HAY en mi tierra un milagro
que hace enmudecer al cielo…
¡El almendro florecido
en el corazón de enero…!
Un grito de amor y fiesta
entre cristales de hielo…;
un gabriel de anunciaciones
tembloroso de misterios…
Hay en mi tierra un milagro
que hace arrodillarse al cielo.
Un patriarca de luces esperaba
y desperté mis aves
me abracé a las risueñas ramas
y arrojando muy lejos un fantasma de sombras
deseché sus historias
sin voces
sin olivos
para buscar mis briznas con estrellas
plegar la noche
e iniciar el vuelo
cantando
las breves criaturas del día nuevo
Agua, no tienes color y sin embargo
Te veo, en el tronco de la encina,
En las hojas del verde roble,
En la flor que emerge, como emerge
El Arco iris en la cortina celestial
Entre la lluvia el rayo de sol, Agua…
Silenciosa te quedas, para dar vida
A la tierra mal herida, tú agua
Cristalina, te engulles en cada terruño
y al yermo espacio le bordas un verde
y tupido leño, Agua…
Agua silenciosa y fructífera, cálida
Y refrescante en mi ojos y garganta, agua…
Estampa conexa, ligada a la mejor paleta
De quien un día creara el lienzo donde
Mi alma canta, esperando disfrutando
De la vida, palpitando en esta embriagada
Esencia, perfume en flor,
¡Blancas enaguas! Sabio olor a tierra y…
¡A agua!
La luz que deja ver tras-pasa, con-junta y unifica las diferencias. Todo es bello, todo está bien. El monte su testigo se interrelaciona y lo acoge en su ser.
Se puede oir…. crecer la hierba.
Saludos.
HAY en mi tierra un milagro
que hace enmudecer al cielo…
¡El almendro florecido
en el corazón de enero…!
Un grito de amor y fiesta
entre cristales de hielo…;
un gabriel de anunciaciones
tembloroso de misterios…
Hay en mi tierra un milagro
que hace arrodillarse al cielo.
¡Quien a buen árbol se arrrima,
buena sombra le cobija!
Cuajado de flor
El silencio del valle
Reverbera al sol
DESPERTAR – Marta Ruffini
Un patriarca de luces esperaba
y desperté mis aves
me abracé a las risueñas ramas
y arrojando muy lejos un fantasma de sombras
deseché sus historias
sin voces
sin olivos
para buscar mis briznas con estrellas
plegar la noche
e iniciar el vuelo
cantando
las breves criaturas del día nuevo
Sin palabras deja “Agua” …
Carmen, Gracias… Un beso.
¡AGUA…!
Agua, no tienes color y sin embargo
Te veo, en el tronco de la encina,
En las hojas del verde roble,
En la flor que emerge, como emerge
El Arco iris en la cortina celestial
Entre la lluvia el rayo de sol, Agua…
Silenciosa te quedas, para dar vida
A la tierra mal herida, tú agua
Cristalina, te engulles en cada terruño
y al yermo espacio le bordas un verde
y tupido leño, Agua…
Agua silenciosa y fructífera, cálida
Y refrescante en mi ojos y garganta, agua…
Estampa conexa, ligada a la mejor paleta
De quien un día creara el lienzo donde
Mi alma canta, esperando disfrutando
De la vida, palpitando en esta embriagada
Esencia, perfume en flor,
¡Blancas enaguas! Sabio olor a tierra y…
¡A agua!
La luz que deja ver tras-pasa, con-junta y unifica las diferencias. Todo es bello, todo está bien. El monte su testigo se interrelaciona y lo acoge en su ser.
Arrimadito a aquel roble,
di palabra a una morena.
El roble será testigo
y ella será mi cadena.