Recuerdo aquello pinares
enraizados en el albero del bosque,
donde mis ojos quedaron preñados
de sus imágenes,
donde siguen colgadas, sujetas
a mis pestañas, conservando
aquel verdor de sus hojas,
aquella vida fértil, que como ninfas
dan vida a los rugosos troncos.
Entre aquella naturaleza
en medio de aquellas hojas de agujas
que como orfeones arropan
a las florecías del pino.
Esbeltas espigas cargadas de polen
seductores de las soñadas féminas,
inflorescencia que maduras proveerán
al pinar del germen fértil
que le permita crecer,
volar hacía el infinito, donde
canela arena, se lava en la espuma blanca
de la playa, en ese
trueque de sombra y brisa,
de sal y dulce piñón.
Esmeraldas batidas en la neblina
azul del agua, donde los cogollos
se dejan adormilar entre las aposentadas
agujas de sus hojas,
Hoy retornan la música de los orfeones,
de aquellas hojas que como ninfas
que retornan a mis pestañas sus recuerdos…
¡Pinares de mi Huelva, aún sigo siendo niña
cada vez que te recuerdo!
Me rindo…
Alfiletero de agujas enhebradas…. como las lanzas de un cuadro.
Saludos.
Nacidas de un misma savia trocal, abandonan el estar que les dió vida para señalar múltiples direcciones que señalan el espacio común de la biosfera.
Pucha me hace acordar al frente de casa, cuando, la azada se me pierde…Gabriel
ORFEONES DE AGUJAS
Recuerdo aquello pinares
enraizados en el albero del bosque,
donde mis ojos quedaron preñados
de sus imágenes,
donde siguen colgadas, sujetas
a mis pestañas, conservando
aquel verdor de sus hojas,
aquella vida fértil, que como ninfas
dan vida a los rugosos troncos.
Entre aquella naturaleza
en medio de aquellas hojas de agujas
que como orfeones arropan
a las florecías del pino.
Esbeltas espigas cargadas de polen
seductores de las soñadas féminas,
inflorescencia que maduras proveerán
al pinar del germen fértil
que le permita crecer,
volar hacía el infinito, donde
canela arena, se lava en la espuma blanca
de la playa, en ese
trueque de sombra y brisa,
de sal y dulce piñón.
Esmeraldas batidas en la neblina
azul del agua, donde los cogollos
se dejan adormilar entre las aposentadas
agujas de sus hojas,
Hoy retornan la música de los orfeones,
de aquellas hojas que como ninfas
que retornan a mis pestañas sus recuerdos…
¡Pinares de mi Huelva, aún sigo siendo niña
cada vez que te recuerdo!