Hace un mes mi compañero y amigo Juan Masiá me pidió que presentara en Madrid su último libro, Vivir en la frontera (ed. Nueva Utopia), que, como su mismo nombre indica, recopila una serie de artículos de este autor sobre temas fronterizos. Le respondí que “de mil amores”, pero le sugerí que para evitar lo del “jesuita presentando a jesuita” buscara a alguien que lo pudiera hacer desde fuera, por ejemplo un laico conocido.
Al cabo de un tiempo recibí la convocatoria de la presentación en la que intervendríamos Benjamín Forcano, por la editorial, el presidente de Congreso de Diputados, José Bono, y un servidor. Pues bien, anteayer cuando me encontraba en el aeropuerto para tomar un avión a San Sebastián, donde pronuncié una conferencia sobre “Jesus de Nazaret en la novela y el cine conteporáneos”, recibí una llamada de mi superior provincial en la que me pidió cordialmente pero con firmeza que no asistiera a ese acto que se celebra hoy, 4 de marzo, en el salón de actos de los Escolapios.
Como entendí que era una decisión que afectaba a mi voto de obediencia no acudiré al acto. Pero, como al mismo tiempo había dado mi palabra y a última hora desbarataba el programa de la presentación comuniqué a mi superior que haría pública la razón de mi ausencia. La motivación esgrimida por el superior es que la Compañía no puede respaldar con la presencia de un jesuita un acto, para el que, según él, Masía no cuenta con los correspondientes permisos del provincial del Japón, bajo cuya jurisdicción se encuentra. Mi intuición me dice que, dada la inmediatez de la medida, probablemente detrás gravita la llamada del algún importante mitrado.
En todo caso he presentado mis disculpas a los organizadores del acto al que siento no asistir por la amistad que me une desde hace muchos años con Masiá y por este feo totalmente ajeno a mi voluntad. Pero ello no me impide ofrecer en este blog el texto completo de esta presentación impresentada. Lo hago por razones de conciencia y porque pienso que mis palabras pueden ayudar a un conocimiento más cabal de la verdadera personalidad de Juan Masiá. Estoy seguro que mi falta no restará brillantez alguna al acto y que los asistentes disfrutarán de las intervenciones de mis colegas y buenos amigos Bono, Forcano y Masiá.
PRESENTACIÓN DEL LIBRO DE JUAN MASIÁ “VIVIR EN LA FRONTERA“
Un koan en la tradición zen es un problema que el maestro plantea al novicio para comprobar sus progresos. Muchas veces el koan parece un problema absurdo, ilógico o banal. Para resolverlo el discípulo debe desligarse del pensamiento racional y aumentar su nivel de conciencia para adivinar lo que en realidad le está preguntando el maestro, que trasciende al sentido literal de las palabras. La meditación del koan ayuda a dar un salto y alcanzar el despertar interior o iluminación (satori). Uno de los koan más famosos atribuidos al maestro Linnji dice así: “Si te encuentras con Budda, mátalo”. Una frase que para cualquier ortodoxo provocaría escándalo. Sin embargo el maestro Zuzuki la explica así: “Mata a Budda si Budda existe en alguna otra parte. Mátalo porque deberías asumir tu propia naturaleza de Budda” Y es que quedarse en el pensamiento, en la norma, el concepto, la palabrita, nos impide crecer como personas, romper códigos, encontrarnos con la verdad. Esta es la tarea que de algún modo se ha planteado últimamente Juan Masiá Clavel con sus libros, sus conferencias y sus aparentes provocaciones.
Aunque Juan Masiá ha salido en muchos titulares de periódicos, en realidad es un gran desconocido. Él y yo nacimos el mismo mes del mismo año, marzo de 1941, y casi el mismo día; ingresamos a la par en el noviciado de Aranjuez de la Compañía de Jesús e hicimos por tanto juntos la iniciación de jesuita en los tardíos cincuenta, todavía herederos del rigor de la posguerra, y también juntos pronunciamos los votos. Ambos somos del signo piscis y por tanto proclives a la sensibilidad artística, a un cierto, más o menos disimulado ,narcisismo, y desde luego, como se ha podido comprobar, al interés por la religión, la fe y la mística.
Estas vidas confluyentes se transformaron en paralelas cuando él fue destinado al Japón donde llegaría a ser profesor de filosofía de la Universidad Sofía, más tarde experto en bioética y últimamente publicista, escritor de amplio espectro. Mientras, yo me quedaba en España entregado, como todo el mundo sabe, a la siempre arriesgada labor periodística y a la creación literaria. Por todo ello, como podéis imaginar, para mí hoy es una satisfacción intervenir en este acto en el que más que presentar su excelente libro, como otros han hecho, voy a intentar trazar un breve pero sustancioso perfil de su autor.
Juan, aunque algunos crean lo contrario, tiene poco del enfant terrible y “hombre peligroso” con que muchos le identifican. Los que le conocemos de cerca lo percibimos como un murciano dulce, algo tímido, de exquisito y sencillo trato, amigo de sus amigos, muy sensible a los débiles y marginados, y sobre todo profundo buceador de la conciencia humana. El calificativo que más le conviene, pese a las apariencias, es el título de probablemente su mejor obra de antropología filosófica en la que define al hombre como “el animal vulnerable”. ¿Vulnerable Juan Masía? ¿No se diría todo lo contrario cuando ha aparecido tan seguro y valiente en sus afirmaciones de bioética y en sus críticas institucionales que le han acarreado censuras y prohibiciones?
Dicen que los tímidos pueden estar callados y escondidos durante años. Así había permanecido Juan durante décadas, en su gabinete de Tokyo, entregado a sus luminosas convergencias entre Unamuno y Ortega con la filosofía nipona, y tendiendo un apasionante puente entre Oriente y Occidente. Sus libros aparecían en japonés -él solía decirme que era una gran ventaja porque, ¿sabes? en Roma nadie sabe una palabra de japonés- y él era, y aún lo es, consultado incluso por los obispos del país del Sol Naciente, una sociedad pagana donde los católicos son tan minoritarios que nadie se molesta en mirar con lupa a los considerados teólogos progresistas.
Mi querido compañero y amigo Juan Masiá tuvo la delicadeza, durante un viaje a Japón al que fui a recabar datos para mi biografía del gran Pedro Arrupe, de acompañarme y servirme durante muchos días de humilde traductor. Recuerdo dos anécdotas significativas de aquel viaje. Un taxista que después oírle hablar en japonés hizo una gran inclinación y exclamó: “Jamás he oído a un occidental hablar japonés como usted”. Y, aunque yo no entiendo ni palabra de esa complicada lengua, he de reconocer que, cuando la habla, se produce en Juan un extraño mimetismo. Os lo aseguro, se le cambia la cara, se le transmutan los ojos y la sonrisa; a Juan se le pone cara de japonés. Un fenómeno que también dulcifica, como he comprobado incluso a algunos compañeros más duros y recios castellanos.
La otra anécdota, que ambos hemos recordado hasta la saciedad, ocurrió en un templo zen de la sagrada ciudad de Nara, cuando, sentados en el suelo y tomando un té con un monje budista de cabeza rapada, frente a un recortado jardín japonés, éste me dijo: “Sé plenamente el ser que ya eres”. Juan me indicó que la traducción literal del término empleado por el bonzo venía a ser: “Requetehazte el ser que ya eres”. San Agustín lo formuló de otra manera en una famosa sentencia mística, que (según él) le fue revelada en un sueño por el mismo Cristo: “No me buscarías si no me hubieses encontrado”.
Yo creo que esta frase resumen bien la aventura de Juan como profesor, escritor y conferenciante: la búsqueda de la autenticidad, de la coherencia y de la libertad del ser que en el fondo era y siempre ha sido Juan Masiá. Y es que, durante su aún reciente actividad en España donde estuvo impartiendo además de Antropología Filosófica clases de Bioética, el tímido Juan Masiá estalló y no tuvo rebozo de decir todo lo que pensaba. Claro, España no es Japón; ni nuestra jerarquía se ha olvidado del todo de custodiar a la grey como en los tiempos del nacionalcatolicismo; ni nuestro país ha superado plenamente los funestos tics del clericalismo enfrentado en dos bandos; ni un titular de periódico se lee todavía aquí como una opinión, sino como una agresión. Le pese o no al nuevo laicismo, todavía lo que dice un cura en España va a misa, y perdóneseme la redundancia.
Por otra parte Juan es un demócrata, un hombre dialogante, y no necesita que todo el mundo esté de acuerdo con él. Lo que sí necesita, lo que sí necesitamos todos es que él pueda expresarse en libertad en la Iglesia, donde ya Pío XII veía necesaria la existencia de una opinión pública, cosa imposible si te amordazan a la primera de cambio.
Este libro escrito con una prosa que fluye desenfadada y tranquila como las flores del loto en un riachuelo, es su mejor retrato, pues muestra a un hombre en la frontera. La frontera es siempre un límite complicado, de refriegas y desgarros, pues supone tender puentes, hacer de “pontífice”, y eso exige tener un pie en cada lado. Hoy en la Iglesia se pide desde la restauración wojtyliana, como decía un amigo no fidelity, sino high fidelity; tener los dos pies en la más inflexible ortodoxia, con lo cual nadie puede ayudar a los del otro lado. El padre Arrupe y la Compañía también nos han pedido a los jesuitas ser hombres de frontera en la fe, las culturas y los grandes desafíos que provoca la injusticia y el neoliberalismo imperantes.
Muchas veces le he dicho a Juan que hay que conocer el auditorio al que uno se dirige: que no es lo mismo a hablar a fieles de la calle Serrano que a obreros de Vallecas; a los paganos o budistas japoneses, que a los católicos neoconservadores de la España neolaicista. Pero él no me hace caso. Quizás porque quiere hacer de koan en esta sociedad, “matar al buda” de una sociedad encorsetada por tópicos del pasado y condenas farisaicas, que en una palabra pretende hacerla despertar. Digámoslo claro: Juan Masía es un provocador. Los provocadores se pueden equivocar; pueden, como todo el mundo, confundir su “ego” con la verdad. Pero son absolutamente necesarios para que un colectivo humano progrese. Sobre todo, cuando la provocación, como en este caso va dirigida precisamente contra la cerrazón, la miopía y la carencia de apertura al diálogo.
