La roca aún recuerda
aquel galanteo,
los continuos rendimientos
de amor y pleitesía en cada
resquicio de sus hendiduras,
ella, fría para los ojos
ajenos, reduce su corazón
al fuego vivo en llamarada,
el mismo que a cada ser les une
a la vida.
Sus evocaciones, se asoman
en ese poliedro de veinte
espejos,
y allí reaparecen las imágenes
más bellas recordadas
desde los humedales
que guardados están en su seno,
aquellas, fuentes de yodo
y de brea, la sal que transpiran
por cada unos de sus poros…
¡Remembranzas de aquel otro tiempo!
Las caracolas regresan dechadas
y mimetizadas avaras del aquel
reencuentro,
límpidas de imágenes foráneas,
reforzadas en sus retinas,
ellas afloran aún más bellas,
y nacaradas, se emplean
tiernas en ese juego del recuerdo
sus caracolas.
La roca mira hacía el infinito,
Y poco a poco surge ese
dolor olvidado,
aquel donde el sol
traspasaba tamizado
por el agua cristalina,
haciendo bambalinas de colores
donde este viento, era brisa
una corriente cálida,
burbujeante columpio…
¡Ah! Como volver
a nacer de nuevo,
que hacer para ser
fondeada hasta mis
amados recuerdos,
quien rompió el juego
sin malicia, divino acecho
de las caracolas que se abrazan
en mi alma,
ellas fueron rocas en mi fina
arena, en cada arista
cristal, para mi cobijo
¡Caracolas, quiero Ser!
Y mimarme sin ser forasteras
en los fondos de la arena
madre,
de las concurrentes roca
en espirales, mimetizada
en los tiempos donde el amor
era coqueteo sin previo aviso.
Quiero resurgir de cada piedra,
en los átomo de esta mi tierra
esculpir lo superfluo y ajeno
de los mares,
desechar de mi superficie
los sueños que no son añorados
para que vuelvan los robados,
Quiero ser Caracola
resurgida de la beldad
en el galanteo, entre roca,
arena y caracolas,
fundidas en el mar
de los abrazos…
Quiero comenzar el anónimo recreo
de toda la perspectiva más bella,
insinuar y entrever del eco
aquel sonido marino
de los recuerdo,
allá en mi cúspide tendrán alas
los ojos que se acerquen
a mi cuando esculpa
en mi piel a las bellas
caracolas.
Hay varias personas aguzando la vista para ver qué es lo que hay en la punta del pico. Aporto la máxima ampliación que permite la foto, aunque tampoco con ella se resuelva el enigma… http://www.atrio.org/wp-content/uploads/PICO3.jpg
Parece que en la cima están dos personas, si es así, se entiende mejor el compartir, se ha partido el trabajo entre dos, acto a acto, se han apoyado, ha habido una confianza plena y absoluta, se han jugado la vida….y al final, el resultado es que se ha culminado todo, se ha llegado a la cima y pueden sentirse como parte integrante e importante del paisaje.
Creo que no necesitan hablar, habla el paisaje entero.
Gracias por la fotografía.
Un saludo
No serán dos grandes verdades que …unidas hacen una mentira…. como un templo ?
Pregunto…
Saludos.
LA ROCA, QUISO SER CARACOLA…
La roca aún recuerda
aquel galanteo,
los continuos rendimientos
de amor y pleitesía en cada
resquicio de sus hendiduras,
ella, fría para los ojos
ajenos, reduce su corazón
al fuego vivo en llamarada,
el mismo que a cada ser les une
a la vida.
Sus evocaciones, se asoman
en ese poliedro de veinte
espejos,
y allí reaparecen las imágenes
más bellas recordadas
desde los humedales
que guardados están en su seno,
aquellas, fuentes de yodo
y de brea, la sal que transpiran
por cada unos de sus poros…
¡Remembranzas de aquel otro tiempo!
Las caracolas regresan dechadas
y mimetizadas avaras del aquel
reencuentro,
límpidas de imágenes foráneas,
reforzadas en sus retinas,
ellas afloran aún más bellas,
y nacaradas, se emplean
tiernas en ese juego del recuerdo
sus caracolas.
La roca mira hacía el infinito,
Y poco a poco surge ese
dolor olvidado,
aquel donde el sol
traspasaba tamizado
por el agua cristalina,
haciendo bambalinas de colores
donde este viento, era brisa
una corriente cálida,
burbujeante columpio…
¡Ah! Como volver
a nacer de nuevo,
que hacer para ser
fondeada hasta mis
amados recuerdos,
quien rompió el juego
sin malicia, divino acecho
de las caracolas que se abrazan
en mi alma,
ellas fueron rocas en mi fina
arena, en cada arista
cristal, para mi cobijo
¡Caracolas, quiero Ser!
Y mimarme sin ser forasteras
en los fondos de la arena
madre,
de las concurrentes roca
en espirales, mimetizada
en los tiempos donde el amor
era coqueteo sin previo aviso.
Quiero resurgir de cada piedra,
en los átomo de esta mi tierra
esculpir lo superfluo y ajeno
de los mares,
desechar de mi superficie
los sueños que no son añorados
para que vuelvan los robados,
Quiero ser Caracola
resurgida de la beldad
en el galanteo, entre roca,
arena y caracolas,
fundidas en el mar
de los abrazos…
Quiero comenzar el anónimo recreo
de toda la perspectiva más bella,
insinuar y entrever del eco
aquel sonido marino
de los recuerdo,
allá en mi cúspide tendrán alas
los ojos que se acerquen
a mi cuando esculpa
en mi piel a las bellas
caracolas.
Pues la única solución es esperar…abajo
El hambre lo hará moverse…
Saludos.
Hay varias personas aguzando la vista para ver qué es lo que hay en la punta del pico. Aporto la máxima ampliación que permite la foto, aunque tampoco con ella se resuelva el enigma…
http://www.atrio.org/wp-content/uploads/PICO3.jpg
¿ Y si fueran dos árboles?
A mí me encajaría perfectamente, puesto que conozco paisajes similares y la armonía no se rompería con cosas extrañas en tan bella imagen.
Sea lo que sea, la foto es preciosa y me ha trasportado a mis ” Picos de Europa” lebaniegos. ( Aunque dudo de que en ellos se haya sacado ésta foto.)
Parece que en la cima están dos personas, si es así, se entiende mejor el compartir, se ha partido el trabajo entre dos, acto a acto, se han apoyado, ha habido una confianza plena y absoluta, se han jugado la vida….y al final, el resultado es que se ha culminado todo, se ha llegado a la cima y pueden sentirse como parte integrante e importante del paisaje.
Creo que no necesitan hablar, habla el paisaje entero.
Gracias por la fotografía.
Un saludo
Llegar llegó.
…..A ver como lo hizo este animal.
Saludos.
En la cima del mundo apenas podesmo atisvar la grandeza que nos rodea…y sin embargo nos expande el pecho y el corazón.- Gabriel