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Lo importante no es la edad

A los 100 años del decreto Quam singulari del papa Pío X, Antonio Cañizares publica un artículo sobre Jesús y los niños para demostrar la conveniencia de que se rebaje la edad de recibir la primera comunión.

Fue Pio X quien fijó el uso de razón a la edad de siete años, y Cañizares, siguiendo las enseñanzas de los concilios Lateranense IV y Tridentino, quiere resaltar la centralidad de la “santa comunión para todos los bautizados, incluidos los niños”. Llama la atención que se olvide de citar al concilio Vaticano II, en el que se potenció una tendencia a retrasar la primera comunión y la confirmación para que los jóvenes fueran más maduros a la hora de discernir y tomar la decisión de comprometerse con su fe en el seguimiento de Jesús. Por otra parte, hasta el siglo XIX la práctica habitual en la pastoral fijaba la edad de 12 o 14 años para acceder a los sacramentos.

 Lo primero que llama la atención es la teología sacramental que subyace en este documento. En ningún momento se habla de la primera comunión en el contexto de la Eucaristía como espacio sacramental, ni se menciona a una comunidad de acogida en la que los infantes puedan aprender a vivir su fe. Por lo que conocemos, sociológicamente hablando, parece que el problema planteado es que la comunión de los niños y niñas es una fiesta social con todos los elementos rituales necesarios: vestido, celebración, regalos, comida, fotografías que den testimonio, etcétera. Las empresas de eventos están encantadas con estas celebraciones, pero la Iglesia católica no recoge sus frutos.

 El documento rezuma negatividad en la vida que rodea a los pequeños, “víctimas de la crisis de la familia… crecen en un ambiente tan adverso”. En el fondo es un desprecio por la vida secularizada y laica en la que muchas personas han decidido educar a sus hijos e hijas, respetando su proceso madurativo y ofreciéndoles espacios donde desarrollar su espiritualidad sin tener que ser la Iglesia católica la única opción y el espacio elegido.

 Por otra parte, hemos conocido recientemente que muchos niños, en edades tempranas, han tenido experiencias muy negativas en sus relaciones con los sacerdotes o religiosos. También para las niñas la simbología que rodea el día de su primera comunión les transmite que no podrán acceder nunca al altar y siempre un varón hará de mediador entre ella y la divinidad. ¿No serán estas situaciones las que alejan a las personas de la institución eclesial?

 Creo que lo realmente importante no es la edad, sino vivir la experiencia de una comunidad igualitaria en la que cada persona es reconocida, valorada y donde los más pequeños aprenden a vivir los valores que caracterizan a los seguidores de Jesús, si quieren vivir su fe en la tradición cristiana.

Artículo publicado en EL PAÍS  –  Sociedad – 12-08-2010

MARGARITA PINTOS DE CEA-NAHARRO es.teóloga laica

15 comentarios

  • Javier Renobales Scheifler

    Estoy convencido de que la moral que generan los doctores de la Ic (así la designa, a la ICAR, el artículo del link de más abajo, y no es mala idea, pues ahorra trabajo de escritura) la Ic digo, pone en primer lugar a su Ic, antes que a las personas. 

    Por eso bautizan a sus clientes desde recién nacidos – con el cuento del pecado original-, para hacer clientela, y por eso la primera comunión poco después del bautismo –con el cuento de que es para posibilitar la maduración de la persona y la vida del alma, según Cañizares- no sea que lleguen a la mayoría de edad y ya no se dejen lavar más el cerebro.
    http://www.redescristianas.net/2010/08/22/%c2%bfcuanto-nos-cuesta-la-iglesiam-enrique-ruiz-del-rosal/
     
