Otros temas

Autores

Archivo de entradas

Temas

Fechas

Calendario

septiembre 2010
L M X J V S D
 12345
6789101112
13141516171819
20212223242526
27282930  
7425 Artículos. - 112821 Comentarios.

¿Qué nos está pasando en la Iglesia?

José Comblin es uno de los autores preferidos de ATRIO. En la etapa anterior le publicamos seis artículos. A sus 87 años sigue manteniendo una frescura de pensamiento y una esperanza en el fututo del cristianismo que contagia. Que no parezca larga esta reciente conferencia suya en la UCA de El Salvador. Nos la envía, trascrita para ATRIO, Enrique A. Orellana desde Chile. Vale la pena leerla de cabo a rabo y comentarla después.

        Buenas tardes a todas y todos.

         No es la primera vez que hablo en este lugar, pero agradezco mucho la amistad de Jon Sobrino, que nos conocemos desde hace tanto tiempo y yo lo estimo como una de las cabezas más lúcidas de este tiempo que renovó completamente la cristología.

         Bueno…Las preguntas de ayer me han dado la impresión que en muchas personas hay un cierto desconcierto en la situación actual de la Iglesia. O sea, como una sensación de inseguridad. Como decía Santa Teresa, de “no saber nada al respecto, que nada provoque temor”. Cuando era joven yo conocí algo semejante y, tal vez, peor. Era el pontificado de Pio XII. Él había condenado a todos los teólogos importantes, había condenado todos los movimientos sociales importantes, por ejemplo, la experiencia de los padres obreros en Francia, Bélgica y otros países. Ahí nosotros jóvenes seminaristas y después jóvenes sacerdotes estábamos más que desconcertados, preguntándonos Pero, ¿todavía hay porvenir? Yo me acuerdo que en aquel tiempo había leído una biografía de un autor austríaco del papa Pio XII. Y ahí contaba algunas palabras que había escrito el P. Liber, jesuita, profesor de Historia de la Iglesia en la Gregoriana. El P. Liber era confesor del papa. Sabía todo lo que pasaba en la cabeza de Pio XII y entonces decía: “Hoy la situación de la iglesia Católica es igual a un castillo medieval, cercado de agua, levantaron el puente y tiraron las llaves al agua. Ya no hay manera de salir (risas). O sea, la Iglesia está cortada del mundo, no tiene más ninguna posibilidad de entrar”. Eso dicho por el confesor del papa, que tenía motivos para saber esas cosas. Después de eso vino Juan XXIII y ahí, todos los que habían sido perseguidos, de repente son las luces en el Concilio y de repente todas las prohibiciones se levantan. Ahí renació la esperanza. Digo esto para que no se perturben. Algo vendrá… algo vendrá que no se sabe qué, pero algo siempre pasa.

        ¿Cómo explicar esas situaciones que todavía pueden recomenzar? Porque nos estamos acercando a la fase final de la cristiandad. Ya hace muchos siglos que han anunciado la muerte de la cristiandad… que está agonizando desde hace 200 años, pero todavía puede continuar su agonía durante algunas décadas o algunos años. O sea, ha dejado de ser la conciencia del mundo occidental. Ha dejado de ser la fuerza que anima, estimula, aclara, explica la fuente de la cultura, la economía, de todo lo que fue durante el tiempo de la cristiandad. Eso se ha destruido progresivamente desde la Revolución Francesa y aquí desde la independencia, desde la separación del imperio español. Entonces, poco a poco, han aparecido muchos profetas que han dicho que se ha muerto la cristiandad… hace 200 años ya. Pero la fachada es tan fuerte, resiste tanto, que se mantiene una tensión constante. Pero ahora sí creo que la cristiandad está entrando en sus fases finales. ¿Quieren una señal? La encíclica Caritas in Veritate No sé cuántas personas aquí han leído la encíclica. Si se ve qué repercusión ha tenido en el mundo: impresionante silencio… Tal vez silencio respetuoso pero más probablemente silencio de indiferencia. A nadie ya le importa la doctrina social de la iglesia…. que también ha dejado de interesarse de lo que sucede en la realidad concreta.

         Hace algunos años un sociólogo jesuita muy importante el P. Calvez, que tuvo un papel importantísimo en la creación, manutención de la doctrina social de la iglesia, publicó un libro con el título: “Los silencios de la doctrina social de la iglesia”. Todavía está en silencio. Deja de entrar con fuerza en los problemas del mundo actual; se queda con teorías tan vagas, tan abstractas, tan generales…la carta Caritas in Veritate podría ser firmada por el Fondo Monetario Internacional (risas), por el Banco Mundial… sin ningún problema. No hay absolutamente nada que incomode a esa agente. ¿Entonces para què? Eso es señal.

         ¿Quieren otra señal? La Conferencia de Aparecida ha dicho muchísimas cosas muy buenas; quiere transformar la iglesia en una misión, pasar de una iglesia de “conservación” a una iglesia de “misión”. Sólo que piensa que eso va a ser hecho por las mismas instituciones que no son de misión sino de conservación. Eso va a ser hecho por las diócesis, por la parroquia, por los seminarios, por las congregaciones religiosas. Estos aquì de repente y por milagro van a transformarse en misioneros. Hace tres años ya y ¿que pasó en su diócesis? ¿Cómo se aplicó la opción por los pobres? No sé cómo es aquí, pero en Brasil no veo mucha transformación. Es decir, la cristiandad se está disolviendo progresivamente; pero el problema es después. Después ¿qué? ¿Qué viene… cómo? De ahí la inseguridad porque no sabemos lo que viene después. Pero al fin quedémonos con lo que dice Santa Teresa: no nos perturbemos. Esto sucedió muchas veces en la historia y todavía va a suceder probablemente muchas veces. Hay que aprender a resistir, a aguantar, no dejarse desanimar o perder la esperanza por eso que sucede.

         Lo que sucede es que en Roma no se convencen que la cristiandad ha muerto. Creen que las encíclicas iluminan el mundo; creen que las instituciones eclesiásticas iluminan y conducen el mundo. O sea, Es un mundo cerrado, que de hecho viven en un castillo medieval, cercado de agua. Y entonces ¿qué pasa? Vamos a ver cómo interpretar, cómo ver lo que está pasando. Y de ahí ver cuál es el “método teológico” que conviene para eso.

