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Mi presentación impresentada del libro de Juan Masiá

Hace un mes mi compañero y amigo Juan Masiá me pidió que presentara en Madrid su último libro, Vivir en la frontera (ed. Nueva Utopia), que, como su mismo nombre indica, recopila una serie de artículos de este autor sobre temas fronterizos. Le respondí que “de mil amores”, pero le sugerí que para evitar lo del “jesuita presentando a jesuita” buscara a alguien que lo pudiera hacer desde fuera, por ejemplo un laico conocido.

masia2Al cabo de un tiempo recibí la convocatoria de la presentación en la que intervendríamos Benjamín Forcano, por la editorial, el presidente de Congreso de Diputados, José Bono, y un servidor. Pues bien, anteayer cuando me encontraba en el aeropuerto para tomar un avión a San Sebastián, donde pronuncié una conferencia sobre “Jesus de Nazaret en la novela y el cine conteporáneos”, recibí una llamada de mi superior provincial en la que me pidió cordialmente pero con firmeza que no asistiera a ese acto que se celebra hoy, 4 de marzo, en el salón de actos de los Escolapios.

Como entendí que era una decisión que afectaba a mi voto de obediencia no acudiré al acto. Pero, como al mismo tiempo había dado mi palabra y a última hora desbarataba el programa de la presentación comuniqué a mi superior que haría pública la razón de mi ausencia. La motivación esgrimida por el superior es que la Compañía no puede respaldar con la presencia de un jesuita un acto, para el que, según él, Masía no cuenta con los correspondientes permisos del provincial del Japón, bajo cuya jurisdicción se encuentra. Mi intuición me dice que, dada la inmediatez de la medida, probablemente detrás gravita la llamada del algún importante mitrado.

En todo caso he presentado mis disculpas a los organizadores del acto al que siento no asistir por la amistad que me une desde hace muchos años con Masiá y por este feo totalmente ajeno a mi voluntad. Pero ello no me impide ofrecer en este blog el texto completo de esta presentación impresentada. Lo hago por razones de conciencia y porque pienso que mis palabras pueden ayudar a un conocimiento más cabal de la verdadera personalidad de Juan Masiá. Estoy seguro que mi falta no restará brillantez alguna al acto y que los asistentes disfrutarán de las  intervenciones de mis colegas y buenos amigos Bono, Forcano y Masiá.

 

 PRESENTACIÓN DEL LIBRO DE JUAN MASIÁ “VIVIR EN LA FRONTERA

vivir-en-la-fronteraUn koan en la tradición zen es  un problema que el maestro plantea al novicio para comprobar sus progresos. Muchas veces el koan parece un problema absurdo, ilógico o banal. Para resolverlo el discípulo debe desligarse del pensamiento racional y aumentar su nivel de conciencia para adivinar lo que en realidad le está preguntando el maestro, que trasciende al sentido literal de las palabras.  La meditación del koan ayuda a dar un salto y alcanzar el despertar interior o iluminación (satori). Uno de los koan más famosos atribuidos al maestro Linnji dice así: “Si te encuentras con Budda, mátalo”. Una frase que para cualquier ortodoxo provocaría escándalo. Sin embargo el maestro Zuzuki la explica así: “Mata a Budda si Budda existe en alguna otra parte. Mátalo porque deberías asumir tu propia naturaleza de Budda” Y es que quedarse en el pensamiento, en la norma, el concepto, la palabrita, nos impide crecer como personas, romper códigos, encontrarnos con la verdad. Esta es la tarea que de algún modo se ha planteado  últimamente Juan Masiá Clavel con sus libros, sus conferencias y sus aparentes provocaciones.

Aunque Juan Masiá ha  salido en muchos titulares de periódicos, en realidad es un gran desconocido. Él y yo nacimos el mismo mes del mismo año,  marzo de 1941, y casi el mismo día; ingresamos a la par en el noviciado de Aranjuez de la Compañía de Jesús e hicimos por tanto juntos la iniciación de jesuita  en los tardíos cincuenta, todavía herederos del rigor de la posguerra,  y también juntos pronunciamos los votos. Ambos somos  del signo piscis y por tanto proclives a la sensibilidad  artística, a un cierto, más o menos disimulado ,narcisismo, y desde luego, como se ha podido comprobar, al interés por la religión, la fe y la mística.

Estas vidas confluyentes se transformaron en paralelas cuando él fue destinado al Japón donde llegaría a ser profesor de filosofía de la Universidad Sofía, más tarde experto en bioética y últimamente publicista, escritor de amplio espectro. Mientras, yo me quedaba en España entregado, como todo el mundo sabe, a la siempre arriesgada labor periodística y  a  la creación literaria. Por todo ello, como podéis imaginar,  para mí hoy es una satisfacción intervenir en este acto en el que más que presentar su excelente libro, como otros han hecho, voy a intentar trazar un breve pero sustancioso perfil de su autor.

Juan, aunque algunos crean lo contrario, tiene poco del  enfant terrible y “hombre peligroso” con que muchos le identifican. Los que le conocemos de cerca lo percibimos como un murciano dulce, algo tímido, de exquisito y sencillo trato, amigo de sus amigos, muy sensible a los débiles y marginados,  y sobre todo profundo buceador de la conciencia humana. El calificativo que más le conviene, pese a las apariencias, es el título de probablemente su mejor obra de antropología filosófica en la que  define al hombre como “el animal vulnerable”. ¿Vulnerable Juan Masía? ¿No se diría todo lo contrario cuando ha aparecido tan seguro y valiente en sus afirmaciones de bioética y en sus críticas institucionales que le han acarreado censuras y prohibiciones?