    “Los 335 mil bautismos declarados en la memoria 2008 suponen un incremento del 18%, respecto a 2007, muy superior al crecimiento vegetativo del estrato de los niños de 0 a 4 años, pero no se ofrece ninguna explicación acerca de este incremento, ni se indica de qué fuentes estadísticas proceden esos 335 mil bautizados. En todo caso, el aspecto numérico queda empequeñecido por la pervivencia misma de este acto litúrgico.
    ¿Pueden imaginarse a un recién nacido al que sus padres, por afinidad ideológica, afiliaran al PSOE, le hicieran el carné del PC, lo apuntaran al PP o lo hicieran socio de una organización atea? Sin duda sería un acto brutal, pero sobretodo, estúpido. Pues estos actos son de la misma naturaleza (atentados a la libertad de conciencia individual y por tanto, anticonstitucional) que “bautizarlos en la fe católica”. Y esta situación se produce ante la aquiescencia de los tres poderes básicos del Estado: el Parlamento, el Gobierno y la Judicatura.
    El recién nacido, como todo menor de edad, es sujeto del derecho humano de libertad de conciencia (libertad ideológica y de religión) reconocido en el artículo 16 de la Constitución Española (CE, en adelante). Y la titularidad plena de los derechos fundamentales del menor está reconocida, desde 1996, por el artículo 3.1 de la Ley Orgánica de Protección Jurídica del Menor. Pero es un sujeto particular, por cuanto no puede ejercer dicho derecho. De ahí la necesidad de que se produzca una tutela por parte de los padres, mientras ese proceso de formación de la conciencia tiene lugar y se va construyendo su madurez física e intelectual.”
     
    Bueno, con una personita de 7 años es muy parecido a un recién nacido, en cuanto a tomar decisiones de creerse que se come el cuerpo y la sangre de Dios … Ni tiene formación, ni tiene información, como para poder elegir libremente. Se tiene que creer lo que le digan los mayores.

     Pero la libertad de conciencia individual les importa muy poco a estos jerarcas católicos. Se trata de afianzar la clientela del negocio católico cuanto más.
     
    Así se explica también que perdure la Iglesia-poder, tema del otro hilo.

  • Manu

    No he leido el artículo, o como se quiera llamar, de Cañizares; pero por los comentarios que estoy leyendo ha debido ser algo terrible. Por eso no puedo opinar. Pero sí rogarle a la Sra. Margarita Pintos, teóloga laica (una aclaración muy interesante), y por tanto dominadora de los textos conciliares, que cite expresamente los documentos del Vat.2º donde ella se apoya para escribir lo siguiente: “ Llama la atención que se olvide (Cañizares) de citar el Concilio Vaticano II, en el que se potenció una tendencia a retrasar la Primera Comunión y la Confirmación…”. Gracias

  • Javier Renobales Scheifler

    Oye, Mar, que digo que, el otro día hablabas del rango de la casta sacerdotal católica, y a mí me parecía que los sacerdotes ponen su casta en un rango superior al de nosotros, los llamados por Escrivá (Santo para los sacerdotes católicos) clase de tropa.
     
    En la misa lo dejan bien claro que se creen superiores: el centro de la ceremonia (que nada tiene de cena, comida ni última cena) es el cura, centro de las miradas durante toda la ceremonia, y el único que puede hablar libremente. Los demás tienen todo lo que dicen atado y bien atado, menos las peticiones cuando las hay, que suelen ser antes revisadas por el cura, por si acaso alguna se sale de la debida inspiración del Espíritu Santo, que es también según este comportamiento monopolio del cura.
     
    Pero fijémonos además en la hostia: la del cura es mucho más grande, más del doble de cada una de las destinadas al vulgo, al público, a los asistentes, al llamado rebaño o pueblo. El cura hace la llamada elevación manejando a Dios, ya hostia según ellos, con las manos.
     
    El cura se la come, la hostia, entera él solito, no la parte ni la reparte entre el pueblo –en cambio Jesús en la última cena lo partió y lo dio a los comensales-, y se bebe el vino él solito (de tal forma que después de varias misas da positivo en un control de alcoholemia de la policía de tráfico). Además el cura como y bebe primero, y deja al pueblo para después de comer él, y no le deja beber el vino que pretenden sangre bebible de Dios, y todo por interpretar literalmente una escritura. (qué atrocidad, mon Dieu)
     
    Vamos, que se colocan por muy por encima del pueblo en todos los gestos de la famosa misa, los consagradores consagrados estos.  Y si hay autoridades, las ponen en primer lugar, (¿por aquello de que los primeros serán los últimos, quizá? No lo creo). Sacralidad de Sacralidades, todo sacralidad, con esta casta autoconsagrada.
     