En Japón hay un baño vertical caliente que se llama furo y que utilizan todos los miembros de la familia uno tras otro, no para enjabonarse, sino para relajarse desnudos antes de cenar. Juan me criticó un día, con un símil esclarecedor, la gente que en la Iglesia “se mete en el furo con bañador”. Necesitamos desnudarnos de muchas cosas para recuperar el Evangelio. Masiá nos desnuda y esto da miedo, porque deja a la gente a la intemperie.
Como muestra de esta libertad de espíritu, quiero terminar con un párrafo suyo, que comparto, en Vivir en la frontera, el libro que hoy presentamos: “Ninguna espiritualidad tiene derecho al monopolio de lo sagrado. Ninguna religión tiene derecho al monopolio de lo divino. Ninguna de las iglesias hermanas tienen derecho al monopolio del Espíritu de Cristo, que sopla, donde, cuando y como quiere sin que lo controlemos. La Presencia del Espíritu de Vida subsiste también en la Iglesia católica, a pesar de que sus miembros traicionemos el soplo de ese Espíritu con nuestros exclusivismos, inclusivismos y rechazos del pluralismo fomentado por el mismo Espíritu. Subsiste igualmente en las iglesias hermanas y en las otras religiones (…) Todos estamos en camino, in via, en búsqueda continua de Espíritu de Vida. Dentro de cada Iglesia no detentamos el monopolio del Espíritu, sino creemos y celebramos lo que ya está ocurriendo fuera: que para su soplo no hay barreras. El Espíritu nos quita el miedo al cambio, a la diferencia, a la pluralidad y al fantasma del relativismo. Porque el Espíritu nos enseña que lo único que no cambia es su soplo que nos hace cambiar ‘haciéndolo todo nuevo’”.
Gracias Juan por estas palabras, por tu libro y por tu difícil misión en la Iglesia. Te digo lo que me dijo una vez el padre Arrupe ante un tema espinoso sobre el que tenía que escribir, con un nuncio bastante enfadado por medio: “Vaya usted a la capilla, medítelo en silencio ante el sagrario, y aquello que sienta en lo profundo de su ser, hágalo libremente”. Eso hizo él, y todos recordamos muy bien lo que le sucedió. Que tu verdad, Juan, ojalá “la verdad”, te siga haciendo libre.
Publicado en el blog de Pedro Miguel Lamet el 4 de marzo de 2010
Que dirían de esa afirmación que se ha hecho del voto de obediencia, los mártires de la UCA…supongo que ellos, lo harían como forma de vivir esta comunidad…que es la IGLESIA, en la que tenemos desacuerdos – como no somos humanos- nos equivocamos a veces- como no somos humanos- pero queremos ser comunidad de amor…y eso conlleva como dije renunciar…los mártires de la UCA, participaban y Vivian su voto de obediencia…Y yo en mi comunidad matrimonial, lo practicamos mutuamente, hoy cuando llegue a casa, me toca hacer las camas y lavar los platos …y lo hago con gusto…La obediencia es fruto no de la esclavitud, cuando se vive evangélicamente, sino de la construcción del Reino…La comunidad…Universal …Claro que la obediencia por necesidad o por obsecuencia son obediencias injustas y no son la obediencia cristiana, la cristiana es libre…asumida…y justa…Por eso es siempre una obediencia critica y amorosa . Porque para el Cristiano esta antes obedecer al Espíritu Santo que a ningún hombre (Cfr. 4,19) pero se debe tener en cuenta que la voluntad del Espíritu se discierne en Comunidad y en Comunión-)…tan importante es la vivencia comunitaria…y muchas veces se hacen para liberar, para sanar, para restituir la justicia (Cfr. Mt. 15,21-28)- allí podemos decir que Jesús… “obedeció” a las suplicas de una pagana… Jesús mismo hace una excepción en como el mismo se ha planteado su misión…no es un tema menor…el diálogo con aquella mujer, su actitud de escucha*…lo conmueve y lo llama a poner en obra, lo que ella pide…En resumen la obediencia evangélica no implica nunca la obsecuencia a un hombre, sino la apertura en el amor, si obedecemos con gusto a la Espíritu Santo discernido en comunidad…Un ejemplo perfecto de la obediencia que nos pone en comunión con la voluntad de Dios. Obedeciendo lo que otros nos piden lo da Jesús-podríamos pensar por el texto incluso que lo hace a regañadientes- en Jn. 2,1-10
* Etimología de la palabra obedecer Lo mismo en las lenguas indogermánicas que en las semíticas, el concepto obediencia se deriva de oír, y significa siempre la disposición de abrirse al otro de escuharlo- indica aguzar el oído del corazón, acoger con gusto…oír desde el corazón, desde el interior desde el amor. Es un ejercicio de silenciar el interior de nosotros mismos, dejando hueco a su palabra—refiere a la palabra a la voluntad de Dios que nos llega por el otro…-(Monasterio Cisterciense de Santa Maria de la Huerta)
Con cariño para todos … Gabriel
Bueno, Rodrigo, apliquemos el sentido común: No creo que Juan niegue que a Jesús lo detuvieron por la fuerza física de las armas, y a partir de ahí lo llevan constantemente ya punta de lanza hasta que lo asesinan, con regocijo de las autoridades romanas y judías. Jesús no se somete, como tampoco se sometió el Che, por mucho que diera la cara hasta que lo asesinaron. A eso no se le puede llamar ‘se sometió líbremente’.
Miente el evangelista Juan (quien fuera, creo que fue un desconocido, no se sabe a ciencia cierta quien era el tal Juan) si dice que Jesús se sometió líbremente: a Jesús lo sometieron por la fuerza de las armas. Por lo que te entiendo, se contradicen uno al otro los evangelistas Marcos y Juan.
Quizá el llamado Juan miente porque quería estar a bien con los dueños de las armas, los romanos, que las habían utilizado con gran éxito contra los judíos, y no quería que los cristianos no fueran confundido por los romanos con los judíos.
Los expertos tendrán que descubrir, en la medida en que eso sea posible, qué hubo de verdad, de histórico, en cada relato de los evangelios, epístolas …etc. Creo haber entendido a Pagola, en una entrevista, que estamos empezando a descubrir a Jesús, o algo así, y que todavia queda mucho por descubrir.
Digo que Jesús nunca propuso ni practicó una obediencia a las personas humanas, ni a los sacerdotes ni a las autoridades de su religión judía.
Ni menos aún como la del cuarto voto jesuita, ni tan siquiera como la del catecismo católico a las personas humanas. ¿Podemos estar de acuerdo en eso, Rodrigo?
Volviendo a lo concreto, y dirigido a todas las personas que participan en esta entrada
¿Nunca han participado en un colectivo en que se tomen las decisiones de manera colectiva, por consenso y después de madura reflexión y debate?
¿Nunca les ha pasado que, a falta de unanimidad, se decida por mayoría?
¿Nunca les ha pasado que la posición que ustedes defienden no obtenga la mayoría?
¿Nunca les ha pasado que se les asignen tareas derivadas de la opción que resultó mayoritaria?
¿Nunca les ha pasado que, aún siendo contraria a la propia opción, su conciencia personal les indique que hay que cumplir con la tarea asignada?
¿Obedecer el plan de acción derivado de la opción que obtuvo la mayoría y que es diferente a la suya propia, es necesariamente infantilismo, cobardía, búsqueda de comodidad?
Y pongo una situación real, no abstracciones. Yo no concuerdo con el plan de acción que están tomando los compañeros electricistas para el próximo martes. Pero, por el análisis que hago en conciencia de esta decisión concreta en esta circunstancia concreta, más bien lo fácil, cómodo, y cobarde sería argumentar mi falta de acuerdo para escurrir el hombro y quedar a salvo de la (muy probable) represión policiaca. Así que en conciencia, participaré con lo que me toca. Y asumiré responsablemente (y creo que de manera adulta) las consecuencias que me implique.
Ojo…que no digo que siempre se de esta situación. Lo que digo es que ni se puede afirmar que en todos los casos obedecer es una virtud, ni se puede afirmar que en todos los casos obedecer es infantilismo. Y que la conciencia de cada persona al enfrentarse a esta decisión es sagrada independientemente de lo que decida, no sólo es sagrada la conciencia de quien decide no obedecer; ni sólo es sagrada la conciencia de quien decide obedecer. Como dice el refrán, “sólo quien carga el costal, sabe lo que pesa”
Vale, menos afirmaciones absolutas y maniqueas.
Hola Javier
“Pero eso es obedecer obligado por la fuerza física de los soldados romanos”
Si, esa es una interpretación (más cercana a la de Marcos, que tiene por finalidad poner en evidencia la debilidad del mesías; y más cercana al sentido común); otra interpretación es que Jesús se somete libremente para cumplir su obra (que es la interpretación de Juan)
Saludos cordiales
Rodrigo, me refiero a Jesús maduro, no niño; es una obviedad que pocos meses de edad tenía que obedecer a su madre para comer … etc. También es una obviedad que obedecía cuando le ordenaban cargar con la cruz a cuestas, camino del Gólgota para ser terminado de torturar y ser asesinado. Pero eso es obedecer obligado por la fuerza física de los soldados romanos
Cuento con tus conocimientos para que los aportes al respecto, si conoces algo respecto de Jesús obedeciendo por considerar líbremente que debía obedecer el mandato de alguna persona humana para cumplir su objetivo: traer el Reino, el mensaje de salvación por el amor.
Saludos cordiales
Javier
“Jesús sólo obedeció a Dios, y nunca practicó la que llaman ‘virtud de la obediencia’ a ninguna persona humana”
Me encantaría conocer cuales son tus fuentes para afirmar tan rotundamente que NUNCA practicó obediencia a ninguna persona humana.
