A qué viene entonces tu ataque a mí? ¿Prefieres, acaso, que haga lo contrario? O es que, falto de argumentos, es mejor matar al mensajero?

    Y no te preocupes y no temas, que no pienso hacer nada por ti (si ese es tu deseo), pero permíteme que a mí sí me preocupe lo que tú y demás sacerdotes hacéis y dejáis de hacer con los asistentes a las misas, pues el resultado, para bien y para mal, lo padece la iglesia, nuestra iglesia, la de todos, estemos dentro, fuera de ella o en el Atrio. Y recuerda que lo que vale para el resultado final, no son las palabras que dice el salmo y el oficiante lee, sino cómo él personalmente las pone en práctica, antes, durante y después de la misa. Vamos, que para ti, de todos los asistentes a las misas no hay necesidad ninguna de aliviarles la carga de la doctrina, para sustituirla por una mayor confianza en sí mismos y en Jesús. No, no, mejor que obedezcan lo que se les dice en misa, y cuando alguien se lamente de su mala suerte y lamente también, entre amigos, la impotencia de no saber como hacer para aliviarles, ya saldrá el cura de turno a descalificarlo para defender su derecho exclusivo de adoctrinarlos y mantenerlos en el redil.

    Si tras cincuenta años de sacerdocio, eso es todo lo que tienes que decir, no sabes la tristeza que me produce verlo. Y por eso seguiré hablando de la ceguera, sordera… de la jerarquía religiosa de la que formas parte.

    Que Dios te ilumine. Saludos cordiales; Fico.

  • Santiago

    NO CREO que la iglesia, a traves de los siglos, haya defendido la indisolubilidad del matrimonio por motivos meramente terrenales e interesados…como dices tu Jose hubo ciertas excepciones….sin embargo, el mandato del amor NO es temporal…es perpetuo….El primer mandamiento del Decalogo nos manda a “amar a Dios” con todo nuestro ser, con toda nuestra mente..no podemos renunciar a el…este amor conlleva el amor al projimo…tambien debe ser indisoluble, irrenunciable e incondicional…La intencion de Dios al crearnos fue transmitirnos su mismo amor…esto conlleva una intencion permanente…principalmente debe existir este mismo amor en la familia, la celula que precede a la comunidad que formo ciudades, estados y naciones….Nuestra promesa a amar es perpetua….tenemos que seguir amando a pesar de nuestro sentimientos…no es cuestion de como yo me sienta…sino de una vocacion a la que yo -como hijo de Dios- tengo que cumplir hasta el final….Siendo la union matrimonial el estado ordinario para la mayoria de los seres humanos no es extrano que Dios -desde el principio- quiera su estabilidad y su santidad y su perpetuidad..Por eso, por la difucultad en poner en practica este mandato divino,  en tiempos de Cristo existian dos fundamentales escuelas rabinicas con distintos punto de vista sobre el divorcio… PREGUNTADO Cristo dijo que “desde el principio” Dios favorecio la union indisoluble “puesto que entonces no fue asi”…El “voto” que yo hice al casarme  es para siempre…es un “voto” de confianza al amor que Dios me dio y con el que puedo yo mismo amar a otros y cooperar en la creacion…No cabe duda que mis “propias” circunstancias en relacion a mi union pueden ser extremadamente dificiles, puede haber motivos graves de separacion, para dejar la vida en comun, por alejarme …pero no puedo dejar de seguir amando…quizas aunque no sienta nada….puesto que el objeto de mi amor es el mismo del de Dios que pudo amarme primero para que yo amara despues..y asi seguire queriendo a la familia que yo quise formar…no puedo renunciar a ella porque no puedo renunciar al amor incoado en mi por el que  me lo dio, como un regalo de su exquisita bondad…Yo creo que todo este tinglado se reduce a entender lo que es la verdadera etica del amor….suponiendo, claro esta,  que yo crea que el amor procede de Dios, como repetia el “discipulo amado”, Juan, al final de su vida….un saludo de Santiago Hernandez    

  • Manuel V.

    Luis Troyano:
    Déjelo en jesuíta
    Saludos

  • Manuel V.

    Antonio:
    Estará respondiendo al amor… en esa nueva relación… hasta que decida responder a un nuevo amor en un momento posterior y ¿por qué no? y a todos los que vayan viniendo ¿no? ¿cuál es el límite? ¿Cómo lo discierne? ¿de qué tranquilidad de conciencia hablamos? ¿de la del hombre que, según vamos descubriendo cada día más, cambia una de 50 por dos de 25? Esí sí, con la conciencia tranquilizada por quien debería llamarles a la verdad seriamente.
    Saludos

  • Sarrionandia

    Arregi  expone la libertad cristiana a una escrupulosa divorciada que quiere comulgar. Bueno fuera analizar los consejos que le da sopesando las razones de evangelio en que los sustenta. Pero veo que nos alargamos y eternizamos impulsando la`polea loca de volver y volver a lo mismo; la ICAR y la libertad!. No es un pelín farisaico defender las propias actitudes y posicionamientos? Máxime con comentaros más largos que el artículo comentado?

  • Antonio Duato

    ¡Bravo, Maddi! Esa es la cuestión.
    Mira, yo no fui sacerdote 52 años, per sí 34. Recuerdo aquellos años como viviendo bajo una continua contradicción entre lo que pensaba y sentía y lo que “tenía que decir”. Respeto enormemente a quienes siguen viviendo así. Pero que no culpen a ATRIO de insultarles cuando lo único que se hace aquí es tal vez destapar sus contradicciones.
    Siendo todavía cura dije ya en privado y en público que un católico separado y vuelto a casar, si estaba respondiendo al amor en ese nuevo matrimonio, podía acercarse a comulgar con tranquilidad de conciencia, dijese lo que dijese el papa. Y sin esparerar a “nuevos replanteamientos”.
     ¿Tú que dices, Luis? Eso es lo interesante.

  • creo que donde pongo jesuanico, deberia decir jesuanista. Es decir que tiene a Jesús, hombre realizado, como referente espiritual.

  • Luis González Morán:

    Hay de todo en “la viña del Señor”. Buena gente creyente, y creyentes que intentan meternos con calzador su trasnochada visión de las cosas. Creyentes que si pudieran nos retrotraerían a una teocracia, similar a las del mundo musulmán.
    Veo muy loable que defiendas tu rebaño, como buen pastor. Siempre he dicho que la opción del creyente es legitima. Como legitimo es pensar que creer en un hombre resucitado de entre los muertos, es prerracional, no racional.
    Se puede ser creyente sano, o creyente con alguna patología social. Defender el Vaticano, para mi es patológico. Defender que cada cual crea en lo que quiera, sin que intente imponerlo, para mi es lo sano. Mi pregunta es: ¿eres vaticanista?. Porque tal como digo, estarías defendiendo una patología nociva. Aquí en ATRIO  se le ataca a la ICAR-vaticanista  cargados de razón. Además, ATRIO no se define católico, le da cabida a gente como yo.
    Precisamente, cuanto mas cristiana es la gente, mas antivaticanista es . Porque les toca el núcleo intimo de sus creencias. Yo que soy un jesuanico atípico, ataco al Vaticano patológico, por el bien del pueblo, al que pertenezco, y deseo lo mejor para este pueblo. Porque intento tirar del creyente para arriba. No como hace el Vaticano, que tira hacia abajo.
    Está bien que defiendas tu Iglesia. ¿Pero de que Iglesia hablas?.
    Si no quieres intervenir en ATRIO. Hay otros foros, en los que te ovacionarían, con tus planteamientos. y repito: si son vaticanistas, no son sanos.

