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Grupos humanos de búsqueda

Carta a Antonio y a los posibles seguidores de este Curso

Querido Antonio:
Como has anunciado el Curso de Légaut de forma personal, con tu sincero artículo del Cuaderno 2, he pensado que quizá yo también debería hacer algo parecido. ¿No se suele presentar, acaso, al comenzar un Curso, al que va a impartirlo?

Sin embargo, más que entrar en datos biográficos o de estudios, querría, a título preliminar, primero, contar en síntesis, a los amigos de Atrio, cómo fue el nacimiento de la Asociación Marcel Légaut (AML) y cómo este Curso se relaciona con su historia; y, segundo, invitarles a que lean lo que escribí en 1991, con ocasión de la muerte de Légaut, que se publicó entonces en Iglesia viva. Por último, les enunciaré, brevemente, las próximas entregas del Curso.

 1. No obstante, antes que nada, quisiera que los amigos leyeran ya, para empezar, un fragmento del propio Légaut.

Se trata de un fragmento que describe muy bien el tipo de grupos o, mejor, de comunidades invisibles (en el sentido de dispersas, libres, sin apenas organizarse), como la que forman tanto quienes frecuentan el portal de Atrio como los que nos relacionamos en torno a la Asociación y los Cuadernos de la diáspora. Son grupos que, como veremos cuando entremos en la vida de Légaut, se parecen al tipo de grupos en los que el participó de los veinte a los noventa, es decir, durante setenta años, grupos fundamentalmente laicos, sin consiliario ni representante jerárquico, por libre y sin mandato.

Al fragmento que les propongo le precede éste párrafo, que suprimimos para insistir en la web que el futuro que propiamente nos importa es el de la humanidad, y el del cristianismo sólo como aportación a favor del primero:

    • «A decir verdad, el futuro del

cristianismo

    • depende del continuo nacimiento, en el seno del pueblo creyente, de pequeños grupos de discípulos que se reúnan en nombre de Jesús. Nacidos en tierras y tiempos muy concretos, tienen el sentido del terruño, saben que «pertenecen» a un lugar y tiempo que es el «suyo», y son por eso mismo los que pueden responder a sus necesidades. Sólo ellos pueden hacerlo sin que la mentalidad ambiente los desvíe hasta echarlos a perder, y sin ser por ello infieles al espíritu de Jesús, puesto que mantienen ante todo su enfoque primordial en favor de la vida espiritual de la que ellos mismos han surgido. Sólo estas pequeñas comunidades pueden ayudar a que sus miembros caigan en la cuenta de todo lo que hay en ellos, y den así sus frutos. Gracias, pues, a las comunidades, sus miembros adquieren una capacidad de irradiación

ante los hombres

    que prolonga y perpetúa la de Jesús.»

  • LECTURA DE LÉGAUT:

Sobre los pequeños grupos

(abrir el PDF tras leer el texto de introducción que aparece en la página)

2. Breve historia en la que enmarcar este Curso en Atrio

Como segundo punto, recordemos, pues, Antonio, ahora (antes de esta Introducción —una entre otras posibles), la red de amistades que surgió en España en torno a Légaut.

Nuestros itinerarios y singularidades, tu estar en Atrio y yo en la AML, tener ambos a Légaut como un autor de referencia, seguir leyendo sus obras en grupo (tú en Valencia y yo en Madrid), así como tu invitación, hace un año, a dar este “Curso” en Atrio, todo esto proviene de aquellos tiempos y se inserta en continuidad con ellos.

Además, este contexto apunta ya a dos diferencias muy queridas de Légaut y que ya son materia del Curso: (1) la diferencia entre discurso «de itinerario» y «de doctrina», y (2) su insistencia en la «comunidad de base… humana» como condición indispensable de una «comunidad de fe» distinta de una comunidad de doctrina o de adhesión ideológica a unas creencias del signo que sea, religiosas o no.