  • EL evangelio viene de Jesucristo. La religión no viene de Jesucristo

          Hay que partir de una distinción básica que ahora varios teólogos ya han propuesto entre el evangelio y la religión.

         El evangelio viene de Jesucristo. La religión no viene de Jesucristo. El evangelio no es religioso. Jesús no ha fundado ninguna religión. No ha fundado ritos; no ha enseñado doctrinas; no ha organizado un sistema de gobierno… nada de eso. Se dedicó a anunciar, promover el reino de Dios. O sea, un cambio radical de toda la humanidad en todos sus aspectos. Un cambio, y un cambio cuyos autores serán los pobres. Se dirige a los pobres pensando que solamente ellos son capaces de actuar con esa sinceridad, con esa autenticidad para promover un mundo nuevo. ¿Eso sería un mensaje político? No es político en el sentido de que propone un plan, una manera…no, para eso la inteligencia humana es suficiente; pero como meta política, porque esto es una orientación dada a toda la humanidad.

         Y… ¿La religión? ¡Aah! Jesús no ha fundado una religión pero sus discípulos han creado una religión a partir de Él. ¿Por què? Porque la religión es algo indispensable a los seres humanos. No se puede vivir sin religión. Si la religión actual aquí se desintegra, ¡hay 38.000 religiones registradas en Estados Unidos! O sea, no faltan religiones, aparecen constantemente. El ser humano no puede vivir sin religión, aunque se aparte de las grandes religiones tradicionales. Entonces, la religión es una creación humana. Entre la religión cristiana y las demás religiones, la estructura es igual. Es una mitología. Tal como hay una mitología cristiana, hay una mitología hinduista, sintoísta, confucionista… Eso es parte indispensable para la humanidad. O sea, cómo interpretar todo lo incomprensible de la humanidad por la intervención de seres con entidades sobrenaturales, fuera de este mundo, que están dirigiendo esta realidad.

         En segundo lugar, una religión son ritos; ritos para apartar las amenazas y para acercarse a los beneficios. Todas las religiones tienen ritos. Y todas tienen gente separada, preparada, para administrar los ritos; para enseñar la mitología. Esto es común a todos. Entonces esto debìa suceder con los cristianos también. Debìa suceder. ¿Cómo podrían vivir sin religión?

         ¿Cómo empezó esa religión? Debe haber comenzado cuando Jesús se transformó en objeto de culto. Lo que sucedió bastante temprano, sobre todo entre los discípulos que no lo habían conocido, que no habían vivido con él, que no habían estado cerca. Entonces la generación siguiente o los que vivían más distantes, más lejos, entonces para ellos Jesús se transformó en objeto de culto. Con eso… se des-humanizó progresivamente. El culto de Jesús va remplazando el seguimiento de Jesús. Jesús nunca había pedido a los discípulos un acto de culto; nunca había pedido que le ofrecieran un rito… nunca. Pero sí quería el seguimiento, su seguimiento. Esa dualidad comienza a aparecer temprano; 30 años, 40 años después de la muerte de Jesús, ya aparece con fuerza suficiente para que Marcos escribiera en su evangelio precisamente para protestar contra esas tendencias de des-humanización, o sea, de hacer de Jesús un objeto de culto. Este evangelio es precisamente para recordar una palabra de profeta: ¡No! Jesùs era eso. Jesús ha hecho eso, ¡vivió aquí en este mundo! Viviò aquì en esta tierra.

         Con el desarrollo de la religión cristiana que se hizo—aquí problema para los teólogos—entonces, progresivamente esa tentación reapareció. ¡Nació un comienzo de doctrina! El símbolo de los Apóstoles. Y ¿qué dice el símbolo de los Apóstoles sobre Jesús? Aah…dice que nació y murió. Nada más. Como si lo demás no tuviera importancia, como si la revelación de Dios no fuera justamente la misma vida de Jesús, sus actos, sus proyectos, todo su destino terrestre… esa es la revelación, pero eso ya se va perdiendo de vista. Los símbolos de Nicea y Constantinopla: igual. Cristo nació y murió. El Concilio de Calcedonia define que Jesús tiene una naturaleza divina y una naturaleza humana. Pero, ¿qué es una naturaleza? Un ser humano no es una naturaleza. Un ser humano es una vida, es un proyecto, es un desafío, es una lucha, es una convivencia en medio de muchos otros. Eso es lo fundamental si queremos hacer el seguimiento de Jesús.

  •  La religión: distinción entre lo sagrado y profano        

         Progresivamente aparece a partir de los primeros concilios un distanciamiento entre la religión que se forma. Con Nicea y Constantinopla ya hay un núcleo de enseñanza y de teología y la iglesia va a dedicarse a defender, promover, aumentar esa teología. Ya se han organizando grandes liturgias de Basilio o de otros, y ya se ha organizado un clero. El clero como clase separada es una invención de Constantino. Hasta Constantino no había distinción entre personas sagradas y personas profanas. Todos laicos. Porque Jesús apartó la clase sacerdotal y no había previsto ninguna manera que apareciera otra clase sacerdotal, porque todos son iguales. Y no hay personas sagradas y personas no sagradas porque para Jesús no hay diferencia entre sagrado y profano. Todo es sagrado o todo es profano.

         Ahora, en la religión hay una distinción básica entre sagrado y profano. Todas las religiones. Y hay un clero que se dedica a lo que es sagrado. Y los otros que están en lo profano, en la religión son receptores, no son actores; no tienen ningún papel activo. Para tener un papel activo hay que ser realmente consagrado. Eso comienza al tiempo de Constantino.