Me queda claro que para poder hacer esta afirmación, resulta problemático el texto del Evangelio que expresamente afirma que después de regresar de la primera peregrinación a Jerusalén, Jesús vivió en Nazareth obedeciendo a sus padres
Esto implica varias posibilidades:
a) Negar historicidad a esa afirmación del Evangelio; lo cual se posibilita desde el contexto de que los llamados evangelios de la infancia son muy posteriores, y son los que más notablemente muestran una elaboración teológica/simbólica y no histórica
b) Negar que María y José de Nazareth fueran personas humanas.
Siguiendo el sentido común -al que Pepe con toda razón nos invita- yo creo que al menos en algún momento de su vida, al menos una vez- el Jesús histórico sí ha de haber obedecido a sus padres, a quienes yo considero como personas humanas. 😉
Que la conciencia y libertad de Jesús de Nazareth evolucionó, también me parece un dato creíble no sólo por la afirmación textual del Evangelio, sino por el sentido común.
Saludos cordiales
Tan ideológico es afirmar que en todos los casos la obediencia es una virtud, como afirmar que en todos los casos la obediencia es un infantilismo.
Lo preocupante, insisto, es el doble estándar que nos permite violentar la dignidad y la autonomía de una persona concreta en una situación concreta (el procso de decisión interior de Lamet sobre si obedecer o no) usando el concepto abstracto de la autonomía de la conciencia.
¿O es que el respeto de la autonomía de la conciencia no aplica a Lamet? Ya quiero ver los malabares que hay que hacer para justificarlo (por ejemplo, decir que hacer notar este doble estándar es “desviar” el tema)
Saludos cordiales
¿¿Como que menos lobos??… será menos borregos, vamos, digo yo:
“”Y ésto, ¿quién lo decide? ¿El progresista tribunal de Atrio?
Menos lobos, Sebastián, menos lobos…””
Porque lo que yo tengo entendido es que en ATRIO hay comentaristas que dan sus opiniones diferentes. Los TRIBUNALES suelen ser eclesiásticos. Que les pregunten a unos cuantos curas que no han sido obedientes… algunos escriben libros y los TRIBUNALES eclesiásticos de la ICAR les juzgan y les prohiben.
Menos rollos, más sentido común y menos manifas en Madrisss para JUZGAR comportamientos ajenos sobre mujeres, sobre nacimientos, sobre la eleccion de tendencia sexual de las personas, sobre lo que debe, o no debe, respirar cada ser humano… sobre quienes se salvarán, o no, dependiendo de si son OBEDIENTES a la ICAR o se salen de sus dogmas.
Y menos cara dura para achacar a los demás lo que en casa tienen a CALDERADAS.
Pues eso….
Jesús sólo obedeció a Dios, y nunca practicó la que llaman ‘virtud de la obediencia’ a ninguna persona humana; resulta curioso que en la estructura de la ICAR la obediencia al jefe de cada persona resulte tan esencial, incluso como para tomarse a los católicos como súbditos.
Al parecer el asunto está en que el Papa se pretende representante de Dios en la Tierra, con lo que obedecer a Dios los jerarcas lo hacen sinónimo de obedecer al Papa (para eso pretenden que lo ha elegido Dios para Papa, les es imprescindible que la gente crea en los milagros). Obedecer al Papa y a los que él elija, a sus delegados.
La llamada Compañía de Jesús es la Compañía de Dios, dado que no se permite dudar a ningún católico que Jesús es Dios, so pena de ser acusado de hereje arriano (no hace mucho aún ser hereje podía costarle a uno la vida, a manos de la Santa inquisición). Unos son Compañía De Dios y otros la Obra de Dios (Opus Dei). Si no le ponen disfraz de Dios, pierden fuerza, se hacen obedecer peor. Conviene al Papa santificar a los fundadores de semejantes organizaciones que están al servicio del Papa, aunque Maciel le haya salido mal.
En una organización militar la obediencia es imprescindible para la eficacia. Al parecer la organización de la ICAR copia mucho de la del Imperio Romano, en el que lo militar era esencial, pues se basó en someter por la fuerza de las armas a todo el que pudo someter, como resultó con los judíos.
En esas aparece un militar como Ignacio de Loyola, un guerrero de buena familia que ‘se convierte’ mientras cura en cama una pierna dañada por un cañonazo mientras guerreaba, y funda los jesuitas y, buen conocedor como militar de que la obediencia es imprescindible para conseguir eficacia, o sea cuantos más resultados, organiza el llamado cuarto voto, la obediencia al Papa por encima de todo (fidelidad al Papa, lo disfrazan otros; otros lo llaman ‘estar en comunión con el Papa’, que debe ser parecido, quizá menos intenso que el cuarto voto jesuita) .
Pero la llamada obediencia de Jesús sólo se refería a Dios (lo era en el sentido de confianza absoluta en Dios), nunca a las personas humanas.
Por el contrario la obediencia en la estructura de la ICAR se basa en la eficacia que busca el jefe, en los resultados de eficiencia que pretende conseguir el jefe con la organización que es la ICAR.
La obediencia en la ICAR no tiene nada que ver con la obediencia de Jesús.
Amigo Honorio:
Es absolutamente respetable la libertad de quienes no quieran obedecer e incluso los que en aras de la autonomía personal valoren la obediencia como una forma de esclavitud o de sometimiento o de sumisión, pero también hay que respetar la decisión y la libertad de las personas que quieran obedecer o ¿ también se va a prohibir eso en nombre de eventuales derechos humanos? Y, Honorio, no hay que dramatizar, hombre, que nadie nos escribe los guiones de los sermones: es absolutamente injusto que a las personas que quieran obedecer por una libérrima y respetabilísima decisión personal, se las tacha de “sumisas”, “ciegas”, infantiles”, “reaccionarias”, cuando las personas que han decidido no obedecer tampoco parecen, al menos en algunas ocasiones, tan luminosas … Al hilo de lo que tú mismo manifiestas sobre la dependencia total intraeclesial, yo he publicado recientemente un libro sobre el aborto, pero te juro que no me lo ha mandado escribir el Obispo ni me ha dicho lo que tenía que escribir… Ahora estoy escribiendo un trabajo sobre la ética de la medicina de mejora y no le he consultado al obispo ni sobre la posibilidad de escribirlo ni sobre su contenido, fronterizo con la moral tradicional. Me parece que se habla mucho de oído.
Hay santuarios que no se pueden violar, y menos en nombre de periclitadas progresías,entre ellos el de la conciencia persona!
No me resisto, amigo Honorio a trascribir dos párrafos de tu comentario. Uno: “Yo me pregunto si en esa actitud de obedecer y someterse hay un resto de comodidad, miedo a los riesgos de vivir a la intemperie, cobardía para enfrentarse a evidentes abusos de poder y evidentes errores”. No es por nada, pero a las gentes que aún obedecemos nos has puesto a caldo: la verdad es que en mi experiencia personal no han tenido cabida demasiados de esos elementos que “vislumbras” en los obedientes.
Dos: “Yo soy yo y mi compromiso con la vida y con Dios es el mío, intransferible, inimitable, irrepetible”. Exacto: y si yo decido vivir mi vida religiosa en comunión y obediencia eclesial, ¿dejo de ser fiel a mi compromiso con la vida y con Dios? Y ésto, ¿quién lo decide? ¿El progresista tribunal de Atrio?
Menos lobos, Sebastián, menos lobos…
Queridísima Maite, el problema o el dilema (que es lo que trato de explicar), es la vida comunitaria, no la obediencia…Es como un matrimonio, el equilibrio entre lo que se me ocurre hacer y la necesidad del otro…mantiene una relación saludable, de la misma manera la vida comunitaria… El problema por el que nos cuesta entendernos, es una circunstancia ¿geografica?…La Iglesia por estos lugares del mundo ha sido pobre, ha sido perseguida muchas veces y no ha tenido una identificación con el Poder, tal vez al contrario la tenido con los más postergados (a pesar de todas las debilidades humanas), tal vez por eso, aquí las sintamos más en la línea liberadora…No voy hacer una lista (porque tendría que poner a muchos), pero recordando a un Jesuita, quiero recordar a todos… Perico Pérez Aguirre, un Jesuita a carta cabal…y defensor de los derechos humanos…(Que al decir de la comunidad Jesuita en el Uruguay, era el hermano que siempre nos exigía algo más) dixit traducción que no nos dejaba instalar…Y allí la comunidad, arropo a Perico…yendo muchas veces detrás de él, pero el a su vez, tuvo la delicadeza…el cariño, la fraternidad, de no forzar tanto la situación que se perdiera lo entrañablemente comunitario…Una comunidad, es a la vez que un lugar para crecer como personas y biunivocamente para crecer en la relación de comunidad (allí descubrimos que no se crece como persona, sino no se crece como comunidad y viceversa) y eso como en toda relación comunitaria (por ejemplo la convivencia matrimonial), implica un nivel de renuncia de lo mío, para transformarlo en lo nuestro… de eso se trata y eso mi queridísima profesora preferida, entiendo- muy modestamente- que es una verdad que no tiene tiempo ni geografía…Un abrazo fuerte…largo…y lleno de cariño.- Gabriel
La autonomía de la conciencia no es gradual sino esencial. Esto quiere decir que como la conciencia religiosa ha estado sometida históricamente a regimenes teónomos se piensa que se halla sujeta a formas de evolución objetiva para logras gradualmente su autonomía. Pero esto dista mucho de ser así porque a la conciencia le es intrínseca la autonomía, le es esencial, está en el origen de ella.
De ahí que, quien en un momento dado se apropia de esta realidad, le sea posible a partir de ella vivir de forma radical, autónoma e independientemente la experiencia de Dios. Sólo liberándose del grave problema histórico que ha generado la obediencia religiosa inscrita en el marco de un régimen teónomo el cual perdura todavía en la iglesia católica, puede la conciencia llegar a descubrir la esencialidad autónoma que la constituye.
En el TABLÓN DE ATRIO no he podido poner lo que he encontrado en Le Monde de hoy, el sitio http://www.freedocumentaries.org Unos 200 documentales comprometidos y/o polemicos que han colagado bajo el lema la verdad es gratuita. Una seccion esta en frances y otr subtitulada. El ordenador no me deja poner acentos ni comillas, lo siento.