Dicen que los tímidos pueden estar callados y escondidos durante años. Así había permanecido Juan durante décadas, en su gabinete de Tokyo, entregado a sus luminosas convergencias entre Unamuno y Ortega con la filosofía nipona, y tendiendo un apasionante puente entre  Oriente y Occidente. Sus libros aparecían en japonés -él solía decirme que era una gran ventaja porque, ¿sabes? en Roma nadie sabe una palabra de japonés- y él era, y aún lo es, consultado incluso por los obispos del país del Sol Naciente, una sociedad pagana donde los católicos son tan minoritarios que nadie se molesta en mirar con lupa a los considerados teólogos progresistas.

Mi querido compañero y amigo Juan Masiá tuvo la delicadeza, durante un viaje a Japón al que fui a recabar datos para mi biografía del gran Pedro Arrupe, de acompañarme y servirme durante muchos días  de humilde traductor. Recuerdo dos anécdotas significativas de aquel viaje. Un taxista que después oírle hablar en japonés hizo una gran inclinación y exclamó: “Jamás he oído a un occidental hablar japonés como usted”. Y, aunque yo no entiendo ni palabra de esa complicada lengua, he de reconocer que, cuando la habla, se produce en Juan un extraño mimetismo. Os lo aseguro,  se le cambia la cara, se le transmutan los ojos y la sonrisa; a Juan se le pone cara de japonés. Un fenómeno que también dulcifica, como he comprobado incluso  a algunos compañeros más duros y recios castellanos.

La otra anécdota, que ambos hemos recordado hasta la saciedad, ocurrió en un templo zen de la sagrada ciudad de Nara, cuando, sentados en el suelo y tomando un té con un monje budista de cabeza  rapada,  frente a un recortado jardín japonés, éste me dijo: “Sé plenamente el ser que ya eres”. Juan me indicó que la traducción literal del término empleado por el bonzo venía a ser: “Requetehazte el ser que ya eres”. San Agustín lo formuló de otra manera en una famosa sentencia mística, que (según él) le fue revelada en un sueño por el mismo Cristo: “No me buscarías si no me hubieses encontrado”.

Yo creo que esta frase resumen bien la aventura de Juan como profesor, escritor y conferenciante: la búsqueda de la autenticidad, de la coherencia y de la libertad del ser que en el fondo era y siempre ha sido Juan Masiá. Y es que, durante su aún reciente actividad en España  donde estuvo impartiendo además de Antropología Filosófica clases de Bioética, el tímido Juan Masiá estalló y no tuvo rebozo de decir todo lo que pensaba. Claro, España no es Japón; ni nuestra jerarquía se ha olvidado del todo de custodiar a la grey como en los tiempos del nacionalcatolicismo; ni nuestro país ha superado plenamente los funestos tics del clericalismo enfrentado en dos bandos; ni un titular de periódico se lee todavía aquí como una opinión, sino como una agresión. Le pese o no al nuevo laicismo, todavía lo que dice un cura en España va a misa, y perdóneseme la redundancia.

Por otra parte Juan es un demócrata, un hombre dialogante, y no necesita que todo el mundo esté de acuerdo con él. Lo que sí necesita, lo que sí necesitamos todos es que él pueda expresarse en libertad en la Iglesia, donde ya Pío XII veía necesaria la existencia de una opinión pública, cosa imposible si te amordazan a la primera de cambio.

Este libro escrito con una prosa que fluye desenfadada y tranquila como las flores del loto en un  riachuelo, es su mejor retrato, pues muestra a un hombre en la frontera. La frontera es  siempre un límite complicado, de refriegas y desgarros, pues supone tender puentes, hacer de “pontífice”, y eso exige tener un pie en cada lado. Hoy en la Iglesia se pide desde la restauración wojtyliana, como decía un amigo no fidelity, sino high fidelity; tener los dos pies en la más inflexible ortodoxia, con lo cual nadie puede ayudar a los del otro lado. El padre Arrupe y la Compañía  también nos han pedido a los jesuitas ser hombres de frontera en la  fe, las culturas y los grandes desafíos que provoca la injusticia y el neoliberalismo imperantes.

Muchas veces le he dicho a Juan que hay que conocer el auditorio al que uno se dirige: que no es lo mismo a hablar a fieles de la calle Serrano que a obreros de Vallecas; a los paganos o budistas japoneses, que a los católicos neoconservadores de la España neolaicista. Pero él no me hace caso. Quizás porque quiere hacer de koan en esta sociedad, “matar al buda”  de una sociedad encorsetada por tópicos del pasado y condenas farisaicas, que en una palabra  pretende hacerla despertar. Digámoslo claro: Juan Masía es un provocador. Los provocadores se pueden equivocar; pueden, como todo el mundo, confundir su “ego” con la verdad. Pero son absolutamente necesarios para que un colectivo humano progrese. Sobre todo, cuando la provocación, como en este caso va dirigida precisamente contra la cerrazón, la miopía y la carencia de apertura al diálogo.

En Japón hay un baño vertical caliente que se llama furo y que utilizan todos los miembros de la familia uno tras otro, no para enjabonarse, sino para  relajarse desnudos antes de cenar. Juan me criticó un día, con un símil esclarecedor, la gente que en la Iglesia “se mete en el furo con bañador”. Necesitamos desnudarnos de muchas cosas para recuperar el Evangelio. Masiá nos desnuda y esto da miedo, porque deja a la gente a la intemperie.