  • Luis García Morán, me ha gustado tu comentario, se ve que has leído bien los comentarios de l*s forer*s antes de responder. Lo que no me queda claro es tu opinión sobre que se niegue la comunión a alguien por estar divorciad* y vuelt* a casar, creo que tu opinión como sacerdote de experiencia madura puede ser esclarecedora. (Y va en serio, y tb. con cariño)
     

  • Carmen (Almendralejo)

    Querida Mª Pilar ¿Te has pregutando quienes se dam por aludidos?
    Pues eso, com bien dices, que haberlo ailos, y que yo hablo de gente que nonozco

  • mªpilar garcía

    Luis G. M.:
    Como casi siempre; porque al menos una vez, leí con gran alegría una “confesión” suya de seguimiento, tan cercana a mi experiencia personal, que de todo corazón la agradecí.
    Cuando digo: “no escuchan, ni ven, ni pueden comprender ¡otras miradas” no me refiero a toda la iglesia; sino a las personas que teniendo poder, no soportan ni toleran, a esa inmensa cantidad de creyentes, que tienen otra experiencia.
     
    Castigan, silencian, despiden, persiguen, les obligan a cerrar los sitios donde están en contacto, con los que sí nos gusta escucharles, leerles; porque sentimos que ahí, para nosotros/as,  está La Palabra de Dios Encarnada en Jesús.
     
    No le pido que me responda, porque sí soy respetuosa con su camino.

    ¿En qué ofendo al proyecto de Jesús, cuando digo con sencillez y convencimiento personal: “que los dogmas, catecismos,  las cartas pastorales, encíclicas (algunas) no me sirven para mi camino de seguimiento?
     
    Estoy en la iglesia por propia decisión; pero no tomo como Palabra de Dios, muchos temas que están francamente en discordia total, con el Mensaje de Jesús.
     
    Se me acusará, diciendo que “no soy católica” pues si ser católica es, seguir ciegamente, sin poder discernir lo que para mí, es un contrasentido con el Evangelio, confieso ¡firmemente! QUE NO LO SOY.
     
    Si eso está mal, y ellos me pueden castigar, asumo su castigo, pero no me separarán por ello, de mi experiencia personal, buscada, estudiada, seguida, con toda la fuerza de mi corazón, razonada y vivenciada en lo más profundo de mi ser.
     
    No creo haber ofendido ha nadie; es mi camino, tras la escucha silenciosa, en muchas horas de discernimiento y oración, así lo siento y lo intento vivir cada día.
     
    Pasa muy a menudo; salimos a “dar leña” ante otra manera de vivir la fe porque no es la mía.
     
    Las veces que he comentado estos temas, ha sido siempre, por defender, ante “actuaciones” humanas que nos empreñamos en llamar “palabra de dios”… porque sigo pensando y diciendo, que no debemos confundir, pensamientos humanos y llamarles de esa manera.
     
    También deberíamos escuchar al menos los nuevos estudios, que van demostrando y aconsejando, que empecemos cambiando nuestro lenguaje, para facilitar el salto, de una fe dependiente a los hombres, (sean estos quienes sean) a una fe en búsqueda constante y sincera, preguntándose, esa cantidad de interrogantes, que tiene y suscita, la machacona y mágica formación religiosa, que se sigue promoviendo en cierta parte de la iglesia.
     
    Estoy en la iglesia, y siento agradecimiento por tantas personas buenas, excelentes, que han pasado por mi vida; y gracias a ellas, y a la fuerza, con que tiraba de mi personilla, totalmente insignificante que soy, la persona de Jesús; en ningún momento de mi vida, he dejado de buscarle, escucharle, en lo más profundo de mí.
     
    También le doy la enhorabuena, por tener la iglesia a rebosar… tristemente, no es lo habitual; mi comunidad, cada día, estamos menos y somos la mayoría muy mayores… y mayores que yo (que ya es decir) más todavía; es una comunidad, que siempre ha sido viva y llenaba el templo totalmente.
     
    Un abrazo. mª pilar

  • pepe sala

    Yo sí añadiré algo, a pesar de no ser nombrado en la exortación tradicional.
     
    O a mí me han cambiado de País, o aquí hay alguien que tiene demasiado morro. ¿ Acaso piensa alguien que nos hemops quedado todos tontitos y no sabemos la PREPOTENCIA de la ICAR en España.
     
    Y tal prepotencia y falta de respeto hacia quienes no somos de su cuerda viene desde nuestra más tierna infancia. No es extraño que les cueste tanto desprenderse de ella a tantísmos  borregos. ( ” yo soy el pastor y vosotros el rebaño”…¿ qué es un rebaño?)
     
    Por si alguien sufre de amnesia conveniente:
     
    FUERO DE LOS ESPAÑOLES
    Art.1.- El Estado español proclama como principio rector de sus actos el respeto a la dignidad, la integridad y la libertad de la persona humana, reconociendo al hombre, en cuanto portador de valores eternos y miembro de una comunidad nacional, titular de deberes y derechos, cuyo ejercicio garantiza en orden al bien común.
    Art. 6.- La profesión y práctica de la Religión Católica, que es la del Estado español, gozará de la protección oficial. Nadie será molestado por sus creencias religiosas ni el ejercicio privado de su culto. No se permitirán otras ceremonias ni manifestaciones externas que las de la Religión Católica.
     
    Francisco Franco. Boletín oficial del Estado. 18 de julio de 1945

  • Manuel V.

    No voy a perder demasiado mi tiempo. Tentado estaba hasta que  he leído el mensaje de D. Luís González al que me adhiero agradecido.
    Nada que añadir.
    Saludos