JAVIER RENOBALES, No es exacto decir que Juan Masiá ha desobedecido. Es la lectura interesada y simplista que hacen los talibanes que van por él.
Juan es un hombre libre, inteligente, prudente, hábil. Vivir entre culturas diferentes le ha enseñado a “vivir en la cuerda floja”. En el prólogo a su libro, Benjamín Forcano ha entendido muy bien lo que para Juan significa otra expresión equivalente a aquella, “vivir en la frontera”. Frente al “piri piri” (crispación) a que tendemos en nuestro país, la conciliación y templar gaitas que saben usar en la convivencia allá.
Es triste, a la vez que una vileza, que haya obispos. jesuitas y personajillos con blog que se prestan a ser comisarios políticos, y que tengan quién los escuche o lea.
GABRIEL Sánchez, no puedo estar contigo en el contenido de tu primer comentario del 10, por muchos enlaces a red científica con que lo adornes.
En primer lugar porque das por supuesto que la obediencia sea una “virtud”: he ahí la perversión de fondo.
Durante siglos se ha lavado el cerebro a millones de niños-as y adolescentes para reclutarlos en seminarios menores y conventos, robándoles su infancia y el afecto que debían recibir de las figuras materna y materna, tras convencerles de que ahí iban a recibir la formación que su familia no podía ofrecerles por carecer de medios económicos. Oferta de cultura y posibilidad de ser “alguien” en comparación con la vida que les esperaría caso de rechazar el ofrecimiento, a cambio de sentirse agradecido y deber de correspondencia a la Orden que le salvó del abismo; interiorización de los valores del rebaño como la obediencia, la pureza, la autonegación,etc.
El blindaje respecto de la vida civil que ha protegido a los curas y monjas en todos los órdenes, tanto el humano como el cultural y otros, ha hecho que ellos mismos interiorizaran que era mejor obedecer que pensar y decidir por sí mismos. En nombre de la obediencia se han cometido verdaderos crímenes incruentos contra personas, verdaderos dramas que las víctimas han sufrido con heroicidad lamentable
y en la mayoría de los casos en el anonimato.
Teilhard vivió en otro tiempo, lo que hizo improbable que se planteara reaccionar contra los abusos de poder
y demás envidias intestinas. Es como pedir a los científicos amenazados por la Inquisición que manifestarn libremente el rsultado de sus investigaciones. El miedo y la angustia, los conflictos de conciencia y las presiones externas impedían pensar y actuar autónomamente. Imagina cómo se sentiría Teilhard para suplicar “Dime que no he sido infiel a mi ideal obedeciendo”. Sentirse infiel siendo íntegro, introyectar que los conflictos se solucionan obedeciendo…, es una deformación de la conciencia y del psiquismo, a lo que se han visto abocadas miles de personas. Y lo peor es que muchos no son capaces de discernir estos mecanismos de presión psicológica patológicos.
Teilhard todavía se refería a “su Cristo” (el de la iglesia católica) porque creía que la iglesia católica era una entidad santa, que sería a Cristo. Hoy sabemos y nos atrevemos a denunciar que han hecho de ella una institución cuyo Cristo no es el Jesús histórico ni siquiera el del Evangelio, que actúan ideológicamente y por poderes que no son los reflejados en el “Reino” proyectado por Jesús. Una institución demasiado humana, demasiado poderosa política y económicamente, llena de miserias humanas en sus dirigentes, que sigue atenazando conciencias.
Por eso siguen con métodos perversos como prohibir libros de teología, silenciar a los teólogos que enseñan en sus centros privados, mantener sus privilegios en sus centros privados educativos o enseñar psicología (inimaginable la psicología que pueden enseñar en universidades de los Kikos como la de Murcia, o en universidades de los legionarios, Opus, etc). Por eso tienen miedo a asignaturas como Educación par la ciudadanía o Etica civil. Por eso tergiversan la ley que regula el aborto. Por eso poseen medios de comunicación que distorsionan y manipulan…
Gabriel, si Teilhard hubiera vivido en nuestro siglo, habría sabido utilizar las estrategias sibilinas que aprenden en la Orden jesuítica para salir airosos en situaciones difíciles. Y hubiera encontrado en laicos los apoyos que le faltaron en su época. La excelente web de los jesuitas en Francia presume hoy de grandes personas como Teilhard de Chardin o como el cantautor Aimé Duval, cuando les hicieron la vida imposible en vida.
Es que el enfoque modernista le cuesta entender formas de desobediencia, como la obediencia Jesuita…son antiguas sabidurias, que el hombre ha diseñado, para avanzar en tiempo dificiles, en una palabra nadie sabe màs que los Jesuitas en tener un voto de obediencia y sin embargo hacer lo que se debe…Pero bueno es parte de su escurridisimo carisma, lo cierto es que miren cuantos grandes obedientes hombres de la compañia de Jesús aportaron enormes rios de sabiduria a la humanidad, en contra del orden establecido y sin embargo “obedeciendo”…El secreto esta en saber…recurrir a ese ambito de libertad profunda, en que el Espíritu nos enseña… a ser desobedientemente creativos…mmm eso me hace acordar que a mi me hecharon de una parroquia por llamar obedecer demasiado jejeje.- Gabriel
Lo que dices, José Luis, es muy respetable, dado que hablas desde tu sentir, pero das por hecho que todos piensan y sienten de igual manera, desde la concepción tuya, particular, que tienes:
“ Señores pienso que entre todos nos debemos de animar a decir “por aquí no pasamos” e ir recortando el poder abusivo de las Instituciones que abusan como un derecho de pernada”.
Caminar hacia adelante parece que es imposible si no es a la contra de algo o de alguien. Como si tuviéramos que estar empujados al acecho, por imposición, sin otra alternativa.
Creo que tanto Lamet como Masiá tratan de ser fieles así mismos, sin imperativos externos. No concibo a ninguno de los dos atemorizados, sino más bien respetuosos de lo que el otro hace, porque así como cada uno actúa en conciencia, entiende también así la actuación del otro.
Se trataría entonces de ser consecuentes y coherentes con lo que cada cual experimenta y siente en lo más hondo, respetando y confiando en el actuar del otro,- aunque sea diferente a lo que yo pienso y muchas veces erróneamente prejuzgo y etiqueto apresuradamente-, porque el otro así también lo expresa en coherencia a él mismo.
Ir en contra por definición de aquello por lo que vivimos en nuestras carnes en un período de inmadurez, es no reconocer ni valorar ajustadamente la persona que ahora somos en toda su realidad. Como querer borrar nuestras propias sombras, así como las muletas en las que nos apoyamos, que nos muestran también y ayudan a entender sin agotarlo quienes realmente somos.
Con todo, el respeto y confianza a la autonomía espiritual y personal de todo ser humano se echa de menos en la autoridad eclesiástica, a la que cuesta experimentar y vivir la adultez en el otro, pues parece le proyecta sus propias sombras e inseguridades, al no reconocerlas en ella misma y tratar de trascenderlas.
Un abrazo.
Leida la presentación que hace Lamet de Masiá, se ve con claridad el cariño que le tiene y lo mucho que le respeta y aprueba su comportamiento y pensamiento. La presentación escrita y su publicación representa para Lamet un acto que le honra. Yo no quiero ni creo que pueda juzgarlo, pero añado lo que pienso con motivo de este suceso.
S.Ignacio tiene un escrito que dice: “Si tu vieres que una cosa es blanca y la Iglesia dice que es negra, debieres decir que es negra”. Pensemos que esto fue dicho en otra época, sensibilidad, vivencia de la libertad y respeto de la conciencia. Ha pasado la Ilustración y nos hemos sumergido en los Derechos Humanos. Hoy día, nadie, ni menos ninguna religión puede ir contra los derechos humanos. No existen las instituciones divinas, llámese jerarquía, vaticano, Compañía de Jesús o constituciones de los jesuítas. Todas las instiutciones son humanas, históricas, pasajeras y que se van volviendo caducas. El obedecerlas en algo que va contra los derechos de conciencia y contra los derechos humanos representa una labor, aunque no voluntaria, de reificarlas, de alargar su poder irracional e irrespetuoso y de poder seguir con un poder que deshumaniza a la misma sociedad. Si no desmitificamos la jerarquía, el vaticano y hasta las interpretaciones ad literam, perpetuamos el abuso y el desorden. San Ignacio hoy día no diría lo que dijo. Como Jesús al enseñarnos el padrenuestro, no nos diría que estas en el cielo porque ya vino Galileo y otra época y Jesús como hombre real no se podía desprender de su cultura. Señores pienso que entre todos nos debemos de animar a decir “por aquí no pasamos” e ir recortando el poder abusivo de las Instituciones que abusan como un derecho de pernada.
” Uno admite las reglas de juego y tiene que respetarlas” , dice Lamet. El cual a continuación ensalza los beneficios de la obediencia como forma de comportamiento dentro de la iglesia y de la Compañía de Jesús.
“Ninguna ley fundamental nos prohibe ni veta obedecer”, dice González Morán.
Yo me pregunto qué habría conseguido Jesús si hubiera adoptado esa actitud con la institución religiosa en la que nació y vivió. Y recojo aquello de los apóstoles: “Antes hay que obedecer a Dios que a los hombres”.
Yo me pregunto si en esta actitud de obedecer y someterse hay un resto de comodidad, miedo a los riesgos de vivir a la intemperie, cobardía para enfrentarse a evidentes abusos de poder y evidentes errores…Yo advierto a todos que yo no soy Theillar de Chardin, ni Masiá, ni Lamet…Yo soy yo, y mi compromiso con la vida y con Dios es el mío, intransferible, inimitable, irrepetible.
Yo pienso en Vicente Ferrer, en tantos otros que rompieron amarras y vivieron el evangelio a cuerpo limpio. Yo me pregunto si Jesús fue obediente, que creo que lo fue, y si esa obediendia evangélica de la que El dió ejemplo es la que hoy se practica dentro de la Iglesia y de la Compañía de Jesús.
