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Para salvar la vida: las mujeres en el poder

Hay una feliz singularidad en la actual disputa presidencial de Brasil: la presencia de dos mujeres, Marina Silva y Dilma Rousseff. Ellas son diferentes, cada una con su propio estilo, pero ambas con indiscutible densidad ética y con una comprensión de la política como virtud al servicio del bien común y no como técnica de conquista y uso del poder, generalmente, en beneficio de la propia vanidad o de intereses elitistas que todavía predominan en la democracia que heredamos.corason

      Ellas surgen en un momento especial de la historia del país, de la humanidad y del planeta Tierra. Si pensamos radicalmente y llegamos a la conclusión –como han llegado notables cosmólogos y biólogos– de que el sujeto principal de las acciones no somos nosotros mismos, en un antropocentrismo superficial, sino la propia Tierra, entendida como superorganismo vivo, cargado de propósito, Gaia y Gran Madre, entonces diríamos que es la propia Tierra la que a través de estas dos mujeres nos está hablando, llamando nuestra atención y advirtiendo. Ellas son la propia Tierra que clama, la Tierra que siente y que busca un nuevo equilibrio.

      Este nuevo equilibrio deberá pasar predominantemente por las mujeres y no por los hombres. Éstos, después de siglos de arrogancia, están más interesados en garantizar sus negocios que en salvar la vida y proteger el planeta. Los encuentros internacionales nos los muestran poco preparados para lidiar con temas ligados a la vida y a la preservación de la Casa Común. En este momento crucial de graves peligros, se invoca a aquellos sujetos históricos que están, por su propia naturaleza, mejor equipados para asumir misiones y acciones ligadas a la conservación y al cuidado de la vida. Son las mujeres y sus aliados, los hombres que hubieren integrado en sí las virtudes de lo femenino. La evolución las hizo estar profundamente ligadas a los procesos generadores y cuidadores de la vida. Ellas son las pastoras de la vida y los ángeles de la guarda de los valores derivados de la dimensión del anima (de lo femenino en la mujer y en el hombre), que son el cuidado, la reverencia, la capacidad de captar en sus mínimas señales los mensajes y sentidos; sensibles a los valores espirituales como la entrega, el amor incondicional, la renuncia a favor del otro y la apertura a lo Sagrado.

      El feminismo mundial trajo una crítica fundamental al patriarcalismo que viene desde el neolítico. El patriarcado originó instituciones que todavía moldean las sociedades mundiales, con la razón instrumental-analítica que separa naturaleza y ser humano y que le llevó a la dominación de los procesos de la naturaleza de forma tan devastadora que hoy se manifiesta por el calentamiento global; creó el Estado y su burocracia, pero organizado según los intereses de los hombres; proyectó un estilo de educación que reproduce y legitima el poder patriarcal; organizó ejércitos e inauguró la guerra. Afectó a otras instancias, como las religiones e iglesias cuyos dioses o actores son casi todos masculinos. El «destino manifiesto» del patriarcado es el dominium mundi (la dominación del mundo), con la pretensión de hacernos «maestros y dueños de la naturaleza» (Descartes).

      Actualmente, los hombres (varones) se han hecho víctimas del «complejo de dios», al decir de un eminente psicoanalista alemán, K. Richter. Asumieron tareas divinas: dominar la naturaleza y a los otros, organizar toda la vida, conquistar los espacios exteriores y remodelar la humanidad. Todo esto ha sido sencillamente demasiado. Se sienten como un «dios de pacotilla» que sucumbe a su propio peso, especialmente porque ha proyectado una máquina de muerte, capaz de erradicarlo de la faz de la Tierra.

      Ahora se hace urgente la actuación salvadora de la mujer. Damos la razón a esto que escribió hace algunos años el Fondo de las Naciones Unidas para la Población: «La raza humana ha venido saqueando de forma insostenible la Tierra y dar a las mujeres mayor poder de decisión sobre su futuro puede salvar el planeta de la destrucción». Obsérvese que no dice «mayor poder de participación a las mujeres», cosa que los hombres conceden pero de forma subordinada. Aquí se afirma: «poder de decisión sobre el futuro». Las mujeres deben asumir esta decisión, incorporando en ella a los hombres; de lo contrario, pondríamos en peligro nuestro futuro.

      Este es el significado profundo, diría providencial, de estas dos candidatas mujeres a la presidencia de Brasil: Marina Silva y Dilma Rousseff.