         Y entonces a partir de aquello van a aparecer dos líneas en la historia cristiana. Los que como el evangelio de Marcos quiere recordar: ¡No!…Jesús ha venido para mostrar el camino, para que lo sigamos. Eso es lo básico, lo fundamental. Una línea que va a renovar, a aplicar en diversas épocas históricas lo que fue la vida de Jesús y como él lo enseñó. Y en toda la historia podemos seguir. Claro que no sabemos todo, porque la gran mayoría de los que siguieron el camino de Jesús fueron pobres, de los que nunca se habló en los libros de historia y entonces no han dejado documentes. Pero hay personas que han dejado documentos y con eso podemos acompañar dónde en la historia de la iglesia cristiana, dónde aparece el evangelio. Dónde se buscó primeramente la vivencia del evangelio. Los que buscaron radicalmente el camino del evangelio fueron siempre minorías, como decía Helder Camera, “minorías abrahánicas”.

         La mayoría está en el otro polo; en la religión. O sea, dedicándose a la doctrina; enseñando la doctrina, defender la doctrina contra los herejes y las herejías… eso fue una de las grandes tareas; practicar los ritos y formar la clase sagrada, la clase sacerdotal. Eso nos lleva a una distinción que va a manifestarse en toda la historia. El polo “evangelio” está en lucha con el polo “religión” y “religión” con el polo “evangelio”. En toda la historia cristiana. Toda la historia cristiana es una contradicción permanente y constante entre los que se dedican a la religión y los que se dedican al evangelio. Claro que hay intermediarios y así no hay polos totales. Pero en la historia hay visiblemente dos historias; dos grupos que se manifiestan. La historia oficial: cuando yo era joven nos daban historia de la iglesia que era “historia de la institución eclesiástica” y entonces allí solo se hablaba de la religión, suponiendo que la religión era la introducción al evangelio. Pero eso es una suposición: que todo lo que ha nacido en el sistema católico viene de Jesús, como se decía en la teología tradicional en tiempos de la cristiandad: que todo lo que hay en la iglesia Católica Romana, al final, viene de Jesús. Con muchos malabarismos teológicos ahí se logra mostrar que todo tiene finalmente su raíz en Jesús. No tienen su raíz en otras religiones, en otras culturas. Como si los cristianos que se convierten a la iglesia fueran totalmente puros de toda cultura y toda religión. Todos traen su cultura y su religión; e introducen en su vida cristiana, elementos que son de su religión y cultura anterior y por eso resulta una religión que es siempre ambigua, compleja. Es inevitable porque los seres humanos que entran en la iglesia no son ángeles. Ellos están cargados de siglos y siglos de historia y de transmisión cultural y todo eso entra, naturalmente, a la iglesia. De ahí una oposición que en materia política, por ejemplo, se muestra claramente. Se dice: el evangelio procede de Dios y por lo tanto no puede cambiar. La religión es creación humana, por lo tanto puede y debe cambiar según la evolución de la cultura, las condiciones de vida de los pueblos en general. Si la religión queda apegada a su pasado, ella es poco a poco abandonada en favor de otra religión màs adaptada; o más comprensible.

         El evangelio se vive en la vida concreta, material, social. La religión vive en un mundo simbólico: todo es simbólico – doctrina, ritos, sacerdotes… todos son entidades simbólicas. Que no entran en la realidad material. El evangelio es universal, porque no trae ninguna cultura y no está asociado a ninguna cultura, a ninguna religión. Las religiones están siempre asociadas a una cultura. Por ejemplo, la religión católica actual está ligada a la subcultura clerical romana que la modernidad ha marginalizado, que está en plena decadencia porque sus miembros no quisieron entrar en la cultura moderna. El evangelio es renuncia al poder y a todos los poderes que existen en la sociedad. La religión busca el poder y el apoyo del poder en todas las formas de poder… ¡y son tan visibles!

           El poder… Recuerdo que en tiempo de la prisión de los obispos en Riobamba el nuncio decía: “si la iglesia no tiene apoyo de los gobernantes, no puede evangelizar (risas)”. Uno podría pensar al revés: que si tiene el apoyo de los poderes será difícil evangelizar.

         Pero esa es una mentalidad que està en resto de la cristiandad entre la iglesia fundida en una realidad político-religiosa y entonces, naturalmente, estaban unidas todas las autoridades: el clero y el gobierno; el clero y el ejército—todo unido. Renunciar a eso es muy difícil. Renunciar a la asociación con el poder es muy difícil. Voy a dar un ejemplo. Mi obispo actual en el Estado de Bahia, Brasil, es un franciscano, se llama Luis Flavio Carpio. Se hizo famoso en Brasil por dos huelgas de hambre que realizò para protestar contra un proyecto faraónico del gobierno, basado en una inmensa mentira. No hay tiempo para contar toda la historia… pero se hizo conocer y fue invitado en el Kirchentag de la Iglesia alemana. Después de la invitación habló en varias ciudades de Alemania. Un grupo se acercó diciendo que venían para entregarle una donación… una ayuda para sus obras. Y era bastante: unos $100.000 dólares. Él preguntó: “¿De dónde viene ese dinero? Le dijeron que son algunas empresas, algunos ejecutivos. Entonces dijo: “No acepto. No quiero aceptar el dinero que fue robado a los trabajadores, a los compradores de material”. No aceptó… ninguna alianza con el poder económico. Yo no sé cuántos en el clero no aceptarían…(aplausos). Ese obispo es un franciscano igual a San Francisco. Toda su vida ha sido así. Por eso me fui  a vivir ahí… para santificarme un poquito en contacto con una persona tan evangélica…

         Entonces… ¿Cómo nació la Iglesia? La Iglesia de la que se habla: esa realidad histórica, concreta de la que tenemos experiencia. Para el pueblo en general la iglesia es el papa, los obispos, los padres, las religiosas, religiosos… ese conjunto institucional de la que se habla y que provoca también tanta incertidumbre como lo hemos visto. ¿Cómo nació la iglesia? Jesús no fundó ninguna iglesia. El mismo Jesús se consideraba como un judío; era el pueblo de Israel renovado y los primeros discípulos también; los doce apóstoles son los patriarcas de la iglesia del Israel renovado. La primera conciencia era que la continuación de Israel, la perfecciòn, la corrección de Israel. Pero una vez que el evangelio penetró en el mundo griego, ahí Israel no significaba muchas cosas para ellos y allí Pablo inventa otro nombre. Da a las comunidades que funda en las ciudades el nombre de “ekklesìa”, lo que se tradujo por “iglesia”. ¿Qué es la ekklesìa? El único sentido que tiene en griego es “la asamblea del pueblo reunido que gobierna la ciudad”; en la práctica era la gente más poderosa, pero en fin es que en la ciudad griega el pueblo se gobierna a sí mismo y lo hace en reuniones que son “ecclesías”. Pablo no da ningún nombre religioso a las comunidades; los ve como un grupo destinados a ser la animación. El mensaje de transformación de todas las ciudades, de tal manera que están constituyendo el comienzo de una humanidad nueva: y es una humanidad donde todos son iguales; todos gobiernan a todos. Después viene la carta a los Efesios en la que se habla de iglesia como traducción del “kahal” de los judíos, o sea es el nuevo Israel. Y la ecclesía es ahí tambièn el nuevo Israel. O sea, todos los discípulos de Jesús unidos en muchas comunidades, pero no unidos institucionalmente sino unidos por la misma fe. Todos constituyen la “ecclesìa”, la gran iglesia que es el cuerpo de Cristo. Todavía no existen instituciones.