Como muestra de esta libertad de espíritu, quiero terminar con un párrafo suyo, que comparto, en Vivir en la frontera, el libro que  hoy presentamos: “Ninguna espiritualidad tiene derecho al monopolio de lo sagrado. Ninguna religión tiene derecho al monopolio de lo divino. Ninguna de las iglesias hermanas tienen derecho al monopolio del Espíritu de Cristo, que sopla, donde, cuando y como quiere sin que lo controlemos. La Presencia del Espíritu de Vida subsiste también en la Iglesia católica, a pesar de que sus miembros traicionemos el soplo de ese Espíritu con nuestros exclusivismos, inclusivismos y rechazos del pluralismo fomentado por el mismo Espíritu. Subsiste igualmente en las iglesias hermanas y en las otras religiones (…) Todos estamos en camino, in via, en búsqueda continua de Espíritu de Vida. Dentro de cada Iglesia no detentamos el monopolio del Espíritu, sino creemos y celebramos lo que ya está ocurriendo fuera: que para su soplo no hay barreras. El Espíritu nos quita el miedo al cambio, a la diferencia, a la pluralidad y al fantasma del relativismo. Porque el Espíritu nos enseña que lo único que no cambia es su soplo que nos hace cambiar ‘haciéndolo todo nuevo’”.

Gracias Juan por estas palabras, por tu libro y por tu difícil misión en la Iglesia. Te digo lo que me dijo una vez el padre Arrupe ante un tema espinoso sobre el que tenía que escribir, con un nuncio  bastante enfadado por medio: “Vaya usted a la capilla, medítelo en silencio ante el sagrario, y aquello que sienta en lo profundo de su ser, hágalo libremente”. Eso hizo él, y todos recordamos muy bien lo que le sucedió. Que tu verdad, Juan, ojalá “la verdad”, te siga haciendo libre.

Publicado en el blog de Pedro Miguel Lamet el 4 de marzo de 2010

 

73 comentarios

  • Maite Lesmes

    MONICA OCAMPO, de momento te doy la de la editorial:
    Editorial Nueva Utopía
    C/ Fernández de los Ríos 2, 3º izq.
    28015 Madrid
    Tel 91 447 23 60
    Fax 91 445 45 44

    Creo que te puedes dirigir por correo -e  a:    bforcanoc@terra.es

    Espero sigas participando. Lo hacen más personas desde tu país. Un abrazo. Maite

  • MONICA OCAMPO

    SOY UNA FERVIENTE LECTORA DE ATRIO Y SEGUIDORA SOBRE TODO DE LOS INCREIBLES, ESCLARECEDORES, ILUMINADORES Y VALIENTES SACERDOTES SIENCIADOS POR SU JERARQUIA ( TAMBIEN INCREIBLE EN ESTA EPOCA).
    QUISIERA COMPRAR EL LIBRO, ME PODRIAN DAR LA DIRECCION DE INTERNET A LA QUE DEBO DIRIGIRME YA QUE VIVO EN ARGENTINA?
    MUCHAS GRACIAS Y OR FAVOR, ANIMO Y ADELANTE!!!!

  • Agradecimientos y una petición.
     
    Agradecimientos a Maite por haber considerado importante el tema de “acoso moral” en el blog de Pedro Miguel Lamet. También agradecimiento a Rodrigo Olvera por el comentario que ha escrito en ese mismo blog, el cual suscribo totalmente.
     
    Una petición, considero que:
    el “Caso Pagola”,
    “Torres queiruga”,
    “Joxe agirre”,
    “Juan Masiá” ,
    “Victorino Pérez”
    etc ,etc ,etc.
    Pueden ser casos que se encuadren jurídicamente como “acoso moral”, denunciable por el art. 173.1 del Código Penal Español. En el blog de Lamet conté que he trabajado durante años en el terreno del acoso psicológico, siendo una de las fundadoras de la primera plataforma contra el mobbing en España.
     
    Por ello solicito a cuantas personas estén dispuestas a “mojarse” en este tema, contacten conmigo.  Para ello autorizo a los responsables de Atrio.org  a que de forma privada, faciliten mi email a dichas personas.
    Nuestra fe de ninguna manera puede ser una excusa que consienta y tape el delito penal, eso no es caridad. Al igual que con el tema de la pederastia y pedofilia en la iglesia,  es precisamente nuestro compromiso cristiano el que nos debe llevar a comprometernos claramente contra la injusticia, y más cuando en un estado de derecho el acoso está penalizado.
     
    Un cordial saludo a todos
     

  • Maite Lesmes

    En segundo lugar, ahí mismo hay dos comentarios que por su calidad quiero recomendar:
    Uno lo firma “Emma” y se refiere al mobbing o ensañamiento que se practica en forma de red con personas como Masiá, Ariel Alvarez, Pagola y cuantos queráis recordar. Entronca con el punto 3 de la anterior intervención de Juan, especialmente grave por ser un hecho continuado y que de momento está impune, y por la relación perversa existente entre la delación y la obediencia.
    Otro comentario lo firma “Agustín”, excelente reflexión sobre la obediencia en las dos instituciones que la siguen exigiendso, el ejército y la iglesia católica:
    http://blogs.21rs.es/lamet/2010/03/04/mi-presentacion-impresentada-del-libro-de-juan-masia/comment-page-1/#comment-1099
     

  • Maite Lesmes

    Es una pena que nos dispersemos. En varios sitios estoy encontrando  un interesante debate sobre la DESMITIFICACIÓN DE LA OBEDIENCIA.
    Encuentro, en primer lugar, una aclaración de JUAN MASIÁ en el blog de Pedro M. Lamet, del 16 de marzo:

    JUAN MASIA, // Mar 16, 2010 at 0:38
    Aclaraciones de Masiá:
    1. Lamet me comunicó de antemano su decision con la que estuve de acuerdo.
    2. No hubo ninguna prohibicion del Provincial japonés, bajo cuya jurisdicción estoy, en contra d ela presentación de mi libro.
    3. Quienes practican la delación a Roma y la difamación en blogs están obligados a retractarse y restituir la fama. Son reos en conciencia ante Dios de faltar al octavo mandamiento y son denunciables ante los tribunales civiles pordelito de acoso, difamacion e injuria.
    4. Si llegase una orden fundada en tales delaciones injustificadas no estaríamos obligados a obedecerla.
    5. YA ES HORA DE DECIR BASTA SIN CONTEMPLACIONES A LA PESADILLA QUE ABRUMA A LA IGLESIA EN MADRID, POR CULPA DE SUPERIORES RELIGOSOS TIMORATOS QUE SON LA VOZ DE SU AMO DE MITRADOS INQUISIDORES, E INMISERICORDES.