      Leonardo Boff escribió con Rose Marie Muraro Femenino y Masculino. Una nueva conciencia para el encuentro de las diferencias (Trotta, 2004).

      [Traducción de MJG]

16 comentarios

  • Javier Renobales Scheifler

    Eduardo Galeano dice que los hombres tenemos miedo a las mujeres sin miedo

    http://www.publico.es/internacional/335504/eduardo/galeano/confiesa/pecados/capitales/mundo/reves

    “Finalmente, el mundo fabrica enemigos, y lo hace a través del miedo.

    “La democracia tiene miedo a recordar,
    las armas tienen miedo a la falta de guerra
    y los hombres tienen miedo a la mujer sin miedo”,
    concluyó Galeano, no sin antes recordar un dicho africano que refleja que la mano que da siempre está arriba y la que recibe, abajo.

    “Hay una relación jerárquica”, dijo para matizar dos conceptos clave: “La solidaridad es igualdad, la caridad es un riesgo“.

    Hasta ahí Galeano. Yo estoy pues en pelotas, bastante mal colocado para poder acertar bien,  en actos y en ideas.

  • Carmen (Almendralejo)

    No somos las mujeres mejores que los hombres, lo que sí hemos sido reducidas a ese apartado del corazón, por el solo hecho de tener menos fuerzas física, de ahí que nos hayan hecho las “reinas” de corazones, por lo que debemos ser más  sensitivas e impresionables a todo aquello que conlleva la afectividad… todo lo que conlleva la no razón aunque al final seamos la que tengamos que poner cordura y razonamientos en las mil disputas que en toda relación de pareja o familia se crea
     
    Por el contrario el hombre ha obtenido de esa fuerza física algo más que la simple razón, porque ha utilizado esta fuerza para hacer de ella la motriz  donde se han impulsado para apartarnos de todo aquello que no era necesario aquella fuerza física…
     
    Es más han empleado, todo aquello que como cualidad la naturaleza nos ha dotado y que hubiese sido lo normal de parte de aquellos que utilizaban la Razón como escudo contra nosotras.
    En cambio, esto fue algo más que una simple arma por el desconocimientos de aquellos primeros adanes… el miedo del un principio, pasa a ser una obsesión contra nuestro género al cual nos va reduciendo de toda visibilidad y de todo aquel saber estar dentro de la sociedad que creció no con el saber de esa fuerza bruta empleada en casi el 90% para avasallar a otras culturas, mientras la parte débil, sensible, nosotras debíamos reponer todo aquello que fue echado abajo por ellos y ese egocentrismo de poder basado en la fuerza.
    Para nada creo que se debe colocar en nuestras manos llana y simplemente, nada que ahora se deba reconstruir, o hacer de nuevo, mi pensamiento es que somos hombre y mujer para hablar y dialogar… Que el nuevo mundo a construir no esté basado en poder sobre otra persona, que la procreación no está basada en la uterinidad, sino en las personas que quieran ser padres y madres, sin otros demostraciones y sin otros requisitos de por medio.
     
       Y me reafirmo que exigirnos que seamos perfectas en todo, es una forma de paternal de censurarnos, no somos las Evas, ni las María…
    Somos personas que hemos aprendido en demasiadas ocasiones a contra corriente, y de espalda a los maestros… Hay que reivindicar nuestro derecho a la equivocación a ser buenas y malas, y no las perfectas… y sobre todo a tener aquello que deseemos para nuestra felicidad y bien.   

     

     

  • MAR Medina

    ¡Hola Javier! Veo que soltamos comentarios casi a la vez. Eso es magia. Ahora leo el tuyo. Un abrazo

  • Javier Renobales Scheifler

    O sea que yo en algo soy de los pocos, Mª Pilar Zugarramurdi; veo bastantes mujeres que superan el nivel de bastantes hombres, empezando por mí en esa percepción. Suelo pensar que en sexo no tiene nada que ver o casi, que son diferencias como las muchas y muy variadas que nos diferencian a unas personas de otras.
    Por eso no tuve dificultad en percibir que apartar a las mujeres del sacramento del orden por el mero hecho de ser mujeres, era un craso error que evidenciaba lo desviado que está el Magisterio de la ICAR, gran desvío que se me hacía así más explicable.
     