         Pero naturalmente no podía continuar así. Los judíos que aceptaron el cristianismo no así abandonaron todos el judaísmo. Y cuando creció el número de cristianos, el número de comunidades, allí comenzaron a penetrar algunas estructuras. En el tiempo de Pablo aún no hay presbíteros, aunque san Lucas diga lo contrario; pero san Lucas no tiene ningún valor histórico: eso ya todo el mundo lo sabe. Atribuye a Pablo lo que se hacía en su tiempo; entonces imagina que Pablo fundó presbíteros, consejos presbiterales: ¿cómo se justificaría un obispo sin ordenar sacerdotes? Entonces parece evidente un comienzo de separación todavía muy sencilla, porque todavìa no hay sacralidad, no hay nada sagrado: los presbíteros no son sagrados, así como los presbíteros de las sinagogas no eran sagrados; tenían una función, una misión de gobierno, de administración, pero no una función ritual, o una función de enseñanza de una doctrina.

         Después aparecieron los obispos. Al final del II siglo se estima que el esquema episcopal está generalizado, pero demoró bastante. Clemente de Roma, cuando publica y escribe su carta a los Corintios, dice “presbíteros”: eso no es obispo. Todavía en Roma no hay obispo, solo presbíteros. Pero se organizó el esquema episcopal. Es probable que para las luchas contra las herejías, contra el gnosticismo, se necesitaba una autoridad más fuerte, para poder enfrentar el gnosticismo y todas las nuevas religiones sincretistas que aparecen en aquel tiempo.

         Y la Iglesia como institución universal, ¿cuándo aparece? Hubo en el siglo III concilios regionales: obispos de varias ciudades que se reunían. Pero una entidad para institucionalizar todo no existía. Quien inventó esta Iglesia universal fue el emperador Constantino. Él reunió a todos los obispos que había en el mundo con viajes pagados por él, alimentación pagada también por él y toda la organización del concilio fue dirigida por el emperador y los delegados del emperador. Esto constituye un precedente histórico. Hasta hoy no estamos libres de eso: que la Iglesia universal como institución haya nacido por el emperador.

         Después en la historia occidental cayó el emperador romano y allí progresivamente el papa logró llegar a la función imperial. Se dieron muchas luchas en la Edad Media entre el papa y el emperador, pero siempre el papa se estimaba superior al emperador. En las cruzadas, el papa era generalísimo de todos los ejércitos cristianos; era una personalidad militar: comandante en jefe del ejército cristiano. Y dentro de la línea de los Estados pontificios, todavía esto se mantiene

         Cuando el papa perdió el poder temporal, allí reforzó su poder sobre las Iglesias: y gobierna a las Iglesias como un emperador, o sea todos los poderes son centralizados en una sola mano y con todas las ventajas de una corte: porque si no hay nada de democracia en la Iglesia. ¿Quiénes son los que orientan al papa? ¡La corte! Los cortesanos, los que están allí cerca. Claro que él no puede hacer todo, pero en fin una corte separada del pueblo cristiano. Todavía estamos sufriendo las consecuencias de aquello. El papa Pablo VI dijo en algunos momentos que realmente había que cambiar la función actual del papa o sea de lo que hace el papa. Juan Pablo II en la “Unum sint” dice también hay que darse cuenta de que el gran obstáculo en el mundo de hoy es esa concentración de todos los poderes en el papa; habría que encontrar otra manera de ejercer eso. Eso para decir que todo esto pertenece a la religión.

  • Tarea de la teologìa: en el evangelio y en la religiòn

         A partir de eso, ¿cuál es la tarea de la teología? Es compleja, justamente porque tiene una tarea en el Evangelio y una tarea en la religión. La teología fue durante siglos la ideología oficial de la Iglesia. Su papel era justificar todo lo que dice y hace la Iglesia con argumentos bíblicos, con argumentos de tradición, liturgia, y un montón de cosas que yo aprendí cuando estaba en el seminario. Claro que no lo creía (risas), pero todavía la mayoría lo cree. Entonces, ¿qué pasa?

Primera tarea: ¿què dice el Evangelio?

         Entonces primero: primera tarea, el Evangelio, ¿qué dice? ¿Qué es lo que es de Jesús? ¿Qué es lo que es penetración del judaísmo, penetración de otra cultura, penetración de otro tipo de religión? ¿Qué es lo que viene de Jesús según el Nuevo Testamento? Todo el Nuevo Testamento no viene de Jesús: no; las epístolas pastorales que hablan, por ejemplo, de los presbíteros: eso no viene de Jesús. Entonces la tarea de la teología consistirá en decir qué lo que es de Jesús, qué es lo que realmente quiso, qué lo que realmente hizo y en qué consiste realmente el seguimiento de Jesús.

         Viendo en la historia, ¿cuáles fueron las manifestaciones, dónde, en formas diferentes, porque las situaciones culturales eran diferentes, dónde podemos reconocer la continuidad de esa línea evangélica? Porque si queremos penetrar en el mundo de hoy y presentar el cristianismo al mundo de hoy, todo lo que es religioso no interesa. Lo que puede interesar es justamente el Evangelio y el testimonio evangélico. Nadie va a convertirse por la teología: usted puede hacer todas las mejores clases, nadie va hacerse cristiano por motivo de la teología. Por eso me pregunto: ¿por qué en los seminarios se cree que la formación sacerdotal es enseñar la teología? Yo no entiendo, no entiendo. ¿No hay otra cosa que hay que hacer para evangelizar? No es mucho más complejo. Por eso hace 30 años que he decidido en presencia de Dios nunca más trabajar en seminarios (risas). Porque, eso ya no.