  • Javier Renobales Scheifler

    Gabriel, gracias por creerme buena persona; se ve que sólo me conoces con el océano por medio, y por escrito.
     
    En el Catecismo de Wojtyla palabras como obedecer u obediencia aparecen más de un centenar de veces. La doctrina de la ICAR está muy interesada en la obediencia, de forma exagerada.
     
    Y si no obedeces, te pueden sancionar. Los curas tienen que jurar obediencia al Obispo, y éstos al Papa. Por el contrario Jesús era todo libertad. De forma que el sistema que han impuesto los jerarcas en la ICAR está lejos de cómo fue y cómo actuó Jesús.
     
    Cuando hice lo que llamaban ‘servicio militar’, o sea, la mili, los soldados teníamos que jurar la bandera; uniformes, disciplina, obediencia ciega, ninguna posibilidad de opinar.
     
    Cuando empezamos la mili te decían: tienes que dejar los acojones colgados a la entrada del cuartel, porque una vez dentro sólo puedes hacer una cosa: obedecer todo lo que te manden tus superiores sin chistar, sin responder, sin opinar … Creo que la obediencia de los eclesiásticos con sus jefes es similar. Y eso es inhumano.
     
    Yo de los curas teólogos de nivel como por ejemplo Pagola, Sobrino, Masiá, Castillo (los dos últimos post o hilos de su blog ‘Teología sin Censura’ http://josemariacastillo.blogspot.com/  no tienen desperdicio), lo que necesito es su testimonio libre, su opinión personal profunda, no lo que les mandan decir los jerarcas.
     
    Lo que digan los jerarcas me la trae al pairo, no tiene ningún interés para mí: esos no tienen ninguna libertad de opinión, hacen carrera eclesiástica.
     
    Saludos cordiales.

  • Javier Renobales Scheifler

     
    amigo Rodrigo,
     
    Ni me has incomodado ni te he llamado hipócrita. He calificado de hipócrita la actitud del Provincial de Lamet, por disfrazar su imposición como si fuera una petición cordial. Y he calificado de hipócrita al que diga que el cura Ariel se ha ido del sacerdocio libremente (no veo como tú podrías tener que ver algo con eso)
     
    No veo cómo te puedes escudar en eso para pensar que no puedes opinar libremente en Atrio sin ser insultado.
     
    Venga Rodrigo, te has pasado de susceptible, un tío como tú tiene la piel más dura que eso, míralo bien y verás que tengo razón. Yo nunca jugué de niño a eso que dices del telegrama, ni tampoco juego ahora. Si tengo que decirte algo, te lo digo directamente.
     
    De todas formas si te he ofendido, te pido perdón. Sé que se puede ofender sin pretenderlo, sin imaginarlo siquiera, no es la primera vez que me pasa; te has sentido insultado por mí: te ruego pues que me perdones, nunca fue mi intención insultarte, pero me he equivocado.
     
    Y ya puesto a hablar de lo personal entre cristianos, y de ofender sin pretenderlo, me alegraría  (y juraría que no sólo a mí) que hicieras algo para recomponer tu trato con el bueno de Luis Troyano, el obrero español que se sintió molesto por algún pelillo movido por el abogado mexicano, pelillo que aún no ha llegado a la mar, donde creo debe de estar y va a estar.
     
    Ya que hablamos de estas cosas entre cristianos, que sea para obtener un resultado positivo: los cristianos nos queremos, nos perdonamos, y a los demás tambén. Tenemos que echar ese pelillo a la mar.
     
    Por mi parte, quedan hechas las paces. Saludos cordiales.

  • Gabriel Sanchez

    Debemos todos hacer un esfuerzo por comprendernos y tolerarnos…Rodrigo Javi, es un muy buena persona y Javi, Rodrigo también, en esto yo y el opinamos diferente y ¿que?…no dejaremos de sentirnos amigos-hermanos y no dejaremos de tener una reciproca empatía por eso, es bueno que los amigos opinen diferente y lo confronte esos siempre trae Luz…Es parte la búsqueda común de quien sabe no son dueños de la verdad…y necesitan de los otros, para buscarla juntos…
    Justamente Javi…yo respeto lo del Padre Ariel, a pesar de su renuncia, el seguirá siendo quien es…y eso implica un ser un servidor y presbítero…Yo comparto con pasión su postura sobre temas bíblicos, coincidiendo en el mayor de los casos, incluso escribí algo alguna reflexión solidarizándome con el Padre Ariel…Me parece que la Pastoral Bíblica es una cosa que tiene en Latinoamérica vida propia, que intentar disciplinarla es un imposible, las comunidades se reúne y reflexionan la Biblia y muchas veces el Espíritu Santo, les muestra en una situación concreta, un camino para sentir-creer y saber la palabra que sale de la vida y de la lucha…No se puede en materia bíblica,  tratar al pueblo como si fueran unos ignorante y sobretodo no se puede amordazar la verdad…porque algunas señoras  bien se escandalizan de que se diga que el lenguaje de Adán y Eva son mitológicos por ejemplo, es ridículo y lo peor, hace que seamos menos creíble para la gente y menos fieles al verdadero sentido de lo que nos es entregado en la Palabra…Y con respeto a la obediencia…seguramente el caso de Ariel, hubo un profundo discernimiento comunitario…Y estoy seguro que organizaciones como los Curas con opción por los pobres y otros colectivos lo rodearan y muchos que queremos profundizar la palabra lo tendremos como referencia sabia… Te repito no debemos confundir obediencia, con obsecuencia y finalmente…lo del principio, si Dios es amar…mejor que amor…entonces, dejemos que Dios este presente en  nuestras relaciones, búsquedas y porque no desencuentros…Los quiero – Gabriel
     

  • Hipócritamente alguno dirá que éste cura se ha ido líbremente, porque ha querido [referido a mi comentario de la interpretación  de Juan -no mía- sobre Jesús como señor de los acontecimientos de la pasión]. Ni siquiera se lo ha pedido su superior cordial pero firmemente, el que se vaya con viento fresco.”