    Todavía hace poco en el foro algún Miguel (no el J.Miguel que se acaba de ir) decía que ese apartamiento aplicado a las mujeres por el hecho de serlo venía de que Jesús las apartó de su elección de los 12 apóstoles.
    Eso me recuerda que los que hacen Dios a Jesús lo imaginan infalible, a Jesús, dado que lo hacen Dios cuando no lo era, a este hombre al que imaginan elegido por un Dios que no quiso elegir a una mujer más que para parir a Jesús (y eso porque ni Dios podía hacer que un hombre naciera de otro modo) …
    ¡Cuánto daño hacen estas erradas ideas católicas que manipulan a Dios para beneficiar intereses de los hombres (no de las mujeres en este caso)!
    Y no se las intentes quitar, que te llaman hereje de inmediato, y antiICAR, anticlérigos, anti … lo que sea. En la época de Arrio y durante muchos siglos, habrían acabado con la vida del hereje
    Elisa (otra mujer, me recuerda a Lali y a varias mujeres que hacen este foro lo que nunca podría llegar a ser si Antonio lo hubiera ‘selectionado’ sólo para hombres) decía ayer algo muy importante sobre los dogmas: los que se han apoderado de del poder, cuando una idea que les interesa implantar en los cerebros que se deja lavar, no tiene fundamentos consistentes sólidos razonables, van y la hacen dogma.
    Así he entendido el estupendo comentario de Elisa de 10-Septiembre-2010 – 20:43 pm en el hilo ‘un franciscano de verdad’ en lo que dice de los dogmas.
     
    Me encanta que mi compañera me supere, en lo que sea. Lo compenso en parte ayudándole en lo que requiere la fuerza física que ella no tiene, lo cual en trabajos del campo se da con frecuencia.
    Creo que es el miedo a lo desconocido (la mujer es más compleja que el hombre, la relación sexual lo muestra fácilmente), mezclado con el miedo a ser superados, lo que ha hecho que los hombres hayan abusado de su fuerza para hacer patriarcados y excluir a las mujeres intentando colocarlas en nivel inferior
    El ejemplo de la jerarquía de la ICAR en esto, manipulando la idea de Dios también en esto, es deplorable pero claro.

  • MAR Medina

    Buenos días soleados y tranquilos de sábado por la mañana. Leo con atención el artículo y los comentarios y me gustaría compartir algunas reflexiones.
     
    Dije el poder es cosa de hombres como alusión a su origen. Poder así en abstracto son los resortes y vías de toma de decisiones y capacidad de ejecutarlas que están en manos de una red social clave, privilegiada, con el denominador común de estar dirigida por el hombre, jefe visible de cualquier grupo humano de la sociedad patriarcal empezando por el nuclear de la familia. Pienso que surgió como herramienta de dominio en el seno del patriarcado, para organizar una sociedad compleja en beneficio de una clase privilegiada, y cualquier decisión está en mano de los dirigentes, por lo tanto el resultado es una sociedad de valores masculinos competitividad, oposición, dominio… en fin cuantos elementos tópicos o estereotipados se os ocurran, que aunque se trate de una simplificación creo que está a la vista de todos la sociedad construida.
    Esto no significa que no haya habido mujeres que hayan formado-y formen cada vez más-  parte de esa red privilegiada, la historia pone en ejemplo de muchas, aunque sean minoría, ya habéis mencionado unas cuántas en vuestros comentarios, pero no han cambiado las reglas de juego, incluso no se les ha permitido ponerlas en duda y han sido un hombre como la que más, a ver si se va a permitir a una mujer que está haciendo un papel que no le corresponde-ocupando un puesto dirigente tradicionalmente masculino- que se salga del guión.
     
    En este sentido he dicho que el poder es cosa de hombres y que ejerciéndolo las mujeres, jugando a ese juego, no es posible cambiar nada, se nos pedirá que demostremos nuestra capacidad de igualdad  y la estructura y el mecanismo de poder seguirán vivos como una siniestra maldición. La igualdad entre los hombres y las mujeres reside en su misma dignidad, y en la legítima capacidad de decisión de ambos –como alguien apuntaba arriba- no en sus cualidades biológicas y psicológicas, naturalmente. Precisamente poner en juego las cualidades de todos es lo que da –daría, más bien- esa diferencia radical de la sociedad, en la que tuviera mayor impronta el aspecto femenino, y no esta sociedad escorada hacia lo masculino que padecemos ahora.
     