  • Luis González Morán

    Paz y bien a todos.
    Prácticamente había decidido dejar de participar activamente en el Atrio, pero creo que alguien debe dar la cara en defensa de “la pobre gente” que seguimos siendo fieles a la Iglesia, dado el linchamiento moral a que estamos siendo sometidos, especialmente en este post.
    Por si alguien no lo sabe, debo repetir (donde otros lo ocultan) que hace cincuenta y dos años que soy sacerdote en activo y pienso morir (con la gracia del Señor) en esta trinchera. Yo, para bien o para mal, no me escondo en esas historias de la libertad, de la maduración, de la autonomía, de las propias opciones…que todos sabemos lo que quieren decir.
    Solamente pido un poco de respeto para los que aún seguimos en la Iglesia; miren, señores, ni somos cretinos, ni tontos, ni ciegos, ni mudos, ni insensibles, ni borregos, ni sordos, ni ignorantes, ni esclavos, ni necesitamos “andadores”: somos personas que hemos hecho una elección que puede no gustar a otros (sobre todo a los sedicentes “liberados”), y que pueden considerar propia de la edad de Cromagnon, pero es la nuestra. La verdad es que la otra ribera tampoco parece especialmente atractiva: se quejan de la intransigencia de la iglesia, pero fuera de ella hay para todos los gustos y colores. Hoy, al celebrar la misa dominical, con una iglesia llena a rebosar de “personas”, no de muñecos o robots, les miraba a la cara y pensaba: son, en general,  buena gente, son honestos, viven como creen que deben vivir, intentan ser mejores, sacar la familia adelante, ayudar a los demás, ¿debo increparles por no haber dado un portazo a la iglesia y marchar tras los florecientes señuelos de la libertad? No. Hoy la liturgia trataba de la oración y les dije que había que levantar las manos al cielo como Moisés y sostenerlas como Aarón y Jasur (Ex 18,8-13).
    Por tanto, ni falsa piedad hacia nosotros, ni inútil crueldad. Y a las pruebas me remito.
    Fico Sánchez Peral (me alegro de tu recuperación, amigo!) establece una distinción muy explícita entre “los que nos sentimos liberados del canon” y aquellos “que sí se someten al canon y padecen su sinrazón”. Está claro: los que han abandonado el canon, son los libres y los que no lo hemos abandonado, hemos de sufrir su sinrazón, o sea que somos irracionales. Sentada esta premisa, por supuesto, sin ningún tipo de prueba, es como un apotegma indiscutible, saca las consecuencias que le parece; una muy curiosa es el tono de patética misericordia que parece envolver su pensamiento mezclado con un sutil insulto. Dice: “nos guste o no, la Iglesia católica, la misa del domingo, es como es, y no se puede dejar tirados a esa tremenda cantidad de gente, solo por presentarlas la verdad de forma que aún no pueden digerir”. Gracias por no dejarnos tirados en nuestra orfandad y concedernos la posibilidad de que algún día veamos la luz y podamos entender “la verdad” así, “la verdad absoluta”. (El texto de Fico Sánchez Peral corresponde al comentario colgado los días 16 y 17 de octubre). Otra aportación del día 17 (10.54 a.am) es también brillante, donde junta la cruel piedad con el insulto: “Tanto la (situación) del aborregamiento… (o sea, que nos llama descaradamente “borregos”) como la situación del que –siendo así- se presenta en plan cruzada a cortar lana de estrangis (o a salvar infieles), por si cuela. Y ya sé que no se les acosa, pero ellos, por proceder de siglos de obediencia y sumisión lo ven sí. Tú lo sabes bien. Pero, y ¿qué hacemos ahora con ellos?” Por favor, por lo que a mí respecta, mejor si no hacen Udes. nada, no vaya a ser peor. Pero no queda la cosa ahí; más adelante el mismo día, añade:”…están atrapados por todas esas incongruencias…” Por cierto, yo había visto cosas raras, pero que una familia, como tú afirmas de la tuya, tenga un canario del Opus…me parece muy fuerte
                Tales proclamas animan al personal y así a Carmen (Almendralejo) en su comentario del día 17 de octubre (11.34 a.m.) “le da lástima, así de claro, cuando hablo con amigos sacerdotes, de congregaciones religiosas, muchos de ellos, me dan lástima, porque son pobres hombres incapaces de salir de ese agujero que ellos mismos reconocen que les asfixian porque son tratados como niños…” Por cierto, qué amigos más raros…las personas “consagradas-clérigos que creen tener la sartén por el mango… Pero en qué quedamos tienen la sartén por el mango o solo creen tenerla…? Pues yo hace cincuenta y dos años que soy sacerdote y nunca he tenido ni sartén ni mango…
                Fico Sánchez Peral vuelve a la carga el mismo día 17 (13.06 p.m.): “…sobre todo, porque están incapacitados para escuchar. Ya sabéis por qué, pues porque en la ICAR les han amaestrado (y en ello siguen) a no fiarse ni de Dios, solo de la ICAR. (En el salmo interleccional de la Eucaristía de hoy se lee: “Alzo mis ojos a los montes. ¿De dónde me vendrá el auxilio? El auxilio me viene del Señor que hizo el cielo y la tierra”. (Salmo 120). Menos mal, porque, de lo contrario, habría que decir “el auxilio me viene de la ICAR”).
                Lo que más me ha dolido ha sido el colofón de Mª del Pilar hoy domingo a las 15.21 p. m.): “Es totalmente inútil discutir con ellos: están ciegos y sordos…”
                ¿Se extrañan, por tanto, de que todos los que no comparten el pensamiento no solo mayoritario, sino incluso común, hayan sido laminados del foro?
                A pesar de las apariencias, va con cariño.

  • mªpilar garcía

    Mis queridos amigos/as:

    Una y otra vez, me pregunto porque os hace sufrir tanto, como viven las demás personas.

    1º, ¡bienvenido Fico! se notaba tu ausencia, me alegro que todo esté yendo bien.

    Las personas que son fieles ¡solo! o ¡por encima de todo al magisterio de la iglesia!

    Es totalmente inútil discutir con ellos; están ciegos y sordos…
    Algo de esto también dijo Jesús, Pepe lo recordará.
    Porque es cierto, maneja la Biblia de manera espléndida; especialmente, porque lo hace desde su propia vida; y no hay otra manera de mirarla, leerla y hacerla en alguna de sus partes ¡Vida!

    Hay otras muchas personas, que para nada,  ¡¡¡para nada!!! necesitamos de dogmas, exigencias sobre… condenas, sino aceptas…

    Puede que me excomulguen ¿y qué? en la vida,  hay que madurar, ver, experimentar, descubrir, despertar…

    Y a eso, nadie le puede poner barreras; yo no pienso luchar a brazo partido, con personas que no escuchan, ni ven, ni pueden comprender ¡otras miradas!

    Lo que hago es, no dejar de caminar, quizá mi experiencia personal, no pueda compartirla con muchas personas…

    ¡Pues no lo hago! ¿Para que sirve esa discusión sin fin? ¿Por qué me voy a empeñar, que vivan la vida con mis ojos?

    Sencillamente, ante estas personas (si no dicen algo especialmente fuerte, en contra de todo sentido común) solo comparto aquello que se puede compartir, y si no hubiere nada; ser amable, al menos educada, no cuesta nada, y cada cual por su camino.

    Pero hay personas que sufren, porque nadie les habla con amor, sencillez, esperanza… si esta posrura, les aligera su carga ¡¡¡¡maravilloso!!!

    Si no pueden cambiar sus parámetros; al menos, que te sientan cercana, solidaria, cariñosa; y os aseguro; si sienten, que lo escuchado, es coherente, volverán a indagar, y ese solo paso, ya será un alivio importante.

    Muchos/as de vosotros conocéis, y sé, respetáis, a personas que siguen ¡¡¡de otra manera!!! dentro de la iglesia, aunque estén perseguidos, castigados…
    Y muchas personas que somos prácticamente invisibles, seguimos por sus derroteros.

    Son muchas más de las que podéis imaginar.
    No pasaría nada, si el centro de poder de la iglesia,(o iglesias) se derrumbara; aunque sabemos cuna difícil es, frenar la fuerza de cualquier poder en esta tierra.