Anotaré, primero, una efemérides. En 1990, el 6 de noviembre, falleció Légaut. De modo que este año hará veinte de aquello y es, por tanto, buena fecha para este Curso.

Como recordarás, fuimos cinco amigos a su entierro. Joan Mª Llibre, que se ha dedicado a la psicología humanista y que vive en su ermita urbana de Barcelona donde a veces aún recalo; Josep Escales, que reparte su tiempo y su actividad, ya jubilado, entre Cataluña y San José de Bogotá, donde ayuda a procurar casas a gente sencilla; Paco Cuervo, que, después de empezar la Comunidad de la Longuera, dentro de la red del Arca, consolidaba por entonces los «Quesos artesanos del Cantero de Letur»; tú, que llevabas Iglesia Viva y tus otras tareas de gestión, al tiempo que dabas clases y madurabas tu decisión de secularizarte; y yo que ya había dejado la cartería de Tarragona y enseñaba lengua y literatura en un Instituto de Reus aparte de dedicarme a lo que luego contaré.

Contigo nos habíamos conocido unos tres años antes tal como cuentas en tu escrito. Fue cuando comenzaste a venir (¡al menos a escaparte un día!) a los encuentros con Légaut en Barcelona, que comenzaron en 1985 y que continuamos sin él en 1991. Esto empezó cuando él, por fin, se decidió a viajar “al Sur” (sólo había viajado una vez antes a Roma fuera de un país francófono). Un día del verano de 1984, Légaut aceptó, en efecto, la invitación que yo le reiteraba cada verano cuando, desde 1977, iba a verlo una semana, bien a Mirmande bien a Les Granges, a veces solo y otras con mi familia o con algún amigo. Hay que decir que Légaut estaba encantado ante el brío de los españoles: “critiquen, reaccionen, vayan más allá” siempre decía —¿recuerdas?— mientras con el brazo derecho hacía un gesto como de avanzar y empujar una puerta.

Entre 1981 y 1993 (fecha en que constituimos la Asociación formalmente), a parte de reunirnos una vez al año, algunos comenzamos a traducir algunos libros suyos. Comencé yo con Llegar a ser uno mismo. Siguió Paco con uno que conseguimos que se publicara en Sígueme, Meditaciones de un creyente del siglo XX. Luego traduje yo otro que se publicó en Sal Terrae: Creer en la Iglesia del futuro. Más tarde, algunos (entre ellos Légaut) financiamos que Toni Pascual tradujese los tomos I y II de «El cumplimiento humano» (es decir: El hombre en busca de su humanidad e Introducción a la inteligencia del pasado y del porvenir del cristianismo). Por el mismo tiempo, yo traduje Trabajo de la fe. Y gracias a ti editamos el tomo I y Llegar a ser… Esto fue, ya fallecido Légaut, en 1991 y 1992.

La Asociación se concretó, por tanto, en 1993, cuando ya existía una red de lectores y de amigos de Légaut. Llegados a este punto, tengo que recordar de forma especial a Paco Cuervo, que falleció en 1999. 1993 fue el primer año de su leucemia, y para mí su diagnóstico fue determinante cara a tomar la iniciativa de constituir la Asociación. Esto le animó, en los años siguientes, a seguir en la tarea de leer, comentar, traducir y publicar al “abuelo”, así como a otros autores afines, tal como hemos ido haciendo en los Cuadernos.

Así es como comenzaron los Cuadernos, primero contigo de gestor y luego, a partir de 1998, llevándolos nosotros desde Madrid. Desde entonces, han pasado casi doce años. Por el camino, entre otras cosas, obtuvimos los derechos legales de los textos de Légaut, un día comenzaste tú Atrio y la Asociación la Web donde la gente pudiese encontrar los textos de Légaut (autor poco comercial; que difícilmente será nunca un best seller aunque ¿quién sabe quién durará dentro de cien años?). En fin, en el plano personal, nuestros hijos han ido creciendo, nosotros nos hemos ido haciendo mayores, han fallecido buenos amigos y hemos ido haciendo otros. Y ahora empezamos estos meses de trabajo juntos. ¡Ojalá que a los amigos de Atrio les sea útil lo que les vamos a ofrecer!