Lo tuyo, Maite Lesmes, y de tantos otros, conlleva riesgos y muchas incomodidades, conlleva que te tienes que buscar la vida sin el paraguas y la cobertura de una institución que te lo da todo resuelto, que te ahorra el trabajo de pensar, de decidir, de elegir, de arriesgar.
Muy bien, sigan obedeciendo, Reverendos Padres, sigan acatando las decisiones de la Jerarquía, predicando contra la ley del aborto, callando ante las rapiñas de los criminales de la crisis económica… Pero, por lo menos, respeten la opción de los Vicente Ferrer, de las Maite Lesmes, de todos los hombres de buena voluntad.
En realidad el patio, esta duro…pero estamos en la pelea, querido Javi…Con respeto a las declaraciones del Papa, tiene razòn, la Iglesia es ambito de pecadores y de gracias y los utopistas anarquicos, pensamos en otra Iglesia, que sera reformada por el Espíritu y que nos convertira a todos Jerarquia y pueblo…En realidad en una Iglesia, capaz de asumir con humildad que necesita de su Señor…y de la conversión…toda ella…para cumplir a cabalidad su misión…y para eso debemos pasar de vinculaciones menos humanas a vinculaciones màs cristianas y recordar que el Buen Juan, nos testimonio las palabras que salieron de la boca del mismo Jesús dijo y que sin lugar es la más grande Utopia, el mayor servicio de testimonio de Amor que debemos dar como Iglesia…Jn 13,35… Y como bien dijo el Papa… somos pecadores y estamos en camino de esto, todavia damos demasiado importancia a cosas no escenciales y nos olvidamos de las escenciales…En Él somos Utopistas, de su Utopia el Reino de Dios…Gabriel
Así parece serer, Gabriel, Masiá estaba plenamente autorizado por su jefe el Provincial de Japón.
En todo caso, veo anunciada su participación para hoy jueves 11-3-10 en Cuenca (Spain)
http://www.periodistadigital.com/religion/otras-confesiones/2010/03/10/cumbre-de-herejes-en-cuenca.shtml
Menudo reparto; imagino también a Tamayo, a Castillo … qué delicia
por otro lado el Papa va proclamando por ahí algo así como ¡qué os habíais creído!
Lo tiene todo atado y bien atado, el dictador.
http://www.periodistadigital.com/religion/
Cómo está el patio …
Yo entiendo por la información que se ha dado en este hilo que el superior de Juan…lo autorizo…Gabriel
Ya, Gabriel,
Pero yo conozco algo de lo que aporta Masiá, y me beneficio de ello, gracias a su valentía y a su llamada ‘desobediencia’ (desobediencia a algún hombre quizá, pero no a Dios).
Por el contrario me robaron a Teilhard porque lo tenían prohibido, lo prohibieron cobardemente los jerarcas.
Lo cual me mantuvo más atrasado todavía. Malditos los que prohibieron a Teilhard, pues me impidieron beneficiarme entonces de sus aportes.
Agradezco a Masiá que desobedezca a algún hombre para no desobedecer a Dios.
Jesús fue un rebelde, no obedeció a los hombres jefes de su Iglesia judía.
Supongo que no me saldrás con eso de que ‘es que Jesús era Dios’, porque no me lo creo: era un hombre, esa es la Verdad que sabemos, un hombre judío que nació y fue asesinado hace un par de milenios aproximadamente.
Lo de que era Dios no es más que una creencia de algunos …
Saludos cordiales
CONTINUACION
Sin embargo nunca dejo de estudiar y su obra difundida gracias, a que hiciera un testamento nombrando albacea de la misma dio a Luz la sabiduría con la que se construyo la Gadium et Spes…y se dirá en el mundo científico, no necesariamente religioso…de el “En la alocución de apertura del simposio titulado “Ciencia y Síntesís”, organizado por la UNESCO en 1966, René Maheu (1967), director general de este organismo, decía:La obra de Einstein y la de Teilhard [… ] constituyen sin duda alguna, cada uno a su manera y por su propio esfuerzo, los sistemas de conocimientos más extensos y densos a la vez que se hayan concebido. No basta con constatar que ningún afán de síntesis haya sido tan ambicioso en el campo de la ciencia: sobre todo hay que observar que la síntesis nunca se ha identificado tan consciente y voluntariamente como en la mente de estos dos sabios.”
http://www.redcientifica.com/gaia/tc/tc1_c.htm
Este comportamiento paradojal…es en mi modesto sentir, un signo distintivo de los Jesuitas, capaces de lograr a pesar de la obediencia y de la persecución, ser anunciadores y constructores de enormes oleadas de sabiduría que muchas veces hacen “evolucionar” a la humanidad toda…son heraldos de un tiempo nuevo…y sin embargo, cruelmente perseguidos y incondicionalmente hijos de la obediencia…pero esto en realidad nunca los ha detenido…Y obviamente Juan no es la excepción…Un abrazo JUAN …querible Jesuita Contumaz…Con cariño Gabriel
ACLARACION: Al no dejarme el sistema, colgar mi comentario y luego de intentado varias veces, voy a interlo borrando algún vinculo, pero dejo en negrita las letras de comentarios que pegue desde internet, lastima que el sistema no me deje colgar el vinculo que es muy interesante.- Gabriel
Hablando de los Jesuitas y de la intimidad de su conciencia, me atrevo a pegar y comentar lo siguiente, con sumo respeto:
Teilhard era consciente de sufrir la persecución a causa de sus ideas, pero, a la vez, por ningún motivo se sentía con el derecho de romper con la Iglesia [ Nota 61 ]. Vivió a fondo y de manera coherente la virtud de la obediencia [ Nota 62 ]. Comentando algunos de sus sentimientos a Jeanne Mortier -referente a las negativas que había recibido-Teilhard le dirá:
“Te lo repito: todo esto no produce en mí ninguna amargura, porque estoy demasiado seguro del resultado final. No me he sentido jamás tan profundamente ligado a la Iglesia; ni tan firme de que esta Iglesia, reflexionando con mayor profundidad sobre su Cristo, será “la” religión del mañana…” [ Nota 63 ].
Igualmente nos parece interesante recordar aquí las palabras con las cuales se dirigía al entonces general de la Compañía, el padre Jean Janssens, referente a la prohibición de publicar alguno de sus escritos de índole teológica:
“En verdad (y en virtud también de toda la estructura de mi pensamiento), me siento hoy más que nunca irremediablemente ligado a la Iglesia jerárquica y al Cristo del Evangelio como jamás en la vida lo hubiese estado. Jamás el Cristo me ha aparecido tan real, tan personal y tan inmenso. ¿Cómo podría pensar que la dirección en la que me he comprometido está equivocada? Queda el hecho, lo reconozco plenamente, que Roma puede tener sus razones para estimar que mi visión del cristianismo es prematura, o incompleta en su forma actual y en consecuencia que no podría ser difundida en el presente sin inconvenientes. Es sobre este punto importante de fidelidad y de docilidad exteriores que yo insisto particularmente (esto, en efecto, es el objetivo esencial de esta carta) en afirmar que, a pesar de ciertas apariencias, estoy decidido a permanecer “hijo de obediencia”” [ Nota 64 ].
Era obvio que en ciertos momentos Teilhard sintiese de manera especial la angustia y el dolor al experimentar censuras, rechazos y exilios camuflados. Estos mismos sentimientos los pone por escrito en una carta que envió a su amigo Auguste Valensin:
“Querido amigo, ayúdame un poco. Exteriormente he estado a la altura: pero interiormente es algo que se parece a la agonía o a la tempestad […]. Oh amigo. Dime que no he sido infiel a mi ideal obedeciendo…” [ Nota 65 ].
http://www.redcientifica.com/doc/doc200212020310.html
Teilhard obedeció hasta sangrar y murió exilado en Nueva York- Victima de un exilio silencioso
“Tal situación de exilio y de censura se mantendrá hasta los últimos días de su existencia. En marzo de 1955 recibía una invitación para participar en el gran congreso paleontológico que tendría lugar al mes siguiente en la Sorbona, pero las autoridades eclesiásticas le prohíben tomar parte en tan importante encuentro [ Nota 58 ]. Sería fácil enumerar una larga cadena de injusticias y de hechos desagradables vividos por el Jesuita [ Nota 59 ]; pero, a pesar de esos momentos llenos de incomprensión en los que tuvo que soportar calumnias y desprecios, él, que había consagrado a Dios su vida, supo ser fiel a su ideal religioso…”
Sin embargo nunca dejo de estudiar y su obra difundida gracias, a que hiciera un testamento nombrando albacea de la misma dio a Luz la sabiduría con la que se construyo la Gadium et Spes…y se dirá en el mundo científico, no necesariamente religioso…de el “En la alocución de apertura del simposio titulado “Ciencia y Síntesís”, organizado por la UNESCO en 1966, René Maheu (1967), director general de este organismo, decía:
La obra de Einstein y la de Teilhard [… ] constituyen sin duda alguna, cada uno a su manera y por su propio esfuerzo, los sistemas de conocimientos más extensos y densos a la vez que se hayan concebido. No basta con constatar que ningún afán de síntesis haya sido tan ambicioso en el campo de la ciencia: sobre todo hay que observar que la síntesis nunca se ha identificado tan consciente y voluntariamente como en la mente de estos dos sabios.”
http://www.redcientifica.com/gaia/tc/tc1_c.htm
Este comportamiento paradojal…es en mi modesto sentir, un signo distintivo de los Jesuitas, capaces de lograr a pesar de la obediencia y de la persecución, ser anunciadores y constructores de enormes oleadas de sabiduría que muchas veces hacen “evolucionar” a la humanidad toda…son heraldos de un tiempo nuevo…y sin embargo, cruelmente perseguidos y incondicionalmente hijos de la obediencia…pero esto en realidad nunca los ha detenido…Y obviamente Juan no es la excepción…Un abrazo JUAN …querible Jesuita Contumaz…
Quizá Maite Lesmes, Masiá cuenta con la ventaja –con la cual no cuenta Lamet- de estar bajo la jurisdicción de un Provincial jesuita en Japón, donde no hay la atrasada jerarquía española, la CEE.