    Razón tienes también al decir que la Misa es para acercar el pueblo a la ICAR, mucho más que para acercarle a Jesús.

  • MAR Medina

    Pues claro que importa la edad. Importa tanto que tiene buen ojo quien pretenda adelantar la Primera Comunión, ya que cuando más pronto se lave el cerebro más fácil es modelar la mente a gusto de la secta de turno. Basar el argumento para justificar el adelanto de este evento (principalmente social, como alguien ha afirmado antes) en la frase Dejad que los niños se acerquen a mí es una falsedad que no se la cree ni el mismo Cañizares, ya que, en mi opinión, la eucaristía fundamentalmente acerca antes a la ICAR que a Jesús, ya que se presenta a sí misma como mediadora imprescindible. El sacerdocio -como mediación entre los seres humanos y dios, qué aberración-, y los sacramentos, son una creación de la ICAR para arrogarse el poder de ser imprescindible para la salvación. Negocio redondo que proporciona fieles… ¡y riqueza!.
    Salta a la vista en tal manera lo poco evangélica que es la vida de la mayoría de los miembros de la jerarquía católica, que sólo se explica lo tarde que se reconoce su falsedad -a veces nunca- por el “buen” trabajo de lavado de cerebro realizado con los niños. Pepe lo ha explicado divinamente en primera persona.

    En mi caso, la Primera Comunión significó un día marcado por la banalidad social en su sentido superficial (vestido de princesita, protagonismo infantil, regalos…), pero también por un sincero anhelo espiritual en base a la expectativa creada por las catequesis de una íntima comunión con Jesús, una gracia que no percibí -naturalmente- y que me hizo sentir tan mal, como si Jesús se desentendiera de mí, que casi me negué a reconocerlo, y sólo pude entenderlo más tarde, cuando me liberé de esa idea mágica de la religión.

    La supuesta educación religiosa impartida en los ámbitos católicos no es una verdadera educación espiritual, liberadora, exploradora  y potenciadora de la naturaleza primordial y sagrada presente en lo más profundo del corazón humano, sino una férrea coraza, un rígido corsé, o peor, unos duros alambres similares a los que se colocan en las raíces de los arbolitos para limitar su crecimiento y lograr raquíticos bonsais que, aunque bellos, no son verdaderos árboles. 

    También disiento de esa idea de comunidad igualitaria en la Iglesia, en el mismo sentido que resalta Javier. Ya con mis siete años era bien consciente del puesto secundario, inferior, subordinado a los varones, admitidas casi a regañadientes, al que se nos relega a las mujeres en la iglesia y  me rebelaba contra esa injusticia que me costaba creerla aceptada por dios, puesto que sin duda en mi corazón sentía ese amor original no mediado por sacramento alguno, pero que nadie me enseñó entonces a reconocer porque se empeñaban en insistir en que Dios reinaba en el cielo, tan lejos…

    Los valores de los seguidores de Jesús no puedo reconocerlos en los valores vividos por la curia, clasistas, machistas, aliados con los poderosos y con los ricos. Creo que es importante distinguir entre ser seguidor de Jesús -o simplemente apostar por la radical igualdad y dignidad de cada ser humano- y ser seguidor del papa.  

    Saludos cordiales

  • salvador acracio

    La hagan con siete años o la hagan con diez o con once, en una gran mayoría de casos, fíjense en lo que digo, las primeras comuniones no dejarán de ser eso, rutina, actos sociales, fiestas consumistas, comuniones primeras y casi últimas en no pocos casos.