 3. «Reflexiones con ocasión de la muerte de Marcel Légaut»

Animado por el carácter personal de la primera entrega de Antonio, yo propondría, a los que se animen a seguir el Curso, que lean lo que escribí, hace casi veinte años, con ocasión de la muerte de Légaut.

Sobre todo, dos fragmentos: (1) las páginas 75-84 y (2) las páginas  90-96

En las primeras, encontrarán algunos datos: — sobre la muerte de Légaut, — sobre la dificultad de transmitir su figura, y — sobre lo que era La Magnanerie de Mirmande, es decir, la “casa de vacaciones” en la que Légaut pasaba el verano y donde se reunían los veteranos del grupo que comenzaron en 1919 y que todavía duraba.

En las segundas doy a Légaut unos “títulos” con los que, dicho en román paladino, me “subo un tanto a la parra” y doy más alcance “metafísico” (permítaseme el término) a lo que tú has sintetizado muy bien, de forma más sencilla, al llamarlo «compañero en la búsqueda espiritual». Con ello comento una imprudencia que, como digo al comienzo del texto, sólo tiene sentido en contadas ocasiones pues pertenece a la categoría del “testimonio”.

  •  LECTURA SOBRE LÉGAUT:

Reflexiones con ocasión de la muerte de Marcel Légaut

(abrir el PDF tras leer el texto de introducción que aparece en la página)

4. Programa para las próximas semanas

Las siguientes semanas, las dedicaremos a familiarizarnos con la vida y el itinerario de Légaut y con lo que él mismo dijo al respecto.

Posteriormente, nos iremos introduciendo en su obra. Para hacerlo, seguiremos un orden cronológico, sobre todo al principio.

21 comentarios

  • Manuel

    Encontré este curso de hace 10 años. No conocía a Lègaut. Me ha parecido un descubrimiento importante. Me he sentido muy interpretado por lo poco que voy leyendo. El curso, lamentablemente, ha perdido los links hacia los textos del autor que se sugieren y llevan a la página de inicio de la Fundación que lleva su nombre. ¿Cómo encontrar esos textos?

    Gracias

    • Antonio Duato

      Tienes nación, Manuel. En enlace se queda en la portada de la Asociación Marcel Légaut. Desde ahí se puede encontrar el libro de Lagaut o el número de “Cuadernos de la Diáspora“. Es problema es de la web de la AML. Intentaremos resolverlo.

      Y como algunos leerán este comentario y estrán interesados en todo el Sumnario de ese Curso-Taller que publicamos hace nueve años, aquí va la dirección a nuestra página índice:

    • CURSO MARCEL LÉGAUT
  • Olga Lucia

    Que maravilla de lo que se percibe en este hombre!
    Y de cara a su espiritualidad laica, que genial! Vamos pues hacia no cuidar mas templos, sino a consentir a los seremos humanos creados a imagen y semejanza de Dios.
    Gracias y muchas bendiciones para Antonio y todo el Equipo que hace posible el Atrio!

  • Kaláa

    Seguir los pasos recomendados por el experto …garantizará la eficacia del novedoso invento.
    Aquellos experimentos de amplio espectro… encapsulados, van quedando atrás.

    Posicionada en el asiento, atendiendo las instrucciones de mi pantalla. Un símbolo… que me alerta. Listos para despegar, por favor, ajústese el cinturón…

    Saludos.

  • Me ha llamado la atención favorablemente
    el título y contenido de esta segunda entrega del curso:
    «Grupos humanos en búsqueda»
    y el artículo «Sobre los pequeños grupos»,
    que Marcel Légautllama “fraternidades”
    que evidencian como el cristianismo
    trasciende y está más allá de sus iglesias.