    Como decíamos en un juego de mi infancia: Telegrama recibido Javier. Ya no te incomodará más este hipócrita. Lo que no es ningún juego infantil, sino una lástima, es que no se pueda opinar diferente sin tener que terminar con el insulto personal.

    Vale.

  • pepe sala

    Ya no quedan Montesinos, Miguel Senyol…
     
    Tienes una verdadera mina de información en tu web. Esto es apoteósico:
     
    http://www.tinet.cat/~fqi_sp02/mensaj_sp.htm
     
    Un placer, para un ateo, curiosear por tus numerosas e interesantísimas  informaciones.
     
    Saludos

  • Javier Renobales Scheifler

     
    A la puta calle por no obedecer lo que manda el pretendido representante de Dios en la Tierra. Hipócritamente alguno dirá que éste cura se ha ido líbremente, porque ha querido. Ni siquiera se lo ha pedido su superior cordial pero firmemente, el que se vaya con viento fresco.

    Ariel Álvarez, estoy contigo, para mí tú eres luz del mundo, y no esa caterva de jerarcas sumisos al Papa.

    http://www.periodistadigital.com/religion/america/2010/03/13/teologo-argentino-ariel-alvarez-sacerdocio-biblista-iglesia-religion.shtml
     
    “”Resulta triste que tenga que dejar el sacerdocio para poder dedicarme a la Biblia; pero desde hace casi dos años estoy impedido de hablar, escribir, publicar, enseñar o dar cursos, y todo por unas afirmaciones que resultan secundarias para nuestra fe, como es el caso de Adán y Eva, que no afectan ningún dogma”, añadió.”
     
    Joder, es que si llega a afectar a algún dogma, lo fusilan (‘espiritualmente’, me refiero) de inmediato.
     
    Obedece o muere (para el sacerdocio católico, se entiende). Un día sí y otro también, más de lo mismo.
     
    Bueno, si hubiera seguido de cura nunca habría llegado (salvo que hubiera rectificado a tiempo, como hizo Ratzinger) a Obispo, ni menos aún a Cardenal. Los que discrepan en algo tienen esos caminos bien cerrados por el dedo del pretendido infalible que llaman Su Santidad.
     
    Es la ‘virtud’ de la obediencia en la estructura de la ICAR, claramente inhumana, a mi modesto modo de ver.
     

  • Querido Pedro Miguel:
    Veo que comparto contigo y con Juan Masiá la “piscidad”, aunque sea un piscis de la cosecha del 40, y que también puedo caber bien en la “foto”: “proclives a la sensibilidad  artística, a un cierto -más o menos disimulado- narcisismo, y desde luego, como se ha podido comprobar, al interés por la religión, la fe y la mística”.
    A través de tu presentación y sin haber leído (todavía) el libro de Juan Masiá, creo que podría afirmar un amplio consenso (y quizás casi total) con lo que dice, sobre todo recordando, como participante habitual de los llamados Ejercicios de Lamiarrita, lo que nos dijo durante aquella semana de agosto del 2008. Mis impresiones quedaron resumidas en una carta al que sería nuestro “predicador” el año siguiente. Si la quieres leer… (http://www.tinet.cat/~fqi_sp04/novedad_08_sp.htm).
    Permíteme una breve anotación. Un amigo me ha preguntado si la frase que citas (“No me buscarías si no me hubieses encontrado”) es de San Agustín o de Pascal (como él siempre había creído). Una rápida búsqueda por Internet nos dice que es de Pascal y, más concretamente, el 553 de sus Pensées. Mi amigo me advierte que hay diversas numeraciones según las ediciones (ésta es la correspondiente a Brunschvivg; el 919 sería la de Lafuma y el 717 a Le Guern). En la rápida búsqueda por Internet (una herramienta siempre peligrosa y que debería ser “para mayores con reparos”, también he visto que es citada como de San Agustín, pero sin aportar la cita exacta. Ya alguien me dijo que en este mundo de “enciclopedias y diccionarios” todos se van copiando transmitiendo los errores originales.
    Para descartar la autoría de San Agustín y dar cumplida respuesta a mi amigo he hecho dos llamadas a antiguos profesores míos de la Facultad de Sant Cugat. La respuesta (uno de ellos es “especialista” en San Agustín) es que esta frase no es de San Agustín, aunque tenga ciertamente un fondo agustiniano. (Discursos 34 2.5 [CCL 41, pp. 424.426] “Quid eligimus, nisi prius eligamur?“, “Non potestis amare me, nisi habueritis me“). Estas frases y sus citas las he encontrado en Internet, por lo cual no sé cuál será su grado de exactitud ni si podríamos encontrar otras frases de él más apropiadas.
    Como compañero jesuita me gustaría comentar tu gesto de “obediencia”. ¿Es ésta una obediencia acorde a una vida religiosa que quiere seguir existiendo dentro de las coordenadas de la post-modernidad? Quizás has hecho un flaco servicio al futuro de la vida religiosa. A veces en mi sindicato me ponían como criterio a seguir los del Banco Bilbao Vizcaya: de la misma manera que decía que un sindicato (sobre todo si se las daba de “alternativo”) no era un Banco, también hay que decir que la obediencia en la Compañía no es la de un partido político o la de un sindicato.
    Sirvan estas líneas para continuar nuestra correspondencia (Mi correspondencia con Pedro Miguel Lamet)  (http://http://www.tinet.cat/~fqi_sj/arrupe/c_lamet.htm)
    Con toda cordialidad
    Miquel Sunyol
    http://www.sunyol.net/miquel