    Claro que todos podemos fallar en la labor educativa: padres y madres, hermanos y demás parientes, educadores, sacerdotes y religiosos… Todos: somos pecadores, falibles, limitados, y vemos como a través de espejos, con temor y temblor y a menudo con desgana… Pero lo que falla, me parece a mí, es el sistema, esto es, el empeño de muchos eclesiásticos en no admitir que el futuro de la Iglesia solo pasa -confío en no parecer muy dogmático en mis planteamientos- por aceptar una Iglesia “de catacumbas”, a contracorriente, minoritaria, pobre, vulnerable pero tendente a la fraternidad. De modo que si no pueden hacer con “ciertas garantías” (garatías no de éxito seguro, claro, de ninguna clase, sino garantías de que los padres y madres y demás educadores tutores del niño o niña en principio quieren asumir la fe católica) la Primera Comunión 100 niños y niñas, pues que la hagan 20, ó 10.

    Pero me temo que en mucho la Iglesia sigue buscando el número, hacer bulto. 

  • pepe sala

    La edad sí es lo importante y por éso tratarán de que sea en edad más inocente cuando les hagas socios de la ICAR. ( conozco a padres que hacen socios del Atletic a sus hijos en cuanto nacen. Otros del Real Madrid, del Barça, o  ” der Betis”)
     
    Mi propia experiencia al respecto es prueba de que la edad es lo más importante para el caso. Veamos: ( hay miles de experiencias similares, sin duda, pero yo conozco mejor la mía propia y por éso la cuento)
     
    Mi primera comunión fue a los 7 años. Ya he contado que mi mayor esperanza sobre el evento consistía en poderme comprar una canica de cristal y… por soñar, soñar en extrenar mis primeros zapatos.
     
    Posteriormente, los 9 años, me captaron para posible sacerdote. ( ya he dicho que me sabía el catecismo de punta a rabo y ésas dotes de ” superdotado” no deberían quedar sin cobertura.)
     
    Pocas cosas me gustaban tanto como ayudar a misa, cantar en el coro, sufrir arrodillado mientras ofrecía mis sufrimientos para la salvación de algún alma en el famoso Purgatorio. Yo era un verdadero meapilas y se podía decir que era de los que ” se comían los santos”.
     
    Pasaron los años y la mente ( más lo que veía a mi alrededor) fue despertando y analizando lo que me iban enseñando. Muy pocas cosas concordaban entre lo que me enseñaban y lo que mi capacidad de criterio propio me indicaban; mucho menos aún estaban acordes los ejemplos de vida que constataba en quienes se decían creyentes ( cuanto más catolicos-as menos fiables con sus próximos)
     
    A los 15 años ya no aguantaba más tanta hipocresía. Me negué a continuar simulando una supuesta FE que nada tenía de sinceridad conmigo mismo y, menos aún, con quienes convivían conmigo. Estando en el Seminario me negué a ir a misa, confesar, comulgar, etc.
    ( no a estudiar mis asignaturas, las cuales aprobaba con excelentes calificaciones)
     
    Obviamente me expulsaron ” por falta de vocación” ( según el comunicado de explusión) y lo agradecí un montón. No sabía la forma de deshacerme de aquella monumental TRAMPA en la que me habían metido sin mi permiso.
     
    Conclusión: Si en vez de hacerme comulgar ( con ruedas de molino) a los 7 años, cuando no tenía la más mínima capacidad de decisión, me lo hubieran propuesto a los 15 años, la respuesta hubiera sida grantizada: A OTRO PERRO CON ESE HUESO.
     
    Por éso es definitiva la edad temprana y sin capacidad de análisis para la primera comunión; y éso lo saben perfectamente quienes llevan siglos manjando las mentes infantiles.
     
    Saludos, pues.

  • ana rodrigo

    Si seguimos  con la idea de que en la hostia está transustanciado el cuerpo y en el vino idem la sangre de Cristo, pues tendremos estos debates acerca de la edad, pero si empezamos a interpretar la eucaristía como memoria  del gesto, vida y muerte de Jesús, y celebración de la fraternidad-sororidad, pues la edad en que se comulgue deja de tener importancia. Lo importante es el proceso de aceptación del mensaje de Jesús conforme vamos creciendo y madurando.

    Lo demás son chochadas de Cañizares y Cía que siguen en su mundo mágico.