    Cuando se van alcanzando pequeñas metas ¡¡¡jamás!!! vienen de arriba.

    ¡¡¡Siempre la han llevado cabo el pueblo sencillo!!!

    No sufráis, respetad la mirada que cada cual tiene.
    ¡Ah! eso sí, como nos dice Pepe y Carmen, cuando alguien entra, aquí o allá, para “convertirnos” a las personas, que por convencimiento personal, experiencia de vida, y opción decidida, nos quieran ¡convertir!

    Hay que pedir lo mismo, ¡¡¡Respeten!!! la experiencia de cada cual, no insulten, ni condenen.

    Cada cual siga su camino en paz.

    No dudes Fico, que aquellas personas que buscan de buena voluntad; cuando lean las experiencias, la libertad que estas proyectan, la alegría de ser cada cual como es, si son personas inquietas, que tienen buena voluntad…

    Este Portal Atrio, ¡¡¡seguro, les ayudará!!!

    Al menos les aligerará la carga; cuando se busca, se escucha, se lee con ojos limpios; nada hay imposible en esta tierra.
    Nada es “fijo, invariable, seguro, verdad absoluta”.

    ¡¡¡Nada!!! Ni lo divino, ni humano; puesto que en ambos dos supuestos, el mañana seguro será, mucho más completo, cambiante, según los descubrimientos de cada momento.

    Solo una cosa es segura, imperturbable, no muda, no envejece, siempre llega…

    La muerte, es la única certeza, de que a ella llegaremos; lo interesante es, llegar a ella sobre todas las cosas…

    ¡Siendo buenas personas! por encima de todas las cosas, las llamemos divinas o humanas.

    Un abrazo entrañable, en especial, para los que luchan y sufren de alguna manera.

    mª pilar

  • Fico Sánchez Peral

    Ok, a Carmen y a Pepe en lo que decís. Y gracias por vuestro testimonio personal. Pero me sigue pareciendo dificilísimo de llevar a la práctica, sobre todo porque están incapacitados para escuchar. Y sabéis por qué, pues porque en la ICAR les han amaestrado (y en ello siguen) a no fiarse ni de Dios. S’olo de la ICAR.
     
    Bueno y todo aquello que ya hemos hablado tantas veces, lo que pasa es que a uno le duele la impotencia de no  poder hacer nada. Y no te digo nada, si adem’as tienes, como yo, dos hermanos con sus c’onyuges, hijos, amigos y hasta el canario del Opus.
     
    Pues eso. Fico.

  • Fico Sánchez Peral

    Pues estamos apañaos. Ánimos a Íñigo en su recuperación. Y a Víctor (Murcia) ¿qué decir? Toda mi proximidad más entrañable para él y los suyos. Fico.

  • pepe sala

    Pues es muy fácil, amigo Fico: a las personas que se quiere y se pretende ayudar ( en lo que se pueda) hay que hablarles con el corazón, con la verdad por delante, con ejemplos de vida propia y mostrándoles la senda que creemos más conveniente. ( no dudo de que los ” fieles” también hacen su labor en éste mismo empeño…aunque no todos-as, pues en cuanto te despistas te endiñan aquello de que ” fuera de la ICAR no hay salvación” y quien no esté de acuerdo con todos y cada uno de los dogmas católicos… ya sabe dónde tiene la puerta  ¿ que se vayan!!, directos a la perdición. Somos testigos de multitud de casos y lectores de muchísimos comentarios en el sentido.)
     
    Así pues, no somos los profanos y los creyentes de distinto signo que los católicos quiene utilizamos el sectarismo, la condena y el acoso a los demás.
     
    Aclarado éste punto voy a contar mi propia experiencia al respeco del seguimiento de Sacramentos y dogmas OBLIGADOS para la salvación de mi alma. ( a mí no me salva ni dios…) Si le sirve a alguien, miel sobre hojuelas, y por supuesto que no es un ejemplo a seguir para nadie, sólo para quien lo crea conveniente.
     
    Como ya he contado en alguna ocasión, durante mis primeros años de seminarista yo era lo que se conoce como ” comesantos”. Mi FE era ciega, mi obediencia a los dogmas era impecable y mi capacidad de observación de los ejemplos de vida de quienes me enseñaban los asuntos espirituales nunca debió ser tan despierta. Si yo hubiera cerrado los ojos a la evidencia, hoy sería un ” famoso” misonero Oblato de María Inmaculada engañando a las buenas gentes de algún país ” hambriau”.
     
    Pero la incoherencia entre lo que trataban de inculcarme y lo que yo descrubría por mi cuenta me llevó a una rebeldía que no podía acabar de otro modo que con mi expulsión del Seminario.
     
    Bien, el trabajo muy temprano ( con 15 años comencé a trabajar por cuenta ajena) sirvió de tapadera y los asuntos espirituales ( religiosos) durmieron el sueño de los justos hasta que me vi obligado a decidir: Mi boda se presentó y despertó la necesidad. Mi suegro era muy tradicional y, aunque mi esposa tampoco es creyente, acordamos ( mi esposa me lo pidió y yo no se lo negué) no darle un gran disgusto a mi suegro. Pasé por Vicaría con toda la parafernalia católica de una boda religiosa, incluída la eucaristía…sin confesión ni nada. Nacen mis hijos y nuevamente se impone tomar partido. Con la mayor no hubo  problema: Franco aún vivía y quien no fuese bautizado por el rito Católico perdería el derecho a asistir a la escuela pública. No se hable más… la niña se bautiza.
     
    Luego llegaron los otros dos y ya no regía la norma franquista. Ahora sí que era difícil la decisión, puesto que las dudas mareaban mi intelecto y todos los ” demonios” que dormían se despertaron con el terror de condenar al infierno a mis propios hijos si no los bautizaba.
     
    Cogí la Bíblia, estudié Teología hasta el hartazgo en busca del Dios al que pretendía atar a mis hijos para toda su vida y, esta vez no era por obligación.
     
    Fue una decisión perfectamente madurada y comentada dentro de nuestro matrimonio. Y la decisión fue consensuada: QUE SE BUATICEN ELLOS CUANDO SEAN MAYORES.
     
    Ya son mayores, responsables, inteligentes, buenas personas y  SIGUEN SIN BAUTIZAR. ( Por cierto, mis hijos son de los pocos que conocen la Bíblia y la han leido, estudiado y comentado. Era un caso muy raro que se comentaba en las escuelas y los institutos donde cursaron estudios. El menor estudió Filosofía en Salamanca y tampoco se le despertó el interés por el bautismo) No les ha salido ningún grano extraño por no estar bautizados y todos estamos seguros de que si, finalmente, hay salvación para las almas, nosotros estaremos en primera fila a pesar de nuestra forma de vida profana, ” pecadora” y exenta de cualquier tipo de religión-religiosidad.
     
    Creo que me he pasado de largo…pero no borraré nada.
     
    Salu2, pues

  • M. Luisa

    Tengo la plancha ardiendo, queridos, pero no me resisto en volver a entrar después de lo que Carmen nos comunica, para   expresar al amigo Víctor mi profundo sentimiento y todo mi soporte si de mí algo necesita.