    [Hago un inciso: mirad qué diferencia de sociedad cuando se escora hacia lo femenino, como ocurre en la sociedad matriarcal de la etnia Mosuo, en China
    http://pepoladas.over-blog.es/article-la-trubu-mosuo-2-000-a-os-de-matriarcado-46337374.html
    ¿Somos mejores las mujeres? Creo que no. Hombres y mujeres tenemos –en general- cualidades distintas, y juntos, mano a mano, podemos construir un mundo mejor]
     
    Hacer política es otra cosa. Es toda actividad pública que ejerce el ciudadano (de ahí toma su nombre en griego, ¿no?) para participar en el funcionamiento de la sociedad. Es la herramienta por excelencia de la democracia (que aún está en pañales, dicho sea de paso), aquí sí tienen mucho que ofrecer las mujeres, cómo no influir con las capacidades y cualidades femeninas en un campo de actividad social. No sólo es posible, es obligado. Creo que la participación de las mujeres en la política es lo que está cambiando el mundo.
    Puede que la política se transforme con frecuencia en una actividad dirigida fundamentalmente a ocupar puestos de poder, y una vez allí… Esa es la política que todos criticamos, que emponzoña la imagen de la política y le da mala prensa.
    Pero creo también que hay otra forma de hacerla, la única legítima: participar con otras personas en la transformación de la sociedad. La política es una actividad digna y obligada en un sistema democrático, pero el poder también la corrompe. El poder todo lo corrompe, hay que andarse con mucho ojo.
     Lo malo, pues, es el poder, no la política. No confundamos.
     
    Así que insisto –matizándola- en mi afirmación primera. El poder es una diabólica estructura inventada en el seno de una sociedad patriarcal, y la transformación de la sociedad con la participación de las mujeres debería acabar con esa sociedad de dominio y explotación  de unos sobre otros y de la propia naturaleza. La política es el campo en el que estamos llamadas a participar, una política que no pierda de vista cual es el objetivo y campo de su acción: la sociedad y no el dominio.
     
    Saludos cordiales

  • oscar varela

    Hola!

    En Argentina hemos experimentado a algunas mujeres en el Poder:

    * María Eva Duarte de Perón (Evita)
    * Estela Martínez de Perón

    Y ahora estamos experimentando a:
    * Cristina fernández de Kirchner.

    No es mucho pero algunas experiencias vamos acumulando.;
    ¿un poco variegadas, no?

    ¡Vamos todavía! – Oscar.