  • Javier Renobales Scheifler

    Rodrigo,
     
    (Glub, veo que he puesto aro con h, ‘sin duda’ por influencia de mi estimada ciudad riojana)
     
    Como bien dice Lali, mucho más lista que yo, en un comentario de los iniciales de este hilo, el término ‘obediencia’ no aparece nunca en los evangelios y el verbo ‘obedecer’, que sí aparece, está dirigido a elementos de la naturaleza (Mt 8,27),  a espíritus inmundos (Mc 1,27) o a una higuera (Lc 17,6), pero nunca se aplica a personas humanas.
     
    Otto Hahn decía ‘Dios me de fuerzas para no confiar ciegamente ni el Él mismo.’
     
    La actitud de obediencia no es más que la cara externa de la ‘pobreza’ en relación con la vida común de los clérigos, dice el psicoterapeuta Eugen Drewerman, en su libro de 1995 ‘Clérigos, psicodrama de un ideal’ (2ª edición en Trotta 2005), que le costara ser expulsado de la cátedra de teología sistemática de Padeborn y suspendido del ministerio sacerdotal.
     
    En la obediencia como ideal de vida, se trata de eliminar el aspecto subjetivo de la actividad humana, de extinguir el yo que se manifiesta en cada uno de nuestros actos, y de trasladar la voluntad del dominio del yo a la alienación de la voluntad de otro, con la afirmación de que, en el otro, el que toma la palabra es el Espíritu de Dios, o eventualmente ‘la Iglesia de Cristo’, lo que constituiría una garantía de que en ellos se expresa, por sí misma, la verdad de Dios.
     
    Surge así la ilusión de una colectividad sin sujeto, en la que todo, suceda lo que suceda, y se mande lo que se mande, es ‘voluntad de Dios’ (esto me recuerda, como anédocta reciente a nivel episcopal, a Munilla diciendo que su destino, en San Sebastián o no, estaba en manos de Dios: cuando en realidad estaba en manos de jefe supremo Ratzinger y de su delegado Rouco.
     
    Respondiendo a tus seis preguntas, Rodrigo: a las cinco primeras respondo sí, y a la sexta respondo no, no necesariamente.
     
    Pero creo evidente que en la estructura dictatorial de la ICAR la cuestión de la obediencia es bien diferente al funcionamiento democrático que has descrito en tus seis preguntas.
     
    Añadiré una anéctoda (no voy a ser menos que Pepe Sala, aunque no es personal).
     
    El jesuita estadounidense Terence Sweeney en 1987 hizo una encuesta a 312 Obispos católicos USA, sobre temas relacionados con el celibato de los curas, y la ordenación sacerdotal de las mujeres. Contestaron 145, de los que 35 estaban a favor del matrimonio de los curas, y 11 a favor de la ordenación de las mujeres.
     
    Entonces el poderoso Ratzinger exigió a Sweeney que destruyese el material recogido, o que abandonase la orden.
     
    Ello muestra que el hoy Papa ve a los Obispos como meros ejecutores que deben guardarse su opinión, pues el único que habla en nombre de la ICAR es él. Para mí evidencia que en la mentalidad de Ratzinger, sus delegados sólo pueden repetir lo que él diga, no opinar de cosecha propia.
     
    Esta anédocta la cuenta Eugen Drewerman en las págs. 417 y 428 de su libro antes citado, y se pregunta ¿qué va a pasar con esa gigantesca institución que en tantos niveles de responsabilidad no vive más que de mentiras?

    Saludos cordiales

  • M. Luisa

    Estimado  Rodrigo, tardé en darme cuenta  de mi implicación  a responder a tu pregunta  del 12 de Marzo y  que diriges   a los participantes de esta entrada. Habrá sido seguramente porque mi  intervención fue escueta y como de pasada, pero no tengo ningún reparo en decir algo al respecto.
     
    En mi caso y recordando una situación que a la inversa podría semejarse a los tipos de preguntas que planteas yo  rompí en una determinada situación con mi razón de conciencia (y de mucho peso)  para poder, precisamente,  hacerme cargo y cubrir la irresponsabilidad (de boicot) de una mayoría. Y lo hice precisamente con la libertad autónoma de mi conciencia y con fidelidad a ella.
     
    Un saludo cordial
     

     

  • Javier Renobales Scheifler

    Rodrigo,
     
    Cuando el jefe, en una estructura dictatorial de obediencia ciega, te pide cordial pero firmemente algo, eso es una orden directa. Puedes responder sonriente mientras le abrazas fraternalmente ‘oh sí, amigo, te complaceré’, pero en realidad estas respondiendo, al más puro estilo marine o boina verde de las películas USA: ¡Señor, SÍ Señor! a sabiendas de que el Provincial miente; Lamet no podía cuestionar, y no cuestionó a pesar de la mentira del Provincial, la orden disfrazada hipócritamente de petición cordial.
     
    Un jesuita si desobedece puede ser sancionado por su jefe (Provincial, lo llaman). En esa estructura, el soldado de la Compañía es un instrumento (lo mismo que un Obispo para Ratzinger).
     
    Wojtyla les impuso, cuando le pareció al que llaman SS, al que el quiso poner en el lugar que ocupó de Arrupe. Los jesuitas se lo tuvieron que tragar por pura obediencia instaurada férreamente en la estructura eclesial católica. Porque en esta estructura católica de obediencia a tope, el que manda con todos los poderes en su mano es el caudillo del Vaticano, lo más parecido al caudillaje fascista.
     
