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El caldo de cultivo de una vida sin escrúpulos

Acaba de publicarse oficialmente el comunicado con que concluye los trabajos la comisión encargada de estudiar el estado de la Legión de Cristo  tras los escándalos descubiertos en la vida y muerte de su fundador, Marcial Maciel. El texto completo puede verse en el Servicio de Información del Vaticano, VIS en español15811

 

Aquí destacamos los dos puntos más significativos sobre cómo se han podido ocultar estos hechos. En el resto domina la preocupación por el futuro de las personas (“un gran número de religiosos ejemplares, honestos, llenos de talento, muchos de los cuales jóvenes”) y de la institución que deberá ser renovada o recreada a fondo.

 2. La visita apostólica ha podido comprobar que la conducta del padre Marcial Maciel Degollado ha causado consecuencias serias en la vida y en la estructura de la Legión, hasta el punto de que requiere un camino de profunda revisión.
  Los gravísimos y objetivamente inmorales comportamientos del padre Maciel, confirmados por testimonios incontrovertibles, representan, en algunos casos, auténticos delitos y manifiestan una vida sin escrúpulos ni auténtico sentimiento religioso. Esta vida era desconocida para gran parte de los Legionarios, sobre todo por el sistema de relaciones entretejido por el padre Maciel, que hábilmente había sabido crearse coartadas, ganarse la confianza, amistad y silencio de los que le rodeaban y reforzar su propio papel de fundador carismático.
  En ocasiones, un lamentable descrédito y alejamiento de cuantos dudaban de su recto comportamiento, así como la errada convicción de no querer dañar el bien que la Legión estaba realizando, habían creado a su alrededor un mecanismo de defensa que le permitió ser inatacable durante mucho tiempo, haciendo que, por consiguiente, fuera muy difícil conocer su verdadera vida.

3. El entusiasmo sincero de la mayoría de los Legionarios, que ha emergido también en las visitas a las casas de la congregación y a muchas de sus obras, apreciadas por numerosas personas, ha llevado a muchos en el pasado a pensar que las acusaciones, que iban siendo cada vez más insistentes y se iban multiplicando, no podían ser más que calumnias.
  Por lo tanto, el descubrimiento y el conocimiento de la verdad acerca de su fundador ha provocado en los miembros de la Legión una sorpresa, un desconcierto y un profundo dolor, que los visitadores han evidenciado de diferentes maneras.

 

      Pero, llegados a este peunto, permitidme que dude que la iglesia vaya a sacare de este hecho paradigmático las enseñanzas denidas en la misma extructura de gobierno de la Iglesia católica y de muchas de sus instituciones internas.

      No es suficiente con que se revisen las constituciones de la Legión. La revisión debería ir mucho más lejos.

      ¿Cuantas constituciones de congregaciones religiosas, incluidas las de otros poderosos y peculiares organismos como el Opus Dei o el Camino Catecumenal, incluyen concentración  de poderes, culto de la personalidad y prácticas de obediencia capaces de crear en torno a sus líderes los mismos mecanismos de defensa que permitieron a Maciel “ser inatacable durante mucho tiempo” y convencer a los miembros de que las críticas a la institución “no pueden ser más que calumnias”?

      ¿Acaso en la raíz de esa hipocresía religiosa no está el mismo carácter sagrado con que la doctrina tradicional de la Iglesia reviste a ciertas personas para que “ejerzan poderes”, colocándoles en una situación de superioridad respecto al resto de la comunidad, que nunca puede fiscalizar el ejercicio de su autoridad? La estructura tradicional del clero y del mundo religioso es como un caldo de cultivo excelente para que crezcan fenómenos de fariseísmo y abuso de poder que no llegarán al extremo de Maciel, pero que producen muchas víctimas.  Y pienso, por ejemplo, en tantas personas de buena voluntad que han tenido que soportar los caprichos y las neuras del párroco, del superior religioso o del obispo sin capacidad de defender su dignidad y el principio de corresponsabilidad, pues “el que manda está puesto para eso por el mismo Dios“.

      Y finalmente, pienso en las víctimas concretas del caso Maciel y todo lo que tuvieron que sufrir algunos, al llegar a adultos, para iniciar y mantener un camino de denuncia de los hechos. En primer lugar los ocho magníficos, los  denunciantes (más otro, que murió tras dejar su testimonio) y el buenísimo P. Alberto Athié que les animó a llevar a cabo esta acción a Roma, por los cauces legales, aunque le costó la total marginación por parte de las autoridades eclesiásticas. .

      Personalmente, cuando en 2001 tuve conocimiento de los hechos no dudé un momento en ellos. Y tuve que oír muchas veces críticas sobre los extraños caminos hacia donde estaba conduciendo esta página. ¿Cómo podía dar crédito a esas calumnias sobre un fundador tan santo? Aquí en España tuvimos la ayuda de un valiente periodista, José Martínez de Velasco, y de algunos ex-legionarios, como Emilio Bartolomé, que escrtibió varios artículos para ATRIO

      Con fruto, el que tenga tiempo, puede dar una mirada rápida a todo lo recogido en el Dossier de ATRIO sobre Maciel.24614

      Pero sobre todo, leed por favor la Carta al Papa que ¡hace doce años y medio! dirigieron a través del nuncio los denunciantes, aún de manera discreta, pues nunca quisieron organizar un gran escándalo.

