Somos.
Como el chorro de la fuente, así te veo, así me veo, así “somos”. Pensamientos sin freno que surgen sin descanso, que engañosamente nos modelan, hasta reducirnos y vernos en sus reflejos lo que no somos: la voz sinuosa, engarzada en la cabeza.
Como el agua de la fuente que fluye incesante y se hace arroyo, río, mar y océano, así es el cuerpo, la psique, así somos. Un juego impenetrable de fluidos, misterioso y transformante.
Como el fluir cristalino, atento y silencioso de la fuente, emergiendo inagotable , fuera del espacio y tiempo, en unidad-sin-fisuras, inundando de vida, irradiándose oculto en amor expandido, así se revela la dimensión profunda de la Realidad de todo lo que Es , de lo que todos somos.
Serenidad, alivio en el cansancio, agua limpia, fresquita, clara… que repone nuestras fuerzas y anima a seguir en el camino.
Siempre agradecidos por cuanto nos regala la madre naturaleza.
mª pilar
Cañaveral, tú que reverdeces en el límite
y los confines del brocal,
desparramándote despejado,
como el surtidor cantarino,
del cañaveral reverdecido.
Como fontanal mitológico e improvisado,
que dorado fuiste bajo el rayo diurno,
dentro de ti se esconde, el cañaveral,
surgiendo del agua,
emanando diálogos, fluyes cañaveral
como el oro cristalino,
germinas desde las raíces
desde la jácaras del primer hilo,
subterráneo, tú bailas para hacerte fuente
¡Cañaveral…!
Caña que naces del núcleo jugoso, lecho
de verde y familiar barro,
Pretil de musgo verde y dorado,
de sol y luna…
De estrellas enajenadas de la vida
confías la frescura en estas mis sedientas
manos.
Musgo, que tapizas el lecho
de la jugosa barbacana,
torrecilla de piedra alfombrada,
crisol, espejo de mis ojos
mirados,
de los labios sediento,
fuente secreta del Cañaveral,
de cada uno de los sueños de la sedientas
manos que a ti se debilitaron…
Cañaveral, verde y dorado en el diurno rayo,
Pretil de sueños colmados
¡cañaveral!
¡No son espejos, son semblantes! Perdonad, pero recité de memoria -como ahora, espero no equivocarme de nuevo- y el poeta merece ser bien citado:
Oh cristalina fuente
Si en esos tus semblantes plateados
Formases de repente
Los ojos deseados
Que tengo en mis entrañas dibujados.
San Juan De la Cruz Cántico espiritual
Oh cristalina fuente
Si en esos tus espejos plateados
Formases de repente
Los ojos deseados
Que tengo en mis entrañas dibujados
San Juan de la Cruz Cántico Espiritual
Apreciando, valorando y agradeciendo las aguas cristalinas de las Fuentes de Atrio, porque “tuve sed y me disteis de beber”…
Somos.
Como el chorro de la fuente, así te veo, así me veo, así “somos”. Pensamientos sin freno que surgen sin descanso, que engañosamente nos modelan, hasta reducirnos y vernos en sus reflejos lo que no somos: la voz sinuosa, engarzada en la cabeza.
Como el agua de la fuente que fluye incesante y se hace arroyo, río, mar y océano, así es el cuerpo, la psique, así somos. Un juego impenetrable de fluidos, misterioso y transformante.
Como el fluir cristalino, atento y silencioso de la fuente, emergiendo inagotable , fuera del espacio y tiempo, en unidad-sin-fisuras, inundando de vida, irradiándose oculto en amor expandido, así se revela la dimensión profunda de la Realidad de todo lo que Es , de lo que todos somos.
Arregi! Joxe·
Para que veas que sabemos apreciar el agua de tus fuentes.
Agua que no has de beber ¡déjala correr!
Serenidad, alivio en el cansancio, agua limpia, fresquita, clara… que repone nuestras fuerzas y anima a seguir en el camino.
Siempre agradecidos por cuanto nos regala la madre naturaleza.
mª pilar
Jn. 7, 38…Dame de beber esa agua clara, siempre…y alibia nuestro agobio.- Gabriel
CAÑAVERAL…
Cañaveral, tú que reverdeces en el límite
y los confines del brocal,
desparramándote despejado,
como el surtidor cantarino,
del cañaveral reverdecido.
Como fontanal mitológico e improvisado,
que dorado fuiste bajo el rayo diurno,
dentro de ti se esconde, el cañaveral,
surgiendo del agua,
emanando diálogos, fluyes cañaveral
como el oro cristalino,
germinas desde las raíces
desde la jácaras del primer hilo,
subterráneo, tú bailas para hacerte fuente
¡Cañaveral…!
Caña que naces del núcleo jugoso, lecho
de verde y familiar barro,
Pretil de musgo verde y dorado,
de sol y luna…
De estrellas enajenadas de la vida
confías la frescura en estas mis sedientas
manos.
Musgo, que tapizas el lecho
de la jugosa barbacana,
torrecilla de piedra alfombrada,
crisol, espejo de mis ojos
mirados,
de los labios sediento,
fuente secreta del Cañaveral,
de cada uno de los sueños de la sedientas
manos que a ti se debilitaron…
Cañaveral, verde y dorado en el diurno rayo,
Pretil de sueños colmados
¡cañaveral!
Ojo! que no hay grifo…
Sólo las manos… vacias .
Saludos.