    Ese poder viene (se lo arrogan) de que pretenden que la voluntad de Dios la interpreta y comunica el Papa elegido por Dios, al cual pretenden que el llamado Espíritu inspira (¡oh milagro!) la verdad de forma especial y privilegiada. Lo cual en mi modesta opinión es falso total, que el Espíritu le inspire nada.
     
    El dogma de la infalibilidad pontificia lo estableció el Papa en 1870 (CVI) cuando el poder temporal del Papado se debilitó, por lo cual trataron de reforzar su poder ‘espiritual’ con dicho dogma, que a mi modo de ver es falso, no encaja con Jesús.
     
    Decía Thomas Hobbes que ‘el papado no es más que el espectro del desaparecido Imperio romano, sobre cuya tumba ostenta su corona’. Yo creo que aún hoy tiene razón. Jesús en Mc 10, 42 sobre la tiranía que los gobernantes ejercen sobre sus súditos, indicó rotundo: ‘entre vosotros no debe ser así’.
     
    A mi modesto modo de ver, Lamet no tiene más culpa que los demás de a pie de que esa estructura imperial pagana sea así. Creo que es víctima de esa estructura como los demás de la base de la pirámide, en ningún modo verdugo. Los culpables son los jefes, empezando por los Papas, que mantienen así el tinglado piramidal de la obediencia al imperio.
     
    (voy con tus preguntas, que aún no he leído despacio) Saludos cordiales

  • Gabriel Sanchez

    …Me gusta el aporte de Javi, por que nos remite al hilo…pues si Lamet, recibio una(según dice el) “pedido”…el libremente lo acepto, yo creo que Juan…estuvo acompañado p0r un grande como Benjamin Forcano y estoy seguro que mucha gente fue acompañarlo y yo si hubiera estado en España, hubiera ido, pero creo que justamente la acción libre de Lamet, QUE NO VOY A CALIFICAR…porque hay que estar en la piel de alguien…PARA PODER OPINAR…LO LLEVO A TOMAR ESA ACTITUD, SIN EMBARGO SU ESCRITO, DESPERTO EN ESTE LADO DEL CHARCO MÀS INTERES…QUE NO LO HABIA, POR LAS OBRAS DE JUAN…FIJATE…con respeto a lo de obedecer…si me leiste, justamente dije, que la obediencia perfecta…es obedecer de corazòn no obligado…el que se ve obligado no practica la obediencia evangelica…PRIMERO SI LEES LOS DOS EVANGELIOS QUE PUSE, VERAS VERAS QUE JESUS ASUMIO PLENAMENTE EL ENTREGAR SU VIDA…Y SI PUSO EN ESA SITUACIÒN A PEDRO JUSTAMENTE EN ESTE RELATOS DE MARCOS…CUANDO PEDRO CONTRA SU VOLUNTAD, DEBIO ASUMIR QUE EL DESTINO DE SU HERMANO DE COMUNIDAD Y EN QUIEN HABÌA PUESTO TODAS SUS ESPERANZA ERA LA MUERTE…FUE DURISIMO PARA PEDRO…ASUMIR QUE LA DERROTA, QUE EL ABAJAMIENTO…LA ENTREGA EN MANOS DE LOS INJUSTO ERA LO HACIA LO QUE JESUS CAMINABA…(perdon, no gritaba, me entusiasme y segui…mil perdones Antonio, te he oido en el pasado  y obedezco – con respecto a las mayúsculas)…Hacìa el fracaso…desde el punto de vista de las valoraciones de este mundo.-
    Pero Javi…te confieso, con honestidad… que lejos de no dejar de valorar la posiciòn de Lamet…con respeto y empatia, sobretodo su modo estar …al lado de Juan… Este modesto servidor (de estar en España) hubiera estado al lado de Juan, no te quepa la menor duda…Gabriel

  • Hola Pepe

    “pero todo en la vida es opcional y cada cual opta por lo que su conciencia le dicta.”  En ésto estamos diciendo lo mismo

    Lo que yo insisto es que no siempre la obediencia es “ciega” o “cómoda” o “infantil”.  ¿De verdad es tan dificil de entender?

    Saludos

  • Javier Renobales Scheifler

    Rodrigo, ahora me tengo que ausentar; pero responderé una por una, sin duda hacerlo me ayudará a reflexionar (espero que ahora no salgan los códigos esos extraños al principio de mi comentario. (Antonio, uso mozilla firefox 3.6)

  • Javier

    Esto dice Lamet “me pidió cordialmente pero con firmeza…”
    Esto dices tú “mediante una orden firme de obligado cumplimiento…”

    Supongo que tú sabes mejor que Lamet lo que ocurrió en esa llamada telefónica ¿Cierto?

  • pepe sala

    Para evitar ” afirmaciones absolutas y maniqueas”, Rodrigo, te presentaré un caso de desobediencia del que yo fui protagonista.
     
    La mili ( obigada y OBEDIENTE, por supuesto) la pasé en un destacamento de costa. Gorliz  (Cabo Villano)
     
    La bateria de cañones utilizaba un montón de terrenos de costa donde estaba absolutamente prohibido el acceso al personal no militar. No todo el mundo lo sabía; pero casi todos los pescadores sabían que Cabo Villano era un tramo de costa muy rico en pesca.
     
    Bien, aquella tarde me tocó hacer guardia en los cañones. Una pequeña barquichela arribó a la costa y dos pescadores se pusieron a pescar tranquilamente. El cabo de guardia  ( más ” papista que el papa”, tanto que se reenganchó en el asunto militar como “chusquero”) avisó al Brigada para que diera las ordenes oportunas ante la ” invasión” del terreno militar.
     
    El brigada ( un valenciano más borracho que el orujo lebaniego) se personó inmediatamente en el lugar. Desde arriba ( Hay un acantilado bastante considerable) intentó  echar a los pescadores, pero éstos no oían sus voces por el ruido de las olas.
     