  • p314to

    El Sr. Cañizares, a pesar de su edad todavía quiere jugar con los españolitos de turno. Mire: Ud. sabe de la poquísima formación de la mayoría de las familias españolas, mala formación de la que Ud. es uno de los principales responsables tras sus años de obispo y de las pastorales formativas en los obispados en los que Ud y otros miembros de la actual CEE, impuestos por la curia romana, han IMPUESTO. Ahora cree Ud que adelantando la edad de la primera comunión solucionan el problema de la crisis de fe en España.  ¿Qué quieren conseguir lo mismo de siempre? un amplio número de supuestos creyentes, de una nula calidad, pero Uds. todos tranquilos pues mantienen y justifican el tipo.
    Lo que España necesita son buenos pastores, no obispos impuesto y que mueven el rabo a la curia vaticana, y la destitución de todos impuestos por Rouco, el verdadero culpable de todo, pero es muy amigo de Ratzinguer, y claro está: con la Iglesia hemos topado.
    Déjennos tranquilos y prediquen el evangelio de Jesús de Nazaret, el resto no sirve para nada

  • Carmen (Almendralejo)

    No creo que debamos volver a lo que ha sido y sigue siendo esto.
    Creo que como tal la iglesia no funciona, desde hace muchos siglos porque perdío al frescura de la búsqueda…
    No podemos hacer niñ*s recien nacid*s cristian*s, y hacer de uan fiesta y el cocmpartir una mesa como algo de precepto de formalismo burocráticos.
    Debemos ir a la raíz de seguir unos principios donde nadie se preste a hacer juicios y sentencias de cuando es y cuando no es.
    Son las personas adultas, las que deben aceptar a formar parte de una comunida, como hiceran aquella primera, si se necesita dos años como sin es toda la vida, y donde solo en compartir unas ideas, un trozo de pan y un buen vino nos certifique dentro de aquella.
    Ni sacerdocio, divino, ni reyes ni profetas por el bautismo y otros por lo genital ¡Que barbariedad!
    Cuando mi sobrina Marta murió, fue bautizada porque estuvimos pendiente de ella, quien cobraba tenía el busca pero poco aparecia por el hospital, por la mañana una vueltita y no muy temprano ¡Claro!
    Tambien se le puso el nombre elegido por su padre y madre, las enfermeras le habían puesto María porque sí, sin pregutar a la familia.
    Estos de los sacramentos es una forma de recoger dividendo, si cada vez quieren menos hacer las comuniones religiosas pues mientras más chic*s mejor. Hoy se les hace fiestas laicas ¿…? otra como la anterior.

  • Manuel Puertas

    Enhorabuena a Margarita Pintos asi como a Antonio Vicedo y Javier Renobales, por sus atinados articulo y comentarios.
    Es de sentido comun que algo tan importante como la Eucaristia, se reciba y mas aun si es por primera vez, con la suficiente madurez  y teniendo una buena instruccion religiosa. Parece adecuado que se haga ya entrada la adolescencia y no a ninguna edad concreta.El catequista es el que debe valorar el grado de preparacion.No se entiende porque Monseñor quiere rebajar la edad.
    Se deberia en cambio preocupar del entorno en que habituamente se desarrollan tantas “Primeras Comuniones”. Muchas veces es una excusa para organizar un festejo  con banquete, musica, y jolgorio, y mejor echando la casa por la ventana, aunque no se llegue a fin de mes.Y al comulgante a menudo lo que mas le preocupa es los regalos que cree tiene derecho a  recibir : la playstation, la bici o lo que sea. Claro que se puede festejar una primera comunion.Pero lo apropiado es hacerlo de forma intima.
    Hacer del festejo  un elemento central del dia, es banalizar y trivializar el sacramento.Profanizarlo.
    ¿Donde queda la espiritualidad y la trascendencia?
    Es ademas muy grave, a mi juicio, el gasto disparatado que se hace muchas veces.¡ Cuantas miserias se podrian aliviar! ¿Es que esto no lo ve S.E.?
    Y otra cosa.Monseñor se permite con sus temerarias y  despectivas frases , agraviar a muchas familias. Pero ¿quien se cree que es?. ¿Como puede saber un celibe misogino como el ,lo que es una familia con sus alegrias, tristezas y problemas? Y crisis por supuesto. ¿O es que el no tiene crisis , que a lo mejor le secan la mollera todavia mas si cabe? . Monseñor pretende guiar la vida de las personas  por los apolillados manuales escolasticos que estudio en el Seminario.Que no se extrañe y escandalice si le critican.Deberia medir  sus palabras si quiere que los demas le traten con respeto. Mejor que piense lo que dice y que empiece por no decir inconveniencias.
    D. Antonio, vd. ofende .Es una pena que no se lo digan a la cara.
    Mal va la Iglesia cuando tamañas inteligencias ocupan puestos tan elevados como el de la Prefectura de la C. para el Culto Divino. La Iglesia española sigue cubriendose de gloria.
    S.E. estara (D.m.) en el proximo Conclave. Y es posible, al menos teoricamente,que llegue a ser elegido para sentarse en la Silla de Pedro. Seria de ver las genialidades que se le ocurririan al bueno de Dn. Antonio si alcanzase esa cumbre.Dios nos pille confesados.
     