      Yo no sé si Juan Pablo II llegaría a leerla. Pero seguro que Ratzinger sí que la leyó. Él tenía arenado en el Santo Oficio la denuncia presentada en forma jurídica por los denunciantes unos años antes. La única palabra que consiguió arrancarle una persona que se interesó en ella fue que “Maciel era intocable”, porque el papalo quería mucho . El que hoy presume de luchador contra contra la pederestia, ¿no vió en esa denuncia y en esta carta indicios suficientes de honradez y verdad para iniciar una seria investigación?

10 comentarios

  • Gabriel Sanchez

      Hay una larga historia que nos demuestra, duramente, que el poder y las riquezas nos llevan a lugares oscuros, debe ser por eso que Jesús dijo aquello de es más facil que un camello pase por aguja de coser, que que un rico entre en el Reino de los cielos…Gabriel

  • Cierto Sarrionandia, hay monstruosidades mayores y menores, y de un tipo y de otro. La mayor monstruosidad creo que es el interés con que se presta el dinero. Porque asfixia a la vida humana en todo el planeta. Asfixia la vida hasta la muerte de millones de personas. Es un cancer que amenaza metástasis para la sociedad humana.
    Si queremos sanear la vida económica global, hemos de revisar con una gran lupa, que es eso del interés del capital. El economista Silvio Gesell, ya apuntaba por ahí. Gloria a el que nos abría los ojos.
    Tengo archivado unos vídeos, con el objeto de aprender de estos vídeos, y que copio aquí la dirección del primero. No sabia que precisamente en los incipientes EEUU. se prestaba dinero sin intereses. los padres fundadores de EEUU. fueron unos tipos grandes.
    La madre tenebrosa de nuestros principales males, es el interés del dinero, y eso tiene solución.

  • ana rodrigo

    Pienso que cada problema que plantea el caso Maciel tiene su propia entidad. Es grave la vida de este delincuente, es grave el sufrimiento de las víctimas, es gravísimo que hubiese tantos encubridores, cómplices y corruptos en todos los niveles, y es gravísimo el grado de corrupción, encubrimiento, e indiferencia en las altas instancias vaticanas.
     
    Cuando leía la carta al Papa por parte de un grupito de denunciantes, no salía de mi asombro de cómo era posible que nadie hiciese nada, desde el que recibió la carta en persona hasta todos los eslabones por los que debió pasar.
     
    Acabo de escuchar a un ex legionario que decía que cuando él era responsable de la educación de un seminario de menores entre 10 y 15 años y presenció una abuso en directo y tuvo conocimiento de otros, cuando lo denunció a sus superiores y le prometieron que ellos se encargarían de todo, lo que hicieron fue expulsar a los menores en cuestión. Y que el voto de secreto los tenía atenazados, y los papas respectivos lo consintieron todo durante años y años.
     
    Yo considero gravísimo todo lo ocurrido entorno a Maciel, cuántas personas consintieron y se vendieron a tanta injusticia y crueldad. ¿Por qué siguen en activo los cardenales implicados y corruptos? ¿Cuánto sabía y cuánto calló el actual Papa cuando era el responsable de la disciplina en la Iglesia?

    Y no debemos despreciar todo esto porque haya otros problemas cuantitativamente mayores. Cada víctima merece el respeto a su sufrimiento.

  • Luis:
    La aventura de Maciel con sus desviaciones sexuales, como dices, es sórdida y repugnante. Pero lo más grave es que comprara con dolares la voluntad de curIales y del Papa para que lo promocionaran como Santo Fundador de los Legionarios. Sin embargo, con toda la gravedad del caso, la doble vida de Maciel no merece tanta indignación y resulta farisaica frente a la miseria económica creciente de nuestro mundo.
    Si Caín hubiera estuprado a Abel antes de matarlo, el homicidio hubiera sido más grave que el estupro!

  • Sarrionandia:
    “Es más escandalosa la indiferencia ante los que mueren por la miseria producida por la acumulación de la riqueza que por las aventuras novelescas de Maciel.”

    Lo siento pero esto de arriba, me chirría. Se puede escribir una novela de cualquier tema. Pero… las aventuras de Maciel más que  novelescas, son repugnantemente sórdida creo yo, dignas de estudio por los psiquiatras. Leer de la vida de este degenerado escandaliza al mas curtido y habituado a las miserias del mundo.
    Y quiero decirte también, que en la vida hay muchas cosas escandalosas, y que un escandalo no tapa otro. ¿O acaso no procede hablar de Maciel.?