    Respecto a  Iñigo espero que pronto nos diga lo bien que late  ya su corazón. Yo estoy segura de ello. Por lo demás pido disculpas por  no poder atender ni al artículo ni a vuestros comentarios. Necesito concentración. ..Abrazos

  • Carmen (Almendralejo)

    ¡¡¡Qué bien Fico!!! Eso que al final lo pregunté por Iñigo que le pasa a él, creo que fue Mª Luisa quien dijo algo sobre como estaba.
    Quien lo está pasando mal es Victor (Murcia) Su padre fue encontrado ayer flotando en la playa a la cual iba todos los días a nadar unas horas. Tenía 76 años creo la misma edad que tenía mi padre el años pasado cuando tambien murió en menos de 48 horas de in ictus.
    Desde aquí ánimo porque su papeleta es muy cruda, tiene dos hermanos que son depedientes (Antes de su padre) ahora será de Victor… ¡Necesita mucha ayuda psicológica y de todo!
    Te queremos Victor

  • Carmen (Almendralejo)

    Me alegra muy en particular, que tu operación haya sido satisfactoria, y lo de la voz, nada que no se cure como tú bien dices con buen*s logopedas.
    Sobre como hablar, cómo y cuando… Por supuesto que hay gentes que nunca van a aceptar que le quites esos andadores, sobre todo porque están tan cómod*s que no podrían caminar sin ellos.
    Y a la vez, como no se le puede dar un plato de garbanzos a una niña recién nacida, tampoco se le puede dar a personas que comienzan unas catequesis. Distinto es de aquellas otras que sí requieren y piden que se les de autónoma para tener una relación personal de la cual el ser humano tiene la llave, porque en ella misma D*s y el yo, es intransferible y personal.
    Y las personas “consagradas-clérigos” que creen tener la sartén por el mango, no la van a soltar:
    1º Porque muchos de ellos están en esa vida cómoda de caminar con andador, cuando hablo con amigos sacerdote, de congregaciones religiosas, muchos de ellos me dan lástima, así de claro, porque, son pobres hombres incapaces de salir de ese agujero, que ellos mismo reconocen que les asfixias porque son tratados como niños, y esto ya va incrementado en un 80-90% en las ordenes religiosas femeninas que dependen aún más de los varones sacerdotes, visitadores y obispos.
    ¿Qué pueden decir estos a ciertas personas con sus interrogantes ante la vida y ante D*s?
     
    2º Quienes saben la verdad de lo que aquí decimos por las experiencias vividas, que es de lo que yo hablo, muchos se rebotan, y sabes por qué… Porque saben que tenemos razón, y desde esa verdad y esa falsedad no quieren que se diga en los medios públicos, auque en conversaciones privadas y amiguitos reconozcan que es aún peor lo que desde dentro se vive.
    Quizás es que cueste menos romper con la familia que con la jerarquía de la ICAR, yo desde luego tuve claro que era más duro romper con aquello que impedía crecer como persona y autoestima, porque era lo más básico y primordial, la base de la pirámide…
    Pero para nada, seguir creciendo llevaba implícito el sometimiento al ninguneo que la jerarquía hace de la mujer, en los textos que se elijen para desacreditar (miles de años llevan haciendo esto), y sobre todo el sometimiento a estar debajo de sus bajos instintos y moral, para mantener un dialogo con D*s.
    3º Quienes buscamos a D*s, solo tenemos que dejarnos seducir por la Palabra que nos llena, saber escoger textos que no nos incomoden, incluso no necesariamente debe ser católicos porque D*s habla en cualquier palabra que no ofende a nadie, segrega a nadie, y discrimina a nadie por sexo, género, casta o religión y aún menos por estatus social.
    Quienes tienen a personas que les amen, que les haga felices como parejas, y una vida autónoma en gustos y diversiones, perfectamente pueden sentir que son agraciado con los dones de todo Sacramento, el de la Vida, el Paraíso sin cuestionamientos, porque han encontrado el Árbol de la Ciencia y del Saber, del Gustar y del Comer, el vino de las Bodas de Canaán
    ¿Qué más pedir? La Felicidad no está en tener ese todo preconcebido desde antes de tu nacer, sino en recrear tu mundo según te vas haciendo tú misma, esa es tu vida, tu mundo, tu Misterio y tu realidad para allegarse a una relación entera y plena con D*s  

  • Fico Sánchez Peral

    Por cierto, me acaban de desconectar la bomba de calcio intravenoso y si aguant todo el día sin que bajen los niveles, ¡mañana me darían el alta!!!!!!!

    Y qué le pasa a Iñigo, que yo no me he enterado?
    Pues hala, gracias por las bienvenidas y otro abrazo de los gordos a todos. Fico.

  • Fico Sánchez Peral

    Hola Pepe:
     
    Tienes TOOOOOOODAAAAAAAAAA la razón, pero la situación de la gente de iglesia ¡es esa! Tanto la del aborregamiento que dices, como la del que –siendo así- se presenta en plan cruzada a cortar lana de estrangis (o a salvar infieles), por si cuela. Y ya sé que no se les acosa, pero ellos, por proceder de siglos de obediencia y sumisión lo ven así. Tú lo sabes bien. Pero, ¿y qué hacemos ahora con ellos?
     
    No, claro que el irse o quedarse no depende de los de Atrio, sino de ellos mismos, de su capacidad de afrontar o no la verdad, pero (y no quisiera ofender a nadie) están tan atrapados por todas esas incongruencias que señalas, que si “los Arregui” no les hablan desde esa distancia intermedia en que se hallan, no habrá nadie a quien puedan entender y creer, para empezar a moverse y avanzar en la buena dirección, la de la salida de la trampa.
     
    De poco sirve hacer un análisis crítico tan claro, si luego no se tiene la oportunidad o la habilidad de presentarlo “al paciente” de modo que lo pueda asimilar. Hay ocasiones puntuales en que se ganan a pulso que se les canten las del barquero, pero en general, el trato –me parece a mi- debería ser… (no sé qué decir) más: ¿considerado? Pienso en toda esa buena gente de iglesia que se lo ha tragado todo y ahora les resulta traumático reconocerse a sí mismos que han pecado de una credulidad infinita, que ahora les imposibilita encontrar la salida. ¿Qué hacemos? ¿Los sacamos a garrotazos, o los dejamos dentro? ¡Joder, qué difícil es!
     
    Y por eso entiendo que el lenguaje de Arregui, a parte de que solo lleva media hora secularizado y su vocación no ha cambiado, no haya variado porque no habla para sí, ni para nosotros, sino a ellos, para los atrapados. Y quizá es esa primera invitación a saltarse la norma, presentada en el mismo lenguaje de antes, la única que ellos pueden empezara a entender ahora, y después ya vendría lo demás.
     
    Así lo veo yo, aunque reconozco que no soy el que mejor llevaría a la práctica lo que digo. Pero es lo que pienso y no dejo de darle vueltas. Son gente que sufre y algo habrá que hacer por ellos.
     
    Un fuerte abrazo. Fico.

  • M. Luisa

    No tenía  hoy intención de entrar pues  tengo el día destinado a otros quehaceres,  pero como he  estado pensando mucho en Fico,  sólo lo hago para expresarle mi   alegría de saber que todo ha ido bien. Un abrazo. 