  • josefa

    Totalmente de acuerdo con JavierRenovales
     Como si fuera magia la función de celebrar la  eucaristía. Ni por tal como se explica, ni por edad y su compromiso. Tampoco el bautismo debería administrarse sin conocimiento y consentimiento personal.
     Son necesariamente celebraciones que requieren preparaciones adecuadas desde la infancia.
    ¡”El día más feliz de mi vida”! Y hay niños que la solicitan por el  o los  regalos que esperan obtener. Y las familias…  se multiplican las razones.
    ¿La real?

  • pepe sala

    Para Margarita Pintos:
     
    El lío que se montó en mi casa a cuenta de mi primera comunión fue de ” armas tomar”. Mi madre era partidaria de que la hiciera con traje de marinero. Mi padre ( tragaba los asuntos eclesiásticos para no tener que pasar más veces aún por el cuartel de la guardia civil donde  le arreglaban la dentadura) decía que no se podía hacer semejante gasto con el montón de platos que había que llenar diariamente.
     
    A mí me parecía feísimo el jodido traje, pero si el hijo de Fidelón ( el más cabezota de  escuela y bruto como un arado) lo llevaría, ¿ por qué no lo podría llevar yo que me sabía el Catecismo de punta a rabo?
     
    Llegó el día tan señalado y ni traje de marinero, ni Cristo que lo parió. Mis gustos estaban más por conseguir calzar unos zapatos nuevos; pero tampoco se pudo. ¡¡ Qué le vamos a hacer!!… ( unas sandalias de aquellas que tenían refuerzos de goma suplieron a los zapatos de mis sueños…eran hasta bonitas.)
     
    El gran día se presentó soleado en Valmeo ( Liébana). El hijo de Fidelón se colocó, con su flamante traje de marinero, a mi izquierda. A mi derecha estaba una niña guapísima que se llamaba Pepita e iba vestida con un preciosos traje blanco de primera comunión. A mí me colocaron en el centro para que se viese bien mis pantalones cortos ( de” mil rayas”) y un jersey de punto que alguien regaló porque se le quedó pequeño a su dueño anterior.
     
    Bueno, nada extraño que no hubiera experimentado en otras muchas ocasiones. Lo importante estaba por llegar:
     
    Siempre había pensado que después de la primera comunión les daban regalos a los niños. Yo esperaba una propinilla para comprarme una canica de cristal de aquellas que tenían tan bellos colores dentro. Pasé el trago de la ceremonia y esperé la salida de la misa como al agua de Mayo.
     
    Todas las vecinas de pueblito me dieron besos y felicitaciones… una, incluso me regaló una estampita de la virgen María; pero la jodida peseta que costaba mi canica no aparecía por ningún lado.
     
    Una moza, muy amiga de mi hermana mayor, echó mano a la faltiquera y rebuscó entre sus pocas monedas:
    ” Ya está, pensé satisfecho y feliz, ya tengo mi canica de cristal”…
     
    Fracaso total.  Sacó una moneda de 5 centimos ( lo que se conocía como una ” perrina”) y ése fué mi único pago por saberme de carretilla el catecismo para hacer la primera comunión como ” dios manda”.
     