         Entonces la línea evangélica es esa! San Francisco. San Francisco era un extremista. No quería que sus hermanos tuvieran libros: nada de libros. Con el Evangelio basta: no se necesita nada más. El mismo decía: “Yo, lo que enseño, no lo aprendí de nadie, ni del papa; lo aprendí de Jesús directamente, por su Evangelio”. Bueno, eso es lo que puede convencer al mundo de hoy que está en una perturbación completa y que se aparta siempre más de las Iglesias institucionales antiguas, tradicionales. Todas las grandes religiones han nacido casi como entre 1.000 y 500 años antes de Cristo, salvo el Islam que apareció después; pero es como un ramo de la tradición judeo-cristiana. Entonces, primero eso.

¿Què hacer con la religión?

         Segundo la religión: ¿qué hacer con la religión? Hay que examinar en todo el sistema de religión, qué es lo que ayuda, qué realmente ayuda a entender, a comprender, a actuar según el Evangelio. ¿Eso habrá nacido por inspiración del Espíritu en monjes, por ejemplo? Si usted ve la vida de los monjes del desierto en Egipto, eso no es un mensaje: no es un mensaje y no viene del Evangelio tampoco. O sea muchas cosas vienen no se sabe de qué tradición, tal vez puede haber sido del budismo u otras cosas así. Entonces examinar qué es lo que todavía vale hoy, y sinceramente.

         Jesús no ha instituido 7 sacramentos. Hasta el siglo 12 se discutía si eran 10, 7, 5, 9, 4: no había acuerdo; finalmente han decidido que había 7. Bueno, por motivos de 7 días del Génesis, 7 planetas, el nùmero 7… pero hay cosas que visiblemente ya no hablan para la gente actual, por ejemplo, el sacramento de penitencia con confesión a un sacerdote. ¿Cuántos se confiesan actualmente? Hace 20 años yo atendía en la Semana Santa, en una parroquia popular, a 2.000 confesiones y el párroco también 2.000 confesiones. Hoy día: 20, 30, o sea que la gente ya no responden. Eso ha sido definido en el siglo XII, XIII: ¿por qué mantener algo que ya no tiene ningún significado y, al revés, que provoca mucho rechazo? O sea que uno necesite hablar con alguien, que al pecador le gusta hablar con alguien, pero no justamente al sacerdote: hay muchas personas, hay muchas mujeres que pueden hacer ese oficio mucho mejor, con más equilibrio, sin atemorizar como hacen los sacerdotes. Eso es una cosa…

         Pero hay un motón de cosas que es necesario revisar porque no tienen porvenir. Entonces es inútil querer defender o mantener algo que ya es obstáculo a la evangelización y que no ayuda absolutamente en nada. En las liturgias hay muchas cosas que cambiar. La teoría del sacrificio ha sido introducida por los judíos naturalmente. En el templo se ofrece sacrificios, los sacerdotes son personas sagradas que ofrecen el sacrificio. Toda esa teoría, hoy día no significa absolutamente nada. Que el padre sea dedicado a lo sagrado para ofrecer el sacrificio y que la Eucaristía sea un sacrificio: ¿todo esto viene de Jesús? Ah, no viene de Jesús. Entonces hay que ver si eso vale o no vale. ¿Para qué mantener algo no vale?

         Y después hay también la otra parte: lo que no ayuda, lo que ha sido infiltración de otras tendencias, otras corrientes, por ejemplo, la vida ascética de los monjes irlandeses. Irlanda fue la isla de los monjes. Allí los obispos no tenían autoridad; solamente servían para ordenar sacerdotes; pero, por lo demás podían descansar. Los que mandaban eran los monjes: los monasterios eran los centros, lo que era la diócesis actualmente. Esos monjes irlandeses vivían una vida ascética, pero tan extraordinariamente deshumana para nosotros que eso es imposible que venga de Jesús, es imposible que eso ayude, porque esos hombres allí eran super-hombres, pero no existen mas hombres semejantes hoy. Un ejercicio de penitencia que hacían, por ejemplo, era entrar en el río -en Irlanda los ríos son fríos- y quedarse allí desnudo para rezar todos los salmos (risas)… Esa manera de entender la vida, no; no hay que considerar que eso es cristiano; no es marca de santidad tampoco; no es así que se manifiesta la santidad. Examinar todo lo que viene de allá.

         Todas las congregaciones femeninas saben cuánto hay que luchar para cambiar costumbres, tradiciones que no son evangélicas. ¡Cuántos debates! Yo conozco una serie de congregaciones femeninas y ¡cuánto tiempo que se  gasta en discusiones, disputas! entre las que quieren conservar todo y las que quieren abandonar lo que no sirve más y encontrar otro modo de vivir más adaptado a la situación actual.

         Entonces,  tarea de la teología… Claro que es cambiar, eso cambia la tradición, deja de ser la ideología de todo el sistema romano: pero esa no tiene porvenir. Ese tipo de teología ya hace tiempo que ha sido progresivamente abandonada.

         En América Latina apareció algo: hemos conocido un nuevo franciscanismo, o sea, una nueva etapa, pero radical, de vida evangélica. ¿Cuándo nació? He hablado de los obispos que han participado en eso y que animaron Medellín y de la opción por los pobres, los santos padres de América Latina. Y ustedes los conocen. Si hay que marcar el origen del nuevo evangelismo de la Iglesia latinoamericana, yo diría, -no se olviden-, el 16 de noviembre de 1965. En ese día, en una catacumba de Roma, 40 obispos, la mayoría latinoamericanos, incitados por Helder Cámara, se juntaron y firmaron lo que se llamó “el Pacto de las Catacumbas”. Allí se comprometían a vivir pobres, en la comida, en el transporte, en la habitación. Se comprometen; no dicen lo que habría que hacer; se comprometen y de hecho lo hicieron después, una vez que llegaron a sus diócesis. Y después; a dar prioridad en todas sus actividades a lo que es de los pobres, o sea, dejando muchas cosas para dedicarse prioritariamente a los pobres y una serie de cosas que van en el mismo sentido. Esos fueron los que animaron la Conferencia de Medellín. O sea, aquí nació.