    Espero también que pronto tengamos buenas noticias del amigo Iñigo.

  • pepe sala

    Saludos, Fico, y alegría por la vuelta a tus casas. ( la tuya y ésta común llamada ATRIO)
     
    Alguna cosilla que me parece interesante comentar, aunque por ello acabemos ” discutiendo” con quien haga falta;  sean ” fieles” o sean de los otros.
     
    1º:  En ATRIO no se acosa a nadie. Que yo sepa, aquí se discute lo que haya que discutir y no se envuelve en paños calientes a nadie. Pero cuando alguien llega por aquí buscando cortar lana, lo normal es que suele salir trasquilado. Y no por el acoso de los participantes de ATRIO hacia posturas ” fieles”, si no porque por aquí hay montones de experiencias que niegan CON OBJETIVIDAD  los argumentos que se intentan colar ” porque lo manda la Santa Madre Iglesia”. El hecho de que se vayan o se queden ya no depende de ATRIO ni sus participantes, si no de quienes pretenden cortar lana impunemente.
     
    2º:  Entiendo que el Sacramento de la Eucaristía tenga el mismo valor religioso que el del matrimonio. ( según los Estatutos tiene más valor salvífico…) En tal caso, si el Sacramento del matrimonio se ha tomado como personal   ( la famosa FE de San me conviene) y se ha tomado la decisión de no tenerlo en cuenta según los parámetros que indica la ICAR ¿ por qué se le da tanta importancia a otro Sacramento? ( el de la Eucaristía.)
     
    Del mismo modo que se tomó la decisión PERSONAL E INTRANSFERIBLE de casarse ( o arrimarse) a quien le dé la gana ¿ no tienen la misma capacidad PERSONAL E INTRANSFERIBLE  para comunicarse con su Dios?
     
    Lo que nos lleva a concluir que:
     
    a) :  Nos aborregaron tanto en nuestra niñez y juventud que andamos totalmente desorientados cuando nos falta el ” pastor”.
     
    b):  Nos aterra el famoso ” qué dirán”…y se buscan los bancos más escondidos de la Iglesia por vergüenza a que se nos vea  “el pecado”.
     
    c): ( La más importante) No se ha leído la Palabra famosa de Dios, o no se le hace caso, porque nos descoloca, en la parte donde dice bien clarito: ” El Dios que ha hecho el cielo y la tierra NO HABITA en templos hechos por manos de hombre”
    Y si no habita en los templos de la ICAR  ¿ por qué tanta preocupación por tomar un trozo de ostia que no debería significar NADA POSITIVO para los verdaderos creyentes?
     
    Y esto lo sabe Arregui mucho mejor que yo. No entiendo que sus consejos, desde su nueva situación, sigan exactamente el mismo camino que el que le obligaba su estatus de sacerdote católico, apostólico, romano.
    ( Para orar-cantar)
    ” Ni contigo ni sin tí
    tienen mis males remedio.
    Contigo porque me matas,
    sin tí porque yo me muero”….
     
    Saludos, pues

  • Fico Sánchez Peral

    Querida Carmen Almendralejo:
     
    Estoy de acuerdo contigo en casi todo lo que dices.
    Pues claro que importa decirles claro y lo antes posible, a quienes buscan salvoconductos a la gracia por vía de la sotana de turno, que no las necesitan para nada. Y más aún en casos sangrantes de claro dominio y abuso de uno y sumisión del otro, por causas incluso de necesidad de subsistencia.
     
    Pero reconóceme que, desgraciadamente, han sido tan eficaces veinte siglos de adoctrinamiento en la obediencia sumisa a cambio de dar o negar el acceso a la salvación, que el decirlo, según quién y como se lo diga, no suele servir para nada, o incluso ser contraproducente. Mira, si no, lo poco que duran los que aparecen por Atrio, en cuanto se les dicen las cosas claras. No suele servir más que para discutir de religión y que el otro se parapete y profundice aún más en su cárcel de ortodoxia; pues se le ha enseñado a creer que esa militancia a favor del magisterio de la iglesia es la mejor manifestación de su fidelidad a “dios”.
     
    Por eso valoro los artículos como el de Arregui. Porque para algunos de esos “fieles”, Arregui en este momento, y tras haberse cargado de prestigio (y para otros de todo lo contrario, pero esos ya no tienen remedio…) por la honestidad intelectual con que ha llevado lo suyo, está a una media distancia (más fácil de salvar que si se lo decimos tú o yo, que estamos más lejos) entre la posición preconciliar de esos “fieles” y la concepción actual de la fe.
     
    Nos guste o no, la iglesia católica, la de misa de domingo, es como es, y no se puede dejar tirados a esa tremenda cantidad de gente, solo por presentarles la verdad de forma que ellos aún no pueden digerir. Digamos que los Arregui se la dan más fácil de entender y por vía de liberación de un sufrimiento concreto, como en este caso es el de la “casta” excluida de la comunión por el divorcio. Cuando ese primer paso se da bien dado (aunque a nosotros nos parezca mínimo), es muy probable que sea la puerta abierta que dé acceso al segundo y al tercero y al….
     
    Y yo aún no he descubierto otro método mejor. “Bueno” soy yo, cuando me pongo a decir las cosas con contundencia, sólo consigo que la gente se escandalice, se cabree y se marche. Pero Arregui si sabe hacerlo, aunque lo de menos sea que, ahora que se ha secularizado hace sólo media hora, aún nos suene demasiado a clérigo.
     
    Y lo dejo aquí, que me enrollo demasiado.
     
    PD. Lo mío era (ya en pasado) cáncer de tiroides de los que se curan. Y parece que todo ha ido bien, aunque me ha quedado una voz de cazalla asquerosa, que confío recuperar con logopedia. Sólo me faltaba quedar ahora mudo!!!!!!
     
    Un abrazo. Fico.

  • JESÚS OLLORA OLARTE

    Buenos días:
    He leído con mucho detenimiento  lo que habéis escrito todos, desde el magisterio del Sr. Arregi a los comentarios de todos vosotros.
    Puedo decir que lo leía con fruición ya que a un amigo mío le pasa algo parecido, es un hombre que se casó por la iglesia está divorciado y casado nuevamente por lo civil, es un matrimonio que les llena a ambos desde hace muchos años.
    Puedo decir que los dos son buena gente y que se cumplimentan bien.
    Ahora tiene problemas de conciencia, ya que está recordando y añorando su vida religiosa desde su nacimiento , su educación en un colegio religioso… intenta volvera a sus orígenes religiosos, añora la comunión, la común unión con Jesús y con sus hermanos.
    Yo le digo que si conmigo está unido,  seguro que Jesús lo acepta infinitamente más que yo.
    Personalmente yo no tenía vuestras respuestas y no sabía muy bien que consejos darle salvo que lo importante es que uno sea buena gente.
    Margarita Aguirre  dicc que el Derecho Canónico no  es “palabra de Dios” ni está “asistida por el “Espíritu Santo” y,  sin ser teólogo que no lo soy, estoy convencido que tiene razón.
    Como nos recuerda el Padre Arregi:
    El sábado es para el ser humano y no el ser humano para el sábado (Mc 2,27)
    Ahora tengo más respuestas, mejor dicho creo que tengo la respuesta a las preguntas de mi amigo.
    Gracias a todos