    Pequeñas comunidades laicales
    capaces de acoger en comunión de vida
    a cristianos que se encuentran
    en la diáspora,
    más allá de las fronteras de las religiones,
    donde también existe humanidad
    y donde también tiene que llegar
    la felicidad del amor de Dios.

    Pero también este curso
    nos va a venir bien
    a quienes formamos
    las organizaciones laicales
    dentro de las estructuras eclesiales
    y aquellas otras que se mueven en sus fronteras.

    Organizaciones y movimientos,
    que venimos sufriendo
    carencia de consiliarios,
    falta de presbíteros.
    Muchos de los que hay,
    se dedican a otros menesteres
    antes que acompañar y animar a grupos laicales;
    y donde se les trata como uno igual a los demás.

    Con esto no se pretende menospreciar
    la labor que desarrollan, al contrario,
    tenemos muchos y grandes amigos
    entre obispos, consiliarios, presbíteros y diáconos

    Lo que queremos es animar
    a los que no lo hacen a que
    acompañen a estos grupos laicales,
    siendo servidor entre todos,
    e igual que los demás en todo.

    En otro caso, Marcel Légaut,
    nos puede enseñar una espiritualidad
    y una mística nueva,
    nos puede enseñar a vivir la fe
    más allá de las creencias.
    Porque somos seres vocacionados
    desde lo más íntimo y profundo
    de nuestro ser para amar y para vivir
    y construir la comunión en libertad.

    Para seguir cultivando la experiencia gozosa de
    encuentro personal y comunitario con Jesucristo
    y configurar nuestra existencia desde Él.

    Para vivir la comunión con los empobrecidos y
    ofrecerles a Jesucristo
    a través de
    nuevos modos de vida y de acción

    Sea por tanto, bienvenido este
    Curso de Espiritualidad con Marcel Légaut,
    un buen compañero de búsqueda espiritual

    Recibid junto a vuestras familias toda nuestra cercanía.

    Eduardo Soto

  • oscar varela

    Hola Antonio Duato!

    ¿Cómo andan esos “quebradizos” setenta y ocho pirulos?

    Siempre es bueno preguntarnos por las ortopedias. Darnos cuenta que la vida es “frágil” y “en el momento menos pensado” ¡zás! … y ¡andá a cantarle a Gardel! –decimos los argentinos. Sólo el tonto es el que se las cree saber todas. El “discreto”, en cambio, anda atento por dónde camina. La vida es un constante ¡ALERTA!

    Considero que ese ¡ALERTA! Es el adecuado “caldo de cultivo” de la buena y fecunda “ESPIRITUALIDAD”. Fuera de ese andar alerta, toda otra espiritualidad es una fuga, que suele ser “p’arriba” (dinámica espiral evolutiva integral)
    •••••••••••
    Quiero hacer fiesta de tu Aniversario, acentuando esto en una frase tuya al final de tu anterior comentario; decías:

    – “sacar inspiración espiritual de mi concreta vida”-

    Me quedo con esa frase en plena coincidencia.

    La vida de cada cual es lo “concreto” por excelencia. Toda otra aplicación es metáfora derivada. Solemos pensar al revés. Pero no es así. Mi vida –la de cada cual- es esa trama novelesca de la que nada ni nadie puede poner o sacar un ápice sin que se dañe el conjunto argumental. La vida del otro es la que sólo él puede hacer y hace. Nadie puede hacer la vida de otro; ni para bien ni para mal. Se puede llevar el caballo al río, pero hacer que beba agua, no. La vida es el continuo desafío al espíritu, de un “mal-estar” en el mundo (valle de lágrimas) que lo provoca a un “bien-estar” en ese otro mundo habitable a construir (bienaventuranza)

    Un fuerte abrazo cumpleañero ¡Voy todavía! – Oscar.