         Y tuvieron un contexto favorable: el Espíritu Santo ya en aquel tiempo había suscitado una serie de personas evangélicas. Las Comunidades Eclesiales de Base habían nacido ya. Religiosas insertas en las comunidades populares ya había. Pero, eran pocos y se sentían un poco como marginados en medio de los otros. Medellín les dio como una legitimidad y al mismo tiempo una animación muy grande, y se expandió. ¿Fue toda la Iglesia latinoamericana? Claro que no. Siempre es una minoría. Un día, me acuerdo, le preguntaron al cardenal Arns – un santo, con quien hemos vivido muy buenas relaciones de amistad -… un periodista le había preguntado: “usted, señor cardenal, aquí en Sao Paulo tiene mucha suerte, toda la Iglesia se hizo Iglesia de los pobres, las monjas todas al servicio de los pobres: ¡qué cosa magnífica!”. Ahí, Dom Paulo dijo: “Sí pues, aquí en Sao Paulo 20% de la religiosas se fueron a las comunidades pobres; 80% se quedaron con los ricos”. Era mucho. Hoy día no hay 20%.

         Esto fue una época de creación, una de esas épocas que hay a veces en la historia donde una efusión muy grande del Espíritu. Pero tenemos que vivir esa herencia: es una herencia que hay que mantener, conservar preciosamente porque eso no va a reaparecer. A veces me preguntan: ¿Por qué hoy dìa los obispos no son como en aquel tiempo? Porque en aquel tiempo es la excepción, o sea, en la historia de la Iglesia es la excepción: de vez en cuando el Espíritu Santo manda excepciones.

         Y ¿quién va a evangelizar el mundo de hoy? Para mí, son los laicos. Y ya aparecen muchos grupitos de jóvenes que justamente practican una vida mucho más pobre, libres de toda organización exterior, viviendo en contacto permanente con el mundo de los pobres. Ya hay; habría más si se hablara más, si fueran más conocidos. Puede ser una tarea también auxiliar de la teología: divulgar lo que está pasando realmente, dónde está el Evangelio vivido en este momento, para darlo a conocer, para que se conozcan mutuamente, porque de lo contrario pueden perder ánimo o no tener muchas perspectivas. Una vez que se unan, formen asociaciones, cada cual con su tendencia, su modo de espiritualidad. No espero mucho del clero. Entonces es una situación histórica nueva.

         Pero sucede que, en este momento, los laicos han dejado de ser analfabetos, eso ya hace tiempo: tienen una formación humana, una formación cultural, una formación de su personalidad que es muy superior a lo que se enseña en los seminarios. O sea, tienen más preparación para actuar en el mundo, aunque no tengan mucha teología. Se podría dar más teología, pero es otro asunto. Ahora no vamos a pensar que mañana  quienes que van a realizar el programa de Aparecida, van a ser los sacerdotes? Yo no conozco todo, pero los seminarios que yo conozco, las diócesis que yo conozco, se necesitaría 30 años para formar un clero nuevo: y ¿quién va a formarlo?

         Para los laicos es distinto: hay muchísima gente dispuesta, y gente con formación humana, con capacidad de pensar, de reflexionar, de entrar en relación y contactos, de dirigir grupos, comunidades, grupos. Pero muchos todavía no se atreven, no se atreven. Pero ahí está el porvenir.

         Para terminar con una anécdota: me llamaron a Fortaleza, en el nordeste de Brasil. Ahora, Fortaleza es una ciudad muy grande: un millón de habitantes. La Santa Sede había apartado, marginado al cardenal Aloiso Lorscheider, mandándolo al exilio en Aparecida que es un lugar de castigo para los obispos que no han agradado. Entonces allí vino un sucesor, Dom Claudio Humes que ahora es cardenal en Roma. Claudio Humes suprimió todo lo que había de social en la diócesis, despidió a todos: 300 personas con la larga trayectoria de servicio, con capacidad humana; así, sencillamente. Un día me llamaron: eran 300, llorando, lamentando: “y ahora no podemos hacer nada; y ahora, ¿qué pasa?”. Yo les dije: “pero, ustedes son personas perfectamente humanizadas, desarrolladas, con una personalidad fuerte. Han tenido éxito en su familia, han tenido éxito en sus carreras, en sus trabajos profesionales. ¿De qué ahora se preocupan si el obispo quiere o no quiere? ¿Por qué se preocupan si el párroco quiere o no quiere? Ustedes tienen toda la formación suficiente y la capacidad: ¿Por qué no actúan, no forman una asociación, un grupo, en forma independiente? Porque el derecho canònico -como muchos católicos no saben-, el derecho canònico permite la formación de asociaciones independientes del obispo, independientes del párroco -eso no se enseña mucho en las parroquias, pero es justamente algo que sí, es importante. Entonces ustedes pueden muy bien juntar 4, 5 personas para organizar un sistema de comunicación, un sistema de espiritualidad, un sistema de organización de presencia en la vida pública, en la vida política, en la vida social: 300 personas con ese valor. Si paga, si tiene que pagar a 5, cada uno va a gastar ni siquiera el 2% de lo que gana, o sea pueden muy bien mantener a 5 personas dedicadas a eso. Y van a escogerlos entre 25 y 30 años porque esa es la época creativa. Hasta los 25, el ser humano se busca. A partir de este momento termina sus estudios, ya ha conseguido un trabajo. Entonces ya quiere definir su vida: estos son los que tienen capacidad de inventar. Todas las grandes invenciones se han hecho por gente con esa edad.  Pero no lo hicieron: ¿Por qué? ¿Què pasa? ¿Por qué tanta timidez? Ustedes que son tan capaces en el mundo, ¡en la Iglesia nada! No se sentían capaces, necesitaban del obispo que les diga qué hacer, necesitan sacerdotes que les digan: ¿Cómo es posible? A lo mejor no se les enseñó: pueden ser adultos en la vida civil y niños en la vida religiosa.