  • M. Luisa

    Si la iglesia no se renueva a partir de esta escandalosa oportunidad, querido Fico,  el daño será mucho  mayor que si de hecho llegara a desaparecer,  pues, siendo  esto algo impensable,  si así sucediese   no significaría  que de ella estuviera  todo perdido.

  • Fico Sánchez Peral

    Respetando, evidentemente, la mirada prioritaria hacia las víctimas directas de los abusos; el día que la jerarquía -con el papa a la cabeza- reconzca ante sí misma el daño terrible que, por evitar su personal descrédito amparados en el daño que ello causaría a la Iglesia, ha causado a ésta un desprestigio y un descrédito mucho mayores que los que pretendía evitar; a uno no se le ocurre que pasaría si recuerdan aquello de: «…al que dañare o escandalizare a uno de mis pequeñuelos, más le valdría atarse a una rueda de molino y tirarse al mar…» Aunque (¡que ingenuidad!) lo más probable es que siga sin pasar nada.
     
    Intento no ser descalificador ni apocalíptico, y no manifiesto una opinión sino una preocupación, pero me resulta imposible de entender, cómo a estas alturas, la jerarquía religiosa podría seguir creyendo –con un sólo gramo de realismo y honestidad- que representa en la Iglesia algo más que a sí misma. No me cabe en la cabeza que, en pleno siglo XXI, esto pueda volver a acabar como acababan las cosas siglos atrás: en nada de nada. No lo entiendo…, no puede ser…; tiene –de una vez por todas- que servir para renovar la iglesia o serán causantes de su desaparición, con el terrible daño que ello significaría.

  • Antonio Vicedo

    Gracias, Antonio, por ofrecernos en Atrio tus manifestaciones y respaldos testimoniales sobre cuestión tan importante y de consecuencias tan imponderables para cuanto, aun con apariencias de construcción sacra y pétrea fortaleza, estaba asentado sobre la arena movediza de la incoherencia y falsedad hipócrita.
    Es verdad que, en asuntos de tanta importancia y trascendencia para la Causa de Jesús, que es también la de la Humanidad, ha tenido que pasar demasiado tiempo y que converger demasiadas circunstancias  irrefutables para que los datos analíticos de esta infección de desorden  tan grave y cómplice ocultamiento del mismo,  se estén incorporando al ya inevitable diagnóstico, al que aún no se le quiere ofrecer la adecuada terapia de  consecuente medicación o cirugía,  ordenada a sanear el foco estructural de la enfermedad,
    Confiemos que no siga sucediendo lo que por desgracia ha pasado  en algunos hospitales en los que, por falta de esterilización de materiales o impericia o irresponsabilidad de profesionales, la terapia aplicada a la enfermedad sea en realidad una potenciación cómplice de mayor infección y gravedad.
    Ahora está apareciendo la grave implicación cómplice del considerado Ministerio Apostólico (Episcopado, Curias y sucursales) en los asuntos de abusos de pederastia (caso particular de abusos sexuales  de poder sobre menores) por tolerante y desviada ocultación. 
    Pero estamos ante la punta del Iceberg en cuyo gélido y amenazante bloque cristalizan los hechos de complicidad encubridora, cuando no partícipe, de abusos de poder políticos y económicos con resultados de  vejaciones humanas y hasta crímenes, no     sólo en tiempos ya lejanos de violencias sagradas, sino de, como quien dice, de ayer por la mañana, por la tarde, o aún por la misma noche, cuyas denuncias merecieron y están mereciendo en las altas sedes, la misma consideración de secretos estructurales que estos a los que el tema se refiere.
    ¿Nos suena a algo el silencio sobre complicidades  ministeriales de acciones o encubrimientos de co-abusos criminales del Poder Sagrado con otros Poderes Fácticos?
    -También llegaron, a su tiempo,  al Vaticano,  Cartas y Dosieres, alertando responsablemente de implicaciones y acontecimientos muy graves.
     

  • Evidente que la actual organización eclesiástica produce esta supuración tan escandalosa, debido a la enrevesada moral sexual que la caracteriza. Sin embargo no creo que haya derecho a embanderarse en el escándalo cuando los jerarcas defienden la riqueza que está matando a millones. Es más escandalosa la indiferencia ante los que mueren por la miseria producida por la acumulación de la riqueza que por las aventuras novelescas de Maciel.
    Dicen que estas noticias están frenando la próxima beatificación de Juan Pablo II. Yo pienso que en la medida que se vaya deshacendo el secretismo vaticano, es muy posible que se llegue a saber cómo sucedio la muerte de Juan Pablo I, otro de los Hechos que oscurecen la figura de quien elevó a cardenal al obispo Marcinkus, financista que reprochó al Espíritu Santo la equivocación de elegir Papa a mgr. Luciani.

  • oscar varela

    Hola Antonio Duato!

    Muy bien!

    ¡Vamos todavía!
    aun renqueando.

    Un abrazo – Oscar