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Tierra y Humanidad: una comunidad de destino

Tenemos que empezar el año con esperanza, pues urge hacer frente al clima de conmoción y de frustración que significó la COP 15 de Copenhague. Ciertamente el calentamiento global comporta graves consecuencias. Sin embargo, en una perspectiva más filosofante, no estaría destinado a destruir el proyecto planetario humano, sino que lo obligaría a elevarse a un estadio más alto para que sea realmente planetario. Urge pasar de lo local a lo global y de lo nacional a lo planetario.

Si miramos hacia atrás en el proceso de la antropogénesis, podemos afirmar: la crisis actual, como las anteriores, no nos llevará a la muerte sino a una integración necesaria de la Tierra con la Humanidad. Será la geosociedad. En este caso, estaríamos ante un sol naciente y no ante un sol poniente.

 Tal hecho objetivo conlleva un dato subjetivo: la irrupción de la conciencia planetaria con la percepción de que formamos una única especie, ocupando una casa común, con la cual formamos una comunidad de destino. Esto nunca había ocurrido antes, es lo nuevo de la actual fase histórica.

 Es innegable que hay un proceso en curso que ya tiene miles de millones de años: la ascensión rumbo a la conciencia. A partir de la geosfera (Tierra) surgió la hidrosfera (agua), enseguida la litosfera (continentes), posteriormente la biosfera (vida), la antroposfera (ser humano) y para los cristianos la cristosfera (Cristo). Ahora estaríamos ante la inminencia de otro salto en la evolución: la irrupción de la noosfera que supone el encuentro de todos los pueblos en un único lugar, el planeta Tierra, y con una conciencia planetaria común. Noosfera, como la palabra sugiere (nous en griego significa mente e inteligencia), expresa la convergencia de mentes y de corazones dando origen a una unidad más alta y compleja.

 Lo que nos falta, por el momento, es una Declaración Universal del Bien Común de la Tierra y de la Humanidad que coordine las conciencias y haga converger las diferentes políticas. Hasta ahora nos limitábamos a pensar en el bien común de cada país. Ampliamos el horizonte al proponer una Carta de los Derechos Humanos. Esta fue la gran lucha cultural del siglo XX. Pero ahora surge la preocupación por la Humanidad como un todo y por la Tierra entendida no como algo inerte, sino como un superorganismo vivo del cual nosotros los humanos somos su expresión consciente. ¿Cómo garantizar los derechos de la Tierra junto con los derechos de la Humanidad? La Carta de la Tierra surgida en los inicios del siglo XXI intenta responder a esta demanda.

La crisis global nos está exigiendo un gobierno global que coordine soluciones globales para problemas globales. Ojala no surjan centros totalitarios de mando sino una red de centros multidimensionales de observación, de análisis, de pensamiento y de dirección que tengan como objetivo el bien vivir general.

 Se trata sólo del comienzo de una nueva etapa de la historia, la etapa de la Tierra unida con la Humanidad (que es la expresión consciente de la Tierra). O la etapa de la Humanidad (parte de la Tierra) unida a la propia Tierra, formando juntas una única entidad, una y diversa, llamada Gaia o Gran Madre.

 Ahora estamos viviendo la edad de hierro de la noosfera, llena de contradicciones, pero aun así creemos que todas las fuerzas del universo conspiran para que se afirme. Hacia ella está marchando nuestro sistema solar, quién sabe si toda la galaxia, y hasta incluso este tipo de universo, pues según la teoría de las cuerdas puede haber otros, paralelos. Es frágil y vulnerable, pero viene cargada de nuevas energías, capaces de moldear un nuevo futuro. Tal vez en este momento la noosfera sea solamente una llama trémula, pero representa lo que debe ser. Y lo que debe ser tiene fuerza. Tiende a realizarse.

 Leonardo Boff es autor de Nueva era: la civilización planetaria, Verbo Divino, 1995.