    Me dio la orden de DISPARAR A MATAR. Yo estaba considerado como tirador de primera y estaba seguro de hacer blanco si lo hubiese intentado.
     
    NO ME DIO LA GANA disparar contra dos pacificos pescadores despistados. Me amenazó con represalias por desobediencia y yo le contesté que hiciese lo que considerase conveniente, pero yo no dispararía. Le entregué a él mi cetme por si quería disparar, y te aseguro que si lo intenta se hubiese ” caido” por el acantilado.
     
    Cuando terceras personas INOCENTES pueden resultar dañadas por la obediancia ciega a los superiores jerárquicos, es muy conveniente poner a trabajar a la propia conciencia. No me vale eso de ” cumplo ordenes”.
     
    Y los inocentes no solo resultan dañados por un disparo de cetme…el daño psicilogico de verse desamparados por sus propios guias, deberían hacer reflexionar a quienes se parapetan en la cómoda opción de la obediencia.
     
    Al menos éso creo y eso escribo. Yo jamás obedecería a quien me mande perjuficar a las personas que amo o a personas que considero inocentes. Sería yo mismo quien sufriese las consecuancias de desobedecer, pero lo haría gustoso.
     
    Obviamente, quienes sí obedecen sin rechistar también merecen el respeto hacia su decisión; pero todo en la vida es opcional y cada cual opta por lo que su conciencia le dicta.
     
    Saludos, pues.

  • Javier Renobales Scheifler

    Venga ya, Gabriel,
     
    La pagana no podía obligar a Jesús, como ha obligado el Provincial español a Lamet (no así el Provincial de Japón a Masiá).
     
    ¿Obedecer las súplicas de la pagana, dices Gabriel? Lo que hizo Jesús fue acceder libremente a ellas, no obedecer, no actuó obligado contra su deseo, como ha hecho el Provincial con su subordinado Lamet, cuando el deseo (bien inocente y sano por cierto) de Lamet era acudir a la presentación del libro de Masiá, y el Provincial se le volado dicho deseo de un plumazo, mediante una orden firme de obligado cumplimiento.
     
    Los jerarcas querían, con su poder, que pareciera que sus subordinados compañeros jesuitas de Masiá lo dejaban solo, como a un perro abandonado. Lamet ha tenido que pasar por el haro para dar gusto a los jerarcas en su malsana intención: un voto que obliga a eso …
     
    Gabriel, Lamet estaba obligado a cumplir la orden, a obedecer sin posibilidad de chistar; de no hacerlo, podría haber sido sancionado. A pesar de que la actuación de su Provincial es un abuso evidente; prueba de ello es que mintió a Lamet.
     
    Jesús, que era un hombre, nunca se puso en semejante situación ante otro hombre. Cuando fue sometido por la fuerza hasta asesinarlo, Jesús no se puso en ninguna situación parecida a la del voto de obediencia jesuita, y ni aún entonces se retractó.
     
    Saludos cordiales

  • Javier

    Las diferentes fuentes muestran una etapa en que Jesús huye del conflicto, incluso abandona territorio judío. Pero en un momento dado decide -hay diferentes interpretaciones para explicar el porqué- no sólo regresar a territorio judío, sino acudir a la capital del mismo; sabiendo que la consecuencia de tal decisión es su sometimiento y muerte. Las constantes advertencias de que va a jerusalén para ser muerto pretenden dejar en claro que lo ocurrido no fue un accidente ni una sorpresa, sino algo libremente aceptado con anticipación.

    Esto es interpretado (no confundas hechos con interpretaciones) de formas diferentes por las diferentes comunidades de cristianos. Paras la comunidades joánicas, aunque el hecho exterior es que Jesús es sometido (por los soldados, por el consejo de ancianos, por pilatos, por herodes), el hecho real y no evidente es que se mantuvo como señor de los acontecimientos. “No me arrebatan la vida, yo la entrego”.

    Sin necesidad de recurrir a la omnipotencia ni a la clarividencia divina, culaquiera sabía que ir a Jerusalén sin provocar un alzamiento, tendría por consecuencia la muerte de Jesús. Hay incluso quienes creen que Jesús esperaba que la gente se alzara con el gesto del templo, y al ver que no ocurrió, renunció a volver a escapar y se resignó a su destino. Pero es sólo una interpretación, al igual que es una interpretación la de Marcos (que Jesús acepta su debilidad y su sacrificio para mantener la coherencia con su vida y mensaje) y es interpretación la de Juan (que Jesús se mantiene como dueño de los acontecimientos, y se somete libremente al poder, para destruirlo afrontando la muerte y resurrección).

    ¿Jesús NUNCA obedeció a ningún humano, ya siendo adulto? No sé; los Evangelios son muy claros en mostrar la independencia de Jesús frente al legalismo de su época; pero para mí no son base suficiente para hacer una afirmación tan abarcativa y absoluta.

    En cualquier caso, me encantaría conocer tus respuestas a las preguntas que hice a todas las personas que participan en esta entrada. Pero por supuesto, respeto si decides no responder.

    P.d. si bien el Che combatió y-ya una vez preso, mantuvo una dignidad y señorío de sí- el hecho es que iba huyendo; cosa diferente a Jesús. Para que fueran paralelos, el Che tendría que haber ido a La Paz, desarmado.

  • Gabriel Sanchez

    Mc. 8, 29-34 y Jn 10,18…Si me escucha mi obispo se va a reir de mi, porque me tienen por un gran desobediente jajaja…no entiende que yo obezco de esa manera.Un abrazo a todos, los que piensen de una manera y los que piensen de Otra.- con muchisimo cariño para Pepe y Javi…dos fogoneros de la fraternidad.- Gabriel