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Dos cosmologías en conflicto

      El premio Nobel de economía Joseph Stiglitz ha dicho recientemente: «el legado de la crisis económico-financiera será un gran debate de ideas sobre el futuro de la Tierra». Concuerdo plenamente con él. Veo que el gran debate será en torno a las dos cosmologías presentes y en conflicto en el escenario de la historia.earth_care

      Por cosmología entendemos la visión del mundo —cosmovisión— que subyace a las ideas, a las prácticas, a los hábitos y a los sueños de una sociedad. Cada cultura posee su respectiva cosmología. Mediante ella se procura explicar el origen, la evolución y el propósito del universo, y definir el lugar del ser humano dentro de él.

      La nuestra actual es la cosmología de la conquista, de la dominación y de la explotación del mundo, con vistas al progreso y al crecimiento ilimitado. Se caracteriza por ser mecanicista, determinista, atomística y reduccionista. Por causa de esta cosmovisión, se crearon innegables beneficios para la vida humana, pero también contradicciones perversas como que el 20% de la población mundial controle y consuma el 80% de todos los recursos naturales, generando un foso entre ricos y pobres como nunca antes ha habido en la historia. La mitad de las grandes selvas ha sido destruida, el 65% de las tierras cultivables, perdidas, cerca de 5.000 especies de seres vivos desaparecidas anualmente y más de mil agentes químicos sintéticos, la mayoría tóxicos, esparcidos por suelo, el aire y las aguas. Se han construido armas de destrucción masiva, capaces de eliminar toda vida humana. El efecto final es el desequilibrio del sistema-Tierra que se expresa por el calentamiento global. Con los gases ya acumulados, en el 2035 se llegará fatalmente a un aumento de 2 grados centígrados, y si no se hace nada, según ciertas previsiones, a finales de siglo serán 4 ó 5 grados, lo que volverá la vida, tal como la conocemos hoy, prácticamente imposible.

      El predominio de los intereses económicos especialmente especulativos, capaces de reducir países enteros a la más brutal miseria, y el consumismo han trivializado nuestra percepción del peligro que vivimos y conspiran contra cualquier cambio de rumbo.

      En contraposición, está compareciendo con más fuerza cada vez, una cosmología alternativa y potencialmente salvadora. Ya tiene más de un siglo de elaboración y alcanzó su mejor expresión en la Carta de la Tierra. Se deriva de las ciencias del universo, de la Tierra y de la vida. Sitúa nuestra realidad dentro de la cosmogénesis, aquel inmenso proceso evolutivo que se inició a partir del big bang, hace cerca de 13.700 millones de años. El universo está continuamente expandiéndose, organizándose y autocreándose. Su estado natural es la evolución y no la estabilidad, la transformación y la adaptabilidad y no la inmutabilidad y la permanencia. En él todo es relación en redes y nada existe fuera de esta relación. Por eso todos los seres son interdependientes y colaboran entre sí para coevolucionar y garantizar el equilibrio de todos los factores. Por detrás de todos los seres actúa la Energía de fondo que dio origen y anima el universo y hace surgir nuevas emergencias. La más espectacular de ellas es la Tierra viva y nosotros, los seres humanos, como la porción consciente e inteligente de ella, con la misión de cuidarla.

      Vivimos tiempos de urgencia. El conjunto de las crisis actuales está creando una espiral de necesidades de cambio que, si no son implementadas, nos conducirán fatalmente al caos colectivo, pero que si son asumidas, nos pueden elevar a un estadio más alto de civilización. Y es en este momento cuando la nueva cosmología se revela inspiradora. En vez de dominar la naturaleza, nos sitúa en el seno de ella en profunda sintonía y sinergia. En vez de una globalización niveladora de las diferencias, nos sugiere el biorregionalismo que valora las diferencias. Este modelo procura construir sociedades autosostenibles dentro de las potencialidades y de los límites de las biorregiones, basadas en la ecología, en la cultura local y en la participación de las poblaciones, respetando la naturaleza y buscando el «vivir bien» que es la armonía entre todos y con la madre Tierra.

      Lo que caracteriza a esta nueva cosmología es el cuidado en lugar de la dominación, el reconocimiento del valor intrínseco de cada ser y no su mera utilización humana, el respeto por toda la vida y los derechos y la dignidad de la naturaleza y no su explotación.

      La fuerza de esta cosmología reside en el hecho de estar más de acuerdo con las reales necesidades humanas y con la lógica del propio universo. Si optamos por ella, se creará la oportunidad de una civilización planetaria en la cual el cuidado, la cooperación, el amor, el respeto, la alegría y la espiritualidad tendrán centralidad. Será el gran giro salvador que precisamos urgentemente.

      Leonardo Boff y Mark Hathaway son autores de The Tao of Liberation. Exploring the Ecology of Transformation, N.Y. 2009.