No olvidemos que la jerarquía española, la de la CEE, bendijo y bendice la Cruzada y la dictadura fascista con todo y sus crímenes. Un jesuita sometido a un Provincial en España parece muy distinto de un jesuita sometido a un Provincial en Japón.
Masiá presenta su libro y vuela de inmediato a Japón, donde respira. Lamet no está en esas condiciones, sino en otras, mucho más desfavorables para respirar que las de Masiá en Japón.
En España si eres ultraconservador, estás a partir un piñón con la jerarquía católica, y vives tu catolicismo como pez en el agua, seguramente votando al PP.
Fíjate en Bono: SuEminenciaCamino le niega las hostias (por lo visto este jesuíta es el dueño de las hostias), aunque parece que Bono se las arreglará para que se las den en otra parte, donde no controle Camino.
¿Crees que en Japón es imaginable que le nieguen la comunión a Bono? Yo creo que no. Vivimos en la caverna involutiva, aquí en la España católica, reserva espiritual de occidente, donde ya parece que las bodas civiles superan en número a las eclesiásticas (creo que lo leí en el Correo de hace unos días …).
No desviemos el tema: El post se refiere, en primer lugar, a pretender justificar que hay razones -el voto de obediencia- para no cumplir con el compromiso asumido de presentar el libro de un amigo y compañero de Orden.
En segundo lugar, se intenta camuflar la irresponsabilidad que supone comunicar a los organizadores (y quizá al autor), la víspera del acto de presentación del libro, que no asistirá. Además parece compensarlo presentándolo como un acto de rebelión al dar a conocer que la ausencia se debe a una prohibición
y publicando el texto preparado para la ocasión.
A nadie se le escapa que presiones episcopales son la causa remota de que el superior de Lamet le inste a no
colaborar en la presentación del libro.
De ahí que merezca la pena sopesar qué instancias, qué valores, qué criterios… deben anteponerse a la obediencia a una orden que es un ejercicio de poder de alguien, sin razones objetivas para impedir, a última hora, que la persona que había contraído un compromiso tenga que hacer virguerías para librarse de él.
En el fondo hay una escala de valores que probablemente haya que revisar, porque -repito- lo particular (en este caso una presión, o el hecho de que J Masiá sea uno de los chivos expiatorios para los ultracatólicos) no puede ser antepuesto al marco ético de los DH que nos hemos dado, basados en nuestra condición de personas racionales y libres. La autonomía de la conciencia es prioritaria.
¡Que se le va a hacer! Las huellas de Jesús con el soplo del Espíritu no saben de fronteras, sino de la Fraternidad que parte de la Pater-Maternidad Divina y se concreta en Filiación Universal.
Sobre los considerados justos o pecadores, ilumina el Sol; y sobre todos ellos suele caer la lluvia de parte del Padre, además de aclarar su Hijo y Hermano nuestro que, si sólo se ama de verdad a los amigos ¿qué se hace de más, intentando ser reconocidos como discípulos suyos?
Es en el amor práctico a TODOS, incluidos los ENEMIGOS o DIFERENTES, (si es que damos con ellos, que en realidad ya es harto difícil), cuando damos señal de pertenencia a Jesús.
Bienvenido el libro de Juan Vivir en la Frontera y cuestionamiento cristiano a cuantos ni siquiera eso quieren aceptar como ofrenda complaciente a su condición infantilista a la que se refiere Pablo cuando afirma lo que de niño se hace y se necesita.
Porque lo que importa ya, y a ello nos llama la NOVEDAD DE JESÚS es a VIVIR SIN FRONTERAS, si queremos que su LEVADURA fermente la MASA HUMANA.
Zona del cuerpo que no recibe el influjo nervioso o el riego sanguíneo y queda bloqueada, va destinada a la gangrena mortal.
Es hora pues de que ningún miedo nos detenga ante la necesaria intercomunicación vital de la abundancia de Vida a la que ninguna Religión, ni Política pueden poner prohibiciones en nombre de Quien ha venido a que vivamos humanamente, y lo hagamos en la abundancia que necesita nuestra FRATERNIDAD.
El Padre Pedro Miguel Lamet cierra el comentario transcrito en participaciones anteriores con estas palabras dirigidas a Maite Lesmes: “Por otra parte, el juicio con que acabas tu comentario entrando en el santuario de mi conciencia me parece un tanto abusivo, aunque lo comprenda. Gracias de nuevo, Maite, y que Dios te bendiga”.
Me parece un acierto del Padre Lamet dejar al descubierto las intenciones de quien bucea en su conciencia sin conocer la hondura de su autenticidad. Maite Lesmes y el Padre Lamet se mueven en paradigmas completamente distintos y está éticamente vedado entrar en el santuario de la conciencia del otro con los mecanismos deliberativos y las opciones personales propias sin ponderar debidamente las ajenas.
Por favor, sería bueno que dejáramos a las persona tomar sus propias opciones con libertad y autenticidad, aunque a nosotros nos parezcan erróneas. ¿Estamos plenamente seguros de que son nuestras posiciones las que están radicadas en la verdad y siempre son los otros los que se equivocan? ¿Se puede descalificar a alguien por el simple hecho de que sus opciones y valores no coincidan con los míos? ¿Están siempre bien deslindadas las fronteras entre el “poder” y la “sumisión”?
Añade Maite Lesmes: “¿…hemos de ser leales a la opción inicial, aunque no lo veamos claro? ¿Intransigente en lugar de rectificar? ¿Uno no puede abandonar el sacerdocio, ni divorciarse, ni cambiar de carrera…según eso?” Claro que uno puede abandonar el sacerdocio y divorciarse y cambiar de carrera… y muchas cosas más y tal decisión será siempre respetabílisima. Pero ¿por qué no puede ser igualmente respetable que una persona decida continuar siendo sacerdote, jesuita y obedecer a sus superiores, si esta es la opción que sanciona religiosa, ética y vitalmente su conciencia… sin que ésto chirrie contra los Derechos humanos fundamentales?
Dice Maite Lesmes: “Me llama la atención cómo, sin embargo, esas tesis (las mantenidas por el Padre Pedro Miguel Lamet) son insostenibles para alguien que está fuera del sistema, desde la laicidad y por reconocer el incomparable marco de los DH fundamentales”. Siempre el bálsamo de fierabrás de “estar fuera del sistema”: parece que esto es ya es un salvoconducto de garantía de origen. Como si esto diera una patente de limpieza intelectual y genuinidad inmarchitable. ¿Existe algún derecho fundamental que vete o prohíba obedecer? Por favor, ilústrennos!
Elegante, de una gran finua espiritual el Padre Lamet: él es un jesuita intelectual, lúcido, defensor de mil causas de claridad y autenticidad eclesial, con una historia generosa de fecundidad eclesial y jesuítica y de sufrimiento por su libertad de espíritu y búsqueda honesta de la verdad. Pero a los que están fuera del sistema les molesta…que sea obediente.
“Factus oboediens usque ad mortem, mortem autem crucis”.
¿Lamet aceptó que tenía que obedecer a su Provincial aún cuando éste le estuviera mintiendo en los motivos de su imposición? No lo creo.
Lamet parece que se daba cuenta de que era falso el motivo que le decía su Provincial para prohibirle asistir al acto era que Masiá desobedecía las órdenes de su Provincial de Japón bajo cuya jurisdicción se encontraba. Y suponía que el motivo era que los Jefes mitrados andaban enredando en la trastienda.
Me parece demasiado ciega la obediencia, debida a quien te engaña, es decir, a quien te menosprecia, pues entiendo que quien te miente, te menosprecia. No es cristiano admitir que te menosprecien, eso no es amarse a uno mismo, ni al prójimo, con el amor con el que Jesús nos ha amado.
No creo que Lamet admitiera desde el principio, desde que se hizo jesuita, que tenía que obedecer aunque su Provincial le engañara.
Pues si admite la mentira en la relación, ésta se deshumaniza, y lo que se deshumaniza se descristinaniza: a eso no estaba obligado Lamet, supongo, desde que se hizo jesuita.
Otra cosa es que de hecho se haya visto obligado a aceptarlo después, si esa ha sido la costumbre. El término despectivo jesuita = hipócrita en el lenguaje vulgar es por algo.
Pues si, mi querida Maite, el pobrecio Bonodbe tener los pies deshechos de tanto patear… despachos lujosos:
13/06/06
Bono puede considerarse un político privilegiado. Como presidente de Castilla-La Mancha disfrutó de un despacho de lujo en el Palacio de Fuensalida: el del mismísimo rey emperador Carlos I. Ahora, además del que tiene asignado en el Ministerio de Defensa, dispone de otros en las sedes de los cuarteles generales de los tres Ejércitos. En el de Tierra, tiene el de Azaña; y en el de la Armada, el de Godoy, que también usó Azaña.
Y no soy yo quien tiene onsesiones, Maite, es Bono el obsesionado por las pilas bautismales:
http://www.camineo.info/news/145/ARTICLE/5850/2010-01-05.html
Como atenuente, te dire, que estoy de acuerdo contigo en el tema Pedro Lamet.
Me voy al avion. Te espero en Bilbo….
p.d.
compara por ejemplo lo que tú dices, con lo que textualmente dice Lamet
Tu dices
“Dice Lamet que cuando se acepta una opción vital hay que aceptar las reglas del juego. ¿Significa eso que una decisión tomada a los quince años es irrevocable? ¿Significa que aunque tome conciencia de los cambios operados en uno mismo, en la sociedad, en la teología, con el Concilio…. hemos de ser leales a la opción inicial, aunque no lo veamos y claro? ¿Intransigente en lugar de rectificar? ¿Uno no puede abandonar el sacerdocio, ni divorciarse, cambiar de carrera…, según eso?”
¿Cómo puedes suponer -o siquiera preguntar- que éso es lo que quiere decir Lamet? cuando textualmente dice lo contrario:
“Si Juan, a la larga, quiere romper la baraja, yo le respeto. En todo caso hay que hacer un discernimiento y yo lo he hecho,.. Yo no voy a actuar fuera de mi Orden. Si Juan quiere hacerlo, es muy libre”
Maité
Estaría bien que también superaras tu propio maniqueísmo. Pones en Lamet expresiones que no son de él, son tuyas.