  • MariPilar Zugarramurdi

    Cuànto miedo y cuàntas reflexiones que indican la poca confianza que tenemos las mujeres en las mujeres¡ No digamos de los hombres por las mujeres!
    Pienso que el problema de la mujer que accede al poder polìtico, no es precisamente el de corromperse,  sino el de proceder como mujer en un mundo masculino y masculinizado. Ninguna mujer, creo sinceramente, darà gusto a los hombres si no procede como ellos y la descartaràn antes o despuès de haber sido elegida, a no ser que sea como la Tacher, con un proceder màs machista que feminista.
    La mujer que quiere ser presidenta de Brasil (por supuesto que se le exigirà màs  perfeciòn, en todo,  que al hombre), deberà ser muy audaz, porque el reto es solemne. Creer que puede seguir siendo mujer y ademàs de las  valientes!, que cambie las reglas de juego, no para convertirse en superior al hombre, sino solamente para ponerse a su nivel tanto  ella como  las demàs mujeres, sin dejar de ser mujer, ni proceder con poder, sino con autoridad, para lo cual hay que ganarse el derecho….  Creo que la mayorìa de los hombres no caen en la cuenta de la dificultad que tiene èsto. Por otro lado, esta lucha de justicia para las mujeres, es primordial para todos los humanos y para erradicar todos los ISMOS, como el clasismo, racismo, etnicismo, y la justicia con la tierra, nuestra casa comùn
    Estoy muy de acuerdo con Leonardo Boff, que si empezàramos a confiar en el modo femenino de actuar, se salvarìa la humanidad y la tierra. Yo no creo, como decìa (no recuerdo el nombre del forero de Atrio), que esto sea un esterotipo, el creer que la mujer està màs dotada  para  el horizontalismo,  para confrontar opiniones, para no contentarse con su sola opiniòn, para el cuidado, para llegar a ver donde los hombres no ven… Esto es experiencia nuestra, no de los varones, sino de las mujeres y se dice que las experiencias no se pueden discutir y menos desde la orilla de frente.
    Leonardo cree en ese par de mujeres que son precandidatas a presidentas de Barsil y les concede cualidades muy valiosas. Me parece una madurez que deseo para todos los hombres y mujeres
    Wkipedia dice que esterotipo es una opiniòn trillada, asumida y conocida por todos… ¿Cuàndo hemos oido hablar a los hombres de que la mujer apetece màs la conversaciòn en cìrculo, que subida a los estrados o al revès? Esta sì que no es opiniòn trillada. Por tanto nada de esterotipo. Pero sì es experiencia de las mujeres. Lo que pasa es que no es nada fàcil ni para los hombres ni para las mujeres, aceptar  nuestra valìa  para la polìtica o para otra cosa parecida. La polìtica no es sòlo para hombres, sino que la cultura nos ha machacado por siglos nuestra inferioridad en casi todo,  y por ello nos han exigido ser buenas, fieles,  bonitas, calladas, soportar todo (esto sì es esterotipo). Pocos varones y hasta pocas mujeres, aceptan que una mujer pueda llegar a nivel de los hombres.
    Yo creo que una de las ventajas que tiene la mujer para hacer un buen gobierno, es la experiencia adquirida a travès de tantos años, siglos y milenios de haber sido desplazada, marginada y excluìda. Esto, le ha dado a la mujer,  una sabidurìa pràctica, una sensibilidad para sentir el dolor de los pobres y marginados, asì como para ver la tierra devastada sòlo para obtener dinero, asì tambièn como para intuir las consecuencias de este desorden, que hemos empezado a levantar la voz,  saturadas de la historia machista, individualista y misògina que ha convertido este mundo en un caos que urge cambiar. 
    Por supuesto, no meto en este saco a todos los hombres, pero sì a muchos.  Y tambièn es verdad que las mujeres hemos educado a los hijos para el machismo. Las culpas estàn compartidas, pero el descubrimiento que las mujeres hemos hecho de este desorden, creo que debe ser apoyado por los hombres y sumarnos todos y todas a batallar por corregirlo. Todas y todos ganaremos con ello.
    Vamos a probar con las mujeres, creamos en ellas y en lo que han aprendido en la vida ¿no les parece?
    Gracias a Atrio por esta oportunidad y por haber creado este cìculo horizontal de hombres y mujeres opinando
    MariPilar Zugarramurdi
     

  • Maria

    Las encuestas de intención de voto dan como ganadora a Dilma Rousseff con varios puntos de ventaja sobre el candidato que le sigue, que yo creo que no tiene nada que hacer frente a ella. Ojala no me equivoque. A Marina la veo muy jovencita todavía, muy viche para ser presidenta de Brasil ahora, le faltan unos añitos. Tanto Dilma como Marina militaban en el PT, pero Marina lo dejó a principios de este año para unirse al Partido Verde, con el que siente mas afinidad, y la fuerza del Partido Verde es mucho menor que la del PT brasilero.

    A los que hablabais mas abajo de Hillary Clinton, os comento que yo no hubiera votado nunca por ella aunque sea mujer.  Mi solidaridad de género no llega hasta ese extremo. Hubiera votado por Obama, aun visto en retrospectiva, aunque sea el “emperador negro”, como le llama Fidel Castro.        

