Te escribiré un verso, y te dejaré
Aquellos recuerdos que afloran
Antes de despedirse de la memoria,
En una hoja, de mil formas y color
Sin que suene a despedida, solo
A retenerte un poco más
Cerca de mi esperanza,
Abotonado a la reminiscencia
Que descifra los códigos
Donde aún sigues con vida.
Anotaré con caligrafía, imperfecta,
Con palabras incluso mal escritas,
Pero ninguna de las palabras
Podrán decir por completo,
Aquello que se esconde donde
La pluma claudica…
Te escribiré en mil hojas,
De arcos iris vestidas,
Con alfiles de marfil brillaran
En el rojo de la vida,
Porque mientras en mi hemisferio,
habite el sueño sin idolatrías,
tú, amor, perdurarás sin
ignominias, sin muerte
que cierre la apasionamiento
donde de sentirte en
en el recuerdo de las palabras
escritas,
En una hoja…
¡Desde luego es admirable el archivo fotográfico de ATRIO!.
Gracias por las fotos. Es esta de las hojas que es maravillosa, advertimos que de toda circunstancia de la vida puede sacarse algo positivo. Estas hojas ya murieron, ya cumplieron, ya acabaron de reciclar en aire. Ahora descansan dejándonos un bello y hermoso legado, paraíso del color.
Abrazos.
Te escribiré cartas de amor,
cartas escritas, y en ellas diré
con palabras lo que mi boca
silencia.
Escribiré con lápiz negro,
con tinta del calamar,
recogeré de las fuchinas
los verdes ocres, los verdes
de agua marina…
Los marrones miel y acaramelados
de aquellas hojas por ti escritas.
Serán diversos matices, diversas
palabras, diversos sentimientos
y diversas formas de verte
en ellas escritas…
Y siempre en la diversidad,
de las formas y de los matices
con que yo te diga, te amo…
estará mi corazón en aquella diversidad
de hojas y letras escritas.
Porque los sentimientos son tan parecidos
a ese bosque alfombrados,
matizado por infinitas hojas
de diversas formas.
. ¡Si solo fueran montones de hojas los que dieran testimonio de pasada exuberancia de vida!
Pero, ¡Ay! que también reflejan montones de gentes que debieran estar en lo alto del árbol de la vida y, caídas de pura opresión o indigencia, vientos suaves o fuertes según de donde vengan, las arrinconan en campamentos o barrios donde ya no verdean.
Viendo las hojas en el suelo, las he contemplado intentando no pensar en nada, me ha parecido que había demasiados colores, entonces he intentado ir un poco hacia el pasado, cuando estaban cayendo de los árboles y he recordado mis años de adolescencia, el romanticismo y, como no, he sentidoo a Espronceda, mejor dicho lo he vivido: “Hojas del árbol caídas
juguetes del viento son:
las ilusiones perdidas
¡ay! son hojas desprendidas
del árbol del corazón”
Y, como no, recordando a este escritor romántico tan enorme de hace dos siglos, ahí estaba el “Canto a Teresa”, una elegía maravillosa, para mí lo mejor de Espronceda, y junto con la de Miguel Hernández y la de Jorge Manrique dedicadas a su amante, su amigo y su padre respectivamente, es lo mejor de la literatura española.
Se puede llorar con lágrimas pero el lloro íntimo, el del corazón, el del alma…
Si aún no la conocéis os aconsejo que la leais o la releais, si ya la conocíais, es canela en rama.
Un saludo
En nuestro país, se forman en algunas calles un colchón de hojas que de niño jugabamos mucho…el reino otoñal de la infancia, lejano tiempo de horas felices.-
Claro que por aquí estamos en la primavera, que rompe en mil pajaros, en mil flores, lastima la acidez que nos causo el premio novel de literatura, hace tiempo que se ha politizado de la peor manera ese premio, sino miren la lista de los premios de la Paz, extraña, que no haya relegido a Obama…
Lo de Leonardo, tendré que leerlo muy atentamente, parece una gran reflexión…Gabriel
EN UNA HOJA…
Te escribiré un verso, y te dejaré
Aquellos recuerdos que afloran
Antes de despedirse de la memoria,
En una hoja, de mil formas y color
Sin que suene a despedida, solo
A retenerte un poco más
Cerca de mi esperanza,
Abotonado a la reminiscencia
Que descifra los códigos
Donde aún sigues con vida.