Y efectivamente, como dice Lamet, es un abuso entrar en la conciencia personal (juzgando ahora que es infantilismo o búsqueda de certeza). Si éso lo decimos de Benedicto XVI, o de Rouco, lo decimos de cualquiera, ¿no? ¿O se trata de que sólo es incorrecto cuando lo hacen quienes están del otro lado de la banqueta? (ojo, esto implica que me considero de tu mismo lado de la banqueta en prinicipio)
Siempre me ha chocado que se trate de “psicoanalizar” al que opina diferente, Lo digo con claridad: me parece un abuso ético y una despropoción profesional (hacer una evalución psicológica basada en un sólo texto, sin nisiquiera media una entrevista con presencia física, no me parece profesional)
Saludos cordiales
Rodrigo
Otro ejemplo de manipulación, esta vez desde la intolerancia y cerrazón mental de un ex-obispo y apelando a la “desobediencia legítima” (¿?):
http://www.dosmanzanas.com/2010/03/un-obispo-llama-a-la-desobediencia-civil-contra-el-matrimonio-homosexual.html
Lamet me ha respondido así en su blog a la crítica que allí le hice:
Con todos mis respetos, P.M.Lamet:
Es ya un mínimo de valentía y honestidad contar o denunciar las presiones.
Pero: cuando una prescripción particular (voto de obediencia) se coloca por encima de un derecho universal (el derecho a la libertad, de pensamiento, de investigación, de cátedra, de expresión…) y por encima de valores también universales, como son la amistad, la lealtad, la coherencia, la verdad compartida…, algo falla.
El voto de obediencia lo llevan utilizando siglos para anular las conciencias e imponer su voluntad, no la de Dios, que no se ha pronunciado nunca. Lavan la mente haciéndose pasar por representantes de Dios esos superiores sumisos a otras mentes también eclesiásticas, que sólo sirven a sus eclesiásticos intereses.
Lamet, su gesto es insuficiente: esperaba que pusiera por encima su conciencia y su amistad por Masiá. Si está convencido de que esto es un atropello, tendría que haber hecho objeción e ir a presentar el libro.
lamet // Mar 4, 2010 at 17:48
Gracias, Maite por tu sinceridad. Pero cuando se hace una opción en la vida, uno admite las reglas del juego y hay que ser coherente con ellas. A mí me ha dado resultado obedecer, incluso cuando me afectaba en aspectos muy personales hasta aceptar años de silencio. Al final eso ha reforzado mi postura y desapego del “yo”.
En la situación de la Iglesia de hoy habría que estar haciendo objeción de conciencia cada minuto y entonces acaba por romperse la baraja. Te quedas dentro o fuera. Yo amo a la Compañía de Jesús y creo que realiza una gran labor posibilista con grandes personas que ponen por encima su amor a Dios a las opiniones personales. Quiero estar dentro.
Si Juan, a la larga, quiere romper la baraja, yo le respeto. En todo caso hay que hacer un discernimiento y yo lo he hecho, Por otra parte en la aldea global que vivimos la presencia es ubicua. Ahí está lo que pienso de Juan y su libro en conciencia, al alcance de todos, incluso de los que no hayan podido asistir al acto.
Yo no voy a actuar fuera de mi Orden. Si Juan quiere hacerlo, es muy libre. No sé cuánto le durará. Aunque sea mi amigo y aprecie su labor, yo no soy Juan, soy Pedro.
Y por otra parte esto no es un drama, hay cosas más importantes por las que jugárselas que la presentación de un libro. Él sabe hasta qué punto me tiene para lo verdaderamente importante. Y tampoco es verdad que todos los superiores te machaquen. He conocido los que buscan tu bien y el bien universal. La Compañía española está haciendo grandes cosas en el mundo de la cultura y la justicia. ¿Le interesa andar a la greña con los obispos? Ya ha tenido bastantes dificultades, como recojo en algunos de mis libros.
Por otra parte el juicio con que acabas tu comentario entrando en el santuario de mi conciencia me parece un tanto abusivo, aunque lo comprenda. Gracias de nuevo, Maite y que Dios te bendiga.”:
http://blogs.21rs.es/lamet/2010/03/04/mi-presentacion-impresentada-del-libro-de-juan-masia/
Quien así se expresa merece se le reconozca un correcto proceder. Me llama la atención cómo, sin embargo, esas tesis son insostenibles para alguien que está fuera del sistema, desde la laicidad y por reconocer el incomparable marco de los DH fundamentales.
“Aceptar una opción vital” ¿se debe entender como pretender continuar el mensaje de Jesús, o ser miembro de la Cia. de Jesús, que conlleva entre los votos el de obediencia? ¿Se empieza buscando ser un buen cristiano y, por desplazamiento, se acaba siguiendo la voluntad de los superiores
(como Lamet dice, no todos son mala gente ni marionetas de sus respectivos jerarcas) que dicen representar la voluntad de Dios.
El voto de obediencia es un instrumento perverso que a lo largo de los siglos millones de hombres y mujeres han interiorizado con la mejor intención. No sólo han visto que la autonegación -plegándose a la voluntad de otro- era mejor que la decisión personal que comporta la posibilidad de equivocarse; es que han introyectado que Dios habla por medio de la voluntad de los superiores.
Han aprendido que, obedeciendo, no se equivocan nunca, aunque se equivoque el superior. (Dice Lamet: “me ha dado resultado obedecer… me ha reforzado en mi postura y he logradoel desapego del ‘yo’..”).
Si esto es, en el fondo, una búsqueda de seguridad de la que se carece, o un temor a equivocarse, o un reflejo de mente infantil…, en lo profundo encontramos un entronque con la creencia en que Dios se ha revelado, interviene en el mundo y en las conciencias; es una creencia en lo “sobre-natural”, en intervenciones mágicas…
Desde la Ilustración -por algo Benito y todo defensor del dogma la consideran fuente de todo mal- se apela a la autonomía de la conciencia, que nos posibilita ser racional y éticamente maduros, y que por respetar la autonomía de la conciencia del otro, posibilita crecer como personas libres que han de construir la sociedad civil en el marco de los DH.
NI Dios se ha revelado, ni por supuesto se ha revelado en la jerarquía o superiores, como pretenden hacer creer a los que consideran súbditos.
¿Cuándo se darán cuenta los religiosos de que no somos vasallos, sino ciudadanos, con responsabilidad horizontal?
Sólo hacerse cargo de la propia conciencia autónoma posibilitará crecer como personas, asumir nuestros errores, equivocaciones, aprender de la frustración, respetar lo mismo en el otro.
Dice Lamet que cuando se acepta una opción vital hay que aceptar las reglas del juego. ¿Significa eso que una decisión tomada a los quince años es irrevocable? ¿Significa que aunque tome conciencia de los cambios operados en uno mismo, en la sociedad, en la teología, con el Concilio…. hemos de ser leales a la opción inicial, aunque no lo veamos y claro? ¿Intransigente en lugar de rectificar? ¿Uno no puede abandonar el sacerdocio, ni divorciarse, cambiar de carrera…, según eso?
Estoy segura de que es sincero cuando afirma que ama la Iglesia y la Compañía, pero ¿no está tomando ambas en un sentido restrictivo, como si laprimera se identificara con la jerarquía y la segunda con los superiores?. “Quiero estar dentro”: ¿el que discrepa de lo oficial y de la autoridad está fuera? ¿Los que discrepamos somos sectarios?
Lo que es cierto es que, como dice, “haycosas más importantes que jugársela por la presentación de un libro”. Pero si no somos capaces de ir a la presentación de un libro a que nos habíamos comprometido, ¿cómo vamos a ser capaces de plantarnos ante cuestiones de mayor calado, como es dejarles el monopolio de la verdad, permitirles la injerencia en la sociedad y en nuestras vidas, porque quieren pasar por enviados de dios?
Jesús no impuso ni exigió obediencia ciega. Jesús no manifestó intereses personales ni de tribu…
Querido Pepe Sala, sabes que cuando alguien ocupa cargos públicos y pertenece a un partido, en el sueldo entra asistir a acontecimientos y realizar viajes que de motu proprio uno no hubiera elegido. Nada tiene que ver con el Opus muchas cosas de la vida de Bono, desde sus viajes a Bolivia y contribución a las tareas con los pobres de Nicolás Castellanos allá, hasta la adopción de una hija de un país latinoamericano, sin entrar en las preocupaciones sociales con que ha marcado su paso por la política de Castilla-La Mancha que se recorrió palmo a palmo…
Con lo inteligente y buenazo que eres, choca tu obsesión con los socialistas. Te aseguro que ni entre los comunistas ni entre los fascistas faltan malas personas, como encontramos entre ellos buena gente. Es hora de que intentemos superar el maniqueísmo.
Un fuerte abrazo
Para zanjar errores, cuando pongo CIA…no me refiero al organo de inteligencia norteamericano, sino la Patota de los compañeritos de Je´sus…Es decir la compañia…que fue lo que debí poner, perdon por el horror involuntario.- Gabriel
Algunas consideraciones que me parecen importante, he compartido con Juan desde su blog primero y desde mucho de sus escritos aparecidos en Internt y alguno que otro correo electronico…Esto me dió elementos para tener la convicción de que es un Jesuita contumaz…pero en el mejor sentido de la palabra Jesuita…Los de la frontera, los que se animan dialogar con lo desconocidos, los que dan el paso al encuentro del futuro…Ellos corren el riesgo de enteder antes que muchos…muchas cosas…y sobretodo de ser incomprendidos, un buen Jesuita, es siempre una persona de dos mundos y siempre es objeto de imcompresiòn… Sin perjuicio de que se puede coincidir o discrepar con posiciones de Juan, pero ante tan entrañable persona, lo que no se puede hacer es ignorarlo o hacerle el vacio…Recordemos especialmente la gente de la CIA, cuanto Jesúita sufrio el silencio…y el manifiesto desprecio, por afirmar cosas, que significaron en muchas ramas del conociemiento humano, incluyendo la teólogia, un salto hacia adelante…Recordemos que entre quienes vivir en comunidad…es en la comunión de la comunicación en donde se zanjan las naturales discrepancia y no en la verticalidad, estamentaria…Debe ser por eso que los verdaderos Jesuitas, siempre seran hombres de frontera…personas incomprendidas…que hacen que todos nos hagamos las preguntas que tenemos miedo de hacer y cuya respuesta, ademàs de implicar la vida…implican la construcciòn del mañana…es decir el avanzar, el caminar, el desinstalarse y comenzar a avandonando las seguridades…a andar el camino…Un abrazo al querible JUAN…Gabriel
Maite…las pruebas no son muy necesarias cuando las cosas son tan evidentes. Bien es verdad que sera dificil probar la pertenencia de NADIE al Opus Dei ( es secreta); pero los maores d Bono por todo loque huele a incienso e dl domnio publico. Y sus visitas al Vaticano en cualquier canonizcion de fascistas que se presente no permite dudr dmasiado d la sabiduria popular. ( el Pueblo se entera de todo.)