  • Antonio Duato

    Oscar Varela:
    Te debería contestar Domingo Melero, “Mingo” para los amigos. Es el experto. Pero creo que te diría que te estás adelantando, como el alumno superinteligente que va más allá de lo normal de la clase y quiere ya adelantar los temas. Mingo empezó el martes pasado hablando de la historia del grupo de amigos de Legaut. Pasado mañana planteará la historia de Légaut, sobre la que tú te has adelantado a preguntar, y nada menos que sobre su relación con Marguerite y los hijos.

    Pero te adelanto, para que veas que yo no rehúyo las preguntas “atrevidas”. Ese dejar en parte la familia para ir a reuniones, lo hace a los ¡70 años! Con los hijos ya criados, y yo creo que a instancias casi de su mujer: “¡Ala!, ahora ya nos podemos encargar nosotros de todo. Ya te puedes ir más a esos “rollos” tuyos”.

    Yo la conocí. Mujer pequeña, todo nervio. Debió ser hacia 1988, pasando yo una semana con él en Mirmande, junto al Ródano. Su granja y su casa familiar estaba a unos cien kilómetros y un día le dije que pensaba ir a conocer aquello, que si quería venir conmigo en el coche. Me dijo que no, pero que le llevara un billete a su mujer. Empezaba el frío y quería un jersey y una bufanda. Siento no tener ese papel. O me alegro. No tengo ninguna “reliquia” de ese tipo ni falta que hace. La vida de Légaut ya decía que no es “ejemplar” en ese sentido de ponerla como ejemplo o “cosa sagrada”. Sería lo peor que se podría hacer con su recuerdo. En algunas cosas él confesaba que había fracasado, al menos aparentemente. No consiguió “contagiar” de su espiritualidad a los hijos. Pero ellos fueron libres para elegir y orientar su vida. Uno se dedicaron a las tierras, otros al magisterio, por lo que yo sé. Y sólo supieron que su padre les quería y “estaba cerca”. aunque a distancia.

    Lo que yo procuro es animarme, en compañía de Légaut y de otros muchos, a sacar inspiración espiritual de mi concreta vida, tan diferente a la suya a no ser en lo de “inimitable” y en la de estar compuesta de éxitos y fracasos, de aciertos y equivocaciones. Como la de cualquier otro, que no es menos “admirable” como biografía concreta, el material de acontecimientos y decisiones que hay unificar con l recuerdo y del que hay que sacar vigor espiritual. Así entiendo yo la sólo relativa importancia de la vida de Légaut.

  • oscar varela

    Hola!

    el numerito telefónico que aparece
    no tiene nada que ver conmigo.

    ¡¡¡Estas telefónicas siempre intentan ganarse algunos manguitos extras!!!

    Acá, en Argentina, nos roban descaradamente. Sus balances muestras ganancias de más del 100%. ¡Vivan los “sudakas”! Nos lo merecemos …

    Pero yo ¡Voy todavía! – Oscar.

  • oscar varela

    Hola!

    Leo en “Marcel Légaut –una síntesis algo ampliada-“ del Sr. Melero, que por los años 70:

    – “la vida de Légaut cambió de nuevo. Salió del retiro de su granja y viajó por media Francia y por otros países (Suiza, Bélgica, Italia, España, Canadá), allí donde le invitaban sus lectores, que querían comentar con él sus libros.”