  • Gabriel Sánchez

     A ver vamos a ver si podemos ir desmontando tabues, la mujer y el hombre son iguales en dignidad, claro que si, iguales en capacidad, incluso hay mujeres con mucha más que algunos hombres, pero si somos iguales, somos diferente en algo que nos da identidad profundad, que tiene que ver con lo femenino y con lo masculino…Los psicologos hablan de la necesaria parte femenina del hombre y de la parte masculina de la mujer…(sin exagerar)…Que estamos diciendo que cualquier cosa que haga uno puede hacerlo el otro…No existe una incapacidad ontologica…Establecido este punto vamos a ver el poder, Leonardo…admito que con cierta ingenuidad, habla de que ambas mujeres indiscutible densidad etica…Bueno, para el caso concreto yo prefiero a Marina Silva, si fuera brasilero la votaria y militaria por ella…Con repecto a Dilma Russeff, no estoy tan seguro…el gobierno Lula, se hacerco al modelo agroexportador, al capital trasnacional y se afilio a subimperialismo empresarial…Creo en Marina Silva…Pero esto es un color apenas del Arco Iris, en el juego democratico estas dos mujeres llegaron, por su inegable capacidad politica y por su capacidad de convocar al pueblo, nada se le regalo por ser mujer, por eso estoy en desacuerdo con una politica sexista y con la cuotificaciòn de los cargos elegibles en voto popular (eso bastardea la democracia) por consideraciones de genero, raza, religión o por la pobreza del candidato (que obvimanente a mis modestos ojos, esto implica una virtud). Pero si creo que el aporte femenino, especialmente en Amèrica Latina ha emergido como un fenomenos sociopolitico, en donde las mujeres, lideres comunitarias, dirigentes sindicales y politica, en general, le ponen un asento de servicio y justicia al ejercicio de la politica, QUE NO TIENE PORQUE SER MALA, SI LAS OBRAS SON BUENAS…ES MAS, EL CAMBIO DEL MUNDO NECESITA QUE ACTUEMOS EN TODAS LAS ESFERAS DE LA REALIDAD Y LA POLITICA ES UNA DE ELLAS… y creo que he trabajado en muchos campos con muchas mujeres…y han sido grandes compañeras y con el ejercicio de una gran capacidad en su oficio, profesiòn o tarea…No se debe renunciar a servir desde la politica.- Gabriel

  • Carmen (Almendralejo)

    Querido Honorio… Una vez tuve pensamientos de entrar en la política ¡…! Menos mal que fue solo una vez.
    Creo que la política corrompe a la persona, desde la raíz y desde el momento que no hay libertad de voto, que es el partido al cual eliges para trabajar por los Derechos, quienes hacen de esos sueños un simple panfleto.
    Tengo amigos que desde el PSOE, han estado de Alcaldes, y que sus ideales han tenido que ir a la cloaca, porque  les han impuesto unas directrices en contra de sus pensamientos ecologistas y de vivir sin contaminación.
    Aquí en Extremadura, la refinería, que nos quieren poner entre sierras y viñedos, olivos está casi hecho, porque interesa a la Junta, o mejor dicho a ciertos políticos que tienen familiares en la empresa que la quieren poner, ese sobrinísimo es un pez gordo y la pondrán, claro está.

    No creo que sea y esté en nuestra posibilidad,  arreglar el desaguisado de otros, y sería nuevamente injusto que se pusiera en nuestras manos ese trabajo, máxime cuando la mujer sigue siendo ninguneada, véase Hilary en EEUU, antes llegó un hombre negro que una mujer, y para nada creo que Obama esté mejor preparado que ella.
    El patriarcalismo será de nuevo quienes nos juzgan en aquellos trabajos donde  las mujeres estamos, y donde debemos ser el triple que un varón, dándose la paradoja  que no se nos permite el mismo campo de error, y que debemos y tenemos que ser inmaculadas en todo, y tan perfectas como la virgen María en todo
     

  • Elisa

    Me parece que todo argumento que intente colocar a la mujer por delante del hombre, como en este caso como salvadora, es otra forma de machismo, de paternalismo que quiere resaltar lo bonita, lo inteligente y fina que somos. El problema es que se manifiesten o debatan sobre estos temas. En una sociedad igualitaria, en derechos y deberes, nadie se plantea privilegios ni tonterías semejantes, se da por hecho la igualdad. Las mujeres no somos mejores que los hombres, en absoluto. Yo quiero que se me reconozca como persona y, en mi caso, como  profesora. Afortunadamente entre los jóvenes está obviedad está asumida, no tanto en otras generaciones que tienen los prejuicios de una educación determinada y en donde se dan sentimientos encontrados.

    Un hombre y una mujer no son iguales biológicamente. Y es cierto que todo lo biológico influye sobre lo psíquico de las personas. Mejor dicho, la persona es una unidad psico-orgánica. No es que lo psíquico influya en lo orgánico o viceversa, sino que lo psíquico y lo orgánico constituyen una unidad. El psiquísmo de una mujer es diferente al de un hombre, y lo es, porque su biología también lo es. Pero que seamos biológicamente diferentes, es decir, psíquicamente diferentes, no significa que no debamos de poseer los mismos derechos o que deba de prevalecer algún tipo de discriminación. Quien es sujeto de derechos es la persona, y no, su género. Y es tan persona, una mujer, como un hombre. Bien es cierto que en la educación se tiende cada vez más, no a una igualdad, en cuanto a los derechos y oportunidades, sino a una “uniformización”, que consiste en consideran que a los niños y a las niñas, se los debe educar, como si fueran seres asexuados. Como si la sexualidad  no influyera en la constitución de la persona, y eso es un error.