Anotaré con caligrafía, imperfecta,
Con palabras incluso mal escritas,
Pero ninguna de las palabras
Podrán decir por completo,
Aquello que se esconde donde
La pluma claudica…
Te escribiré en mil hojas,
De arcos iris vestidas,
Con alfiles de marfil brillaran
En el rojo de la vida,
Porque mientras en mi hemisferio,
habite el sueño sin idolatrías,
tú, amor, perdurarás sin
ignominias, sin muerte
que cierre la apasionamiento
donde de sentirte en
en el recuerdo de las palabras
escritas,
En una hoja…
¡Desde luego es admirable el archivo fotográfico de ATRIO!.
Gracias por las fotos. Es esta de las hojas que es maravillosa, advertimos que de toda circunstancia de la vida puede sacarse algo positivo. Estas hojas ya murieron, ya cumplieron, ya acabaron de reciclar en aire. Ahora descansan dejándonos un bello y hermoso legado, paraíso del color.
Abrazos.
DIVERSIDAD DE HOJAS
Te escribiré cartas de amor,
cartas escritas, y en ellas diré
con palabras lo que mi boca
silencia.
Escribiré con lápiz negro,
con tinta del calamar,
recogeré de las fuchinas
los verdes ocres, los verdes
de agua marina…
Los marrones miel y acaramelados
de aquellas hojas por ti escritas.
Serán diversos matices, diversas
palabras, diversos sentimientos
y diversas formas de verte
en ellas escritas…
Y siempre en la diversidad,
de las formas y de los matices
con que yo te diga, te amo…
estará mi corazón en aquella diversidad
de hojas y letras escritas.
Porque los sentimientos son tan parecidos
a ese bosque alfombrados,
matizado por infinitas hojas
de diversas formas.
. ¡Si solo fueran montones de hojas los que dieran testimonio de pasada exuberancia de vida!
Pero, ¡Ay! que también reflejan montones de gentes que debieran estar en lo alto del árbol de la vida y, caídas de pura opresión o indigencia, vientos suaves o fuertes según de donde vengan, las arrinconan en campamentos o barrios donde ya no verdean.
Viendo las hojas en el suelo, las he contemplado intentando no pensar en nada, me ha parecido que había demasiados colores, entonces he intentado ir un poco hacia el pasado, cuando estaban cayendo de los árboles y he recordado mis años de adolescencia, el romanticismo y, como no, he sentidoo a Espronceda, mejor dicho lo he vivido:
“Hojas del árbol caídas
juguetes del viento son:
las ilusiones perdidas
¡ay! son hojas desprendidas
del árbol del corazón”
Y, como no, recordando a este escritor romántico tan enorme de hace dos siglos, ahí estaba el “Canto a Teresa”, una elegía maravillosa, para mí lo mejor de Espronceda, y junto con la de Miguel Hernández y la de Jorge Manrique dedicadas a su amante, su amigo y su padre respectivamente, es lo mejor de la literatura española.
Se puede llorar con lágrimas pero el lloro íntimo, el del corazón, el del alma…
Si aún no la conocéis os aconsejo que la leais o la releais, si ya la conocíais, es canela en rama.
Un saludo
!Un maravilloso totum revolutum!
Un monton de hojas sueltas….caducas .
Una caligrafía ….que como incisiones son los nervios en cada hoja.
Saludos.
En nuestro país, se forman en algunas calles un colchón de hojas que de niño jugabamos mucho…el reino otoñal de la infancia, lejano tiempo de horas felices.-
Claro que por aquí estamos en la primavera, que rompe en mil pajaros, en mil flores, lastima la acidez que nos causo el premio novel de literatura, hace tiempo que se ha politizado de la peor manera ese premio, sino miren la lista de los premios de la Paz, extraña, que no haya relegido a Obama…
Lo de Leonardo, tendré que leerlo muy atentamente, parece una gran reflexión…Gabriel