  • Carmen (Almendralejo)

    Fico Sánches Peral, me alegra que vuelvas a casa y bien, no me he enterado de que te operaban… bueno lo importante es que ya pasó y estás mejor de salud
    Sobre el tema en custión… Si que importa que se le diga con claridad a quien desea un salvoconducto para la obteción de la gracia de D*s. Importa y mucho que no tengamos que estar años mareando la perdíz, cuando se sabe que no es necesaria la mano de nadie, y menos de varón para obetener y saber que D*s no necesita nada para darse y que gocemos de su amor.
    Lo que ocurre es que cuesta perder ese poder que los clerigos tiene sobre las personas no “consagradas” y ese dar e impartir dones-sacramentos nos permite “ser esas personas diferente”
    Y lo digo por experiencias propia, que descubrir que ellos son tan imperfecto o tan válidos como yo, me costó muchas lágrimas, como a muchas mujeres le siguen hoy costadno.
    Esta amiga,  Maddi, fregaba por necesidad y para llevar el pan a su casa, pero es verdad que hay que tener una idea muy superior de estos hombres para no decirle cuatro verdades a la cara. hoy sigue costando ver que son solo hombres, y otras veces pobres hombres.

  • Fico Sánchez Peral

    Pues a mi me parece acertado, necesario y eficaz, que se hagan artículos como este de Arregui; y lástima, que no se hagan muchos más. Es evidente, pienso yo, que está destinado (sea por iniciativa propia o ajena) a algún contexto concreto en el que, en estos mismos momentos, hay personas que están sufriendo, y mucho, por el tema en cuestión.
     
    Vale que opinemos sobre él, pero creo que no es hora de valorar el artículo, sólo por lo que a los que nos sentimos liberados del canon nos parece. Porque no está dirigido a nosotros, sino a aliviar el dolor de quienes sí se someten a él y padecen su sinrazón. ¿Cómo, si no, pensamos que esas personas van a empezar a liberarse, si no es gracias a la reflexión a que estos artículos les invitan, al tiempo que sanan sus heridas religiosas?
     
    Me preocupa, y mucho, el encuentro en verdadero diálogo con los llamados “fieles”, pero por proceder del laberinto religioso de que proceden, siempre que aparecen por aquí, acabamos discutiendo con ellos de religión y terminan marchándose por sentirse acosados. Pero el caso es, que hasta la fecha, no se me ocurre cómo favorecer ese diálogo sin que, por lo ya dicho, o por sentirse condescendientemente menospreciados, no se acaben marchando. Creo que desde esa concepción premoderna de la religiosidad, hasta la religiosidad que debiera ser la actual, hay tal distancia, que no creo que nuestro discurso les sirva para salvarla, porque en él se sienten ofendidos. Por eso creo que vienen bien los artículos como el de hoy de Arregui (y ojala que hubiera más), porque serán personas “intermedias” entre su mundo preconciliar y el actual, las que les ayudarán a ir salvándola a pequeños pasos.
     
    Y entiendo las objeciones que hacéis: Carmen, Oscar, Maddi…, pero si la realidad eclesial, por absurda que nos parezca, es la que es;  me parece que es más importante ahora aliviar al que sufre y darle la oportunidad de descubrir que puede dar, ¡por fin!, ese liberador paso adelante (que, además, abrirá el acceso a otros…) y seguir siendo plenamente cristiana.
     
    Puede que sea un iluso, pero por ahora, solo se me ocurre que el inicio de la liberación de los fieles al magisterio de la iglesia, pasa por recibir artículos como éste de Arregui.
     
    Se da, además, en mi caso, el haber vivido allá por los años ochenta, una situación como la descrita. Se trataba de la actual mujer de un amigo, separados ambos de parejas anteriores, y me la encontré llorando en misa, un miércoles por la tarde, en el último banco de la iglesia. Lloraba tan desconsolada que me acerque pensando que le ocurría alguna desgracia irreparable, y resultó que todo su dolor (y os aseguro que su sufrimiento era intenso) era porque no podía ir a comulgar por estar divorciada y vuelta a casar por lo civil. Por eso se quedaba avergonzada en el último banco, y lloraba desconsolada durante toda la misa; cosa que hacía a diario. Traté de serenarla y de explicarle, aunque con menos riqueza de ideas, lo mismo que dice Arregui, y funcionó, y comulgó, y aquel primer paso al atrevimiento de saltarse la norma la hizo reflexionar, y maduró y creció.
     
    Sí, ya sé que no nos gusta que haya personas sumisamente sometidas, pero las hay y sufren de lo lindo. Bueno será agradecer que alguien les dé alivio y abra a nuevas perspectivas de entender la fe en Jesús y no tanto en las creencias. Aunque nos parezcan temas ya superados que no haría falta volver a plantear, la iglesia sigue siendo la misma fábrica de atrofias religiosas de siempre, así que hasta que ella no cambie su sistema, seguirán haciendo falta artículos como el presente, que ayuden a liberarse y a dejar de sufrir a los fieles.
     
    PD. Ya me operaron y escribo desde el hospital, con la esperanza de que en dos o tres días me den el alta.
     
    Saludos cordiales, Fico.

  • Pues sí, María, resulta bien extraño… porque como mecanismo de control no lo veo muy efectivo.
     
    Si el cura no te conoce te da la comunión, si te conoce igual sí igual no… es decir, que mejor que en la parroquia no te conozcan mucho y que el cura no sepa de lo que haces, porque si se te ocurre permitir que se entere de algo, como la devergonzada amiga de Carmen que tenía la poca vergüenza de hacerle la limpieza por amor cristiano… pues puede que no te den la comunión. Así que, si de lo que se trata es de comulgar, la solución parece sencilla, una se va apartando prudencialmente…
     
    Los que están en las altas esferas eclesiásticas son varones cultos e inteligentes, y sin duda saben que esos métodos de control de antaño ya no funcionan. No obstante, los siguen manteniendo como seña de identidad… quizá esa es la cuestión, la superioridad moral, la tradición, lo de toda la vida como seña de identidad, la pertenencia a una comunidad imaginada que se mantiene estable (al menos eso parece) a pesar de todos los avatares que el destino depara a una sociedad apartada de Dios. Que en la sociedad las familias se rompen, bien, nosotros mantendremos la apariencia de que las nuestras son eternas (independientemente de lo que pase de puertas adentro). Y al que no lo haga se le castiga públicamente, para que todo el mundo sepa que eso está mal. Y es que en tiempos de mucha inestabilidad, como son los nuestros, la gente necesita referentes fijos; ante la angustia qu prooca un mundo en continuo cambio necesitamos algo estable a lo que aferrarnos. Esa es la apuesta, a mi entender, de la línea oficial de la Iglesia Católica.
     
    Por más que en este foro nos parezca extraño los grupos cristianos fundamentalistas (católicos y no católicos) tienen mucho éxito en las américas; incluso entre nosotros… por no hablar de las conversiones a cierto tipo de Islam que no es precisamente el de la Junta islámica (muy progresista). Creo que al menos esta cuestión es un factor importante.
     