    El disgusto me duró una buena temporada; pero me sirvió para aprender a jugar a las canicas como un verdero campeón. No tenía rival y llené cestas de canicas de cristal cuando aprendí a apostar a las canicas.
     
    Supongo que no todos y todas que hayan tenido que pasar semejantes tragos de humillación han conseguido aprender a jugar a las ” canicas”. Los mismos que posibilitaron semejantes situaciones siguen en sus poltronas y púlpitos haciéndose pasar por guías de la ética y la moral.
    Su Dios se lo pague como se merecen. Yo sólo siento desprecio hacia ellos.
     
    Saludos, pues.

  • Antonio Vicedo

    Margarita, esto tuyo que copio como adhesión a tu artículo, es porque en ello veo concretado algo del problema fundamental del que tantas consecuencias eclesiales y humanas se derivan: “-Creo que lo realmente importante no es la edad, sino vivir la experiencia de una comunidad igualitaria en la que cada persona es reconocida, valorada y donde los más pequeños aprenden a vivir los valores que caracterizan a los seguidores de Jesús, si quieren vivir su fe en la tradición cristiana.”
    ¿Por qué hacer cuestión de la participación en el MEMORIAL DEL SEÑOR con todo lo que conlleva de  actualización vital de la fe en Jesús,  a quienes comunitaria, familiar  y ambientalmente intentan vivir el seguimiento a Jesús? ¿No se bautiza a los bebés,  e incluso hay que considerar incorporados como MIEMBROS al CUERPO del que JESÚS es CABEZA a TODOS LOS SERES HUMANOS?
    Si el SÁBADO es para la Humanidad y no al revés, traducido a cuanto Jesús  es, representa y significa para TODA LA HUMANIDAD ¿no son estas cuestiones intempestivas después de lo que el propio Jesús aclaro a la Samaritana junto al Pozo? ¿A que SACRALIDAD real nos estamos refiriendo con ese AQUÍ o ALLÍ de personas o edades, PRIMERAS, SEGUNDAS, o cualesquiera COMUNIONES? ¿No fue y es el ÚNICO impedimento para que Jesús pueda hacerse presente la cerrazón como oposición a su deseo de UNION y COMUNION con cualquier persona? Cualquier actitud de APERTURA para con Él, incluso la no concienciada plenamente, fue aprovechada por  Él para convertir su APROXIMACIÓN,  en circunstancia de SALVACIÓN.
    La mediación sacralizante y sacralizadora del CUERPO y SANGRE (De JESÚS) de SU MEMORIAL por Él confiado a LOS SUYOS, no está desvirtuando, falseando y aún imposibilitando que en las COMUNIDADES DE LOS SUYOS se cumplan sus deseos?
     ¿Este Jerarquismo-clericalismo no carismático ni comunitario (eclesial en tanto pueda ser asumido por cualquier miembro de la comunidad) no está dificultando e impidiendo que el máximo exponente del culto que EL PADRE espera recibir de sus auténticos adoradores (MEMORIA VIVA PARTICIPADA DE SU HIJO) resulte imposible o frustrado?
     ¿Cómo en cualquier COMUNIDAD CRISTIANA, imposibilitada de disponer de un clérigo funcional,  se puede en las presentes circunstancias canónicas realizar el MEMORIAL DE JESÚS? Y, si ello tiene la importancia que de lo que significa en la Iglesia esa EUCARISTÍA sobre la que TODO se fundamenta ¿Por qué no sacamos las consecuencias, ya no oportunas, sino NECESARIAS? ¿No estará pasando  con esto desde las cumbres vaticanas que: QUIEN DEMASIADO ABARCA en clericalismo, NADA CONSIGUE APRETAR? ¿Estará EL ESPÍRITU actuado, a su manera, para que no se pueda mantener lo que nunca se debió estructurar y establecer?