  • h.cadarso

      Este Leonardo es un poeta, un profeta, un chamán…o unz nezcla de todo. Pero, Oscar Varela, Mar Medina, Carmen, si pienso en la Tatcher, o en la Clinton, o (!horror!) en la Palín esa que ha venido del frío de Alaska, pues como que no lo veo tan bonito como vosotros/as.
      Pero lo cierto es que por ahí podrían venir las respuestas y la salida del túnel. Y aquí junto en uno solo las Crónicas guaraníes de Tamayo y lo de las dos mujeres de Boff, o sea que mujeres así, capaces de dar un giro de 180 grados al curso de la historia, solo pueden surgir en un terrenos abonado como el que nos descubren las Crfónicas guaraníes de Tamayo.
      Quiero pensar que Boff tiene razón, quiero confiar en vosotras, mis hermanas de Atrio, y en todo el movimiento feminista de este lado del charco y del otro lado. Esta vez os toca quizá coger el volante, conducirnos a todos, elaborar programas y definir líneas de actuación. Y a nosotros, como dice Boff, apoyar vuestras iniciativas.
      Me gustaría veros ganar en audacia, veros tomar la delantera, superar complejos, pegar puñetazos en la mesa, levantar la voz…Tanto “he aquí la esclava del Señor” ya huele, aburre, cansa…O mejor dicho, vale, pero si lo decís mirando hacia arriba, hacia el Señor que nos ha hecho libres y dueños de nuestros destinos y los de nuestro mundo.
      Buena idea la de seguir machacando el tema, Mar Medina!

  • Carmen (Almendralejo)

    Creo que no necesariamente la mujer necesita ese “PODER” que para nada es necesario cuando se dice saber estar y trabajar en aquello para lo cuales estamos calificadas, ya se en la política, en la medicina, en la pluma o en la cocina…
    En definitiva se debe coger ese trabajo como un servicio y no como un rodillo, el cual solo es bueno para las masas de pizzas.

    ¿Incorporar a los hombres? Es curioso que aún no hemo pisado el umbral de ese empoderamiento y ya se nos está exigiendo, resulta sospechoso y no poco que los miles de años que lleva el hombre censurádonos y poniéndonos los apelativos denigrantes y asabidos y aquí nadie dice nada.

    En fin ver para creer, porque no se cree nadie que el león suelte el bocado que tiene en la boca, por muy buena que haya sido la caza de la Leona, ya se sabe que en esto también son ellas, auque siempre se pensara que eran ellos. 

  • oscar varela

    OK, MAR!

    Pienso igual.
    Saco fotocopia de tu “decir perspicaz“.

    ¡Démos vuelta en torno al PODER!

    ¡Vamos, entonces, todavía! – Oscar.

  • MAR Medina

    ¡Huyssss! No sé, habrá que analizar el tema más detenidamente, pero creo que el poder es “cosa de hombres”, una creación masculina para ejercer el dominio sobre los demás. La influencia de las mujeres en la sociedad, para lo que evidentemente habría que empezar porque los dirigentes de ésta no sean sólo hombres (¿círculo vicioso insalvable?), debería traslucirse en un profundo cambio que no permita que unos ejerzan dominio sobre otros, que eso es poder. Hay una sociedad matriarcal actual, una etnia china -no recuerdo ahora su nombre- en la que no se ejerce el poder como lo conocemos en el resto del mundo, por eso creo que el cambio que la influencia de las mujeres puede ejercer en la sociedad conlleva también una radical transformación o desaparición del poder tal como lo conocemos.

    Perdonad la rapidez, no sé si mi análisis ha sido superficial. Volveré más despacio tras el fin de semana, que salgo de viaje.

    Saludos cordiales

  • oscar varela

    Hola!

    OK, Leonardo!

    Tal vez sea por ahí
    el “Mito encantador
    que todo lo atraiga hacia sí.

    ¡Claman los “teólogos” latinoamericanos
    (importados de Bélgica)
    por un “Nuevo ENCANTAMIENTO

    ¡Vamos todavía! – Oscar.
    ·············
    PS.: Maite y Ana ¿está este Asunto dentro de los tratados en el Congreso de teología – Madrid?