    Porque claro, ¿a donde vamos con mensajes como el de Arregi? Si se trata de felicidad y bondad, de belleza, alegría, o de libertad de espíritu ¿quién podría asignarse la exclusiva? Cualquiera puede verlas en cualquier lugar, independientemente de las creencias o increencias que se profesen… ¿qué razón habría entonces para ser católico… más allá de la inercia de los siglos?

  • María

    Si yo no me hubiera casado nunca y hubiera tenido todas las parejas que hubiera querido, el cura no  podría ponerme ningun pero y yo podría ir cuando quisiera a comulgar. Pero si me caso y me divorcio y me vuelvo a casar, entonces ya no puedo ir a comulgar , a no ser que tenga mucho dinero y me anulen el matrimonio con cinco hijos,  y entonces podría de nuevo.  

    Vamos, que todo esto es lo menos evangélico que se han podido inventar, suena a puro deseo jerárquico de controlar nuestras vidas,  especialmente en este área,  que tanto les obsesiona…

  • Julián Leirbag

    Pasan los días, años…y cada vez más quedo convencido de que es escasa la posibilidad de encontrarse con el Dios de Jesús delante de los “mitrados” orientales (obispos), los “purpurados” (occidentales) y toda esa invención eclesiástica que no tiene fin, hasta el punto aberrante de que es la Iglesia quien pasa a determinar cuál es la voluntad de Dios y cómo ella se presenta para los seres humanos que pretenden ser cristianos. Al final, no es vana la idea de Arregi en considerar algo que es muy patente entre los “eclesiásticos” respecto a las mujeres divorciadas: “si no regularizan su situación, entonces no pueden recibir la comunión”, esta es una ley que casi ningún sacerdote católico en forma pública se atrve a contradecir o decir que es tan falsa como son las maneras en que las autoridades eclesiásticas quieren hacerse pasar por hombres de Dios.

  • Bien, vaya en descarga de Arregi que el papel que desempeña no es tanto motu proprio (bueno… sólo un poquito ;-)) como el que le sigue solicitando mucha gente… Ni me gusta ese juego ni lo puedo entender… y lo dejo ahí porque puedo resultar irrespetuosa y no quisiera.
    Leyendo el artículo me venía a la mente que eso de negar la comunión… pues bien, estoy segura de que si yo fuera a comulgar a cualquier sitio el cura me daría la comunión sin ningún problema a pesar de que no sea católica, de hecho no he visto que en ningún sitio se pida certificado alguno para recibir la comunión. Es más, en las ceremonias mixtas de matrimonio (católico-bahai) el bahai suele tener que insistir en que no va a comulgar… aunque lo lógico sería que el cura se empeñara en no darle la comunión ya que no es católico… Lo que me lleva a pensar que lo de dar o no dar la comunión depende más del sacerdote que oficia que del estado de la persona que comulga… ¿puede ser?
     

  • Margarita Aguirre

    Sigues siendo, Joxe, franciscano sin hábito,ni autoridad que te impida decir lo que piensas, ante las dolientes realidades,a las que los sometidos libremente al Derecho Canónico,(que no  es “palabra de Dios”), como a las demás costumbres y formas de vida  autorizadas o no, por la “Jerarquía”,segura de estar “asistida por el “Espíritu Santo,”sufren las consecuencias  de este planteamiento.
    Tu estás de acuerdo con que muchas veces “falla la mayor”.
    Gracias por no haber cambiado al quitarte el hábito 

  • fernando

    Ami personalmente siempre me ha molestado la ilegalidad. Es ahora que voy comprendiendo un poco que la ilegalidad es la otra cara de la misma moneda. Otra cosa son los “alegales”debido a que pertenecen a otra ley (para algunos ley interior) a la que siguen y quieren ser fieles. En esos tales las leyes externas tienen muy poco que decir y mucho menos que influir (aunque le carguen a uno de cerrojos y cadenas, o cosas peores…)

  • Gabriel Sánchez

    Me encanta la sintesis de Sorri…Gabriel

  • Carmen (Almendralejo)

    Oscar,  es que he vivido en situaciones muy cercanas lo que dice aquí Arregui, concretamente de una amiga que le fue dicho muy delicadamente por un “Sacerdote” que dejase de comulgar… y que si la veía otra vez, le llamaría públicamente la atención.
    Esta señora, está casada por lo civil con un señor separado, es madre de tres hijos, y es católica practicante, lo que no vale para comulgar, si le vale para fregarle al cura su vivienda.
    En fín, me duele que se siga necesitando el sí de ciertos hombres para obtener algo que solo está en nuestras manos, pero hemos estado sometidas a una infantilidad durante muchos siglos, milenios y ahora se sigue fomentando esto, y es lo que me duele que no sepamos decir la verdad que aplicamos a la vida propia, me refiero a los sacerdotes que rehacen sus vidas y siguen con interpretación clerical.

  • oscar varela

    Hola Carmen! La alejada de la Almendra ¿por qué?
     
    Delicada y firme tu apreciación del Artículo.
    Te ha causado enojo. OK.
    ·············
    Mi enojo se dirigía más a mí mismo.
    No es malo. Un poco molesto. Las molestias del estar viviendo.
    Quiero comprender para seguir andando.
    ···········
    ¿Qué es lo que no alcanzo a comprender?
    ···········
    El Artículo no me parece malo. Tiene sus delicadezas. Como un “deutsche kuchen”.
     
    Entiendo que muchas vidas necesitan hoy “delikatessen” de esta índole beata;
    * Como de un psiquiatra, gurú o confesor;
    * O de un hombro amigo en donde llorar sus penas o contar sus logros;
    * O de una mesita de Café, esas: “que nunca preguntan” (tango).
    ············
    El Sr. Arregui cumplía esas tareas;
    pero al negar lo que fuera su “vocación”
    (conveniente y necesaria también en este “valle de lágrimas”)
    en su articulada Proclama: “Ni clérigo ni Laico”,
     
    me lo encuentro des-colocado (esquizofrénico)
    y no sé dónde ponerlo en el paisaje de mi vida
     
    No lo comprendo. Por eso estoy un poco enojado conmigo mismo.
     
    No me quedo ¡Voy todavía! – Oscar.

  • Carmen (Almendralejo)

    Personalmente me enojó leer este árticulo… por lo mismo que dice Oscar Valera, la mujer simpre debemos estar esperando que el clerigo nos diga como es esa forma de amarnos, de relación con D*s.
    Deformaciones de esta seudo casta

  • oscar varela

    Hola!

    Tengo que enojarme conmigo mismo!

    ¿Por qué?

    Porque tal vez no logre entender:
    ¿cómo era eso de “ni clérigo ni laico“?
    ···············
    Bueno: este Artículo me parece:

    * De un clérigo

    A una laica
    ···········
    ¿Seguiré ¡Yendo todavía!? – Oscar.

  • Sarrionandia

    Este artículo muestra la elasticidad del sábado  y la ductilidad de las leyes para quien sabe vivir con libertad responsable.
     
     
    este artícu