En medio del lago, entre el vergel
estás callada, apenas busca limar
ese trazo de agua que te separa
de la orilla, porque tu rumbo
quedó cercenado entre ese asalto
de viento y corriente fluvial.
Ahí quedaste barquita, envarada
sin que sepas como regresar,
consolada en ese deguste
dulce de la cristalina y remansada
agua, espejo verde que colecciona
su curso a lo largo de la ribera.
Toda tú, están encharcada y a la espera
de aquello brazos y sus remos,
para hacerte buque en sus sueños,
gavilán de los vientos,
y pleamares sin luna…
Sin rumbo, barquita
sigues viva en los deseos,
y en tu mástil orgulloso cosida
hondea las blancas alas,
y sin las insignia desalmadas
del trabuco pirata…
Sin rumbo, afortunada eres
de no tener trazado ningún
camino, porque te veo
en ese paraíso libre sin que
desentones con ningún
superpuesto nombre.
Entre lo humano y lo que, sin serlo también es Natura, las relaciones suelen derivar en problema. Para resolverlo nos preocupan las cargas, cuando la solución llega por la fuerza.
Las aguas mansas que acumulan fuerza, esperan y permiten a las barcas que se deslicen por ellas, siempre, claro, que la carga no supere del agua la fuerza.
También son las aguas espejo que refleja con verdad la realidad de su entorno. Ejemplo también es de vida, sirviendo a la verdad de espejo, tanto de la realidad las luces, como las sombras.
El hermoso rincon de nuestros recuerdos.- Gabriel
SIN RUMBO
En medio del lago, entre el vergel
estás callada, apenas busca limar
ese trazo de agua que te separa
de la orilla, porque tu rumbo
quedó cercenado entre ese asalto
de viento y corriente fluvial.
Ahí quedaste barquita, envarada
sin que sepas como regresar,
consolada en ese deguste
dulce de la cristalina y remansada
agua, espejo verde que colecciona
su curso a lo largo de la ribera.
Toda tú, están encharcada y a la espera
de aquello brazos y sus remos,
para hacerte buque en sus sueños,
gavilán de los vientos,
y pleamares sin luna…
Sin rumbo, barquita
sigues viva en los deseos,
y en tu mástil orgulloso cosida
hondea las blancas alas,
y sin las insignia desalmadas
del trabuco pirata…
Sin rumbo, afortunada eres
de no tener trazado ningún
camino, porque te veo
en ese paraíso libre sin que
desentones con ningún
superpuesto nombre.
Entre lo humano y lo que, sin serlo también es Natura, las relaciones suelen derivar en problema. Para resolverlo nos preocupan las cargas, cuando la solución llega por la fuerza.
Las aguas mansas que acumulan fuerza, esperan y permiten a las barcas que se deslicen por ellas, siempre, claro, que la carga no supere del agua la fuerza.
También son las aguas espejo que refleja con verdad la realidad de su entorno. Ejemplo también es de vida, sirviendo a la verdad de espejo, tanto de la realidad las luces, como las sombras.
Estos paisajes, tan quietos y perfectos, me causan una sensación de profunda tristeza y no sé por qué.
Barquitos de papel….llevados por la corriente. Cada uno con su nombre.
Saludos.