    – “Légaut pasaba casi medio año fuera de Les Granges o de Val-Croissant, donde siguió viviendo su familia. Aparte de los viajes, reservaba un mes para retirarse en soledad.”-

    Como me es presentado como un “laico”, me surgió la pregunta ¿y su esposa e hijos?
    •••••••
    Me hice, entonces, el historial de Légaut:

    1900 – Nacimiento en París
    ••••••••
    PRIMERA ETAPA (Universitario)

    1920/23 – estudiante superior en la Escuela Pública de Francia.
    – contacto con Grupo cristiano TALA
    – encuentro con el cura Portal (hasta 1926)
    1925 – Doctor en Matemáticas y Profesor en varias Univ. (hasta 1943)
    ••••••••••
    SEGUNDA ETAPA (Campesino)

    1939 – Guerra Mundial. Teniente en Batallón antiaéreo (experiencia fracasada)
    1940 – Casamiento con Marguerite
    -compran caserío en alta montaña (Alto Bois)
    1945/53 – hijos (2 mujeres y 4 varones)
    1955 – Esposa Marguerite “baja” para estudio de hijos (Die; Val-Croissant)
    1960 – Charlo-conferencista y Escritor
    •••••••••••
    TERCERA ETAPA (Escritor) [yo agregaría: “Mentor-Guía”]

    1970/90 – 6 meses fuera de casa por “viajes”
    – 1 mes de “retiro”
    •••••••••••
    La pregunta que me hago es sobre esta 3ª Etapa: “¿y su esposa e hijos?”
    Un esposo – papá que no está “chez soi” 7 meses al año
    •••••••••••
    Por la foto impresiona que
    * la esposa Marguerite sería unos 15 años menor ¿puede ser?
    * los hijos andarían entre los 17 y 25 años de edad.

    ¿Qué “espiritualidad” desarrolló con sus familiares?
    ¿Se sabe algo de ellos?
    ¿Cómo “sintieron” a su esposo y a su papá?
    ••••••••••••
    Tal vez ayude a entender la “espiritualidad” en la vida concreta.
    O tal vez no. No lo sé. Me lo pregunto.
    ••••••••••••
    ¡Voy todavía! – Oscar.

  • Asun

    La respuesta de Antonio a los cuestionamientos de Oscar, no tiene desperdicio, sobre todo en la última parte. Gracias a los dos, porque se cumplen fielmente nuestras expectativas sobre el curso de Légaut, entretejidas y enraizadas en la vida y crecimiento personal de cada cual. De esto se trata. ¡Enhorabuena!

    ¡Vamos todos todavía!

  • oscar varela

    Hola Antonio Duato!

    Gracias!
    Por lo mismo es por lo que me suelo “pelear” con mi amigo Rogelio…

    … pero es un “cabeza dura” (78 pirilos) … y no me entiende …

    ya no sé qué hacer con él, a no ser:

    seguir dis-curriendo para ver quién llega primero (¡¡¡ja ja ja!!!)
    ¿no es competencia la vida del hombre en esta tierra?

    ¡Vamos todavía! – Oscar.

  • Antonio Duato

    Comento el primer comentario de Oscar, tras tomar nota de lo que dice en el de hoy mismo.

    El amigo de Oscar, el belga “claro y quemante” Rogelio, ha dado un resumen de la figura de Marcel Légaut que nada añade a lo que, por ejemplo, dice de él la edición española de Wikipedia. Comprendo que la importancia que le hemos dado a esta figura despierte curiosidad y, como primera información, invito a leer este artículo de la gran enciclopedia global y autogestionada.

    Pero Rogelio añade alguna apreciación que podría alimentar el prejuicio sobre el carácter elitista, burgués y europeo que tenían los grupos que surgían del contacto con él. En primer lugar, no es verdad que él “se puso a organizar grupitos informales de vida espiritual”. Él escribió libros en los que comunicaba la experiencia de su itinerario hacia una vida cada vez más auténtica con lo que el él iba descubriendo y pudiendo cambiar en ella. Lo importante no es si él fue profesor y se hizo pastor. Lo importante es el mensaje que él deja y repite: cada persona debe profundizar en su vida, encontrarle su sentido único e irreemplazable y responder con autenticidad a la misión que dentro de él descubre. Esto vale para él y para muchos, totalmente distintos de él, que queremos dar un sentido propio y auténtico a nuestra vidas y no añorar o imitar otras vidas. Y menos que otras, la concreta de Légaut.