                                            [Traducción de MJG]

8 comentarios

  • Gabriel Sanchez

    Manuel…estamos parados en este tiempo y al decir de Leonardo, seguramente muy conectado a la experiencia Latinoamericana, pero en realidad no somos sólo un aspectos, somos…todos los aspectos…y en realidad cuando uno habla de cosmologia, habla de nuestra postura vital, ante todo el universo…Y tal vez extrayendo de la sabiduria indoamericana, que tiene mucho que ver con una captaciòn integral de la realidad, que no sigue el proceso de conocimiento occidental, que es reduccir el mundo a simbolos, categorias y esquemas….Para tratar de entenderlo…Leonardo nos dice   Lo que caracteriza a esta nueva cosmología es el cuidado en lugar de la dominación, el reconocimiento del valor intrínseco de cada ser y no su mera utilización humana, el respeto por toda la vida y los derechos y la dignidad de la naturaleza y no su explotación. te saluda desde Montevideo.- Gabriel

  • Manuel I. Santos Santórum

    La “cosmo-antropo-logía” de la “teo-político-logía” católica, en cualquiera de sus dos versiones, creacionista o evolucionista, ¿no es esencialmente “de conquista” y “dominación”, no sólo del mundo, sino de los seres humanos? 
    Querido Hermano Leonardo:
    Te escribo, desde la Argentina, y lo hago con “temor y temblor”, porque empiezo a sospechar que en el fondo de lo quiero decirte o preguntarte hay un fondo de “osadía y de desafío para con tu pensamiento, no tu persona, que tú sabrás perdonarme con tu reconocida, inmensa, generosidad y humanidad.
    Hacerme/te la pregunta, medio tragalenguas, con que he encabezado este comentario, significa preguntarte/preguntarme/preguntarles (a todos aquéllos a quienes interesen estas cuestiones de tanta trascendencia) desde qué “posición” o “condición” intelectual hablas al abordar este tema. ¿Hablas como “escriturista” o “teólogo” o “teólogo-bíblico”? ¿Como creyente, desde la fe? ¿Como científico? ¿O simplemente como “ser-humano pensante” (valga la redundancia, ya que todo ser humano es por definición o postulado un ser pensante, inteligente y necesariamente buscador del conocimiento y la verdad)?
    Definir nuestra posición intelectual en este o cualquier tema(o, como dicen en su jerga los abogados, “absolver posiciones”), es decir, definir desde dónde pensamos, nos permitirá o imposibilitará por el contrario, abordar convenientemente o incluso responder, por ejemplo, a la pregunta del comienzo de este comentario.
    Más claramente: ¿Pensamos las cosmo-antropo-logías, antiguas o modernas, tradicionales o alternativas, desde la Razón o desde la Revelación Bíblica, o desde la Revelación Bíblica interpretada (¿?) por la teología?
    Si las pensamos desde la Revelación Bíblica, nos encontramos con la gran aporía, puesta de relieve por toda la hermenéutica seria y responsable, de que los relatos míticos cosmogenéticos del libro del Génesis, fueron “transportados” por el o los autores de ese libro desde otras “literaturas”, ajenas a la literatura semitica, no para transmitir un conocimiento sobre el origen del universo, sino un mensaje religioso o, como dice Spinoza, un mensaje moral y de obediencia al Dios de la forma “teocrática” de gobierno que quería instaurarsee, y de hecho se instauró, en el pueblo de Israel.
    Y, aunque así no fuera, ¿cómo interpretar el mandato, inscrito en ese Libro, de “Id y dominad la tierra…”?
    Si pensamos desde la teología o desde la Revelación, que aquélla dice o pretende “interpretar”, nos encontramos con un callejón sin salida. Es el cículo vicioso/perverso en que incurrió el discurso teológico desde su origen (verdadero “pecado original” que ningún “bautismo” pudo ni podrá limpiar ni redimir) : apelar a la Razón para demostrar la “razonabilidad” de la Revelación como vía alternativa, válida y cierta del conocimiento de Dios, el universo, la Realidad en fin – y, una vez supuestamente demostrada esa razonabilidad, erigirse ella, la teología, en Dueña y Señora del conocimiento y de la verdad, reduciendo a la Razón (y a la Filosofía, “búsqueda de la sabiduría-verdad”) a la condición de “sierva” (recordemos aquello de “Philosophia, ancilla theologiae”, que nos repetían nuestros profesores en las Facultades de Teología).
    De aquel “pecado original en que fue concebida la teología, a todos los desastres, no sólo ecológicos, sino sobre todo humanos, del Capitalismo moderno, que tú citas en tu artículo. 
    En nombre de ¿qué dios?, revelado e “interpretado” por la teología, en nombre de la “cosmo-antropo-logía” (¿bíblica?) adoptada o sancionada por la teología e invocando la ley/derecho natural, “transvertidos” por la teología en Ley/Derecho Divinos, la cruz del Papado y la espada del Imperio “conquistó”, dominó y sometió a millones de seres humanos, llegando a matar, según el cálculo más modesto, alrededor de 70 millones de seres humanos, el más atroz genocidio que mente humana ni divina pueda concebir y, mucho menos, justificar ni redimir.
    Mientras las cosmo-antropo-logías “alternativas y salvadoras”, como tú las llamas, querido Leonardo, sigan asentadas en la concepción de un Dios Omnipotente, Personal y Soberanamente Libre, seguirá, de ujna forma u otra, la Dominación y la Destrucción.
    Afortunamente, para mí al menos, en tu artículo percibo algunas “semillas” de una cosmo-antropo-logía distinta(“Por detrás de todos los seres actúa la Energía de fondo que dio origen y anima el universo y hace surgir nuevas emergencias”, “La más espectacular de ellas es la Tierra viva y nosotros, los seres humanos, como la porción consciente e inteligente de ella, con la misión de cuidarla”, etc.)que parece ser la tuya.
    Me recuerda mucho la expresión “Deus sive Natura” (“Dios, o sea, la Naturaleza”) del Baruch de Espinoza del Tratado Teológico-político y, sobre todo, la Ética.
    Pero, para llegar a eso, habría que acometer una gigantesca tarea de “de-re-construcción” del concepto de Dios de en que se asienta la “teología-política de la Iglesia y del Occidente cristiano. 
    Spioza lo hizo y ello le valió la expulsión de la Sinagoga, la “excomunión” de la Iglesia y su silenciamiento por siglos, hasta hoy.