 [Traducción de MJG]

 Esta entrada fue publicada también en ei sistema anterior de ATRIO, donde hay ya muchos comentarios. La discusión puede y debe seguir allí: http://2006.atrio.org

5 comentarios

  • Gabriel Sanchez

    horror, más pragmatico…

  • Gabriel Sanchez

    Como supongo que los comentarios anteriores quedarón en la deposito de la tradición…y estamos empezando lo nuevo…en hora buena Antonio…tengo que criticar que no incluya una heladera, con un piscolabis, que nos vendría de maravilla jajaja…En hora buena…y felicitaciones…Con respecto al planteo de Leonardo, simplemente agregare, poniendome már pragamatica que esa nueva integración…de la tierra y la humanidad, no deben ser construidas, deben ser persividas, porque somos un ladrillo màs de la dinamicas y los procesos energeticos de la GAIA…debemos aprender a convivir con los seres naturales…y esto y esta conciencienza universal, debe ser persividas y asumidas…enriquecidas y reconstruidas, desde un ambito, que nos es señalado por una de la filosofas más esclarecidad de Europa”……cualquiera sea la estructura (asociación, agrupación aun la más informal o partido político) en la cual han elegido comprometerse. Es al menos una de las vías hacia la “fabricación de una convicción colectiva” en cuanto a la necesidad y la “factibilidad” de la emancipación en las condiciones del siglo XXI… “Isabelle Stengers

  • I want to quote your post in my blog. It can?
    And you et an account on Twitter?

  • Ricardo

    Hola Amigos,

    Gostei do artigo mas queria fraternalmente pontuar o seguinte:
    As afirmações do artigo não estariam a nos conduzir novamente a uma metafísica objetivante? Diante das perspectivas tão evidentes de destruição do planeta, não seria o caso de exumar a tragédia como queria Nietzsche?

    Ricardo Gacki – Brasil

  • oscar varela

    Hola ana Rodrigo!

    Es muy cierto lo que dices:
    “¡tantos sueños que en su momento parecían imposibles, se realizaron!
    Mandela, Luter King, Olimpe de Gouges, etc, etc.”

    Y con ello enfatizabas que:
    “El futuro es de los y las soñadoras”
    ••••••••••
    Con esto queda asentada la ESPERANZA, ¿ok?
    ••••••••••
    Soñado el futuro;
    luego, hay que HACERLO.

    Y hay que notar también
    que la vida humana es un ¡ALERTA!

    Los que nombrás –y tantos otros en tu “etc., etc.”
    Lo fueron HACIENDO – DESPIERTOS.
    ••••••••••
    No hay estadísticas, pero:
    ¿qué porcentaje le adjudicarías
    a tantísimos “SUEÑOS”
    que no llegaron a ser “REALIDAD – LOGROS”?

    SOÑAR habrá que SOÑAR CON LOS OJOS BIEN ABIERTOS.

    Y hay muchísimos intereses en juego para burlar nuestros SUEÑOS.

    Eso habrá que cargarlo a la CONFIANZA SUSTENTABLE.
    ••••••••
    Nombraste los Reyes Magos.
    Te comparto algo de hace 7 años:
    ••••••••
    65 AÑOS DE REYES MAGOS
    (enero 2003 para el Programa “Tangos en el Delta” FM 88.7 “La Barquita”)

    Me preguntaron una vez
    si creía en los Reyes Magos.
    – Depende- les contesté;
    y me miraron asombrados.

    – ¿De qué depende?- insistieron
    – ¿O todavía no te avivaron?-
    – ¡No seas chitrulo! – repitieron
    – ¿O aún creés en los Reyes Magos?-

    No hay duda que tenían razón:
    Los Reyes; los Reyes ya pasaron.
    Pero no se me quita la ilusión
    de que, aún sin Reyes, haya Magos.

    Allá por los cinco años – pasados-
    los grandotes de la cuadra
    se burlaban de la Carta a los Magos;
    pero ni un cachito, aflojó mi confianza.

    A los seis ya me entró la duda;
    y el piso de mi pieza enharinaba
    para ver si era camello, hombre o burra;
    las huellas que la verdad manifestaran.

    Recién a los siete se cambia la piel.
    Los grandotes dijeron haber ganado.
    Mi derrota, amarga como la hiel,
    que callé por interesado.
    No había, a los Reyes, que darle pie,
    al otro año irse para otro lado.

    Después, los años fueron pasando.
    Los Reyes se hacían, a veces, los distraídos.
    Cuando alargué pantalones: se olvidaron.
    Y equivocado, me vi de los Magos, perdido.

    Si hoy me preguntan otra vez:
    si creo en los Reyes Magos;
    les hago el distingo -sin interés-:
    Que Reyes ya no andan por mis pagos;
    Pero de SUEÑOS, es un Mago este viejo que ves;
    ¡Vení! Firmemos aquí abajo, la Carta que nos mandamos!
    •••••••••
    ¡Vamos todavía! – Oscar.