    Légaut no es filósofo, ni teólogo ni pastoralista. Dile a tu amigo que yo soy un entusiasta de las grandes vidas y obras de los belgas Houtart o Comblin, que se encarnaron en la base latinoamericana y pusieron a su servicio su sociología y su teología pastoral. Magnífico. Pero tal vez sean más grandes por la plenitud humana y la autenticidad única que les ha mantenido “debut” en medio de dificultades. Y ese testimonio es el que, a la larga, hará más bien a las personas y grupos que se han visto beneficiados por ellos.

    Sus vidas, como la de nuestro queridísimo Jerónimo Podestá y, desde luego, la de Légaut e incluso la de Jesús de Nazaret, no son imitables. Deben, en todo caso, suscitar el que otros, en nuestras circunstancias irrepetibles, tengamos fe en nosotros mismos y lleguemos a la plenitud de ser totalmente nosotros mismos. Y esto es de lo que trata Légaut, invitándonos siempre a ir más allá que él mismo en autenticidad. Pero vamos a esperar oírle más a él, antes de clasificarlo.

  • oscar varela

    Hola!

    1º) Estoy un poco empantanado respecto a un Texto recomendado leer:
    En “Tres glosas” aparece siempre esta leyenda:

    -Nuestro equipo está ahora mismo trabajando en esta sección.
    Esperamos que próximamente pueda encontrar la información que busca.-
    ·····
    2º) Agradezco a la Asoc. M.L. que c/vez que abro su página
    me invite a jugar GAMELOFT Y A TRAVIAN
    ¿es “basura” que se les mete, no? – es sólo un aviso (no me molesta demasiado)
    ·····
    3º) Respecto al “Curso” noto que hay muchas ¡albricias!
    pero para cuando “comience”.

    A mí me parece que ya comenzó con lo de Duato y Melero.
    Tal vez “despiste” un poco el nombre dado: “CURSO”;
    pues solemos estar habituados a “otra cosa” de un “Curso”.

    Yo quedé atento a lo que introdujo Duato
    de que acá se trata,precisamente, de “otra cosa o manera”.
    ·····
    En fin, si no soluciono lo de “Glosas …”
    … meditaré sin ellas, para compartir con los Cumpas.

    ¡Vamos todavía! – Oscar.

  • Jordi Morrós

    Para mi va a ser una cierta revisita a Marcel Légaut después de muchos años de haber oído hablar de él.

    La primera vez que leí alguno de sus libros (creo recordar que eran “El hombre en busca de su humanidad” y “Reflexión sobre el pasado y el porvenir del cristianismo”) tenía veinte y muy pocos años, y quizás en esa época de juventud era un plato que no es que fuera precisamente de fácil digestión.

    A punto como estoy de cumplir ya los 53 tacos espero poder ir más a fondo en el estudio de la vivencia espiritual de un personaje que entiendo que rompió bastantes esquemas preestablecidos tanto como hombre de ciencia y no menos como creyente.

  • oscar varela

    Hola!

    Mi amigo belga, Rogelio -a quien suelo consulto-dialogar-,
    suele ser “claro” -como la nieve-, y como ella: a veces quemante.

    Pero bueno; ésto es lo que me escribió al ser consultado:

    ¡Vamos todavía! – Oscar.
    ········
    Oscar :
    Hace años que no sigo las noticias eclesiales.
    No cononzco a Marcel Légaut.

    Acabo de mirar en Internet:
    Hay muchas páginas acerca de él.
    1900-1990.
    Profesor de matemáticas.
    En 1940, decide volver “al campo”.
    Contactos con cristianos abiertos de su época (Gabriel Marcel, Theillard de Chardin, …)
    Profesor de universidad.
    Se puso a organizar grupitos informales de vida espiritual, y a animarlos.
    Busca ser fiel a la iglesia institución, pero dando la prioridad a lo espiritual.

