No hace falta mucho para que la gente reaccione con impaciencia y lo que iba a ser una fiesta acabe en tragedia. Doce personas muertas y catorce heridas al cruzar las vías en la pequeña estación de la Playa de Casteldefells y ser embestidas por un tren de largo recorrido a gran velocidad. Era la noche “mágica” de San Juan. ¡Querían llegar antes de la medianoche a la playa!
Aún no están identificados los cadáveres. Pero se adelanta que el grupo de unas treinta personas, casi todos jóvenes, que tomó esa decisión de cruzar las vías eran inmigrantes latinoamericanos. Los cónsules de Colombia, Ecuador, Chile y Bolivia han sido han sido advertidos de ello. El paso subterráneo de 3.50 metros estaba aglomerado pues acababan de llegar en un tren de cercanías unas 600 personas. Eran las 23,30 y todos tenían la intención de llegar a la cercana playa antes de medianoche. La impaciencia debió llevar a las víctimas a cruzar por la vía para acceder más rápido al otro lado de la estación. Una imprudencia más, pero con un resultado tremendamente trágico.
Como siempre habrá una investigación para depurar responsabilidades. ¿Se podría haber previsto? Desde luego en una noche como ésta se podía suponer la cantidad de gente que iba a acudir por la noche a la playa, pues es costumbre encender hogueras y fuegos artificiales, y bañarse a continuación.
Pero, ¿se pueden prever todos los riesgos que es capaz de asumir una persona cuando está acostumbrada a dejar que su vida trascurra llevada por el grupo y el atolondramiento?
Éste ha sido el accidente más grave por la cantidad de víctimas. Pero continuamnte están pasando de forma individualizada. Esa misma noche hubo al menos otro en Cataluña.
Sean las que sean las causas, nos unimos al tremendo dolor de estas familias trabajadoras del cinturón industrial de Barcelona que vieron salir a sus hijos para la fiesta, tradicional en su tierra de acogida, de la primavera y la vida y los han recobrado destrozados o muertos.
- Ver la última edición de Tragedia Ferroviaria en El País.
La hoguera de S. Juan aún no pudo coger ese pedazo de papel para quemar aquellas dejadez de parte de las autoridades…
Si es una fiesta, donde se reunen miles de personas que solo pueden cruzar por un lugar ¡Pongamos los medios! para que ese paso sea visible y seguro, había ambulancias ¿Por qué no, focos y el paso elevadizo abierto?
¿Los policias municipales? que aúnque se llamen con otro nombre son tan ineficaces en (en las ocasiones más cruciales) como la de mi pueblo, que solo se la ven en acto político masivamente y puntualmente.
¿Será porque cobran de los Ayuntamientos?
Un abrazo para los familiares.
Se podría decir muchas cosas de este accidente y de otros con trenes, en todo el mundo…
Pero elijo acompañar en el dolor y el luto, con la Esperanza de la Vida Eterna en el corazòn…(es mi forma de sentirlo)…Creo firmemente que la Vida siempre tiene la última palabra, màs allá del poder de la muerte…Animo, estamos con ustedes…las familias de las personas accidentadas.- Gabriel
Tragedia para todas las sensibilidades. Gracias, por poder expresar nuestras condolencias a los familiares, amigos, a los vecinos de Castelldefels y a los trabajadores de RENFE.
Cuando nos ajustamos estrictamente a la ley para tranquilizar conciencias y sobre todo responsabilidades, nos damos cuenta en acontecimientos como éste, hasta qué punto el sólo cumplimiento de normas preestablecidas no es suficiente, es decir preventivo.
Lo que en situaciones normales, la ley de seguridad, como su nombre indica, lo puede ser con creces, no lo es, sin embargo, cuando se tornan excepcionales. Porque la ley llega hasta donde llega, pero es incapaz de ir más allá o más acá por sí sola de prever hechos no deseados. Ese plus es de cultura.