  • Javier Renobales Scheifler

    Que me perdone Margarita Pintos, que sin duda sabe mucho más que yo de todo esto y a la que tengo en gran estima, pero ¿cómo van a vivir los pequeños la experiencia de una comunidad igualitaria en la que cada persona es reconocida, valorada y donde los más pequeños aprenden a vivir los valores que caracterizan a los seguidores de Jesús, si quieren vivir su fe en la tradición cristiana, en una ICAR en la que la mujer es desechada, por el mero hecho de ser mujer, tanto del sacramento del orden como de los poderes que la jerarquía dirigente se reserva para sí en dicha Iglesia?
     
    La mujer, desde los siete años si se acerca a comulgar, y el resto de su vida, tiene ser consciente de que tiene que tragar –por cojones de macho, con perdón de la expresión- que es excluida, por decisión de los machos dirigentes y por pura conveniencia de éstos, sin razón válida alguna, de la estructura jerarquizada dictatorialmente impuesta en esa sociedad eclesial.
     
    En España hay una violencia machista muy arraigada y esa práctica abusiva católica no es ajena a dicha violencia, pues la ICAR mantiene firmemente una imagen en la cual la mujer es un segundo género, claramente inferior en la ICAR al de los machos que dirigen esa ICAR, pretendidamente asistidos por la imaginaria intervención del Espíritu de Dios, el cual es claramente impotente para evitar tanto este  abuso de los jerarcas católicos dirigentes como los demás abusos de éstos, lo mismo que es impotente para variar cualquiera de las leyes del universo.

  • Javier Renobales Scheifler

    ¿Comer la hostia es el alimento que les permite madurar y llegar a la plenitud a los niños católicos?
     
    Un poco de racionalidad es imprescindible. Pero si los católicos se tienen que tragar que la hostia, con las palabras del consagrado, se ha convertido en carne de una persona (Jesús), y el vino en sangre de esa persona, la racionalidad se deja de lado totalmente, para entregarse a la magia, al abracadabra que conviene al negocio católico manipulado por los jerarcas católicos. Y eso es peligroso, muy peligroso.
     
    Así no se llega a ninguna maduración ni a ninguna plenitud. De la misma forma que, haciéndose explotar con un cinturón de explosivos asesinando a cuantos enemigos se encuentren cerca, no se llega a ningún paraíso celestial, como creen los fundamentalistas islámicos, incluidas las madres de los así sacrificados, que se manifiestan gozosas de que sus hijos así asesinados por su religión se hayan instalado para siempre en ese imaginario y falso paraíso.
     
    Es el mismo fundamentalismo, el de los católicos que se creen lo que dicen los jerarcas como Cañizares. Pero el negocio es el negocio, dice el pueblo con esta ética suministrada por semejantes pretendidos pastores.
     
    Al negocio eclesial machista de Cañizares le vendrá muy bien, para aumentar y afianzar la clientela, tratar de atribuirse el monopolio del ‘alimento’, al que los jerarcas atribuyen cualidades graciosas para las personas, de ‘maduración y llegar a la plenitud’ (menos mal que no pretenden también que adelgaza y rejuvenece, en su afán de publicidad engañosa), pero a mi modesto modo de ver de racional no tiene nada, y sí de abuso de los pequeños (no sexual esta vez) que no pueden defenderse porque son pequeños y sus padres no les defienden porque fueron víctimas del mismo abuso.
     
    Les viene muy bien predicar que así el Espíritu divino abastece de la llamada Gracia Santificante a los niños (eso debe ser lo que según Cañizares les hace madurar y llegar a la plenitud, la famosa Gracia), pues necesitan que sea el Espíritu divino el que elija Papa al Papa de turno, para tratar así de atribuir al Papa poderes divinos y someter con ello a sus súbditos católicos.
    Los islámicos también se han tragado que Mahoma era infalible, por la misma pretendida ‘asistencia divina’ que se inventan estos fundamentalistas. Es el mismo fundamentalismo que llevó a los jerarcas católicos a proclamar que Dios les apoyaba en su Cruzada fascista-guerra civil española, y que Franco era Caudillo de España por la Gracia de Dios.
     
    Así es como las religiones asesinan, con estos fundamentalismos.

    Se impone exigir racionalidad, que es la base de la ética, no la religión.