Y sobre su falangismo… mujer,pero si eso esun mal extendidisimo en el Gobierno del PSOE. Te lo contare utilizando algo muy ” simpatico”, que a mi no me lo parece tanto:
http://madrid.indymedia.org/node/10112
Venga, un abrazote, Maite.
Gracias, ASUN, por tus palabras de hoy y de tantas veces en que has sido igual de amable conmigo. Llevo meses con problemas de conexión y con el ordenador, disculpa que no te lo haya dicho antes.
PEPE SALA, no tengo ninguna prueba de que Bono pertenezca al Opus, a pesar de que eso se haya oido a veces. Ni a la Falange.
Sí te puedo decir que anteayer se había preparado a fondo la ponencia, sé que entra en Blogs y portales como los que nosotros frecuentamos y que había más diputados allí. Si esto se diera a menudo, sería un paso adelante hacia la concienciación de que se ha de poner fin a los Acuerdos inconstitucionales con el Vaticano
y hacia un Estado laico real.
Quiero agradecer a Maite, el anuncio previo que hizo a Atrio de la presentación, así como su “reseña” de tal acto. Creo que mueve a leer el libro y hacerse uno con el espíritu libre de Masiá y de tantos otros pioneros que hacen de puente con mucha paciencia, sin miedos ni seguridades.
Un fuerte abrazo.
Celso Alcaina dice:
“”Quiero, además, resaltar la intervención de José Bono. Me pareció excelente, más propia de un teólogo de vanguardia que de un “político”.””
El problema es que, cuando un politico que lleva decadas en la politica se dedica a la teologia en vez de a sus menesteres, suelepasar que acaban canonizados los asesinos, en vez dels victimas.
Bien haria , el politico Jose Bono, en dedicar mas esfuerzos a procurar JUSTICIA a los ciudadnos y dejars d tanta aividad teologica y de asistencias al Vaticano para disfruta de canonizciones masivas.
Pero claro… el Opus Dei es mucho Opus. Y Falange tiramucho
Lamet dice que su provincial le dijo que le prohibía firmemente ir a la presentación del libro de Masiá porque Masiá no cuenta con el permiso de su Provincial de Japón.
“La motivación esgrimida por el superior es que la Compañía no puede respaldar con la presencia de un jesuita un acto, para el que, según él, Masía no cuenta con los correspondientes permisos del provincial del Japón, bajo cuya jurisdicción se encuentra. Mi intuición me dice que, dada la inmediatez de la medida, probablemente detrás gravita la llamada del algún importante mitrado.”
Entonces el motivo que le dijo el Provincial a Lamet es mentira (así que el calificativo ‘jesuita’ tiene también en castellano un significado de algo muy feo); debe ser como las Armas de Destrucción Masiva de la guerra de Irak para los cristianos guerreros Aznar, Blair y Bush que ardían de deseos de hacerla. Todo una filfa, ¡cualquiera les cree al Provincial de Lamet y a los mitrados de ‘la trastienda’!
Porque Masía sí tenía permiso de su Provincial de Japón. ¿No tiene teléfono el Provincial de Lamet, para preguntar previamente al de Masiá?:
¡Oye colegui, ¿le has dado permiso tú a tu chico soldado Masiá para presentar su libro en Madrid en un acto al que va a ir un sociata llamado Bono que se dice católico aunque tiene prohibido comulgar? Porque si no les has dado permiso, ninguno de mis chicos soldado va a ir, eh? Pero no le llamó. Estaría cerrado o fuera de cobertura, el colegui japonés.
Pero, si no le pudo preguntar, cómo sabía que no tenía permiso del Provincial de Japón? La mentira del Provincial anda por medio. Menuda caridad cristiana la del Provincial, que le deja interesadamente a Masiá bajo sospecha.
Lamet dice que ha presentado sus disculpas: el que tenía que presentarlas a Masiá y a Lamet, y no las presenta, es el Provincial de Lamet. Caridad cristiana de Provincial de la Cía de Loyola. Menudo ejemplo cristiano el del Provincial. Pero su carrera eclesiástica irá en ascenso con ello, sus jefes estarán contentos.
El libro de Masiá debe de ser de muchísimo más interés que los jefes Provinciales de la compañía (suena a militar, como si el de Loyola se hubiera quedado con lo militar que tenía). La semana que viene lo comparé, si no lo prohíben antes y lo retiran de las librerías, los jefes mitrados del tinglado.
La obediencia reconoce el poder y la sumisión; el poder de quien ordena y la sumisión del que acata. Quizá por ello el término obediencia no aparece nunca en los evangelios. Sí, en cambio, se usa el verbo obedecer, pero nunca aplicado a personas.
Saludos
Lali
Siento, que dejara “solo” a su amigo… quizá es hora de interpretar el voto de obediencia…
Si este responde, a mandatos desde “fuera” por “capricho” incomprensible, de los altos cargos de la iglesia, por su ceguera, e inmovilidad, ante el avance del pensamiento y vivencia de creyentes, deseosos de un cambio ¡¡urgente!! ante las enseñanzas que estos siguen esgrimiendo.
Ese voto, nada tiene que ver con ellos…
Si al maestro, lo persiguieron, por fidelidad a la ¡Voluntad de Dios! ante el fariseísmo que allí se vivía, como se manipulaba, su proyecto; lo mismo les sucederá, a quienes sientan, comprendan, experimenten; que hoy como ayer, (no se porque “deseos”) lo siguen haciendo…
Habrá que ser fieles, y cargar con las consecuencias que la fidelidad trae consigo.
Juan Masiá, nos enseña, con paz y una gran serenidad; expone su experiencia, su mirar la realidad presente; no la impone, la expresa, comunica, para dar oportunidad, a todas las personas, que van experimentado ese “cambio” necesario para crecer.
Aprendiendo a escuchar de nuevo, la ¡¡Buena Noticia!! que es hoy, igual de novedosa que ayer; nos impulsa a soltar amarras, para llegar a la verdadera libertar humana en plenitud.
mª pilar
Javier Renobales, yo también asistí al acto y no sólo sé, porque lo explicó, que sí tenía permiso para presentar el libro, sino que sé que Juan sabe conciliar el ser libre -como no lo son ni sus superiores en tantas ocasiones, ni muchos de sus compañeros jesuitas- con vivir en la frontera o bailar en la cuerda floja o enresacar lo mejor de Oriente y Occidente.
B. Forcano ha hecho un buen prólogo al libro, captando con empatía lo que Juan ha querido decir con el título y como lema de vida. El libro es una delicia para quienes quieran reflexionar sobre lo divino y lo humano de la mano de la ética, el compromiso de creyente y ciudadano atento a lo que sucede alrededor.
Bono destacó lo que en la p. 26 también habíamos subrayado otros: “Asusta a las jerarquías eclesiásticas la pluralidad teológica. Confunden discrepancia respetuosa con disidencia desobediente y disentir responsable con heterodoxia desarraigada.” Y contó que se había percatado, por experiencia en el trato con jerarcas y por confrontación de escritos de éstos, incluido el último Catecismo del que tomó una cita, que la cúpula eclesiástica prefiere a ateos que a católicos discrepantes. Y es que los miedos, como dice Masiá engendran agresividades y los malentendidos abren grietas en la opinión pública de la iglesia de nuestro país, donde todo es o blanco o negro.
Menos mal que hay creyentes, jesuitas, personas como Masiá.
Yo asistí al acto. A Javier Renobales (y a quien lo dude) informo que Juan Masiá aclaró allí que su provincial, el de Japón, no obstante las reticencias recibidas de otros superiores jesuita, lo había autorizado expresamente para celebrar este acto. Eso sí, le recomendó que se fuera cuanto antes a Japón sin esperar las reacciones en España. Quiero, además, resaltar la intervención de José Bono. Me pareció excelente, más propia de un teólogo de vanguardia que de un “político”.
Siempre me acuerdo de aquella canción de Guy Beart La liberté que venía a decir celui qui dit la verité doit etre executé. Esto pasa en la sociedad civil y tambien en la Iglesia. Se tiene miedo a la libertád, al Espíritu, porque eso nos hace repensar nuestras posiciones. Pero sólo con libertad se puede hacer avanzar tanto a nivel personal como a nivel estructural. Solo desde la libertad podemos construir una sociedad y una Iglesia más auténticas.
Masiá también es jesuita, y supongo que también tenía prohibido acudir al acto. Sin embargo Masiá acudió
http://www.21rs.es/news/view/6798
Eso de obedecer ‘a Dios’ antes que a los hombres debe tener varias lecturas … Masiá tiene mucha razón cuando afirma que hay dos Iglesias en la ICAR.
Una es la oficial, la del provincial, la de los Obispos, la de la ortodoxia fiel y cumplimiento a rajatabla.
La otra la de tantos y tantos heterodoxos, en la doctrina y en la práctica, mucho más numerosa que la oficial, supongo.
Gracias, Pedro Miguel y Juan, por hacer libremente lo que el sagrario del silencio os dicta en vuestro profundo ser.