Para evitar y prevenir toda clase de hechos indeseados, hace falta crear conciencia de que lo imprevisible puede ser posible. No debemos aceptar sin más que los accidentes NO son evitables, de tal manera, que se cierra la carpeta de trabajo de la gestión preventiva en la que todo se concibe interrelacionado. Ninguna posibilidad, por mínima que sea, se queda fuera de consideración, poniendo a disposición todo el presupuesto que haga falta, si es con el objetivo de evitar y prevenir incidentes no deseados. Hacer de continuo, en definitiva, con dos sencillas palabras llenas de contenido: Cultura Preventiva.
Unos simples altavoces en el tren recordando antes de bajar en la estación que está prohibido cruzar por las vías, el comunicado de la proximidad de un tren de largo recorrido a gran velocidad, para alejarse del borde del andén, recomendar que lean todas las indicaciones en carteles antes de tomar una dirección, y en la misma estación previniendo y recomendando de nuevo. Además de añadir en circunstancias especiales, guardias de seguridad por la confusión que se produce en aglomeraciones multitudinarias.
Éstas y otras medidas pueden hacer realidad que los accidentes, incidentes, es decir, hechos no-deseados sean evitables. Ahora ha tocado a RENFE, pero esto mismo, puede acaecer en cualquier empresa o lugar de trabajo donde se cumple estrictamente la ley, es decir, no se traspasa el umbral de lo normativo y establecido, tras asesorarse de buenos abogados que hacen bueno, incluso lo que se desliza por el filo de la navaja.
Pero, por desgracia, se olvida, no se hace real, lo que quiere decir integración de la gestión preventiva en todos los procesos y actividades del trabajo, es decir, desde la percepción concienciada de que todo trabajo, sin excepción, está interrelacionado, de que todo tiene que ver con todo, aunque haya gran distancia en el tiempo y el espacio. Concienciar, integrar, real-izar de forma continua, hasta que sea una manera preventiva natural de hacer y proceder.
De esta forma, se tiene en cuenta que incurrir en un accidente, incidente o cualquier hecho no-deseado no es cosa de un único motivo o sola persona, sino que pueden intervenir diversas causas que son muy anteriores y alejadas al concreto hecho indeseado. Absolutamente todo tiene que ver con todo, es decir, lo que decide el gerente, el jefe, el encargado etc …repercute, sin duda, hasta el último eslabón de la cadena, pasando por los diferentes procesos y personas que los realizan, de tal modo que nada ni nadie queda fuera de la manera de hacer la gestión preventiva, que se integra en todos los procesos, con la implicación de todas las personas de la empresa o lugar de trabajo.
Lo inevitable son las muertes ya acaecidas, que todos sentimos. Pero hemos de evitar, con todos los medios que disponemos y que están a nuestro alcance, hacer real el lema que los accidentes, incidentes y hechos no-deseados son inevitables, cuando SÍ se pueden evitar con una completa integración empresarial, de los procesos y las personas, en la responsable, participativa y creativa gestión preventiva.
Creo general el sentimiento de pesar de todo el país por esta tragedia. Me revela que se estén buscado culpables, cuando el verdadero culpable no es más que la irresponsabilidad de las personas que eligieron cruzar las vías, y también la que diariamente incurrimos los ciudadanos de este país. Evidentemente ese túnel de muerte, por el que han pasado las víctimas, no es el que se había construido precisamente para facilitar el paso a las personas sin tener que exponer sus vidas, y no me vale el incidir en su aforo, pues, lo supongo suficientemente necesario para el uso previsto.
Unámonos en oración al dolor de esos padres, que vinieron a nuestro país buscando un horizonte y una luz nueva en sus vidas y han topado con la negrura de la tragedia y de la muerte.
Lo más lamentable es que los sacrificados siempre son los más débiles y los sencillos.
Trato bastante con latinos, y me dolió tanto como si los conociera uno a uno. Un abrazo.
En otro lado acabo de agradecer une enorme ganancia…
Y aquí me lamento de esta gran pérdida sucedida en Casteldefells que llena de dolor a tantas familias.
Qué pena y qué dolor tan inmenso para las familias de las víctimas. Ver cómo sus seres más queridos se iban a disfrutar de la vida, y cómo la vida se le fue en un absurdo accidente.
Aunque sé que no sirve para nada, por lo menos, yo quiero manifestar mi sentimiento de solidaridad con su dolor.