    Manuel I. Santos Santórum
    Español, radicado en la Argentina   
    Ex-jesuita
    Buenos Aires, 22. mayo.2010 

  • Kaláa

    Hemos averiguado que vivimos en un insignificante planeta de una triste estrella perdida en una galaxia metida en una esquina olvidada de un universo en el que hay muchas mas galaxias que personas.”
    Somos polvo de estrellas que piensa acerca de las estrellas (C. Sagan)
    http://www.youtube.com/watch?v=5i8UgCkSNWk   Ojo! que no es C.  Sagan

    Saludos.


  • ELOY

    oscar varela:
    Pienso que cada día te superás más en tus incisivos interrogantes y cuestionamientos de fondo.
    Nos ayudas ( al menos a mí) a pensar, a “re-pasar” y a “re-pensar”.
    Gracias. Un saludo.

  • oscar varela

    Hola Sarrionandia!

    Haikai japonés:

    “La vida humana no es más que un suspiro,
    y sin embargo …”

    ¡Vamos todavía! – Oscar.

  • Al principio de la Biblia se dice que el Espíritu de Dios aleteaba sobre el Caos original. El mensaje de tal mito dice que la Creación implica Conservación e Impulso Evolutivo hacia la Armonía. Dios está presente en el movimiento de cada átomo y cada fotón, así como en el espiralado de las galaxias. Está presente inspirando aliento con su Espíritu a la Tierra, a las plantas, a los animales y a los humanos. La evolución sigue ahora en comunión con el Espíritu divino y humano hasta la edificación del Reino de Dios.
    Frente a este panorama, nuestras opiniones no tienen màs peso que el de un grano de arena en la playa.

  • oscar varela

    Hola!
     
    Del Cuento “Progreso indefinido y exhaustivo”
    Al Cuento “Cooperación evolutiva conservadora”
     
    Sea cómo y cuál sea:
    ¡siempre un Cuento!
     
    ¿Tiene alguien algo mejor y más profundo?
    ···········
    Ni el ser humano, ni el Kosmos, sino la Vida humana:
     
    -“Yo
    soy yo
    y mi circunstancia
    y si no la salvo a ella
    no me salvo yo”-
     
    ¡Vamos todavía! – Oscar.
    ············
    NOTA: Pequeña observación crítica a “deslices conceptuales”:

    Dice Boff:
    – “La fuerza de esta cosmología reside en el hecho de estar más de acuerdo con las reales necesidades humanas y con la lógica del propio universo”-
    ············· 
    ¿Tiene “lógica” del propio universo?
    ¿No será la que  -para bien o para mal- el ser humano le va “poniendo” (tesis)?
     
    La “historia” sería la de las vidas humanas poniendo – sacando – cambiando “lógicas”.
     
    La “lógica Razón” es el Instrumento u Organum de un tipo de Vida humana: el Occidental-Moderno.
     
    Nos enamora su Rostro cuando viene de frente a nuestro encuentro
    Nos decepciona su Espalda cuando lo hemos sentido pasar por sobre nuestros ideales.

  • Gabriel Sanchez

     Lo dicho…necesitamos un cambio civilizacional, que cambien desde nuestros habitos de consukmo hasta nuestra relación cotidiana con la naturaleza.-  Lamento la brevedad corro a trabajar…Gabriel