Luz de verano entreverando tonos saltarines. Atraen las adolescentes como flores que cantan múltiples notas en las llanuras y bordes del campo. Como las nubes del crepúsculo tejen sus malvas mantos. Creación musical de los rayos del sol palilleando en el racimo. Destellantes caprichos para el conjunto del coro. Las voces inmaduras esperan el toque mágico.
No saben por qué dejaron atrás a sus minúsculos hermanos. Recuerdos de lo que ellos mismos fueron. No adivinan que donaron generosos su alimento para que el fruto valioso, que ahora es, creciera. Nunca se sintieron separados satisfechos de su entrega. Están ahí, testigos humildes de la vida que tira hacia delante. Su ausencia es sin embargo presencia. Paciente, al fin, es regalo alegre, vivo, cantarín del compartir …
Abrí mis manos, para sujetar
el universo enraizado,
abrí mis manos para que el cielo
no cayese, para que no acabase
hecho añicos sobre el firmamento
de mis ojos
Abrí mis manos y tan solo
pude escribir letras donde
el sol recrea del color
cada paleta, abrí mis manos
es ese campo estrellado…
Abrí mis manos, al interrogante
que desenmascara a la esperanza
que viciada queda en los posos
de aquella bebida sin sueños,
abrí mis manos para creer,
que la tristeza de la luna
no es por puro placer
ni por cansancio.
Abrí mis manos para dejar
preñada de música al alfalfo,
para que la opacidad dormida
de las hadas, no déjanse
sin viento a mi triste charco,
para ver que este puede ser
mares de océanos…
Queda oculto tras el color bullicioso,
tras el bullicioso maremágnum
de tonalidades, queda oculto aquel
dolor, que se alivia a borbotones,
proyectado en los océanos de sal
del nítido cristalino.
Tras el color, verde incipiente
agrupados en racimos,
lloran tus manos mis manos
de ti vacías,
aún percibo en ese racimo de colores
a la azada que fraguaron
de tu vino una quimera,
del emporio hecho golpe
a golpe solo una costra…
Allí te dejaste calar
en aquel río de flujo,
tu asumió hasta la raíz,
todas aquellas vidas que quedaron
oculta tras el color, hasta la
tu risa se quedó enredada
adjudicadas en la tierra coronada
de millaradas de vides.
Oculta está la gracia, tras el verde
de sus hojas,
paciencia impúdica bajo la labor
que mermó el torrente de sangre,
que dio color al sudor de tus
lágrimas impotentes,
en todo y cada uno de los repetido
último esfuerzo vespertinos.
Todo él ha quedado furtivo
A la espera,
de pretender adquirir el matiz,
bermellón corriente junto
a la greda,
fusionar agua, sol y yugo…
trasgredir al cansancio
de toda poda, todo injerto
y toda colecta.
Distintas en los circunstancial, iguales en lo esencial. Y todas agarradas al mismo racimo que les da la savia a cada una según su necesidad y momento de su proceso madurativo. Como la vida misma.
Luz de verano entreverando tonos saltarines. Atraen las adolescentes como flores que cantan múltiples notas en las llanuras y bordes del campo. Como las nubes del crepúsculo tejen sus malvas mantos. Creación musical de los rayos del sol palilleando en el racimo. Destellantes caprichos para el conjunto del coro. Las voces inmaduras esperan el toque mágico.
No saben por qué dejaron atrás a sus minúsculos hermanos. Recuerdos de lo que ellos mismos fueron. No adivinan que donaron generosos su alimento para que el fruto valioso, que ahora es, creciera. Nunca se sintieron separados satisfechos de su entrega. Están ahí, testigos humildes de la vida que tira hacia delante. Su ausencia es sin embargo presencia. Paciente, al fin, es regalo alegre, vivo, cantarín del compartir …
Abrí mis manos, para sujetar
el universo enraizado,
abrí mis manos para que el cielo
no cayese, para que no acabase
hecho añicos sobre el firmamento
de mis ojos
Abrí mis manos y tan solo
pude escribir letras donde
el sol recrea del color
cada paleta, abrí mis manos
es ese campo estrellado…
Abrí mis manos, al interrogante
que desenmascara a la esperanza
que viciada queda en los posos
de aquella bebida sin sueños,
abrí mis manos para creer,
que la tristeza de la luna
no es por puro placer
ni por cansancio.
Abrí mis manos para dejar
preñada de música al alfalfo,
para que la opacidad dormida
de las hadas, no déjanse
sin viento a mi triste charco,
para ver que este puede ser
mares de océanos…
¡Abrí mis manos!
Cada una a su tiempo… llegan a ser fruto bueno y grato al paladar, alimento para la ¡Vida!.
mª pilar
OCULTO TRAS EL COLOR
Queda oculto tras el color bullicioso,
tras el bullicioso maremágnum
de tonalidades, queda oculto aquel
dolor, que se alivia a borbotones,
proyectado en los océanos de sal
del nítido cristalino.
Tras el color, verde incipiente
agrupados en racimos,
lloran tus manos mis manos
de ti vacías,
aún percibo en ese racimo de colores
a la azada que fraguaron
de tu vino una quimera,
del emporio hecho golpe
a golpe solo una costra…
Allí te dejaste calar
en aquel río de flujo,
tu asumió hasta la raíz,
todas aquellas vidas que quedaron
oculta tras el color, hasta la
tu risa se quedó enredada
adjudicadas en la tierra coronada
de millaradas de vides.
Oculta está la gracia, tras el verde
de sus hojas,
paciencia impúdica bajo la labor
que mermó el torrente de sangre,
que dio color al sudor de tus
lágrimas impotentes,
en todo y cada uno de los repetido
último esfuerzo vespertinos.
Todo él ha quedado furtivo
A la espera,
de pretender adquirir el matiz,
bermellón corriente junto
a la greda,
fusionar agua, sol y yugo…
trasgredir al cansancio
de toda poda, todo injerto
y toda colecta.
La belleza, trasciende los limites de nuestro razonamiento y nos pone en comuniòn con el UNIVERSO QUE ES MULTICOLOR Y VIVO…Gabriel
Fiesta de otoño
Globos y serpentinas
Surgen del suelo
¡Son arco irrris!! Hasta en las uvas
Los chinos las fabrican mucho más naturales y las venden por un euro.
Distintas en los circunstancial, iguales en lo esencial. Y todas agarradas al mismo racimo que les da la savia a cada una según su necesidad y momento de su proceso madurativo. Como la vida misma.
¡¡ Bahhhf, ni están maduras !!!!
Saludos.