         ¡Pero nosotros podemos! Nosotros podemos hacerlo y multiplicarlo en todas las regiones que vamos a conocer. Entonces el porvenir depende de grupos de laicos semejantes, que ya existen aunque todavía estén muy dispersos. El porvenir está ahí: es nuestra tarea a todos, empezando por los jóvenes. En Brasil hay en este momento 6 millones de estudiantes universitarios; 2 millones son de familias pobres -son pobres los que ganan menos de 3 sueldos vitales, porque con menos de 3 sueldos vitales no se puede vivir decentemente-. Dos millones. Y ¿cuál es la presencia del clero? Poquísimos; algunos religiosos. ¿De las diócesis? Nada. Y allí está el porvenir. Son jóvenes que están descubriendo el mundo. Claro, hay unos que entren en las drogas, que se corrompen, pero es una minoría, o sea, el conjunto son personas que quieren hacer algo en la vida. Si no conocen el Evangelio no van a vivir como cristianos: hay que explicar, pero no explicar con cursos de teología, sino explicar haciendo, allí participando de actividades que de hecho son realmente servicios a los pobres. Eso sí, se puede.

         Tarea de la teología…Entonces habrá que cambiar un poquito: menos académico, más orientado hacia al mundo exterior… con todos los que no están más en la red de influjo de la Iglesia, que no reciben. Pero, presencia en eso. Y una teología que se pueda leer, sin tener formación escolástica, porque anteriormente si no se tenía formación aristotélica no se podía entender nada de esa teología tradicional. Bueno, la filosofía aristotélica ha muerto, o sea, los filósofos del siglo XX la han enterrado. Entonces, ahora tenemos libertad a ver en el mundo como nos abrimos. Gracias por su atención. (aplausos).

    Transcriptor – Editor:
    Enrique A. Orellana F.Conferencia realizada en Universidad Centroamericana Josè Simeòn Cañas. UCA. Extraìda de exposiciòn versiòn en
    audio 18 de Marzo de 2010. San Salvador.

    CUADERNOS OPCION por los POBRES – CHILE.
    Movimiento TeologìaS de la Liberaciòn – Chile
    Correo: opcion_porlospobres_chile@yahoo.com
    Rosas 2090 – D. Santiago

55 comentarios

  • Carmen (Almendralejo)

    Sobre lo que dice José Comblin de que el derecho canónico nos permite la formación de asociaciones independientes: de obispo de turno, y de los párrocos,  y que a la vez esto NO SE NOS DICE, sabemos tod*s ¿Por qúe y que intereses tienen y subyace en el fondo de todo para no decirlas y aclarar la LIBERTAD INDIVIDUAL Y DE LA PARROQUÍA PARA LA FELIGRESÍA, donde ellos son meras piezas de ese tablero.
    A mi parecer,creo, que como se puede entender se hace muy apropósito y sobre todo porque hacer reuniones a las afuera en los  atrios de las iglesias, ya sea formando parte de la política, porque o se pide un local a la corporación municipal y te aborregan con dar o quitar… 
    y la  hacemos a titulo independiente de unos y otros, quiere decir que se hace en las casas, con lo cual  hoy es poco factibles, por como está estructuras nuestras sociedades y familia, estudios de hij*s, que no se marchan, están en casa hasta los 40 años. O por el trabajo fuera del hogar de ellos y ellas, más aquel de la casa, con lo cual si se hace algo debe ser fuera de ella.

    Está claro, que si yo le pido a mi párroco, un espacio para hacer una asociación donde se hable con libertad y donde el clero y toda la jerarquía no sale muy bien parado en casi el 99%… ¿Nos dará estos salones, cuanto tiempo estaremos sin que ellos no metan la pezuña, nos manden fuera de “su casa”?
     
    Y sobre todo, crear un sistema de espiritualidad de 4 ó 5, o quizás algunas personas más es algo que beneficiará a este grupo, pero es algo cerrado y ficticio en lo que de verdad estamos hablando y que es vivir parte de lo que vivieron la primera comunidad de Jesús, y que residía no ser y estar en un grupo yupi, que se unen un día o varios días al más para dar riendas sueltas a sus emociones en las lecturas, y poco más. Porque decir que este grupo tendría parte en la vida pública, o política dudo mucho de como está organizado el sistema político que se pueda hacer mucho.

    Y sé que  a título personal se consigue, porque yo si he conseguido PARAR ciertas aberraciones que se intentaba hacer en mi barriada, auque matizo, esto de título personal, porque las denuncia fueron mías, pero hechas en medios de comunicación con unos bombardeos mediáticos que a los políticos/clero no gustan.
     
    Disiento de la edad, para crear movimientos etc… hoy la juventud no está muy por la labor en un alto porcentaje, y por lo que vero cada vez que me veo en algo de protesta por cualquier motivo somos personas de más de 50 años las que estamos dando las voces de alarma sobre esos abusos.

    Otro de los motivos que desmotiva para hacer grupo, es la poca credibilidad que para las personas tenemos. Yo he trabajado en una parroquia durante  cinco o seis años como catequistas y como parte de la organización de equipo de Comunión. Este era el que más trabajo tenía por como se debe y cuanto conlleva toda esa parafernalia, de cantos eucaristía de domingos con niñ*s: cantos, lecturas, moniciones, ofrendas, y todas aquellas que la ICAR, tiene orquestadas en sus campañas particulares.
     
    Cuando manteníamos encuentros como catequistas con la familia de los niñ*s, a estos acudían la mitad de ellos, y si lo hacían iban la mitad de padres y madres. En el momento que decías que la invitación, o convocación era del sacerdote, no faltaba ni el gato de la familia.

    Otras veces, se hacían sugerencia para convivencia u otros temas, que no salían casi nunca, después las proponía el sacerdote y todas se llevaban a cabo, era como un miedo a ese varón semi-dios…

    Y esto es lo que hemos mamado, la religión que nos han enseñado y costará terminar con esta dictadura eclesiástica, con esta pobre concepción que tenemos de dios, y que está basada y puesta en el pilar de este clero como dador de dones, sacramentos y repartidor de pasaporte al cielo.