    En mi opinión, está formando “comunidades de base” de estilo europeo,
    para responder a la necesidad de las clases medias europeas,
    que son cultas, aburguesadas, exquisitas, intelectualizadas,
    desconcertadas por lo que pasa en Roma.

    En mis viajes a Bélgica, me he topado con algunos grupitos similares.
    Fue una experiencia interesante.
    Encontré allí excelentes cristianos.

    Pero lo que vi no era de la base, como es el caso en América Latina.

    La clase media europea no sabe lo que es la miseria
    (por lo menos en carne propia diaria)
    y ni tiene gran conciencia de lo que ocurre en América Latina.

    A pesar de sus limitaciones, me pareció que esto valía la pena.

    El Espíritu sopla donde quiere.

    Rogelio.

  • MAR Medina

    Muy interesante esta nueva aproximación a Marcel Légaut, que amplía con aspectos históricos la visión personal que en su día compartió Antonio con Atrio, y que trasmite la atractiva imagen de un buscador espiritual que se perfila auténtico, autónomo, maduro.

    Para mí es nueva esa idea de la importancia de los pequeños grupos humanos para la pervivencia del cristianismo, acostumbrada a la rígida dogmática dictatorial, monolítica, excluyente y autoritaria que utilizan quienes se creen poseedores y guardianes del evangelio. Esa idea, unida a la posibilidad de pertenecer a uno de esos pequeños grupos que me han ofrecido hoy como un regalo, la recibo como una perspectiva nueva cargada de futuro y esperanza. Atrio es también una comunidad viva y en búsqueda. Gracias

  • Cecilia Jiménez

    Leo la itroducción de Domingo y más me etusiasmo por seguir el curso, no cabe duda que si no fuera por este medio Internet/Atrio, me sería muy dificil encontrar estas referencias y escritos, no puedo más que decirles una palabra. GRACIAS.

    Laica mexicana, radico en Guadalajara, Jal. Méxco

  • Mª Luisa

    Qué alegría me da volver a recuperar la lectura profunda y serena de Lègaut. Gracias a ella pude sobrellevar el gran peso inesperado del integrismo que, por aquellas mismas fechas, simultáneamente me acorraló sin piedad.

    Domingo y Antonio, gracias a los dos.

  • Miguel Ángel Pérez

    He releído y estudiado con otras personas varios de sus libros y desde hace tiempo esperaba una oportunidad como ésta de conocimiento y difusión de su pensamiento y su obra. He sugerido también a la Asociación la posibilidad de descargar en PDF los textos de aquellos libros que están agotados y no se han reeditado. Sería maravilloso.

  • Sergio Brunet

    La verdad me reulta esperanzador poder seguir esta reflexión, desencantado de la instituión eclesial, no de la Iglesia de Jesús, me siento en exódo hacia otra forma de vida cristiana. Espero estas reflexiones me asistan en esta búsqueda. Gracias

  • Gabriel Sanchez

    Bueno coincidimos en los las pequeñas comunidades y en la ceb´s, incluso en que en muchos casos, se crean…terminan su ciclo y se vuelve a recrear…En mi caso la pequeña comunidad e los hijos de la Luz…lleva 30 años…claro que hemos ido ampliando y algunos muriendo…pero estuvimos juntos en lo peor de la dictadura y Juanita y Mercedes, dos amas de casa sencilla, eran las delegadas de la parroquia, cuando se organizo el caceroleo contra la dictadura…Me empieza a gustar el Legaut ese, esa veta anarquistas que tiene, me caen muy bien…Y es cierto, el futuro del cristianismo, en tiempos dificiles como los que la humanidad se prepara a atravesar, descansara, en lo que el Espíritu Santo suscite desde abajo…desde el margen y desde adentro de la historia…pues vamos conocer a Don Marcel pues…(como dicen los Chilenos).- Gabriel