  • M. Luisa

    Así es, M. Elena eso es lo que hemos de ver en lo que nos está dicienco Comblin, sólo hace falta abrir nuestra mirada, el tercer ojo como decía Panikkar

  • M. Elena Pazos

    ¡Me encantó esta conferencia de Jose Comblin! Nos hace renacer la Esperanza. En primer lugar, Jesús no vino a fundar una nueva religión. Tampoco a crear una estructura como la Iglesia con sacerdotes, obispos, arzobispos, cardenales y Papa.  Dios Padre-Madre se encarnó en él para enseñarnos a sus hijas e hijos cuanto nos amaba y como queria que vivieramos para lograr la plena humanidad. ¡Somos hechos a imagen y semejanza del Creador!  ¡Tenemos una tremenda dignidad, un enorme valor! Pedro, cabeza de este grupo de discípulos medio locos, debía ser, al igual que su Maestro, el que sirviera a todos.  “Amense como yo los he amado”… “Sean uno como mi Padre y yo somos uno”. “No hay mayor amor que el de aquel que da la vida por sus amigos.”  “El Reino ya está aquí…”  “Bienaventurados los que buscan la justicia…”  Dios, en los acontecimientos, se está encargando de dejarnos nuevamente sólo a Jesucristo: “El que me ve a mi, ve al Padre.”  Todo el andamiaje construido en 2.000 años, para sustentar y justificar riqueza y poder está cayendo, ¡Gracias a Dios!
     

  • M. Luisa

    Permíteme que me dirija a ti Elisa  porque aunque en tu comentario no me nombras me di por aludida…ahora  bien, más   que  habérmelas  contigo     que confundes  a Zubiri con un neoescolástico, más  hubiera preferido  hallar  aquí, en  donde  lo profano y lo sagrado conviven en armonía, alguien  que,  al igual que yo hubiera visto en su pensamiento la plataforma que lo posibilita. Pero en fin qué se le va hacer… todavía está muy verde la idoneidad de su pensamiento.
     
    Lo que no entiendo es de dónde sacas  tú que  la filosofía de  Zubiri  es una metafísica ideológica. No pretenderás que con el amasijo explicativo    que das sobre  la materia y la corporeidad sea suficiente para convencer de ello a cualquiera.
     
    Por otra parte, los llamados problemas clásicos que  según tú  trata él de barnizar con un toque de modernidad y a los que  llamas de nulo interés, en cuanto a problemas,  fue lo que, como verdadero filósofo, le llevó a reconstruir a partir de su propia experiencia toda la descripción de la filosofía anterior clásica y moderna, remontándose hasta Aristóteles.  Y tal vez haya sido por pereza intelectual que muchos estudiosos lo situaran dentro del neoescolasticismo.  Sin embargo  esto es rotundamente  falso ya que en esta reconstrucción filosófica él inicia, en efecto,  su propia filosofía  pero de ninguna manera  interpretando a Aristóteles sino reinterpretándolo en una lectura que él lleva a cabo de modo distinto al usual.
     
    Bien, no voy a perder más tiempo ni a enrollarme…sólo decirte que en Chile acaba de finalizar, ahora en Septiembre  el III Congreso Internacional X. Zubiri y sus libros ya hace tiempo que se traducen en inglés, alemán, italiano y ahora también en ruso…por lo demás, aunque despreciativo, te agradezco el  interés y te saludo   cordialmente.

  • Elisa

    Reconozco que soy materialista, que no corporeísta, no estoy de acuerdo con reducir  la materia a la condición de materia corpórea. Hay materias incorpóreas, y no solamente contando con la materia segundogenérica o terciogenérica, sino también contando con contenidos propios de la materia primogenérica determinada por una masa corpórea que deforma el espacio-tiempo, no es corpórea ni másica; algunos físicos llegan incluso a considerarla como una «onda inmaterial» denominación absurda desde el punto de vista materialista, que sólo se explica en el supuesto de una ecuación previa entre materia y corporeidad. Sin embargo, la materia corpórea, los cuerpos, no son «un tipo de realidad entre otros» o incluso un tipo de realidad comparativamente irrelevante, sobre todo cuando se tiene en cuenta «la amplitud inabarcable de los procesos materiales que nos abre la perspectiva de la materia ontológico-general»; porque no es imposible fingir la posibilidad de situarnos en la perspectiva de esa materia ontológico-general en un momento «anterior» a la «aparición de los cuerpos» entre otros millones y millones de seres, como es imposible fingir, al modo de la Ontoteología, que podamos situarnos en la perspectiva de un Dios creador en el momento anterior a la «aparición de los Espíritus» (Querubines, Serafines…., Arcángeles…). Nuestros punto de partida es siempre el «mundo de los cuerpos». Y aun cuando desde un punto de vista ontológico regresemos a una perspectiva global desde la cual los cuerpos se nos den como una mera subclase de realidades (y ello, tanto si esta perspectiva global es la de la Ontoteología neoplatónica, como si es la perspectiva del «vacío cuántico», o de la Doctrina de los Tres Géneros de Materialidad), no cabe fingir que podamos situarnos en algún tipo de realidad incorpórea, aunque se postulase como material, para deducir o derivar de ella a los cuerpos, como pretenden algunos físicos contemporáneos (pongamos por caso Gunzig o Nordon cuando postulan un «vacío cuántico» y unas «fluctuaciones cuánticas» dadas en ese vacío y capaces de «desgarrar» el espacio-tiempo de Minkowski para dar lugar al mundo de los cuerpos sin necesidad de pasar por una singularidad correspondiente a un big-bang).
    Alguien opinaba que la filosofía de Zubiri era superior, para muchos filosofos no es filosofía, es otra cosa distinta: es una metafísica ideológica.  Un eoescolástico que trata de barnizar con un toque de modernidad problemas clásicos denulo interés. La Inteligencia sentiente que ofrece las claves para entender su metafísica, hoy carece de interés académico, se hace más incapié en el existencialismo, enla filosofía analítica, en la filosofía de la ciencia, en la filosofía del lenguaje.